Trazos

UNAM: 90 años de autonomía

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Este año la UNAM conmemora los 90 años de autonomía universitaria y con tal motivo, el pasado mes de junio tuvo lugar un acto organizado por la Facultad de Derecho en la Antigua Escuela de Jurisprudencia en el Centro histórico de la Ciudad de México. Fue en ese lugar donde, en 1929, se inició el movimiento estudiantil por la autodeterminación. Ese mismo año se reconoció la autonomía de la institución, que se afianzaría en 1933, con la promulgación de la Ley orgánica que la eleva a rango constitucional.

En el acto participaron como oradores, el director de la Facultad de Derecho, Raúl Contreras, el profesor Máximo Carvajal, la estudiante Adriana Mercado, y el rector de la UNAM, Enrique Graue.

Las intervenciones reconocieron los antecedentes de las demandas estudiantiles en los movimientos que se habían dado previamente en otras universidades. Las bases de la autonomía como principio que rige las relaciones entre universidad pública y Estado se sentaron en 1918 en la Universidad de Córdoba, Argentina. En nuestro país, la Universidad de Michoacán ya lo había obtenido en 1917, y la de San Luis Potosí en 1923.

Facultad de Derecho
Imagen: Gaceta UNAM.

Como bien se dijo en el evento, el reconocimiento y el ejercicio de la autonomía está vinculada con el concepto de universidad como una comunidad dedicada a la enseñanza, la investigación y la difusión de la cultura, donde cada docente tiene la posibilidad de exponer libremente. La autonomía ha permitido ejercer la independencia para el manejo de los recursos, elaborar los planes de estudio de las diferentes carreras, asegurar el desarrollo del pensamiento crítico, y preservar la libertad de cátedra frente a las presiones que se han tenido en distintos momentos de la vida política del país.

La autonomía resulta un antídoto contra cualquier gobierno que pretenda establecer un pensamiento único propio del autoritarismo. Desafortunadamente, en el mundo actual hay demasiados casos donde se está intentando vulnerar la libertad de cátedra.  Para sólo mencionar un ejemplo, en Brasil, las políticas educativas del presidente Jair Bolsonaro, no sólo han cuestionado el papel de las universidades públicas, sino también la relevancia de carreras y disciplinas que se caracterizan por el desarrollo de la crítica social como son la filosofía y las ciencias sociales.

autonomia UNAM
Fotografía: Quadratin Hidalgo.

En nuestro país, la conmemoración de la autonomía resulta un hecho importante porque, como lo ha señalado el rector de la UNAM, los recientes acontecimientos que involucraron cambios al Artículo 3º Constitucional muestran que la autonomía está lejos de ser un hecho consumado.

Al respecto, vale la pena tener presente cómo, en el proyecto sobre el cambio a la Reforma Educativa que envió el presidente Andrés Manuel López Obrador al Congreso en diciembre del año pasado, había quedado borrada la Fracción VII del Artículo 3º en la cual se señala que: “Las universidades y las demás instituciones de educación superior a las que se les otorguen autonomía, tendrán la facultad y responsabilidad de gobernares a sí mismas”. Para bien de la educación superior, y del ejercicio de la libertad de expresión en el país, este desacierto fue corregido y el ejercicio de la autonomía continúa incluida en los preceptos constitucionales.

Por las anteriores razones y circunstancias, ahora, al cumplir 90 años, la conmemoración de la autonomía de la UNAM resulta especialmente importante.

Roma y sus evocaciones

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                                                           A la memoria de Francisca Carrillo, Panchita.

Me dio mucho gusto que la ganadora de los Globos de Oro ‒como mejor película extranjera y mejor director‒ haya sido Roma de Alfonso Cuarón, y también constatar una vez más que el Centro de Estudios Cinematográficos (CUEC) de la UNAM ha formado a egresados notables.

Roma es una a cinta sobre la que se ha comentado tanto que es difícil tratar de agregar algo nuevo. Sin embargo, me animo a escribir porque, finalmente, todo espectador tiene su propia mirada de acuerdo a sus experiencias y puntos de vista.

