Opinión

¡Albricias!

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El domingo 8 de enero de 2012 partieron plaza José con Fermín Rivera y El Capea, con sus ilusiones puestas en el encierro que resultó estupendo de la ganadería de La Estancia.

Una gran faena de José Mauricio al sexto excepcional Piamonte, que merecidamente recibió el homenaje del arrastre lento ordenado por el juez de plaza Jorge Ramos.

A José le faltó la rúbrica de la espada para cortarle dos orejas, o quién sabe si también el rabo, de haber sido exitosa la estocada que intentó recibiendo.

Piamonte mereció la vuelta al ruedo por la clase y la bravura que desarrolló.

José lo cuajó con el capote y con la muleta en donde tuvo instantes sensacionales.

Y desde luego, si llega a estocarlo como Dios manda, el premio hubiera sido grande.

La plaza estuvo con él en todo momento, mientras que él estuvo muy centrado en la faena.

Sus colegas de cartel tuvieron grandes momentos. Fermín Rivera confirmó en su primero lo que le vimos semanas atrás: un toreo clásico, sedeño, sin muchos adornos, templado y con un gran sentido de colocación en el ruedo. La petición de oreja no fue mayoritaria, sin embargo es justo enfatizar que merece más oportunidades un toreo de un concepto muy serio.

A El Capea se le vio dispuesto en sus tres toros, desplegando ganas, sobre todo temple al torear, y conocimiento de la lidia, fue una lástima que en la terna de animales que lidió, uno –el séptimo de regalo– lo hubiera pinchado, perdiendo la oportunidad por la espada de salir en hombros.

Cada semana los mexicanos en particular están triunfando, por lo cual debemos congratularnos.

Las Asociaciones Público-Privadas: ¿Beneficios sin riesgos?

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En menos de una hora de discusión, el Senado mexicano aprobó el pasado diciembre (El Universal, 14 de diciembre, 2011), después de una larga espera, la Ley de Asociaciones Público Privadas (APP´s), también identificadas como Proyectos Público Privados (PPP´s) y con algunas otras denominaciones que permiten identificar genéricamente “Un arreglo contractual entre los sectores público y privado, con claro acuerdo de objetivos compartidos, para proveer bienes o servicios que de otra manera habrían sido proporcionados a través del sistema tradicional del sector público(Department of Finance, 2002, www.ppp.gov.ie ).

La legislación, que permite que las APP´s tenga una duración hasta de 40 años, recibió una amplia crítica bajo el riesgo de que el sector público deje de proveer servicios y desarrollar infraestructura en beneficio del sector privado, y con ello se permita ocultar deuda en la que incurriría el gobierno, en este caso federal.  Los dos señalamientos efectivamente pueden constituirse en riesgos potenciales que pueden mitigarse, pero también oscurecen los potenciales beneficios que las APP´s pueden implicar.

Tradicionalmente el sector público ha demandado bienes y servicios del sector privado para la atención de sus funciones.  Así ha demandado, materias primas e Insumos, bienes finales, construcciones y en general servicios.  En tales casos, los riesgos de costos, inversiones, eficiencia y efectividad los ha asumido normalmente el propio sector público, minimizándose riesgos económicos y técnicos para el sector privado.  Es decir ha habido un riesgo asimétrico, que ha terminado por ser asumido por el gobierno.

Esta práctica de gestión pública ha ido cambiando desde los ochentas, especialmente en el Reino Unido, como parte de la reforma económica emprendida por el gobierno de Margaret Thatcher.  Pero también se ha constituido como una clara expresión de la New Public Administration (Nueva Administración Pública) que dio paso a la reforma económica, identificada como nuevo liberalismo.

El objetivo británico originalmente buscó crear espacios económicos para el sector productivo privado, a la par que se lograra un mayor “value for money” (valor por dinero).  Es decir desarrollar nuevas áreas económicas tradicionalmente acotadas por el gobierno e incrementar la eficiencia en la provisión de bienes y servicios de carácter público.  Así, surgieron de las PPP´s (Public Private Partnerships-Asociaciones Público Privadas) y dentro de ellas los Private Public Projects-Proyectos de Prestación de Servicios.  Con estos últimos el sector privado comenzó a financiar y construir escuelas, hospitales, entre otros proyectos, cuyos servicios mantuvo bajo su control el sector público.

El surgimiento y estrategia de los PPP´s se dio como una decisión de política económica en un entorno en el que prevalecían problemas de inflación-recesión; desempleo; altos requerimientos de préstamo para el sector público; problemas para la provisión de bienes y servicios en razón del nivel de deuda pública, ineficiencia del sector público; necesidad de inversión para infraestructura.  En este entorno, también prevalecía la falacia de no distinguir el tratamiento contable de la inversión pública y el gasto corriente, tal como acontece en la contabilidad privada especialmente en materia de depreciación y amortización, que permite la imputación contable del costo de la inversión en el tiempo.

Así, en 1992 se estableció en el Reino Unido un programa sistemático para alentar los PPP´s, cuyos objetivos finales fueron lograr una mayor eficiencia del sector público, alentar la privatización y la desregulación, compartir riesgos, lograr un mayor valor por dinero (value for money), transparencia del gobierno y hacer efectiva una rendición de cuentas dentro de la nueva administración pública.

