Sociedades del Siglo XXI

Montar un planeta verde para sobrevivir

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Un reciente estudio publicado el pasado 5 de julio por la revista Science, sugiere reforestar 900 millones de hectáreas a escala planetaria como una respuesta apropiada para combatir el cambio climático y reducir el incremento de las temperaturas. Desde la Agencia de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), han sugerido reiteradamente el potencial de los bosques como herramientas “naturales” para atacar el problema.

En un principio, creo que la actual situación climática es de proporciones ciertamente apocalípticas, en tanto la variabilidad en las condiciones del tiempo son evidentes; desde poblados acostumbrados a la agricultura de subsistencia (y que a raíz de la ausencia de lluvias se ven obligados a “abandonar” sus países y emigrar para buscar opciones que no tienen en sus territorios –ya que en los últimos meses, desde la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, estiman y advierten que desde 2008 un aproximado de más de 22.5 millones de personas han sido desplazadas por eventos climáticos extremos o relacionados con el clima–); hasta los trágicos episodios de personas que fallecen debido a lamentables “golpes de calor” en países como España (se evalúa que unos treinta adultos mayores mueren en el país cada verano debido a tal situación).

Cambio Climático.
Fotografía: Greenpeace USA.

Creo que se hace imperativo que desde los microespacios (familia y comunidades), hasta los macro espacios (gobiernos nacionales, industrias transnacionales y organismos globales) se inculque un “amor a la naturaleza”, en tanto las distracciones o los “pecados” por omisión, han permitido hasta éste momento un deterioro gradual del medio ambiente. Es la llamada “responsabilidad compartida”. Un nuevo término surge en este contexto y forma parte de la comunicación cotidiana contemporánea, los llamados “refugiados climáticos”.

Indiscutiblemente, el sistema educativo en sus diferentes niveles juega un papel trascendental en la persuasión “cívica” para la conservación de los recursos medioambientales y revertir la catástrofe que se ceba particularmente con las personas más vulnerables, en los aspectos económico y social (debido a la falta de infraestructuras tecnológicas, destrezas resilientes para afrontar panoramas como este, y el “olvido” del que son objetos por parte de las cúpulas políticas en la gestión de medidas geolocalizadas para resarcirse de los daños ocasionados por este fenómeno universal).

Por otra parte, las industrias contaminantes podrían cumplir mejor sus prerrogativas contemporáneas de “responsabilidad social” al buscar técnicas de trabajo y de explotación del material forestal, armoniosas con el entorno y respetuosas del derecho de tercera generación relativo a un ambiente sano.

Democracia verde.
Fotografía: comercioyjusticia.info.

Todos estamos llamados a poner nuestra parte en el ejercicio cotidiano de mantener los sistemas ecológicos sustentables y ser promotores en la construcción de una “democracia verde” (el empoderamiento y sensibilización de espacios nacionales dinámicos para consensuar y activar iniciativas sostenibles, orientadas a la construcción de un futuro común que permita construir nuevos y renovados esquemas de vida en sociedad).

En conclusión, el desafío heredado del cambio climático implica dialogar con franqueza y –tomando en cuenta la evidencia empírica y científica– actuar en consonancia para detener el deterioro en las condiciones de vida ecológica y socioeconómicas de amplios estratos de la sociedad global, amenazada por la “rebeldía” de la naturaleza, que resiente ahora más que nunca, las progresivas afectaciones a su materialidad, mismos que devienen en los actuales y devastadores ciclos climáticos que cambian abruptamente geografías locales y estructuras familiares debido a la pauperización de vidas comunitarias.

PD. De acuerdo con datos periodísticos, la masa forestal recuperada serviría para almacenar hasta 205 gigatoneladas de dióxido de carbono, CO2 el central responsable de efecto invernadero. Cifras del diario El País recuerdan que la actividad del ser humano causa emisiones anuales de alrededor de 40 gigatoneladas de CO2. Refieren que “la mitad de esos gases se concentra en la atmósfera y contribuye al calentamiento global: el otro 50% es absorbido y almacenado por océanos y bosques”.

