Prospectiva, una mirada al futuro

Big-data, no es una nueva hamburguesa, pero sí el alimento de la nueva economía

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En las últimas semanas no hacemos más que escuchar, leer y ver notas sobre los datos sanitarios y económicos que nos ha traído y dejará el COVID-19 a corto, medio y largo plazo. Sin embargo, cuantos más datos nos llegan, más preguntas nos surgen sobre su veracidad, valor, volumen, variabilidad y velocidad, cuestiones que no se limitan sólo a los datos sino también a las fuentes que los han generado, difundido y utilizado.

En este sentido, hoy en día las organizaciones se encuentran inmersas en procesos de cambio, adaptación y evolución constantes, propiciados principalmente por las dinámicas que traen consigo los entornos donde participan y que, en la mayoría de los casos, resultan ser un único entorno, el global.

Resultado de estos procesos, las organizaciones han encontrado en los datos, información y conocimientos, nuevos valores, mismos que se han convertido en uno de los recursos más importantes con los que pueden contar. Sin embargo, la velocidad de crecimiento, variedad y volumen con que los datos y la información se generan y se pueden obtener hoy día, resulta vertiginosa.

big data en la economia
Imagen: Yale Insight.

Según International Business Machines Corporation (IBM), cada día se generan más de 2.5 trillones de bytes de información, y tan sólo en los últimos años se ha generado más del 90% de los datos existentes en todo el mundo, fenómeno que ha sido denominado como Big Data. Para contextualizar esto, se apunta a que cada día se envían más de 294 mil millones de correos electrónicos y se realizan más de 1,000 millones de búsquedas a través de Google, eso sin contar los flujos que generan otras plataformas de videos bajo demanda y las redes sociales.

Viendo esta situación es prudente afirmar que, en el corto y medio plazo, los datos, información y conocimiento serán aspectos claves para la competitividad de las organizaciones, y que esto traerá consigo no sólo cambios en éstas, sino también en la forma en que se perciben, valorizan y utilizan estos recursos.

Es en este punto cuando tenemos que hacernos las preguntas adecuadas y actuar en consecuencia, ya que, de no estar preparados para el reto que trae consigo el big-data, no podremos dar respuesta al entorno como organización, y mucho menos como profesionales, quedando fuera de las dinámicas económicas, políticas y sociales venideras.

Es evidente que el concepto de big-data seguirá evolucionando, y nosotros tendremos que hacerlo en la misma línea, desarrollando capacidades y herramientas que nos permitan capturar, gestionar, procesar y analizar de forma inteligente, ágil y segura estas grandes cantidades de recursos para definir estrategias y tomar acciones acordes a nuestros escenarios, creando también un ecosistema en nuestro país que nos dote de cierta independencia con respecto a otras naciones.

economia mundial
Imagen: Datafloq.

Sólo haciendo uso de estos nuevos recursos, seremos capaces de brindar soluciones específicas para el procesamiento de enormes conjuntos de datos provenientes de múltiples fuentes, tales como archivos, redes, sensores, dispositivos, etcétera. Situación que conllevará una serie de implicaciones tanto por sus características como las implicaciones de uso, infraestructuras, tecnologías y servicios adicionales, y que tendremos que resolver de manera conjunta, es clave para país.

Por último, es importante entender que los datos, información y conocimiento se han convertido en el nuevo petróleo y como tales serán los agentes que determinen las grandes estrategias geopolíticas y de consumo en los próximos años, así que, no dejemos que la contingencia sanitaria nos nuble la visión sobre las acciones que tenemos que acometer para palear los golpes que se vienen.

Levantemos la cabeza y miremos al futuro pensando en todo lo que necesitamos para ser y seguir siendo competitivos.


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La innovación abierta para el encadenamiento económico en tiempos de contingencia

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Durante las últimas semanas hemos sido testigos de cómo la contingencia sanitaria del COVID-19 ha puesto sobre la lona a más de un sector empresarial, no sólo en México, sino también a nivel internacional. Todo ello, sin siquiera haber entrado en la crisis económica que viene justo detrás de esta pandemia.

Son innumerables las iniciativas que agentes públicos y privados, de manera individual y en conjunto, han puesto en marcha para intentar minimizar los efectos de ambas contingencias. Aunque en estos momentos cualquier iniciativa es bienvenida, es cierto que tenemos que ser selectivos, afinar bien el lápiz y trazar correctamente la ruta que debemos seguir, sólo si, queremos salir de la mejor forma posible de esta situación.

Es evidente que esta hoja de ruta debe considerar a los sectores estratégicos, no únicamente por su peso económico, sino por su efecto tractor, tanto en términos económicos como sociales. Este efecto nos permitiría generar nuevos encadenamientos, potenciando con ello el fortalecimiento del tejido empresarial y posibilitando de mejor manera la recuperación económica y social provocada por el COVID-19.

innovacion abierta y economia
Ilustración: Benedetto Cristofani.

