En Perspectiva

Desayuno inteligente

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Vienen los días festivos y con ello los excesos de todo tipo. Hablemos de la dieta y en particular de uno de los momentos más importantes del día: el desayuno.

Todos tenemos una idea de lo que es más o menos un desayuno saludable: frutas en jugo o picadas, lácteos, cereales, huevo, café, etc. Sin embargo, no todas las frutas, vegetales, lácteos y bebidas son iguales; y ni todo es recomendable a la misma hora del día.

Ahora, ¿cuáles son los Do’s & Don’ts para el desayuno? Descubre esto y contrástala con tu práctica habitual. Te lo advierto, habrá sorpresas:

10 alimentos recomendados para comer en ayunas:

  1. Avena: cubre la mucosa gástrica, protegiéndola del efecto del ácido clorhídrico. También contiene fibra que reduce el nivel de colesterol.
  2. Trigo sarraceno o Alfarfón: estimula el trabajo del tracto digestivo. También sirve como una fuente de vitaminas, proteínas y hierro.
  3. Papilla de maíz: elimina las toxinas y sales de los metales pesados, normaliza la flora intestinal y proporciona la sensación de saciedad por un buen tiempo.
  4. Trigo germinado: dos cucharadas de trigo germinado componen alrededor del 15% de la dosis de vitamina E recomendada y el 10% del ácido fólico, también ayuda a que funcione el intestino.
  5. Huevos de gallina: investigaciones demuestran que desayunar huevos es una buena manera de disminuir la capacidad de calorías a lo largo de todo el día.
  6. Sandía: ayuda a darle al organismo la cantidad de líquido necesario para funcionar adecuadamente. Además, contiene licopeno, substancia importante para tener buena vista y un corazón saludable.
  7. Arándanos azules: el uso regular de arándanos azules por las mañanas mejora la memoria, la presión sanguínea y normaliza el metabolismo.
  8. Pan integral sin levadura: los carbohidratos y otros elementos saludables que contiene son necesarios para el organismo, y la mejor hora para consumirlo es en la mañana.
  9. Frutos secos: Comer frutos secos (almendras, nueces, cacahuates, etc.) por la mañana mejora el funcionamiento del tracto digestivo y también normaliza la acidez del jugo gástrico.
  10. Miel: ayuda a despertar al organismo y llenarlo de energía por mucho tiempo. Además, este alimento mejora el funcionamiento del cerebro y aumenta el nivel de serotonina, la hormona de la alegría.

En contraste, hay al menos otros 10 alimentos que está científicamente demostrado que deberíamos evitar entre nuestros primeros alimentos:

  1. Panecillos horneados: la levadura irrita las paredes del estómago, provocando producción de gases.
  2. Dulces y/o Caramelos: el azúcar aumenta la producción de insulina, la cual es mucha carga para el páncreas que se acaba de “despertar”. Puede provocar diabetes.
  3. Yogurt y otros productos lácteos agrios: consumiéndolo en ayunas, el ácido clorhídrico que se encuentra en el estómago mata todas las bacterias lácteas, por lo tanto, el beneficio de consumir estos alimentos se vuelve nulo.
  4. Peras: la fibra cruda que contiene en abundancia puede irritar la mucosa gástrica.
  5. Tomates: ricos en ácido tánico que, al contacto con el jugo gástrico, aumenta su acidez, lo cual puede provocar úlceras gástricas.
  6. Pepino y otros vegetales verdes: las verduras crudas en ayunas provocan agruras, la producción excesiva de gases y malestares estomacales. Esto se debe a los ácidos que contienen.
  7. Plátanos: si los consumes en ayunas, el magnesio que contienen se absorbe demasiado rápido, lo cual aumenta la carga del corazón.
  8. Especias: irritan la mucosa gástrica y fortalecen la producción del jugo gástrico, lo cual favorece el desarrollo de enfermedades del tracto digestivo.
  9. Bebidas frías y gaseosas: dañan la mucosa gástrica y empeoran la circulación sanguínea en el estómago, como resultado la digestión se complica.
  10. Cítricos: contienen muchos ácidos frutales que, al entrar al estómago vacío, producen agruras, y también provocan gastritis y úlceras.

Tener una buena vida, en gran parte comienza teniendo una buena nutrición desde la infancia. Asimismo, tener un buen día empieza con una buena noche que nos haya proporcionado el descanso necesario y, acto seguido, con los alimentos propicios para darnos la energía suficiente sin dañar nuestro organismo. Hagamos una inteligente selección de nuestros alimentos y habremos asegurado, por lo menos ese día… Vivir con Sentido.

¿Cansado de estar frustrado?

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Sabemos que las relaciones de pareja pasan en nuestros días por una profunda transformación. Las hay de toda índole, pero enfoquémonos en la más tradicional de ellas: el matrimonio heterosexual.

¿Qué está pasando con los matrimonios de hoy en día?, ¿cuál es el silencioso asesino de estas relaciones que es más letal que el dinero o el sexo? Una respuesta común para un curso prematrimonial y/o de crisis de pareja podría ser: “comunicación”.

Sin embargo, aquellos en realidad son los síntomas del problema real. El verdadero motivo que lleva a los matrimonios al divorcio son… las expectativas insatisfechas. Ése es el verdadero asesino de un matrimonio. ¿Se ha preguntado cuáles fueron las expectativas que usted tiene de su matrimonio que no han sido satisfechas? Piénselo dos veces antes de planteárselo. Las consecuencias pueden ser disruptivas.

A partir de ese momento, y en otros contextos, he cobrado conciencia del tremendo dolor y frustración que generan las expectativas insatisfechas, no sólo a escala personal sino a escala organizacional o incluso a nivel de políticas publicas, en todo tipo de relaciones. Es como un veneno fluyendo al corazón que genera estragos terribles en lo personal y en lo colectivo.

Pero tener expectativas insatisfechas no es sólo un problema en el matrimonio, es un problema en la vida misma. No importa si usted está soltero, casado, con trabajo, desempleado, viejo, joven o es de cualquier raza. Tener expectativas insatisfechas es mortal para todo el mundo. Nadie es inmune a ello.

¿Cuál es la solución?

Hay al menos tres conceptos clave para tratar de entender el fenómeno: expectativa, experiencia y frustración. Ilustrémoslo con dos situaciones hipotéticas que ocurren en el matrimonio, quizá un poco burdas, pero bastante claras.

Expectativa

Llego a mi hogar después de un largo día de trabajo, espero que mi esposa tenga la cena dispuesta y todo listo para sentarse y comer como una familia. Ella lleva un delantal impecable (porque todo en ella es perfecto) y su cabello cuidadosamente arreglado. Mientras tanto, mi niña de un año y medio de edad está sentada en su silla de bebé y ya sabe usar perfectamente los cubiertos. Después de terminar todos de comer al mismo tiempo, salimos a dar un agradable paseo familiar, mientras el mayordomo limpia todo y prepara la casa para las actividades nocturnas.