Independencia y democracia estadounidense

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Este 2019, Estados Unidos de América (E.U.A) conmemora el 243º aniversario de su independencia de la corona británica. Se celebra la fiesta nacional de la potencia norteamericana en medio de varios frentes abiertos a la gestión gubernamental. Entre las más inquietantes, una sórdida confrontación comercial con potencias emergentes del orbe y un creciente alud de críticas a la administración liderada por Donald Trump, debido a la gestión “sesgada” del fenómeno migratorio proveniente del sur (con una mayúscula desaprobación a escala global, a raíz de la icónica y estremecedora imagen de la pequeña salvadoreña Angie Valeria Martínez Avalos, quien murió el pasado junio abrazada de su padre Óscar Martínez en el “río Bravo” o “Grande”).

En un principio, la hegemonía estadounidense en el planeta, a partir del término de la Segunda Guerra Mundial, ha sido muy significativa en áreas como la económica, militar, científica, diplomática y tecnológica. No obstante, en el terreno de los derechos humanos se ha podido observar que, la defensa de los mismos ha sido precedido por la lectura que sus autoridades han hecho sobre los acontecimientos nacionales-locales. Como ejemplo de ello, la abierta “intervención” en los asuntos internos de la república bolivariana de Venezuela; pero se “tolera” regímenes ideológicamente afines a su política exterior (caso de los países del bloque regional “Grupo de Lima”), a pesar de recurrentes y oscilantes medidas opresivas contra poblaciones civiles, mismas que varían en intensidad de acuerdo a la “madurez democrática” de cada país.

Políticas exteriores de Trump.
Fotografía: El Universal.

En mi opinión, la construcción de liderazgo ha sido indispensable desde siempre, pues de lo contrario habría “barcos a la deriva” (desde lo micro a lo macro), ya sea a partir de la familia, hasta las gestiones estatales. No obstante, dicho liderazgo debe estar regido bajo criterios como la autocrítica y las actuaciones éticas en el desempeño de tales actividades. En mayor o menor medida, Estados Unidos ha tenido líderes “genuinos” que al amparo del lema In God We Trust –“En Dios confiamos”, oficial desde 1956–, han maniobrado en la construcción de una sociedad de iguales (lo cual es una utopía desde el momento mismo en que una u otra facción ideológica-política se hace del poder federal y actuará en consonancia con tales principios).

No obstante, han existido otros dignatarios como Donald Trump, que ha sido “movido” más por la emotividad de los acontecimientos, relegando la razón a un segundo plano. Considero que el magnate neoyorquino maniobra con una doble retórica: por una parte, confrontación con adversarios e incluso aliados a través del espacio público mediático para “entretener” a las masas –tuvo su experiencia como conductor del programa The Apprentice (El Aprendiz)–; por otra parte, baja decibeles a la crispación sociopolítica en el espacio privado, conforme a las consultas con sus colaboradores.

En un mundo multipolar, propiciado por los avances tecnológicos globalizadores, es visible el hecho que Estados Unidos “comparte” liderazgo en la gestión y resolución de los principales problemas que afronta la humanidad. La diplomacia internacional prima ante la “fuerza bruta” en la búsqueda de soluciones a conflictos que amenazan expandirse de espacios locales a escenarios planetarios (el terrorismo por ejemplo).

Diplomacia
Fotografía: Insurgencia Magisterial.

En conclusión, la democracia estadounidense ha sido un ejemplo de cómo se “debe” trabajar para procurar el goce de libertades y garantías de orden público; pero, la enseñanza es que la misma no se exporta (más bien se construye desde los propios países, conforme códigos culturales locales y mediante un virtuoso y balanceado ejercicio en las funciones administrativas de los estados-naciones).

P.D.: De acuerdo con los datos de prensa de la BBC, la fecha conmemorativa del porqué se celebra ese día, tiene su génesis con la impresión del documento “Declaración de Independencia” el 4 de julio de 1776 –aprobado en el Congreso Continental de las trece colonias que Gran Bretaña tenía en ese entonces en territorio norteamericano (equivalentes a los estados contemporáneos de la república estadounidense)–.

