Carlos Díaz Reyes

Plástico en México: la cultura del usar y tirar

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Estamos rodeados de plástico. Desde la computadora que utilizamos, la silla donde nos sentamos, la ropa que nos viste y todos los alimentos y bebidas que encontramos en cualquier tienda. Casi todos los empaques y botellas están fabricadas con este material y, en cuestión de minutos, se convierten en un nuevo desecho. Su propósito es transportar comida o un refresco, para después llegar al bote de basura y comenzar la odisea que tiene dos finales: el reciclaje o el medio ambiente. Autoridades e industria del plástico culpan a los usuarios, pues ellos deben aprender a separar y disponer mejor de sus desechos, mientras que las organizaciones ambientalistas consideran que la industria debería cambiar su sistema. Mientras tanto, la naturaleza sufre las consecuencias.

“Lo que es perverso es que se trata de materiales o se trata de cosas que desde su diseño están concebidos para usarse una sola vez”, comenta a El Semanario, Esteban García-Peña Valenzuela, director de campañas en pesquerías y plásticos de la oficina en México de Oceana. “Y ahí podemos englobar todos aquellos productos, que son el 40% de todos los plásticos que se producen en el mundo, que son embalajes, empaques, envases, platos, cubiertos, vasos, todo lo que son productos para usarse una sola vez, después de beber o de comer”.

Él explica que estamos rodeados de plástico en más de un sentido. Desde la década de los 50, cuando se empezaron a producir los plásticos desechables, se han acumulado unas 13 mil millones de toneladas en los océanos. Al año, la humanidad tira 8 millones de toneladas de plásticos en el mar, el equivalente al peso de una Torre Latinoamericana al día. Este material puede durar siglos sin deshacerse y aún así se va fragmentando en microplásticos o nanoplásticos, partículas diminutas que son ingeridas por muchas especies marianas. Además, flotan en el aire junto con el polvo, haciendo que, en promedio, una persona respire, sin darse cuenta, entre cinco y 10 gramos de plástico a la semana, es decir, como si comiéramos una o dos tarjetas de crédito.

México reciclador

“Conozcan quién es la industria del plástico, de qué manera estamos en su vida diaria”, dice a El Semanario Gerardo Pedra, presidente de la sección de recicladores de la Asociación Nacional de la Industria del Plástico (ANIPAC). “Porque todos, desde un teléfono, una computadora, una impresora, el automóvil, la ropa, todos, de alguna u otra manera, estamos inmersos en plástico en nuestra vida diaria”. Lo que a él le preocupa es que el uso de plásticos desechables haya bajado debido a la pandemia de COVID-19 y no puede concebir siquiera un mundo sin estos materiales, lo que podría resultar, a su forma de verlo, en un auténtico caos social, además de que afectaría muchos empleos.

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Foto: Oceana

El reciclaje es la vía que él y toda la industria del plástico ha propuesto a lo largo de las décadas. Gerardo explica que ellos calculan que se reciclan 1 millón 913 mil 710 toneladas al año. Sin embargo, agrega que sólo en la Ciudad de México se acopian 13 mil toneladas al día de residuos sólidos, es decir 4 millones 745 mil toneladas anualmente. Según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT), citados por Gerardo, el 83% del total de residuos del país, se acopian y separan con éxito. El resto terminan en tiraderos a cielo abierto, ríos, lagunas, calles, barrancas y otros lugares. El especialista también comenta que del plástico que se recolecta, es entre un 25% y un 30% el que finalmente se puede reciclar.

Gerardo nos explica cómo se recicla en México: existe el reciclaje industrial, que recolecta material de sobra de otras empresas y el reciclaje de los residuos sólidos urbanos de las ciudades. El segundo, depende de empresas que venden o canalizan y otras que reciben, separan, compactan, muelen, etcétera. Los camiones que recolectan la basura de las casas, suelen contar con pepenadores o separadores, quienes también ayudan a limpiar y separar los plásticos.

Todo lo que se separa, comienza el proceso de reciclaje, el resto termina en tiraderos. Con lo que se recicla, se pueden fabricar objetos diferentes al original como escobas, camisetas, o bien, nuevas botellas a partir de las que se tiraron. En este proceso, también se puede perder plástico que esté muy contaminado.

El mejor plástico

“Alguna vez me dijeron: ‘oye, Gerardo, ¿y qué vamos a hacer con el material que está en el tiradero?’ Pues ahí déjalo. Aquí la idea es evitar que llegue más”, comenta el representante de ANIPAC. Según datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se producen en el mundo 300 millones de toneladas de residuos plásticos al año, de los cuales sólo un 14% se recolecta para reciclarse. Sólo un 9% de toda la basura plástica de la historia se ha reciclado.

“De nada sirve que se opte por el reciclaje si el reciclaje no es suficiente para reciclar todo lo que se produce. Tiene que haber una reducción efectiva de los plásticos desde su producción”, sentencia, por su parte, Esteban García-Peña, quien dice que el sistema actual no tiene capacidad para reciclar más. “Los materiales no están hechos para reciclarse, en su mayoría”, explica. “Los reciclas y no vuelven a ser un envase de refresco o no vuelven a ser una bolsa, se convierten en otra cosa. Por lo tanto, se siguen produciendo esos productos para subsanar esas faltas en el mercado (…) No existen las vías o la cadena de valor para garantizar que un producto que sale al mercado y se desecha, va a regresar a esa misma cadena para reciclarse y volver a formar parte de esta cadena de valor”.

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Foto: Cuartoscuro

Su lema es definitivo: “No hay mejor plástico que el que no se produce”. Es por ello que, tanto Oceana, como Greenpeace y otras organizaciones ambientalistas, están buscando que la ley se modifique para responsabilizar a los productores. “Que haya una mayor responsabilidad hacia la industria”, dice Esteban. “Que la industria se haga responsable de los plásticos que produce. Hoy por hoy, la industria lo que hace es decir: ‘yo no vendo residuos, yo vendo envases de refresco o envases de alimentos o platos desechables; yo no vendo residuos’. Sí, pero esos productos están diseñados para desecharse. Es un tanto perverso”.

Acciones débiles

La Comisión de Medio Ambiente del Senado de la República (quienes no respondieron al llamado de El Semanario, a la fecha de publicación), busca hacer modificaciones en la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR). Greenpeace México y la Alianza México Sin Plástico, a la que pertenecen más de 200 organizaciones, entre ellas Oceana, denuncian que esta propuesta de dictamen tiene puntos negativos: la mala definición de plástico de un solo uso, fomenta la incineración que también daña el medio ambiente, no considera el derecho a la salud, no responsabiliza a los productores y enfoca todo en el reciclaje o co-procesamiento.

A finales de 2019, ANIPAC, firmó con el Senado de la República el Acuerdo Nacional para la Nueva Economía de los Plásticos, cuyas principales acciones son la reducción y el reciclaje. Según un reporte, que se presentó a un año de la firma, las empresas participantes dijeron que su principal resultado es que 71% de los envases y empaques que producen son reutilizables, reciclables, compostables o aprovechables. El Acuerdo, también pretende reducir o eliminar el material plástico innecesario, por medio del rediseño, reutilización y sustitución por otros materiales.

Desde el punto de vista de Esteban, este tipo de acciones no son suficientes y, de hecho, muestran un claro desinterés por parte del gobierno. “Lo que es clarísimo es que este gobierno no tiene voluntad por hacer nada en temas de medio ambiente”, asegura. “La agenda ambiental del presidente (Andrés Manuel) López Obrador, es una agenda todavía débil. Es importante que se fortalezca. Hay algunas acciones que han dado algunos resultados, pero en materia de residuos, la agenda es muy pobre”.

Foto: Cuartoscuro

Problemas de consumo

“Para poder atender este problema de residuos que tenemos en las ciudades, debemos irnos para atrás y tratar de cambiar este modelo de producción y de consumo”, nos explica Ornela Garelli, especialista en consumo responsable y cambio climático de Greenpeace México. “Nosotras buscamos que se dejen de utilizar estos productos o artículos de un solo uso, particularmente los plásticos. Pero no sólo estos, porque cambiar, por ejemplo, una bolsa de plástico, por una bolsa de papel o un contenedor de plástico para comida para llevar, por un contenedor biodegradable o compostable, al final, es parte del mismo problema, porque sigue anclado en la cultura del usar y tirar y también van a generar residuos”.

El problema no sólo se da en los empaques, sino en casi todo lo que compramos, como la ropa, explica la representante de Greenpeace y asegura que la actual pandemia no sólo es una consecuencia, sino un llamado a la acción de la humanidad. “En estos momentos, en donde todavía estamos en medio de una pandemia global, podemos ver todavía más la urgencia, de cambiar este modelo de producción y de consumo capitalista. La misma pandemia se originó a partir de este modelo, que se basa en explotar a la naturaleza, ecosistemas y las especies que los habitan. La contaminación por plásticos y la generación de residuos también es parte de esto”.

El mundo sin plásticos

“En este año, derivado de la pandemia y también de cuestiones legislativas que están generando a nivel nacional, se han perdido cerca de 3 mil 200 empleos en la industria”, comenta el especialista de ANIPAC, refiriéndose a las prohibiciones de plásticos de un solo uso, como las bolsas desechables. “Entendemos que su afán (del gobierno) es regular o legislar, pero, desafortunadamente, muchas de las decisiones que han tomado, no han sido las correctas o las acertadas. Ya que muchas de estas han sido de manera unilateral, sin siquiera tocar base con nosotros. A nuestro juicio, muchas de estas iniciativas se han generado solamente con tintes políticos”.

Al preguntársele a Gerardo, qué pasaría si se eliminaran los plásticos de un solo uso de manera definitiva, pinta un escenario desfavorable para la sociedad. “Si tú te vas al supermercado o a la tienda de conveniencia, todos los productos vienen en un empaque de un solo uso. Solamente lo estás usando para transportar y que llegue el producto en buenas condiciones al usuario”, explica. “Yo te podría decir que podría haber un caos, un desabasto de alimentos y, la verdad, situaciones complejas adicionales a las que ya existen en cuanto a salud”. Se refiere, por ejemplo, al empaquetado de carne o ciertos artículos médicos que utilizan este tipo de plásticos.