Sin embargo, los sectores estratégicos son seguramente los más exigentes, situación que muchas de las veces complica la generación de relaciones entre organizaciones, así como su evolución y consolidación en el tiempo. Si esta situación ya es compleja en tiempos de calma, imaginémonos lo compleja que puede llegar a ser en tiempos de incertidumbre y crisis, aunque, hay quienes creemos, que los tiempos de crisis son tiempos de oportunidad.

Dentro del amplio abanico de acciones, necesitamos identificar aquellas que busquen la participación de distintos agentes, su compenetración y el desarrollo de acciones que resulten estratégicas para estos y su región, características que reducen las opciones, y que ponen a la cabeza de la lista a la innovación abierta como medio de respuesta al escenario actual.

Para Henry Chesbrough, padre de la innovación abierta y catedrático de la Universidad de Berkeley (California), la innovación abierta debe ser entendida como una estrategia bajo la cual las organizaciones son capaces de incorporar conocimiento externo dentro de su proceso interno de innovación, mediante la cooperación con agentes externos a la misma, con el objetivo de sacar adelante iniciativas estratégicas.

Está comprobado que las organizaciones que integran estrategias de innovación abierta se distinguen, entre otras cosas, por cooperar y colaborar con agentes externos para facilitar la investigación, el desarrollo y la transferencia tecnológica, formar y capacitar al personal, elevando su capacidad técnica y formando perfiles profesionales capaces de adaptarse a las necesidades y exigencias de los clientes y, por ende, favorecer su internacionalización, aprovechando la cooperación con otros agentes y buscando nuevas ventajas competitivas.

ideas e innovacion
Ilustración: Eoi.

En este sentido, podemos afirmar, sin temor a equivocarnos, que la promoción de una cultura basada en la innovación abierta en estos momentos de incertidumbre, además de ser una base importante para el futuro, representa un buen mecanismo para encadenar sectores que no se encontraban alineados, facilitando con ello la definición de políticas públicas que impacten de forma integral al tejido económico y social de una región.

Por último, estas condiciones también nos permitirán dar un salto cualitativo en la adquisición y generación de conocimientos estratégicos, fomentando el desarrollo y especialización de nuestros tejidos empresariales a través de la cooperación y la colaboración a todos los niveles. Sólo así conseguiremos crear una industria robusta y cohesionada, que aguante las embestidas de las contingencias sanitarias y económica, de manera sostenible, hacia un escenario aún desconocido pero repleto de oportunidades.

Levantemos la cabeza y miremos al futuro pensando en todo lo que necesitamos para ser y seguir siendo competitivos.

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Educación en línea, teletrabajo y las competencias profesionales desde casa

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#EducaciónEnLínea, #TeleTrabajo, #YoMeQuedoEnCasa

La contingencia del COVID-19 no sólo ha expuesto las deficiencias y fortalezas de nuestros sistemas sanitarios, económicos, sociales, científicos, profesionales y académicos, sino que también ha sacado a relucir oportunidades en torno a la forma que tenemos de relacionarnos, comprar, estudiar y trabajar.

Dentro de las oportunidades mencionadas, el trabajo, es posiblemente el ámbito de oportunidad que más cambios sufrirá por su impacto en la sociedad. Si bien, el ámbito profesional se ha mantenido intacto con el paso del tiempo, llegándose a convertir en un parámetro de referencia para nuestras actividades, ahora se encuentra en una situación de disrupción.

En este sentido, la contingencia sanitaria ha roto con esa rigidez, obligándonos a cambiar nuestra percepción y valorar nuevas formas de trabajar, poniendo sobre la mesa que los perfiles profesionales del futuro requerirán de competencias que, hoy en día, no se están desarrollando del todo en los sistemas educativos.

teletrabajo
Ilustración: Andrea Tobar.

Según Thomas Frey, conferencista y autor del libro Communicating with the Future, el 60% de los perfiles profesionales que se necesitarán en los próximos diez años no tiene aún un programa formal de formación académica diseñado. Situación compleja y preocupante, si entendemos los escenarios y niveles de competitividad en que se mueven las organizaciones.

Partiendo de esta situación, algo que podemos visualizar con base a la contingencia sanitaria, las tendencias tecnológicas y las necesidades de las organizaciones, son las características que deberán tener tanto los nuevos perfiles como los más tradicionales, ya que la coexistencia entre ambos deberá ser sinérgica.

En primer lugar, los puestos de trabajo se convertirán en espacios de trabajo variables y con horarios flexibles, es decir, posiblemente hoy nos encontremos trabajando en México y mañana en China, o bien, desde la comodidad de casa con personas que se encontrarán en la misma ciudad o al otro lado del mundo, sin llegar a estar encasillados en el horario tradicional de 8 o 10 horas laborales continuas.

teletrabajo y educación a distancia
Ilustración: Behance.

Esto obviamente traerá consigo cambios en la propia actitud de las personas, ya que los profesionales de mañana deberán pasar de estar enfocados en los procesos rígidos y coordinados por un responsable, a ser sus propios líderes, trabajar por objetivos y resultados, aportando una mayor capacidad de adaptación, así como una vocación por la innovación. Además, el profesional de mañana tendrá que convertirse en una persona que promueva la creación de entornos de trabajo dinámicos, donde se comparta el conocimiento y se creen de forma constante oportunidades de crecimiento profesional –para todos, dentro o fuera de la propia organización–.

