Ciencia y Tecnología

Relojes de cristales

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En este texto se comentará cómo se emplearán las simetrías temporales de los cristales para medir el tiempo de manera más precisa.

Es difícil definir el tiempo, sin embargo, hemos aprendido a medirlo observando eventos que se repiten periódicamente. Desde la Antigüedad se emplearon el día y la noche, las fases de la Luna y las estaciones para elaborar calendarios. A lo largo de la historia se construyeron relojes de Sol, arena, agua (clepsidras), velas, péndulos, relojes mecánicos y de oscilaciones atómicas. No obstante, en nuestra actualidad cada vez se requieren instrumentos más precisos para experimentos muy delicados que tienen que ver con el comportamiento de las partículas subatómicas, donde impera la mecánica cuántica. Ahora se espera utilizar relojes basados en las propiedades temporales de los cristales.

moleculas del cristal
Figura. Arreglo molecular de un cristal (Iain Quinn).

Los cristales son arreglos atómicos regulares, son muy comunes en la naturaleza, ejemplos comunes son la sal, el cuarzo y los diamantes. Estos son espacialmente simétricos. Por ejemplo, si observamos una sola cara de un arreglo cúbico y lo giramos, 90 grados, volveremos a ver un cuadrado.

Tanto la relatividad como la mecánica cuántica, las propiedades nos parecen extrañas, porque éstas y las leyes que las rigen son muy distintas si las comparamos con el mundo macroscópico que percibimos con nuestros sentidos. Pero para la naturaleza son perfectamente normales, teniendo la posibilidad de estudiarlas y emplearlas.

En el mundo subatómico impera la dualidad del espacio-tiempo. Por definición, la velocidad se mide dividiendo la distancia recorrida en determinado tiempo: v = d/t. En el caso de la velocidad de la luz, que es siempre constante, independientemente del movimiento de quien la observe, el cociente d/t es constante; si cambia, la distancia debe modificar el tiempo, y viceversa; lo cual implica que las dimensiones espaciales y temporales están íntimamente relacionadas.

Hoy en día los científicos analizan la simetría en el tiempo de los cristales. Se están haciendo arreglos de cristales de diamante donde se sustituyen algunos átomos de carbono por átomos de nitrógeno. Si se enlazan estos últimos, es decir, si se logra que su spin esté orientado en la misma dirección y se iluminan con el láser especial, entonces retornarán a sus spines originales. El tiempo que toma este proceso es tan preciso que permitirá construir los mejores relojes para los experimentos de laboratorio de la actualidad.


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Teléfonos móviles, la guerra digital por cables y cargadores

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A principios de enero de 2007, la historia de la telefonía móvil, y muchas otras cosas más, cambiaron para siempre con la aparición del primer iPhone.

A 13 años de distancia, hoy, Apple trata de resistir lo que parece irremediable. La imposición de un cargador y un tipo de cable estándar para todos los celulares, sin importar la marca y funciones.

La transformación que ocurrió después de aquel 9 de enero, fue tan determinante que incluso cuesta trabajo pensar que han pasado menos de tres lustros desde entonces.

Ciertamente, como bien reza la locución latina ex nihilo nihil fit; esto es, “nada surge de la nada”. El revolucionario teléfono de Jobs, tampoco.

Entre las muchas cosas que antecedieron al exitoso iPhone, incluyendo desde luego, la propia expansión de la telefonía celular misma, debe contarse, sin duda, el modo en que Blackberry abrió la mente de los consumidores en relación con un teléfono “inteligente”.

La historia cultural, lo hemos ya señalado en esta misma serie de colaboraciones, se construye en el punto donde convergen tres vectores: objetos, prácticas o usos, e ideas. No necesariamente en ese orden, pero sí interrelacionados de modo indisoluble los tres.

wireless
Ilustración: Science Photo.

Cuando Jobs presentó el primer iPhone en el Moscone Center, de San Francisco, vestido de manera cuidadosamente sencilla, no dudó en poner el acento sobre el aparato mismo. Dijo entonces: “Hoy presentamos un producto revolucionario”.

Jobs atinó en su frase, pero se quedó cortó. No era un producto lo que estaba presentando, sino la representación física, o sea, un objeto, que cambiaría la práctica social, el modo de usar los celulares, y, con ello, la idea de lo que estos eran y/o representaban.

Sin saberlo, ni imaginar el impacto, el 9 de enero de 2007, en San Francisco, aquel ejecutivo cool, vestido de jeans y playera simple negra, abría la puerta a un nuevo paradigma, una revolución cultural.

El primer iPhone era, en efecto, un objeto distinto. En su diseño, concepción y funciones. Ofrecía, por decirlo de algún modo, una síntesis entre la experiencia táctil que Blackberry abrió, pero ahora sobre la pantalla, con la evolución de los ya por entonces muy popular iPod.

El parentesco con un aparato (el iPod) cuyo cometido era distinto (y distante) de la comunicación telefónica, tal y como se concebía hasta ese momento, fue, sin duda, el elemento que disparó una práctica, un horizonte de uso diferente.

Finalmente, las maneras que planteaba su uso, se entrelazaron con el mundo de las ideas, o lo que es lo mismo, con el valor inmaterial que las personas estuvieron dispuestas a darle a ese objeto; tanto por el precio que han aceptado pagar por él, como por lo que imaginan que representa socialmente.