Foto: Cuartoscuro

La industria automotriz, restaurantes, hoteles, tiendas y todas las demás que están vinculadas al plástico, se verían afectadas. “También todo lo que es equipos electrónicos, porque también el empaque es de un solo uso, no vamos a poder comprar ni siquiera una pantalla”, comenta.

Futuro retornable

“Tiene que haber un cambio desde la producción, el primer paso lo tiene que dar la industria”, asegura Esteban. “Por eso nosotros decimos que tiene que haber una responsabilidad mayor por parte de la industria. Muchos a este concepto le llaman ‘la responsabilidad extendida del productor’. El productor o el importador de plásticos desechables es quien tiene que empezar a innovar y a producir otro tipo de empaques y embalajes que no sean desechables y hacerse cargo de aquellos desechables a través de un proceso o de un control de la cadena de valor”.

Una de las alternativas, son los envases retornables, que siguen existiendo en el mercado. Esto garantiza tener un control de los empaques en toda su cadena de uso, explica Esteban. “Ese envase va a tener una custodia estricta en toda la cadena de valor. Tú llegas a la tiendita de la esquina o a la tienda de conveniencia o al supermercado, llevas tu envase, te dan uno lleno y ese envase vacío, la tienda lo va a entregar a la embotelladora, la embotelladora lo va a lavar y lo va a volver a ingresar al mercado”.

Según Esteban, los envases retornables pueden tener hasta 20 usos de vida, pero una vez finalizados, al estar en custodia, se garantiza que entren sin falta en el proceso de reciclaje. “Así es como deberían ser todos los envases y todos los embalajes de plástico: que puedan ser reusables muchas veces y que mantengan su valor y su custodia en toda la cadena de valor”.

Otras opciones

María de los Ángeles Vázquez, responsable del manejo de residuos para Coca-Cola México, confirma a El Semanario el tema de los envases retornables, los cuales se pueden usar hasta 25 veces si son de PET y 70 si son de vidrio. Los retornables representan un 47% de la producción de Coca-Cola, según cifras otorgadas por Vázquez. Por otro lado, como otros fabricantes de plástico, en su mayoría, han optado por el reciclaje y aseguran que el 98% de sus empaques tienen esta capacidad.

Foto: Cuartoscuro

Gerardo, comenta que la industria también ha presentado opciones como plásticos biodegradables, compostables y reciclados, sin embargo, suelen ser hasta cuatro veces más costosos, y las personas no los utilizan.

“El plástico no es malo por ser plástico, lo que es malo es qué hacemos con él cuando termina su vida útil. Si lo manejamos correctamente y con una disposición adecuada, éste se valoriza, se acopia y se recicla para convertirse en otro producto y así tener múltiples vidas”, dice María, mientras que Gerardo recalca: “Nosotros como industria, hemos hecho un esfuerzo grande para generar opciones o alternativas para que, no nada más los industriales, sino también la gente que genera los residuos, tenga la posibilidad o acceso a valorizarlos. El asunto es que sí requerimos el apoyo de otros dos elementos de la cadena, que es, uno: el usuario o el generador, que en este caso es la sociedad; y dos: la autoridad, el gobierno, en todo su nivel”.

El nuevo tabaco

El representante de Oceana, es directo en que los plásticos desechables deben considerarse peligrosos y dice que debe ocurrir algos similar al etiquetado y prohibiciones que ayudaron a reducir el uso del cigarro, cuando la sociedad se dio cuenta de sus efectos nocivos. “Yo veo una industria que no se ha dado cuenta que los plásticos desechables están por convertirse en lo que era la industria del tabaco en los años 90, que no le quedó de otra que aceptar que era dañina para la salud”.

Dice que es inevitable que se implementen reglas más estrictas y asegura que en enero, la Ciudad de México prohibirá más plásticos, como empaques de alimentos y popotes. Así mismo, resalta la importancia de que todas las partes se hagan responsables de este problema. “Es un círculo virtuoso”, asegura. “Primero la industria se responsabiliza de reducir y de confinar adecuadamente los plásticos. El gobierno se encarga de establecer las reglas claras, de sancionar a los infractores y de hacer un buen confinamiento de los residuos conforme convenga a sus atribuciones. Y la sociedad se va a tener que acostumbrar y va a tener que cambiar sus modos de vida, su modo de consumo”.

En la página mx.oceana.org, se puede firmar una carta dirigida al Senado de la República, la cual llega a los 16 miembros de la Comisión del Medio Ambiente, para insistir y exigir en que la ley genere acciones y cambie sus reglas.

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Foto: Oceana

Otro aspecto importante es que la sociedad debe cambiar de mentalidad, pues los plásticos desechables nos han acostumbrado a un estilo de vida perjudicial pero cómodo. “Parte de la responsabilidad de la sociedad es sacudirte ese confort. Empezar a pensar a futuro, pensar más allá de tu propia comodidad y acostumbrarte a las cosas que vienen”, advierte Esteban. “Empezar a asumir que la vida va a ser un poco menos cómoda. Empezar a asumir que vas a tener que guardar tus bolsas de tela o vas a tener que llevar algunos suplementos de empaques o embalajes al supermercado. Que vas a tener que comprar bebidas retornables”.

El representante de Oceana, asegura que sobre todas las cosas tiene que estar el medio ambiente. “Cuando todos tengamos dinero y no tengamos qué respirar, a ver qué pensamos entonces. Nunca hay que anteponer el desarrollo económico al desarrollo sustentable. Jamás (…) Si queremos tener un medio ambiente sano, si queremos tener un bienestar para las futuras generaciones y evitar que el océano muera ahogado en plástico, entonces así es como le tenemos que hacer”.

Women in Gamex: haciendo videojuegos, para crear unión

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Peligro: mujeres creando. Esta usted entrando a un mundo que tal vez no conoce, porque, aunque la mayoría de los desarrolladores de videojuegos en México son hombres, también existen mujeres interesadas y talentosas que, a pesar de los obstáculos, están reclamando su lugar. En las universidades, los profesores las bombardearon con comentarios despectivos. “A ver cuánto aguantas”, decían, invalidando sus conocimientos y capacidades sólo por ser de sexo femenino y estar en una carrera físico-matemática o de lógica y no en una de humanidades, como se esperaría de ellas. Pero todos estos prejuicios se acabaron, la tecnología es mujer.

“La habilidad no depende del género”, dice Diana Rodríguez en entrevista con El Semanario. Ella es cofundadora y directora general de Big Monster Games, además de crear y encabezar un movimiento que, en el último año, revolucionó la manera en que se veía a las mujeres en la industria de los videojuegos en México: Women in Gamex. “Traíamos como la duda de cómo poder crear espacios seguros y de inclusión para mujeres. Porque hay mucho interés en querer entrar en esta industria, pero hay muchas limitantes o ellas mismas se ponen limitantes”, explica.

Women in Gamex es una comunidad de videojugadoras, programadoras, diseñadoras, artistas y mujeres de todo tipo de profesiones, además de cualquier variedad de géneros. “Nosotros no segregamos ni a no-binarios, ni a géneros fluidos, ni a trans”, explica Diana. Aunque el proyecto comenzó oficialmente en enero de 2020, tuvo su génesis en actividades de 2019, la más importante, el “Women Game Jam”, donde equipos de mujeres debían desarrollar un videojuego en un tiempo limitado, bajo una temática específica. El mismo evento se repitió en 2020, de manera digital, además, dieron charlas mensuales sobre variedad de temas e hicieron otro “jam de juegos” con la Organización de las Naciones Unidas (ONU): “ONU Mujeres Jam”.

Este año, en “Women Game Jam” se crearon 114 videojuegos en 10 días, bajo el tema “Juntas a la distancia”, con equipos que tenían la ventaja de tener participantes de todo el mundo, por tratarse de una modalidad digital, debido a la pandemia de COVID-19. Mujeres en Japón, Chile, Perú y México, podían estar en un mismo equipo creando. “ONU Mujeres Jam”, también tuvo una respuesta positiva, que resultó en el desarrollo de 14 videojuegos en cinco días, bajo el tema “Vivir sin miedo es…”

Women in Gamex
Foto: Cortesía

Por todo lo anterior, Diana fue reconocida este año en la lista “GI 100”, creada por Game Industry, la cual reúne a las 100 personas y organizaciones de todo el mundo que han influido para cambiar la industria de videojuegos de manera positiva.

El poder de la unión

“La idea es que otras mujeres se empiecen a inspirar por estas mujeres”, cuenta Diana sobre sus proyectos. “A partir de ese evento (‘Women Game Jam’) nos dimos cuenta que sí era necesario que se creara una comunidad, necesitaba tomar forma y fortalecerse”. El mundo de la tecnología está dominado por hombres y para muchas mujeres basta con ver esta aplastante mayoría para preferir alejarse de las oportunidades. “Cuando tú vas a pláticas o demás, casi siempre ves hombres y no es que no haya mujeres, es que a muchas o nos da pena, o invalidamos nuestro conocimiento, porque a mí me pasó eso, o no queremos estar en la vista del público. Hay miedo, incertidumbre, muchas cosas”, asegura.

Por el contrario, la presencia de un grupo de mujeres da confianza, platica Diana, pues muchas no se animan a participar en los “game jams”, pero el panorama cambia cuando la palabra “mujeres” forma parte del título. “Cuando ven que es un grupo de mujeres, aceptan. Sienten que sus habilidades están de manera más equitativa y no se intimidad y participan. Entonces, ya el primer paso, lo dieron”, explica. “Han salido cosas bien positivas de esto, porque se han creado grupos de amistades de justo estas personas que se creen segmentadas. He conocido casos donde hay una chica trans, que decía ‘nunca me sentí cómoda y ahora tengo mi grupo de amigas’, a partir de que empezaron a participar en estos eventos de ‘Women Game Jam’”.