De Roma gocé de su excepcional fotografía, su tono emocional, su ritmo pausado, la gran actuación de Yalitiza Aparicio, la reconstrucción de la ciudad con las excepcionales escenas de Insurgentes en las cercanías de lo que era el cine Las Américas, las magníficas tomas de  Ciudad Netzahualcóyotl y  la reproducción de los sonidos de una época desde las canciones de Leo Dan hasta el vendedor de camotes, el retumbo de las bandas y de la propaganda política.

actriz protagonista de Roma
Yalitza Aparicio (Foto: OceanDrive).

Me siento acompañada por algunas escenas específicas que ya han sido reproducidas muchas veces:  la azotea donde Cleo y uno de los niños están acostados con sus cabezas juntas y sus cuerpos recostados hacia lados opuestos; la última toma donde ella sube por la escalera; y la escena inicial de agua que parece abundante pero que siempre será insuficiente para mantener totalmente limpio el garaje de la casa, y cuando en éste hay un perro cuyos esfínteres resultan incontrolables para la más eficiente de las servidoras domésticas.  También me gustaron las tomas de muchas otras escenas de la vida cotidiana que dan cuenta de los esfuerzos para acomodar un coche grande en un espacio pequeño, y los acercamientos que la cámara hace a los movimientos del “hombre de la casa” al volante, y en los cuales, aunque no se muestre su cara, el movimiento de sus manos al manejar y fumar muestran una forma de ejercer su control y dominio.

Creo que en Roma las imágenes y el ritmo son más importantes que el guion. No concibo que esta película pueda convertirse en un libro o en una obra de teatro al igual que ha pasado con otros éxitos de la pantalla.  Entiendo las declaraciones de Cuarón cuando compara su cine más con una obra musical que con una literaria, de cierta forma su creación fluye como si estuviéramos en un concierto.

Desde otros puntos de vista, como ya son varios los que lo han observado, Roma promueve la diversidad al introducir figuras femeninas alejadas de los patrones hollywoodenses. El filme se destaca no sólo por visibilizar el importante papel de las nanas y empleadas domésticas sino el de muchas mujeres de diferentes clases sociales que son las únicas responsables de sostener la casa y mantener unidas a sus familias ante una plaga de hombres ausentes. Lo anterior se sintetiza en la frase de la película “siempre estamos solas”.

campo de entrenamiento
Fotograma de ‘Roma’ (Alfonso Cuarón, México, 2018/Netflix).

Roma también muestra los rasgos que puede llevar la entrega acrítica y pasional a cualquier credo, deporte o actividad física donde predomine el fervor colectivo, especialmente en los que también tengan un rol en el fomento de cierto tipo de identidad masculina de los jóvenes de zonas marginales. En la película vemos cómo éstas son en realidad, un campo de entrenamiento para el grupo represor Los halcones.

De la misma forma en que suele ocurrir, prácticamente en cualquier obra, Roma también tiene algunos detalles que me gustaron menos y que no considero bien logrados. En especial el papel de las actrices profesionales con experiencia previa. Ni  la abuela ni la esposa me parecieron convincentes. Muchas veces se ven acartonadas y las sentí como un freno para el buen fluir de la cinta. Las actuaciones de los niños me gustaron a ratos y tendría que volver a ver la película para identificar cuáles fueron estos momentos y quién de ellos hizo mejor su papel. Creo que las escenas del bebé que da a luz muerto en el hospital son excesivas y demasiado explícitas. No encontré muy convincente las relaciones entre el nivel de vida de la familia y la ocupación del padre y de la madre, sobre todo cuando ella hace mención de que va a cambiar de un giro de actividad a otro por sus necesidades de ingresos.

No obstante, para mí lo más importante es cómo Roma logra retratar a la ciudad, las familias y la sociedad de una época. Con unos años de diferencia, me remitió a mi infancia. Aunque no crecí en la colonia que da nombre a la película, mi mundo tenía muchas similitudes.

familia
Fotograma de ‘Roma’ (Alfonso Cuarón, México, 2018/Netflix).