Sólo así se entiende que buena parte del éxito del modelo de negocio de Apple haya sido, durante estos casi 15 años, el alto precio de sus aparatos, aunado a la no compatibilidad de sus accesorios con ninguna otra marca.

La exclusividad de su sistema operativo, probado ya antes en su línea de computadoras y laptops, termina por remarcar esta oferta simbólica de exclusividad, por una parte, y de inclusión, por la otra, a una suerte de modo de vida Mac.

En un mundo de identidades fragmentarias, contradictorias y volátiles, o líquidas, para usar el término acuñado por Bauman, un objeto material, estable, táctil, en su sentido más amplio, en la bolsa, como repositorio de una identidad estable, no parece poca cosa.

Hace poco, en mi clase en la Universidad, al tratar el tema de los cables y cargadores exclusivos a precios exorbitantes, espetó: “Cuando compras Mac, sabes en lo que te estás metiendo”, dijo una estudiante con la seguridad de quien acepta un trato que algo importante le da, aunque en el fondo sepa que el acuerdo es abusivo.

conexion de cables
Ilustración: New York Times.

Mi estudiante olvidó, sin embargo, un elemento: el papel del Estado. Quizá porque el país donde ella vive, la debilidad creciente de las instituciones del Estado es tal, que efectivamente la ciudadanía se siente a la deriva.

La Unión Europea, cuyo trabajo por limitar el campo de acción de las grandes corporaciones y enmarcar sus prácticas comerciales sobre el carril de sociedades donde hay leyes y derechos vigentes, ha entrado de lleno en el tema de los cables y cargadores de Mac.

Se trata de facilitar la vida a los usuarios, en efecto, pero a la vez, de evitar prácticas abusivas y monopólicas.

La compañía, cuyo nada desdeñable 41% de facturación son los cables y cargadores, se opone, asida al argumento de la innovación.

Adicionalmente, la medida busca paliar las más de 51 mil toneladas de basura cibernética que produce, solamente en Europa, y que en buena parte son cables y cargadores desechados por roturas o porque han quedado obsoletos.

El interés empresarial no puede estar por encima ni del interés de los usuarios, ni mucho menos de los derechos que como ciudadanos tienen.

Tal es la lección de un espacio del mundo, Europa, en el que el Estado comprende que su capacidad de regulación es su fortaleza.

Y viceversa.


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Mario Bunge, entre la ciencia y la filosofía

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Mario Bunge, el latino que conquistó el mundo de la ciencia

“Ya no queda lugar para brujos ni para chamanes, a no ser en la política” -Mario Bunge

El científico y filosofo argentino Mario Bunge murió el martes 25 de febrero en un hospital de Montreal, Canadá, a la edad de cien años.

Mario Bunge biografía corta

Mario Bunge nació en el Gran Buenos Aires el 21 de septiembre de 1919. Fue profesor de Física Teórica y Filosofía, primero en la Universidad de La Plata y luego en la Universidad de Buenos Aires. En la actualidad era profesor de lógica y metafísica en la Universidad McGill (en Montreal), donde impartía clase desde 1966.

En 1938, con menos de 20 años, fue fundador y dirigente de la Universidad Obrera Argentina, que llegó a tener más de 3 mil estudiantes antes de ser clausurada por el peronismo en 1943. Bunge, que dominaba el inglés, el francés y el alemán, también dio clases en decenas de universidades americanas y europeas.

Durante toda su carrera fue especialmente conocido por su lucha incansable contra las pseudociencias.

Mario Bunge estuvo casado con Julia Molina, con la que tuvo a sus hijos Carlos y Mario. Con su segunda esposa, Marta Cavallo, tuvo a Eric y Silvia.

Su legado científico

Sus investigaciones se centran en la filosofía de la ciencia. Bunge revisa el concepto tradicional del método científico, empleando las herramientas de la lógica formal, y destaca el valor de la relación entre teoría y experiencia.

Tras realizar estudios de fundamentación de la física y de la semántica, propone una llamada “metafísica exacta”, que es una forma sistemática de análisis de la física, la biología, la ética y la sociedad (Tratado de filosofía básica, siete volúmenes, 1974-1989).

Su perspectiva general se adscribe al realismo epistemológico no ingenuo y al materialismo ontológico de tipo metodológico.

Autor de 35 libros y de mas de 450 artículos sobre temas de física teórica, matemáticas aplicadas, teoría de sistemas, sociología matemática, epistemología, semántica, ontología, axiología, ética, política científica, etc.

En 1982 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de Humanidades.

Entre sus obras destacan: Temas de educación popular (1943), Cinemática del electrón relativista (1960), Ética y ciencia (1960), La causalidad (1960), The Myth of Simplicity (1963), Intuición y ciencia (1963), Foundations of Physics (1967), La investigación científica (1969), Method, model and matter (1973), Filosofía de la física (1978), Epistemología (1980), Ciencia y desarrollo (1980), Materialismo y ciencia (1981), Economía y filosofía (1982), Controversias en física (1983), El problema mente-cerebro (1985), Seudociencia e ideología (1985), Racionalidad y realismo (1985), Vistas y entrevistas (1987), Filosofía de la psicología (con Rubén Ardila, 1988), Mente y sociedad (1989), Sociología de la ciencia (1993) y Sistemas sociales (1997).

