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Las Paredes Gritan: tome su caseta o robe… no hay gobierno

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Robos y tomacasetas

Si hay alguien que nos miente y habla de puras fantasías es Alfredo del Mazo, gobernador del Estado de México (Edomex).

Imagine vivir en el Edomex y que por razones del destino todos los días, sin falla, tiene que utilizar el Circuito Exterior Mexiquense que comunica Chalco con Ecatepec. Es una zona de muy alto riesgo.

“Autoridades de seguridad pública alertaron que el reforzamiento de la vigilancia en autopistas ha provocado un ‘efecto cucaracha’ en los grupos que antes tomaban las casetas y que ahora asaltan a automovilistas” (Reforma, 22/X/2020).

Se trata de 45 kilómetros de ese Circuito en donde diariamente hay grupos dedicados a asaltar a los automovilistas.

“De los kilómetros 39 a 84, que abarcan los municipios de Ecatepec, Atenco, Neza, Los Reyes, Chicoloapan, Chimalhuacán, Texcoco y Chalco, los asaltos y actos vandálicos contra los automovilistas han ido al alza” (Ibid.).

Según los reportes de la Guardia Nacional se denuncian hasta nueve atracos cada mes en esa carretera. ¿De dónde son los delincuentes? Se dice que están asociados a la “toma de casetas”, de acuerdo con investigaciones federales.

Taxistas, transportistas, ferieros y hasta el Grupo Juvenil, de Guerrero, Liberación de Presos Políticos, están inmiscuidos. Las autoridades del Edomex tienen un absoluto desorden en el área de justicia.

El gobernador, Alfredo del Mazo, rindió su tercer informe de gobierno y, como no queriendo, se hizo a un lado de la Alianza Federalista que manejan los gobernadores opositores a AMLO, por lo que decidió centrarse en sus acciones locales de gobierno.

Alfredo del Mazo, comic
Imagen: Mientras tanto en México.

Y mencionó: “Hemos realizado más de 3 mil 800 Operativos Rastrillo, en estos 3 años, más de 31 mil 400 operativos en el transporte público, este trabajo de inteligencia, de uso de tecnología, tenemos ya más de 19 mil cámaras de video vigilancia instaladas en el estado” (Reforma, 27/X/2020).

Por lo que no está por demás preguntar: Si hay tantas cámaras, ¿por qué demonios no funcionan?… NPI.

En el Edomex no sólo abundan los delincuentes. También está lleno de empleados públicos irresponsables y corruptos. El Sistema Judicial en el Edomex está podrido. En el Edomex los pobres están obligados a pagar por su libertad frente a la corrupción de sus funcionarios.

Recientemente me enteré de la detención, por parte de la Guardia Nacional, de un joven que vive en una de las zonas más pobres de Cuautitlán. Él cayó preso en un operativo. Estaba con dos colegas del barrio (ambos con antecedentes penales) y fueron detenidos sorpresivamente. Los llevaron al Ministerio Público. Sus dos colegas fueron detenidos junto con él.

No había delito. No había denuncia. Sólo una sospecha. Él alegó su inocencia. Nunca había sido detenido. Y, además, en esta ocasión, no tenía dinero para pagar un abogado que lo defendiera. El Ministerio Público le dijo a su mamá que con 40 mil pesos podían desaparecer el acta para que quedara libre… Pero no tenía el dinero.

El defensor de oficio le dijo que no se preocupara, que sólo estaría 4 meses en la cárcel y luego saldría libre. En la cárcel, todo tiene precio. Todo se vende… O te hacen pagar por ello.

En el informe del gobernador nada de esto aparece. Nada de lo que sucede se menciona. La distancia entre el discurso político y la realidad no tiene relación.

El Edomex tiene récord en feminicidios y su gobernador inventó una Secretaría de la Mujer… ¿Para qué demonios servirá?

La corrupción, la impunidad, los abusos y la violencia infectan al Estado de México.

En el Edomex la vida pasa… si es que antes no te matan.

casetas de cobro
Ilustración: Guerrerohabla.com.

Las tomas de casetas

Las tomas de casetas se volvieron con la crisis económica un jugoso botín.

AMLO dijo el 12 de diciembre de 2017, como parte de su campaña: “Al margen de la ley, nada; y por encima de la ley, nadie”. Sabias palabras… si fueran ciertas. Pero la realidad es otra.