En especial, me hizo pensar en Francisca, quien jugó un papel primordial en diversas etapas de mi vida. No sólo me cuidó a mí, sino también a mis hijos. Procedente de Tehuacán, Puebla, Panchita era nuestra nana y cocinera. A diferencia de Cleo, ella no entró a mi casa en su temprana juventud sino cuando ya era una sufrida mujer que tenía alrededor de treinta años. Antes de eso, como tantas Cleos, ella había tenido un hijo fuera del matrimonio y el padre se alejó cuando supo la noticia. Su madre reaccionó de una forma tan furiosa por el desacato de su hija que, antes de la fecha del parto, se puso de acuerdo con el médico para que no le mostrara al recién nacido y lo dieran en adopción desde el primer momento. Además, para que esto “no volviera a ocurrir”, ese mismo día le hicieron una intervención para ligarle las trompas de Falopio. Frecuentemente me encontraba a Francisca llorando por el hijo perdido y siempre se preguntó si debería de buscarlo.

A diferencia de Cleo, Panchita era una mujer parlanchina y, en cierta forma, revoltosa. Externaba sus opiniones, y escuchaba las novelas radiofónicas de Chucho el roto, personaje robinhoodesco que robaba a los ricos para dárselo a los pobres. Para que su nombre estuviera presente, a nuestra mejor mascota, un hermoso y peludo gato de cabellos dorados le puso el nombre de “Paco”, y quería tanto a mi hermano Jaime ‒a quien cuidó desde recién nacido‒ que a mi madre en vez de “Señora” le decía “suegra”.

Brasil. Auge y decaimiento de la promoción científica

Lectura: 2 minutosEn una época de convulsiones políticas y económicas como la que estamos viviendo, al analizar las noticias es frecuente que sólo fijemos la atención a los principales cambios en líderes y partidos de los diferentes países, sin detenernos a analizar su impacto en algunos aspectos fundamentales para el desarrollo futuro como es la política científica.

En la medida que, por mi carrera académica, he tenido oportunidad de vivir de cerca el caso de Brasil, en esta ocasión dedicaré este artículo a reflexionar sobre el mismo.

Desafortunadamente, lo que a partir de la segunda parte de la década de los noventa parecía un ejemplo para América Latina, ahora se enfrenta a un panorama sombrío.

Como indica Meira Chavés en un artículo sobre el tema, con el gobierno de Enrique Cardoso (1995- 2002) arrancó una política que daba atención prioritaria de la ciencia y la tecnología realizando un esfuerzo inédito para promover las contribuciones de Brasil en el campo internacional. El resultado fue notorio. En ningún periodo anterior se había tenido un número tan alto de graduados del doctorado y de registro de patentes.

Según mis propios cálculos con base en datos proporcionados, por un artículo de Albornoz (2001), en el 1998 el presupuesto asignado a la política de ciencia y tecnología en Brasil fue mayor que la suma de los montos que para este rubro destinaron México, Argentina, Chile y Colombia.

La prioridad para fomentar las actividades científicas dentro de la agenda de la política pública continuaría con los gobiernos de Lula da Silva y Dilma Rousseff, quienes le dieron cierto giro al buscar orientar la ciencia hacia los objetivos sociales.

Así, el porcentaje del PIB invertido en ciencia y tecnología pasó de 0.76% en 1998 a 1.56% en el 2016, el más alto de América Latina donde apenas se llegaba a un promedio del 0.7% (Sánchez Macchioli y Osorio). Como lo indica en un artículo publicado por Massarini (2010), entre 2003 y 2010 el número de estudiantes en las universidades aumentó  más del doble.

Me ha tocado ser testigo de los resultados de esta política en el área de sociología (profesión del expresidente Cardoso) y de las ciencias sociales. En los congresos latinoamericanos, la presencia de colegas brasileños era cada vez más notable, e incluso circulaba la broma de que el español dejaría de ser el idioma mayoritario para ser desplazado por el portugués.

Sin embargo, durante los últimos años esta política ha sufrido importante reveses.  Con la destitución de Dilma Rousseff, a partir del gobierno de Michel Temer el énfasis en la importancia del desarrollo científico se vino abajo y el presupuesto se recortó drásticamente, de tal forma que en abril de 2017 había bajado de 1.4% al 0 .5%. Lo anterior afectó de forma sustantiva la realización de proyectos de investigación y de otras tareas científicas.