Las APP´s, en el léxico en español, permiten que el sector privado provea un proyecto o servicio público a mediano o largo plazo, bajo dos grandes vertientes, con variantes.  Así, hay proyectos cuyos ingresos se derivan del pago directo de los usuarios finales (peajes, cuotas, tarifas) (e.g. concesiones) y proyectos cuyos ingresos son directamente aportados a lo largo del tiempo por el Estado, a cambio de la provisión de servicios determinados o de la construcción y rehabilitación de infraestructura pública (e.g. Proyectos de Prestación de Servicios PPS, en la denominación federal mexicana).  Esto último posibilita diferir en el tiempo el gasto público, especialmente de la inversión, ya sea con un pago de arrendamientos, amortizaciones, depreciaciones, etc.

Con ello se constituye una relación de mediano o largo plazo entre el sector público y el sector privado que involucra la distribución de riesgos y de retornos en pos de la entrega de productos de política pública predeterminados (Standard & Poor’s).  La principal diferencia con el sistema tradicional es que los retornos del sector privado están vinculados a los productos y al desempeño del activo en cuestión a lo largo de la vida del contrato (PriceWaterhouseCoopers).  De esta manera, el sector privado es responsable no sólo de la entrega del servicio o activo acordado, sino de la gestión e implementación del proyecto (y en buena medida del financiamiento) y de su exitosa operación a lo largo del contrato (BID, 2006).

Pero ello, como en el Reino Unido, cada APP´s debe ser comparada contra el costo estimado de proveer el mismo servicio u obra mediante mecanismos tradicionales (Public Sector Comparator, PSC), el propio mercado y en consideración a que la remuneración al sector privado será en función del desempeño en la entrega de servicios o bienes.  Para ello es necesaria la evaluación cualitativa y cuantitativa de lo convenido, contemplándose penalizaciones en caso de que la entrega no se atenga a lo estipulado en el contrato, a fin de lograrse una distribución equitativa de riesgos.

Los beneficios de las APP´s se han visualizado en la reducción de la presión presupuestal de corto plazo y en el diferimiento de la “inversión” a lo largo del tiempo, para lograr una mayor eficiencia presupuestal.  De igual forma es posible tener una eficiente provisión de bienes y servicios públicos, lográndose potencialmente una reducción de empleo público.  En contra posición, es posible identificar determinados riesgos y costos a veces no considerados para la definición de las APP´s.  En primer lugar se requiere contar con personal capacitado en la materia para llevar adelante el proceso de asociación, que debiese contar con una licitación.  Por lo que ello implica costos administrativos y de preparación, para identificar la pertinencia técnica y operacional del proyecto.

En segundo lugar, se debe visualizar el riesgo de relación asimétrica con el asociado, a partir de costos-precios.  En este punto, es conveniente tener en cuenta la tasa de interés efectiva que implican las APP´s, dado que la tasa debería ser menor a la del mercado y muy cercana a la del sector público dado el involucramiento del gobierno.  De igual forma, en materia de precios hay que evitar el terminar asumiendo pago de “rentas” al sector privado.

En tercer lugar, se debe evitar que el diferimiento de pagos provoque la opacidad del registro del gasto público y de los compromisos presupuestales futuros.  Del mismo nivel de importancia, es que se debe trasparentar que las APP´s pueden implicar deuda pública “contingente” o adicional, cuyas obligaciones pueden hacerse presentes en situaciones de stress financiero y presupuestal público, haciéndose difícil de solventar.

En general, es de esperarse que a partir de cambios en los marcos normativos de presupuesto y deuda pública para las APP´s se tenga una mejor planeación, decisiones de inversión “pública” más eficientes, creación de espacios económicos para el sector privado, mayor eficiencia económica y una mejor satisfacción de los ciudadanos, en un ambiente de rendición y transparencia.

¿Las bondades de las APP´s son posibles de lograrlas razonablemente en México? ¿Es posible mitigar los riesgos de las APP´s?

Obviamente para ello se necesita de una actuación objetiva y profesional, de la rendición de cuentas y transparencia del sector público y que la Auditoría de la Federación tenga atención especial sobre las APP´s.  Las experiencias pasadas asociadas a lo que hoy se identifican como APP´s no son halagüeñas.  Aún más, las experiencias obtenidas en ciertos estados abren sospecha de cierta corrupción comentada públicamente.

El rescate de las carreteras concesionadas a raíz de la crisis de 1995 fue ampliamente debatido, máxime a la luz del costo que el gobierno federal ha tenido que asumir, que hasta hace un par de años rondaba varios miles de millones de pesos frente a los cientos originales.

Hoy se tiene el caso del rescate del Tren Suburbano de la Zona Metropolitana que, ante su fracaso financiero, el gobierno federal asumirá alrededor de 49% de su capital, en tanto amplía la temporalidad de la concesión en 20 años de los originalmente 30 otorgados, esencialmente a Construcciones Auxiliares de Ferrocarriles (CAF), empresa española.  Con ello el gobierno federal se vuelve el socio mayoritario del servicio, pero también le significa asumir una obligación financiera no presupuestada y, casi con seguridad, no transparentada como parte de la deuda pública.

En el ámbito local, se han hecho APP´s que han significado la transferencia de infraestructura vial ya realizada a particulares, para su remoción o supuestamente mejoramiento, como sería el caso de la Ciudad de México.  En algunos estados el manejo de los servicios de salud y proveeduría de medicinas, insumos y renta de equipo médico que han resultado más costosos que en los hospitales totalmente privados.  Creando, además, una creciente deuda contingente o adicional, que de transparentarse abultaría sustancialmente las obligaciones de estados y municipios, que en 2006 significaba para el gobierno federal cerca de un billón de pesos, un millón de millones, que equivalía a cerca del 50% de la deuda pública oficial.