El cambio es evidente en ojos de Diana, quien ve a las jóvenes transformarse por completo del primer día del evento, al último. El videojuego, se vuelve sólo un pretexto. “Tú las ves el primer día, el viernes en la tarde y tienen esta actitud temerosa, ‘es que nunca he hecho un juego, es que no tengo idea de cómo se hace’”, platica. “Traen ese pensamiento de: ‘no soy capaz, lo sea o no lo sea’. Entonces, empiezan a desenvolverse y a crear y ven que desarrollaron algo, a lo mejor no desarrollaron el juego del año, pero desarrollaron un producto de principio a fin y entregaron algo. No sabes el detonante que genera eso. El domingo, tú las ves eufóricas, gritando, felices. Haber conseguido este logro, es mucho para ellas, terminan súper empoderadas”.

Un mundo de hombres

Pero llegar a espacios como los proporcionados por Women in Gamex, puede ser un largo camino, al vivir en una sociedad machista donde diversas situaciones tóxicas están muy normalizadas. Las mujeres tienen que cambiar su actitud y su forma de ser para sentirse aceptadas en ambientes masculinos y sufren ataques constantes que vienen desde sus maestros, cuando estudian alguna carrera como computación, por ejemplo, cuenta Diana. Usualmente a los hombres se les empodera en áreas de física, matemáticas y lógica, mientras que las mujeres desarrollan habilidades más humanísticas. Esto empieza desde que son niñas y si no se les apoya, “empieza la duda y entonces empiezan a sentirse no capaces”, explica.

Pero este es solo el primer paso, porque una vez que desean desarrollarse en la industria de videojuegos de manera profesional, se encontrarán con un ambiente hostil en muchos aspectos. Diana cuenta que conoce casos de mujeres que sufren en empresas de videojuegos grandes en otros países, como Gameloft y Ubisoft. Historias de acoso, poca representatividad, explotación y hostigamiento sexual donde los jefes inmediatos no hacen nada, son algunas de las situaciones que viven. Y la más común de todas: que “subestimen su conocimiento simplemente por ser mujer”.

“De nada me sirve a mí tener mujeres empoderadas que ya se crean capaces, que estén capacitadas y demás y no encuentren un lugar donde ellas se puedan sentir cómodas para laborar”, asegura Diana. “Sí habemos mujeres, pero hay empresas que de plano son puros hombres. Y yo les he preguntado a esas empresas: ‘oye, ¿qué has hecho tú para implementar en tu nómina a mujeres?’ Y ellos dicen: ‘pues sí, aquí está la puerta abierta’. ¿Pero qué estás haciendo? No porque digas, ‘vengan, mujeres’, las mujeres van a llegar solitas”. Y aunque pudiera sonar sencillo, para una mujer supone un gran reto entrar a una industria predominantemente masculina.

“Si yo tengo todavía dudas de mí, en una empresa donde hay 10 hombres trabajando, en una industria que pondera a los hombres, a lo mejor me siento intimidada y ya no voy”, dice Diana. “Me he enterado de casos de empresas mexicanas que les han llegado currículums de mujeres y les dicen ‘tu currículum cumple con el perfil, ven a una entrevista’. Y las chicas jamás se vuelven a comunicar. Entonces es la incertidumbre de ¿por qué ya no fue?, ¿por qué esta mujer ya no quiso asistir a la entrevista a seguir el proceso? Ahí las teorías pueden ser que se sintió intimidada por saber que es una empresa con más de 10 hombres trabajando juntos. Eso pasa mucho en las empresas de tecnología, donde son contadas las programadoras o las mujeres que interactúan en ese tipo de empresas, que luego dicen que los ambientes son muy pesados”.

Líderes del cambio

Pero, aunque no lo parezca, la situación no es negativa en todos lados. Diana cuenta el caso de una mujer trans, quien se fue de México con su pareja, debido a que la discriminación que sufría era intolerable. En Suecia, comenzaron a trabajar en King, empresa desarrolladora de “Candy Crush” y Toca Boca. Cuentan que la primera tiene cero tolerancia a la agresión sexual o al mal trato contra una mujer trans. Cualquier indicio de malas actitudes por parte de un trabajador, termina en despido.

Y así como a Diana la ubican como la mujer que empodera en videojuegos, ella cuenta que también hay mujeres en otras áreas de ciencia y tecnología, líderes que “están haciendo algo para abrir paso a las siguientes generaciones”. Diana no sólo hace esto desde Women in Gamex, pues su empresa, Big Monster Games, desarrolla videojuegos educativos y con propósitos sociales. “El poder del juego, no sólo del videojuego, es muy intenso”, asegura. “El juego conecta con la gente de maneras bien diferentes. Tanto el hecho de crear, como experimentar un juego, le llega de diferentes maneras a la gente”.

Entre sus proyectos destaca un jugo sobre violencia de género, creado en un jam convocado por el Centro de Cultura Digital y el British Council. En él, se buscaba la manera de resolver conflictos a partir del diálogo e identificar puntos de violencia que se están saliendo de control. Aunque no lo siguieron desarrollando, el proyecto llegó a presentarse en Inglaterra. Por otro lado, está “Mansión Alien”, un juego creado para la asociación civil Inoma y su plataforma de juegos educativos, Tak Tak Tak. En él, se busca que niños de entre ocho y 12 años, “tengan herramientas mentales suficientes” para rechazar las drogas de iniciación, como el tabaco o el alcohol. Para crearlo trabajaron con especialistas y ha sido el proyecto que Diana más ha disfrutado.

Educar para mejorar

Para Diana, la educación es algo muy importante, sobre todo ahora que es madre de una niña pequeña. Ella la apoya incentivándola a conocer lo que hay detrás de los videojuegos y metiéndola en talleres de arte y tecnología, temas que también le interesan. “Que vea todas las posibilidades que yo nunca tuve de niña, que pueda verlas y pueda empezar a interesarse”, dice. Pero el mayor aporte está en el ejemplo, considera: “Creo que el simple hecho de ver a su mamá trabajando un chorro, que me vea hablando con un buen de gente, hablando en inglés, en mil entrevistas, me ve de repente en YouTube. Ese es, para pronto, el primer ejemplo que le puedo dar: que tiene una mamá que trabaja un chorro y que se siente orgullosa de lo que hace”.

Women in Gamex
Foto: Cortesía

El reto para Diana, como un caso de éxito, realmente no tuvo que ver con su género, sino con las dificultades de crear una empresa, que son muchas, explica. Sin embargo, considera que tal vez gran parte de la ayuda la recibió de su socio, el CEO de Big Monster Games, Luis Castrejón. “Por mujer a mí nunca me ha costado y no sé si sea porque tengo un socio que me acompaña y también es igual de reacio como yo, nos hemos mantenido apoyándonos el uno al otro. Si no estuviéramos juntos, puede ser que Big Monster hubiera muerto hace muchos años”, asegura.

Diana hizo carrera como Diseñadora Gráfica y aunque dice que no tuvo mayores problemas para desarrollarse en la industria, cuenta que el mayor obstáculo se lo puso ella misma. “El prejuicio me lo hacía a mí misma, de mí para mí. Hace dos años yo me decía: ‘¿yo qué le voy a decir a la gente, si no tengo nada que decirles?, si yo no sé nada’. Para mí era más valioso mi socio que es programador, lo que él enseñaba tenía más valor que lo que yo podía enseñarle a alguien. Era como un autosabotaje”, platica Diana. Con la motivación de Luis y la ayuda de una amiga que le daba capacitaciones para hablar en público y exponer en charlas, con el tiempo aprendió a ganar confianza y construir la seguridad en sus habilidades y profesión.

No por nada, Diana dice tener sentimientos encontrados respecto a los movimientos feministas más extremistas, los cuales pueden ser muy excluyentes. “Cada uno puede hacer un cambio desde su trinchera”, explica. “No es solamente que tengas a mujeres empoderadas, yo soy muy ferviente creyente de que tenemos que cambiar como sociedad y no solamente los hombres, también las mujeres. Arrastramos muchas conductas machistas y demás, que son inconscientes y no tenemos ni idea que las traemos. Yo estoy muy a favor de todos estos movimientos que se hagan, pero también estoy muy a favor del respeto y de la educación. Si no empezamos educando a estas generaciones que están creciendo, por más que digas o hagas, nada va a cambiar. Yo abogo mucho por la educación en casa, no importa si es hombre o mujer, es una educación de respeto y empatía”.

¿Qué debemos hacer contra el COVID-19 en este fin de año?

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Las precauciones no han cambiado demasiado durante todo el 2020, sin embargo, esto no ha evitado que los casos positivos de COVID-19 aumenten en México. La situación se agrava en este fin de año, debido a las reuniones de Navidad y de Año Nuevo, así como la compra de regalos y otras actividades que han creado un nuevo pico de contagios. La llegada de la vacuna a México, no es todavía garantía de que esto terminará pronto y Claudia Hernández, médica cirujana y responsable de Staff Health en México, aconseja que nos preparemos.

“Es muy importante entender que vamos a estar con esto algo más de tiempo y pues debemos tratar de encontrar maneras de reducir la ansiedad y el miedo. En la página de covidmx, hay líneas de apoyo psicológico, donde la gente, en caso de que se sienta muy angustiada, puede llamar”. Hernández platicó con El Semanario, para hacer un repaso por las precauciones básicas que todos debemos seguir tomando durante la pandemia.

¿Qué precauciones debemos tomar en estas fechas de tantos festejos?

“Evitar salir en la medida de lo posible. Yo sé que ya nos lo han dicho mil veces, pero esa es la (precaución) más importante. También celebrar con la familia nuclear, la familia con la que vives y no traer y no visitar familiares”.

¿Cuáles son las precauciones clave si, por alguna razón, se tiene que usar el transporte público?

“El cubrebocas, eso es lo más importante. Desde que salen de su casa, hasta que regresan, no se lo deberían de quitar. Hay que tener el alcohol gel en una botellita y que no se les olvide. Hay gente que utiliza guantes para protegerse, esos guantes les protegen las manos, pero se están tocando la cara. Entonces, esos no estarían recomendados, porque dan una falsa sensación de seguridad”.

¿Qué se debe hacer al momento de regresar a nuestra casa del exterior?