Ahora, además de las restricciones económicas, frente al resultado de las recientes elecciones y el triunfo de Jair Bolsonaro, muchos científicos sociales también están preocupados por la incidencia que éste pueda tener en la libertad de cátedra.

Por la importancia del gigante latinoamericano, y la relevancia de la economía del conocimiento en el mundo actual, vale la pena poner atención a la forma en que la producción científica y el respeto a la libre expresión de las ideas  en las universidades pueda verse afectada por las decisiones que se tomen en el gobierno de Brasil durante los próximos años.

Padres del 68

Lectura: 3 minutosCon el aniversario de los cincuenta años del movimiento estudiantil de 1968, ha surgido un nuevo interés por acercarse a los testimonios que dan cuenta de cómo se vivió el proceso. Sin embargo, creo que no se ha dado suficiente atención a la forma en que éste impactó en el  interior de las familias, y en especial a las actitudes que tuvieron los padres de los jóvenes de la época.

A partir de los testimonios compilados por Elena Poniatowska en el libro La noche de Tlatelolco podemos darnos cuenta de cómo algunos estudiantes percibían que sus padres condenaban su estilo de vida en comparación con el que ellos habían tenido, particularmente en lo relacionado con sus peinados y sus formas de vestir, por lo cual se preguntaban “¿qué tienen que ver las melenas con la decencia  o que tienen que ver con que uno sea malo o bueno?”. Otros(as) se dieron cuenta de la incomunicación en familia: “Ni siquiera entre sí se hablan mis papás. En mi casa no se usa platicar, ¿por qué habían de hablar con nosotros?”.

movimiento del 68
“La noche de Tlatelolco”, Elena Poniatowska (Foto: www.abebooks.com).

Sin embargo, no todos los progenitores reaccionaron de la misma forma. Muchos de ellos(as) se identificaron con los nuevos estilos de vida y las demandas del movimiento estudiantil. En las memorias que se publican en el libro antes citado, una de las madres de la época da cuenta de cómo a ella le “encanta la juventud de hoy, sus modas, sus canciones, su libertad, su falta de hipocresía, y manera de enfrentar el amor y de vivirlo”. Otra madre considera que: “lo más vergonzoso que ha logrado Tlatelolco es amedrentar a los jóvenes “. Por su parte, un padre de familia asevera: “si el movimiento estudiantil logró desnudar a la Revolución y mostrar que era una vieja prostituta, inmunda y corrupta, ya con eso se justifica”.

En un relato que aparece en el portal de Internet Soho, una hija de un sobreviviente del 2 de octubre da cuenta de cómo su abuelo don Luis Vargas salió a la manifestación en la Plaza de las Tres Culturas con su hijo del mismo nombre, quien era estudiante de la de Economía de la UNAM. Al llegar a la explanada ellos ya no se mantuvieron juntos, Don Luis sería detenido unas horas en la Iglesia de Tlatelolco. Luis Vargas hijo estaría desaparecido por un tiempo y sus padres no lo encontrarían sino hasta semanas después en un muy mal estado, como producto de las torturas que habían recibido.

De forma por demás estremecedora, Margarita Nolasco, quien buscaba a su hijo en la Plaza de las Tres Culturas, expresa “Yo recordaba que Carlitos mi hijo, llevaba una chamarra verde y en cada cadáver creía reconocerla”. Marcados por un irremediable sentimiento de desorientación y pérdida, los testimonios de aquellas que perdieron a sus hijos son especialmente conmovedores. En La noche de Tlatelolco se da cuenta de cómo una mujer que se enteró de su muerte al día siguiente de una manifestación considera que lo que vivirá a partir de entonces “una vida de segunda mano”. Otra madre a la cual “le mataron al hijo por estar pintando una barda”, declara que ya no sabrá qué hacer con “todo este tiempo que será la vida”.

antiguo convento
Iglesia de Santiago de Tlatelolco (Foto: http://cdmxtravel.com).

Por su parte, en un mitin en la explanada de la Ciudad Universitaria que se llevó a cabo 31 de octubre de 1969, Cecilia Castillo de Chávez tomaría la palabra para dirigirse a los estudiantes: “Me han matado a mi hijo, pero ahora todos ustedes serán mis hijos”.