En general hay que considerar ciertos servicios e infraestructura que el sector privado por razones históricas no ha proporcionado totalmente, como sería la construcción de escuelas, hospitales, mantenimiento de carreteras, agua potable, manejo de basura y residuos sólidos, entre otros más.  Tal situación implica per se un riesgo si son asumidos por las APP´s.  Pero también hay que tener en cuenta que desde hace más de diez años, el personal técnico calificado del sector público federal se ha ido extinguiendo y avejentando, como sería el caso de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes y de PEMEX.  Este hecho hace que la propia definición, licitación, supervisión y operación de las APP´s, en las condiciones actuales, implique en si un alto riesgo.

Sin duda, hace falta una clara política en materia de las APP´s, una estrategia pertinente y una focalización de las mismas.  Bien ha aseverado el Banco Mundial que las “Public-private partnerships ayudan a las ciudades a mejorar su infraestructura en formas que sería imposible sin la participación privada, haciendo las áreas urbanas más eficientes y aumentando los estándares de vida (Handshake, a quarterly online journal, IFC, World Bank Group. Washington, D.C., January 9, 2012), al poner los ejemplos de Barcelona, Cartagena, Manila y San Petersburgo.

Esperamos que así suceda en México, sin que para ello se pavimente de nuevo calles ya pavimentadas, alumbre una vez más lo ya alumbrado, sólo por señalar males sempiternos de nuestra burocracia, y sin convertir activos públicos en privados, con un riesgo anunciado para las finanzas públicas y los bolsillos de los ciudadanos.  Aunque como bien se le dijo a un funcionario del área de finanzas de la ciudad de México ante su aseveración de que las APP´s no implicaban riesgo alguno: “hasta el despertarse implica un riesgo”.

El Soro

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El Soro se casó en México y varias veces al año viene a Tijuana con la familia de Hernando Limón, su cuñado, cuya ganadería se ubica en Tecate, Baja California, en el rancho Santa Alicia y la divisa es verde limón, naranja y rojo.

Hace 15 días, en La México, encontré a Hernando y al Soro con la grata sorpresa de que ya pude ver caminando con normalidad al valenciano, las dolencias en sus rodillas le obligaron a dejar el toreo y sabía por Luis Alonso, mi hermano, muy amigo de ellos y que vive en Tijuana, de las múltiples operaciones a las que se sometió Vicente y verlo mejor fue una alegría.

A final de 2011 me llamó mi hermano para platicarme de la tienta en Santa Alicia dirigida por Vicente y emocionado me comentó que el Soro toreó las becerras con el sello de variedad en el capote y la muleta que lo caracterizó en su carrera taurina, lo cual me hizo ver claro el milagro en la vida de encontrar lo que a cada quien le gusta y hacerlo.

Sirvan estas líneas para un torero muy importante de la historia, algo debe haberle visto Antonio García El Chihuahua, quien confirmó el Primero de enero de 2012 en La México y se deja ir al toro con la alegría que lo hacía el valenciano en banderillas; cortó una oreja muy merecida del toro de su confirmación de San Marcos, de nombre Ambicioso. ¡Cómo se mostró Toño toda la tarde!

Por lo pronto un abrazo a El Soro y que sepa que en México su trayectoria brillante por los ruedos no nos pasa desapercibida, un abrazo también a Hernando Limón y de refilón a mi querido hermano cronista y juez de plaza.

De la Unión Europea a la crisis global (Segunda parte)

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La mayor preocupación económica y financiera en todo 2012 seguirá siendo la Unión Europea (UE), por lo que, como se dijo la semana pasada las noticias del viejo continente seguirán ocupando los titulares de los medios de comunicación a nivel mundial. Dadas la temporalidad tardía de ejecución de las medidas acordadas y los resultados reales hasta ahora obtenidos, sin duda veremos varios summits de la UE centrados en los problemas de la deuda soberana, su financiamiento y la capitalización de la banca, así como en las medidas instrumentadas para atenderlos.

Obviamente, las medidas se han centrado hasta ahora en el saneamiento financiero público, la ampliación del rol del Banco Central Europeo y de otras instancias financieras comunitarias, así como de la disciplina fiscal, todo ello para salvar al euro. Así, se abordan problemas atingentes y se busca resolverlos, sin considerar si las medidas aplicadas no profundizan realmente la crisis y sus problemas manifiestos. Más aún, la obsesión sobre la deuda pública como la causa de la crisis, después de que se le asignó primariamente al contagio financiero norteamericano, hace perder la perspectiva por explorar la validez de tales conjeturas.

El aumento relativo de la deuda soberana en la UE se incrementó después de 2008 como resultado de los programas de apoyo financiero aplicados a los bancos y por otras medidas anticíclicas aplicadas. Lo sorprendente, para la visión dominante ahora, es que hasta entonces países como Irlanda, España, Italia y relativamente Portugal no presentaban mayores problemas con su deuda primaria, es decir la deuda pública en relación al producto interno bruto (PIB) sin considerar el pago de intereses.

En contraste, otros países del continente presentaban niveles de deuda mayores a los de esos países a los que ahora se les atribuye la crisis del euro. Así, parece remoto considerar que son las propias medidas adoptadas las que han agudizado los llamados problemas o manifestaciones financieras.