Ineficacia de la Regulación Asimétrica en Telecom para la Competencia

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La Reforma de Telecomunicaciones de 2013 prometía el inicio de un nuevo hito de transformación estructural del sector, a partir de la conformación de un nuevo corpus institucional y legal para la promoción de la competencia efectiva, la materialización de la cobertura universal y la generación de mejores condiciones de calidad y asequibilidad de los servicios.

Desde The Competitive Intelligence Unit hemos dedicado esfuerzos a la cuantificación de los efectos que ha tenido la consecución de estos esfuerzos, desde su entrada en vigor hasta la fecha. Sin embargo, lo que se ha advertido en años recientes es una dificultad para competir y una rigidez en la estructura del mercado.

Ello, a partir de la reconcentración de mercado que ostenta el operador principal/incumbente/preponderante en telecomunicaciones (América Móvil, AMX), la reversión de las ganancias en competencia que se registraron a inicios de la implementación normativa de la Reforma y la escasa/nula eficacia de la regulación asimétrica de preponderancia para cumplir con su cometido e impedir lo anterior.

Esta política compensatoria busca corregir las fallas en estos mercados de elevadas economías de escala que, históricamente, han resultado en elevados grados de concentración de mercado. Son mecanismos niveladores del terreno competitivo entre los diferentes jugadores.

Estos han sido aplicables al operador principal/dominante/incumbente para impedir el ejercicio de conductas anticompetitivas y reducir las barreras a la entrada y desarrollo de sus competidores. Todo, con el objetivo de alinear incentivos para ofrecer servicios a menores precios, mayor calidad, mayor disponibilidad y cobertura para los consumidores.

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Imagen: Fototalia.

Evidencias Cuantitativas sobre la Persistente Falta de Competencia

Al respecto, se han dado a conocer nuevas evidencias cuantitativas sobre la persistente falta de competencia y sus potenciales efectos sobre la dinámica del mercado.

Un análisis académico realizado por Andrés Aradillas-López, profesor del Departamento de Economía de la Universidad Estatal de Pensilvania, advierte que si bien en un inicio la Reforma tuvo impactos estadísticamente significativos en la reducción de los niveles de precios y redujo el nivel de concentración de mercado; estos efectos positivos se han estancado desde el 2017, y la participación de mercado del preponderante es muy superior a lo observado en otros mercados de telecomunicaciones a nivel internacional.[1]

Otro de los principales hallazgos consiste en la provisión de evidencia de que AMX ha perpetuado su capacidad para mantener precios sistemáticamente superiores a los niveles competitivos, y preservar su nivel de excesiva concentración de mercado, a partir de la baja sensibilidad de sus consumidores ante cambios en sus tarifas y el ejercicio de prácticas predatorias contra sus competidores.

Estas estrategias dilatorias de la competencia efectiva han consistido, entre otras, en: decisiones estratégicas de interconexión, control al acceso y precios de insumos mayoristas, prohibición de acceso a información sobre la ubicación y capacidad disponible de su infraestructura pasiva, estrechamiento de márgenes y el ejercicio de subsidios cruzados.

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Imagen: Shutterstock.

Separación (Dis)Funcional: Simulación de Cumplimiento Regulatorio

Recientemente, venció el plazo para que las subsidiarias del agente económico preponderante en telecomunicaciones, América Móvil (Telmex y Telnor), completaran la transferencia de personal para conformar la entidad que proveerá servicios mayoristas a sus competidores en el segmento fijo.

Tan sólo unos días antes, el pleno del IFT resolvió aprobar un esquema de transferencia para permitir que “aquellos trabajadores sindicalizados que en su momento lleven a cabo funciones asociadas a los servicios que prestarán las Empresas Mayoristas, surgidas de la separación, se emplee el esquema de prestación de servicios; mientras que para los trabajadores no sindicalizados o de confianza, sea el esquema de sustitución patronal”.

Si bien a decir del regulador, este esquema no genera cargas adicionales al preponderante y asegura la independencia del personal y de la nueva entidad mayorista, el personal sindicalizado continuará subordinado a Telmex, no así a la empresa mayorista, y no prestarán servicios profesionales a otras empresas que no sean esta última. Esto constituye un caso paradójico y de flagrante simulación de separación.

La separación funcional, como medida conductual, busca generar incentivos para que el preponderante ofrezca sus servicios mayoristas de compartición de infraestructura pasiva y desagregación de la red local en condiciones competitivas y no discriminatorios a sus competidores en el segmento minorista.

Pero en este esquema de transferencia de personal referido, no se garantiza la independencia de recursos para que la separación cumpla con su cometido.

En otras palabras, más que una separación funcional, se trata de una separación (dis)funcional.

Las lecciones de implementación que han tenido lugar en distintos mercados, como en el caso de British Telecom en Reino Unido, advierten que esta disposición ayuda a nivelar el terreno competitivo del mercado, pero requiere de medidas complementarias.

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Imagen: Financial Times.

Aquí los críticos y los combatientes de la separación funcional están en lo correcto, pero en el sentido de que, para alcanzar la tan evasiva competencia efectiva, se debe optar por una separación estructural, a modo de leap-frogging regulatorio. He ahí la recomendación basada en la experiencia internacional, a propósito de esta segunda revisión y resolución próxima a publicarse por el IFT.

