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Lo que no se mide, no se puede mejorar

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Desde el siglo XIX, el físico y matemático británico William Thomson Kelvin hablaba de la importancia de aplicar parámetros de medición para evaluar lo que hacemos y perfeccionarlo, pues sostenía que: “Lo que no se define no se puede medir. Lo que no se mide no se puede mejorar. Lo que no se mejora, se degrada siempre”.

Toda función directiva, proceso de gestión, implementación de políticas o proyectos, en cualquier sector, público, privado o social, tiene como elemento imprescindible la medición, pues sólo con información ordenada es posible adoptar decisiones, diagnosticar, planear y proponer mejoras continuas. 

Sin embargo, a pesar de las ventajas que brindan las mediciones, su potencial no se explota como se debiera, sobre todo en las administraciones públicas.

estadisticas
Imagen: Miniciencia.

En el marco del Día Mundial de la Estadística (20 de octubre), que se celebra cada 5 años, conmemorándose en este 2020, vale la pena visibilizar su valor, pues las estadísticas sirven para medir, porque a través de la recolección, análisis y estudio de datos podemos comparar resultados y comprender el desarrollo de una situación específica.

De acuerdo con la Ley del Sistema Nacional de Información Estadística y Geográfica, este tipo de información facilita resultados cuantitativos, a partir de la sistematización de datos primarios sobre hechos que son relevantes para el conocimiento de fenómenos económicos, de gobierno, de seguridad pública, de impartición de justicia, demográficos y sociales, así como sus relaciones con el medio ambiente y el espacio territorial.

Así, por ejemplo, gracias a la Encuesta Nacional de Calidad e Impacto Gubernamental del INEGI, podemos saber que en 2019, la inseguridad, la delincuencia y la corrupción se consideraban los problemas más relevantes para las y los mexicanos.

La información estadística facilita a los gobiernos y a la ciudadanía un mejor conocimiento de la realidad para plantear políticas públicas que combatan los males nacionales. Por eso, a fin de que sean consultadas por cualquier persona, en las leyes de transparencia se ha establecido la obligatoriedad de su difusión en los portales de información pública, en formatos abiertos para que sean reutilizadas, garantizado su calidad.

alteraciones a las estadisticas
Imagen: Milenio.

La confianza y credibilidad del público en los sistemas estadísticos oficiales es vital para fortalecer su relación con el Estado, tan necesaria en crisis como la sanitaria, económica, social y política que enfrentamos, y más aún en un mundo digital en el que cada vez hay más datos circulando, sin certeza de su procedencia y veracidad.

Las instituciones públicas, en particular, las generadoras de estadísticas tienen el reto de asegurar que la información que proveen sea verificable, oportuna, actualizada, accesible y disponible para la gente, debiendo tener la capacidad de desagregarla a poblaciones con mayor vulnerabilidad (mujeres, indígenas, adultos mayores, personas con discapacidad, entre otras), considerando sus necesidades, para ampliar sus beneficios.

Asimismo, se debe garantizar la producción de estadísticas sobre los distintos campos impactados por la enfermedad de COVID-19, para tener memoria de su comportamiento y efectos, que nos lleven a aprender de la experiencia, para evitar repetir errores y encontrar alternativas de superación.

En las aventuras de Sherlock Holmes de Sir Arthur Conan Doyle, el agudo detective expresaba su necesidad de contar con datos, pues decía que “no podía hacer ladrillos sin arcilla”. La información estadística es justo la arcilla que como sociedad requerimos tener, para que, a través de su aprovechamiento, identifiquemos áreas de mejora e innovación que, a manera de ladrillos, permitan construir soluciones contra los problemas actuales.


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La información como eslabón para romper el círculo de la pobreza

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Todos los días presenciamos la profunda inequidad de oportunidades que enfrentan millones de personas, pese a tener los mismos derechos humanos consagrados en la ley.

Amartya Sen, Premio Nobel de Economía, considera a la pobreza como “la privación de capacidades básicas y no sólo como la falta de ingresos”. Se trata de un fenómeno complejo y multidimensional, que muestra la expresión más drástica de la desigualdad, y que va más allá de la escasez de recursos.