Experiencia

Llego a casa del trabajo 30 minutos tarde y la cena no ha sido ni siquiera imaginada, mucho menos realizada. Por lo anterior, mi niña grita desaforada “Por favor aliméntenme”. Cuando busco a mi esposa, la encuentro trabajando en un proyecto de diseño cuya fecha límite de entrega ya, de hecho, pasó. Cuando le pregunto por la cena, echa sobre mí una mirada como la que sólo una esposa-madre-profesionista exhausta y sobresaturada puede generar.

Después de recoger a mi niña, tomo alegremente el camino a la cocina para encontrar que no hay comestibles suficientes para articular algo decente para comer. Entonces como el gran chef que soy, encuentro pan y queso y concibo la posibilidad de “sándwiches de queso asado”; le abro a mi hija un frasco del puré de manzana que tanto le gusta y finalmente todos hemos comido. Por supuesto, la cocina queda hecha un desastre. En fin, ya tienen la imagen.

Frustración

Frustración es la diferencia entre los dos escenarios. Una imagen un poco elaborada, pero se trata de delinear una idea de lo que las expectativas pueden ser en contraste con lo que ocurre realmente en la vida… lo que experimentamos.

La reflexión de fondo es que en la vida frecuentemente tenemos expectativas insatisfechas. Y en consecuencia nos frustramos por ello, pero no tiene por qué ser así.

Aquí está la respuesta

Deja que la realidad arribe antes que tu expectativa. En otras palabras, déjate guiar por los hechos cotidianos de la vida. Esto aplica tanto en la vida matrimonial como en la vida en general.

Algunos proponen no tener expectativa alguna como fórmula. Los monjes budistas predican “Desea poco y lo poco que desees, deséalo poco”. Personalmente pienso que hay algo saludable en la expectativa, sirve para definir un cierto vector de vida.

Sin embargo, cuando estás en una situación donde tu expectativa no es alcanzada; deja que la realidad tome la delantera inmediatamente y trabaja con lo que tienes enfrente.

¿Cansado de estar frustrado?

Entonces pon a un lado tus expectativas no alcanzadas y encara la realidad como viene. Después de aceptar el hecho, ten una conversación con quien sea que esté involucrado sobre qué es lo que esperas y por qué.

Mucho se ha dicho sobre cómo transformar la realidad, pero hemos de trabajar también en transformar las expectativas, sólo así podremos mejorar nuestra calidad de vida y de alguna forma… Vivir con Sentido.

¿Optimismo & Larga Vida?

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Para los críticos de las ideas positivas, así como para los viejos cascarrabias, es una verdad incómoda que una perspectiva optimista parece conducir a una vida más saludable. Los científicos, con su molesta obsesión por los hechos, publican un estudio tras otro sugiriendo que una actitud optimista lo protege del cáncer, las enfermedades cardíacas y los accidentes cerebrovasculares. En un estudio sobre las mujeres estadounidenses, las más optimistas fueron 29% menos propensas a morir, durante un seguimiento de seis años, que las menos optimistas; en otro estudio, involucrando también a hombres, las personas con una visión positiva del envejecimiento terminaron viviendo más tiempo.

Sin embargo, los pesimistas tienen algo para contraatacar: un nuevo estudio en ciencias psicológicas, destacado en el blog Research Digest, el cual comparó los niveles de optimismo, colesterol y peso corporal entre las personas en Estados Unidos y Japón, descubrió que los estadounidenses son mucho más propensos a tener colesterol saludable y menos probabilidades de tener sobrepeso si son hábiles. Pero no hubo tal conexión entre los japoneses. Lo que explica la expectativa de vida de Japón es un montón de pescado y una fuerte tradición de cuidado familiar para las personas mayores. Esto no tiene nada que ver con ser optimista todo el tiempo.

¿Qué está pasando? En estos estudios, es notoriamente difícil decir qué está causando qué. (Tal vez estar saludable es lo que te hace optimista y no al revés). Pero una explicación plausible para el nuevo hallazgo, que los investigadores respaldan, es que los optimistas estadounidenses son más saludables porque el optimismo es en Estados Unidos un valor cultural fuertemente reforzado. Se supone que debes sentirte feliz y mostrarlo. Mientras que, en las culturas del este de Asia, como dijo el investigador principal Jiah Yoo, “la gente comúnmente ve que las emociones positivas tienen su lado obscuro: son fugaces, pueden atraer atención innecesaria de los demás y pueden distraer el enfoque en tareas importantes”.

En otras palabras, tal vez no sea el optimismo per se, sino estar en sintonía con la cultura imperante, lo que hace que los optimistas estadounidenses sean más saludables. Elimine la presión cultural para ser feliz, y los pesimistas llegarán a tener niveles saludables de colesterol también. Eso también podría explicar el hallazgo de 2015 de que la felicidad tampoco hace que las mujeres británicas vivan más tiempo. Di lo que quieras de la cultura británica, pero una presión implacable para parecer muy feliz no está entre sus fallas.

Sin embargo, si somos sinceros, nada de esto prueba el punto de que ser pesimista tiene sus ventajas. Lo que implica, de manera más incómoda, es que es más probable que seas feliz y saludable si compartes las actitudes y la cultura de las personas que te rodean. Seguramente no es una coincidencia que los países que mantuvieran como bastiones de su estructura de valores una orientación hacia la satisfacción con la vida, especialmente los daneses, los inventores del hygge (condición de comodidad y cordialidad cómoda que engendra una sensación de satisfacción o bienestar), y los japoneses, para el caso, tienden a ser homogéneos, en lugar de diversos. Tal vez la clave no es su visión de la vida, sino el hecho de que todos los que le rodean comparten esa cosmovisión.

Como lo plantea la Sociedad Mexicana de Estudios de Calidad de Vida, estas reflexiones nos dejan una tarea fundamental al pensar en México. Una sociedad que, si bien se posiciona a buen nivel entre los países con mayor puntaje de satisfacción con la vida, fundamentalmente por la fortaleza de sus relaciones familiares, es una población con una estructura de valores que merece una profunda revisión en el siglo XXI. Esta clara tendencia al pesimismo, incluso con una propensión depresiva, y este individualismo voraz que nos caracteriza, no serán los referentes que nos conduzcan a una mejor situación en lo colectivo en el mediano plazo.

Pensar en las generaciones futuras, nos deja la tarea de establecer un sistema de valores más positivo que podamos compartir los mexicanos a todo lo ancho de nuestra geografía y de nuestra diversidad sociocultural, en un marco de acción democrático y con un estado de derecho eficaz. Un sistema de valores que nos permita una cohesión nacional sin comprometer nuestra multiculturalidad local.

No parece una tarea sencilla, pero si la satisfacción con la vida de nuestros ciudadanos está condicionada por el acuerdo con sus pares en su entorno cultural local, es algo en lo que sin duda vale la pena reflexionar. Abonar con datos nacionales sobre esta dimensión cultural del bienestar es algo que sin duda nos permitirá… Vivir con Sentido.

Amistad para tu bienestar

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No hay cosa que más caro cueste que la que se compra con suplicas;
la dadivosidad gana amigos; la verdad engendra el odio;
los amigos que están lejos no son amigos
.
Erasmo de Rotterdam.