Debido al cerco informativo de la época, las voces de los padres del 68 no llegaron a tener la visibilidad que después obtendrían otros movimientos como las Madres de la Plaza de Mayo en Argentina o los padres de los jóvenes asesinados en Ayotzinapa. Es difícil encontrar información que permita documentar más a fondo cómo se solidarizaron y acompañaron las demandas de sus hijos. Ignoramos las formas en que algunos de ellos tuvieron que procesar sus duelos. Por eso, como una manera de compensar el vacío de mucha gente, este artículo está dedicado a ellos (as).

Nota. Expreso mi solidaridad con los jóvenes agredidos en las recientes manifestaciones en Ciudad Universitaria y, especialmente, con los muchachos que tuvieron lesiones graves y con los padres que los acompañan. Secundo las peticiones del rector y de los integrantes de la comunidad universitaria en sus demandas para esclarecer expeditamente los hechos y espero que pronto se reanuden las actividades académicas en todos los planteles de la UNAM.

¿Desde cuándo hablamos de “crisis”? 

Lectura: 3 minutosLa palabra crisis es quizá una de las más presentes en la comunicación actual y suele aplicarse para nombrar situaciones difíciles que ocurren en diversos ámbitos. Así, puede tratarse de una crisis económica, política, ecológica, humanitaria o de seguridad. A nivel personal también podemos vivir una crisis familiar, de salud física o psicológica.

Las causas de las crisis también pueden ser de índole variada, desde las que son producto de catástrofes naturales (como los temblores y los huracanes) hasta las que son resultado de las acciones humanas (como una guerra, o crisis de la Bolsa de valores). En la actualidad cada vez es más común hablar de crisis relacionadas con los efectos adversos de sofisticadas tecnologías, como la crisis humanitaria producida por reactor nuclear en Chernóbil o la crisis cibernética que suele generarse por un uso no previsto del Internet y las redes sociales.

En la medida en que la alusión constante a la palabra “crisis” no viene acompañado de una conciencia sobre su significado, no está de más hacer una somera reflexión sobre los orígenes y los usos de esta palabra.

Como bien lo explica el historiador de los conceptos Reinhart Kosseleck (en cuyas ideas me baso para la redacción de este artículo), la palabra crisis no siempre tuvo las nociones polivalentes que le asumimos en la actualidad.

Cuando los pensadores griegos utilizaban el término, éste sólo aludía a una situación que podría producirse en las esferas de la teología, la medicina o la jurisprudencia. En este ámbito, la “crisis“ era un concepto central vinculado con el orden político que llevaba a la necesidad de tomar decisiones adecuadas en terreno legal. En el campo de la medicina, en el corpus de Hipócrates, la palabra se aplicó para hablar de las condiciones del paciente y a la capacidad del médico para tomar una buena decisión que incidiera sobre el curso de la enfermedad.

No será sino hasta el siglo XVI cuando la palabra crisis se expande a los terrenos de la economía, la historia, el ámbito militar y la psicología. A partir de 1780, la crisis se convierte en una expresión vinculada con una nueva sensación de cómo se vive el tiempo que está asociada a la convicción de que los acontecimientos históricos han marcado un cambio de época. En 1792 el pensador francés J. Emilio Rousseau, utiliza por primera vez la palabra crisis en su sentido moderno presentando una teoría del cambio y una visión sobre el futuro que cuestionaba las visiones positivas sobre el progreso. Más adelante, hacia finales del siglo XVIII, la palabra crisis adquiere una especie de visión apocalíptica vinculada con el estallido de las revoluciones francesa y americana.

La vinculación de la crisis con las cuestiones económicas proviene del nuevo significado que se le da en Alemania para hablar de la situación económica que se produce a partir de 1856. Unos años antes, Marx y Engels integran este concepto para referirse a lo que a su juicio será una crisis del capitalismo que contiene una esperanza revolucionaria.

Con el estallido de la Primera Guerra Mundial y la Gran Depresión, la connotación de la palabra crisis adquiere un sentido global y estará permeada de una flexibilidad de significado que alude tanto a descripciones o diagnósticos sobre una situación económica y social, como a los estados emocionales individuales.