Una década de continua división sociopolítica

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El 28 de junio de 2009, el entonces presidente Manuel Zelaya Rosales fue depuesto abruptamente del poder presidencial hondureño por los militares (quienes “allanaron” el camino para que su sustituto fuese el presidente del Congreso Nacional en ese momento, Roberto Micheletti Bain, de acuerdo a una interpretación doméstica constitucional) en un evento calificado por la fuerza izquierdista como “golpe de estado”; entretanto, su contraparte derechista lo catalogó como una “sucesión constitucional”. Ese evento profundizó y marcó una frontera en las relaciones sociales de los hondureños (por motivos ideológicos), a tal grado que diez años después (ahora en el 2019), las “heridas” de la animadversión no han “cicatrizado”.

En un principio, creo que la sistémica confrontación entre líderes hondureños de izquierda y derecha, tiene su origen en la negación de las habilidades de gestión de “el otro”, lo cual obviamente se traduce en la crítica sin sustento o en propuestas de mejora; como consecuencia, esto contribuye a una “legitimación no escrita” de la polarización, pues los dos grupos en mención, al parecer solamente buscan la protección de intereses particulares y generar mecanismos de “distracción”, lo cual se traduce invariablemente en la profundización de los niveles de desigualdad y en asfixia de la esperanza de los habitantes del país centroamericano (ejemplo de lo anterior es el dramático éxodo de quienes viven “aislados” en el lado norte mexicano, en una especie del fenómeno llamado “tercer país seguro”, idea enmarcada en el estatuto de los refugiados de 1951).

Elecciones en Honduras.
Fotografía: Confidencial HN.

En mi opinión, toda oposición política debe tener un principio básico y es el de “resaltar” todas aquellas buenas ejecutorias que contribuyan a consolidar el estado de derecho, para que de tal manera se contribuya a la construcción de reales democracias (lo cual necesariamente nos indica que se debe trabajar por y para el ciudadano). No obstante, es indiscutible el hecho que se deben señalar todas aquellas “omisiones” desde el poder político en turno para combatir los grandes males de las sociedades contemporáneas: corrupción, narcotráfico, tráfico de personas, cambio climático, etc.

Diez años de confrontación política abierta y propagada en todos los rincones del país –como pasa en muchos otros de nuestra región latinoamericana– me parece que ha sido un lapso de tiempo suficiente para “madurar” y reencauzar al país hacia una búsqueda genuina del desarrollo “hacia adentro” (lo cual pienso que podría ser alcanzable mediante el desapasionamiento ideológico y movilizando estrategias y recursos hacia los sectores más deprimidos de la nación y con ello –colateralmente– abrir válvulas de escape, a fin de retener y disuadir el masivo éxodo de migrantes).

Campaña política.
Fotografía: LaPrensa.hn.

En mi opinión, las antojadizas interpretaciones de los marcos jurídicos como el “catracho”, solamente son un reflejo de la falta de una cultura política que respete el pacto social constitucional. Primero fue el derrocado presidente Manuel Zelaya Rosales quien abrió boquetes para generar la crisis política; seis años después, el opositor Juan Orlando Hernández, acentuó la “brecha” del entendimiento y la tolerancia al maniobrar con afines en la Corte Suprema de Justicia hondureña, con el propósito de facilitar “vías” para la reelección.

Para finalizar, el folclorismo político y la falta de una firme adhesión a un verdadero proyecto de país –observado por ejemplo en la mediatización diaria en la construcción de la realidad, separadas por líneas editoriales “incompatibles”–, solamente contribuye a ralentizar el trabajo por el “estado de bienestar” y a desviar la atención sobre las principales causas que han propiciado la situación actual.

Guardia Nacional Mexicana: ¿otro “amigo” Trumpista?