Las tomas de casetas se volvieron cotidianas, sin que la policía o la Guardia Nacional intervengan. Son tan frecuentes que lo mismo suceden en Palmillas, Querétaro que, en Salamanca, Guanajuato, La Venta, Guerrero, o en Tlalpan, en la Ciudad de México.

El caso de la CDMX es interesante ya que lleva muchos días tomada por distintos grupos. La organización civil Zapata Vive tomó la caseta de Tlalpan para exigir la liberación de Kenia Hernández, coordinadora de esa agrupación, quien está presa en un penal de Morelos por “delitos de ataques a las vías de comunicación”.

La caseta de Tlalpan pasó de ser una plaza de cobro a automovilistas a convertirse en la “base” de operaciones del Colectivo Libertario Zapata Vive.

“Los integrantes de Zapata Vive son apoyados por otros colectivos como ‘Resistencia Civil Pacífica’ (RCP), agrupación que también libera de manera constante el peaje en casetas de cobro de la autopista México-Pachuca y sus diversos ramales al Circuito Exterior Mexiquense, de acuerdo con reportes de la Guardia Nacional” (Reforma, 27/X/2020).

robo casetas de cobro
Kenia Hernández (Imagen: AD Noticias).

Unos cuarenta miembros de los colectivos dan paso libre a los conductores, pero piden una cooperación para liberar a Kenia Hernández. Montaron carpas y tiendas. Y se instalaron a vivir en la caseta.

Kenia fue detenida el 18 de octubre en Amozoc, Puebla, por el delito de “robo con violencia en el Estado de México”. Sus abogados lograron su libertad condicional en el Edomex, pero nuevamente fue acusada y enviada a Guerrero. El lunes llegó a la prisión de Morelos.

¿Qué sucede? Ya encontraron una nueva forma de delinquir. Protegidos por un gobierno ausente.

¿Hasta dónde llegaremos?… NPI.

La CAPUFE

Dice Caminos y Puentes Federales (CAPUFE) de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) que las pérdidas por día en las tomas de caseta son de 1.5 mdp.

Si lo multiplicamos por 84 días tomadas, el saldo es de 126 mdp.

¡Que viva el desorden!

La Cueva del Delfín

El PRI le pidió a la Secretaría de Hacienda que pague el juicio de Cienfuegos. ¿Por qué pagar nosotros? Ese dinero debería salir de las incalculables fortunas de los priistas. ¡Tienen de más!

¡Vientos huracanados!, si no me mandan a vivir en Chimalhuacán nos veremos por acá la próxima semana.


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Aumenta incidencia delictiva después del confinamiento

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El Reporte sobre incidencia delictiva brindado por el Observatorio de la Ciudad de México (OCMX), indica que en este 3er trimestre de 2020, con el regreso a la nueva normalidad y el desconfinamiento paulatino, los índices delictivos de la capital del país, subieron a 16 delitos en comparación con el trimestre pasado.

Francisco Rivas, director general del Observatorio Nacional Ciudadano (ONC), recordó que cuando la capital mexicana se mantuvo en alerta sanitaria con semáforo en rojo, en los meses de marzo a junio hubo una reducción considerable de movilidad lo que mantuvo un nivel bajo en incidentes delictivos:

“La baja afluencia a los centros de trabajo, el cierre de espacios públicos, tiendas,
mercados y oficinas fueron factores en la caída de la incidencia delictiva
reportada”, detalló.

Sin embargo, desde que la capital del país comenzó a retomar actividades normales a finales de julio, la alza en ciertos delitos coincidió con la reapertura de la nueva normalidad.

Entre los delitos que más hubo reporte se encuentran: el robo en transporte público, el robo a transeúnte, el robo a casa habitación, el robo de vehículo y el robo a negocio.

El Reporte del OCMX señala que en comparación con el segundo trimestre de este año, la tasa de robo en transporte público incrementó 68.31%, robo a casa habitación creció un 51.48% y robo a transeúnte aumentó 48.66%.

Esta situación, destacó Francisco Rivas, se repite en todas las alcaldías de la ciudad, es decir, los resultados de los incrementos al terminar el periodo de la “sana distancia” ponen en evidencia que la reducción en las tasas no fue producto de alguna estrategia tomada por las autoridades capitalinas, sino un efecto de la contingencia sanitaria.

Por otro lado, la tasa de violencia familiar aumentó 5.8% en la capital y 3.6% en el
país. Asimismo, la tasa de homicidio culposo creció en la capital 0.28% respecto
al mismo periodo del año anterior.