De esta forma, a partir del siglo XX, casi no existe ninguna área en la que no se pueda llegar a experimentar un estado de crisis recurrente. Vivimos la vida como si estuviéramos en una transición constante caracterizada por una crisis crónica de carácter social y existencial.

Por estas razones no está de más que hagamos una revisión de los contenidos históricos y actuales de la palabra para preguntarnos “¿de cuál crisis estamos hablando?”.

Democracia y futbol

Lectura: 2 minutosEl fin de la semana pasada y el principio de la actual, México vivió sanamente convulsionado, concentrando su atención en dos procesos: el de las elecciones en casa y el partido de futbol entre el equipo nacional frente a la selección de Brasil. Afortunadamente, los dos se resolvieron de acuerdo a las reglas que los rigen, y todos(as) aceptaron los resultados de forma pacífica y civilizada.

Lejos de ser la primera vez que se vive esa coincidencia temporal entre el juego de la democracia moderna y el futbol, los orígenes históricos de estas dos contiendas coinciden en tiempo y lugar.

Como bien lo apunta el gran sociólogo europeo Norbert Elias (1897-1990),  el futbol nace en el siglo XIX, al mismo tiempo que la vida parlamentaria en Inglaterra. Durante mucho tiempo, ambas prácticas se han distinguido al estar integradas por dos equipos de hombres que son rivales y que se enfrenan entre ellos de forma no agresiva y con capacidad de manejar una  “tensión controlada”, lo cual les permite competir y reconocer el triunfo del adversario de acuerdo a las reglas del juego establecidas.

elecciones 2018 México
Foto: EFE.

A pesar de que, como se sabe, desde las olimpiadas griegas ya existían las competencias físicas entre dos personas y/o grupos, la invención del deporte moderno es mucho más reciente y surge como parte de un proceso de conducta que se desarrolla en las clases altas inglesas durante los siglos XVII y XIX, y que da lugar al nacimiento de dos ramas del futbol inglés: el rugby y el soccer que se instala como juego en 1863.

Como otros deportes modernos, el futbol que surge a partir de entonces, se caracteriza por ser una forma de ejercicio no violento que, a diferencia de las contiendas anteriores, se atiene a un tiempo de duración claramente establecido que supone y demuestra que el ser humano tiene capacidad para prolongar el placer del clímax hasta conocer la victoria.

Pero, lo que resulta más interesante del asunto, y en cuanto a la democracia se refiere, es que Elias demuestra cómo el surgimiento de estos grupos deportivos coincide históricamente con el desarrollo de la vida parlamentaria en Inglaterra, durante la misma época cuando también se instala una forma de lucha civilizada entre  dos “equipos” masculinos, que permite una rotación sin sobresaltos de grupos  de poder, rivales mediante el desarrollo de habilidades verbales, de persuasión y retórica, sustituyendo a otro tipo de enfrentamientos de carácter violento.

Así, la “parlamentarización” de las clases hacendadas de Inglaterra tuvo su  equivalente en la “deportivización” de sus pasatiempos. En ambos casos se esperaba que las contiendas fueron abiertas y frente al público de tal forma, que los caballeros protagonistas de la disputa se vieron obligados a dominar sus expresiones agresivas frente a sus espectadores.

Afortunadamente en el México de hoy, y a pesar de que perdimos frente a Brasil, y de que la execrable violencia que vive el país dio lugar a un sangriento proceso electoral con una enorme e injustificada cantidad de candidatos(as) asesinados, el domingo y el lunes fueron días de fiesta por la competitividad que mostró nuestro equipo de futbol y por la participación civilizada y nutrida de los ciudadanos(as) en nuestro proceso electoral.

Felicidades a todos(as).

El poder de quien podría ser próximo presidente

Lectura: 3 minutosUn escenario al calor de las encuestas

Si como lo apuntan varias encuestas, López Obrador gana las elecciones por un amplio margen, tendremos una concentración del poder en el presidente que marcará un cambio frente a lo que el país ha vivido en años recientes. A continuación, enumero algunas de las razones que fundamentan mi opinión.