A estas alturas del debate sobre la calidad de vida y el bienestar, es generalmente aceptado que tener amigos es bueno para las personas. Sin embargo, se ha preguntado usted, ¿qué es la amistad?, y ¿qué podemos esperar de los amigos?

Según la Real Academia Española, Amistad es: “Afecto personal, puro y desinteresado, compartido con otra persona, que nace y se fortalece con el trato”.

A lo largo de los años, estudio tras estudio han encontrado que el apoyo social es un importante predictor de una vida larga y saludable. Sin embargo, la palabra “amigo” puede significar tantas cosas en muchos contextos diferentes: su colega en el trabajo; el viejo compañero de universidad al que llama cuando tiene ganas de recordar; esa persona al borde de su círculo social con la que siempre habla en las fiestas. Tal vez use “amigo” para referirse a una amplia franja de personas que le gusta pasar el rato; tal vez lo reserve para las pocas personas con las que se sintió cómodo corriendo sus aventuras de infancia y juventud.

Según uno de los estudios más recientes en este campo de conocimiento, ese último tipo de amistad puede ser uno de los más valiosos activos cuando se trata de su bienestar. En un artículo publicado en la revista Child Development, un equipo de investigadores descubrió que tener un mejor amigo en la infancia y la juventud puede desempeñar un papel importante en la salud mental de una persona hasta la edad adulta.

El estudio se basó en un conjunto de datos que monitoreó la salud mental de 169 participantes adolescentes, todos con perfiles raciales, étnicos y socioeconómicamente diversos en tres momentos: 15 años, 16 años y 25 años. Durante las dos primeras rondas, los sujetos identificaron a la persona que consideraban ser su mejor amigo, y los autores del estudio entrevistaron a ambos miembros del dúo (la etiqueta de “mejor amigo” no tenía que ser mutua, anotaron los autores, y los participantes no necesariamente tuvieron que nombrar a la misma persona los dos años). Sin embargo, los investigadores descubrieron que los sujetos a los 25 años de edad que habían tenido amistades íntimas de mayor calidad cuando eran adolescentes ‒definidos aquí como “alto grado de apego, intercambio íntimo y apoyo”‒ tendían a tener menor ansiedad social, una mayor sensación de autoestima, valor y menos síntomas de depresión.

“No nos sorprendió que mejores amistades íntimas de adolescentes resultaron ser importantes, pero nos sorprendió lo importante que resultó ser en la edad adulta”, dice la autora principal del estudio Rachel Narr, estudiante de doctorado en psicología en la Universidad de Virginia.

Es importante destacar que era la calidad, no la cantidad, lo que parecía importar. De hecho, los adolescentes que priorizaron las redes sociales más amplias en lugar de unos pocos amigos cercanos en realidad tenían mayores tasas de ansiedad social en la edad adulta. Cuando los niños se centran en ser populares en lugar de formar conexiones profundas, Narr señala que a menudo surgen problemas: “Ser el niño popular es genial en la escuela secundaria, pero a los 25 años, no te distingue y ni te convierte en un líder de la misma manera”, dice ella. La frase “sentirse sólo en una multitud”, viene a la mente cuando pensamos en esos niños y su mayor ansiedad social más tarde.

Otros investigadores han llegado a conclusiones similares. El psicólogo Tim Kasser, por ejemplo, identificó dos valores que influyen en cómo nuestras relaciones afectan nuestro bienestar: popularidad, impulso para tener más amigos y ser querido por un círculo más amplio de personas; y afinidad, el impulso para profundizar y construir relaciones cercanas. Al igual que los hallazgos de Narr, Kasser descubrió que aquellos que buscaban “popularidad” más que “afinidad” tendían a estar menos satisfechos con su vida, menos sanos y, a menudo, más deprimidos. Aquellos que buscaron y encontraron la mejor amistad, por otro lado, tuvieron el resultado opuesto y más deseable.

Y en un par de estudios que involucraron a casi 280,000 personas, el psicólogo social Bill Chopik, profesor de la Universidad Estatal de Michigan, descubrió que el poder de la amistad se fortalece con la edad y se vuelve aún más importante para defenderse de la soledad y las enfermedades crónicas. Pero, una vez más, la calidad de esas amistades importa. “Tener amigos más cercanos es mejor que tener muchos amigos superficiales”, dice Chopik, agregando que es inteligente invertir tu tiempo y energía en las amistades que te hacen más feliz.

Lo cual, según la ciencia y el sentido común, debería incluir al menos a una persona cuya amistad es lo suficientemente profunda como para ser considerada de uso múltiple: alguien a quien puedes acudir cuando quieras llorar, desahogarse, presumir, reír. Un artículo publicado en 2015 en Personality and Social Psychology Review sugiere que las personas generalmente buscan que su mejor amigo cumpla dos funciones fundamentales: “fuente de apoyo y de fuerza”, en la cual los amigos brindan consuelo, protección y alivio; y actuando como un “catalizador relacional”, desafiante, alentador y como fuente de reconocimiento. Una mejor amistad, en otras palabras, puede mejorar lo malo y lo bueno aún más, algo que las amistades más casuales no siempre pueden lograr.

Sin embargo, eso no quiere decir que no puedas aprovechar los beneficios de la mejor amistad si ya no te mantienes en contacto con nadie de tu edad. “Se hacen grandes amigos a todas las edades”, dice Kelly Rudolph, una entrenadora de vida certificada que a menudo escribe sobre relaciones.

Con un mejor amigo de la infancia, observa Rudolph, aprendes acerca de la vida en común, con todos los traumas, desafíos y la emoción de crecer; pero cuando haces un mejor amigo más adelante en la vida, la relación tiene un tipo diferente de poder gracias a la experiencia que ambos traen a la mesa. “Las conversaciones, el apoyo y las aventuras pueden ser más profundas y divertidas”, dice, “mientras navegas por tu futuro con tu sabiduría combinada”. Y toda la evidencia sugiere que también será un futuro más largo y saludable. Conocer el verdadero valor de la amistad, no sólo para los demás sino para nuestro propio bienestar, seguramente nos ayudará a… Vivir con Sentido.

Buena Comida. Buena Vida

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En esta ocasión, estimado lector, queremos compartirles los hallazgos que la periodista y autora Rachel Kelly ha realizado sobre los vínculos entre nutrición y salud mental. En la Sociedad Mexicana de Estudios de Calidad de Vida nos pareció muy interesante su experiencia personal y estamos seguros que también lo será para usted.

Después de sufrir ataques debilitantes de depresión, la periodista y autora Rachel Kelly comenzó a investigar desde los ingredientes que apuntan a determinados estados de ánimo bajos, a los vínculos entre la dieta y la capacidad de recuperación. Veamos lo que podemos aprender de su historia personal.

¿Cómo afecta la depresión?