El cambio más relevante a nivel local fue la disminución de la extorsión y del
secuestro respecto al año pasado. La tasa de extorsión local bajó 65% y la tasa
del secuestro 70.7%. Asimismo, las tasas de ambos delitos decrecieron a nivel
nacional respecto al mismo periodo de 2019.

El crimen organizado dueño del país

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Por más que se diga lo contrario, nuestro país está siendo dominado por poderosos grupos criminales, quienes generalmente se identifican como “cárteles” del narcotráfico. En los últimos años se han disputado las plazas y el negocio de las drogas, los bandos delictivos conocidos son: “Los Zetas”, “El Cártel del Golfo”, “La Familia Michoacana”, “Guerreros Unidos”, etc. Actualmente se encuentran en un proceso de restructuración, todos son parte de la llamada delincuencia organizada; sin embargo, hoy por hoy han adquirido una fuerte presencia por su alta criminalidad “El Cartel Jalisco Nueva Generación” (CJNG), “El Cártel de Sinaloa”, inclusive, el conocido como “Santa Rosa de Lima”.

Cuando se formuló la histórica ley contra el crimen organizado, varios académicos expresaron su crítica, señalando que era absurdo pensar en esa denominación, más aún que se les diera ese trato jurídico a criminales de alto relieve, dijeron se les debe identificar simplemente como pandillas o asociaciones delictivas. Hubo quienes en tono irónico enunciaron que sólo faltaba pedirles acudieran ante notario público y solicitar su registro oficial, algo que por supuesto resultaba inadmisible. De lo que no hay duda en la actualidad, es lo correcto de su denominación, “delincuencia organizada”, tienen y lo sabemos, una ordenación con niveles jerárquicos, estatutos y códigos de conducta, donde se señalan derechos y obligaciones de sus integrantes.

En estos organigramas hay un jefe máximo, que es el equivalente a un director general, subdirectores, jefes de departamento, pasando por encargados y responsables de zonas geográficas. Las subdirecciones atienden diversos tipos de delito, hay una encargada de la compra y venta de estupefacientes; otra responsable de secuestros; la hay también del cobro de protección, a la que se le llama derecho de piso. Otra oficina importante se refiere al capítulo de disciplina, sanciones y represalias, donde se castiga severamente el tema de la traición, donde la consecuencia es la pena de muerte. Por supuesto, también se maneja el asunto de la “guerra” contra sus opositores, ahí se ha institucionalizado la figura del “ajuste de cuentas”. Por cierto, esta aseveración es utilizada sistemáticamente por la autoridad, para no investigar a fondo y lavarse las manos cuando se trata de homicidios brutales, donde el descuartizamiento, pasando por evidentes actos de crueldad y sadismo, son frecuentes. Esas carpetas, por cierto, de investigación se mandan automáticamente al archivo, bajo el argumento de que se trata de “ajustes de cuentas” entre bandas rivales.

violencia y crimen en Mexico
Imagen: The New York Tiimes.

Sin duda el mando encargado de perseguir a los bandidos ha entrado en componendas descaradas con los “cárteles”, por ello, actúan impunemente. Para justificar actos de gobierno, de vez en cuando detienen a algún “capo” de medio pelo, al que previamente se le ha hecho fama de ser el dirigente máximo, pero en ocasiones es toda una faramalla, basta con observarlos y precisar que son malhechores de bajo nivel intelectual, incapaces de dirigir una organización criminal.

Hay casos de excepción y, en efecto, si se detiene al cabecilla más importante, de manera inmediata se le sustituye, el que funge en segundo lugar asciende a director. Tampoco escapa la posibilidad de que el cártel cambie de nombre, para tratar de engañar a la sociedad e incluso se ha llegado a decir que se acabó con ese grupo criminal.

Se dirá y, con razón, que en todo el mundo hay cárteles y, por tanto, México no puede ser la excepción, la diferencia es que en otras latitudes no llegan a ser tan poderosos como sucede en nuestro país; aquí son los que imponen a los jefes policíacos principalmente a nivel municipal y estatal; a cambio de ello entregan a gobernantes, presidentes y demás funcionarios, cantidades impresionantes. En el ámbito federal, no hay mucha diferencia, solo téngase presente, en el tema de drogas hay una ganancia de más de 500 mil millones de dólares anuales, circunstancia que deja claro que con el manejo de tales montos inimaginables, tienen la capacidad de comprar hasta la más férrea voluntad de funcionarios, sea vía directa o a través de familiares; nunca se acabará el narcotráfico, porque, además, cada vez los dependientes de la droga se incrementan; lo que sí se puede es irlo controlando.

