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Estado emprendedor; un camino para México

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Iniciando la hibernación, llegó finalmente a mis manos “El Estado Emprendedor” de Mariana Mazzucato, cuya lectura había diferido por algunas semanas en espera del ansiado “respiro”. Miren ustedes nada más qué clase de respiro. Bien dice el refrán hay que tener cuidado con lo que deseas…

Pues nada, que el texto de Mazzucato para nada defrauda, al contrario, está lleno de buenas ideas, excelentes ejemplos pero, sobre todo, de una sólida argumentación para romper algunos de los mitos más acabados en materia económica, y en particular, en relación al papel que el Estado debe asumir en relación a la actividad emprendedora de la iniciativa privada.

Hasta hoy, las dos visiones que han dominado el rol del Estado es, la primera, la de corte socialista, que pretende depositar en su rectoría una gran parte de la actividad económica crucial de un país, como el más grande generador y distribuidor de valor en esos modelos; en la segunda perspectiva, el Estado debe recular para dejar a los particulares, y a las leyes del mercado, la actividad preponderante, limitando la participación a labores subsidiarias de apoyo social, adelgazándose y desregulando para incentivar la confianza y la inversión. En este modelo, es meritorio que el Estado ofrezca todos los apoyos posibles para que las empresas crezcan, incluso otorgando subsidios y sacrificando cargas fiscales.

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Mariana Mazzucato, economista italo-estadounidense.

Mazzucato plantea, como premisa, que el Estado puede ser la fuerza más emprendedora del mercado y la que puede realizar las necesarias inversiones de riesgo que cualquier economía requiere, en particular las de la era digital. Se deja atrás la idea de un Estado burocrático, ineficiente y errático en materia empresarial, para dar paso a una concepción en la que el gobierno se vuelve un socio que aporta capital y que recibe beneficios cuando se tiene éxito. De esa manera, damos la bienvenida a una suerte de fondo de inversión, capitaneado por un Estado que traspasa la línea del “apoyo”, para convertirse en agente directo del cambio, generando innovación y competitividad.

El texto está plagado de ejemplos contundentes sobre el papel crucial que los gobiernos de Estados Unidos, Alemania, China y otros países han desplegado para ser parte en la generación de tecnologías disruptivas en ámbitos de información, programas de computación e informática, farmacéutica y energías verdes. Casos que demuestran que no se trató sólo de aportar capital de riesgo, sino de generar demanda que fuese capaz de arrastrar el crecimiento de empresas proveedoras, muchas de ellas, por cierto, hoy líderes mundiales en sus campos de actividad.

Una de las nuevas premisas del análisis de Mazzucato descansa en la necesidad de redistribuir los beneficios de la inversión exitosa, ya que es inaceptable que, si los recursos surgen de los impuestos pagados por todos, la rentabilidad se concentre en las empresas. Éste parece ser uno de los grandes logros de la autora, esto es, visualizar al gobierno como un socio que recibe ganancias a partir del éxito de las inversiones realizadas, adquiriendo entonces nuevos recursos para mayores emprendimientos. En ese punto la teoría plantea, inclusive, la coparticipación del Estado como titular de los derechos de las patentes resultantes.

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Ilustración: iStock.

Esta alternativa supera por mucho a las que engloba la llamada “tercera vía”, entendida como una síntesis de las ideologías más extremas del socialismo y el capitalismo, a fin de crear un sistema progresista basado en el modelo tradicional de economía mixta. Y, no, en este caso estamos hablando de un modelo en el que el Estado pone su enorme poder generador de economías anchas, aprovechando el “saber empresarial” de la iniciativa privada para crear empresas exitosas de las que adquiere participación accionaria.

Los postulados de esta teoría nos llegan en un momento de gran apremio, en el que las opciones de sistemas económicos se han vuelto escasas y sus promesas francamente gastadas y pueriles. Es ésta una propuesta refrescante, inteligente, y abre un espacio posible para decisiones prácticas y comprobables.


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Asumir responsabilidad y hacer que las cosas sucedan

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Culpar a terceros, al gobierno anterior, a quien ocupo antes el cargo, a Dios, al lugar donde se nace, a la pareja, a los padres, y todos los etcéteras que quieran, es muy típico de las personas identificarnos como víctimas.

Por lo general, son personas que siempre buscan responsabilizar a “otros” de muchas de sus faltas, de su falta de acción, de su falta de actuar ante diferentes hechos.

El típico caso de la esposa (por lo general) que no se divorcia del marido infiel, golpeador, no cumplido, porque ¿cómo le vamos a hacer esto a los niños? Nada más desvirtuado de lo correcto. Se le termina haciendo más daño a los niños por el entorno en el que tienen que vivir y obviamente quien se queda en esta situación, so pretexto de proteger a los hijos, queda muy dañado psicológica y probablemente físicamente.