En el caso de Rachel Kelly la depresión se manifestó por primera vez hace casi 20 años. La enfermedad apareció muy repentinamente. Parecía que le iba bien con su ocupada vida como periodista en “The Times”, esposa y madre de dos niños pequeños. Y aunque siempre fue alguien propensa a preocuparse, llegó la noche que no pudo dormir.

Con el insomnio surgieron algunos síntomas físicos alarmantes. El ritmo cardíaco se aceleró, sintió como si tuviera que vomitar, su mente daba vueltas y vueltas con preocupación. Si no podía dormir, no podría trabajar o cuidar a los niños; y entonces perdería su trabajo; entonces no podría pagar la hipoteca; entonces estaría sin hogar. Más tarde supo que este tipo de pensamiento catastrófico es característico de alguien que sufre un episodio depresivo provocado por la ansiedad.

Después de tres noches sin dormir, terminó en un hospital psiquiátrico. Estuvo enferma por seis meses. Se recuperó, sólo para tener un segundo episodio depresivo grave seis años después. Esta vez estuvo enferma por más de un año. Antes, negaba la enfermedad, pero decidió cambiar su vida para intentar asegurarse no tener otro episodio importante.

¿Cómo la animó esa experiencia a hacer cambios en su vida?

Sus dos episodios depresivos fueron dos experiencias definitorias en su vida. La depresión es una enfermedad aterradora que te despoja de toda esperanza y sentido de identidad. También puede venir con síntomas físicos horribles, como en su caso. Pero al igual que muchas enfermedades, ocurre en un contexto. La buena noticia es que podemos cambiar la percepción de ese contexto y construir nuestra resiliencia y salud mental. Estar tan enfermo, por tanto, tiempo, significó tener una gran razón para intentar cambiar.

Aunque lo que le sucedió la ha llevado a una nueva vida gratificante trabajando en el campo de la salud mental y compartiendo lo que ha aprendido, sostiene que no le desearía esa enfermedad a nadie.

¿Por qué lo que comemos es tan importante para nuestra salud mental?

Los científicos han avanzado recientemente nuestra comprensión del intestino y su relación con el resto de nuestro cuerpo de formas fascinantes. Nuestro sistema digestivo es responsable de producir una gran proporción de nuestros neurotransmisores, los químicos que comunican información en todo el cuerpo y el cerebro. Hay ocho neurotransmisores principales que afectan nuestra percepción de bienestar, como la serotonina y la dopamina, así como la melatonina inductora del sueño. De hecho, tanto como el 90 por ciento de nuestra serotonina se produce en nuestro intestino.

Cultivar un sistema digestivo saludable ha demostrado ser una forma importante de animarse. Además de su papel en la producción de estas hormonas, nuestro intestino también se relaciona con nuestro sistema inmunológico y digiere los minerales y vitaminas vitales que afectan nuestro estado de ánimo. Cambiar la dieta y limpiar la cocina de alimentos procesados ​​a favor de alimentos “reales”, así como comer alimentos que mejoran la percepción de bienestar como el pescado azul, el chocolate negro y las verduras de hoja verde, lo harán sentirse más tranquilo y menos ansioso. La comida ha demostrado ser nuestra mejor medicina preventiva.

¿Cómo aprovechar el poder de la nutrición para mantenerse calmado y saludable?

Los estudios muestran que una dieta marcada por vegetales procesados, grasas, azúcares y conservantes nos puede preparar para el tipo de inflamación crónica que algunos médicos creen que puede estar en la raíz del bajo estado de ánimo, la ansiedad y la depresión en lugar de la teoría del “desequilibrio químico”. Esto sugiere que la depresión fue causada por bajos niveles de serotonina en el cerebro.

Ahora algunos científicos sugieren que una visión más matizada es que la depresión afecta la biología de todo el cuerpo, no sólo del cerebro, y que si bien los niveles de serotonina son aún significativos, se necesita un enfoque más holístico que aborde la mente y el cuerpo, y la nutrición es una parte clave de eso.

La recomendación es ir cambiando paulatinamente la dieta, deseablemente con el apoyo de un Nutriólogo. Hay que centrarse en comprar alimentos reales como frutas y verduras frescas, huevos, carbohidratos no procesados, nueces, semillas y grasas animales naturales tradicionales con moderación en lugar de grasas procesadas. También aumentar la cantidad de pro bióticos y omega-3 antiinflamatorios, que son importantes para nutrir un micro bioma o flora intestinal saludable.

¿Qué signos hay de que la sociedad esté cambiando de un enfoque basado en medicamentos para la salud mental a un enfoque basado en cambios en el estilo de vida?

El enfoque del estilo de vida para tratar las enfermedades mentales es una propuesta que gana cada vez más credibilidad en el camino hacia el futuro saludable. Si bien la medicación siempre jugará un papel importante, las intervenciones de estilo de vida hacen que la medicación sea más efectiva. Y para una proporción de personas, la medicación no funciona. Se necesita un nuevo enfoque. Las intervenciones en el estilo de vida tienen más que ver con la prevención que con la cura.

¿En qué momentos la buena comida y la buena nutrición ayudan?

Ayuda todo el tiempo. ¡Después de todo, comemos tres veces al día! Pero si, por ejemplo, estamos ansiosos, se puede batir un poco de caldo verde calmante; o si no se puedo dormir, se puede preparar una de las recetas inductoras del sueño, como la salsa de medianoche: contiene requesón y plátano, ambos contienen triptófano que es el precursor de la melatonina inductora del sueño. Lo importante es equilibrar la energía, mantenerse agradable y tranquilo, alcanzar el equilibrio hormonal, la comodidad y los dulces sueños.

Como se puede observar, la experiencia de Rachel Kelly es muy ilustrativa de que hay diversas maneras de darle la batalla a la depresión y a otros padecimientos en la búsqueda de nuestro equilibrio físico y mental, base fundamental de nuestra Calidad de Vida. Entender esto nos permitirá una visión más integral de nuestro propio ser, cobrando conciencia de aquellos cambios que efectivamente están en nuestras manos y así, una vez más, poder… Vivir con Sentido.

Necesitamos soñar

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La investigación muestra que soñar no es sólo un subproducto de la acción de dormir, sino que cumple funciones importantes en nuestra calidad de vida.

Frecuentemente escuchamos historias de personas que han aprendido de sus sueños o que han sido inspiradas por ellos. Piensa en la historia de Paul McCartney de cómo, según cuenta, su exitosa canción “Yesterday” llegó a él en un sueño o de la construcción inspirada en los sueños de Dmitri Mendeleev de la tabla periódica de elementos.

Pero, aunque muchos de nosotros podemos sentir que nuestros sueños tienen un significado especial o un propósito útil, algunos científicos son escépticos de esta afirmación. En lugar de ser heraldos de la creatividad o algún tipo de mensaje de nuestro inconsciente, algunos científicos han considerado que soñar es una consecuencia involuntaria de dormir, un subproducto de la evolución sin beneficio.