Bien ha demostrado con datos detallados Gianluca Cafiso (VoxEu.Org, 5 de enero 2012) que el interés y el crecimiento económico (bajo) han solamente empeorado sus efectos hasta ahora. Sin embargo, los actuales niveles de spread nos alertan para la posibilidad de un incremento en la carga de pago de interés en el cercano futuro.

En tanto la tasa de interés efectiva suba y la economía no crezca, los problemas de la deuda soberana, el financiamiento y la capitalización bancaria seguirán agudizándose. Asimismo constituirán la señal del riesgo, al enunciar la “trampa de la deuda”, para el sector público y el privado, tal como lo acuñó Minsky en los 1980´s. Por ello es válida la afirmación del Presidente de la Autoridad Bancaria Europea (ABE), Andrea Enria, de que se está en un círculo vicioso y que “los bancos alemanes no están a salvo de la tormenta” (El País, 31 de diciembre, 2011).

Así, el rechazo fundamentalmente a las ideas keynesianas ha hecho aflorar no sólo el monetarismo rampante, sino el dogma prevaleciente al declarar John Cochrane, profesor de finanzas de la Booth School of Business en esa universidad que la idea de que gastando se puede alentar la economía, fue desacreditada hace muchos años y que “no es parte de lo que alguien haya enseñado a los estudiantes de grado desde los 1960´s,”. Tal aseveración, de acuerdo a Krugman, es falsa (NYT, 5 de enero de 2012) por lo menos considerando otras universidades pero no para el caso de la Universidad de Chicago y una que otra mexicana.

El principio keynesiano básico es que la crisis se debe a un problema de demanda agregada, que debe resuelta con un mayor gasto de gobierno, ante el bajo consumo privado y las bajas expectativas de las empresas que repercuten en menor empleo y una menor producción. Por ello, el déficit fiscal y el aumento de la deuda pública son circunstanciales y no trascendentes, dado que se abatirían cuando la economía crezca y permitan sanear las finanzas públicas.

La posición original de Keynes extraordinariamente se dio en un momento en el que el Reino Unido enfrentaba una elevada deuda pública y la de USA era relativamente baja.

 

Las condiciones de la crisis del 29 fueron diferentes a las que hoy prevalecen. En primer lugar, el patrón oro dominaba el sistema monetario internacional, lo que hacía que la liquidez enfrentara una astringencia severa por la concentración del áureo metal por parte de USA y Francia. Esto llevó a proponer la necesidad de un acuerdo internacional para solucionar tales desbalances. Posición que originalmente compartió Keynes y que después abandonó (Douglas A. Irwin, Dartmouth College and NBER, November 8, 2011)

En segundo lugar, si bien para algunos países la deuda era elevada, para USA no era el caso, además de que en ese momento junto con el Reino Unido constituían las economías más grandes y dinámicas del mundo. En tercer lugar, y de manera relevante, la globalización financiera no alcanzaba la magnitud y facilidades hoy prevalecientes, por lo que la velocidad y profundidad del contagio y riesgo sistémico era posiblemente menor al actual. Más importante, no existía una alternativa teórica e instrumental diferente, como hoy la podría constituir los New Keynesians

En la actual circunstancia, USA y el Reino Unido cuentan con soberanía monetaria y bancos centrales que se desempeñan como prestamistas de última instancia, en tanto la zona euro parece más un club financiero cerrado que no está dispuesto a garantizar las deudas de todos los socios, ni aún entre ellos.

En todo caso, lo que parece olvidarse, es que los problemas monetarios y financieros son inicialmente producto de desbalances económicos reales, tal como Joseph Stiglitz lo enfatizó en 2007-8 cuando inició la crisis, al indicar la necesidad de establecer un acuerdo que atacara los problemas de los desbalances económicos internacionales, como es el déficit en cuenta corriente. Hoy más se olvida la necesidad de establecer al respecto una gobernanza internacional que evite que los desbalances económicos internacionales sean potenciados por el sistema financiero y bancario operante.

 

 Así, es obvio que el déficit en cuenta corriente era un foco rojo, desde antes de 2007, en buena parte de los países de la zona euro, especialmente en Portugal, Grecia, España, aunque menos agudo en Italia. El único caso atípico lo constituía Irlanda, que se vio obligada a rescatar su sistema financiero socializando su costo, frente a la alternativa asumida, entonces, por Islandia.

 Llama la atención que se estima que el déficit se agudizará en 2012 en Italia y Francia, lo que hace prever que ambos países deberán incrementar sus influjos de capital en un ambiente adverso para la UE que enfrenta ya una nueva recesión.

 No puede negarse que el contagio, especialmente en 2008, agravó la crisis económica en la que ya estaban metidos varios países europeos o que las medidas tomadas al inicio generaron una fragilidad financiera. Pero tampoco se puede negar que buena parte de las medidas que ahora se toman están agudizando la fragilidad financiera y bancaria europea a partir de la contracción deliberada, como si el sector real de la economía no importara. Por ello, hay que evitar confundir problemas con causas, síntomas con enfermedad, aunque admitamos la presencia circunstancial de un círculo vicioso afectando a la UE, que podría terminar afectando más severamente al resto del mundo, particularmente a USA.

 Sin pretender la verdad absoluta, parece, como casi siempre, que los problemas en su origen van de la economía a las finanzas y no al revés. Bien decía Khum, habilitado profesionalmente como filósofo de la ciencia, el ferrocarril se desliza sobre las vías, y no las vías por abajo del ferrocarril.

