Comercio Exterior

España: 23 de febrero

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Un hombre sin ética es una bestia salvaje soltada a este mundo
Albert Camus.

Hoy, me permito transmitirles un anécdota sobre mis vivencias en España, durante el período 1977-1980, que tiene significación muy especial por esta fecha: 23 de febrero.

En 1977, yo era Coordinador de Consejerías Comerciales para Europa Occidental del Instituto Mexicano de Comercio Exterior (IMCE) con sede en México y, como parte fundamental de mis funciones, estaba supervisar las actividades de las seis oficinas que teníamos en el área, así como diseñar la estrategia de promoción comercial en la región.

Entre estas actividades es importante mencionar la negociación de México con la Comunidad Económica Europea en la 1ª Reunión de la Comisión Mixta México-CEE, misma en la cual propuse la creación del “Programa de Desarrollo de Proveedores Mexicanos a Europa”.

Dicho programa fue aprobado por ser un instrumento coherente y con amplias posibilidades de generar beneficios para México, con financiamiento a fondo perdido por parte de la Comisión de la CEE, mismo que fue complementado con la impresión de folletos de promoción sobre productos de exportación mexicana y un programa de Promoción de Inversiones que se denominó Demeter, entre otros.

Durante algún tiempo, el Programa de Desarrollo de Proveedores estuvo vigente y fue utilizado por el IMCE y, después, por BANCOMEXT como programa modelo; sin embargo, este programa se fue degenerando pues hubo grandes distorsiones y una enorme degradación en su instrumentación ya que, la parte sustantiva del mismo se prostituyó y se constriñó a la celebración de una exposición (un show).

La inauguración del evento por parte del Presidente en turno con gran parafernalia, muchísimas edecanes y enorme profusión de fotografías, pero sin grandes resultados, pues no había un trabajo técnico que lo soportara adecuadamente debido a que, gran parte de los funcionarios que quedaron a cargo del mismo eran improvisados burócratas habilitados como expertos en comercio internacional, mayormente recomendados(as) del Director General en turno y de sus amigos, sin conocimiento real de su operación y del comercio exterior mexicano. Este programa también fue adoptado por NAFIN, igualmente, con mediocres resultados.

También estuve encargado de diseñar la estrategia para implementar el Convenio Comercial que firmaríamos con España con motivo de la reanudación de relaciones diplomáticas entre ambos países, así como preparar la información para la visita del Presidente José López Portillo a España.

Esto motivó que, en 1977, con la reanudación de relaciones diplomáticas México-España, fui designado Consejero Comercial Adjunto de la Embajada de México en Madrid.

Esta se convirtió en una etapa extraordinaria de mi carrera profesional, después de 38 años de no haber relaciones oficiales entre ambos países, la actividad que tuve la oportunidad de desarrollar estuvo llena de éxitos y satisfacciones, debido al ambiente tan propicio que especialmente hubo entre México y España en ese momento, pues eran dos pueblos que durante más de 500 años habían mantenido una relación que no tiene parangón en la historia de la humanidad, y que crearon la mezcla más grande de españoles y americanos que existe en la actualidad.

El origen de esta relación tiene como base la enorme emigración que muchos españoles realizaron, dejando atrás a su Patria y que vinieron a México en busca de oportunidades, trayendo consigo un cargamento de ilusiones, inquietudes y temores a lo desconocido.

En esos cinco siglos, mexicanos y españoles habían compartido una historia, una lengua, una cultura, así como ricas y ancestrales tradiciones. Por eso, para los mexicanos, los españoles tienen un lugar muy especial entre las múltiples nacionalidades que se establecieron en nuestro territorio y, en la actualidad, nuestra convivencia es el reflejo de los lazos ancestrales que nos unen con la “Madre Patria”, lo que nos ha permitido desarrollar toda serie de actividades basadas en la extraordinaria amistad, comprensión y comunión de intereses generadas a través de los años.

Posteriormente, en 1980, fui designado Jefe de la Oficina Comercial de México para Cataluña y la Comunidad Valenciana, con sede en Barcelona y, como evento inicial de mi trabajo en la región, estuve encargado de preparar la participación de nuestro país a través del Pabellón de México en la Feria Internacional de Muestras de Barcelona, a celebrarse en junio de ese año.

Enorme orgullo y satisfacción tenía yo al estar al frente de esa Oficina y de participar en la FIB’80, porque era una etapa de reencuentro entre México y España, pero, sobre todo, por las inmensas oportunidades que se abrían para nuestro país al que, los empresarios españoles y del resto de Europa, veían con un enorme potencial de desarrollo.

Numerosas personalidades visitaron el Pabellón de México, debiendo destacar de una manera muy especial, al Vicepresidente del Gobierno para Asuntos de la Defensa de España, General Manuel Gutiérrez Mellado, al que fue un gusto enorme atender por su afabilidad, así como su conocimiento e interés en nuestro país. En la fotografía que incluyo a continuación, aparezco dándole la bienvenida al Pabellón de México en la FIB’80.

23 febrero

En nuestra conversación, adicional a hablarle de México como un socio comercial de primera y las bondades que ofrecía para la inversión, le comenté que ya había tenido el gusto de conocerlo en la Embajada de México en Madrid, durante la visita que realizó a España el General de División Félix Galván López, Secretario de la Defensa Nacional de México y de su secretario particular, el Coronel Javier del Real Magallanes, en la ceremonia en la cual, el Vicepresidente del Gobierno le había impuesto una condecoración.