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Desde mediados de este mes, la recientemente creada Guardia Nacional Mexicana cubre una función geoestratégica; proteger la frontera sur del país (seis mil elementos de acuerdo a reportes periodísticos) para detener la “masa” migratoria proveniente de empobrecidos y deficitarios –en materia democrática– países del triángulo norte centroamericano y de terceros países. La movilización del cuerpo mexicano de seguridad interior se da en el contexto del lanzamiento de la campaña 20/20 en Orlando, Florida, con el potencial eslogan “Mantener a Estados Unidos grande”, con la cual se busca “renovar” el contrato laboral público del actual presidente estadounidense Donald Trump.

Este jueves se han reunido en Tapachula el recién “estrenado” presidente salvadoreño Nayib Bukele con su contraparte mexicana Andrés Manuel López Obrador (AMLO), con el objetivo de firmar bilateralmente el Plan Integral de Desarrollo para Centroamérica, el cual se buscará “extender” a Honduras y Guatemala (con base a una ayuda de treinta millones de dólares de México hacia El Salvador, como líder de esta estrategia).

Nayib y AMLO.
Nayib Armando Bukele Ortez, presidente de la República del Salvador, junto con Andrés Manuel López Obrador, presidente de México (Fotografía: Milenio).

Indudablemente la estrategia del magnate neoyorquino –relativo a la amenaza a la aplicación de aranceles a importaciones mexicanas– parece dio resultado en un doble escenario: se busca “remarcar” líneas divisorias entre países (en donde las pláticas se desarrollan a niveles bilaterales); y, por otra parte, se incentiva un “espíritu” de segregación de lo que “no es propio”. Es decir, observo un andamiaje de contención contra aquella humanidad del sur del continente que no tiene posiciones socioeconómicas (las cuales obviamente han sido propiciadas por sistemas políticos locales clasistas y selectivos, en tanto son partidarios afines de sus gobernantes quienes tienen acceso “preferencial” a los esquemas políticos y privados para gestionar el “progreso” de los estados-naciones).

En segunda instancia, pienso que no se puede obtener un desarrollo humano “inclusivo”, en tanto países cooperadores para el desarrollo internacional, volteen la mirada ante el abuso gestado desde instituciones públicas en la opresión a sus ciudadanos. Indudablemente debe haber sanciones desde cuerpos estatales exteriores a estos “desafortunados excesos”, en la gestión de las vidas humanas (ya sea porque no hay capacidad reactiva para generar condiciones endógenas –potenciar un desarrollo endógeno–; como por la violación a derechos humanos por razones sociopolíticas).

Migrantes.
Fotografía: J Moore.

De manera tal que, el despliegue de la Guardia Nacional Mexicana “re-visibiliza” la necesidad de promover una agenda humana “franca” y pragmática en hacer ver la “urgencia” de construir un futuro común, en el cual todos cabemos. Pero no se puede obedecer a ese mandato mientras haya una flagrante desesperanza y desproporcionado control sobre las vidas de ciudadanos de países expulsores de migrantes, quienes a raíz de causas estructurales de inseguridad, desigualdad y pobreza se ven forzados  –pienso que no porque lo quieran– a dejar su parentela y buscan entonces una especie de “tierra prometida” en Estados Unidos (aunque en ese proyecto de vida se les vaya su humanidad).

En definitiva, las decisiones de los gobiernos deben ser soberanas; pero, creo que habría que repensar si esa soberanía lastima a gente relegada por el histórico sistema de cosas.

Francisco: el llamado a la “cordura” de sus “ovejas”

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En una reunión continua en el vaticano, con jefes pontificios diseminados en 103 representaciones en el orbe –misma que se extiende del 12 al 15 de junio–, el pontífice argentino Jorge Mario Bergoglio, “Francisco”, el autodenominado “papa de los pobres”, busca “ahondar” en preocupaciones de alcance global como: la actualidad eclesial; las relaciones internacionales con las instancias laicas; y, el diálogo interreligioso (en un momento en donde la barbarie producida por el extremismo parece “vigente”, y la “barbarie” obnubila las capacidades racionales de los gestores y actores materiales de hechos anticristianos deleznables como el acaecido en pleno Domingo de resurrección, en el atentado en Sri Lanka, contra las comunidades católicas de ese país asiático). El religioso jesuita ha llamado la atención de los prelados y les ha instado a no “criticar por la espalda”.