Esta medida sí ha probado, efectivamente, la generación de condiciones favorables e incluso suficientes de operación en las divisiones mayorista y minorista. Ello, al constituir dos segmentos divergentes, tanto en términos de administración como en decisiones de inversión y, al mismo tiempo, reducir significativamente la carga regulatoria aplicable. Tales han sido los resultados en casos como el de Telecom New Zealand y O2 de República Checa.

La conveniencia de aplicar (¡desde ya!) la separación estructural en el mercado mexicano estriba en dejar atrás el rezago de tres décadas, con respecto a referentes internacionales previos de esfuerzos aceleradores de la competencia efectiva.

De acuerdo con el IFT, con la transferencia de personal, se completa un hito más para completar la separación funcional ordenada hace 3 años, en la primera revisión sobre la efectividad de las medidas de preponderancia.

En ella se estableció un plazo de dos años para su realización, mismo plazo en el que en caso de no avanzar a la separación estructural, sólo se vislumbraría un caso de simulación con la separación funcional que poco abonaría a las condiciones competitivas en la provisión de servicios de telecomunicaciones en México.

regulacion asimetrica
Imagen: Expansión.

Ineficacia Regulatoria para la Competencia

A casi seis años de la implementación de mecanismos de regulación asimétrica en el sector de telecomunicaciones en México, la guía de ruta hacia la competencia muestra que no nos encontramos ni a la mitad del camino, respecto a lo alcanzado en los principales referentes internacionales.

Así lo evidencian los casos de Reino Unido y Estados Unidos.

Hace más de tres décadas atrás, tras la creación de Oftel en 1984 –Office of Telecommunications, hoy Office of Communications – Ofcom–, órgano regulador británico, y la privatización del operador estatal British Telecomm (BT), se comenzó una fase de implementación de regulación asimétrica que tendría como resultado la liberalización del mercado y la introducción de alternativas competitivas en el mercado.

BT estaba sujeto a medidas como la obligación a realización de acuerdos de interconexión, a la provisión de servicios de desagregación del bucle local a su competidor directo (Mercury), al control de precios mayoristas y minoritas, así como para prevenir su expansión a negocios adyacentes como a la provisión de televisión y servicios on-demand, entre otros.

Con el éxito de su ejercicio regulatorio, una década después, la función de Ofcom evolucionó de regular férreamente a BT, a supervisar la operación competitiva del mercado. Todo en tan sólo 10 años.

Otro caso en similar cronología histórica fue la desintegración del Sistema Bell (1984) y posterior ejecución de medidas de regulación asimétrica. A través de este proceso se daba fin al control de AT&T, de varias compañías a lo largo del territorio estadounidense y canadiense, para pasar a un esquema de empresas independientes entre sí, como un formato de competencia efectiva.

Con la disolución del monopolio privado, la creación de las ‘Baby Bells’ y la regulación de tarifas en un plazo de aproximadamente 12 años, se dio paso firme a un nuevo marco regulatorio y una ya longeva fase de competencia.

En nuestro país, a casi seis años, la regulación asimétrica no ha alcanzado avances suficientes. La duda oscila entre la aplicación cabal de las medidas dispuestas y la necesidad de fortalecerlas.

regulacion asimetrica
Imagen: Pinterest.

La evidencia cuantitativa resulta en una franca ineficacia, en donde la estructura competitiva peor que invariable, muestra ya incluso en los dos años pasados una marcada reconcentración de mercado a favor del preponderante América Móvil, que en el segmento móvil alcanza una proporción del 71.6% de los ingresos.

¿Regulación Asimétrica Perpetua?

Se debe dotar de toda prioridad al proceso de revisión de la eficacia de las medidas de preponderancia, evitar demoras en su aplicación, fortalecimiento y mejora, para así abandonar el escenario de perpetuidad de la regulación asimétrica que se advierte hoy en las telecomunicaciones mexicanas.

Se augura que existen riesgos de que los efectos positivos se reviertan. La preservación de elevados niveles de concentración de mercado puede tener efectos nocivos sobre los precios y la cobertura en el mediano y largo plazos.

Por lo anterior, en la presentación del estudio referido se recomendó prohibir a todas luces dar luz verde a la discriminación de tarifas dentro (on-net) y fuera (off-net) de las redes del preponderante, así como a su entrada al mercado de TV restringida, y a la posibilidad de ofrecer empaquetamientos. Se instó también al regulador a mantener las asimetrías en tarifas de interconexión.

De cara a la resolución a la segunda revisión bienal de la eficacia de las medidas asimétricas de preponderancia, es menester que el IFT tome nota de todas las voces, nacionales y ahora también desde el ámbito internacional, de que los esfuerzos normativos dedicados hasta ahora son insuficientes para que el preponderante enfrente una competencia robusta.

Éste es un llamado más para que se apliquen y hagan cumplir mecanismos eficientes y eficaces para la nivelación competitiva y el cambio estructural sectorial.

La implementación de medidas aceleradores de la competencia no debe ser un proceso perenne.

Los casos de Reino Unido y Estados Unidos lo manifiestan. Estos mercados pasaron de una fase de regulación asimétrica a una de supervisión de la dinámica competitiva, en un plazo de entre 10 y 12 años.


Notas:
[1] Aradillas-López, Andrés. “Estudio del Impacto Económico de la Reforma en Telecomunicaciones en México”.