“No está confirmado que sea obligatorio limpiar los zapatos con algún tipo de solución, estos tapetitos que hay en los centros comerciales. No es forzoso que tengamos uno. Pero sí sería recomendable cambiar los zapatos y la ropa, en la medida de lo posible, cambiarse por una ropa cómoda de estar en la casa y dejar lo que se usó en la calle, afuera. Lo ideal sería que esa ropa que se quitaron la guarden en una bolsa, separándola del resto de la ropa sucia y que la dejen al menos un día en esa bolsa. El virus dura de 24 a 48 horas y entonces ya no habría necesidad de hacer nada adicional al lavado que siempre hagan, agua y jabón normal”.

¿De qué material del que deben ser los cubrebocas?

“Hay varios tipos de cubrebocas. El recomendado para estar en la calle y para la gente que no está enferma, es el de tela. También existe uno que es el quirúrgico, que venden en cualquier farmacia, que tiene tres capas, ese sólo se debe usar en caso de que consideres que eres sospechoso o que estés atendiendo a algún enfermo. También están las N95 que son para uso médico, ofrecen el mayor grado de protección, pero sí es mejor dejarlo para la gente que está atendiendo pacientes directamente, porque sino se hace desabasto. Hay unas que tienen válvula y protegen a la persona que las usa, pero el problema es que evita que él respire cosas malas, pero con la exhalación, todo el aire que está sacando, pues es como si no trajera nada. Toda la gente que está alrededor se podría contagiar”.

¿Qué indicaciones debemos tomar en cuenta con los cubrebocas?

“Es importante saber cómo ponérselo adecuadamente. Nunca hay que tocar la parte externa, ves la parte anterior y la posterior, al posterior siempre va a ir en contacto con tu cara. Tiene que cubrir tu nariz, tu barbilla. Cuando la tengas puesta, no te la debes de tocar, si necesitas acomodártela, la agarras de las tiritas. Hay que procurar que te quede, hay gente que tiene la cara muy pequeñita y usan una mascarilla grande y se le cae o la trae debajo de la nariz o la boca. Cuando se la quitan, lo hacen tomándola de las tiras y la guardan. En caso de que vayan a comer, la pueden guardar en una bolsa ziploc y cuando se la vayan a poner no tocan la parte externa, que es la que ya está contaminada. La de tela la pueden lavar con agua y con jabón, lo ideal sería tener una para cada día. En cuanto la mascarilla se moja, ya sea de sudor o saliva, ya no sirve, si es de tela, te la cambias y usas una seca, si es de las desechables, la tienes que tirar. Las desechables se cambian cada cuatro horas”.

Si compras la despensa o algo del exterior, ¿qué se debe hacer?

“Hay gente que le echa Lysol o le pone algún desinfectante. No es necesario desinfectar todas las cajas, de hecho, si uno pone aerosoles y los inhala, si el virus estaba ahí, uno lo va a respirar. Lo ideal es dejarlos un ratito ahí, porque tampoco en el cartón dura mucho tiempo, en el plástico dura seis horas, entonces lo ideal sería poner en cuarentena las cosas, obvio darle una limpieza a algo que venga sucio. Porque si no, se van a pasar limpiando todo con cloro y no siempre es recomendable”.

¿La mejor manera de limpiar nuestro cuerpo del virus es sólo con jabón y agua?

“Es lo más recomendable, porque el virus tiene una capa que está compuesta de lípidos, que es grasa, con lo mejor que puedes romper la grasa es con el jabón. Obviamente un buen lavado de manos, que realmente frotes tus manos, tus dedos, el dorso de tu mano y te enjuagues bien. Eso es lo mejor para prevenir cualquier contagio. Aparte, si te tocas la cara, pues ya no traes nada con lo que te podrías contagiar. Cualquier tipo de jabón y alcohol gel, lo ideal es que sea al 70%, ese es el que está destinado para este uso y que de verdad desinfecta”.

Taller de la Rosa: cáñamo para vestir con consciencia

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Su padre buscaba fibras para fabricar calcetines y medias de mejor calidad. Ella estaba cerca de él y lo acompañó en estos procesos, pero jamás imaginó dedicarse a algo similar, en esos años, las preocupaciones de su vida estaban en la danza, la cual estudió hasta los 18 años. Lo que le interesaba era hacer arte, no vestir personas, por eso se fue a estudiar Artes Plásticas en The Royal Academy of Arts de Londres. Sin embargo, años después, Jessica de la Rosa descubriría que la creatividad no estaba peleada con la ropa, ni tampoco con el cuidado del medio ambiente.

Taller de la Rosa nació como un proyecto alterno, un trabajo extra para poder sostenerse mientras se dedicaba a sus obras, pero terminó por absorberla en una serie de eventos que ni ella pudo prever. “Se me hizo que podía mantener los dos mundos, seguir creando piezas, seguir estando en la parte artística y generar un negocio pequeño donde tuviera diseño y vendiera algo de ropa”, explica en entrevista con El Semanario. “Lo empecé a desarrollar de una manera que para mí era totalmente natural, que era como si desarrollara una pieza de arte y no una empresa”.

Todo cambió cuando descubrió el cáñamo, al cual se aproximó por primera vez a finales de 2017, mientras realizaba una pieza que involucraba plantas y semillas. “Se me hizo súper interesante que de una sola planta pudiéramos sacar tantos beneficios”, asegura. El cáñamo, sin embargo, sale de un tipo de planta de cannabis, cuyo cultivo es ilegal en México y en muchos otros países, pues a pesar de que tiene diversos usos, sus efectos psicotrópicos han hecho que se criminalice desde hace décadas. La situación va cambiando poco a poco, el uso médico es legal en México desde 2017 y este año el Senado aprobó el uso lúdico, aunque todavía no existe una regularización oficial de ninguno de esos dos aspectos.

Pero la marihuana es algo más que una droga recreativa y un medicamento, es también uno de los tejidos más resistentes y ecológicos del planeta, capaz de crear prendas que duren por siglos y de cultivarse con mucha menos agua que el algodón. “El cáñamo es una planta muy, muy noble”, dice Jessica. El llamado “cáñamo industrial”, sólo se puede cultivar en ciertas partes del mundo como Europa del Este y China, explica Jessica, sitios donde se usa para hacer cuerdas para fines marítimos, en industrias automotrices y de construcción, entre otras.

Su resistencia es legendaria, por ejemplo, en China, donde los emperadores hacían sus trajes de cáñamo, por su impresionante capacidad de duración. “Es como un símbolo que representa legados”, asegura Jessica. En Europa del Este, existe la tradición de que al casarse los novios deben recolectar tallos de cáñamo para fabricar su traje, en “símbolo de que nunca se va a deshacer ese matrimonio”, cuenta la artista convertida en diseñadora de ropa. Por si fuera poco, las prendas de este material pueden proteger contra los rayos UV y son térmicas.

Cáñamo
Foto: Taller de la Rosa

Cambiar la industria

Pero su afición por el cáñamo no viene simplemente de las bondades del material. Su panorama se abrió cuando descubrió que no sólo muchas de las técnicas de reciclaje y sustentabilidad no funcionaban, sino que la industria textil escondía un trasfondo perjudicial. “Me di cuenta de lo mucho que contamina y toda la catástrofe que está alrededor de la industria textil”, explica. “Desde los maltratos en las fábricas, el mal pago, la explotación de niños, etc; y también toda la explotación a los campos. Para obtener tanto algodón o tantas fibras que se utilizan en la industria textil, al ritmo en el que el mundo crece, pues tiene que haber una sobreexplotación del campo. No se podría mantener con un ciclo normal de los campos la industria”.

Existen tantos humanos que necesitan vestirse, que ni siquiera usar ropa de segunda mano, como ella solía hacer, ayuda al problema. “En realidad somos tantos en el mundo que comprar ropa y después regalarla, no va a desaparecer el problema. La ropa sigue estando ahí”, explica. “Una vez que la ropa rebasa la cantidad, ya no hay más dónde regalarla, a veces la mandan a islas, por ejemplo, Haití. Hay montañas y montañas de ropa que sobra, nadie las está utilizando, en descomposición, por todos los poliésteres que tienen, toda la materia plástica. Al descomponerse empiezan a producir gases y siguen contaminando”.

Otras opciones, como los cultivos de algodón orgánico, tampoco son una buena solución, pues utilizan fertilizantes muy costosos y mantenerlos genera un gran costo. “Creemos que estamos haciendo bien, pero, en realidad, mantener el costo de esos campos es muy elevado. La gente de campo sufre las consecuencias de seguir teniendo estos campos orgánicos y al final se quedan sin tierra porque los tiene que comprar la empresa o la industria”.

Jessica piensa que la ropa no tiene porqué ser desechable y esta es la primera idea que debe sembrarse desde el lado de la industria, como su propio Taller de la Rosa. “Deberíamos de generar consciencia, desde el principio al fin. Desde cómo se crea una pieza hasta que termina en manos del cliente. Eso deberíamos estarlo pasando siempre a las personas que compran. Para que realmente todos nos empapemos de una consciencia de consumir mejor”.

Lo más natural

Luego de hacer una profunda investigación del cáñamo y la industria, Jessica puso manos a la obra para la creación de Taller de la Rosa: una marca de ropa, creada de la manera más consciente y sustentable posible. Su decisión fue clara: telas resistentes, de calidad y un 90% naturales. “Son telas que le van a hacer un bien a la persona que las obtenga: van a durar muchísimo, no se van a desgastar, los van a proteger contra el clima y los rayos del sol y puedes tener una consciencia de que lo que estás obteniendo realmente es en beneficio a tu cuerpo”.

cáñamo
Foto: Taller de la Rosa

Aunque también trabaja con lino, sedas, lanas y algodones reciclados, gran parte de su material viene de telas en “dead stock”, es decir, las cuales se produjeron para otras empresas, pero nunca se utilizaron, quedando rollos almacenados por años. Sin embargo, la estrella de su empresa es el cáñamo, el cual obtiene de una ingeniera textil de Denver, Estados Unidos, con la que se asoció para importarlo, ya convertido en tela, formato en el que ya puede viajar por el mundo sin problema.