Me parece oportuno esta amonestación verbal del líder espiritual de la grey católica romana, como estrategia disuasoria de una mayor división y desviación, en tanto se percibe que estos son tiempos de “confusión” y de retórica divisoria; alimentado este problema y ensanchado por el descontrol digital global provocado por la “siembra”, publicación y consumo desbordado de “fake news” (noticias falsas), las cuales precisamente, en mi opinión, han surgido como herramientas propagandísticas de “ataque” al “adversario”, en el universo cibernético para lograr ciertos propósitos particulares.

Fake News.
Imagen: La Vanguardia.

Bajo mi punto de vista, un líder que no logra “centralizar” la obediencia hacia la búsqueda de horizontes comunes, significa que “pierde terreno” en la concreción de los planes establecidos para el logro de los objetivos organizativos. Creo que el papa lo ha entendido, y lo hace ver en un contexto coyuntural (debido a que estas reuniones se desarrollan ordinariamente cada tres años). El decálogo del “buen nuncio”, es una condensación del mensaje papal a no “desviarse” del camino del bien, para evitar ceder a las “tentaciones” de las distracciones a la que “el mundo” muchas veces nos arrastra, debido al “bullicio” y la falta de meditación y discernimiento para “construir” muros entre el bien y el mal.

Para continuar, pienso que el origen –por promover la “división” a lo interno del clero católico y “activar” la lucha “vertiginosa” de los diversos credos religiosos por hacerse de la figura ancestral de la “verdadera iglesia” o representantes de la deidad en la tierra–, reside sobre todo en la falta de franqueza, liderados por los líderes cristianos y de otras denominaciones, para afrontar con las bases ciudadanas una “lucha frontal” (espiritual y material) contra regímenes despóticos “legitimados” por los poderes político-económicos transnacionales, que a fin de cuentas, oprimen y hacen “perder” la visión de horizontes “dignos” a las personas, quienes en muchas ocasiones, pienso que se verían refrendados por el estado “benefactor”, en tanto dispongan de una “amplitud” de opciones, lo cual invariablemente se traduce en la magnificencia de la creatividad y tiende a la inventiva.

Papa Francisco.
Fotografía: La Prensa.

En conclusión, Francisco, una vez más, demuestra su formación jesuítica de hablar con fortaleza y transparencia en asuntos que parecen haber venido erosionando la fe católica y ha tenido que lidiar y liderar esfuerzos en este sexenio contra temas adversos como la pedofilia y la corrupción que se incrustaba en la vida vaticana, poco a poco, a falta de “vigor” en la capitanía del barco que ha “movido” en estos tiempos a la humanidad católica.

P.D.: En la recientemente organizada Segunda Cumbre Mundial para la Defensa de la Libertad Religiosa –celebrada en Suiza, entre el 29 de abril al 1º de mayo–, Adama Dieng, asesor especial de António Guterres, Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), para la prevención del Genocidio, afirmó que “la religión no es el problema, si no los que la manipulan” (en relación a eventos violentos suscitados recientemente contra recintos religiosos en Estados Unidos, Burkina Faso, Nueva Zelanda y Sri Lanka). Este experto deja entrever la irrupción de “ultranacionalismos”, lo cual irremediablemente atentaría contra la libertad religiosa.

Chantaje trumpista vs tolerancia obradorista

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La mesa de negociaciones entre México y Estados Unidos, instalada esta semana en Washington, en torno a las negociaciones por dejar “inválida” la posibilidad de aplicar a partir del 10 de junio, aranceles del 5% a la importación de productos desde tierras mexicanas, tiene como trasfondo un sentimiento xenófobo: “aplacar la ira” del presidente estadounidense Donald Trump, quien en reiterativas ocasiones ha dejado entrever que el gobierno mexicano “no ha hecho lo suficiente” para detener la masa migrante (en su mayoría originarios de El Salvador, Honduras y Guatemala), que sufren a todas luces una crisis sin precedentes producto de la desigualdad en el acceso a oportunidades y la violencia en sus ecologías de vida.