Un presidente de un país que vive culpando a su antecesor, como dictan las “reglas” de la política: “El primer año siempre culpa a tu predecesor. Le quede al saco a quien le quede. Es un irresponsable quien fue electo, él o ella ya sabía para qué había salido electo(a), además tuvo tiempo entre que ganó la elección y el tiempo que asumió su responsabilidad para enterarse de muchas más cosas. En alguna ocasión leí algo en este sentido por parte de la canciller alemana Angela Merkel. Nunca se quejó de lo que hicieron o no hicieron sus antecesores y se puso a trabajar sólo por el bien de Alemania, desconozco su partido o grupos de interés, ahí están los resultados.

Cuando se es accountable no se buscan culpables, ni responsables de lo que no se hizo o se está haciendo, se asume la responsabilidad y te pones a trabajar en lo que se tiene que hacer.

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Imagen: Demotix.

¿Qué tan responsables somos de nuestra vida?, ¿del control de nuestra vida? Mucho. Es difícil establecer un porcentaje, pero en nuestra edad adulta, tenemos una muy alta responsabilidad de lo que nos ha pasado, nos está pasado o no nos ha pasado.

Para tomar control de nuestra vida en todos los ámbitos, debemos primero decidir qué queremos alcanzar, qué queremos ser, qué queremos tener, planear (muy poco) y ponernos a realizar las acciones necesarias para conseguirlo. En mi metodología “hazlo sencillo”, digo que cualquier idea (objetivo) siempre debe venir acompañado de acciones: IDEAACCIONES, es la fórmula del éxito.

No es cuestión sólo de soñarlo, pensarlo o de decirlo, hay que asumir la propiedad de eso que está en nuestra cabeza (acto de ser accountable) y tomar una actitud de acción, cambiar, si es necesario, nuestra forma de pensar, establecer prioridades y actuar en consecuencia. Somos lo que hacemos, no lo que decimos que haremos, a menos que no hagamos nada y entonces nos podremos ganar motes como “soñador”, y cosas parecidas.

En el pasado Congreso de la Amedirh (Asociación Mexicana en Dirección de Recursos Humanos), el que fuese el director de la Universidad Disney, decía que Walt tenía varias personalidades, que era un gran visionario, pero sobre todo un gran realizador de sus sueños. Ahí están sus parques y emporio que hoy es Disney.

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Hay muchas herramientas que nos pueden ser útiles para definir qué se quiere alcanzar y muchas más que nos pueden ayudar a darle seguimiento. De verdad no se compliquen la vida. Siéntense un rato, unas horas y prioricen entre las muchas cosas que quieren obtener.

En lugar de reaccionar ante las constantes presiones y cambios del entorno, que son y serán muchos, tendrás dirección y tomarás el control de tus acciones y con ello de tu vida. Tienes que crear “un puente” entre tus deseos u objetivos y lo que realmente estás logrando.

En estos días se fugaron unos importantes reos de un penal de la Ciudad de México, ¿es la Jefa de gobierno responsable? Claro que lo es. Ella nombró a la cabeza de la cabeza de quien dirige ese penal y si hay problemas en él mismo, ella tiene una parte de responsabilidad. La solución no es culpar inmediatamente a custodios corruptos, comprados o amenazados, la solución es ver por qué se presentó una situación de esa índole.

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Imagen: Agilemania.

Llevamos meses con “La Feria” de Chapultepec cerrada y yo me pregunto, ¿qué ha pasado?, ¿quién es el responsable o responsables del accidente? Culpar al mecánico que no hizo el mantenimiento en tiempo y forma, no es actuar de forma accountable.

Atrás del concepto de accountability, como hoy se entiende –pueden ver varias de mis contribuciones sobre el tema aquí en El Semanario–, hay una filosofía y muchas metodologías, unas más sólidas que otras, unas más cuadradas y otras más flexibles, como la mía. Lo que les puedo asegurar es que ser accountable te ayuda a alcanzar tus objetivos y cualquier resultado, mientras dejas de culpar a los otros por las cosas que tú no estás haciendo.

El éxito no es cuestión de suerte, sino de un compromiso, disciplina y consistencia. Se necesita método y soporte, no ocurrencias o ideas mañaneras, y mucho trabajo, sin caer en distractores.