Desde su fundación en 2018, Taller de la Rosa ha crecido mucho, ahora tiene proveedores de “dead stock” en Europa y algodón reciclado de Guatemala, así como diversos talleres con los que colabora dependiendo de las prendas que fabrique. Incluso, lanzó una línea para camas, la cual tenía planeado presentar con un performance para dar una experiencia que envolviera todos los sentidos, pero ya no pudo realizarse debido a la pandemia de COVID-19.

Ropa y arte

El padre de Jessica fue CEO y director general de Grupo Sinkro, quienes se dedicaban principalmente a la producción de calcetines de la marca Cannon y medias Dorian Grey. “Sí estuve muy cercana a este punto, mi papá buscando fibras para generar nuevas medias, tecnología, ir a ferias textiles desde chica en Florencia”, cuenta. “Estuve muy cercana a este mundo textil, pero la verdad es que nunca pensé que iba a fascinarme tanto o a dedicarme realmente a esto, estaba muy metida en el arte”.

De esta manera, se da otro punto fundamental de su proyecto, pues Jessica está decidida a no presentar sus productos de una manera convencional, sino a aplicar todo lo que aprendió en Londres y en su experiencia como artista, además de crear alianzas y colaboraciones. “Siempre es un mundo muy nutrido en la parte creativa. Las caras del taller, modelos o fotógrafos o directores de arte, son personas que siempre nutren de otra manera el taller, con ideas, con una estética nueva”, cuenta.

Cuando regresó de sus estudios en Londres, se dedicó a hacer sobre todo videoarte e instalaciones, además de trabajar en varias galerías. Pero, aunque hoy se dedica totalmente a Taller de la Rosa, el arte no ha dejado su vida. “Es algo que siempre me acompaña y yo creo que también trato de mantenerlo reflejado en Taller de la Rosa. Sale un poco a través de las fotos y la comunicación que tenemos. Tratamos de hacer muchísimas colaboraciones con diferentes fotógrafos, o muestro piezas de videoarte, directores. Es un poco como seguir esta línea de que la marca se exprese a través de un mundo visual muy nutrido y te dé un poco más que solamente tratar de venderte un producto”.

Cáñamo
Foto: Taller de la Rosa

Mejorar el consumo

El otro acercamiento que tuvo con la cannabis antes de Taller de la Rosa, fue por su madre. Ella sufre de esclerosis múltiple y tomó aceite de cannabidiol para ayudar a su sistema nervioso. Jessica sabe perfectamente que la marihuana tiene tantos beneficios, que incluso la industria textil y farmacéutica le tienen miedo. Explica que los primeros pantalones de trabajo se fabricaron con cáñamo, debido a su resistencia, pero que no se implementó a gran escala en la ropa, porque no serían prendas que se volverían a consumir.

En opinión de Jessica, algo similar ocurre con la industria farmacéutica, pues todo se reduce a un crecimiento industrial. “Si podían sacar otras 10 patentes de otros 10 medicamentos, que no fueran solamente de una planta, al final es un poco lo que sucedió en toda la revolución industrial. Lo mismo el algodón y otras plantas que son muy buenas, pero no te duran tanto, su vida es muchísimo menos larga que la del cáñamo. Entonces, es muchísimo más fácil que tú compres algo y al tiempo lo tengas que volver a reemplazar y volver a comprar”.

En un mundo contaminado por todas las cosas que tiramos, donde nada está hecho para durar, algo tan resistente como el cáñamo parece no tener lugar. “(Antes) No comprábamos tan rápido como ahora. No teníamos la cultura del ‘fast fashion’ o de desechar las cosas tan rápido. Incluso tecnología, tengo un año con un teléfono, ya salió el nuevo, lo desecho y compro otro nuevo. No había tanto bombardeo de cosas que, entre comillas, ‘necesitamos’ para llevar un estilo de vida”.

Es por ello que Jessica considera muy importante cambiar nuestra forma de pensar, modificar nuestras acciones cotidianas, como el vestirnos. “Confío en que estamos viendo que no hay que consumir tanto. No necesitamos todo lo que nos ofrecen”, dice Jessica. “Es como volver a tener la cultura de apreciar las cosas con las que convivimos todo el tiempo y de saber también qué nos ponemos en nuestro cuerpo, cómo estamos utilizando las telas que tenemos. Realmente ver todo el ciclo y realmente cuestionarnos un poquito más las cosas”.

Detectar cáncer de mama por calor, rápido y cero invasivo

Lectura: 6 minutos

Un gran porcentaje de las tesis que se crean en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), terminan en la biblioteca. Solo unas cuantas se transforman en proyectos reales y hasta empresas exitosas que además logran ayudar a la comunidad. La tesis de Andrei Merino es una de estas pocas afortunadas. Hoy es un aparato tangible que podría revolucionar los diagnósticos de cáncer de mama, por medio de un proceso rápido, nada invasivo y que se puede realizar desde los 20 años de edad. Imagine que va a una consulta, le hacen seis fotografías y con eso es suficiente para saber si tiene indicios de una de las enfermedades más letales del planeta. Así de fácil funciona Thermy.

Ultrasonido mamal, mastografía y resonancia magnética, son algunos de los métodos actuales más usados para detectar cáncer de mama. También está la autoexploración, pero se trata de un método tardío, pues si encuentras algo físico es porque el tumor ya lleva creciendo un tiempo, explica Andrei en entrevista con El Semanario. De hecho, buena parte de los diagnósticos de cáncer de mama se hacen demasiado tarde y este es el principal problema. “Thermy lo que busca es igualar el tiempo de detección, la etapa uno, desde que el tumor mida menos de cinco milímetros”, explica el ingeniero biónico que se graduó de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA) del IPN en 2015.

Junto con otro compañero, Thermy comenzó como su proyecto de tesis, un estudio sobre la aplicación de la termografía para detectar el mencionado tipo de cáncer. En otras palabras, saber si se padecía esta enfermedad a través del calor, lo cual ya había sido planteado en décadas pasadas, pero no existía la tecnología para llevarlo a cabo. En 2015, participaron con esta idea en una iniciativa de Avon para apoyar proyectos contra el cáncer de mama y ganaron. Con el dinero del premio, crearon su empresa en octubre de 2016: Hearthcore. Cuatro años después, Thermy es una realidad que ya se ha aplicado en más de 3 mil estudios gratuitos. Sus logros, acaban de ganar el Premio Santander a la Innovación Empresarial 2020, en la categoría de Prototipo.

Calor fácil

“Nuestra meta es que Thermy sea como la prueba de embarazo del cáncer de mama”, dice Andrei, por la facilidad y rapidez con que se puede usar. Se trata de un dispositivo portable, que puede estar en un espacio de unos dos por tres metros. Tiene una cámara termográfica en un tripié, la cual se conecta a una computadora que hace todo el análisis. No hay necesidad de tocar a la paciente, hay otras pantallas donde ella misma puede ver en tiempo real lo que ve la cámara. Se capturan seis imágenes en dos tomas: frontal, lateral izquierda y lateral derecha. El resto es trabajo del software. Todo esto en alrededor de 15 minutos.

cáncer de mama
Foto: Facebook

“Al día de hoy, tuvimos que aplicar un protocolo clínico de validación, llevamos cerca de dos años y medio haciendo pruebas clínicas en la clínica FUCAM, la Fundación de Cáncer de Mama, donde hemos hecho más de 3 mil 700 estudios gratuitos”, detalla Andrei. “El resultado que hemos tenido es de más del 90% de sensibilidad, esto es bastante bueno, crucial para métodos de tamizaje. Ya estamos en la última etapa del protocolo, estamos por hacer la publicación de resultados”.

“El cáncer es un crecimiento anormal de células, se van multiplicando más rápido de lo que mueren, por eso se producen como bolitas, son un gran cúmulo de células”, explica. “Como cualquier célula, necesita alimentarse o consumir sangre, entonces produce un metabolismo, mayor flujo sanguíneo en esa zona. Al haber más flujo sanguíneo hay un incremento de la temperatura, les llamamos volcanes de calor”. Sus cámaras son muy sensibles para detectarlos, pues un cáncer puede subir uno o dos grados centígrados la temperatura, algo que no se puede percibir al tacto, pero sí con Thermy.

Sin radiación

Su invención presenta un análisis fisiológico, mientras que otros estudios son anatómicos, es decir, ven la forma del tumor, el tamaño y su densidad. Thermy ve el metabolismo. Esto sería un método complementario, explica Andrei: “En este momento, en México, la norma indica que, por lo menos, debes tomar en cuenta dos estudios para dar un resultado. No hay ningún estudio por sí solo que tenga la autoridad de decir que alguien tiene cáncer”. Ellos buscan que Thermy sea el primer método al que las mujeres recurran para saber la salud de su pecho.

Ante los estudios que ya han realizado, el ingeniero cuenta sobre los beneficios: “Algo que valoran mucho las mujeres es que es indoloro y no invasivo, no se tiene contacto con la paciente. Además, es portable, es accesible en cuestión económica. Es fácil de usar, no utiliza radiación, es bastante importante, porque lo hace un estudio 100% seguro, lo que permite dar un seguimiento a las pacientes, ya no tiene que ser anual o bianual, puede ser cada seis meses, cada tres meses, lo que el médico recomiende”.

“Otro factor muy importante es que puede ser usado a partir de los 20 años de edad”, agrega. “Esto es un gran valor, porque los métodos tradicionales actuales, como la mastografía, te recomiendan a partir de los 40 años o 50. En México, más del 15% del total de los casos, se presentan en mujeres jóvenes, menores de 40 años”.

Prejuicios de prevenir

La “prevención”, en el estricto sentido de la palabra, no es posible con el cáncer, debido a que no tiene un único origen. “No se ha encontrado una causa como tal de que te dé el cáncer”, explica Andrei. “Hay en cuestión genética algunos genes que se ha visto que cuando están alterados, hay una gran probabilidad de que se tenga cáncer de mama, pero no te dice cuándo. Puede ser a los 15 años, puede ser a los 70. Pero también hay mucha gente que no tiene alterado ese gen y que tiene cáncer de mama”.

