Uber y el descontento de los taxistas tradicionales

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Luego de que ayer un grupo de taxistas destrozara cinco vehículos que prestan servicios a la empresa Uber, EL SEMANARIO les presenta un repaso sobre este conflicto que poco a poco ha ido escalando.

 

Ciudad de México.- Uber llegó a la Ciudad de México en agosto del 2013, con un modelo de negocio innovador, con esto, también llegaron los desacuerdos de los taxistas tradicionales que transitan por esta enorme ciudad.

Con la llegada de Uber, el entusiasmo no se hizo esperar, usuarios que contaban con tarjeta de crédito utilizaban el servicio, mientras los taxistas que, en desventaja competitiva se pronunciaban en contra de este nuevo modelo.

Los taxis que se pueden pedir mediante la aplicación, no son por completo taxis, ya que no cuentan con las placas correspondientes, no pasan la revista vehicular, no tienen taxímetros y mucho menos están pintados como tales, dejando en desventaja a los taxistas autorizados.

El descontento social sobre la manera en la que estos últimos operan, desde su manera de conducir, su aspecto, el mal servicio, los taxímetros “tocados” y el ser cuestionado antes de abordarlos para ver si le “queda” el destino al que un usuario desea llegar, los pone aún más en desventaja, aplicaciones como Uber o Cabify, resultan ser todo lo contrario.

Empresas que han innovado tecnológicamente crearon descontento, no sólo en la Ciudad de México y en muchas partes de la República, esto se dio en otras partes del mundo como Francia y España. Debido a los destrozos de taxistas tradicionales en puntos importantes de aquella ciudad, el Gobierno decidió prohibir  la aplicación UberPop . En el caso de México, ante el descontento de los taxistas tradicionales, la aplicación Uber respondió regalando viajes de manera gratuita, detonando la popularidad de esta nueva manera de pedir un taxi.

México, fue innovador en este sentido, ya que la Secretaría de Movilidad al ver este conflicto, publicó un nuevo reglamento con el que empresas como Uber y Cabify deben cumplir una serie de requisitos, esta acción colocó a la Ciudad de México a la vanguardia en este sector.

Alejandra Palacios, comisionada presidenta de la Comisión Federal de Competencia Económica (Cofece) sostuvo que “el conflicto entre taxistas de la Ciudad de México y las empresas Uber y Cabify es una oportunidad para que se revise toda la regulación de transporte público en el país por el bien de los ciudadanos”. Aseguró que “las personas que usan estos servicios son un mercado muy definido pues son ciudadanos en el sistema bancario, con teléfono inteligente y servicio de datos, no están compitiendo directamente con los taxis”.

La violencia continúa

El día de ayer las manifestaciones volvieron a surgir aunque con más violencia. Taxistas tradicionales, argumentando que socios Uber hacen “base” en calles aledañas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), agredieron a estos últimos y además a sus unidades, el resultado: un lesionado y cinco autos con severos daños.

La violencia no lleva a nada bueno ¿o sí? En el caso de UberPop en Francia, este tipo de violencia hizo que el gobierno de aquel país prohibiera la aplicación. Nosotros, no vivimos ese contexto tan radical… aún, la violencia ejercida estos últimos días hará que autoridades se apliquen en tratar de resolver este conflicto de una vez por todas, pues estas situaciones tan desafortunadas pudieran evitar que Uber se consolide y con ello las innovaciones que  ha traído se perderían.

Por María Navarro.

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