Sin embargo, también se ha demostrado desde hace un tiempo que un sueño más corto está ligado a enfermedades peligrosas, como enfermedades cardíacas y accidentes cerebrovasculares. Existe una creciente evidencia de que la falta de sueño conduce a un mayor riesgo de obesidad y enfermedades como el Alzheimer. Los grandes estudios de población reflejan una triste verdad: cuanto más corto sea su sueño, más corta será su vida. No sólo eso, dormir nos ayuda a aferrarnos a nuestros recuerdos y aprender hechos y habilidades más rápido, por lo que es importante para todos, incluidos bebés, estudiantes, atletas, pilotos y médicos.

Mucho de esto está delineado en el libro Why We Sleep del Dr. Matthew Walkerque, el cual resume muchos hallazgos sobre el sueño y su función en nuestras vidas.

Pero, ¿qué hay de soñar? ¿También tiene un propósito?

Investigaciones recientes de la Sociedad Mexicana de Estudios de Calidad de Vida en neurociencia y el trabajo de otros científicos, han demostrado que los sueños pueden tener una función muy importante para nuestro bienestar. Éstas son las dos formas principales en que los sueños nos ayudan.

Soñar es como una terapia nocturna

Se dice que el tiempo cura todas las heridas, la investigación sugiere que el tiempo que transcurre en los sueños es lo que sana. Los periodos de sueño REM (Rapid Eye Movement, en inglés) parecen aliviar el doloroso sufrimiento de los episodios difíciles, incluso traumáticos y emocionales experimentados durante el día, y además ofrecen una resolución cuando se despierta a la mañana siguiente.

El sueño REM es el único momento en que nuestro cerebro está completamente desprovisto de la molécula noradrenalina que desencadena la ansiedad. Al mismo tiempo, las estructuras emocionales y relacionadas con la memoria del cerebro se reactivan durante el sueño REM mientras soñamos. Esto significa que la reactivación de la memoria emocional se está produciendo en un cerebro libre de una sustancia química esencial para el estrés, que nos permite volver a procesar las memorias molestas en un entorno más seguro y tranquilo.

¿Cómo sabemos que esto es así? En un estudio en del centro de sueño del Dr. Murray Raskind, los participantes, adultos jóvenes sanos, se dividieron en dos grupos para observar un conjunto de imágenes que inducen emociones, mientras se encontraban dentro de un escáner MRI. Doce horas después, se les mostraron las mismas imágenes emocionales, pero para la mitad de los participantes las doce horas eran el mismo día, mientras que, para la otra mitad, las doce horas estaban separadas por una noche de sueño.

Los que durmieron entre las dos sesiones informaron una disminución significativa de la emoción que sentían al ver esas imágenes nuevamente, y sus imágenes de resonancia magnética mostraron una reducción significativa de la reactividad en la amígdala, el centro emocional del cerebro que crea sentimientos dolorosos. Además, intervino la corteza prefrontal, la parte racional del cerebro, ayudando a mantener una influencia amortiguadora sobre la reactividad emocional. Por el contrario, aquellos que permanecieron despiertos durante el día, no mostraron tal disolución de la reactividad emocional con el tiempo.

Eso, en sí mismo, no dice nada sobre el papel de los sueños. Pero fue registrado el sueño de cada participante durante la noche intermedia entre las dos sesiones de prueba, y se descubrió que la actividad cerebral específica reflejaba una disminución en la química cerebral relacionada con el estrés durante el estado de sueño, lo cual determinaba el éxito de la terapia nocturna de un individuo a otro.

Soñar tiene el potencial de ayudar a las personas a disminuir la reactividad emocional, probablemente porque el contenido emocional de los sueños se combina con una disminución de la noradrenalina cerebral. El apoyo a esta idea provino de un estudio realizado por el Dr. Murray Raskind en veteranos con trastorno de estrés postraumático, que a menudo sufren pesadillas debilitantes. Cuando se le administró el medicamento Prazosin, un medicamento que reduce la presión arterial y también actúa como un bloqueador del estrés cerebral llamado noradrenalina, los veteranos en su estudio tuvieron menos pesadillas y menos síntomas de TEPT (Trastorno de Estrés Postraumático) que los que recibieron un placebo. Estudios más recientes sugieren que este efecto también se puede mostrar en niños y adolescentes con pesadillas, aunque la investigación sobre este tema aún está en su infancia.

La evidencia apunta hacia una función importante de los sueños en: ayudarnos a eliminar el sufrimiento de nuestras experiencias emocionales dolorosas durante las horas que dormimos, para que podamos aprender de ellas y continuar con nuestras vidas.

Cinco formas para mejorar tu sueño

Así que asegúrate de obtener bastante sueño, mientras dejamos abierta la posibilidad de ser médicamente tratados de ser necesario, aquí están algunos simples consejos para mejorar tu experiencia de sueño:

  1. Asegúrate que tu habitación está obscura y que no estás mirando fuentes de luminosas de luz, como por ejemplo televisiones, pantallas de computadoras y teléfonos celulares, al menos una o dos horas antes de ir a la cama. Puedes incluso si lo deseas comenzar oscurecimiento ciertas partes de tu casa en la tarde, de tal manera que te ayuden a estimular la somnolencia.
  2. Ir a la cama y despertarse a aproximadamente a la misma hora cada día. Esto ayuda a señalar a tu cuerpo un periodo regular para estar dormido. Dormir mucho en los fines de semana, no es el camino para compensar la pérdida de sueño durante la semana. Los periodos de sueño deben ser regulares.
  3. Mantener la temperatura en tu casa cómoda durante la noche, alrededor de los 20 grados centígrados, incluso si la tienes que enfriar o calentar, enviará la señal a tu cerebro de que es hora de ir a dormir.
  4. Sí tienes problema para conciliar el sueño, o despiertas en la noche con sentimiento de inquietud, no te quedes en la cama despierto. Ello enseña a tu cerebro a que tu cama no es un lugar para dormir. En lugar de hacer eso levántate y vete a otra habitación y lee un libro, con el resto de la habitación en obscuridad. Cuando la somnolencia regrese ve de vuelta a la cama. No enciendas tu computadora, tableta o teléfono celular. Estudios sugieren que lo anterior ayuda a las personas a conciliar el sueño más rápido, y también mejora la calidad del mismo.
  5. No tomes cafeína o alcohol por la tarde. Ambos interfieren con el sueño manteniéndote despierto o estimulado con frecuentes despertares durante la noche.

Recuerda que el buen sueño no es sólo la actividad más eficaz que podemos realizar para el descanso y salud física de nuestro cerebro; también potencia nuestra capacidad creativa y gestión emocional. Estar consciente de estos hechos nos permitirá revalorar el papel del sueño en nuestras actividades, fortaleciendo así las bases para… Vivir con Sentido.

Una vida mejor

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Estimados lectores, en esta ocasión en la Sociedad Mexicana de Estudios de Calidad de Vida hemos querido darle un giro a nuestra colaboración de esta semana. Alejarnos un poco del enfoque científico tradicional y acercarnos más a la sabiduría popular.