La plática fue tan agradable que también hablamos de los antecedentes militares de mi familia, señalando que mi abuelo, el General de División Arnulfo R. Gómez, en 1925, había realizado un viaje de estudios a España y al resto de Europa, mismo que incluyó a las principales academias e instalaciones militares del reino, así como las fortificaciones del Protectorado Español de Marruecos, lo que había servido para que mi abuelo, en 1926, publicara el libro Estudios Militares, que es un tratado exhaustivo de la milicia en el que resumió todos aquellos elementos con los que contaban los ejércitos más modernos de la época, a fin de que el Ejército Mexicano pudiera tomar experiencias que marcaran un derrotero posible para su engrandecimiento, buscando con estos estudios las relaciones prácticas de aplicación para nuestro medio militar, por innovaciones fáciles de implantar o la oportunidad de ampliar ciertos conocimientos de carácter profesional, a fin de fortalecer al Instituto Armado.

arnulfo r gomez
El General de División Arnulfo R. Gómez, primero a la izquierda, en el Aeropuerto Cuatro Vientos de Madrid, España. 1925.

Sus comentarios sobre este hecho fueron muy agradables señalando que resultaba muy gratificante saber que se había escogido a las instituciones militares españolas para ser estudiadas, así como que, de alguna manera, el Ejército Español hubiera servido de modelo para introducir algunas mejoras en el Ejército Nacional Mexicano.

La plática fue verdaderamente agradable y extensa, señalándole que el General Gómez había gozado de una atención extraordinaria en su estancia en España, que había sido generosamente acogido por la élite militar, política y cultural del país y que, inclusive, había establecido una relación muy cordial con el General Miguel Primo de Rivera, presidente del Directorio Militar, así como con Su Alteza Real, Alfonso XIII, quien le dedicó una foto a mi abuelo.

En relación con fecha que señalé al principio de esta nota, me permito comentar que, de acuerdo con el diario El País, el pasado 23 de febrero se cumplen 40 años del intento de Golpe de Estado que sufrió España en 1981, y con el cual terminó la transición y empezó la democracia encabezada por tres hombres: Adolfo Suárez, Presidente del Gobierno; Santiago Carrillo, Secretario General del Partido Comunista Español; y el General Manuel Gutiérrez Mellado, Vicepresidente de Gobierno, quienes mientras los golpistas irrumpían en el Congreso Español, ordenando a tiros que los parlamentarios se tirasen al suelo y todo el mundo se refugiaba de las balas bajo los escaños, estos tres hombres se negaron a obedecer, inclusive, el General Manuel Gutiérrez Mellado enfrentó a los golpistas para contenerlos, de una manera muy valiente, como lo muestra la fotografía que incluyo a continuación.

espana 23 febrero

Ya para despedirse, al General Gutiérrez Mellado le comenté que mis lazos con España eran enormes y llenos de amor y cariño pues, Maribel, mi esposa (muy guapa, por cierto) era hija de asturianos y que mi suegro había sido uno de los españoles más célebres en México en los años 30, lo que le llamó la atención preguntándome ¿cuál es su nombre y por qué había sido muy célebre?

Maribel Alonso Gonzalez
Maribel Alonso González.

Al respecto, le remarqué que mi suegro, Benjamín Alonso Canga, tal vez fue el español más celebre en México pues, en 1935, había llegado a nuestro país contratado por el Club de Fútbol Asturias para jugar como defensa central del equipo y su desempeño fue tan sobresaliente que, en el año 1937, ya jugando para el Equipo Atlante, fue el primer extranjero que formó parte de la Selección Nacional de Fútbol de México, lo que le pareció un hecho verdaderamente extraordinario que él desconocía y que, seguramente, era desconocido para muchos españoles por lo que habría necesidad de ubicarlo adecuadamente en la historia de las relaciones México-España.

Benjamin Alonso Canga
Benjamín Alonso Canga ejecutando “una tijera” en el Parque Asturias de la calzada del Chabacano, en la ciudad de México, en 1936. Dicho parque fue inaugurado el 1º de junio de 1936, con la participación destacada de mi suegro.

Sobre el particular, le comenté que, en el Museo de Indianos de Colombres, Principado de Asturias, había una sala en la que se hace referencia a todos aquellos asturianos que habían destacado con su presencia en México y que, en el aspecto deportivo, había una foto en la que se hacía referencia a mi suegro, Don Benjamín Alonso Canga.

Espero que estas anécdotas les hayan resultado de interés y, para no dejar a un lado al comercio exterior del que normalmente escribo, anexo les remito un resumen de las actividades que realicé en relación con España y con Europa como, un funcionario muy productivo de la administración pública mexicana, encargado de la promoción comercial de México en el subcontinente europeo bajo mí jurisdicción, a pesar de los numerosos recomendados que casi siempre impusieron en la plantilla del personal que me tocó sufrir en las diversas unidades que dirigí.


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En 1992 culminó la negociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), mismo que entraría en vigor en 1994. Su objetivo era crear el bloque económico más importante del mundo, que en ese año ya contaba con 400 millones de consumidores y un PIB Total de 9 billones USD.

Para ello, se pretendía establecer un área de Libre Comercio constituida por Canadá, Estados Unidos y México, con el objetivo de lograr una integración comercial y productiva para generar mayor valor agregado en la región, mayor número de empleos y mayor bienestar.

Este proceso de integración económica tenía como base al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), documento a través del cual se establecieron normas y regulaciones que favorecían el comercio y la cooperación económica entre los tres países, a fin de que los miembros de este grupo de integración económica concentraran sus esfuerzos en intercambiar bienes y servicios en los cuales poseían en una ventaja comparativa, de tal manera de que se realizara un intercambio más intenso debido a la supresión de barreras arancelarias y no arancelarias entre las tres naciones, pues eso haría más barato comprar bienes producidos en el área de libre comercio. Teniendo este marco de referencia, había que señalar la enorme complementariedad que existía entre las economías de la región, mismas en las que México destacaba por su enorme experiencia en el proceso de manufactura.

Esto permitiría aprovechar, de manera óptima, las ventajas comparativas de cada país en la producción compartida y desarrollar ventajas competitivas; asimismo, se iba a incrementar la competitividad en la producción de bienes y servicios en el mercado regional y en el internacional a través de las economías de escala; se iban a captar mayores flujos la inversión extranjera directa en la región, con el fin último de generar más y mejores empleos, y elevar la calidad de vida de la población.