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El yo onírico, la cámara subjetiva y el sueño lúcido

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En alguna lectura averigüé que caer, perder el control de un vehículo, aparecer desnudo en público, enfrentar una prueba sin estar preparado o ser perseguido están entre los actos más referidos en los relatos de sueños. Además de generar sentimientos de angustia o peligro, el protagonista que vive la acción en este tipo de sueños es el propio soñador, pero claramente no su persona somática, sino una representación de sí mismo en el mundo soñado. Se trata del yo onírico e intentaré sondearlo, a sabiendas de su esquiva liviandad.

sueno de grete stern
Fotomontaje de Grete Stern publicado en la serie de ilustraciones de sueños narrados por las lectoras para la revista argentina Idilios en los años 50. Esta imagen ilustra la multiplicación de yoes en el relato de un sueño.

Entre los fenómenos más peculiares y sugerentes de los sueños están los absurdos quiméricos, pues en el orbe onírico suelen romperse o dislocarse no sólo leyes físicas de tiempo y espacio, causa y efecto o escala y perspectiva; también se trastorna la identidad personal. En efecto, las personas cercanas suelen aparecer diferentes de cómo se les reconoce en “la vida real” y el propio yo onírico dista de ser una entidad clara y estable. Esto se revela en muchos relatos de sueños, cuando la persona refiere que en su sueño era más joven o más vieja, mejor parecida o, al revés, deforme y repelente. En ocasiones quien relata un sueño asegura que era otra persona: ¡hace tiempo una hija mía soñó que “era” un monje chino! Además, a diferencia de la experiencia durante la vigilia, cuando el punto de vista usualmente está anclado en el cuerpo y en los actos de la persona, en el sueño el punto de vista es móvil y puede ubicarse en el yo onírico o bien verse a sí mismo desde fuera, como tomado por una cámara situada a distancia, o incluso tomar la perspectiva de otros.

dark passage
Una de las escenas más clásicas con cámara y punto de vista subjetivos fue Dark Passage (La senda tenebrosa de Delmer Davis, 1947). El protagonista (que eventualmente vemos es Humphrey Bogart) le enciende un cigarrillo a Laureen Bacall y la cámara se sitúa desde su punto de vista, de tal manera que la actriz simula que le mira a los ojos al mirar a la cámara.

Una de las maneras más útiles para mostrar el punto de vista tanto en la vigilia como en la ensoñación es el uso de la cámara subjetiva en el cine. Esto ha pasado cuando lo que se percibe en la pantalla pretende ser lo que ve y oye algún personaje de la película. La cámara subjetiva da al espectador la impresión de ser ese personaje o, mejor dicho, de ver desde su punto de vista. Ahora bien, en la mayoría de los sueños filmados vemos al que sueña como un personaje en la escena, mientras que en los relatos de sueños el punto de vista suele estar en su cuerpo del yo onírico, como sucede en la vigilia. En el sueño que da inicio a 8 ½, obra maestra de Federico Fellini realizada en 1961, la escena muestra acertadamente lo que ve el protagonista, quien se encuentra flotando en el aire como si fuera un papalote con una cuerda amarrada a su tobillo izquierdo, en tanto observa que alguien allá abajo en una playa sostiene el otro extremo de la cuerda. Ahora bien, a pesar de lo creativo y fascinante de estas escenas, tanto en la vigilia como en el sueño, la cámara subjetiva no captura bien la experiencia, ni siquiera la visión ocular, pues ésta se restringe a un rectángulo para ajustarse a la pantalla. La cámara subjetiva no alcanza a captar la experiencia multisensorial y mnemónica de quien tiene una vivencia intensa.

sueno Fellini
En la primera escena de 8 ½ de Fellini (1961) vemos lo que ve el yo onírico.

Es muy indicativo que al relatar un sueño las personas usen el tiempo imperfecto, (yo estaba en tal parte, yo era más joven, etc.) porque también se emplea al referir fantasías, en los juegos infantiles o en los cuentos de hadas (érase una vez; este era un rey, etc.). Cuando utiliza el tiempo imperfecto del indicativo, el enunciador hace un ajuste temporal, pues expresa una acción indeterminada o inacabada en el tiempo, como acontece con los tres verbos irregulares en este tiempo: yo era, yo iba, yo veía. El tiempo verbal imperfecto sugiere que el protagonista de la ensoñación, de la fantasía o del juego es otro yo, o mejor dicho, es una representación alterna en una mascarada de posibles identidades. Las actrices y actores consumados son expertos en adquirir y expresar otras identidades, como veremos más tarde.

En la mayoría de los sueños la acción figurada acontece fuera de la voluntad de quien sueña, pero en ocasiones éste se percata que está soñando, lo cual constituye un sueño lúcido. En las ciencias cognitivas se denomina sueño lúcido al darse cuenta o ser consciente sin despertar de que está uno soñando. Se trata de una facultad de la autoconciencia en el sentido de que la persona se hace consciente de lo que ocurre en su propia mente, lo cual lo habilita para reflexionar dentro del sueño o controlar el curso de la ensoñación.