En conclusión, es aquí donde tenemos la oportunidad de generar una ventaja competitiva, sólo si somos capaces de planificar estos nuevos perfiles desde la lógica de la colaboración, haciendo que la sociedad, la industria, la universidad y el gobierno actúen de manera conjunta para anticiparse a las demandas del futuro, diseñando una oferta formativa que propicie el desarrollo profesional y personal adecuado a las necesidades locales, regionales y globales. Finalmente, está claro que invertir en las personas y actualizar nuestras competencias debe ser una prioridad si pretendemos posicionar al talento mexicano y, por ende, a México como un país dinámico y competitivo.

Levantemos la cabeza y miremos al futuro pensando en todo lo que necesitamos para ser y seguir siendo competitivos. No duden en seguir haciéndome llegar sus comentarios y recomendación al correo electrónico ricardolopezrobles@outlook.com o vía Twitter a @rlopezrobles, y #YoMeQuedoEnCasa.


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Ante la incertidumbre sanitaria y económica, “Prospectiva, una mirada al futuro”

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#ProspectivaUnaMiradaAlFuturo

“Prospectiva, una mirada al futuro” nace en plena contingencia sanitaria y económica, con la intención de compartir una visión personal y de conjunto sobre los grandes retos que asolan a la sociedad en el ámbito empresarial, público, científico y académico, y cómo estos pueden convertirse en agentes de cambio para México, a través de la cooperación y la colaboración, utilizando la “Prospectiva” como herramienta clave para la planificación estratégica.

Este espacio hará las veces de plataforma de inteligencia y difusión para las tendencias globales, vistas como oportunidad para México. Desde una visión holística y de futuro, posibilitaremos el acercamiento de posturas entre los lectores y agentes relevantes, creando vínculos reales entre organizaciones y personas comprometidas con el desarrollo de nuestro país.

futuro del mundo
Imagen: Future Energy Perspective.

Para ello, desarrollaremos contenidos e ideas desde múltiples enfoques, dando oportunidad a la reflexión, pero sobre todo a la utilización de estos elementos como soporte para las estrategias e iniciativas que se estén desarrollando. En primera instancia, nos centraremos en las grandes megatendencias: Globalización, Demografía, Urbanización, Tecnología y Cambio Climático, para posteriormente identificar el espacio donde podríamos desarrollarnos y consolidar una posición referente como país.

Hoy en día, resulta clave para el desarrollo de cualquier estrategia o iniciativa contar con los datos, información y conocimientos correctos y actualizados, ya que sin estos recursos difícilmente podremos desenvolvernos adecuadamente en los escenarios complejos y dinámicos en los que nos encontramos. Estos nuevos recursos, deben ser sinérgicos entre sí, además de transversales, posibilitándonos con ello la confección de estrategias flexibles, con capacidad de respuesta y crecimiento, y principalmente exitosas.

mirada, ola, avalancha
Imagen: New scientist.

El 2020 e inclusive el 2021, se visualiza como años complicados, repletos de incertidumbre, y que serán un punto de inflexión en la organización social, política, económica y tecnológica, tal cual la conocemos. Para muchos expertos, hemos comenzado una nueva desaceleración económica que se prolongará durante los próximos meses, pero la realidad es otra, ya que llamar desaceleración a la crisis, es engañarnos y no ver en la situación, la oportunidad de reconvertirnos y salir fortalecidos.

En este sentido, la única forma que tendremos para afrontar esta situación es desarrollar acciones encaminadas a la generación de valor, fortalecimiento de relaciones entre agentes y el posicionamiento de las regiones a nivel nacional e internacional, a través de la innovación, cooperación y colaboración, con una visión de futuro, que nos ayude a evitar contingencias como las que estamos viviendo en este momento y establecer acciones de largo recorrido, basadas en prospectiva.

Las épocas de incertidumbre se distinguen por ser tiempos de reflexión y de oportunidad, en donde el ingenio aflora, y sobre todo cuando hablamos del ingenio mexicano. Esta época traerá consigo nuevas necesidades y espacios que deben ser cubiertos por acciones coordinadas entre los agentes empresariales, sociales, públicos, académicos y científicos, atendiendo a la formación del personal, la promoción del talento local y la optimización de los recursos.

emprendimiento, futuro
Imagen: Seed world.

Es por todo esto que hoy, y más que nunca, necesitamos sumar esfuerzos de todas las formas posibles, identificar las oportunidades que podemos desarrollar de manera individual y en conjunto, promover una cultura basada en el conocimiento, innovación e inteligencia, así como establecer espacios de reflexión, debate e interacción que fomenten lo anterior y muchas cosas más.

Por último, espero que esta primera entrega de “Prospectiva, una mirada al futuro” sea motivante y retadora, por lo que les invito a que no duden en hacerme llegar sus comentarios y recomendaciones al correo electrónico ricardolopezrobles@outlook.com o vía Twitter a @rlopezrobles.

Hasta la próxima entrega y recordar #YoMeQuedoEnCasa.