En 1994, su primer año de operación, parecía que el proyecto tenía enormes posibilidades de desarrollo, especialmente para México, pues, en ese año, nuestro país captó la mayor proporción histórica de inversión extranjera mundial con 4.3%, en tanto que nuestras exportaciones al TLCAN pasaron de 85.72% del total en 1993, a 90.74% en el año 2000; y nuestras importaciones lo hicieron de 78.14%, en 1993, a 85.04% en 1996.

Comentarios

Los resultados positivos que inicialmente tuvo el TLCAN, fueron generados por la serie de reformas estructurales realizadas en los años 80 y principios de los 90, mismos que hicieron muy competitiva a nuestra economía. Sin embargo, a partir de 1994 no hubo reforma alguna y, una vez que los beneficios de las reformas señaladas se agotaron, los retrocesos de México han sido enormes, ya que nuestro marco sistémico se volvió poco competitivo y esto generó que, a partir del año 2001, el proceso de integración comercial y productiva retrocediera. Esto debido a que numerosas empresas manufactureras radicadas en la región la abandonaran, incluyendo 900 empresas maquiladoras, principalmente norteamericanas, que salieron de nuestro país.

Así, a partir del 2001, la proporción de nuestras exportaciones a Canadá y EE.UU. fue declinando hasta alcanzar el 83.86% en el año 2020.

Esto también determinó que, numerosos insumos que importábamos procedentes de la región, en el período 1993-2020 se redujeran en -27.28%, y se empezarán a importar de otros orígenes, lo que significó menor valor agregado en América del Norte. El porcentaje en el período 1996-2020 alcanzó 35.17%, pues se redujo de 85.04% a 50.87%.

A continuación, presento un cuadro estadístico sobre la evolución geográfica del comercio exterior mexicano, en el período 1993-2020, mismo en el que podemos ver, de manera general, la pérdida de participación de los países con los que hemos firmado TLC’s en nuestro comercio exterior, tanto de exportación, así como de importación –lo que he marcado en amarillo–.

De este cuadro, que compara el período 1993-2020, cabe destacar la decreciente participación de nuestros socios de América como destino de nuestras exportaciones, misma que se cifra en -3.48%; con el TLCAN de -1.83%; con América del Sur de -0.67%; así como con la Unión Europea de -0.45%; y con la AELC de -0.03%.

Sin embargo, más preocupante es la disminución del TLCAN como proveedor de nuestro país, ya que el porcentaje es de -25.12%. Este proceso representa una movilización de la industria manufacturera de la región a Asia, con la que nuestra exportación se incrementó 3.24%, pero la importación lo hizo en 26.99%.

Así, podemos ver que, en términos generales, los países que han incrementado su importancia en el comercio con México son los países con los que no tenemos TLC’s, increíblemente, a costa de la pérdida de importancia de aquellos con los que firmamos TLC’s.

Apuntes finales

El TLCAN era un proyecto que tenía como objetivo una integración comercial y productiva de México con sus socios. Desgraciadamente, este proceso no se dio debido a que no hubo una estrategia integral que permitiera a nuestro país mantener un marco sistémico en un nivel competitivo, ni para posicionarse y consolidar su presencia en el mercado regional.

La base de la política comercial fue la firma de TLC’s, mismos que nuestros altísimos promovieron con numerosos países señalando que México era una puerta de acceso al mercado norteamericano, el más grande del mundo y, en efecto, México se convirtió en un trampolín para muchos países, pues ante la pérdida de competitividad de la economía mexicana, el esquema de exportación mexicano impuesto por los altísimos funcionarios convirtió a nuestro país en un país maquilador de ensamble básico. Es decir, el sistema se basó en una creciente importación de insumos para reexportar con reducido y decreciente valor agregado, de tal manera que, en el período 1993-2018, el valor agregado mexicano en la exportación cayó de 59% a 37%.

Lo peor de este proceso es que en sectores en los que México era importante productor y líder mundial en la exportación, de acuerdo con datos proporcionados por BANCOMEXT, el valor agregado en dichos sectores se ha reducido a niveles ridículos como es el caso del textil y confección a 29%; en cuero, piel y calzado a 38%; en equipo médico 3.4%; autopartes 26%; en automotriz 26%; y en equipo de comunicación, de audio y video 0.7%, por sólo mencionar los más importantes para nuestra economía.

Sin duda, la política y la estrategia de comercio exterior debe ser sujeta a una revisión seria, para así poder abandonar la improvisación y simulación que las ha caracterizado en los 28 años más recientes y que se ha traducido en enormes retrocesos de nuestra economía, según se puede ver en el cuadro que presento a continuación, sobre las principales variables económicas de nuestro país.


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El comercio exterior de México en 2020

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Ellos se ríen de mí porque soy diferente.
Yo me río de ellos porque todos son igualitos.
Anónimo.

El 2020 fue un mal año para el comercio exterior de México debido a que la Exportación Total registró un decremento de -9.42%, porque sus dos componentes, la Exportación Petrolera y la Exportación No Petrolera, tuvieron decrementos de -32.99 y -8.01%.

En el caso de la Exportación Petrolera, la Exportación de Petróleo Crudo tuvo un descenso de -35.20%, en tanto que la Otra Exportación Petrolera lo fue de -18.44%.

Por lo que se refiere a la Exportación No Petrolera, dos de sus componentes, la Exportación Agropecuaria y la Exportación Extractiva presentaron símbolos positivos, pues su crecimiento fue de 3.19% y 19.68%, en tanto que la Exportación de Manufacturas decreció en -8.93%.

La Importación Total también decreció en -15.84%, debido a que los dos grandes rubros: la Importación Petrolera Total y la Importación No Petrolera Total decrecieron -33.47% y -13.8%, respectivamente.

Por lo que se refiere al destino de las importaciones, los tres rubros también registraron decrementos, ya que la Importación de Bienes de Consumo Final decreció -26.2%, y sus dos componentes, la Importación de Bienes de Consumo Petrolero lo hizo en -36.81%, en tanto que la Importación de Bienes de Consumo No Petrolero fue de -21.3%.