Cuando eres accountable, tienes claros los objetivos, entiendes cómo diferenciar lo urgente y lo importante, delegas de forma correcta, ves permanentemente el bosque (visión global) y tomas control. Trabajas con más energía, eficiencia y efectividad, y obviamente todo tiene sentido para ti y para quienes están a tu alrededor, de manera que comunicas mucho mejor.

Cuando todo está en marcha, tendrás más tiempo libre, podrás ser más creativo, tendrás más tiempo para ti, y tendrás, pues, una vida mucho más equilibrada.


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Los introvertid@s

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Los introvertidos suelen ser catalogados como personas retraídas o reservadas. Algo que en términos prácticos no suele ser tomado en cuenta para ciertos cargos, como una gerencia importante, o un puesto mayor… pero, ¿estamos haciendo lo correcto?

El mundo empresarial y los retos de la industria requieren colaboradores capaces de solucionar problemas. Líderes que definan soluciones creativas e innovadoras, que sean conocedores del mundo, ágiles de mente y muy importante: que puedan hacerte pensar como ellos para llegar a una meta.

La idea universal de la selección natural de las especies, en donde se diferencian los líderes de los seguidores, es uno de los referentes por excelencia en materia empresarial. Por un lado, las personas extrovertidas son como el sol de una empresa, los que definen los “goles”, los que cierran tratos. Por el otro lado, los más tímidos son los menos indicados para liderar proyectos, para definir estrategias o crear nuevas soluciones. Los que piensan antes de actuar, los que atienden a profundidad los problemas. ¿A cuál de estos dos perfiles contratamos o deberíamos contratar?

La abogada y escritora estadounidense Susan Cain,[1] define que los directivos estamos dejando pasar muchas oportunidades al no tomar en cuenta que la introversión también se asocia con el liderazgo. De hecho, de acuerdo a varios estudios antropológicos, se cree que la mitad de la población mundial es introvertida. Ejemplo de ello lo encontramos en directivos de negocios y empresas de cualquier tamaño; en colegas de trabajo, en la familia, con los amigos, etcétera.

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Imagen: Pinterest.

 Todos sabemos reconocerlos por su capacidad o incapacidad de hacer las cosas a su modo. Los extrovertidos normalmente hablan y luego piensan, los introvertidos piensan primero y hablan después. Los extrovertidos son entusiastas, mientras que los introvertidos son más reservados para sus círculos sociales, los cuales son pequeños en comparación con los extrovertidos, quienes no tienen ningún reparo en compartir sus experiencias con más gente.

En realidad, la introversión en las personas es simplemente un estereotipo al cual estamos acostumbrados por mero prejuicio, porque casi siempre se les encasilla como una persona tímida, o peor aún, como antisocial. En realidad, son personas que mantienen una línea de pensamiento mucho más estructurada, que analiza y funge como mediador de conflictos y, en muchos casos, como solucionador de los problemas complejos.

En este sentido, Mihaela Enache, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universidad Oberta de Cataluña, afirma que “cada vez hay más investigaciones que sugieren que el liderazgo no requiere ser extremadamente sociable, los líderes más eficaces no entienden como indispensable el perseguir la notoriedad”. Más bien, tienden a escuchar activamente, mientras mantienen y transmiten la calma en tiempos de tormenta o a la hora de tomar decisiones.

De hecho, en una época donde las paredes dejan de existir y donde cada día estamos más acostumbrados a crear espacios del tipo co-working, es importante entender  que hay personas que necesitan la privacidad para crear, no porque sean antisociales, sino porque es necesario esa calma para escucharse a sí mism@s.

En conclusión, las cualidades de una u otra personalidad tienen que mantenerse y respetarse en todo momento, ya que tanto son necesarias personas extrovertidas, como lo son las introvertidas. Los pensamientos, las ideas y los proyectos seguramente resultarán mejores si encontramos la dualidad de ambas y nos replanteamos la idea de lo que en verdad las personas introvertidas podrían lograr. Así que la próxima vez que pienses que “el mundo es de los aventureros” también reconoce que, en realidad, los aventureros que razonan y analizan las opciones antes de actuar son también rasgos de personas introvertidas.


Notas:
[1] Quiet: The Power of Introverts in a World That Can’t Stop Talking

Innovando en las empresas mexicanas

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No hace falta defender el postulado de que la innovación es, en el mundo, uno de los diferenciadores que conducen al éxito empresarial. En tiempos de crisis, la generación de diferenciadores de mercado y de nuevas soluciones marca el ritmo en todos los segmentos. La “tecnología adaptativa”, propia de economías emergentes, convoca a todos para enfocarnos en crear y crecer. Hoy, poseer grandes infraestructuras orientadas a la innovación deja de ser un imperativo para el éxito.