Recuerdo con afecto a mis padres, cuando encuentro el fundamento científico de sus consejos; mismos que en ocasiones venían aún de más atrás, de la generación de la abuela. Lo que pasa es que la Calidad de Vida requiere experiencia y buen sentido, pero sobre todo el genuino deseo de tener una vida plena mientras estemos en este plano existencial.

De ahí que se volvió relevante identificar en la sabiduría algunos consejos que podrían ayudarnos a mejorar nuestra calidad de vida, esperamos les sean de utilidad.

  1. Bebe mucha agua. 75% de tu cuerpo está hecho de este elemento.
  2. Desayuna como un rey, almuerza como un príncipe y cena como un mendigo. Toma el tiempo necesario para lograrlo, pocas cosas son tan importantes como la buena nutrición, a la que algunos llaman medicina preventiva.
  3. Come alimentos que crezcan en los árboles y plantas y menos alimentos producidos en fábricas. Hoy los alimentos orgánicos están disponibles, pero puedes comenzar con alimentos naturales y crudos y darás un gran paso adelante.
  4. Reserva tiempo para la contemplación y la oración. En este tiempo construirás una relación contigo mismo, ordenarás tus pensamientos y establecerás una conexión con lo divino, cualquiera que sea tu fe.
  5. Haz que los juegos sean parte de tu vida. Los juegos pueden ser una forma de ejercitarse como los deportes y otros más que hace no mucho jugábamos de niños; pero también son una forma de convivencia, una manera de ejercitar la imaginación. Frecuentemente nos producen risa, que es la más saludable práctica que podemos incorporar a nuestras vidas.
  6. Lee más libros que el año pasado. La lectura es un hábito genial, nos ayuda a descansar viajando a otros mundos y otras épocas, mejora nuestra ortografía y redacción, así como nuestro orden mental. Lee sobre lo que te guste, hay literatura para cada tipo de persona. Si piensas que eso no es para ti, probablemente se debe a que empezaste con un libro inadecuado. Trata nuevamente y si es necesario pide asesoría.
  7. Siéntate en silencio durante al menos 10 minutos al día. Hay que darle tiempo a la mente para que descanse y se reconcilie consigo misma. Cada vez es más difícil encontrar espacios silenciosos, pero ahí está el reto, en enfocarse y aislarse de su entorno. Intenten. No se arrepentirán.
  8. Duerme al menos 7 horas cada noche. Dormir es tan fundamental como comer, beber o respirar. Duerme suficiente, tu cuerpo te dirá cuánto es eso. Hay personas que requieren hasta 9 horas. Al dormir se realizan procesos fisiológicos únicos que sólo ocurren cuando estamos en esa condición.
  9. Dedica entre 10-30 minutos para caminar cada día. Sonríe mientras caminas. Lo importante es que sea un periodo continuo de caminata, el ir y venir de todos los días no cuenta para estos fines. Normalmente equivale a 2 kilómetros de distancia, pero si es necesario hazlo alrededor de tu comedor y si es en naturaleza y presencia de cuerpos de agua el efecto será aún mejor.
  10. No compares tu vida con la de los demás. No tienes ni idea de cómo es su vida realmente. Tú eres tu propia unidad de medida. Ponte metas cortas y alcánzalas. Felicítate por ello. La sensación de logro es fundamental en la calidad de vida. No tiene que ser nada complejo, pero sí puedes segmentar lo complejo en partes simples.
  11. No pierdas el tiempo en pensamientos negativos o cosas que no puedes cambiar. En lugar de eso, desvía tu energía a un momento positivo en el presente. La lucha contra los demonios de la mente es continua. Esfuérzate por dominarla y que trabaje para tu bienestar.
  12. Vive tu vida de acuerdo con este principio: Verdad, Empatía y Energía. La vida es un regalo temporal, asegúrate de hacer algo bueno con ella para que al final del camino te sientas orgulloso de tus logros, pero sobre todo de haber sido una persona valiosa, sensible y solidaria para quienes te rodearon.
  13. No tienes que ganar cada discusión. Puedes estar de acuerdo o no. Hay que saber elegir las batallas. La mayor parte de las discusiones no vale la pena librarlas. Y avasallar a un interlocutor no siempre es equiparable a triunfar. Vale más escuchar a la otra persona y reconocer sus puntos de acierto. Haz eso y ganarás además un amigo.
  14. No pierdas tu energía en chismes. Es algo que nunca termina bien. ¡Cuidado! Aléjate del chisme y del rumor. La reputación es importante. No te inmiscuyas en el juicio que otros hacen de los demás. Y sobre tú mismo, dale más peso a tu propio juicio que al de los demás sobre tu persona y tus actos.
  15. Sueña más mientras estás despierto. Soñar despierto es darle rienda suelta a la imaginación y a la creatividad. Ahí pueden iniciar grandes proyectos, obtener enormes sonrisas y reordenar tu vida en un sentido más satisfactorio. Sueña y mira a las estrellas.
  16. La envidia es una pérdida de tiempo. Muy por el contrario, trata en lo posible de vivir una vida austera y como dice el viejo adagio “Quiere poco. Y lo poco que quieras quiérelo poco”. Esto no significa no tener metas, pero que sean tus metas planteadas por tus propias razones desde tu interior.
  17. La vida es demasiado corta para odiar a la gente. No odies en vano. El odio es un veneno que sólo mata a quien lo toma, no a quien lo inspira.
  18. Nadie es responsable de tu felicidad, solo tú. Ocúpate de ello y comienza disfrutando lo que tienes, mientras continúas luchando por lo que anhelas. Ojo, la felicidad no es material, es una percepción que se cimienta fundamentalmente en nuestras relaciones en diversas dimensiones de la vida.
  19. La vida es una escuela y tú estás aquí para aprender. Los problemas son sólo una parte del aprendizaje, pero las lecciones que te enseñan estarán contigo toda tu vida.
  20. Sonríe más. Ríe más. Se ha demostrado que la sonrisa y la risa genera cambios bioquímicos benéficos, aún si no existe una razón aparente para reír. Así que recétese una terapia de risa, a solas o en compañía, ni al cuerpo ni al alma le importa la causa, pero le hace mucho bien.
  21. No te tomes la vida tan en serio. Las grandes obras son de generaciones no de hombres. Asegúrate de hacer tu parte y disfruta de ello. No te responsabilices del resultado general.
  22. Llama a tu familia a menudo. Los vínculos afectivos familiares son centrales para nuestro propio equilibrio emocional. No por nada se considera la unidad básica de medida en la sociedad. Esto más allá del estereotipo de la familia tradicional.
  23. Cada día haz algo bueno por otra persona. Puede ser algo pequeño como abrir la puerta, ceder el paso u ofrecer tu asiento a una persona mayor en el transporte público. Te sorprenderás de lo bien que se siente y como genera un efecto positivo en cadena hacia los demás. ¡Anímate! Y comienza hoy mismo.
  24. Perdona a todos y por todo. Al menos inténtalo. En la vida hay que viajar ligero. Que cada quien cargue con sus culpas y tú libérate tan pronto como puedas de las tuyas. Perdona, habla, escucha y déjalo ir.
  25. Pasa tiempo con personas mayores de 80 y menores de 6 años. Te enseñarán mucho sobre cómo es la vida en realidad. La sociedad nos permite hacer muchas cosas que solos no podríamos, pero también nos quita mucho de nuestra humanidad esencial. Recurre a aquellos que aún son puros y a aquellos que han aprendido a regresar al origen.
  26. Lo que otras personas piensen de ti no es de tu incumbencia. Si es un fenómeno general tienes un problema de reputación y vale la pena entenderlo y hacer lo necesario para corregir lo que esté a tu alcance. Sin embargo, nunca podrás satisfacer a todo mundo. Renuncia a esta posibilidad y sigue adelante.
  27. Tu trabajo no se ocupará de ti cuando estés enfermo. Tu familia y tus amigos lo harán. Tus prioridades deben reflejar esto. Hoy más que nunca el trabajo está cambiando dramáticamente. Asegúrate de alinear el trabajo a tu vida y no a la inversa.
  28. Haz lo correcto. Vale la pena a largo plazo. La satisfacción de hacer lo correcto no tiene precio y un mal comportamiento te puede perseguir para siempre y a tu familia también.
  29. Elimina todo lo que no sea útil, hermoso o que te haga disfrutar. No tienes idea de cuánto espacio ganarás en tu hogar y esas cosas le pueden servir a alguien más.
  30. Cuando estás enojado o molesto, busca la soledad antes de enfadarte con las personas que te rodean. No hables ni tomes decisiones hasta que estés sereno. Incluso si esto te toma un par de días.
  31. No importa que tan buena o mala sea la situación actual. Cambiará. Entender esto es fundamental para la buena toma de decisiones. Te dará prudencia en tiempos de abundancia y esperanza en tiempo de aflicción.
  32. Lo mejor está aún por venir. Siempre se positivo y buenas cosas vendrán. A nadie le gusta estar cerca de alguien negativo y hasta las oportunidades huirán de ti. Mantente optimista y lucha por ello.
  33. Cuando te despiertes vivo por la mañana, no lo des por hecho. Estás vivo un día más y asegúrate de vivirlo como si fuera el último de tu vida.
  34. Busca la felicidad verdadera, está muy cerca, en tu interior. Y además es la más duradera. Procura que te acompañe a lo largo de tu vida.
  35. Nunca te olvides de disfrutar el tiempo que tienes y el momento que estás experimentando con las personas que tienes a tu alrededor.

