Con lo vivido durante esta pandemia se ha catalizado de manera forzada la adopción digital, así que no puedo evitar recordar mis inicios profesionales cuando me quitaba mi envestidura de informático para hacer la administración del cambio, predicando el evangelio tecnológico, y pretendiendo con ello convertir a las organizaciones en usuarios potenciales de sistemas que les permitieran lograr un mejor desempeño y control de sus procesos. En esos tiempos decíamos que la brecha generacional era un gran reto, ya que la resistencia de las personas “maduras” al uso de la tecnología era grande y requería de la contratación de especialistas en la administración del cambio para poder hacer transformaciones digitales dentro de las empresas.
Sin embargo, nunca hubiéramos imaginado que llegaría un COVID-19, el cual ha incentivado la adopción tecnológica de una forma no sólo inmediata sino intuitiva, prueba de ello es que diariamente tenemos millones de personas conectándose a internet para que sus hijos tomen clases en línea, tener videoconferencias de trabajo, hablar con familiares, hacer banca en línea, comprar el súper, e incluso tener reuniones sociales (virtual partys), todo ello ha hecho que plataformas como Zoom, Facetime, Skype, Amazon, Facebook, Uber Eats, Rappi, entre otros, se vuelvan imprescindibles para el desarrollo de la vida diaria.
Pero bueno, lo interesante es predecir cómo se desarrollará la economía de los países ahora que, incluso aquellos ciudadanos que todavía eran temerosos de tener una vida digital más activa, tuvieron que dejar sus miedos a un lado –o reemplazarlos por otro mayor que es el miedo al contagio– ante la eminente necesidad del distanciamiento social presencial. Seguramente este 2020 veremos superada por mucho la cifra de 11 mil millones de pesos del hot sale 2019; no olvidemos que tan sólo en 2019 México ya había crecido más del 28% su comercio electrónico en comparación con 2018.
Lo cierto es que los nuevos hábitos de teletrabajo, educación a distancia, compras en línea, etc., están haciendo que las medianas y pequeñas empresas hayan acelerado su presencia digital, lo cual ha desencadenado que inclusive gigantes como Amazon se reinventen, porque si bien es cierto que este último ya tenía una presencia muy madura en Internet, también es cierto que el incremento de la demanda en las entregas lo está llevando no sólo a eficientar su logística, sino su modelo de costos, ya que los gastos aunados a las medidas de protección para sus empleados, a fin de evitar contagios del COVID-19, llevan consigo una serie de costos adicionales que se estiman en 4,000 millones de dólares.
Tecnologías como el 5G –transporte de datos–, la nube –procesamiento y almacenamiento–, la Inteligencia Artificial –analítica–, podrían representar en su conjunto un incremento de hasta 16 trillones de dólares del PIB mundial, según estudios de PriceWaterhouseCoopers.
Por lo anterior, no sólo es importante, sino imperativo, un esfuerzo conjunto del gobierno, la academia, la iniciativa privada y la sociedad, que permita a México capitalizar los habilitadores de negocio que la tecnología ofrece para la reactivación económica del país.
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Es muy cierto lo que se menciona en el artículo, muchas organizaciones una de las barreras más fuertes en el cambio tecnológico correspondía a las personas quienes no adoptaban de una manera abierta su uso y esto era por el desconocimiento y desconfianza hacia esta nueva era de comunicación y uso de la tecnología (recuerdo que a mis abuelos les indicaba que mediante la computadora era posible pagar el teléfono o la luz lo que les parecía imposible y que preferían ir directamente a la sucursal porque de esa manera se aseguraban que el pago se hacía con la empresa del servicio) tuvo que llegar un virus que ocasiono una pandemia para que la tecnología tuviera el boom y fuera una pieza fundamental en este tiempo.