Recientemente la autoridad informó que existen 77 mil personas desaparecidas, consecuencia del crimen organizado, en este mismo tenor se han localizado, más de 4 mil fosas clandestinas, donde se han exhumado cerca de 7 mil cuerpos, en su mayoría incompletos. Estas alarmantes cifras dejan al descubierto la ineptitud, pero, sobre todo, los altos niveles de complicidad y podredumbre.

crimen organizado
Imagen: Google Sites.

Lamentablemente, en nuestro país los gobernantes no designan a las personas indicadas y mejor capacitadas. Así, un sujeto que en su vida ha manejado la procuración de justicia o el ámbito policíaco, es designado Secretario de Seguridad Pública y, lo rebasan los sobornos y las traiciones, pero para justificarse, expone estadísticas falsas, asegura a los “cuatro vientos” estar cumpliendo metas que sólo existen en su imaginación.

Ante este panorama desalentador, resulta imprescindible profesionalizar las corporaciones policíacas, ese plan no se puede lograr de la noche a la mañana, tiene que sujetarse a un programa serio, mismo que llevará muchos años, pero que entre más pronto inicie, mejor. Tales instituciones de formación policial tienen que estar dirigidas por personas preparadas.

El gobierno deberá entender que la tan añorada paz social sólo podrá iniciarse cuando haya buenos policías y mejores jueces, este último renglón también es una gran falla.

En tanto no se haga algo serio en este tema, México seguirá estando en manos del crimen organizado, cuyo poder, repetimos, es omnímodo.

Basta ya de que los gobernantes, en todos los niveles, se sigan manejando de manera irresponsable y contrarios al sentir de la sociedad, donde los arreglos corruptos con el bajo mundo son una realidad.


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Quintana Roo disminuye su índice delictivo

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La Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana informa en su reporte mensual de agosto pasado que hubo una reducción significativa en los siguientes delitos: homicidio doloso, robo de vehículo, secuestro, robo total y feminicidio.

En el informe mensual de agosto, el Gobierno de México destaca que, de acuerdo con el portal de internet de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, Quintana Roo registró disminuciones importantes en delitos como homicidio doloso, robo de vehículo, secuestro, robo total y feminicidio.

 El reporte aporta estadísticas comparativas entre el periodo de enero a julio de 2019 y el presente año 2020, con variación porcentual de la tasa por cada 100 mil habitantes.

En homicidio doloso, se encuentra entre los 22 estados que registraron una disminución. Quintana Roo tuvo una variación de -13.5% considerando la tasa anterior.

En robo de vehículo en el mismo periodo, se informa que Quintana Roo disminuyó en un 20.7% . En secuestro, disminuyó un 64.2% en el mismo periodo entre enero y julio de 2019 y 2020. Y en robo total, disminuyó un 21.8%  entre enero y julio, mientras que el índice de feminicidios, de 15 entidades en donde se registró disminución, Quintana Roo registró un 14.4%.

Sin embargo, a raíz de la pandemia la extorsión aumentó 4.2% en 11 entidades, entre ellas Quintana Roo.

México y el efecto del “Factor Combi”

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Después de que la pandemia encerró en su casa a una mayoría de mexicanos creando una incertidumbre colectiva, aparece el “Factor Combi”, mostrándonos realmente lo que se ha estado tejiendo en el inconsciente colectivo.

Me refiero al video en donde unas personas deciden tomar la justicia con sus propias manos –y pies– frente a un intento de robo dentro de una combi de transporte público. La paliza que le propinan al extorsionador es tal, que cualquiera que lo ve puede pensar que perderá su vida.

Este video, que se volvió viral muy rápidamente, empezó a mostrar el descontento, enojo y desesperación del colectivo mexicano que lo reflejaba en sus comentarios. Los mensajes de apoyo a los defensores eran sin duda de la mayoría, sumados a los que decían “ojalá que se muera esa rata”. Por supuesto los “memes” no pararon, se hizo un corrido y una poesía para comunicar el suceso, dejándolo como un posible parteaguas en el tiempo de la pandemia.

corrupcion en transporte publico
Ilustración: Iván Vargas.