Sinceramente esperamos que estas sencillas reflexiones multivariadas sobre el bienestar general y la calidad de vida, en un formato más práctico y aplicable, le sea atractivo y útil amable lector. Esperamos que con ello encuentre una mejor manera de… Vivir con Sentido.

Nuestras niñas

Lectura: 7 minutos

Recientemente el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) de México presentó un conjunto de indicadores, a propósito del Día Internacional de la Niña, que muestran la situación de las niñas y adolescentes en nuestro país respecto a su condición y al ejercicio de sus derechos.

Conforme a los resultados definitivos de la Encuesta Intercensal 2015, se estima que en México residen poco más de 39 millones de niñas, niños y adolescentes menores de 18 años, lo que en términos relativos representa 32.8% de la población total. Del total de población infantil y adolescente, el número de niñas y adolescentes asciende a 19.4 millones, esto significa que 16.2% de la población total en México son niñas o adolescentes y en cada una de ellas se identifican necesidades y derechos en momentos muy particulares de su desarrollo.

Del total de población femenina de 0 a 17 años, 5.1% (987,484) es menor a un año de edad, 27.2% (5’274,059) son niñas de uno a cinco años, 33.7% (6’516,148) se encuentran en un rango de edad de seis a 11 años y 34% (6’581,314) son adolescentes de 12 a 17 años.

Primeros cuatro años de vida

En México un logro importante para la sobrevivencia de menores en su primer año de vida fue reducir la letalidad de enfermedades respiratorias, infecciosas y parasitarias como principales causas de muerte en las primeras cuatro décadas del siglo XX. A partir de entonces se implementó una expansión progresiva de campañas sanitarias enfocadas a reducir la morbilidad y la mortalidad, sobre todo en infantes, y se logró reducir la tasa de mortalidad infantil de menores de un año. En los últimos 25 años, la tasa de defunciones de menores de un año por cada 100 mil nacidos vivos se redujo de 32.5% en 1990 a 12.5% en 2015.

Durante el 2015 se registraron 11,445 muertes en niñas menores de un año. Dentro de las causas de muerte de este grupo de población destacan dos causas principales, las afecciones originadas en el periodo perinatal, responsables de 48.5% de las muertes en niñas menores de un año, y malformaciones congénitas, deformidades y anomalías cromosómicas que representa 26.5%, es decir, estas dos causas agruparon 75% de las muertes de niñas menores de un año.

Otro derecho de la niña o niño después de su nacimiento es la inscripción inmediata al registro civil para gozar de un nombre y una identidad. De acuerdo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), “la identidad consiste en el reconocimiento jurídico y social de una persona como sujeto de derechos y responsabilidades y, a su vez, de su pertenencia a un Estado, un territorio, una sociedad y una familia, condición necesaria para preservar la dignidad individual y colectiva de las personas”.

Datos de la Encuesta Intercensal 2015 muestran que 96.7% de las niñas y adolescentes cuentan con acta de nacimiento, sin embargo, entre las menores de un año este porcentaje es sólo de 79.3%.

De acuerdo con el registro de nacimientos en 2015, del total de niñas y adolescentes registradas ese año, 88.8% fue registrada durante su primer año de vida y el resto (11.2%) realizaron su registro en edades de uno a diecisiete años. La condición de registro extemporáneos mayor conforme la escolaridad de la madre es menor, sobresale el hecho de que la proporción de niñas con registro extemporáneo es menor que en los niños.

Otro importante derecho del infante en sus primeros cuatro años de vida se refiere a su incorporación al Sistema Nacional de Educación Básica. En México durante 2002 se decretó que la educación preescolar debe cursarse de forma obligatoria y conforme a la Ley General de Educación es obligación del Estado (Artículo 3) y de los padres (Artículo 4) hacer cumplir este derecho que tienen todas las niñas y niños de 3 a 5 años de edad.

Datos de la Encuesta Intercensal 2015 indican que 63.3% de las niñas de 3 a 5 años de edad cuenta con algún grado de preescolar (ligeramente mayor al 62.7% de niños), por lo que 1’146,359 niñas, que representan 35.4% del total de niñas de 3 a 5 años, no asisten a la escuela, por lo que no se encuentran desarrollando aún sus habilidades escolares para este nivel y conforme a la opinión de especialistas en esta materia, puede repercutir en su aprendizaje y futura socialización en los subsecuentes niveles escolares.