Entre las causas de esta enfermedad se enumeran la radiación, alimentación, fumar, beber alcohol, cuestiones hereditarias, etcétera. “Son factores que incrementan en un porcentaje el riesgo, entonces, al no haber algo que digas ‘esto hace que te dé cáncer de mama’, no se puede prevenir. Por ende, la mejor opción, lo dice cualquier médico, cualquier investigador, es la detección oportuna o temprana”. Por ello, su meta principal es “hacer de la prevención una costumbre”.

“Es un cáncer que se suele detectar en las últimas etapas”, agrega. “Generalmente las mujeres madres de familia, suelen dejar su salud al final, primero van por los hijos, por el esposo y al último ellas. Es un tema también de pudor, temor, pena, ‘no voy al doctor para que no haga una exploración, no me toque o no lo platico con mi esposo’. Es un tema que no se habla mucho”.

El cáncer de mama es el que más se diagnostica y por el que más mueren mujeres en México y en casi todo el mundo y ante la falta de una cultura de prevención, “Thermy busca acortar esa brecha entre que se empieza a dar el cáncer y que empieza un tratamiento”.

Tecnología para ayudar

Andrei considera que la tecnología es clave para resolver muchas enfermedades y los tiempos se han presentado para ello. Pone de ejemplo la actual pandemia por COVID-19, donde gracias a los avances se analizó la situación y se desarrolló una vacuna en tiempo récord. “Conforme pasan los años, hablar de inteligencia artificial en diagnóstico médico ha pasado de ser un tema poco sonado a muy sonado y ahora necesaria”, comenta.

Foto: Facebook

En su empresa, Hearthcore, ellos mismos apoyan a otros estudiantes del IPN a que hagan esto una realidad, ofreciendo prácticas y ayudando en proyectos para que se apliquen los conocimientos en la vida real. Con 15 becarios en la actualidad, buscan que todas estas ideas no se queden en el papel. Hearthcore también se encuentra trabajando en otros proyectos, algunos de los cuales son sobre el pie diabético y el monitoreo de lesiones y fracturas en deportistas. En cuanto a Thermy, además de seguir afinando detalles, ya están tramitando registros sanitarios y terminando el proceso de patente. Esperan que en febrero o marzo esté en al menos un hospital más funcionando y para junio o julio poder mandarlo a otros estados.

“Siempre me gustó aplicar electrónica, programación. Fue hasta la carrera que empecé a conocer lo que era la biónica y el objetivo de ayudar a mejorar la calidad de vida a través de la tecnología. Me di cuenta de que lo que me gustaba podía servir para ayudar a alguien”, cuenta Andrei. “Ya iniciando con un proyecto, con una primera idea que ves que va funcionando, que es, por ejemplo, en mi caso, mujeres con cáncer de mama en la clínica, en los estudios que hacemos, te toca mucho el corazón”.

Caso Grace: la revolución del cannabinoide

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La revolución para legalizar la marihuana en México, comenzó con una niña de ocho años. Graciela Elizalde Benavides fue la primera persona en consumir cannabis medicinal de manera legal en el país, cambiando su salud y la manera en que veíamos esta planta para siempre. Su historia es mundialmente famosa: ella padece de una rara forma de epilepsia infantil conocida como Síndrome de Lennox-Gastaut, por la que llegaba a tener 400 convulsiones diarias, hasta que el aceite de cannabidiol llegó a su vida.

“Imagínate, nosotros estábamos ya desesperados. Grace ya tenía 400 crisis diarias, a veces hasta un poquito más”, recuerda su padre, Raúl Elizalde, en entrevista con El Semanario. De ser un abogado de una familia conservadora de Monterrey, que veía a la marihuana como algo negativo, pasó a ser uno de los más importantes activistas a favor de la planta en México y el mundo. Este año, se convirtió en co-CEO y posteriormente Director Ejecutivo de HempMeds a nivel global, la primera compañía en vender productos de cannabinoides extraídos del cáñamo en Estados Unidos, también pioneros en países como México, Brasil y Paraguay.

“A nosotros no nos quedaba de otra, dentro de todos los tratamientos que habíamos probado, nada había funcionado y habíamos intentado bastantes tratamientos diferentes, todos los tratamientos convencionales, habíamos probado también tratamientos alternativos”, agrega Elizalde. “Nada había funcionado. Nos platican que el cannabidiol, podría ayudarle a nuestra hija y la verdad no lo pensamos dos veces. Grace ha estado expuesta a drogas más difíciles, drogas farmacéuticas más duras que esta, entonces para nosotros fue una decisión muy sencilla”.

De 400 convulsiones, Grace pasó a unas 20, mucho menos intensas. Antes de tomar aceite de cannabidiol, se caía, se golpeaba y no podía dormir bien. Ahora no sólo logró conciliar el sueño, tiene un mejor nivel cognitivo, más apetito, puede mostrar sus emociones, interactuar con las personas y responder a su nombre. Desde el primer momento, se vio una mejora con esta sustancia, que toma por la mañana y por la noche.

“Yo también soy padre de familia, yo lo entiendo completamente este miedo de algunos padres de familia, como papá tengo tres hijas pequeñas y lógicamente no quiero que mis hijas caigan en ninguna de las drogas, ya sean legales o ilegales”, cuenta Elizalde. “Nadie queremos que nuestros hijos tomen alcohol, fumen tabaco, fumen marihuana en un futuro, no queremos que eso pase”. Porque, cabe mencionar, ni el aceite de cannabidiol que consume su hija, ni los productos de HempMeds, contienen cannabinoides psicoactivos. No es “marihuana”, como se pudiera pensar, sino cáñamo industrial. Por muchos años, el uso medicinal y el lúdico se criminalizaron por igual y de ahí los problemas que se viven a la fecha.

Raúl Elizalde
Raúl Elizalde, su esposa y su hija Grace / Foto: Cortesía

Una medicina efectiva

El caso de Grace fue un parteaguas para que, en 2017, se aprobara el uso medicinal de la marihuana en México. Sin embargo, desde entonces, no existe un reglamento claro para ello, lo que ha hecho que muchos proyectos de investigación y producción se encuentren detenidos. Este 2020, el Senado de la República aprobó despenalizar el uso lúdico de la planta, con lo que muchos, como Raúl Elizalde, esperan que por fin se avance más en el tema.

“Lo que ya estaba en la ley era el uso médico o terapéutico de la cannabis, lo cual está pendiente de una regulación”, explica Elizalde. “Hoy se regula el uso adulto y también se intenta regular, con esta ley que todavía falta de ser aprobada en diputados, falta regular o establecer los lineamientos o pautas para los usos industriales. Cuando hablamos de los usos industriales, estamos haciendo referencia directamente al cáñamo”.

“Esto es una realidad en varias partes del mundo, donde se están estudiando, más que nada, las ventajas que pueden tener estos cannabinoides en temas medicinales, prácticamente sus usos terapéuticos”, agrega. “Esto ya había sido aprobado desde 2017, hoy en día necesitamos una regulación para que puedan tener los pacientes más acceso a este tipo de tratamientos. Es muy importante porque son dos temas diferentes y creo que son más desde el punto de vista de derechos humanos que desde cualquier otro punto de vista”. La regulación medicinal es un derecho de salud, dice, mientras que la legalidad del consumo lúdico responde al “derecho a la libre personalidad”.

Epilepsia, problemas de ansiedad, Alzheimer, esclerosis múltiple, Parkinson y cáncer, son algunos de los malestares contra los que la cannabis ayuda, por medio de tratamientos coadyuvantes o paliativos, explica Elizalde. “La cannabis tiene aplicaciones terapéuticas muy amplias, estamos hablando de que, prácticamente, el ser humano tiene un sistema endocannabinoide. Esto quiere decir que los cannabinoides, como el CBD, por ejemplo, interactúan con receptores que nosotros tenemos en nuestro cuerpo. Ayuda muchísimo sobre todo en problemas neurológicos y en problemas de enfermedades inmunes”.

Numerosos beneficios

“Creo que el gobierno está haciendo algo muy importante y es algo que deben entender: ¿es un problema de salud la cannabis?, sí; ¿se estaba atacando desde el punto de vista de salud?, no. Nunca se atacó desde el punto de vista de salud, siempre se atacó desde un punto de vista criminal o un punto de vista penal, lo cual no hacía sentido. Es uno de los únicos delitos, en el cual, imagínate, consumir algo que solamente te hace daño a ti, era penado. No era claro cuál era la intención de hacer esto”, asegura Elizalde.

Raúl Elizalde
Foto: Cortesía

La Cámara de Diputados tendría que haber publicado oficialmente su dictamen sobre el uso lúdico de la marihuana, antes de que terminara el 2020, pero ya presentaron una prórroga en la Suprema Corte de Justicia, para seguir discutiendo y deberán entregar una propuesta a más tardar el 30 de abril de 2021. La nueva ley, aprobada por el Senado el pasado 19 de noviembre, plantea la creación de la Ley General para la Regulación del Cannabis y el Instituto Mexicano para la Regulación y Control del Cannabis, con modificaciones en la Ley General de Salud y el Código Penal Federal. En opinión de Elizalde, este Instituto tiene que dejar de criminalizar y plantear una diferencia clara entre el cáñamo y la marihuana

“Creo que se necesita una mejor y una más clara diferencia entre el cáñamo y la marihuana, con una regulación muy diferente para el cáñamo y una lógicamente más estricta para la marihuana, hoy no existe esa diferencia, por así decirlo, tan clara”, señala. “Y en el otro aspecto, es importante que el gobierno federal, publique finalmente el reglamento para los usos terapéuticos, que esto va enfocado a la industria farmacéutica 100%, pero es importante que se publique ya”.

Elizalde sabe que la marihuana es algo más que una planta recreativa e incluso medicinal y comenta que sus propiedades son muchas más de las que se conocen comúnmente. “La planta por sí sola, la semilla por sí sola es una fuente muy grande de proteína. Es la semilla que tiene mejor proteína en el reino vegetal. Por otro lado, el aceite de cáñamo tiene una proporción muy buena de omegas, omega 3 y omega 6, los cuales, como bien se sabe, con muy buenos para la cuestión neurológica, prácticamente los omegas se dice que son la gasolina del cerebro”. Así mismo, menciona las fibras con las que se hacen textiles que gastan menos agua que el algodón e incluso papel sin talar árboles.