1. Si la ventaja llega a ser arrasadora, el arranque de la nueva presidencia será muy distinto al de Calderón y Peña Nieto, quienes ganaron por márgenes estrechos (en otros países, los resultados obligarían a una segunda vuelta electoral, lo cual también sería saludable para México).  Esta situación fue aprovechada por AMLO y algunos otros grupos para cuestionar la validez de las elecciones.

2. La probable victoria de Morena en la gubernatura de la Ciudad de México, sede de los poderes federales. Este escenario llevaría a una situación inédita, ya que desde 1997 cuando se eligió a Cuauhtémoc Cárdenas como el primer gobernador del entonces Distrito Federal, el dirigente(a) de la capital de México ha sido del PRD, mientras que el presidente de la República de un partido distinto.

3. El conocimiento de los candidatos(as) está centrado en los cargos ejecutivos y son muy pocos(as) los que saben quiénes serán sus legisladores(as). Si bien esto ha sido una constante de las elecciones en México, creo que ahora la ignorancia es mayor. Quizá esto tenga parte de su explicación en la decisión certera de no invadir el país con plásticos contaminantes y carteles con imágenes de los candidatos, cuyo resultado final era enormes pilas de basura. Sin embargo, no se hizo otra campaña alternativa para que el electorado pueda conocer por lo menos los nombres y/ o retratos de quienes estarán en las boletas (es una lástima que una plataforma como la de Voto Informado de la UNAM, no sea más ampliamente consultada).

En estas condiciones, creo que ‒lejos de votar de forma diferenciada‒ la elección para congresistas será un reflejo en cascada del puntero del voto presidencial.  Así lo señalan los recientes resultados de la encuesta Mitofsky que calcula que la coalición “Juntos haremos historia”, podría llegar a tener de 236 a 298 de los 500 diputados(as) y entre 51 y 73 de los 128 senadores.

voto

4.El incierto futuro de los partidos políticos integrados a las otras coaliciones. No está claro cuál será su identidad después de las elecciones. ¿Cómo podrán tener un papel de importancia como oposición en una época caracterizada por el pragmatismo y la ausencia de propuestas? ¿Cuál será la suerte del PRD si pierde el gobierno de la capital? ¿Se podrá reconstruir un PAN agraviado por las fracturas y heridas causadas por sus propios militantes? ¿Y el PRI? ¿Será capaz de superar su asociación con la impunidad y corrupción que ‒desafortunadamente‒ en este país no le son privativas?

5. El vigor del chapulineo. Con una clase política que parece cada vez más alejada de principios y objetivos, y más cercana a “sálvese quien pueda”, muchos(as) estarán pensando dónde colocarse y, si Morena es el partido que tiene más probabilidades de ganar, quienes todavía no lo han hecho buscarán engrosar las filas de un partido tan magnánimo que, independientemente de su calidad moral, acepta de todo: tanto a representantes de los sectores más agraviados de la  población  excluidos de las políticas públicas recientes, como a respetables académicos(as) preocupados por la lacerante desigualdad social; a exdirigentes del PAN, miembro(as)  de policías comunitarias, grupos evangélicos y parientes de Elba Esther.

6. Las facultades del presidente del país también se verán fortalecidas por la “Ley de Seguridad Interior” que fue aprobada en diciembre de 2017 y que otorga nuevas capacidades de acción al Ejecutivo a través de las fuerzas armadas. Con este regalo ‒producto de la iniciativa de un grupo de legisladores priistas‒, el nuevo gobierno federal tendrá un acrecentado poder para actuar en todo el país a través del ejército (algunas de las representaciones de Derechos Humanos ya han criticado esta nueva disposición).

7. La postergación de los acuerdos del nuevo Tratado de Libre Comercio que, engañosamente, nos hizo creer que más allá de los cambios sexenales, existía una normatividad en la política económica exterior a la que tenía que ajustase el presidente de México (¡y también el de Canadá y Estados Unidos!).