En el caso de la Importación Intermedia Total, el decremento fue -13.91% debido a que la Importación Intermedia Petrolera decreció -30.49%, en tanto que la Importación Intermedia No Petrolera lo hizo en -12.38%.

Finalmente, hay que señalar que la Importación de Bienes de Capital tuvo un decremento de -16.87%.

Como consecuencia de la evolución de las variables de exportación e importación, en el año 2019 y 2020, se han registrado importantes superávits en nuestra balanza comercial, mismos que ascendieron a 5,820 y 34,476 millones USD, respectivamente.

Comentarios

La debilidad que registró la Exportación Total de México, en el año 2019, con un decremento de 10,544 millones USD, se acentuó en el 2020 debido a la pandemia generalizada en todo el mundo y la disminución de las exportaciones se triplicó alcanzando una cifra de -43,446 millones USD, ya que la Exportación Petrolera disminuyó -8,572 millones USD, en tanto Exportación No Petrolera lo hizo en -34,874 millones USD.

Conviene señalar que, dentro de la Exportación No Petrolera, los rubros de la Exportación Agropecuaria y la Extractiva se incrementaron en 577 y 1,218 millones USD, mientras que la Exportación de Manufacturas tuvo un fuerte descenso con -36,669 millones USD.

En el 2019, la Importación Total registró un decremento de -8,982 millones USD y, en 2020, la Importación Total se redujo -72,101 millones USD porque todos sus componentes mostraron importantes decrementos.

Así, los dos grandes rubros: la Importación Petrolera Total decreció -15,799 millones USD y la Importación No Petrolera lo hizo en -56,302 millones USD.

La Importación de Bienes de Consumo Final disminuyó -16,028 millones USD, y la Importación de Bienes de Consumo Petrolera lo hizo en -6,685 millones USD, en tanto que la Importación de Bienes de Consumo No Petrolera cayó -9.342 millones USD.

Por lo que se refiere a la Importación Intermedia Total, el decremento fue de -49,023 millones USD; la Importación Intermedia Petrolera lo hizo en -9,113 millones USD; y la Intermedia No Petrolera alcanzó la cifra de -39,910 millones USD.

Finalmente, la Importación de Bienes de Capital se redujo en -7,050 millones USD.

Apuntes finales

El comercio internacional fue una de las víctimas de la pandemia sufrida en 2020. De acuerdo con los datos de la OMC, se estima un decremento de 9.2% que afectó a todos los países de la comunidad internacional.

En el caso de México, la ralentización que mostró nuestra exportación, en el año 2019, se ha visto agravada por la debilidad de la demanda internacional en 2020 de tal manera que su decremento fue de 9.42%, porcentaje ligeramente superior a la cifra registrada en el decremento del comercio mundial.

Para México, este decremento fue el segundo más importante del período 1993-2020 que, en valor, alcanzó la cifra de -43,446 millones USD, sólo superado por el año 2009, con 21.16% equivalente a -61,639 millones USD.

Es importante señalar que el sector más afectado en ambos años fue la manufactura. Esto porque en 2020 el descenso fue de -36,669 y, en el 2009, de -41,184 millones USD.

La contrapartida de este significativo decremento de la exportación es más negativa, ya que lo constituye la Importación Intermedia Total con -49,023 millones USD, cuyo descenso es un termómetro de la importante reducción de la actividad productiva en nuestro país, debido a la fuerte dependencia de la planta industrial en la importación de insumos, y como consecuencia de que la estrategia diseñada por nuestros funcionarios se ha basado en un esquema muy simplista e irresponsable de importar para reexportar con reducido valor agregado, convirtiendo a nuestro país en un maquilador básico, con características de ensamblador.

Esta situación se ha visto agravada por el fuerte decremento de la Importación de Bienes de Capital que fue -7,050 millones, lo que significa que hay poca confianza para invertir debido a las perspectivas poco halagüeñas de nuestra economía.

En este sentido, el hecho de que en los dos años más recientes se haya registrado un superávit creciente en nuestra balanza comercial, desgraciadamente no es algo muy satisfactorio y menos halagüeño, pues no es originado por un crecimiento sano de nuestras exportaciones, sino por un decremento muy importante de un elemento que mantiene a la planta productiva nacional en operación. Es decir, la Importación Intermedia correspondiente a insumos que se requieren para fabricar bienes de consumo para el mercado doméstico y para el de exportación, debido a que muchos de esos bienes no pueden ser producidos competitivamente en nuestro territorio, como resultado del marco sistémico tan deficiente que padecemos crecientemente.

Hoy, más que nunca, en los 28 años más recientes es necesario definir una estrategia para reanimar nuestro comercio exterior a fin de contrarrestar los efectos de la pandemia que tanto nos ha afectado, pero, sobre todo, para evitar la simulación que caracterizó a la promoción del comercio exterior durante la vigencia del TLCAN, y así lograr un desarrollo sano del comercio exterior mexicano en el marco del T-MEC, con la finalidad de estar en condiciones de aprovechar la reestructuración que está sufriendo el comercio internacional.

Conviene señalar que, durante el período de vigencia del TLCAN, vivíamos en una zona de confort; éste era un acuerdo muy amigable, distinto al del T-MEC, en que las condiciones son más demandantes y estrictas, por lo que será más difícil cumplir con las condiciones impuestas en la renegociación del Tratado, principalmente en relación con las provisiones laborales y el valor de contenido nacional.


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Muy buena suerte, Embajador Esteban Moctezuma Barragán

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Ellos se ríen de mí porque soy diferente,
yo me río de ellos porque todos son igualitos.
Anónimo.

Prácticamente, desde el final de la Segunda Guerra Mundial, América del Norte ha sido el bloque más importante del mundo y, en el 2001, logró su máxima participación en el PIB Mundial, año a partir del cual su importancia ha decrecido al pasar de 35.89% a sólo 28.05% en 2020. Esto, como consecuencia de que la integración comercial y productiva propuesta en el TLCAN fue un fracaso, como también lo fue la generación de mayor valor agregado en la región.