De la Unión Europea a la Crisis Global (Primera parte)

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Las noticias procedentes de la Unión Europea (UE) en esta última semana del año, que parece no acabar y que se le recordará emblemáticamente, no resultan nada halagüeñas después de la inyección de € 489,000 millones por parte del Banco Central Europeo (BCE), a 523 bancos de manera extraordinaria, con la finalidad de inyectar liquidez al sistema financiero.

Las noticias van desde el hecho de que los bancos relativamente han preferido depositar sus excedentes de liquidez en el BCE, por lo que, ante el 0.25% que reciben de interés y el 1% que pagarían por el préstamo extraordinario que les otorgó el BCE, prefieren perder que tomar riesgos en la colocación de sus recursos (El País, 28 de diciembre 11).

Ante tal evento, otra noticia adversa es que Italia no pudo colocar el monto total de sus bonos por € 8.5 mil millones, viéndose el BCE obligado a comprar deuda para satisfacer las necesidades de refinanciamiento de ese país (The Guardian, 29 de diciembre 11).  Este hecho invalidó la expectativa de que con mayor liquidez los bancos podrían adquirir bonos de deuda soberana, como una acción indirecta del BCE para actuar como prestamista de última instancia (lender of last resort), garantizando veladamente los bonos soberanos, especialmente de Grecia, Irlanda, Portugal, España e Italia (GIPSIpor su acrónimo en inglés).

Una mala noticia más, como causa y efecto de la anterior, fue que el mercado secundario de bonos mantuvo un spread (entendido como margen adicional de interés) elevado, llevando la tasa efectiva a un nivel alrededor de 7%.  Todo ello, en conjunto con las otras noticias desfavorables de la UE, llevó al euro a su nivel más bajo frente al dólar en quince meses.

La semana pasada, desde El Semanario sin Límites se argumentó que con inyectar liquidez por parte del BCE puede sólo ganarse tiempo, corriéndose el riego de atender síntomas sin resolver problemas.  Así, se señaló que la necesidad de capitalización de los bancos -uno de los problemas agudos de la crisis- no se resolvería con la simple inyección de liquidez y que la capitalización estaba totalmente condicionada a que los inversionistas o accionistas aceptasen asumir riesgos en un entorno que les es totalmente adverso.

Finalmente, se enfatizó que la inyección de capital era un artilugio del BCE para seguir sin actuar como prestamista de última instancia, dado que “Mario Draghi, Presidente del Banco Central Europeo (BCE), (había) insistido en la últimas semanas, (que) el BCE nunca haría ninguna acción a la que se opusiera Alemania, por lo que no compraría extensivamente deuda de España e Italia, ni financiaría directamente a ningún gobierno europeo (NYT, 22 de Diciembre de 2011)”.

Si entonces no se identificaron los problemas que se consideran más atingentes, se espera que estén claramente identificados, aunque es obvio que puede haber visiones diferentes sobre los mismos.

Por otra parte, los indicadores más recientes de los Estados Unidos (USA) indican que en el tercer trimestre se volvió a desacelerar la economía, lo que ha hecho que las solicitudes de desempleo aumenten en las primeras semanas de este diciembre que termina.  En tanto en Europa se asume que en el cuarto trimestre se habrá entrado en una recesión leve que se extenderá a los primeros meses de 2012, se teme que la economía norteamericana termine siendo contagiada, hundiéndola en una recesión que afectaría a buena parte del resto del mundo.

Adicionalmente, el gobierno de EU deberá entrar en las primeras semanas del próximo enero 2012 de nuevo al interregno de la negociación del aumento del techo de su deuda, lo que creará un ambiente institucional y político inestable, que podría agudizar las expectativas económicas globales.

En este ambiente, la economía China parece presentar actualmente un sobrecalentamiento económico en razón de su boom inmobiliario y de inflación de activos, lo que hace prever futuros problemas financieros y bancarios, especialmente de la banca de gobierno que arrastra enormes carteras vencidas.  Estos dos factores de las primeras economías globales hacen pintar un oscurecido 2012, y una evolución incierta de la crisis en marcha.

En este incierto entorno, debe ser claro para asumir una visión analíticamente aceptable que una cosa son los problemas, otra sus razones y otra más sus causas.  Hoy en la UE públicamente se debate un buen número de problemas, que van desde la llamada crisis de la deuda soberana, la necesidad de capitalización de los bancos, la falta de un pacto o acuerdo fiscal, la necesidad de contar con un auténtico banco central, etc., etc.

Todo ello, para los más, en el marco de una crisis financiera y, para los menos, de una crisis económica, que se hizo evidente a partir del 2007, obviándose, en ambos casos, el reconocimiento del fin de un largo período económico cuyas estructuras económico-institucionales y las ideas que lo sustentaron han ido cambiando.

Hasta 2007, todo parecía que institucionalmente marchaba bien, que los mercados operaban ordenadamente, que los consumidores eran racionales, que la regulación junto con la auto-regulación financiera operaba de acuerdo a los manuales de economía, que la globalización era benéfica para todos los países, todo ello y más descollaba ad nauseam, en la reiteración machacona de un mismo punto de vista y de su perspectiva.

De pronto, casi como generación espontanea, todo cambió, como si súbitamente se admitiera que se vivía en un mundo alienado, que obligó a cuestionar aquello que parecía funcionar bien.

En tal circunstancia, como protagonista y concurrente, no es ajena la UE que ha terminado por debatir sus propios fundamentos y estructuras de gobierno, de administración, así como de gobernanza.  Resistiéndose, contradictoriamente, a llevar adelante cambios que hoy todos claman como base para atender las características de su propia crisis; tal es el caso del BCE que se le urge desempeñe el rol de prestamista de última instancia.