Dicha privación puede expresarse en términos de desnutrición, falta de atención médica, analfabetismo, brechas de todo tipo. La pobreza representa un obstáculo para el disfrute de las libertades fundamentales que permitan tener una vida con bienestar.

Las personas que viven en pobreza experimentan múltiples carencias y adversidades que atentan contra su dignidad, como habitar viviendas inseguras e insalubres, tener condiciones de trabajo deficientes y peligrosas, ser más propensas a enfermedades, estar en situaciones de mayor vulnerabilidad, sufrir discriminación y estigmatización.

pobreza
Imagen: Rita Almendra Romero.

En México, de acuerdo con cifras del Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), en 2018, el 41.9% de la población se encontraba en situación de pobreza (52.4 millones).

Cada año en el mes de octubre se conmemora el Día Internacional para la Erradicación de la Pobreza (17 de octubre), con el fin de generar conciencia sobre las necesidades para mitigarla en el mundo hasta llegar a su eliminación.

La actual pandemia de COVID-19 representa un gran desafío para el objetivo de desarrollo sostenible de la Agenda 2030 relativo a poner fin a la pobreza. Según el CONEVAL con datos al segundo trimestre de 2020, el impacto económico de la crisis sanitaria en nuestro país podría incrementar la pobreza por ingresos entre 7.2 y 7.9%, es decir, que alrededor de 8.9 y 9.8 millones de personas podrían sumarse a la población con recursos insuficientes para adquirir una canasta alimentaria, bienes y servicios básicos.

La misma agenda mundial prevé que para alcanzar un desarrollo sostenible es clave tener instituciones eficaces y transparentes que rindan cuentas; y asegurar el acceso público a la información. De ahí la importancia de que los órganos garantes de transparencia incidamos en el combate a los principales problemas nacionales, como es la pobreza y la desigualdad.

pobreza y hambre
Imagen: Hilal Özcan.

El derecho de acceso a la información, que nos permite decidir mejor y potenciar otros derechos, debe jugar un papel transformador para aminorarla y mejorar la vida de las personas en su educación, salud, trabajo, economía, cuidado del ambiente, para avanzar en la inclusión social.

En ese mismo sentido, la educación también es un factor clave contra la pobreza. La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO) en su informe Reducir la pobreza mundial a través de la educación primaria y secundaria universal, de 2017, estimó que, de alcanzarse la universalización de la enseñanza secundaria en la población adulta, más de 420 millones de personas podrían salir de esta condición de indigencia, es decir que, en una generación, se podría reducir en más de 50% la pobreza a nivel mundial.

Nelson Mandela afirmaba que: “erradicar la pobreza no es un acto de caridad, es un acto de justicia”. En tiempos tan inciertos con desafíos mayúsculos a enfrentar, aprender a maximizar el uso de la información de calidad en beneficio de las personas, en lo individual y colectivo, puede fungir como eslabón para romper el círculo de la pobreza.


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Datos abiertos, una ventana a las estrellas

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Hace 51 años, Neil Armstrong pronunció la famosa frase: “un pequeño paso para el hombre, un gran salto para la humanidad”, mientras dejaba su huella impresa en el polvo lunar. Tal acontecimiento muestra que, a través de innovaciones científicas y tecnológicas, fuimos capaces de llegar más allá de nuestro mundo.

Para conmemorar las contribuciones de la ciencia y la tecnología espaciales al mejoramiento de la vida humana, y con el objetivo de despertar vocaciones por estas materias, cada año se celebra del 4 al 10 de octubre la Semana Mundial del Espacio, en la que participan gobiernos, instituciones académicas, organizaciones –incluidas agencias espaciales y empresas aeroespaciales–, y la sociedad en general.