No dudo de la capacidad y buena intención de Embajador Esteban Moctezuma Barragán para realizar una excelente labor al frente de la Representación más importante que tenemos en el exterior, sin embargo, la carencia total de una estrategia para aprovechar las ventajas negociadas en el TLCAN ha impedido lograr el objetivo deseado.

Tampoco dudo de que, a pesar de las cualidades, la  buena voluntad y la labor que desempeñará el nuevo embajador mexicano en Estados Unidos, seguiremos perdiendo participación en el PIB mundial y en el mercado norteamericano, pues mucha falta le hará un apoyo adecuado desde México, ya que la simulación y la improvisación prevaleciente en materia de fomento, de comercio exterior y en la promoción de la exportación y la IED durante los 26 años más recientes, ha sido un factor negativo que deberá eliminarse para poder cumplir con los objetivos planteados.

Lo más deprimente de este período es que, de los tres países socios del TLCAN, el que más ha perdido ha sido México debido a que, como parte integrante del universo de las 20 principales economías del mundo, entre 2001 y 2020, nuestro país obtuvo la segunda tasa de crecimiento más baja con 37%, en tanto que la economía mundial creció 148%.

A la vez, México tuvo el peor nivel de crecimiento del PIB per cápita con sólo 7% de este selecto grupo de 20 países.

En el mismo período, México cayó del 8º a 16º lugar como economía mundial habiendo sido superado por lo países que he marcado con amarillo en el cuadro que se presenta a continuación y, en el PIB per cápita cayó de 42º al 76º.

De todo corazón, le deseo la mejor de las suertes al Lic. Moctezuma Barragán, y que su gestión sea muy superior a la de sus antecesores en esa importante misión en beneficio de todos los mexicanos.


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México celebra estudio que permite seguir exportando arándanos azules a USA

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Tras un estudio, la Comisión de Comercio Internacional de Estados Unidos (USITC) votó en favor de las importaciones de arándanos azules provenientes de México, señalaron que estas no causan daño ni amenaza a la industria de Estados Unidos.

En ese sentido, la USICT determinó que las exportaciones mexicanas complementan la producción doméstica y contribuyen a que los consumidores de Estados Unidos disfruten de este producto durante todo el año

El Gobierno de México, por medio de la Secretaría de Economía, la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural y la Embajada de México, se comprometió a trabajar de forma coordinada con el Senado de la República y el sector privado en defensa de los intereses comerciales de la industria agroalimentaria de México.

México reiteró su disposición a continuar trabajando estrechamente con sus socios comerciales del T-MEC para fortalecer la integración productiva de América del Norte e impulsar la recuperación económica de la región.

La importancia de la industria de arándanos azules es vital para nuestro país, en 2019 esta exportó US$ 291 millones y ofreció empleos a más de 60 mil trabajadores en ese periodo.

México-Alianza del Pacífico: continúa la decepción profunda

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En los primeros 11 meses del año 2020, la exportación mexicana a los países que integran la Alianza del Pacífico registró un decremento de -25.46%, es decir, disminuyó -1,560 USD en relación con el año 2019.

La importación procedente de esos países también registró un decremento mismo que fue de -26.61%, equivalente a -929 millones USD.

Se podría decir que, tradicionalmente, la exportación total de México a esos países en los primeros once meses del año mostró una tendencia creciente, misma que llegó a la cifra récord de 8,685 millones USD en el año 2012, precisamente, el año en que entró en vigor al Acuerdo de la Alianza del Pacífico, mismo que se fijó como objetivo lograr una Integración Profunda.

Paradójicamente, a partir de ese año, las exportaciones mexicanas han mostrado una tendencia decreciente misma que en el 2020 llegó al nivel más bajo del período 2012-2020 con 4,567 millones USD, y registró un decremento de 1,560 millones USD en el 2020, siendo el más alto del período.

Las importaciones procedentes de ese bloque también mostraron una tendencia creciente en el período alcanzando su máximo nivel, antes de la entrada en vigor del Acuerdo de la Alianza del Pacífico, en 2008, con 3,815 millones USD, año a partir del cual se presentan importantes variaciones con una tendencia descendente. Sin embargo, en 2018 se registra el récord de importación para el período de vigencia del Acuerdo con 3,697 millones USD.

Como consecuencia, esto también ha generado importantes variaciones en el saldo de la balanza comercial, el cual en el período 1999-2006 fue deficitario para México y, en el resto del período 1993-2020, fue positivo para nuestro país. En el año 2012, primer año de vigencia del Acuerdo, México registró el mayor superávit con el bloque, mismo que alcanzó la cifra de 6,130 millones USD. No obstante, a partir de ese año muestra una tendencia decreciente, alcanzando la cifra más baja en el año 2020 con sólo 2,005 millones USD, lo que podríamos calificar como una decepción profunda.

Como resultado de la evolución de estas variables, en general, México tuvo una tasa de cobertura positiva de 1993 al 2020, excepto en ocho años que comprenden el período 1999-2006. El máximo nivel fue en el año 1996, con 360% y, en el año 2012, el segundo nivel más alto con 340%. Pero, a partir del 2013, la tasa de cobertura muestra una tendencia decreciente hasta caer a 178% en 2020.

Además, en los nueve años de vigencia de la Alianza del Pacífico, la tasa de cobertura fue consistentemente decreciente, pues pasó de 340% en 2012, a 178% en 2020, con un porcentaje de sólo 177% para el período completo.

Comentarios

La evolución de los intercambios comerciales con los países de la Alianza del Pacífico a partir del 2012, año en que entró en vigor el Acuerdo de la Alianza del Pacífico, nos muestra una tendencia muy pronunciada de decremento en nuestras exportaciones, mismas que en el período pasaron de 8,685 millones USD en 2012, a 4,567 millones en 2020, es decir, hubo un decremento de -47.42, equivalente a -4,118 millones USD.