Ello permitiría, se piensa, resolver algunos de los problemas más urgentes que enfrenta la zona euro, obligando inicialmente, entre otras cosas, a recrear primero sus bases fundacionales y crear estructuras administrativas más ágiles.  Absurdamente, por otra parte, la UE se aferra a aplicar recetas económicas que profundizan sus problemas financieros inmediatos, que comienzan a perpetuar sus consecuencias recesivas, haciendo tener la sobrevivencia de lo que parece estiman más preciado: el euro, como su moneda única.

¿La pregunta inmediata y recurrente es cómo fue posible que tantas instituciones altamente reputadas, expertos y brillantes académicos en economía y finanzas no previeran lo que podría pasar? ¿Por qué sucedió lo que sucedió?

En primer lugar, hoy vivimos en un mundo totalmente diferente al de inicios de los 1990’s, tanto en lo social, como en lo económico.  La desregulación del sistema financiero, de la cuenta de capital y la globalización de las mercancías han invalidado buena parte de los supuestos de las teorías económicas y de sus correlativas políticas instrumentales.  En tanto el cambio de la realidad ha sido un proceso muy rápido para modificar a tiempo las visiones convencionales de manera pertinente, los atropellados resultados obtenidos, juzgados inicialmente positivos, obnubilaron más la conveniencia de las ideas convencionales.

En segundo lugar, en tanto indicadores económicos básicos, tales como el déficit en cuenta corriente, la inflación acelerada de activos (acciones, bienes inmuebles, entre otros) enunciaban problemas por venir, la euforia de los 2000´s, exacerbada con una tasa de interés muy baja, anuló públicamente toda relativa objetividad económica sobre las condiciones prevalecientes y su futura evolución.

Al respecto, como ejemplos de la silenciada objetividad, baste tener presente, entre otros, a Paul Volker, Ex-Presidente de la Reserva (FEDD) de los Estados Unidos, cuando decía en 2004 que la economía norteamericana parecía caminar sobre una frágil capa de hielo que afectaría al sistema financiero mundial, y que lo más preocupante era que parecía que nadie hacía nada para evitarlo.

De igual manera, Venkataraman Sundararajan, economista del Fondo Monetario Internacional (FMI), recién fallecido, explicaba antes de 2007 que el sistema financiero internacional había entrado a una etapa de elevado riesgo sistémico, por lo que era de preverse negativas consecuencias de su desempeño.

En este listado de voces oportunas también se inscribe Nouriel Roubini, de la New York University‘s Stern School of Business, que se desempeñó como economista senior delConsejo Económico de Asesores de la administración del Presidente Clinton, antes de pasar al Departamento del Tesoro como asesor de Timothy Geithner, actualmente Secretario del Tesoro.

Roubini previó la crisis hipotecaria norteamericana y su efecto global, por lo que se ha vuelto un referente para su prognosis, previendo un posible repudio futuro del dólar.  Por último, no se puede dejar de mencionar a quién ha sido intelectualmente sobresaliente en la explicación de la crisis y su equivocado tratamiento, Paul Krugman, Nobel de Economía 2008, quién actualizó su antiguo libro The Return of Depression Economics, agregándole al título “and the crisis of 2008”, con la finalidad de explicar lo que podría llegar a pasar.  Con estas menciones, es claro que la crisis fue enunciada con suficiente anticipación y por bastante formalidad.

Finalmente, en la explicación de la crisis, que no de sus causas, se ha pretendido extrapolarla inconsecuentemente con la crisis del 29-32 (The Great Depression) del siglo pasado.  Ante la falta de mayor entendimiento de lo que pasa y por que pasa, más recientemente se ha equiparado a la crisis de 1873, que duró 23 años identificada comoThe Long Depression.

En ambos casos no se tienen mayormente presente los contextos en los que ambas crisis se inscribieron, especialmente el monetario y fiscal.  De igual manera, no se consideran las condiciones de globalización que hoy prevalecen.

No por ello hay que obviar enseñanzas y cambios históricos institucionales que pueden ser referenciados para explicar lo que está aconteciendo hoy.  Sin embargo, hay que buscar sus causas más probables si realmente se desea explicar lo que pasa hoy, antes de asumir una visión inflexible, más cercana al dogma y a la reiterada actitud de que sólo hay un camino.

Ante los problemas inmediatos, la urgencia de definición de decisiones para el día con día y las necesidades de tomar acciones gubernamentales, para explicar la crisis hacen falta visiones agregadas, lógicas y simples, que eviten el ruido mediático, el glamur de las celebridades y las distorsiones políticas, para dejar a un lado todo aquello que es suntuosidad y exceso de supuestos factores y causas de una crisis que cada vez se reconoce ya como depresión.

Esperamos poder acometer tal tarea la próxima semana, en tanto, sea la felicidad para todos durante el incierto año nuevo.

Begoña y Mimiahuapam

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Don Alberto Baillères tuvo un balance de año exitoso para sus dos ganaderías: Begoña y San Miguel de Mimiahuapam, sus divisas siempre se han destacado por su presencia, su acometividad y nobleza.

El lunes 12 de diciembre de 2011 en la corrida tradicional en León dedicada a la Virgen de Guadalupe, cerró su año ganadero con un encierro de Begoña del cual obtuvieron trofeos El Zotoluco y el sevillano Daniel Luque.