Si bien el sueño lúcido es un fenómeno subjetivo, ha sido posible estudiarlo porque es una facultad que es posible entrenar y manifestar, como lo ha venido demostrando el psicofisiólogo Stephen LaBerge desde su tesis doctoral en la Universidad de Stanford en 1980. LaBerge y sus colaboradores han desarrollado una técnica para inducir sueños lúcidos, dicho método consiste en entrenar a los sujetos durante la vigilia a recordar momentos peculiares de sus sueños y hacer el propósito de reconocer ese tipo de instancias en sus sueños futuros para que se percaten que están soñando. De esta forma, logró que una serie de voluntarios no sólo puedan inducirse sueños lúcidos, sino que lo realicen en el laboratorio mientras se les registran señales corporales como el electroencefalograma y pueden emitir pistas de que saben que están soñando. Estas señales son acciones mínimas que no despiertan al sujeto y se emprenden como consecuencia de un entrenamiento previo y de un acuerdo con los investigadores.

Stephen LaBerge sueno
Portada del libro sobre sueños lúcidos de Stephen LaBerge y el autor a la derecha.

Este método ha permitido llevar a cabo experimentos en los cuales los sujetos informan sobre el sueño lúcido y sus contenidos al despertar. Por ejemplo, el sujeto hace ciertos movimientos oculares en algunos momentos relevantes de su ensoñación indicando que está experimentando un sueño conscientemente. Los movimientos oculares voluntarios durante el sueño se registran junto con los movimientos oculares espontáneos que ocurren durante esta fase del sueño y se distinguen de ellos por su morfología electrográfica. Al despertar los sujetos mencionan las experiencias oníricas conscientes que tuvieron durante cada uno de esos momentos, lo cual ha permitido demostrar de forma empírica y experimental que los sueños son experiencias reales y no falsos recuerdos.

A partir de estas evidencias se han multiplicado los estudios del cerebro en relación a la ensoñación lúcida y menciono ahora sólo algunos. En un trabajo se comparó el volumen de algunas áreas cerebrales mediante resonancia magnética en sujetos que, en un cuestionario ad hoc, reportaron muy alta frecuencia de sueños lúcidos en comparación con quienes reportaron una baja incidencia. Los primeros mostraron un mayor volumen de sustancia gris y mayor señalización en las áreas frontopolares, las zonas más anteriores del lóbulo frontal del cerebro que intervienen en el control del pensamiento. En un estudio más reciente fue posible obtener imágenes cerebrales de sujetos que se encuentran soñando lúcidamente, y los resultados preliminares apuntan a que las regiones prefrontales y parietales están involucradas.

Por otro lado, se ha observado que ciertas manipulaciones pueden aumentar la incidencia de sueños lúcidos y entre ellas destaca el uso de fármacos que incrementan la neurotransmisión a base de acetilcolina en el cerebro. Estos mismos fármacos favorecen ciertos aspectos de la memoria y se utilizan para frenar el deterioro en la enfermedad de Alzheimer. Las vías colinérgicas que utilizan acetilcolina en el el cerebro están implicadas en la motivación, la emoción, la memoria, el sueño, la demencia tipo Alzheimer y otras funciones que intervienen en la autoconciencia. Por esta razón se ha postulado que este abundante neurotransmisor excitatorio del cerebro puede jugar un papel en la integración del Self.


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Los datos como nuevo recurso económico

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¿Has pensado en la huella digital que dejamos todos los días mediante el uso de la tecnología?, dependiendo de su giro en una plataforma digital se pueden registrar tus datos personales, temas de interés, a dónde viajas, con qué frecuencia, horario, qué tipo de servicios contratas, compras que realizas, cuánto gastas, qué banco y tarjeta utilizas, registros de llamadas, círculo de amistades, afinidades personales, políticas, sociales, religiosas o empresariales.

En otras palabras, millones de datos que son un tesoro, las plataformas digitales en el mundo están sabiendo explotar muy bien, prueba de ello son Amazon, Facebook, Airbnb, Alibaba, Netflix, etc., las cuales mediante el almacenamiento y análisis de datos han logrado generar inteligencia de negocios que le están permitiendo entender las preferencias de sus usuarios para poder mejorar la experiencia de los mismos, predecir su comportamiento, entender a su competencia y finalmente poder monetizar toda esta información en mayores ingresos.

Pero no solamente en los negocios la capitalización de los datos juega un rol importante, también en la política, un ejemplo de ello fue el caso de Cambridge Analytica que es investigada por el uso de información de 50 millones de usuarios de Facebook para mercadeo político en la campaña de Donald Trump como presidente de Estados Unidos.

datos analytica
Imagen: Shutterstock.

Por otra parte, según cifras de la Conferencia de las Naciones Unidas, Estados Unidos y China representan cerca del 90% de la capitalización del mercado de las 70 plataformas digitales más grandes del mundo, seguidas de Europa con el 4%, y tanto África como América Latina con el 1%. Obviamente esto no es gratis, ya que Estados Unidos y China han invertido en el 75% de las patentes de blockchain, 50% del gasto mundial del Internet de las Cosas y más del 75% del mercado de cómputo en la nube.

Parafraseando el libro Internet of Things (IoT) de Samuel Greengard, donde dice que “este contexto tecnológico es una clave para construir sistemas conectados que funcionen en el mundo real, para desarrollar edificios inteligentes, infraestructura de transporte, sistemas de seguridad y ciudades inteligentes”, al parecer el muy reciente caso de gobierno de Abu Dabi en los Emiratos Árabes, ha entendido muy bien esto, ya que a través de su programa Ghadan 21 están invirtiendo 50 mil millones de dólares para lanzar ideas innovadoras que los posicione como un gobierno basado en datos y tecnología.