Para iniciar, creo que la actitud de Andrés Manuel López Obrador (AMLO), ha sido de sensatez y prudencia, ante los embates retóricos del mandatario de la tierra del “Tío Sam”. Y digo esto porque, a pesar de que AMLO es heredero de un espíritu mexicano nacionalista, se “despoja de sí mismo”, en tanto entiende que no es dejando “solos” a los migrantes al sur de la frontera mexicana que se resolverá el “diluvio” migratorio. Mandó un mensaje contundente a fines de mayo al presentar, en conjunto con Alicia Bárcena, Secretaria Ejecutiva de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), el denominado “Plan de Desarrollo Integral para el Sur de México, Honduras, El Salvador y Guatemala”. No obstante, sugiere el apoyo del país anglosajón para atacar los “motivos de la migración”.

Trump y la migración.
Imagen: El País.

Bajo mi punto de vista, esta “guerra comercial” que se ha “incubado” en la mentalidad “Trumpista”, es una especie de aquello que el filósofo griego del mundo antiguo, Aristóteles, llamó como “argumento psicológico”; en tanto el dignatario procura “exacerbar” las emociones de los estadounidenses afines, con el propósito de que respalden todas aquellas medidas que contribuyan a contener el “desbordado” flujo migratorio.

Por otra parte, creo que estas negociaciones pueden servir para que ambas partes “examinen” y “exijan” a través de un memorándum de entendimiento, una mayor responsabilidad de los tres países en el abordaje integral del fenómeno, lo cual pasa necesariamente por “construir” esperanza en los habitantes de estas naciones, basados en un ataque frontal a la corrupción público-privada, que erosiona estados de derecho, pero que a la vez, son una especie de “luz verde” para que individuos o grupos en condiciones de “calamidad” opten por el “camino del mal”.

A mi parecer, la tan llevada y traída frase “responsabilidad compartida”, que sugieren los mandatarios de nuestros países, pasa por acortar las brechas “gigantescas” entre ricos y pobres a través de reformas estructurales que “castiguen” el acomodamiento de los sistemas de justicia a un poder económico “corrompido”, que extrapola los modos de vida del sistema feudal a nuestra contemporaneidad. De hecho, ya lo patentizó la organización Oxfam internacional, en el informe Democracias capturadas: el gobierno de unos pocos, que, al año 2017, “el 1% más rico de América Latina y el Caribe concentra el 37% de la riqueza”.

Migración.
Fotografía: The New York Times.

En conclusión, estrategias como éstas, impulsadas unilateralmente “a la ligera” por Trump, sólo contribuyen a la erosión de la confianza entre las partes, y contribuye a degenerar las relaciones comerciales en base a la volatibilidad y la evolución de los contextos sociopolíticos interpaíses.

P.D. El canciller mexicano Marcelo Ebrard, ha puesto sobre la mesa dos medidas para contener el “latigazo económico”: movilizar 6,000 efectivos de la recién creada –y en periodo de capacitación– Guardia Nacional a la frontera entre el país azteca y Guatemala; además de, bloquear cuentas bancarias vinculadas a usuarios sospechosos de haber participado en el tráfico de personas (informa EL PAÍS).

Grupo Bilderberg: ¿hermetismo necesario?

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Desde el pasado jueves 30 de mayo, hasta el dos de junio, 130 líderes político-empresariales, financieros, etc., de 23 naciones del planeta, miembros del exclusivo y cerrado “Club Bilderberg”, cierran sus agendas a las actividades rutinarias y se adentran en una especie de “retiro humano” para repensar todos aquellos tópicos que afectan actualmente al género humano.