En las siguientes 24 horas, se presentaron varios casos en comercios y taquerías, donde los presentes decidían aplicar la ley ante los asaltantes asombrados. Estos incidentes muestran lo que estamos viviendo hoy como sociedad ante la multicrisis que no parece tener fin. Estamos ante un México desesperado y es momento de actuar para que no termine en una depresión colectiva, la cual crece día a día en silencio.

¿Qué es lo que estamos reflejando como sociedad ante estas reacciones? Parece que estamos en un punto de no retorno donde vamos encaminados al precipicio sin darnos cuenta. Ante una justicia ausente en nuestras autoridades, esto se puede convertir en la bola de nieve que desentierre todas las emociones que se tienen contenidas en los mexicanos. Hay una frase de Aristóteles que refiere a esto claramente: Así como el ser humano, cuando alcanza su perfección es el mejor de los animales, así también, fuera de la ley y la justicia es el peor de todos.

La práctica de justicia por mano propia está vinculada a una reacción de indignación por parte de un grupo. Si bien puede contar con un primer personaje que propicia el acto de “justicia”, es una reacción inconsciente que normalmente responde a la indignación, que se detona cuando una comunidad ha estado expuesta a la violencia y que sobrepasa de alguna manera su capacidad de tolerancia.

Podemos observar que hay una mayoría de personas que están hasta la madre de la inseguridad y de la injusticia en México. Gente que sí trabaja, sí estudia y sí da su mejor esfuerzo para salir adelante. Una parte de nuestro país, más que justicieros, quisieran vivir en paz. Al final la reacción ocurrida en este evento es natural del ser humano cuando se tiene que entrar en defensa propia por la supervivencia. El enojo colectivo es el que hay que observar, porque es lo que se encuentra detrás de nuestra realidad.

asalto en la combi
Ilustración: @monerorictus.

Llevemos el Factor Combi a nuestras vidas. ¿Qué o quién estamos dejando que nos haga enojar? ¿Hasta dónde nos convertimos en malhechores o justicieros de aquello que nos rodea? ¿Estamos viviendo en coherencia con lo que enjuiciamos del exterior? Lo que estamos viviendo y observando es un reflejo de lo que hemos creado en lo individual y colectivo.

Es duro porque no nos gusta observarnos en lo individual y ver que uno se siente bien cuando alguien se defiende y le hace daño al “malo”. Al final, desde el lado humano, todo hubiera estado mejor si lo contienen y no le ponen tal golpiza. Sin embargo, fue diferente porque todos teníamos algo que aprender. Incluyendo nuestras autoridades que han perdido la credibilidad de su función.

Esto ya ha sucedido antes en México, pero hoy se vuelve relevante por todo lo que estamos viviendo a gran escala. Es momento de hacer consciencia de que podemos crear un mejor futuro dejando de ser malhechores y justicieros de nuestros propios actos y de los demás. Está claro que se requieren también nuevos y mejores liderazgos que permitan conducir a México en medio de este trayecto y la mejor posibilidad para todos es que no lo caminemos en piloto automático.

 ¿Ya te viste dentro de la combi?


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Todos somos México, apoyemos que sí es posible

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No sé si compartan conmigo este sentimiento de angustia, miedo, tensión, por pensar cuántas personas buenas que tenían un ingreso fijo, con la pandemia del COVID-19 de la noche a la mañana se quedan sin el mismo, algunos tal vez con el préstamo del auto que deseaban tener, la oferta se presentó y se tomó; otros de algún departamento, casa, aunque sea de INFONAVIT o de algún constructor que se adaptaba al presupuesto de la pareja, o del principal responsable de la manutención de la familia, o el clásico adeudo de las tarjetas de crédito, las cuales se ofrecen por todos los bancos como si fueran de presentación, sin checar posibles antecedentes de no pago. En fin, el tema importante no es ése, sino, desde mi opinión, ¿qué van a hacer tantos desempleados?, los empleos perdidos no se volverán a crear de la noche a la mañana, en uno, dos, tres, cinco meses, o uno, tal vez dos años, siempre y cuando nuestro país cambie su política sobre las inversiones del exterior, ya que difícilmente algún emprendedor lo haría en México.