8. Otros factores derivados del efecto Trump, un presidente que ignora o anula todos los acuerdos previos a su antojo. Si en el país vecino prevalecen una pauta de hacer política marcada por la voluntad y los caprichos de un dirigente atípico, entonces, ¿qué nos puede garantizar que en México y otros países el ejercicio de un presidente sea diferente?

Desde luego, a un mes de las elecciones el resultado todavía está por conocerse. Las encuestas actuales no son del todo precisas, algunas de ellas también han señalado la existencia de un alto número de indecisos(as) que impide adelantar el voto. Por eso, lo aquí planteado no deja de ser más que un posible escenario.

A propósito del Día del trabajo

Lectura: 3 minutosEmpleo y responsabilidades domésticas de mujeres y hombres

Esta semana se conmemoró el Día del Trabajo y, con tal motivo, la Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó que, a pesar de los avances, en cuanto a la participación de las mujeres en la fuerza laboral, aún prevalecen importantes desigualdades entre hombres y mujeres. De acuerdo con las investigaciones que he realizado sobre el tema (con base en los datos de INMUJERES, INEGI y la OIT), en América Latina, en un periodo de veinte años (1992 a 2012), la brecha de género sólo disminuyó en un  13%.

En el caso de México, la participación laboral de las mujeres fuera del hogar ha tenido un importante aumento. Mientras que, en 1970, las mujeres representaban tan sólo el 21% de la población ocupada, para el año 2015, el número asciende al 38%.  La participación de las mujeres es aún mayor  en las zonas urbanas del país, donde, en el mismo año,  llega al 42%.

mujer trabajo

Por otro lado, a pesar de la creciente presencia de mujeres en la fuerza laboral,  aún hay una inequidad en sus percepciónes económicas, ya que, como sucede en otras partes del mundo, en nuestro país, a medida que aumentan los salarios disminuye la proporción de mujeres. Según las mismas fuentes antes señaladas, para el 2017, el 37% de los hombres que trabajan percibían menos de dos salarios mínimos, mientras que el porcentaje entre las mujeres asciende hasta un 50%.

Incluso con la creciente incorporación de las mujeres en la vida laboral fuera del hogar, los patrones en las responsabilidades domésticas están lejos de haber cambiado a la misma velocidad, y las mujeres suelen experimentar una contante presión por las diversas tareas que deben cumplir.

Mientras el 78 % de las mujeres del país son responsables de realizar el trabajo dentro de su hogar —particularmente, las tareas de limpieza, preparación de alimentos y cuidado de los otros miembros de la familia—, entre  los hombres, esta cifra sólo alcanza el 23%,  y sus actividades se limitan a ciertas cuestiones como el de las reparaciones  que requiere la vivienda.

Recientemente, se han tomado algunas medidas para tratar de superar la brecha de género en el mundo laboral. Sin embargo, es poco lo que se ha hecho para alcanzar una mayor igualdad en el ámbito de las responsabilidades domésticas y de cuidado de la familia.

Para cambiar los roles tradicionales de género en la “vida privada” es necesario poner más atención en el fortalecimiento de algunas medidas, específicamente dirigidas a los hombres, como el otorgamiento de licencias de paternidad.

Mujer ama de casa

A diferencia de algunos países europeos, como Francia y Noruega (donde el permiso de ausencia laboral otorgado los hombres que son padres es de 10 a 11 semanas), en América Latina tenemos muy pocas políticas públicas en este sentido. En México, la obligatoriedad por parte de las empresas para otorgar licencias de paternidad a los nuevos padres, apenas se reguló hace cuatro años —como parte de las reformas a la Ley del Trabajo—, y el periodo otorgado es de escasos cinco días.

Esperemos que, independientemente de los resultados de las próximas elecciones, se haga un mayor esfuerzo por cambiar las responsabilidades de los hombres y las mujeres dentro de sus familias, ya que las múltiples cargas que las primeras tienen que asumir es una de las causas más importantes que frenan su desarrollo personal y profesional. Por el otro lado, los hombres aún tienen pocas oportunidades de pasar más tiempo con sus hijos(as) y desarrollar su potencial afectivo, que a menudo es coartado por las expectativas sobre los papeles y responsabilidades de género, inculcados desde la primera infancia y que tienden a reproducirse exponencialmente en el ámbito organizacional.