Las niñas a partir del quinto año de vida

Datos de la Encuesta Intercensal 2015, reflejan que, de cada 100 niñas de 6 a 11 años, dos no asisten a la escuela y 11.5% aún no desarrollan su habilidad de lectoescritura. Si una niña no recibe educación elemental que potencialice su habilidad de leer y escribir, se atenta contra un derecho universal y el efecto para quienes lo padecen resulta devastador: “haciendo que las personas carezcan del reconocimiento social que merecen, presenten baja autoestima, autonomía y poca reflexión crítica; sean ‘víctimas de engaños’ y presenten limitaciones a la hora de conocer y de acceder a los derechos individuales que la ley les otorga”.

El analfabetismo es un problema de naturaleza estructural y estrechamente vinculado con la pobreza. Es en las regiones menos desarrolladas donde los índices más altos de población que no sabe leer ni escribir un recado se concentran; en localidades con menos de 2,500 habitantes la proporción de niñas de 6 a 11 años sin habilidad de lectoescritura es de 16.2%; este porcentaje es cercano al doble respecto de niñas residentes en localidades de 100,000 y más habitantes (8.9 por ciento).

En los adolescentes, el analfabetismo funcional se refiere a aquellos que tienen acreditados menos de tres grados de primaria, “dicho criterio considera los resultados de diversas investigaciones y encuestas, las cuales establecen que quien no ha completado al menos tres grados de educación, tiene una alta probabilidad de regresar al estado de analfabetismo y, aquellos que tienen tres o más grados, ya han pasado el umbral a partir del cual ya no se convierten en analfabetos por desuso y son capaces de utilizar la lectoescritura en su vida y trabajo cotidianos”.

El UNICEF afirma que las adolescentes que no saben leer y escribir tienen más probabilidades de casarse precozmente, quedar embarazadas y menos posibilidades de contar con conocimientos amplios sobre el VIH/sida y de tener hijos saludables. Cifras de la Encuesta Intercensal 2015 muestran que la proporción de adolescentes analfabetas funcionales de 12 a 17 años es de 1.6%, y que esta proporción aumenta a 2.4% para aquellas que viven en localidades de menos de 2,500 habitantes.

De las adolescentes de 13 a 15 años de edad en 2015, 5.2% o no han concluido aún la primaria, o han cursado sólo preescolar o bien no cuentan con ningún nivel de escolaridad y 10.8% de ellas ya no asiste a la escuela; mientras que 15.8% de las adolescentes de 16 y 17 años, declararon no haber terminado la secundaria o tener un nivel de escolaridad menor y 67.4% de ellas tampoco asiste a la escuela.

De las adolescentes de 16 y 17 años, 69.2% asiste a la escuela, de ellas 92.6% cursa estudios de nivel medio superior o técnicos o comerciales con secundaria terminada, y 7% cursa estudios de secundaria o menor nivel de escolaridad. De las adolescentes de 16 y 17 años, 30.6% no asiste a la escuela.

Las niñas y adolescentes en condiciones de vulnerabilidad

La vulnerabilidad se asocia a un “riesgo social” en el que pueden incurrir sectores de la población debido a su contexto socioeconómico, doméstico o comunitario. Una definición más formal señala que “la vulnerabilidad es la condición de riesgo latente que padece un individuo o una familia como resultado de la acumulación de desventajas sociales, que impiden que esta situación sea superada por ellos mismos y queden limitados para incorporarse a las oportunidades de desarrollo”. En particular, la población con discapacidad y los hablantes de lengua indígena experimentan contextos en que se manifiesta esta vulnerabilidad en la vida cotidiana de las niñas, niños y adolescentes.

Discapacidad

En el Artículo 25 de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (CDPCD) se establece que todas las personas con discapacidad tienen derecho a gozar de buen nivel de salud. En ese sentido se muestran datos de afiliación y uso de servicios de salud en la población de niñas y adolescentes de 3 a 17 años de edad con discapacidad o limitación.

De acuerdo con la Encuesta Nacional de la Dinámica Demográfica (ENADID) 2014 del total de niñas y adolescentes, 1.6% tiene discapacidad y 5.2% limitación; por condición de afiliación en ambos grupos se tienen las mismas proporciones. El 86.4% de las niñas y adolescentes con discapacidad o limitación son derechohabientes de algún sistema de salud proporcionado por el Gobierno Federal o local, siendo el Seguro Popular la opción que concentra casi dos terceras partes de ambos grupos de población, mientras que 13.6% no cuenta con afiliación a alguna institución de salud.

Cuando alguna niña o adolescente tiene algún problema de salud, que puede estar o no relacionado con su condición de discapacidad o limitación, acuden a alguna de las instituciones públicas o privadas que tienen a su alcance. Entre quienes acuden a algún lugar a recibir atención médica, se debe destacar que 22.8% de las niñas y adolescentes que tienen discapacidad y 26.7% de quienes tienen limitación prefieren acudir al consultorio de una farmacia o algún hospital, clínica o consultorio privado, proporción que resulta superior a quienes acuden a alguna clínica u hospital del IMSS.

Hablantes de lengua indígena

De acuerdo con el UNICEF, en nuestro país “los niños indígenas constituyen una población de muchas carencias y con un bajo grado en el cumplimiento a sus derechos más fundamentales, los cuales se expresan entre muchos otros, en el trabajo infantil y en una ausencia escolar”. De acuerdo con información generada por la Encuesta Intercensal 2015, en nuestro país residen 1.9 millones de niñas, niños y adolescentes de 3 a 17 años que hablan lengua indígena, de las cuales 49.9% son niñas y adolescentes.

La proporción de niñas y adolescentes de 5 a 17 años que hablan lengua indígena y no asiste a la escuela es 16.8%, esta situación transgrede un derecho, toda vez que en la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas, en su Artículo 11, se garantiza “el acceso a la educación obligatoria, bilingüe e intercultural a todas las personas que hablan alguna lengua indígena, independientemente si además hablan o no español”.

En general, la no asistencia en este sector de la población tiene que ver con cuestiones de accesibilidad, muchos radican en localidades pequeñas y dispersas, lo que lleva a recorrer grandes distancias a pie bajo condiciones climáticas extremas o en transportes no muy adecuados o con alto costo monetario para las familias; también influye el hecho de que en estas comunidades se tiende a privilegiar el desarrollo del trabajo infantil en el campo.

Mensajes Clave

  • Datos de la Encuesta Intercensal 2015 indican que en el país residen 19.4 millones de niñas y adolescentes menores de 18 años.
  • Dos de cada 100 niñas de 6 a 11 años no asisten a la escuela; 18% de las adolescentes de 16 y 17 declararon no haber terminado la secundaria o tener un nivel de escolaridad menor.
  • Una de cada 10 niñas y adolescentes de 5 a 17 años que hablan lengua indígena, no asiste a la escuela.

La evidencian estadística muestra, a partir de las cifras oficiales, que la tarea por proteger a nuestras niñas e infancia en general aún no ha terminado. Hemos podido posicionar una serie de derechos relevantes y avanzado substancialmente en la tarea de desarrollar la infraestructura y los recursos humanos capacitados para atenderlos. Es más que claro que debemos tener a nuestra población en forma y bien formada para mejorar la competitividad, luchar por este alto propósito debe ser parte de la visión continua que nos permita… Vivir con Sentido.