Este año la UNAM conmemora los 90 años de autonomía universitaria y con tal motivo, el pasado mes de junio tuvo lugar un acto organizado por la Facultad de Derecho en la Antigua Escuela de Jurisprudencia en el Centro histórico de la Ciudad de México. Fue en ese lugar donde, en 1929, se inició el movimiento estudiantil por la autodeterminación. Ese mismo año se reconoció la autonomía de la institución, que se afianzaría en 1933, con la promulgación de la Ley orgánica que la eleva a rango constitucional.
En el acto participaron como oradores, el director de la Facultad de Derecho, Raúl Contreras, el profesor Máximo Carvajal, la estudiante Adriana Mercado, y el rector de la UNAM, Enrique Graue.
Las intervenciones reconocieron los antecedentes de las demandas estudiantiles en los movimientos que se habían dado previamente en otras universidades. Las bases de la autonomía como principio que rige las relaciones entre universidad pública y Estado se sentaron en 1918 en la Universidad de Córdoba, Argentina. En nuestro país, la Universidad de Michoacán ya lo había obtenido en 1917, y la de San Luis Potosí en 1923.
Como bien se dijo en el evento, el reconocimiento y el ejercicio de la autonomía está vinculada con el concepto de universidad como una comunidad dedicada a la enseñanza, la investigación y la difusión de la cultura, donde cada docente tiene la posibilidad de exponer libremente. La autonomía ha permitido ejercer la independencia para el manejo de los recursos, elaborar los planes de estudio de las diferentes carreras, asegurar el desarrollo del pensamiento crítico, y preservar la libertad de cátedra frente a las presiones que se han tenido en distintos momentos de la vida política del país.
La autonomía resulta un antídoto contra cualquier gobierno que pretenda establecer un pensamiento único propio del autoritarismo. Desafortunadamente, en el mundo actual hay demasiados casos donde se está intentando vulnerar la libertad de cátedra. Para sólo mencionar un ejemplo, en Brasil, las políticas educativas del presidente Jair Bolsonaro, no sólo han cuestionado el papel de las universidades públicas, sino también la relevancia de carreras y disciplinas que se caracterizan por el desarrollo de la crítica social como son la filosofía y las ciencias sociales.
En nuestro país, la conmemoración de la autonomía resulta un hecho importante porque, como lo ha señalado el rector de la UNAM, los recientes acontecimientos que involucraron cambios al Artículo 3º Constitucional muestran que la autonomía está lejos de ser un hecho consumado.
Al respecto, vale la pena tener presente cómo, en el proyecto sobre el cambio a la Reforma Educativa que envió el presidente Andrés Manuel López Obrador al Congreso en diciembre del año pasado, había quedado borrada la Fracción VII del Artículo 3º en la cual se señala que: “Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que se les otorguen autonomía, tendrán la facultad y responsabilidad de gobernares a sí mismas”. Para bien de la educación superior, y del ejercicio de la libertad de expresión en el país, este desacierto fue corregido y el ejercicio de la autonomía continúa incluida en los preceptos constitucionales.
Por las anteriores razones y circunstancias, ahora, al cumplir 90 años, la conmemoración de la autonomía de la UNAM resulta especialmente importante.