Es la élite global que se reúne en el lujoso resort The Fairmont Le Montreux Palace, en Suiza. Desde 1954, en su primera reunión en un hotel holandés homónimo (al que debe su nombre), hasta la actualidad, se celebran encuentros secretos en espacios a puertas cerradas y bajo juramento “Regla Chatham House” (de que lo que ahí se habla, se queda allí), solamente salen ideas “frescas” para la gestión del cambio mundial.

The Fairmont Le Montreux Palace.
Fotografía: El Comercio/ Perú.

Creo que esta iniciativa, si bien es cierto, busca desde el poder político y económico de países ultra industrializados, la “promoción” del cambio de paradigmas en el planeta; no deja de ser menos cierto que los mismos se diseñan desde una perspectiva elitista, en tanto, son representantes del capitalismo global quienes en base a su percepción parcial de la realidad, discuten sobre diversos instrumentos financieros, médicos, económicos, políticos, bioéticos, etc., a replicar a escala universal. Lo cual indudablemente, crea espacios humanos de sometimiento al capital económico y a las reglas del libre mercado (contribuyendo en mayor o menor medida al control del hombre, desde centros mandatorios que buscan consensuar con aquellas organizaciones que trabajan en líneas de pensamientos similares, “recetas” para contribuir al mundo, aunque organizaciones como éstas cuentan con un número creciente de adversarios que les tildan de “querer” socavar la democracia global. En ese orden de ideas, James McConnachie, coautor del libro Guía Aproximada a las teorías de la conspiración (Rough Guide to Conspiracy Theories), ha manifestado en varias ocasiones que, la naturaleza secreta de organizaciones como el Bilderberg Group, “permite a los manifestantes proyectar sus propios temores”.

Por otra parte, pienso que el hilo genético inicial como trasfondo político de esta agrupación, en el sentido de crear una línea europea-estadounidense común, opuesta a Rusia y al comunismo, refleja una perspectiva economicista e ideológica-proteccionista en la gestión de los estados-naciones. Tal es así que, países como los nuestros han estado supeditados de una u otra forma a las directrices de las potencias occidentales (los ejemplos bastan y sobran: caso venezolano) que se ha convertido en un juego de ajedrez sociopolítico y en estudio de caso relativo a la confrontación y reinvención de nuestras sociedades, de acuerdo a formas particularizadas de observar lo acontecido (Estados Unidos y la Unión Europea vs. Rusia y los bloques socialistas moderados).

Grupo Bilderberg.
Primera reunión del Grupo Bilderberg en Oosterbeek, 1954 (Fotografía: www.bibliotecapleyades.net).

En conclusión, las intenciones del Grupo Bilderberg, serían más sanas y digeribles por terceros países, si se abriese el abanico de representación a participantes de países dependientes, pues habría “oportunidades” para la argumentación y contraargumentación; en pos de la dialéctica del desarrollo humano (desde las ópticas de las sociedades desarrolladas-ultra consumistas, en contraposición y búsqueda del consenso con naciones subdesarrolladas-infra consumistas del planeta tierra).

P.D. Este año, en su 67º edición, el grupo lleva para la agenda de discusión temas como: el sostenimiento de un orden estratégico estable; lo nuevo para Europa; cambio climático y sostenibilidad; situación de Rusia y China; futuro del capitalismo; El Brexit; dilemas éticos de la inteligencia artificial; el uso de las redes sociales como armas; la importancia del espacio y, amenazas cibernéticas.

Prensa hondureña: sin mucho que celebrar

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Este 25 de junio, el calendario hondureño marca la efeméride “Día del Periodista Hondureño”, una jornada marcada por un evento solemne central: la entrega por parte del Colegio de Periodistas de Honduras (CPH) del Premio Nacional de Periodismo Álvaro Contreras, a un “destacado” comunicador “catracho”, y cuyo galardonado de éste año es Salomón Salguero, el llamado “poeta” de la comunicación, debido a su innata vocación por la composición poética. Un septuagenario periodista egresado de la Universidad Loyola en New Orleans, y que no pierde la pasión por el ejercicio de informar. Este acto tradicionalmente se realiza en presencia de las máximas autoridades del estado y del cuerpo diplomático acreditado en el país. En esta ocasión, la principal novedad es que dicha actividad se desarrollará en San Pedro Sula (comúnmente se hace en la capital, Tegucigalpa).