Es realmente un tema preocupante, ya que el hambre, la desesperación, las presiones que sentirán y experimentarán estas personas, serán muchas y de diferentes direcciones. Sin ningún apoyo, ya lo he comentado, la “ayuda” por parte del gobierno es insignificante, éste no hará el milagro de que la delincuencia se detenga, más ahora que se ha disparado, y por desgracia incrementará; será un periodo muy peligroso, si hoy salimos a trabajar sin saber si regresaremos a casa, con esta nueva realidad el riesgo resultará mayor. Sobre todo, quienes por necesidad tienen que utilizar el transporte público, vemos en las noticias cómo siguen asaltando las combies, los microbuses, están los videos en las redes sociales, que sólo de mirarlos siente uno la impotencia ante el hecho, ya que la autoridad pese a conocer estos actos vandálicos recurrentes, no toman las medidas ni las acciones para evitarlos.

Muchos amigos comentan que los beneficiados de esto serán las plataformas de autos, que brindan sus servicios para llevarte a donde sea, es probable que lleguen a serlo, pero tenemos que estar un pie adelante, es decir, todos los que ocupamos cualquiera de estas aplicaciones, lo hacemos y nos subimos en el asiento de atrás, como si fuera nuestro chofer común y corriente, pero ahora, se recomendará estar al lado del conductor, para poder pasar como cualquier auto tripulado haciendo un viaje normal y que no detecten que es un “taxi” privado, ya que de hacerlo será muy fácil su identificación y, por ende, su intento de robo o atraco.

Dentro de las cosas que lleva quedarse en casa, es el tiempo que tienes para poder pensar y tratar de obtener alguna solución a este problema tan grave, ya que por hambre cualquiera pierde la cabeza y más si se trata de proteger el bienestar de alguno de sus hijos pequeños, quienes a veces no entienden qué pasa con papá y mamá, si ayer todo estaba bien, y ahora, los acreedores no los dejan en paz, les llaman, van a su domicilio a cobrarles, no hay comida en el refrigerador y los gritos y reclamos de todos los miembros de la familia son más frecuentes, subiendo de tono de un momento a otro, pasando del grito a la agresión, trátese de quien se trate.

A este respecto, comenté con varios amigos (afortunados) de los que no han perdido su trabajo, y les pregunté que si se encontraran a alguna persona de su colonia, comunidad de cabal honestidad, conocidos que realmente quisieran apoyar, si tendrían tiempo para poder aportar alguna cantidad de dinero a su consideración; o ponerse de acuerdo con el párroco de la iglesia de la colonia y sugerirle que con el dinero recaudado por los miembros de la comunidad –ojo, no estoy hablando de la limosna, no, esto sería un donativo a parte–, se comprara comida de la canasta básica y poder entregarlo a personas necesitadas que, si bien no sería todos los días, tal vez se lograría que fuera un día sí, otro no, pero que cuando menos esas familias tuvieran algo que comer, mientras obtuvieran un empleo que los regrese a la normalidad.

Muchos pensarán que esto debería ser una obligación ya sea de las alcaldías, de las iglesias, de los comedores comunitarios, igual estoy de acuerdo con ustedes, pero la pregunta más bien es: ¿han visto algún anuncio de cualesquiera de estas organizaciones ofreciendo esto?, creo que no, considero que como mexicanos tenemos un compromiso ante la tragedia que nos está asolando y que no vemos alguna acción que venga a contrarrestar la misma.

Somos muchos los que criticamos las no tan buenas decisiones del gobierno, pues bien, pasemos de la crítica a la acción y busquemos lograr ese plan, que el esfuerzo de algunos permita tranquilidad a muchos, cuando menos en cuanto se trate de comida, nada fácil, lo sé, pero estarán de acuerdo que debemos hacer algo al respecto, no podemos quedarnos estáticos como si nada estuviera pasando; así como hemos sido solidarios en las tragedias de los sismos y vimos cómo un mar de gente se volcó a apoyar a quitar escombros, en la búsqueda de seres humanos atrapados. Tomemos como ejemplo a los vecinos que se organizaron en llevar comida a esos héroes sin nombre, ni apellido, pues porque si ya lo hemos hecho, ¿no lo volvemos a hacer?