Los toros lidiados en 2011 han propiciado tardes importantes y además  hubo tres indultos correspondientes al hierro de Begoña: en Aguascalientes, Niño Bonito lidiado con primor por Alejandro Talavante el 30 de abril.

Posteriormente el 30 de octubre en la Lorenzo Garza de Monterrey se concedieron dos indultos a toros de Begoña: el primero se llamó Bendecido y lo toreó José Antonio Adame, y el segundo se llamó Gonzalete y la faena fue de Oliver Godoy, toreros que aprovecharon embestidas codiciosas y nobles de los toros guanajuatenses.

En  Aguascalientes el 25 de abril, cuatro orejas y un rabo al ganado de San Miguel de Mimiahuapam, con arrastre lento al sexto y gran faena consagratoria en Aguascalientes de Juan Pablo Sánchez, quién toreo por nota a un extraordinario ejemplar en presencia y comportamiento.

En Ciudad Juárez, en Monterrey, en Irapuato, en Guadalajara, la última en León, dan clara idea del buen trabajo ganadero de quién por muchos años ha demostrado su gran amor por la tradición mexicana del toreo y logra transmitirnos con sus toros su sentimiento por ver a la fiesta, brava y noble hacia el futuro.

Don Diego

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Las lágrimas rodaron por el rostro de un Diego emotivo cuando el público le coreaba el grito de reconocimiento pleno de ¡”Torero, torero!” La faena se la brindó a Emmanuel, quién en sus años juveniles fuera novillero y le decían El Bola, el gran cantante es hijo de Raúl Acha Rovira, matador de toros compañero de muchas tardes de su abuelo Juan.

El toro tuvo fijeza, claridad, emotividad y un recorrido de galopar con ritmo, un toro de bandera aprovechada por Diego Silveti, para subir como triunfador al carro de la historia de la plaza con el rabo 122 para matadores, y se fue entre la multitud delirante y regocijada.

Tampoco se puede pasar por alto el despliegue de belleza estética que desplegó Guillermo Capetillo con el capote y por naturales con la muleta, hubo un trincherazo para pintura en el segundo de su lote; también Alejandro Talavante destacó con la mano izquierda, así como con su variedad en capote y muleta, para redondear una tarde histórica para La México.

Al salir me dijo un aficionado “¿Qué te parece Saldívar, Silveti y Sánchez para el 5 de febrero?”. Le contesté que me parece bien y, agregué, pero con un encierro con trapío y si es posible de una ganadería de las que tiene como principio la acometividad y la codicia. Mi interlocutor expresó un “de acuerdo”. Creo que se puede soñar con un cartel así para el aniversario de La México, sería el momento ideal que significaría mucho para los toreros mexicanos.

La tarde del 11 de diciembre de 2011 en La México, fue prodigiosa porque el toreo, cuando es de verdad y bello, renueva nuestra ilusión por el arte efímero del mismo.

Europa va

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Después del acuerdo de la semana pasada de la Unión Europea (UE), que teóricamente debería significar un nuevo tratado, magnificado en materia de integración y disciplina fiscal de casi todos sus miembros, cualquiera hubiera esperado que los “mercados” reaccionaran positivamente. Sin embargo, el hecho es que las bolsas comenzaron la semana con grandes pérdidas.

El Fondo Monetario Internacional (FMI) consideró insuficiente el acuerdo y el presidente Barack Obama estimó que el tema de urgencia no se había realmente abordado. En este entorno, es evidente que hay dos visiones y posiciones; la optimista y la pesimista, sobre el futuro inmediato de la crisis europea. Por simple lógica es posible decir que la visión optimista únicamente puede surgir y ser valedera después de haber atendido y derrotado a la visión pesimista. Sea la visión que se asuma, objetivamente o con fe, ante los acontecimientos europeos de este fin de año lo que resta decir es que Europa va y va.  La pregunta, en todo caso, sería ¿hacia dónde va?

Desde mediados del año que termina, El Semanario Sin Límites ha abordado sistemáticamente el tema de la crisis europea, tal como consta en su revista semanal. Obviamente, la cuestión original que se documentó fue el rescate de Grecia, porque era el principal tema de la agenda europea; tema que como contagio se amplió hacia España. Era, además, el tema porque todo dejaba indicar que por primera vez la UE había dado un golpe de timón que, como en el comunicado oficial se señaló, evitaría el chantaje de las calificadoras y, por ende, de los mercados.

Además, con el rescate oficial griego se enunció que se pondría en marcha un equivalente Plan Marshall, que en su momento permitió la reconstrucción de Europa después de la Segunda Guerra Mundial. El tiempo demostró que tales compromisos fueron vanos, estando pendiente hasta muy recientemente el último tramo de apoyo a Grecia convenido en 2010.

Desde el surgimiento de los problemas de la deuda española, tal como los analistas y otras fuentes internacionales lo avizoraron, en El Semanario Sin Límites también se anunció el riesgo que presentaba ya Italia, especialmente por el embate y apreciación de las calificadoras sobre su deuda y gasto público. En uno de sus artículos, la revista presentó artículos relativos a la Bolsa y de la influencia que sobre ella tienen las calificadoras, sin dejar de enfatizar la duda sobre la racionalidad económica que implica el comportamiento de los “agentes” de la bolsa, calificada por Keynes como un concurso de belleza (beauty contest).

