¿Hacia un nuevo tipo de capitalismo?

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Recientemente concluyó la 50 edición del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. Esta reunión estuvo marcada por diversos temas, entre los fundamentales, la crisis ambiental global, la desigualdad a nivel mundial, los retos de la Cuarta Revolución Tecnológica Industrial, las preocupaciones por la desaceleración económica y por una posible nueva crisis financiera mundial.

Klaus Schwab, co-fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial plantea: ¿Qué tipo de capitalismo queremos?, para él, existen tres modelos: el primero es el capitalismo de accionistas, que considera que el principal objetivo de las empresas es la obtención de beneficios y que ha sido el modelo predominante en casi todas las sociedades occidentales; el segundo es el “capitalismo de Estado”, para el cual el Estado debe marcar la dirección de la economía y ha tomado una gran importancia en China y en otras economías emergentes. El tercer esquema es el del “capitalismo de las partes interesadas”, (stakeholder capitalism), que para Schwab es la respuesta más acertada a los desafíos sociales y ambientales de nuestros días.

Klaus Schwab
Klaus Schwab, co-fundador y presidente ejecutivo del WEF (Fotografía: El Semanal).

El capitalismo de accionistas, sostiene Schwab, ha sido el modelo predominante en la historia económica reciente. Es el esquema prevaleciente en Estados Unidos, desde la década de 1970. En su momento de máximo esplendor, cientos de millones de personas de varios países del mundo prosperaban en tanto que las empresas orientadas a la obtención de beneficios abrían nuevos mercados y creaban nuevos empleos. Pero el capitalismo de accionistas omitió su responsabilidad social. Esto sumado a las presiones ejercidas por el sector financiero para obtener resultados de corto plazo, provocó que este capitalismo de accionistas estuviera cada vez más desconectado de la economía real. Añade Schwab que este tipo de capitalismo ya no es sostenible. Primero por el profundo daño ambiental que provoca. El esquema es agresivamente destructor de la naturaleza. Para Schwab el stakeholder capitalism comienza a imponerse. Cada vez son más los inversionistas y los ejecutivos que empiezan a comprender que su éxito a largo plazo depende del éxito de sus clientes, empleados y proveedores, así como de su contribución a la comunidad. Éste, dice Schwab, ha sido uno de los propósitos del Foro Económico Mundial, desde su creación.

La Business Roundtable de Estados Unidos, el grupo de presión más influyente de ese país, se muestra a favor del “capitalismo de las partes interesadas”. De igual forma la inversión de impacto está adquiriendo cada vez más importancia. Permite a los inversionistas buscar beneficios ambientales y sociales, además de financieros. Schwab plantea un nuevo manifiesto de Davos para que las empresas paguen un porcentaje equitativo de impuestos; tolerancia cero frente a la corrupción y respetar los derechos humanos en sus cadenas de suministro mundiales, así como respetar la competencia en igualdad de condiciones. Por último, señala Schwab, la empresa debe ser parte activa para mejorar la situación del mundo.

Finalmente, el capitalismo de Estado debería evolucionar, sostiene Schwab, hacia el capitalismo de las partes interesadas con el propósito de garantizar que no se corrompa. El capitalismo de las partes interesadas debe ayudar al cumplimiento de objetivos sociales más amplios como el Acuerdo de París de 2015 y los Objetivos del Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030.

Elizabeth Warren y Joseph Stiglitz
Izquierda: Elizabeth Warren, precandidata presidencial demócrata en Estados Unidos; derecha: Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía y miembro del Club de Roma.

Además del planteamiento de Klaus Schwab de impulsar el “capitalismo de las partes interesadas”, hay otras propuestas más radicales como la del economista Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía y miembro del Club de Roma, de un “capitalismo progresista” o la de la senadora Elizabeth Warren, precandidata presidencial demócrata, en Estados Unidos, de un “capitalismo responsable”.

Sin embargo, estas propuestas tienen también numerosas críticas que sostienen que el afán de lucro siempre ganará si no se legisla para garantizar que las empresas cumplan sus compromisos y asuman responsabilidades específicas.

Al mismo tiempo que se da esta discusión, Oxfam publica su Informe Anual sobre la desigualdad mundial. Según Oxfam, los 2,153 multimillonarios más ricos del mundo tienen ahora más riqueza que los 4,600 millones de personas que representan el 60% de la población mundial. Además, los 22 hombres más ricos del mundo tienen ahora más riqueza que todas las mujeres de África.

Asimismo, las temperaturas medias mundiales alcanzaron niveles récord en 2019. Las sequías e incendios forestales afectaron a numerosos países, en tanto que las inundaciones devastaron a otros, haciendo desaparecer ciudades enteras.

De esta manera, en tanto que el capitalismo de accionistas y la especulación financiera siguen en auge la economista principal del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath, plantea una reducción de sus previsiones de crecimiento para 2020 y 2021 en relación con la estimación anterior de octubre pasado y la jefa del FMI, Kristalina Georgieva, advierte que la economía mundial corre el riesgo de vivir otra Gran Depresión como la de los años treinta. De igual forma, se alerta sobre el riesgo del aumento de la desigualdad y la creciente incertidumbre causada por la emergencia climática y las guerras comerciales.

capital y recesion
Imagen: El País.

¿Qué significa Davos?; ¿Es un lugar para debatir y encontrar soluciones globales o se trata simplemente de discutir para simular y seguir haciendo las cosas como siempre? ¿El capitalismo de las partes interesadas significa un compromiso corporativo real o es sólo un recurso de mercadotecnia para ser “políticamente correctos”?

En todo caso, Davos es un claro ejemplo de que el mundo está cambiando y que la problemática global exige nuevas soluciones si queremos detener el gradual colapso global que estamos enfrentando.

México debe estar preparado para el combate al cambio climático, la erradicación de la pobreza, la Cuarta Revolución Tecnológica-Industrial, que comprende entre otros aspectos, la Inteligencia Artificial, la genética, las neurotecnologías y la automatización de la producción, todo ello basado en una sólida educación. Nuestro país, al igual que el mundo, enfrenta retos inéditos ya que vivimos un cambio de época. Todos estos retos debemos afrontarlos con pleno respeto a los derechos y las libertadas fundamentales de las personas.


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