Regular todas las drogas

“Hoy en día muchísimas personas han salido del clóset verde”, cuenta Elizalde, al referirse a los cambios que ha visto desde que entró en el “activismo cannábico” por su hija. “Cada vez es más normal que personas digan: ‘sí, consumo cannabis y no soy un delincuente, no soy un bueno para nada, soy una persona productiva para la sociedad’. Es mentira muchas de las cosas que se decían sobre el consumo de cannabis”.

Uno de los grandes miedos de muchas personas en cuanto al consumo de la marihuana, es su nivel de adicción, el cual existe, pero en opinión de Elizalde es mucho más bajo que el de otras drogas legales como el café, el alcohol o el cigarro.

Raúl Elizalde
Foto: Cortesía

“Lo importante es que esta nueva regulación tiene que ir con una fuerte propuesta, con un fuerte trabajo del estado para evitar el consumo de todas las drogas, incluidas las drogas legales, eso no queda en duda, se tiene que hacer y tenemos que avanzar en ese tema”, asegura. “La adicción sí existe, pero no es un tema que debería de preocuparnos, porque existen ya drogas legales que nadie está pidiendo que se prohíban. Lo que se pide es que se regulen, como en el caso de los productos de azúcar procesada. Lo que se está pidiendo no es que se dejen de vender estos productos, sino que tengan una mejor regulación, para tratar de evitar el consumo indiscriminado”.

Espacio para la libertad

Elizalde es el primer mexicano en dirigir HempMeds, filial de Medical Marijuana Inc. Pero hace unos años la situación era muy diferente, incluyendo su percepción sobre la marihuana. “Yo soy de Monterrey, es una ciudad muy conservadora, mi familia es conservadora, para mí todo lo que venía de la marihuana era algo negativo”, recuerda. “Por eso yo entiendo a las personas cuando se expresan de manera negativa de la cannabis, los entiendo, yo pensaba de esa manera. Pero el ir estudiando sobre el tema, el ir conociendo más sobre las verdaderas causas de la prohibición, el ir conociendo más sobre las cuestiones negativas que representa el tener esta prohibición, me hicieron cambiar de opinión”.

Como padre de tres hijas, naturalmente le preocupa que caigan en las drogas, pero entiende que el problema es mucho más complejo. “Hay que hablar con nuestros hijos con la verdad. Hay que hablar exactamente lo que es. ¿Qué es lo que pasa? Muchas veces las campañas para la marihuana, campañas para la prevención de las drogas, eran tan exageradas que los jóvenes no creían en ellas, los jóvenes prácticamente sabían que les estábamos mintiendo y querían probar para asegurarse que era una mentira”.

“Creo que lo que se tiene que hacer es decir la verdad, decir los riesgos tal y como son, sin exageraciones y ayudarlos siempre a que traten de evitar cualquier tipo de droga, tener buena comunicación con nuestros hijos”, explica. “Pero si ellos, en determinado momento, cuando son adultos, deciden probar alguna droga, pues bueno, siempre tener muchísima comunicación con ellos. Claro que como padres tenemos que hacer lo posible porque no lo hagan, es parte de lo que nosotros tenemos que darles, educación, cariño, etcétera”.

Cuando sean adultas, sus hijas tendrán la libertad de decidir y a Elizalde le gustaría que vivieran en un país donde la marihuana fuera completamente legal. “De lo que yo sí estoy convencido, es que a mí no me gustaría, en el caso de que alguna de mis hijas decidiera, por su voluntad propia, probar alguna droga, es que tuvieran que recurrir a este mercado negro, el cual no tiene escrúpulos, al cual no le importa la edad de las personas, no tiene métodos de control, está lleno de violencia y de otras problemáticas. Lo que se trata hoy en día es quitar a las personas de ese mercado negro y creo que eso es algo muy importante”.

Raúl Elizalde
Grace Elizalde despues de 5 años de tomar aceite con CBD / Foto: Cortesía

Jóvenes desarrollan proyecto con la UNICEF e innovan videojuegos

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El gusto por los videojuegos lo adquirió en la carrera. Lo que le gustaba era la animación y la tecnología, esa fue la principal razón por la que entró a estudiar Ingeniería en Animación Digital y posteriormente una maestría en Narrativa y Producción Audiovisual, en la Universidad Panamericana. Su nombre es Andrea Oviedo y ahí encontró el balance perfecto entre las ciencias y exactas y el arte, las caricaturas de Nickelodeon y la pedagogía, los videojuegos y el impacto socioemocional. El ying y el yang de su vida.

Andrea también es directora y cofundadora de Pixframe Studios, una empresa creada en 2013, a partir de una idea: desarrollar un videojuego para niños con déficit de atención. El resultado fue todo un éxito, apoyado incluso por el Fondo de Innovación de la UNICEF (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia) en 2018. Actualmente, este juego llamado Towi, es capaz de diagnosticar y ayudar a mejorar distintas habilidades de niños y hasta adolescentes y adultos. Todo comenzó cuando uno de sus profesores la invitó a ella y a otros estudiantes a participar en Imagine Cup, un concurso de Microsoft para estudiantes, cuyo objetivo es usar la tecnología para resolver problemáticas sociales.

“Como estábamos estudiando todos animación digital nos apasionaba el tema de los videojuegos, su uso en la educación y demás”, platica Andrea a El Semanario, a través de una conversación de Google Meets. Ahí nos cuenta sobre su carrera y la importancia para ella del término “serious games” (“juegos serios”), es decir, videojuegos que tienen un propósito educativo, de salud o para resolver cualquier tipo de obstáculo. “Donde exista un problema, ahí hay una oportunidad para muchos tipos de soluciones, la tecnología es un gran aliado para ellos. En particular, para los videojuegos es una gran área”, asegura.

Andrea Oviedo
Andrea Oviedo, directora y cofundadora de Pixframe Studios / Foto: Facebook

Un viaje de enseñanza

Towi cuenta la historia de un personaje animado, que tiene que hacer un viaje a la isla del mismo nombre. Por medio de la preparación de esta travesía, se puede diagnosticar déficit de atención. Los usuarios deben, primero, colocar los datos en el boleto de avión, con lo que se evalúa la consciencia de realidad y contexto. Después, deberán armar su maleta, para ver su curva de memoria; luego, van en taxi al aeropuerto, a través de un laberinto donde se puede ver qué tan bien planean una ruta y siguen las instrucciones. Finalmente, para tomar su vuelo, deben reaccionar ante ciertas secuencias de letras.

El resultado de Towi es válido como instrumento de medición neuropsicológica, explica Andrea. Los médicos pueden ver datos representativos y certeros, en tan sólo cerca de 40 minutos donde el niño se divierte y juega, evitando varias horas en sesiones tradicionales. Posteriormente, una vez en la isla Towi, los niños podrán seguir el juego, el cual ahora tiene el objetivo de ayudarlos a mejorar su flexibilidad cognitiva, control de impulsos, velocidad de procesamiento, etcétera, por medio de actividades y retos que los motivan a mejorar.

“Son habilidades muy importantes de evaluar y desarrollar para niños con TDAH (trastorno por déficit de atención e hiperactividad), pero no nada más para ellos, en realidad para cualquier persona es importante desarrollarlas porque son la base del aprendizaje”, asegura Andrea. El primer prototipo los hizo ganar el primer lugar nacional del Imagine Cup, lo que los llevó a representar a México a nivel mundial en Australia, donde, aunque no ganaron, recibieron un importante consejo: “Nos dijeron: ‘esto no se debe quedar en un proyecto de concurso, que sea algo que llegue más allá, que sea algo que sí se implemente, porque sí se necesita’”.

Creación constante

Towi hoy se puede descargar de manera gratuita en distintas plataformas. Para crearlo, conjuntaron el trabajo de ingeniería con especialistas en psicología, neurociencia y cognición, personas con experiencia dando terapias de aprendizaje y psiquiatras que diagnostican problemas de aprendizaje. Todo esto les cambió el panorama de lo que se podía hacer con la tecnología. En el proceso, lograron llamar la atención de instituciones y empresas, con lo que se formó Pixframe Studios, para ofrecer sus servicios.

Andrea Oviedo
Foto: Towi

Muchos querían implementar dinámicas similares a Towi. Pixframe ha trabajado con la Secretaría de Educación Pública, el Instituto Nacional de Bellas Artes, AT&T y start-ups educativas, desarrollando proyectos de capacitación empresarial y evaluaciones académicas, entre otras cosas. Hoy en día, uno de sus proyectos más importantes es el que trabajan con UNICEF y aunque Andrea dice que no puede contar mucho, adelanta que se trata de una plataforma para regularizar alumnos que pasan de secundaria a prepa en temas de matemáticas, para lo cual usarán gamificación e inteligencia artificial.

Andera hoy también da clases en la Facultad de Ingeniería donde se formó y planea hacer ahí un proyecto el próximo año: crear un videojuego con propósito e iniciar un laboratorio de donde salgan más productos similares. “Vamos a tener un equipo integrado por alumnos de diferentes áreas, los cuales van a recibir mentorías tanto de expertos dentro de la universidad, como de fuera. Estamos buscando esta vinculación con la industria, en la cual ellos funjan como mentores del equipo y les ayuden a sentar bases sólidas y que podamos desarrollar este tipo de proyectos internamente en la universidad”, explica.

Jugar para aprender

“Normalmente las personas cuando escuchan ‘videojuegos’ piensan en entretenimiento, en diversión, en ocio, algo que sí es para pasar el rato”, explica Andrea. “Y ya se ha comprobado que los videojuegos desarrollan muchas habilidades cognitivas intelectuales, socioemocionales, por el tipo de experiencia que representan. Estamos poniendo a prueba toda nuestra capacidad al momento de jugar un videojuego”. Hasta Mario Bros ha provocado aumentos en materia gris, asegura.