Por lo que se refiere a las importaciones, aunque hubo un importante incremento de 2012 al 2018, en que pasaron de 2,555 millones USD a 3,697 millones USD, para el año 2020 sólo alcanzaron la cifra de 2,562 millones USD.

Para el período 2012-2020 en que ha estado en vigor el acuerdo de la Alianza del Pacífico, el incremento de las importaciones fue de sólo 7 millones USD, sin embargo, se puede señalar que las distancias y diferencias de las cifras de comercio exterior de México con esos países se han venido acortando, fundamentalmente, por la reducción de las exportaciones mexicanas a esos países.

Apuntes finales

El importante decremento de las exportaciones mexicanas a la Alianza del Pacífico contrasta con la relativa estabilidad de las importaciones procedentes de ese bloque.

Esta dispar evolución se manifiesta en la reducción del saldo favorable para México mismo que pasó de 6,130 millones USD en 2012, a 2,005 millones USD en 2020, período en el que la tasa de cobertura se redujo grandemente al pasar de 340% a sólo 178%.

También hay que señalar que la importancia de la Alianza del Pacífico en nuestro comercio exterior ha decrecido pues, si en el año 2011 absorbía el 2.6% de nuestras exportaciones, para el año 2020 sólo alcanzó el 1.22% y, por el lado de las importaciones nos proveyó el 1.66% en el año 2006, sin embargo, para el 2020 sólo lo hizo en 0.7%.

Lo que durante largo tiempo se consideró como supremacía de México en la relación con los países de América del Sur, incluyendo a los ahora miembros de la Alianza del Pacífico, se atribuyó a un supuesto mayor grado relativo de desarrollo de nuestro país, mismo que se ha venido reduciendo de una manera dramática como consecuencia de un grave proceso de desindustrialización que hemos sufrido a partir del año 2000.

El factor determinante de este proceso de deterioro es no contar con un marco sistémico que ayude a la planta productiva nacional a elaborar bienes en un nivel competitivo, ya que a partir de ese año se ha generado una importante fractura de las cadenas productivas en nuestro país.

Esto ha orillado a importar insumos de manera creciente, fundamentalmente de Asia, para producir bienes orientados al mercado interno y al de exportación, con reducido y decreciente valor agregado, mismo que en el período 1993-2018 descendió de 59% a 37%.

Lo más sorprendente y deprimente es que, de acuerdo con información proporcionada por BANCOMEXT, en sectores en los que tradicionalmente éramos muy eficientes y hábiles, pues producíamos y exportábamos en grandes cantidades siendo líderes a nivel mundial, el valor agregado ha caído a niveles ridículos como es el caso del textil y la confección con 29%, equipo médico 3.4%, automotriz 26%, equipo de comunicación 0.7% y equipo de audio 0.7%, entre otros.

La situación generada en los 26 años más recientes en materia de comercio exterior ha sido caótica y la única posibilidad de evitar que continúe este enorme retroceso es abandonar la improvisación y la simulación, y definir una estrategia integral realista que incluya políticas públicas en materia de competitividad, fomento, comercio exterior y promoción de las exportaciones e inversión extranjera directa.


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Continúa el desastre de México en el TPP-11

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Como señalé en mi artículo México y el TPP-11: Crónica de un desastre anunciado, la relación comercial de México con sus seis nuevos socios del TPP-11 se ha caracterizado por una muy reducida exportación mexicana hacia esos países, misma que durante los primeros 11 meses de los dos años de operación, continúa mostrando resultados negativos, ya que en 2019 y 2020 hay un decremento de nuestras ventas en relación con 2018, de -480 y -742 millones USD, respectivamente, totalizando -1,222 millones USD menos.

Para los primeros 23 meses de vigencia del TPP-11, el decremento de nuestros envíos a esos países fue de -1,538 millones USD.

Por el contrario, las importaciones procedentes de esos países en 2019 registraron un incremento de 3,580 millones, mientras que en 2020 hubo un decremento de -134 millones USD. Sin embargo, el incremento en relación con el año 2018 totalizó 3,446 millones USD.

Como consecuencia de este negativo proceso, el déficit para los primeros 11 meses de 2019 y 2020 fue de -15,955 y -16,083 millones USD, es decir, -4,060 y -4,188 millones USD superior al de 2018, lo que representó un incremento del déficit de -8,248 en 22 meses. Para los 23 meses de vigencia, el déficit acumulado fue de -33,685 millones USD.

Comentarios

La firma del TLCAN fue el resultado de un proceso lógico de formación de bloques que se estaba realizando en el concierto internacional y una desregulación que implicó una apertura comercial muy necesaria.

Es relevante señalar que México tenía enormes ventajas comparativas en este proceso, sobre todo por su experiencia y habilidades en la manufactura, además de que era el vecino más cercano a los dos países que constituían el mercado más importante del mundo.

Esto había convertido a México en un país muy competitivo que, además, tenía una enorme complementariedad con sus socios del TLCAN, motivo por el cual lo habían considerado como un socio estratégico.

Canadá y Estados Unidos también constituían el mercado de importación más grande del mundo, con un muy alto nivel de vida y con el que habíamos logrado un trato preferencial para nuestros bienes, servicios y la IED (Inversión Extranjera Directa).

Desgraciadamente, la competitividad que México había alcanzado por las reformas realizadas en los 80 y principios de los 90, no pudo ser sostenida, debido a que durante el período de Ernesto Zedillo no hubo reforma alguna que contribuyera a ello y, a partir del año 2000, cuando se agotaron los beneficios de las reformas antes señaladas, la pérdida de competitividad fue enorme.

Esto, aunado a la carencia de una estrategia para ubicar y consolidar la posición de México en la región del TLCAN, al nulo desarrollo de las ventajas competitivas, así como a la carencia de programas que permitieran aprovechar las supuestas ventajas negociadas y cumplir con los acuerdos paralelos en materia de medio ambiente. Y, principalmente, con los estándares laborales –a través de los cuales se hubiera logrado mayor productividad y mejores ingresos para los trabajadores mexicanos– se generaron enormes retrocesos en la economía mexicana.