Otra idea que se me pasó por la mente es que hay muchas cocinas económicas que permanecen cerradas y esperan abrir desesperadamente para lograr su propio sustento, pero no dejemos de ver que igual el 80% de sus clientes son los que perdieron su empleo y entonces ¿quien o quienes serán sus clientes ahora? Así que por qué no hablar con ellos y que sean los que ofrezcan las comidas de forma gratuita, sólo llevando un buen control, para evitar que, como es costumbre en nuestro país, busquen pasarse de listos y tratar de quedarse con una ganancia mayor a la pactada; repito, se tiene que buscar compatriotas dispuestos a ayudar, a apoyar, a evitar una desgracia mayor por causa del hambre generalizada.

Son sólo algunas ideas, de verdad algo tenemos que hacer, no podemos quedarnos con las manos cruzadas mientras muchos mexicanos mueren o desesperan de hambre.

Pero como siempre, ustedes tienen la última palabra.

Nos seguimos leyendo si gustan.


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Violencia en Celaya

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El pasado fin de semana, Celaya, la tercera ciudad más grande de Guanajuato, vivió (otra vez) una jornada violenta. Bloqueos, autos y comercios incendiados construyeron el paisaje de miedo y caos en la ciudad. Crónicas periodísticas y reportes policiales apuntan a que la región se ha convertido en un campo de disputa entre grupos criminales, con Celaya como epicentro. El diagnóstico, aunque acertado, carece del análisis de elementos estructurales que implican ver mucho más atrás del pasado fin de semana pasado e, incluso, del último año. En la última década, Celaya quedó atrapado entre una política fallida de seguridad que provocó la aparición de grupos delictivos más pequeños pero violentos, la inserción en un cluster de desarrollo industrial que no se acompañó de desarrollo social, y la evolución de un “nuevo” mercado ilegal  basado en el robo y venta de combustibles.

De acuerdo con cálculos de Diego Valle-Jones, y basados en los registros del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, el municipio de Celaya suma 364 homicidios dolosos denunciados entre junio de 2019 y mayo de 2020. Esa cifra se traduce en una tasa de 65.8 asesinatos por cada cien mil habitantes, más del doble en comparación con la tasa nacional que, de por sí, ya es muy alta. El municipio de Celaya no es la excepción sino el epicentro de una serie de localidades guanajuatenses violentas. Para muestra, sobran los botones. Varios municipios alrededor de Celaya tienen tasas de homicidio por encima de los cien casos. Es el caso de Apaseo el Grande, Apaseo el Alto, Salamanca, Tarímoro y Santiago Maravatío –este último incluso alcanza una tasa de casi 207–. Todo esto sin considerar la cifra negra o casos no denunciados.

celaya violencia
Ilustración: El Universal.

Hace veinte años Celaya no era tan violenta, o al menos eso demuestran los datos de las defunciones por homicidio que registra el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (y que no lidia con tantos problemas de cifra negra pues no se basa en las denuncias). En 1998, hace veintidós años, Celaya registró 26 defunciones por homicidio durante todo el año. Del total, dos víctimas fueron mujeres. Casi la mitad (12) tenían entre 15 y 39 años (el rango de edad donde más hay ocurrencia de víctimas en la actualidad). Tomando como base la población del censo del 2000, la tasa de homicidios de Celaya en aquel año fue de 6.8 por cada cien mil habitantes.

Diez años después, en el 2008, el total de víctimas en ese año fue de 45. Es decir, en diez años, la cifra municipal anual aumentó pero ni siquiera se duplicó. En ese año, del total, las víctimas mujeres fueron siete, por lo que ahí sí hubo casi una triplicación comparando 1998 contra 2008. Lo que sí se mantuvo es la tendencia del juvenicidio: más de la mitad de las víctimas tenían entre 15 y 39 años. Tomando como base la población según el censo de 2010, la tasa de homicidios de Celaya en 2008 fue de 9.6 homicidios por cada cien mil habitantes, un incremento relativamente pequeño de 2.8 comparando 1998 vs 2008. Sin embargo, todo se agravó drásticamente en los siguientes años.

celaya
Ilustración: Letras Libres.

En el 2018 (y el año más reciente publicado con esta información), la cifra de víctimas que registró Celaya fue de 245. Durante ese año, el número de víctimas mujeres aumentó más de cinco veces en comparación con 2008, y la tendencia de concentrar víctimas jóvenes se acentuó: del total, más del 81% tenían entre 15 y 39 años. Finalmente, el dato más revelador es el incremento en la tasa de homicidio: 53.6 casos por cada cien mil habitantes. Y como ya se citó, en este 2020, con base en casos denunciados, esa tasa sigue incrementando. ¿Cómo explicar que una ciudad prácticamente octuplique su tasa de homicidio anual en un lapso de veinte años?