Andrea Oviedo
Equipo de Pixframe Studios / Foto: Cortesía

“Las posibilidades son infinitas”, dice sobre los “serious games”. “¿Dónde podemos aplicar esto? Pues prácticamente en el contexto que queramos. Se usan mucho en temas de educación, pero no sólo educación académica, sino también educación de cuestiones ecológicas, por ejemplo. También hicimos para una empresa un juego que era de separación de basura para inculcar esto a los niños”. Como otro ejemplo, comenta sobre un juego que busca concientizar sobre los problemas de violencia de género, lo que habla de que incluso temas delicados, donde puede ser difícil empatizar, se entienden a mayor profundidad con estas herramientas.

“Cuando están dentro de un videojuego lo están viviendo, son como los sujetos que están viviendo este problema, es más fácil que generen empatía”, explica. “Aunque no sea muy realista el juego, al final tú te estás metiendo en esa ficción, te vuelves parte de esa historia. Esto genera en nuestro cerebro un efecto muy diferente que si viéramos un video o si leyéramos un escrito. Aquí somos activos, aquí estamos involucrándonos, tomando decisiones, realizando acciones”.

Ahora que también da clases, entiende mucho más a fondo la manera en que puede mejorar la vida de las personas por medio del conocimiento. “Cualquier tipo de experiencia que resulte motivadora para los alumnos, va a hacer que lo que les enseñemos se quede por mucho más tiempo, sea mucho más profundo y no sea solamente algo que estudié para un examen que ya pasó y que nunca lo voy a volver a recordar o a usar. Eso es lo que buscamos con este tipo de cuestiones”. La motivación es clave, pues “hace que quieras aprender, que quieras resolver problemas, que quieras volverte mejor para poder superar un reto”.

México con buen futuro

Andrea no soñaba, como muchos niños, con dedicarse a la creación de videojuegos. De hecho, casi no jugaba, hasta que estuvo en la universidad. Lo que le interesaba era la animación, creciendo en la década de los 90 con las caricaturas de Nickelodeon, el renacimiento de Disney y la aparición de Pixar. “Cuando descubrí Pixar y cómo se hacía el proceso de creación de una animación, las herramientas que se ocupaban para eso, para mí fue descubrir un mundo nuevo y todo eso me parece fascinante, es lo que a mí me ha gustado siempre”.

También le interesaba la tecnología, las matemáticas, las ciencias exactas y hasta la educación y aunque parecía que lo primero no empataba con lo último, hoy todo tiene sentido en su vida. Además, dice sentirse privilegiada, pues nunca tuvo problemas con su familia, como sabe que sucede con otras mujeres por estereotipos de género. “A muchas otras mujeres no les dan ese apoyo, al contrario es, perdón, y me parece horrible la frase, pero les han dicho: ‘¿no quisieras estudiar algo más de mujeres o dedicarte a algo más de mujeres?’ Y ese tipo de prejuicios que dices ‘wow, ¿2020 y eso sigue pasando?’”

Andrea Oviedo
Foto: Pixframe

Aunque la industria de la creación de videojuegos en México no es tan grande como en otros países, Andrea dice que hay muchísimo talento y que la situación ha mejorado en años recientes. “Cuando yo empecé esto hace siete años, no había muchas cosas de las que existen ahora. No había apoyos, foros, iniciativas, concursos, fondos, ‘n’ cantidad de apoyos que existen ahora”, cuenta. Sobre todo en lo referente a “serious games”, dice que hay grandes proyectos en México, aunque no se den a conocer, porque se quedan en su contexto interno en empresas, escuelas y demás instituciones.

Andrea asegura que lo que no exista en cuanto a “juegos serios”, se puede crear. “Las posibilidades son muy amplias” y también el potencial, el interés y el gusto en México, consumidor número uno de videojuegos en Latinoamérica y número 12 a nivel mundial. Ya sólo falta identificar un problema y la tecnología nos dará la solución.

México: mucho sol y vientos, pero rezagado en energías renovables

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Aunque a México se le suele conocer como “un país petrolero”, existe más sol y viento que petróleo. El país tiene todas las posibilidades para crecer en el ámbito de las energías renovables, pero hace falta voluntad política y un autocuestionamiento de todos los ciudadanos. Así opinaron tres expertos en el 34 y último foro virtual organizado por El Financiero, el cual llevó por nombre: “Energías renovables: el camino limpio a la recuperación”.

“México es un país que ha representado un enorme crecimiento en los últimos años en la instalación de energías renovables. Sin embargo, falta todavía muchísimo más”, aseguró en el evento virtual Montserrat Palomar, Responsable de Sustentabilidad de Enel Green Power México. “Somos un país privilegiado en el recurso sobre todo eólico y solar, que podemos tener para contribuir al mundo con la solución de las energías renovables, que es algo que necesitamos todos y que no en todas las geografías se puede desarrollar con el mismo potencial que en nuestro país”.

Enel Green es una empresa con presencia en los cinco continentes, que se dedica a la producción de energía por medio de fuentes renovables y son responsables de muchos parques eólicos y solares en México. Montserrat explica que, aunque hubo un crecimiento exponencial de estos sitios en los últimos años, lo que logró mitigar millones de emisiones de dióxido de carbono (CO2), principal responsable del calentamiento global, todavía hay mucho camino por delante y mucha capacidad para crecer. Esto para así cumplir con los compromisos que tiene México con el Acuerdo de París, para reducir la temperatura del planeta, creando energía sin impactar el medio ambiente.

En la charla, moderada por Víctor Piz, editor en jefe de El Financiero, además de Montserrat, participaron Sharon Zaga, presidenta y directora del Museo Memoria y Tolerancia y Víctor Ramírez, vocero de Plataforma de México Clima y Energía. Sharon enfatizó la problemática del calentamiento global, la cual se muestra en su museo por medio de una exposición temporal titulada, “Tic Tac: El Cambio Climático es Ahora”. En ella, se puede ver “la capacidad destructiva que tiene el ser humano”, con consecuencias que amenazan a toda la especie.

“Parece que los seres humanos no tendríamos esta capacidad de destrucción, o de estupidez, para provocarnos esto”, comentó Zaga. “Sin embargo, al principio, esto sucedió por un tema de desinformación, en el que se invirtieron billones de dólares para que pensáramos que todos son ciclos naturales, que el ser humano no es capaz de afectar al clima”. A pesar de que la ciencia hoy comprobó los daños a la naturaleza y las consecuencias en el clima por la actividad humana, “seguimos actuando de la misma manera”.

Falta de energía

Víctor Ramírez aseguró que México solía ser uno de los países más atractivos para invertir en energía renovable. Por tres años de subastas de energía eléctrica a largo plazo, se agregaron 2.5 gigawatts de capacidad instalada anual, explicó. Esto es 10% de la capacidad total con energía limpia, principalmente solar y eólica. Sin embargo, este crecimiento se detuvo.

“En este momento, de facto, no tenemos alguna forma de cumplir como país con nuestras obligaciones en materia de mitigación de emisiones, desde el punto de vista energético”, aseguró Ramírez. “No lo hay por voluntad política, porque, en realidad, la ley da los instrumentos suficientes para hacerlo. Si me dijeran ¿qué cambios tenemos que hacer?, en realidad, el único cambio que tenemos que hacer es respetar la ley”.

Actualmente, según el vocero de Plataforma de México Clima y Energía, en el país sólo se están instalando paneles solares en pequeña y mediana escala y no existen los grandes proyectos que se necesitarían para reducir las emisiones de CO2, como lo indica la Organización de las Naciones Unidas. Hoy se tienen unos 350 megawatts de capacidad instalada anual, dijo, y se necesitarían 3.5 gigawatts, es decir, 10 veces más.

Lamentablemente, Ramírez comentó que hacen falta permisos de generación de Comisión Reguladora de Energía, así como otros permisos sociales y medioambientales. Otro freno se encuentra en Oaxaca y Tamaulipas, las dos zonas más ricas en energía renovable, que han visto copada su capacidad de transmisión. La energía que se genera se debe llevar a las zonas de consumo, para lo que necesitan líneas de transmisión que sólo puede desarrollar el estado, o bien, empresas privadas con contratos de gobierno. Pero nada de esto se está haciendo.

La solución está en nosotros

“Necesitamos que este tipo de energías sigan creciendo en el país”, aseguró Montserrat. “Que la infraestructura se mejore, que la regulación favorezca soluciones que generen valor para todos y no sólo para unos cuantos. Y que todos sigamos también siendo muy conscientes de las decisiones que podemos tomar. Que se generen incentivos para quienes toman estas decisiones y que todos, multilateralmente, vayamos sumando a las grandes soluciones que nos exige el cambio climático, que requiere de la participación de todos y que va más allá de un gobierno, de una nación o de una frontera”.

Sharon respaldó lo anterior, pues considera que el primer gran paso que debe dar la humanidad, está en nosotros mismos y en nuestros hábitos de consumo. “Nosotros lideramos con nuestra opinión, con nuestra decisión, en la forma en la que consumimos, en la forma en la que decidimos ¿cuál es el verdadero costo de los productos que compramos? Porque realmente este es un problema enorme que no tiene una solución simple y nos afecta diferentes maneras”, dijo.

La directora del Museo Memoria y Tolerancia, puso de ejemplo el consumo de una hamburguesa en una cadena de comida rápida, una acción que pudiera parecer simple y barata, pero que implica millones de vacas en granjas industriales que generan emisiones, alimentos que se tienen que refrigerar y transportar, todo lo cual tiene un impacto en el medio ambiente. “En el museo van 500 mil jóvenes al año y nos dicen: ‘lo que más me preocupa en mi futuro, es el medio ambiente’. ¿Qué estamos haciendo por esa preocupación? ¿Apuntando a que alguien más lo resuelva?”

Aunque la gente suele pedir que no se hable del cambio climático en términos tan dramáticos, estamos en un punto de no retorno, aseguró Sharon. Por ello, debemos exigir y cuestionarnos, pues esta es una pelea “por nuestro presente y futuro inmediato”. “Nos preguntamos, si lo que estamos viviendo en el mundo, fenómenos meteorológicos extremos, inundaciones, incendios, ¿son un castigo? ¿O son producto de que nuestra forma de vivir no es sostenible?”