Conviene señalar que, en marzo 1991, Labour Canada elaboró el estudio Comparison of Labour Legislation of General Application in Canada, The United States and Mexico, mismo que yo, siendo Consejero Comercial de México para Quebec y las Provincias Marítimas de Canadá, inmediatamente envié a BANCOMEXT, a la SECOFI, al Consejo Empresarial Mexicano de Asuntos Internacionales (CEMAI), a la Secretaría del Trabajo, a diversos organismos empresariales y al Embajador de México ante la Organización Mundial del Trabajo, a fin de que se tomara en cuenta para hacer convergente nuestra legislación con la de Canadá y Estados Unidos, así como para incrementar la competitividad de México, favorecer la creación de empleos y elevar el nivel de vida de la población.

Desgraciadamente, al parecer nada de su contenido fue tomado en cuenta y, como siempre, en 2019, les agarraron las prisas a nuestros funcionarios para cumplir con los términos que exigía el T-MEC y se pusieron a “trabajar” a la trompa y talega en la materia.

La situación fue agravada por la firma compulsiva de TLC’s con otros 46 países y por una desgravación unilateral totalmente ilógica, de tal manera que México empezó a registrar un déficit comercial creciente y con un mayor número de países, incluyendo a aquellos con los que no había firmado TLC’s.

En este sentido hay que señalar que, en su mayor parte, el dinamismo que ha presentado la exportación mexicana ha sido originado por empresas transnacionales radicadas en México que, a través de políticas corporativas muy exitosas, realizan operaciones intrafirma utilizando a nuestro territorio como un centro de costos y añadiendo reducido valor en sus procesos de maquila, aunque, también hay que señalar que ha habido empresas netamente mexicanas que han podido compensar las enormes desventajas estructurales de la economía mexicana con base en su enorme productividad a través de inversión y la utilización de tecnología de punta.

El enorme déficit generado en la relación comercial con los 6 nuevos socios del TPP-11, nos dice que México no estaba preparado para afrontar este ilógico compromiso en el mercado internacional como tampoco lo estuvo para firmar TLC’s con la mayor parte de los otros 46 países con los que se habían firmado estos instrumentos, simplemente, porque el deficiente marco sistémico no permitiría a la planta productiva nacional producir en un nivel competitivo.

Lo peor es que, por andar firmando TLC’s con quien se dejara, no se aprovechó la ventaja de tener un trato preferencial con los países de TLCAN y, por tanto, no se logró la ansiada integración comercial y productiva con nuestros vecinos, así tampoco se generó mayor valor agregado en el país y en la región, pues especialmente, a partir del año 2000, ha sucedido todo lo contrario.

Apuntes finales

Los antecedentes negativos que se presentaron en comercio exterior durante 26 años, no fueron suficientes para poner en alerta a los teóricos y funcionarios a fin de evitar que continuaran con la firma compulsiva de TLC’s, especialmente con los que serían los 6 nuevos socios de México en el TPP-11 pues, estos países, son mucho más competitivos que México.

En el año 2019, de un total de las 140 variables que miden la competitividad de México con esos países, sólo tenemos ventaja en 18 y una desventaja total de 122.

Especial referencia hay que hacer a la pésima calidad de las instituciones públicas y sus 5 agregados, debido a que esto significa que en México no hay capacidad para establecer políticas públicas realistas que incidan en el positivo desarrollo del país, así como tampoco hay capacidad para definir programas y proyectos coherentes con visión a largo plazo. Como consecuencia, el resto de las variables también reciben pésima calificación.

Durante el primer año de operación del TPP-11, el incremento del déficit y de los países con los que se registra este desbalance es manifiesto pues, la negativa situación originada por el deficiente marco sistémico en México no ha permitido a la planta productiva nacional trabajar en un nivel competitivo, por eso, en el año 2019, se añadieron 3 países al universo con el que tenemos déficit y el mismo se incrementó en -183,388 millones US.

A pesar de esta deplorable situación, los teóricos del comercio exterior mexicano continúan con la aplicación de sus dogmatismos y ahora nos hablan de coordinar la implementación sin problemas de la federación Transpacífica y ampliar la membresía del Tratado de Libre Comercio de 11 partes, misma que contempla a la Gran Bretaña, China y Corea, países con los que tampoco podremos obtener ganancia alguna pues, en el período 1993/2019, acumulamos un déficit de -983,273 millones US, lo que confirma el desastre anunciado al añadirlo a nuestro déficit con el resto de países con los que hemos firmado un TLC y para alcanzar un déficit total de -1,880,399 millones US en el año 2019.

Apoyar la ampliación de membresía del TPP-11, sin duda alguna, es un acto de irresponsabilidad total que en nada beneficiará a nuestro país pues, en México, el marco sistémico en el que las empresas mexicanas tienen que trabajar no ofrece grandemente las condiciones para producir en un nivel competitivo y, menos, para poder enfrentar un reto a todas luces desfavorable a nuestro país y que continuará dañando a la planta productiva nacional y al bienestar de los mexicanos.


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México: Terrible Balance del Comercio Exterior con China enero-noviembre de 1993 a 2020

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Ellos se ríen de mí porque soy diferente,
yo me río de ellos porque todos son igualitos.
Anónimo.

Durante los primeros 11 meses de casi todos los años del período 1993-2020, las exportaciones mexicanas a China presentaron una tendencia ascendente y, en estos 28 años, su valor se incrementó de 43 a 7,203 millones USD.

La exportación mexicana en este período, sólo en siete ocasiones registró decrementos siendo 2015, el año en que se presentó la disminución récord de -1,149 millones USD, en tanto que el récord en el incremento fue en el año 2010 con 1,670 millones USD, seguido de 2011 con 1,669 millones USD, y 2017 con 1,281 millones USD, en tanto que, en el año 2020, a pesar de la crisis registrada desde el año 2019, hubo un incremento de 744 millones USD, lo que lo ubica en el cuarto lugar de incremento en valor.