El reciente 10 de mayo se publicó en el Diario Oficial La Gaceta (equivalente al Diario Oficial de la Federación (DOF), –y que “entrará” en vigencia esa misma fecha en noviembre– un nuevo código penal, el cual abre “una nueva batalla”, que indudablemente se traducirá en la “colonización” de ciertos espacios públicos, como señal de protesta por diversos sectores, quienes apuntan que esta normativa limita la libertad de expresión ciudadana (a raíz de la salvaguarda del derecho al “honor”). Particularmente en el artículo 28 y diversos artículos en el capítulo III del instrumento jurídico, contra el cual los diputados piden incrementar la vacatio legis (ampliar el tiempo para la entrada en vigencia del mismo, mientras se lleva a cabo un proceso de resocialización).

Salomón Salguero
Salomón Salguero (izquierda), escritor y periodista hondureño (Fotografía: Proceso Digital).

En mi opinión, la libertad de expresión es la principal garantía de promoción de sociedades y estados de derecho que promueven y fomenten la igualdad, la justicia y la paz; en tanto se busca señalar de manera “medianamente” razonada, toda aquella conducta pública o privada “viciada” y “tolerada” que afecta la construcción de sociedades prósperas, y que pervierten de una u otra manera el “espíritu” de aplicabilidad de la ley, en tanto se busca “crear” sectores “intocables”.

Pienso que es aquí, donde instituciones que representan los intereses generales de la sociedad (caso del Ministerio Público hondureño), deberían ejercer un papel más activo en la defensa y salvaguarda de estos mecanismos que sirven a la ciudadanía para “desahogar su penas”; en un país donde al parecer la “ganancia” de unos pocos es aquella tendiente a generar “distracciones” de cualquier índole, mismas que de manera indefendible, a la larga contribuyen a minar activos humanos indispensables para el desarrollo social como son la creatividad, el emprendedurismo y la esperanza en la construcción de escenarios de vida más felices.

A simple vista se observa que la entrada en vigencia de esta ley socavará principios universales en materia de libertad de expresión, lo cual conducirá necesariamente a una especie de “adormecimiento” del pensamiento, en tanto cohibirá la comunicación de ideas y reducirá todas aquellas plataformas o espacios para la comunicación que vaya en contra del sistema establecido. Bajo mi punto de vista, una efectiva legislación que consolide el estado de derecho requiere de “una construcción global de consensos”, pues de cada habitante o actor del país se puede “aprender”. Creo que aquí es donde gremios como el CPH y el CAH (Colegio de Abogados de Honduras), deberían “activar” mecanismos que les permitan “influenciar” en todos aquellos espacios “cerrados” que buscan mantener la “zozobra” y la confrontación en el espacio público.

Protesta de prensa hondureña.
Fotografía: tenerife.fape.es.

En conclusión, la libertad de expresión no debe ser limitada ni un mínimo ápice, pues es el activo central para externar todas aquellas ideas que conduzcan a nuestros países hacia todos los escenarios propiciadores del cambio social democrático, la convivencia pacífica y el entendimiento en la diversidad.

P.D.: Es tan importante y esencial este derecho referido que, la Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE) adscrita a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de Estados Americanos (OEA), adoptó junto a diversas instancias globales de defensa de la libertad de expresión, una “Declaración Conjunta sobre la Independencia y la Diversidad de los Medios de Comunicación en la Era Digital”, promoviendo siete aspectos esenciales: principios generales en la materia que deben ser implementados a nivel del hemisferio; seguridad de los medios de comunicación; amenazas jurídicas –caso analizado en esta columna–; amenazas políticas, tecnológicas y económicas; además, aspectos relativos a los medios de comunicación y las plataformas en línea.