¿De qué serviría el estudio del cosmos si no compartiéramos el conocimiento adquirido con los habitantes del planeta y nos resultara cercano? Una manera de socializar dichos saberes y generar otros nuevos es mediante el aprovechamiento de los datos abiertos, los cuales, como sostiene la CEPAL, son un recurso clave para las actividades sociales y comerciales, más aún en la era digital, porque impulsan la innovación.

transparencia datos abiertos
Imagen: Compromiso Empresarial.

La Carta Internacional de Datos Abiertos, los define como los datos digitales que son puestos a disposición de las personas, con las características técnicas y jurídicas necesarias para que puedan ser usados, reutilizados y redistribuidos libremente, en cualquier momento y en cualquier lugar.

Las leyes de transparencia prevén que la información sea facilitada a la ciudadanía en formatos de datos abiertos, los cuales se caracterizan por ser: accesibles, integrales, gratuitos, no discriminatorios, oportunos, permanentes, primarios, legibles por máquinas, en formatos abiertos y de libre uso.

La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos de América, mejor conocida como la NASA –por sus siglas en inglés–, que es la agencia gubernamental encargada del programa espacial civil, la investigación aeronáutica y aeroespacial, es una de las principales promotoras de la innovación mediante el uso de datos duros abiertos puestos a disposición, no solamente de científicos, desarrolladores o empleados federales, sino de ciudadanos de a pie.

Así, en el portal Open NASA, es posible encontrar, entre otras cosas, más de 42,000 conjuntos de datos y un repositorio con 555 proyectos. Un ejemplo de la aplicación de la información de dicho sitio es el Proyecto NatEv Explore, por medio del cual, utilizando datos de los satélites de la NASA, se creó una aplicación para explorar la tierra e identificar fenómenos naturales que podrían constituir amenazas potenciales.

Open NASA
Screen shot de “Open NASA”.

La innovación, en términos del BID, se refiere a la transformación de nuevas ideas en soluciones económicas y sociales. Su fomento está previsto como uno de los objetivos de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU.

El aprovechamiento de la información, en específico en formatos abiertos que promueva dicha innovación, nos permite generar nuevos conocimientos, lo que a su vez da lugar a encontrar alternativas para enfrentar problemas mundiales para mejorar nuestra realidad. Los datos abiertos pueden ser una ventana a las estrellas para ampliar nuevos horizontes que nos lleven a lugares inexplorados como en su momento fue aquel gran paso a la Luna.


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La apertura informativa para combatir la corrupción

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La corrupción y la impunidad son graves fenómenos estructurales a nivel mundial, al grado de que no existe un país exento de ellos. Los altos costos que ocasionan son obstáculos para que millones de personas vivan con dignidad, sin violencia, pobreza y desigualdad.

En el Índice de Percepción de la Corrupción 2019, de Transparencia Internacional, más de dos tercios de los países obtuvieron una puntuación menor a 50 sobre 100 puntos. México ocupó el lugar 130 entre 180 países, con 29 puntos.

El Barómetro Global de la Corrupción América Latina y el Caribe 2019, reveló que, entre los encuestados en la región, sólo 21% tiene confianza en su gobierno, 27% en los tribunales y 33% en la policía.

De acuerdo con datos del Índice Global de Impunidad 2020 (IGI-2020), de la Universidad de las Américas Puebla, México se encuentra entre los países con mayor grado de impunidad, ubicándose en la posición 60 de 69 naciones.

acceso a la informacion
Imagen: David Peón.

Han transcurrido aproximadamente 18 años desde que nuestro país contara con leyes de transparencia, a nivel federal y estatal, que garantizan a todas las personas el ejercicio de su derecho a saber, iniciando así un proceso de inversión de entornos de opacidad hacia espacios de apertura.

El Día Internacional del Acceso Universal a la Información –28 de septiembre– nos da la oportunidad de reflexionar sobre su alcance como mecanismo para detectar, disuadir y exhibir actos de corrupción e impunidad.

La apropiación del derecho a saber por las personas, en especial por los medios de comunicación y por las organizaciones de la sociedad civil, ha revelado importantes hallazgos de posibles actos de corrupción e impunidad, al sacar a la luz hechos de trascendencia pública en los que se ha advertido el uso ilícito de recursos públicos o la toma irregular de decisiones gubernamentales.

