#HablemosDeSaludMental
Una de las crisis adicionales que se avecina será la de salud mental y no estamos preparados para ella, ni contamos con los especialistas suficientes o las instalaciones necesarias para enfrentarla.
Igual que ha sucedido con la pandemia que hoy nos mantiene en nuestras casas, durante muchos años gobiernos e instituciones privadas han obviado la salud mental de la misma forma en que lo han hecho con la física, y en momentos inéditos como los actuales, las carencias del sistema sanitario se han hecho evidentes.
No es novedad que el aislamiento social y el confinamiento, voluntario o forzado, afecta eventualmente el estado emocional y las conductas de cualquier individuo, lo que puede derivar en padecimientos psicológicos diversos y en depresión en diferentes grados, que son actualmente condiciones sanitarias que afectan a millones de mexicanas y mexicanos.
Como nadie pudo prepararnos para un escenario de contingencia, todavía no sabemos cuál será el impacto psicológico de estas semanas que nos hemos quedado en casa. El tiempo que tardamos en elaborar nuevas rutinas, adaptar nuestras actividades al encierro y hasta desarrollar nuevos hábitos comunitarios con nuestra propia familia, influirán en la forma en que podremos mantener una salud mental óptima, lista para volverse a ajustar una vez que podamos salir nuevamente, aunque bajo medidas de separación y de prevención que jamás hemos vivido en México.
Por eso, en esta semana, Twitter lanzó una iniciativa con el hashtag #HablemosDeSaludMental no sólo como una conmemoración del día en que recordamos la importancia de mantener un buen estado emocional, al mismo tiempo y con la misma relevancia de contar con un buen estado físico, sino también por la necesidad de prestarle atención a muchos factores de tensión y ansiedad que nos afectan en esta crisis y que pueden provocar consecuencias sociales que aún no podemos anticipar.
Tomemos un ejemplo: los homicidios dolosos que no parecen frenarse ni con el COVID-19. Durante casi una década, hasta 2017 donde empezó un cambio leve en la tendencia, 8 de cada 10 crímenes de este tipo eran entre ciudadanos por riñas, venganzas personales, y motivos pasionales. Hoy estos números se encuentran en una proporción de 6 a 7 de cada 10, lo que deja sólo tres homicidios a manos de la delincuencia.
Existen varios elementos que detonan la violencia, pero en el caso de los homicidios son dos los que aparecen de manera casi absoluta: abuso en el consumo de alcohol y violencia social, con antecedentes de agresión a la pareja, a la familia o a cualquier persona alrededor. Otro factor presente en la mayoría de los homicidios entre particulares eran las disputas de fin de semana por los resultados de la liga de futbol, pero como no tenemos torneo desde hace dos meses, es poco probable que ésa sea una afirmación que pueda sostenerse.
La mezcla de armas de fuego en casa, con el alcohol y la violencia cotidiana, representa a la fecha, la mayoría de los asesinatos que se cometen diariamente y que, en los últimos tres meses, han sido la causa de que sean considerados como los más violentos en periodos iguales.
¿Qué piensan de nosotros los delincuentes cuando entienden que somos tan violentos como ellos y por razones que no son las del simple negocio? Ésa es una reflexión que todavía no procesamos adecuadamente en la sociedad mexicana y seguimos tratando de convencernos que somos ciudadanos pacíficos y controlados, cuando en realidad podemos estallar de la misma forma que el peor de los asesinos si se nos dan las herramientas (armas) y las excusas (la violencia) para atacar a otro ciudadano.
Ahora, traslademos esa realidad que ya existía a un contexto nuevo, inesperado, que seguramente tendremos en cuanto podamos regresar a ciertas actividades públicas. ¿Cuántos problemas emocionales llevaremos a las calles, al trabajo y con cuántos regresaremos a casa, después de que terminemos horarios laborales cargados de ansiedad porque debemos estar con cubrebocas y alejados para evitar un contagio? Y si eso no ocurre, ¿porque, tristemente, perdemos nuestro empleo o negocio?
Así que #HablemosDeSaludMental y empecemos a prepararnos mentalmente para recuperar nuestra salud emocional, y si no podemos hacerlo por cualquier razón, marca 551185-7555 o manda un mensaje directo al 552323-0303 para entrar en contacto gratuito con un profesional de Confianza e Impulso Ciudadano (@ConfianzaMx) y recibir primeros auxilios psicológicos.
Lo que hagamos por nuestra salud mental ahora nos permitirá seguir adelante en los siguientes meses de esta pandemia y durante mucho tiempo más en que la incertidumbre será parte de nosotros y de nuestra vida cotidiana.
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