El Semanario Sin Límites tuvo también la atingencia de indicar oportunamente que el problema de la deuda soberana de la UE estaría indefectiblemente vinculado a los bancos y a la necesidad de su capitalización que enfrentarían en el corto plazo. Esta observación se enfatizó aún después de la pruebas de resistencia del mes de septiembre, que demostraron supuestamente la sanidad financiera de los grandes bancos europeos globales. Así, se argumentó que la crisis bancaria europea, negada aún por el ruido mediático internacional, podría ser un tsunami de graves consecuencias de contagio para la economía a escala mundial.

Con bastante certeza, en El Semanario Sin Límites se señaló igualmente que los bancos por su aversión al riesgo contraerían más el mercado de préstamos, que se agudizaría por el retiro de los fondos de inversión de EU, contribuyendo todo ello a deprimir fuertemente la economía del Viejo Continente. Se dijo que en el proceso de un círculo vicioso, las crisis de deuda, la bancaria y la económica terminarían por retroalimentarse a sí mismas, creando un contagio sistémico en donde el euro podría ser el eslabón más débil (weakest link) de una cadena que parece interminable.

La visión aparentemente pesimista que se plasmó en esta publicación se fue tornando aceptable conforme las decisiones institucionales –el Consejo Europeo, el Banco Central Europeo (BCE), Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF), entre otros– fueron anunciando y reiterando sus medidas para enfrentar la crisis, que no lograban ni siquiera paliarla. Esto en un contexto en el que las dos potencias dominantes sobre las decisiones anticrisis, Francia y Alemania, se negaban sistemáticamente a aceptar medidas no ortodoxas o fuera de la bitácora establecida para la operación de la UE, especialmente en materia del BCE como prestamista de última instancia.

Finalmente, en la víspera de “la reunión” de la UE de la semana pasada, en El Semanario Sin Límites se arguyó que ante la visión pesimista de los mercados sobre el euro y de ciertos analistas de gran renombre en “en ese proceso (fallido de toma de decisiones y de falta de acciones) se sigue desperdiciando el capital de la UE y urgiendo por más recursos para la banca que al final saldrán de su propio cofre, o al menos así serán garantizados”.  Los eventos económicos de esta semana que se terminó, por desgracia, parecen reconfirmar tal apreciación.

Sin embargo, tales acontecimientos se dieron en una situación institucional de tres vertientes adversas para la posible estabilidad europea y de la economía mundial. En primer lugar, el FMI, en voz de su economista en jefe, Olivier Blanchard, exteriorizó que los acuerdos alcanzados en la UE todavía no eran la solución, aunque reconoció el optimismo despertado sobre la mayor integración económica acordada (El País, 12 de diciembre). En el mismo sentido, la directora gerente de ese organismo financiero internacional, Christine Lagarde, el jueves 15 declaró que era insuficiente lo pactado para atender la crisis europea.

En segundo lugar, la percepción presidencial norteamericana fue adversa a los resultados de la reunión porque, se dijo, no se había atendido con prontitud y de manera focalizada el problema de la UE, que implica esencialmente un elevado costo de la deuda soberana, la necesidad de capitalización de los bancos y el interés de asegurar la sobrevivencia del Euro.

En tercer lugar, el mismo día 14, las calificadoras redujeron su apreciación sobre bancos, particularmente españoles, y el gobierno francés las confrontó ante la perspectiva de que su calificación sea reducida, señalándolas negativamente por actuar más políticamente que con fundamentos económicos y financieros. Sorprendentemente, se indicó que se debería degradar al Reino Unido antes que a Francia, argumentando su mayor nivel de deuda, déficit fiscal y crecimiento económico.

En esta ambiente, la posición del primer ministro británico, David Cameron, de vetar el acuerdo de mayor integración económica y fiscal de 26 de los 27 países de la UE, pareciera la antesala de la fractura institucional de esa organización.  En esencia el rechazo británico, obviado por la prensa, fue pedir más atribuciones en materia financiera para prevenir una afectación fiscal y de regulación a la City, de Londres; uno de los mayores centros financieros del mundo. Además, el punto de vista francés de que primero se degrade de calificación del Reino Unido antes que el país galo, parece una opinión desesperada para evitar que el fuego de los mercados comience a llegar a los aparejos de esa economía estructuralmente tan rígida.

Pero ya es tarde para seguir confrontándose con las calificadoras, cuando éstas han amenazado degradar a la misma UE, o al menos a una de sus instituciones, el FEEF; mismo que debería tener todo el capital público y la credibilidad para mantener en buen resguardo la fortaleza monetaria del bloque.

Las acciones para el cambio estructural de la UE son válidas y necesarias, pero son medidas en lo general ya antes acordadas, como es el tope de 3% del déficit público, que Alemania y Francia reiteradamente violaron a mediados de la década del 2000. Igualmente, las acciones que se reiteraron son las mismas que no han funcionado, aunque con ellas se espere ingenuamente con insistencia lograr resultados diferentes. Europa necesita nuevas ideas y acciones más prontas. El 2012 será un año de elevados vencimientos de deuda, tanto para la banca europea como para la UE, esperamos que haya las fuentes, los recursos y la confianza para que lo transitemos objetiva y optimistamente de la mejor manera. Allá y acá.

Ojala no se llegue al límite de reconocer que donde hay humo fuego hubo.  Lo positivo de la crisis europea es que parece haber llegado al límite de la tensión social y económica para cambiar de rumbo, o que el resto del mundo pueda haber ya aprendido que no se puede apagar un incendio con más combustible. Mientras tanto, Europa va
y va.