¿Hegemonía académica china?

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China tiene muy claro su futuro: ser la primera potencia mundial en 2050, cuando se cumplan 100 años de la Revolución maoísta. Y también tiene muy claro el camino: el impulso de agresivas inversiones en políticas de innovación y educación superior. Actualmente su gasto en ciencia y tecnología equivale al 2.12% de su enorme PIB.

La rivalidad por la hegemonía global está en marcha y se manifiesta en varios frentes. La administración de Trump ha emprendido una guerra comercial con China y mantiene una ofensiva contra el gigante tecnológico Huawei. China sabe que la competencia por la supremacía también se disputa en el plano académico-cultural.

La capacidad científica y de innovación de la actual potencia global, Estados Unidos, se explica en gran medida por la fortaleza de sus instituciones de educación superior. De las 10 mejores universidades del mundo, siete son estadounidenses (THE 2020); y este país es, todavía, el que produce investigación de mayor calidad (WEF 2018).

China viene muy de cerca y se yergue como el principal aspirante a desplazar a Estados Unidos. Las universidades de Tsinghua, Pekín, Zhejing y Shanghai, por ejemplo, comienzan a codearse con Harvard, Oxford y MIT. Lo anterior es producto de una efectiva política de inversión a través de la Iniciativa C9, que ha inyectado miles de millones de dólares a nueve universidades de élite chinas. El ranking QS 2020 sitúa ya a seis universidades chinas entre las 100 mejores del planeta.

china y estados unidos
Ilustración: The New Yorker.

La nación asiática es ya el segundo país en cuanto a productividad en investigación.  Lo anterior se explica en gran parte por los 1,235 investigadores que tiene por cada millón de habitantes (México tiene 144). Incluso, según la Fundación Nacional de la Ciencia en Estados Unidos (NSF, por sus siglas en inglés), el 20.67% de los artículos en ciencias e ingenierías que se publicaron en el mundo en 2018, fueron realizados por instituciones chinas. La nación estadounidense ya fue desplazado al segundo lugar, con 16.54% de las publicaciones. Asimismo, se estima que China superará el impacto de las publicaciones estadounidenses para el 2025, posicionándose así como el primer lugar dentro de las potencias mundiales en investigación.

China también superó ya a Estados Unidos en la generación de patentes. De acuerdo con la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (WIPO, por sus siglas en inglés), tan sólo en 2018, la oficina de propiedad intelectual estadounidense reportó alrededor de 597 mil para registro de patentes, mientras que la oficina china reportó 1.54 millones de aplicaciones, lo cual representó un 46.4% de las aplicaciones a nivel mundial.

Además, el principal destino de estudiantes chinos es Estados Unidos, lo que representa un tercio de los estudiantes extranjeros en universidades de este país. Estas cifras tienen muy preocupados a los norteamericanos, temiendo que los estudiantes de la nación asiática no solamente vayan a estudiar. En 2018, el FBI lanzó el documento “China-The Risk to Academia”, donde se establece la amenaza que representa el “espionaje académico” o el robo de conocimiento y secretos comerciales por parte de estudiantes e investigadores chinos. Para Estados Unidos, éste no solamente atenta directamente contra la seguridad nacional, sino que también pone en juego la posición privilegiada del país a nivel mundial.

espias en eeuu
Ilustración: Rebecca Hendin.

Quizás por esta razón cientos de jóvenes chinos no han podido adquirir una visa para estudiar en Estados Unidos. La tasa de rechazo a aspirantes chinos en las universidades pasó de 3.2% en 2018 a 13.5% en 2019. Sin embargo, las universidades norteamericanas no pueden dejar de reconocer que los estudiantes procedentes de China representan un gran ingreso económico para éstas, y también una gran potencia intelectual.

El rápido avance de China en el ámbito de la educación comenzó en la década de 1980 y a partir de ese entonces ha experimentado una rápida y agresiva expansión y desarrollo, a través de reformas graduales que sin duda han demostrado su funcionamiento.

Actualmente está en marcha una nueva guerra fría en la cual los estadounidenses se enfrentan a una lucha geoestratégica, particularmente en Asia, por mantener su primacía a nivel mundial. ¿Debemos prepararnos para una hegemonía china en la segunda mitad del siglo XXI?


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