Hoy más que nunca es importante no perder de vista a las tecnologías como el 5G, blockchain, IoT, la nube de datos, big data o la propia Inteligencia Artificial, entre otras, ya que todas ellas juegan un rol muy importante en el transporte, seguridad, almacenamiento, análisis de datos y automatización de procesos que permitan predecir patrones de conducta de los usuarios para mejorar las ventas, fidelizar clientes, encontrar nuevos nichos de mercado, reducir costos, simplificar procesos y mejorar la experiencia de los usuarios al usar nuestros servicios o adquirir nuestros productos.


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Llegar sin saber dónde se está, la era de los mapas digitales

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Google Maps cumple 15 años. Tan distante y tan cercano a la vez aquel 2005 en que apareció, la aplicación celebra sus tres lustros cambiando su logotipo e incorporando nuevas funciones.

Ciertamente, estos 15 años han visto multiplicarse las opciones para quien se mueve entre un punto y otro de una ciudad, que para quien lo hace entre un país y otro, o incluso para quien recorre un centro comercial.

¿Lo común de todas estas herramientas? Una promesa: la rapidez, llevar al usuario tan pronto como sea posible al punto al que quiere ir.

Los mapas, la utilidad que suponen, pero también la pasión que pueden despertar, son creaciones humanas, radical y exclusivamente humanas, se diría, que han acompañado la historia de todas las civilizaciones.

Hace unos años, el inglés Simon Garfield publicó En el mapa, de cómo el mundo adquirió su aspecto. Un libro cuyo título da cuenta ya de lo fascinante que el tema que desarrolla es en sí mismo.

mapas de Simon Garfield
Simon Garfield, periodista británico.

Antes, mucho antes de que los satélites nos permitieran ver completa la Tierra, y mucho antes, desde luego, que Google nos obsequiara una imagen real de la calle donde vivimos, “los mapas comenzaron como un desafío de la imaginación –dice Garfield apenas comenzando su libro–, y hoy siguen desempeñando ese papel”.

Representar lo que nos circunda, imaginar lo desconocido, trazar las líneas para que otros puedan llevar adelante el viaje que se ha hecho, forman parte de la historia y propósitos de lo que fue durante siglos el arte de hacer mapas.

Camino para dibujar caminos, representación de las representaciones, “el poder de los mapas –señala Garfield–, para fascinar, excitar, provocar, para influir en el curso de la historia, para ser un silencioso vehículo de historias apasionantes sobre dónde hemos estado y a dónde vamos”.

De ahí, justamente, esa capacidad para desplegarse como una suerte de espejo real e imaginario del mundo, de su aspecto constatable, pero también de todo aquello que podemos ensoñar en torno a lo desconocido.

Joseph Conrad lo dice mejor en El corazón de las tinieblas: Cuando era un muchacho, me apasionaban los mapas. Podía pasar horas mirando Sudamérica, África o Australia, inmerso en los placeres de la exploración. En aquella época quedaban muchos lugares desconocidos en la tierra, y cuando veía en un mapa alguno que pareciera particularmente atractivo (aunque todos lo parecen), ponía el dedo sobre él y decía: “Cuando sea mayor iré allí”.

mapas perdidos
Ilustración: INBMKT.

Borges, por su parte, nos ha legado en el cuento “Del rigor en la ciencia”, una visión insuperable del sitio cultural que en la construcción de los afanes humanos ocupa el hacer, seguir, disfrutar, coleccionar, trazar mapas.

Cuenta en su relato, el argentino genial, cómo hubo una época en la que la cartografía alcanzó tal perfección que los dibujantes lograron levantar un mapa del Imperio “que tenía el tamaño del Imperio y coincidía puntualmente con él”.

Capaz de trazar un relato en el que el mapa es la realidad sobrepuesta a la realidad, Borges pareciera anticipar de algún modo a las herramientas que en nuestro tiempo ofrecen imágenes “reales” sobre una realidad a la que se deja de prestar atención.

El trayecto ha dejado de ser la motivación del mapa. Como si imaginariamente se nos hubiese cortado aquel dedo que recorría el papel, y al modo de Conrad, iba ensoñando los sitios por los que se habría de pasar.

Llegar, lo más rápido posible. Llegar, llegar, llegar. Para de ahí ir a otro sitio y luego a otro, sin que el trayecto importe, sin que la ruta y lo que en ella se vaya a encontrar sea de interés.

Si alguna vez lo humano supuso que el sentido de un viaje no era el destino sino el recorrido y lo que en él se pudiera ir registrando, la época de las aplicaciones y sus instrucciones parece haberlo dejado a atrás.

perdidos con mapa
Imagen: Freepick.

La capacidad para descubrir ha sido entregada, sin prenda a cambio, a una herramienta robótica que nos dirá hacia dónde dar vuelta o, ahora incluso, dónde está una tintorería o dónde un monumento que hay que ver porque ella dice que debemos ver.

La paradoja mayor, sin embargo, pudiera estribar no en confiar-obedecer las instrucciones de “toma la segunda salida en la rotonda”, sino un fenómeno propio de esta pulsión por anteponer el llegar lo más pronto posible: el haber llegado sin saber dónde se está.