Así, por ejemplo, el resultado de las investigaciones de medios informativos sobre la Estafa Maestra permitió advertir el desvío de millones de pesos a empresa ilegales, y la contratación de servicios a precios inflados. Para dichos reportajes, se realizaron más de 500 solicitudes de información y se creó una base de datos con más de 13 mil registros de cada una de las empresas subcontratadas.

libre expresion
Imagen: Emaze.

A través de diversas resoluciones del INAI, ha sido posible acceder a información sobre avalúos, contratos y procedimientos de responsabilidad de servidores públicos, relacionados con la compraventa por parte de Pemex de la planta de fertilizantes agronitrogenados, ligada con presuntos actos de corrupción, por el sobreprecio y las malas condiciones de ésta.

Sin duda la apertura informativa, junto con el acceso a la información y la rendición de cuentas, son herramientas para prevenir y combatir la corrupción e impunidad, pero no son los únicos elementos para atacar estos complejos males.

Por eso surgen los Sistemas Nacionales de Transparencia, Anticorrupción, Fiscalización y Archivos, como respuesta a problemáticas generales que transcienden lo local, para homologar políticas, sumar sinergias y establecer mecanismos de colaboración e intercambio de información.

Como afirmara Gandhi en uno de sus discursos “en medio de la oscuridad, la luz persiste”. Así, el derecho a saber tiene el potencial de iluminar con un brillo capaz de detectar y abatir las sombras de la corrupción e impunidad.


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A las niñas y niños no se les toca, ni se les lastima; se les cuida

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Hay realidades de tal crudeza que quisiéramos que fueran ficción, que persisten aunque las ignoremos, que siguen ahí aunque cerremos los ojos creyendo ilusamente que al abrirlos se habrán esfumado, que existen a pesar de que anhelemos con todas nuestras fuerzas que desaparezcan.

Una de esas brutales realidades, extendida y habitual en el mundo por lo redituable que resulta, es la explotación sexual y el tráfico de personas, en especial la que sufren las mujeres, niñas y niños.

Conforme al Protocolo de Palermo, la trata de personas consiste en la captación, traslado o recepción de seres humanos, valiéndose de amenazas, el uso de la fuerza u otras formas de coacción, del rapto, fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, o de la recepción de pagos o beneficios para lograr el consentimiento de una persona que tenga autoridad sobre otra, con fines de explotación, en cualquiera de sus vertientes, como la sexual, los trabajos forzados, la esclavitud, la servidumbre o la extracción de órganos.

violacion derechos de los niños
Imagen: Connectas.

El Informe mundial de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) sobre la trata de personas de 2018, revela que, de 2003 a ese año, se recopiló información de 225,000 víctimas detectadas. En 2016, se alcanzó un pico máximo de 24,000 casos, de los cuales el 72% correspondieron a mujeres (49%) y niñas (23%), el 21% a hombres y el 7% a niños.

En el informe también se da cuenta de que el comercio de seres humanos con fines de explotación sexual ocupó el 59% de los casos, seguido por el trabajo forzado con el 34%. Del total de víctimas registradas, el 83% de las mujeres, el 72% de las niñas y el 27% de los niños sufrieron el primer tipo de explotación; en tanto que el 82% de los hombres y el 50% de los niños el segundo.

Por su parte, el Diagnóstico sobre la Situación de la Trata de Personas 2019 de la CNDH, señala que, entre 2012 y 2017, en México se identificaron 5,245 víctimas: 3,308 mujeres, 1,086 niñas, 492 hombres y 289 niños. El 70% de éstas fueron explotadas sexualmente (el 95% fueron mujeres y niñas), el 17% sufrió alguna forma de explotación laboral (el 53% fueron hombres y niños, y el 47% mujeres y niñas), y el 13% restante, otras modalidades de explotación.

impunidad derechos humanos
Imagen: Amnesty International.