El caso de Celaya recuerda que los espacios sociales y sus dinámicas cambian, y que las afectaciones a niveles nacional, regional y global impactan localmente. Pero este caso también refrenda que las decisiones y omisiones de política pública tienen consecuencias sobre la vida de las personas. En Celaya urge justicia, reparación de daños, y una política de seguridad integral de corto, mediano y largo plazo. De lo contrario, es cuestión de tiempo para que se sumen más municipios a la larga lista de municipios violentos en la que, desde hace años, Celaya ya se inscribió.


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¿Está la Seguridad Nacional de México bajo amenaza?

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La circunstancia por la que atraviesa México ha generado la inquietud de si el momento presente es una amenaza o un riesgo para la Seguridad Nacional como se ha considerado, de manera indistinta, en algunos espacios mediáticos y en discusiones académicas.

La respuesta queda en el aire, cada quién tiene su interpretación, cada quién su idea de lo que ese concepto abstracto y ampliamente cuestionado significa para el Estado mexicano.

La razón es muy simple en realidad. Teórica y metodológicamente es muy difícil ubicar, para su análisis e interpretación como objeto de estudio, una situación dada en un entorno indefinido, que ha venido transformándose caprichosamente con cada cambio político, sin lograr establecer un marco teórico y un andamiaje jurídico, organizacional y funcional sólido, que le dé, al menos conceptualmente, un rumbo operativo.

regreso despues del covid
Imagen: Washington Post.

Desde el surgimiento del término, asociado a las condiciones geopolíticas del fin de la Segunda Guerra, cada Estado se fue apropiando de él en su doctrina, específicamente militar o de defensa, de acuerdo con sus particulares circunstancias, objetivos, intereses, ideologías, en lo interno y en lo externo, según su alineación al bloque rojo, al azul o al gris (países no alineados). Generando sus propias y maleables concepciones de lo que ello significaba y, desde luego, para qué servía. No necesariamente a la Nación o al Estado, sino, regularmente, al gobierno respectivo.

México no escapó a la moda. En los institutos de altos estudios militares creados a partir de la década de los 70, el abordaje de la Seguridad Nacional cobró auge y el afluente conceptual corrió tan generoso como disperso, influido determinantemente por la doctrina norteamericana, focalizada en el helado conflicto entre la OTAN y el Pacto de Varsovia.

Asimilado el término, en nuestras escuelas, cada gobierno, en sus respectivos planes de desarrollo, le fue dando un espacio, pequeño, pero al fin un espacio, más por retórica que por convicción, ubicando el tema entre sus páginas, sin mayor seguimiento ni definición exhaustiva.

OTAN y Pacto de Varsovia
Imagen: detectives deguerra.com.

Aparecieron a la zaga, los expertos y los influencers, generando espacios académicos y mediáticos en torno al tema. “Los chamanes de la S/N” incursionando en las nuevas realidades impulsaron estudios formales, pretendiendo una comprensión mucho más universal de los entornos complejos en que se desenvuelve la sociedad actual, incorporando factores mucho más amplios y de más envergadura que los temas bélicos, tales como los ámbitos financiero, comercial, medio ambiental, la salud y el desarrollo tecnológico.

 Los antagonismos, las amenazas, los riesgos y vulnerabilidades a que se enfrenta una Nación, pasan por un cedazo muy fino de observación permanente, que involucra los desafíos coyunturales a la sociedad global, que habrán de ser asumidos regional y localmente, simplemente porque la tecnología nos ha subyugado y nos impactará a pesar del aislamiento y la distancia.

planeta sostenido cuerdas
Imagen: Share America.

El panorama que vive actualmente México con el catalizador dramático de la pandemia, con la cantidad de contagios y defunciones en aumento, con el desempleo a todo vapor, ante conflictos políticos, la economía en descenso, la Administración Pública desorbitada, el crimen organizado y desorganizado actuando violenta y libremente, ocupando territorios y consolidando su poder real, la corrupción incontenible, con un ambiente de abierta inconformidad social y desafíos al gobierno, es de alta complejidad, con evidentes riesgos a la estabilidad del Estado en su conjunto.

Es claro y patente que enfrentamos antagonismos que se oponen al intercambio social armónico. La vida de las personas está en grave riesgo. La inseguridad campea y la expectativa es pavorosamente incierta.


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