Llegar sin saber dónde se está significa que alguien ha arribado a un sitio, pero que en realidad no tiene en su cabeza los elementos ni las referencias para lograr descifrar exactamente dónde se encuentra.

Estar sin entender claramente dónde se está, se constituye como una metáfora extendida de una forma de vida, de amar, de andar la existencia.

 Pudiera incluso, por qué no, constituir una suerte de explicación, una más, sobre la propagación de esas formas de gobierno que habiendo encontrado la mejor ruta para llegar a ese sitio que es gobernar, no alcanzan a entender ni qué les rodea ni tampoco en qué punto están parados.

Tampoco.


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Ajedrez y Big Data: Coches automáticos

Lectura: 3 minutos

¿Qué tienen que ver el primer programador de videojuegos por computadora y el automóvil autónomo? Más de lo que piensas o, mejor dicho, más de lo que los algoritmos y los aprendizajes automáticos de una computadora realmente inteligente piensan.


“No podemos resolver problemas usando
el mismo tipo de pensamiento
que usamos cuando los creamos”.
Albert Einstein.

En la década de 1950, un programador informático de IBM llamado Arthur Samuel, programó una computadora que jugara contra él al ajedrez. Las primeras partidas eran interesantes, porque la computadora registraba las jugadas y respondía conforme a las jugadas legales. Pero conforme pasó el tiempo, Samuel se aburrió porque siempre ganaba. Así que desarrolló un subprograma, en el cual al mover una pieza, la computadora calculara las probabilidades de los futuros movimientos. Pero la máquina seguía sin funcionar, así que Arthur resolvió que la computadora esta vez era la que se aburría de jugar con él, porque siempre tenía las mismas respuestas. Entonces tuvo una gran idea: puso a la computadora a jugar contra ella misma.

La computadora, guardaba cada una de las jugadas y aprendió a mejorar sus jugadas al punto de ganarle todas las partidas a su creador.

Arthur y problemas de IA
Arthur L. Samuel, pionero en la resolución de problemas didácticos de la Inteligencia Artificial.

Pero una partida entre hombre y máquina seguía sin funcionar bien; el sistema se encontraba en un estado demasiado embrionario. Entonces la máquina jugaba contra sí misma. Al hacerlo, recopilaba nuevos datos. Al reunir más datos, la exactitud de sus predicciones mejoraba. Así que jugó contra la computadora y perdió. Una y otra vez. El hombre había creado una máquina que le superaba en habilidad en una tarea que él mismo le había enseñado.

Más de sesenta años después, en la Universidad de Stanford, algunos investigadores introdujeron en un algoritmo de aprendizaje automático miles de muestras de células mamarias cancerosas, así como las tasas de supervivencia de las pacientes, y le pidieron al ordenador que identificara los signos que mejor predecían que una biopsia determinada resultara claramente cancerosa. El ordenador produjo once indicadores que pronosticaban que una biopsia de células mamarias sería positiva. Y hasta esa fecha, los patólogos sólo tenían ocho claves. Es decir, encontraron tres factores más que los especialistas no habían tomado en cuenta. La computadora lo hizo sin ellos.

Todos estos avances se han convertido en lo que hasta el día de hoy es algo sumamente revolucionario, la posibilidad de que un carro ande de manera autónoma y su conductor pueda dormir sin la menor preocupación. Kenneth Cukier, editor de datos de la revista The Economist y coautor de Big Data: La revolución de los datos masivos (2013),lo define de manera magistral:

[…] ¿Por qué tenemos coches que se conducen solos? ¿Acaso a la industria del software se le da mejor incluir todas las normas de circulación en un código? No. ¿Es por el aumento de la memoria de los ordenadores? Tampoco. ¿Procesadores más rápidos? No. ¿Algoritmos más inteligentes? De nuevo, no. ¿Chips más baratos? Tampoco. Todo esto ayudó, pero lo que de verdad hizo posible la innovación fue que los expertos en tecnología cambiaron la naturaleza del problema.

coches automaticos
Imagen: Forbes.

Lo que idearon fue cambiar el problema. Ellos no querían enseñarle a conducir al auto. Más bien le enseñaron a guardar todos los datos a su alcance, aquellos que lo rodean, y le enseñaron a tomar la decisión correcta basándose en todas las lecciones. El auto es capaz de predecir hasta mil eventos diferentes. Si el semáforo está en rojo, el auto debe detenerse, pero si el semáforo está descompuesto, o hay un obstáculo, o si de casualidad el semáforo se cayó en medio de la calle, el auto sabe cómo proceder. Incluso, cuando nosotros no estamos en condiciones de manejarlo.

Estas lecciones nos dan una conclusión clara: necesitamos cambiar la naturaleza de nuestros  problemas. Pensar en el cómo se debería y en cómo lo haríamos de manera diferente. Las computadoras con sus aprendizajes automáticos seguramente nos ayudarán a resolver muchas cuestiones de la vida diaria, que nuestro ojo no puede percibir, o simplemente no podemos recordar con tanta exactitud como una máquina.  Nuestros negocios ahora también necesitan entender qué hay más allá de las decisiones de los clientes. Tienen que comenzar a pensar de acuerdo a lo que el Big Data descubre, y que nosotros todavía no nos damos cuenta.


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