La actual pandemia ha agudizado este problema al agravar las condiciones de desempleo y pobreza de millones de personas. El confinamiento social ha facilitado la invisibilidad de las víctimas; y los traficantes han continuado su actividad ilícita en la clandestinidad, sacando provecho de las tecnologías de la información y de la comunicación (TIC).

Para reducir los efectos del COVID-19 en la trata de personas, la UNODC ha recomendado, entre otros aspectos: salvaguardar el acceso a la justicia, usando las TIC para facilitar procesos judiciales y recopilación de pruebas; combatir este ilícito considerando las nuevas realidades digitales para evitar impunidad; así como adaptar los programas sociales y de asistencia a los distintos efectos de la crisis sanitaria, entre ellos, la atención a víctimas, aun con las presiones presupuestales para tratar de reparar los daños.

Ninguna persona debe ser explotada, ni ser tratada como un objeto. Ninguna mujer debe sufrir abusos. A las niñas y niños no se tocan, ni se les lastima, se les cuida y protege.


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Alfabetización digital, entre el bienestar y la exclusión

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En 2013, al recibir el Premio Sájarov a la libertad de conciencia del Parlamento Europeo, la activista Malala Yousafzai afirmaba que “un país no es más fuerte por el número de soldados que tiene, sino por su índice de alfabetismo”.

El derecho a la educación, reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, está enraizado en el derecho a la alfabetización. Más allá de su noción básica como las competencias de saber leer y escribir, ante la expansión de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), este término se ha complementado con las llamadas “alfabetizaciones en destrezas”, entre las cuales se encuentran la alfabetización en medios, alfabetización bibliotecaria y la alfabetización digital.

Paul Gilster, quien ha popularizado la expresión de “alfabetización digital”, la define como la capacidad para comprender y usar la información, en distintos formatos y de fuentes varias, cuando se presenta a través de una computadora, y aclara que este concepto no se trata de dominar las teclas, sino las ideas.

mundo digital
Imagen: Magisterio.

Lo anterior se traduce en que no es suficiente saber usar los dispositivos electrónicos, sino que se requiere comprender las características y potencialidades de las dinámicas y relaciones del entorno digital, que tienen una lógica distinta a las actividades presenciales, y que por lo tanto, no resulta funcional hacer un mero traslado de ellas a lo virtual.

Las TIC deben facilitar el ejercicio de derechos, pues las brechas en su acceso y uso profundizan la desigualdad social digital. En la medida en que las personas desplieguen más o menos habilidades digitales mejorarán su bienestar o se agudizará su exclusión. 

Las estimaciones del informe Midiendo el desarrollo digital: hechos y cifras 2019, de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, confirman que el uso de Internet continúa creciendo en el mundo, sin embargo, se calcula que 3.6 mil millones de personas siguen sin estar conectadas, sobre todo en países con menor desarrollo.

El reporte señala que la falta de competencias digitales es uno de los más importantes obstáculos para la adopción y uso eficaz de Internet, y revela que en 40 de 84 países analizados –incluido México–, menos de la mitad de la población posee habilidades informáticas básicas como copiar un archivo o enviar un correo electrónico con un documento adjunto.

alfabetizacion digital
Imagen: HoangPts.

En la Encuesta de Habilidades de Adultos de la OCDE (2017-2018), México destacó por la gran proporción de población adulta sin experiencia informática o con escasos conocimientos en TIC (39.2%), por encima del promedio de los países participantes (11.7%).

El pasado 8 de septiembre se conmemoró el Día Internacional de la Alfabetización, y en la realidad que hoy vivimos donde lo digital está acaparando el escenario, cabe reflexionar respecto a cómo estamos aprovechando este recurso para mejorar la vida de las personas, su trabajo, salud, educación; así como, sobre si estamos adoptando políticas y acciones de inclusión para que no sólo unos cuántos gocen de sus beneficios. 

Las TIC pueden contribuir al desarrollo, derriban barreras de espacio y tiempo y ofrecen grandes ventajas. Por ello, si queremos evitar que una red invisible envuelva a los conectados y excluya sigilosamente al resto de la población es fundamental avanzar en la alfabetización digital.


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