En los primeros 11 meses de 2020, de los 100 principales productos exportados, los cinco que mayormente incrementaron sus ventas en relación con el total del año 2019 fueron: minerales de cobre, carne de cerdo, circuitos modulares, minerales de plomo y minerales de molibdeno tostados que, en conjunto representaron 745 millones USD. Le siguen las partes automotrices, los convertidores catalíticos, cajas de velocidades automáticas, partes troqueladas para automóviles y minerales de metales preciosos que, en total, se incrementaron en 99 millones USD.

Los cinco productos que mayor decremento registraron en sus ventas fueron los camarones, cerveza, frutos con cáscara, minerales de plata y vehículos de cilindrada de 1,500 a 3,000 cm³ con un total de -474 millones USD, seguidos de computadoras portátiles, celulosa sin plastificar, demás frutos de cáscara, PVC de alta densidad y conjunto diferencial integral por un total de 253 millones USD.

Las importaciones también registraron una tendencia ascendente, pero con incrementos mucho mayores, ya que de 1993, en que la cifra fue de 358 millones USD, pasó a 66,232 millones USD en 2020.

Los cinco principales productos que mayor incremento registraron en 2020 fueron teléfonos celulares, dispositivos de cristal líquido, artículos textiles confeccionados, antenas y reflectores de antenas, y partes para computadora que en conjunto representaron un incremento de 2,417 millones USD; seguidos de tarjetas de memoria, ensambles de pantalla plana, insumos y materias primas, circuitos modulares y otros productos, Regla 8ª, por un total de 595 millones USD.

Los cinco principales productos con decrementos fueron también teléfonos celulares, circuitos modulares, unidades de memoria, automóviles de 1,000 a 1,500 cm³ y partes para computadoras con un decremento total de 6,048 millones USD; seguidos de generadores, circuitos integrados híbridos, gasolina, mercancías para el Programa de Promoción de la Industria Electrónica y receptores de microondas por un total de 1,855 millones USD.

Como consecuencia de esta dispar evolución, el déficit comercial de México con China pasó de -315 millones USD en 1993, a -59,028 millones USD en 2020.

Comentarios

Durante el período 1993-2020, la tendencia creciente de las exportaciones mexicanas a China estuvo caracterizada por pequeños incrementos anuales, de tal manera que el crecimiento total de las exportaciones fue de 7,160 millones USD. En dicho período las exportaciones acumularon un total de 72,689 millones USD.

Contrariamente, las importaciones procedentes de China registraron incrementos muy superiores que determinaron un crecimiento de 65,874 millones USD, con un total acumulado de 839,517 millones USD, equivalente al 81% del PIB total de México en el año 2020.

Como consecuencia de esta evolución, el déficit comercial de México con China creció -58,713 millones, debido a que pasó de -315 millones USD en 1993, a -59,028 millones USD en 2020, y acumuló un total de -766,830 millones USD para el período, mismo que equivale al 74% de nuestro PIB total de 2020.

Conviene señalar que, de los cinco bienes que registraron mayores incrementos en su exportación a China, cuatro corresponden a materias primas, es decir, productos con reducido valor agregado y, sólo los circuitos modulares, son bienes con alto grado de procesamiento. En lo que corresponde a los que mayor decremento registraron en su exportación, tres corresponden a reducido grado de procesamiento, en tanto que dos son de alto valor agregado: cerveza y automóviles de cilindrada de 1,500 a 3,000 cm³.

En lo que se refiere a las importaciones, todos se caracterizan por ser productos de alto grado de valor agregado, tanto para los productos que registraron mayores incrementos como decrementos.

Apuntes finales

La evolución de los intercambios comerciales con China ha tenido resultados negativos para México, lo que nos habla de la carencia de una estrategia mexicana para acceder al mercado que mayor desarrollo económico ha tenido en los 30 años más recientes.

Asimismo, pareciera que nada se hizo para reducir el volumen de importaciones de China y producir “algo” en nuestro país; por el contrario, se favoreció la importación de cualquier origen mediante la adopción de una desgravación unilateral totalmente ilógica, misma que en el caso de China se señalaba que no era perjudicial, pues en un 65% se trataba de insumos que se utilizaban para fabricar productos de exportación.

Sin duda, esta última afirmación es totalmente cierta, pero que se utilizó, fundamentalmente, para disfrazar el fracaso de la estrategia de competitividad, de fomento y de comercio exterior que se adoptó, sustentada en un liberalismo dogmático basado en el axioma de la mejor política industrial es la que no existe y cuya manifestación más precisa es la simulación y la improvisación, mismas que han sido muy perjudiciales para nuestro país.

Lo más negativo de este proceso fue que no se atendió adecuadamente la evolución de China como economía mundial y, si hablamos de los deseos de lograr una integración y una diversificación sana de nuestro comercio exterior, lo único que se ha conseguido con China, es una integración comercial basada en la creciente importación de bienes de consumo e insumos para reexportar con reducido valor agregado.

Más aberrante es que tampoco se diseñó una estrategia integral y realista para lograr la integración comercial y productiva regional con Canadá y Estados Unidos, y lo que aparentemente ha sido un éxito por el superávit que se ha registrado con sus socios del TLCAN, resulta engañoso y negativo, pues el porcentaje de importaciones que tradicionalmente realizábamos de nuestros socios del TLCAN, ahora lo importamos de Asia, principalmente de China, para reexportar a nuestros socios del TLCAN.

Como consecuencia de este negativo proceso, es que ahora también importamos bienes producidos por empresas norteamericanas que trasladaron sus procesos de manufactura a Asia, principalmente a China, para reexportar con reducido y decreciente valor agregado en nuestro territorio, hacia Canadá y Estados Unidos, lo que contribuye enormemente a generar ese engañoso superávit que tanto se cacarea.

Sin duda, ahora más que nunca, es necesario que se defina una estrategia teniendo como referencia al T-MEC, a fin de aprovechar la reestructuración que se presentará en el mercado internacional por los conflictos entre China y Estados Unidos, y por la pandemia que aqueja al mundo.


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