Con respecto a la manera en que el presidente de México busca manejar las fianzas del país, los primeros discursos de AMLO tranquilizan a los mercados, pero existen dudas sobre sus propuestas principales, sobre todo en cuanto a recursos para los programas sociales.
Ciudad de México.- Durante la toma de poder, Andrés Manuel López Obrador delineó sus estrategias financieras y económicas para impulsar un mayor desarrollo en el país, también se comprometió a no elevar la deuda pública y respetar las inversiones y a los inversionistas; baldes de agua fresca con los que intenta sofocar las llamas de la incertidumbre.
Por un lado, sus palabras han generado reacciones positivas en cuanto a que está consciente de los elevados niveles de deuda que tiene el país, algo que ha sido muy bien visto por algunos analistas.
“La deuda es de 10 billones de pesos”, dijo AMLO y se tienen que destinar del presupuesto alrededor de 800 mil millones de pesos para pagar los intereses, “por eso ya no va aumentar la deuda pública. Ese es nuestro compromiso”, afirmó el mandatario.
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Buenas señales
En ese sentido, algunos expertos asumen esto como un mensaje positivo que manda el nuevo gobierno con respecto al manejo de las finanzas públicas, que contempla de antemano lo peligroso que sería que esta deuda se elevará aún más.
Para Jorge Sánchez Tello, director de Investigación Aplicada de la Fundación de Estudios Financieros (Fundef), “si el nuevo gobierno manda este mensaje de que será responsable y que no se va a endeudar más, es una buena señal para mercados y calificadoras”.
Esta es una carga muy pesada para López Obrador al comienzo de su gobierno, ya que en los dos últimos sexenios la deuda se duplicó y en realidad, no se usó para invertir en infraestructura o para reducir la pobreza y la desigualdad, por lo que esto sería un gran cambio positivo.
“Esperamos que se mantenga un superávit primario en las finanzas públicas y que no se incremente la deuda ni los impuestos”, manifestó Fernando López Macari, presidente nacional del Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF), en declaraciones para El Economista.
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Recursos para los programas sociales
Sin embargo, a pesar de estas señales positivas, existen aún algunas dudas sobre todo con los recursos que destinará para los programas que marcan el eje de su política social, como las becas a los jóvenes y la pensión a adultos mayores principalmente.
Por un lado, AMLO señaló que “el combate a la corrupción y la austeridad nos permitirá liberar fondos mucho más de lo que imaginamos” y esto permitirá no “incrementar impuestos en términos reales ni aumentar los precios de los combustibles más allá de la inflación”.
Pero dado que tiene muy poco espacio para el endeudamiento y aparte, se reducirán los ingresos tributarios en la frontera norte, “persiste la duda de qué tan alcanzable es toda la serie de gasto social y aumento de inversión”, considera José Luis de la Cruz, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC).
Y ahora todas las respuestas a esas dudas “se puedan resolver hasta el 15 de diciembre con el nuevo presupuesto”, dice el experto del IDIC.
En esto coincide Fernando López Macari, ya ahora los analistas y especialistas centran toda su atención en la propuesta que haga AMLO y su equipo económico con respecto al presupuesto de egresos de la Federación.
“Esperamos que el Paquete Económico resuelva esta duda de cómo se va a financiar el déficit; pensamos que habrá ahorros en el gasto corriente y que la austeridad permita hacer esos esfuerzos de bajar esos impuestos (en la frontera) sin necesidad de contratar mayor deuda”, concluye Macari.
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