Pensemos en cada unidad productiva, centro de investigación y universidad, en la manera de impulsar nuevos productos y procesos. Aquí, algunas ideas simples que espero ayuden a repensar la estrategia:

Desarrollo de la cultura de Innovación y Protección Jurídica

Muchas empresas asumen que se encuentran “al día” en sus campos de actividad, porque siguen publicaciones especializadas o asisten a ferias o congresos internacionales. Desde luego, ésa es parte de las tareas que deben ser contempladas, pero de ninguna manera agotan el objetivo.

Implantar en la cultura de la compañía los principios de la innovación continua requiere de un trabajo calculado, de estrategias, metodología y resultados medibles. Cuando la empresa cuenta con un departamento de investigación y desarrollo estas prácticas suelen ser parte ya del vocabulario normal de los empleados y los directivos, pero aun así, es necesario que esa cultura pueda permear a todos los integrantes. Las buenas y novedosas ideas suelen provenir de donde menos se espera, o bien, de quienes tienen experiencias en áreas de ventas, logística, etc. No hay que olvidar que, para muchas empresas, una campaña exitosa de marketing o de publicidad puede hacer la diferencia en sus logros a lo largo de los años.

Una empresa que ha introducido estos principios en su cultura, en forma recurrente, discute proyectos, conceptos y propuestas y dispone de los canales necesarios para darles trámite hasta documentar sus resultados, sean buenos o malos. Lo que tal vez en cierto tiempo no dio resultado, más adelante puede ser muy exitoso.

Desde luego, uno de los puntos esenciales en la creación de esta cultura es la continua comunicación que la empresa procure de los temas y logros relevantes en materia de innovación.

innovacion e ideas
Ilustración: Pinterest.

Revisión y protección de creaciones propias

La práctica demuestra que, muchas veces, la ceguera de taller impide ver lo que es obvio hacia el interior de la empresa, pero que, para un competidor sería novedoso y muy valioso. Ese efecto lleva a que, por formar parte de los procesos cotidianos, una ventaja competitiva protegible en forma de secreto industrial o patente, se pase por alto; o que un elemento de distintividad protegible bajo alguna de las nuevas figuras como las marcas olfativas o la imagen comercial, se ignore.

Implantación de esquemas de recompensa

Partiendo del hecho de que la mayor parte de las invenciones de empresas japonesas proviene de los empleados que participan en la línea de producción, resulta imperativo implementar mecanismos de recompensa a los grupos de trabajo que logran innovaciones aprovechables para la corporación.

Para ese fin deben incluirse en el reglamento interior las políticas explícitas que se diseñen para premiar económicamente a quienes aporten nuevas soluciones, definiendo las formas y montos de regalías que podrán trasladarse a los protagonistas. Además, esto permite dar cumplimiento a la obligación legal que existe para estos supuestos.

Como parte del sistema de innovación de la empresa, es recomendable contar con procesos bien definidos para reportar los hallazgos, valorarlos, y en su caso, dar seguimiento para lograr su protección legal.

Prever en los contratos de trabajo y con terceros, cláusulas de cesión de derechos

La ley laboral en México contiene ciertas previsiones orientadas a regular el tema de las invenciones de los trabajadores, reputando como propietario al patrón, siempre y cuando el trabajador hubiere sido contratado para fines de investigación y desarrollo, al que, además, debe pagarse una remuneración proporcional.

A fin de dar certeza a ambas partes, es recomendable definir el monto o pago proporcional respectivo, pero además, es aconsejable que también los contratos con empleados de otros departamentos o áreas, incluyan cláusulas de cesión a favor de la empresa, ya que la posibilidad de innovar no se limita al departamento de investigación y desarrollo.

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Ilustración: Expansión.

Asimismo, debe incluirse una referencia contractual a la información relativa a secretos industriales, que de la misma manera el empleado puede generar en el desarrollo de su trabajo, y que conviene asegurar como activo de la corporación a través del contrato.

Finalmente, en este punto es también aconsejable que la empresa revise y perfeccione sus contratos con proveedores, maquiladores y con terceros que desarrollen innovación por encargo, a fin de asegurarse de que los derechos resultantes de cualquier avance técnico serán de su propiedad.

Difundir entre empleados los resultados de inteligencia competitiva

No sólo resulta esencial que la empresa contrate servicios de monitoreo de patentes gestionadas por competidores a nivel global, sino que los resultados sean conocidos, discutidos y aprovechados por empelados y funcionarios de la empresa. Exponerse a este tipo de información es altamente inspirador para los equipos que trabajan en innovación.

No existe un mecanismo más efectivo para estar informados de las tendencias de vanguardia en producción de tecnología que los bancos de patentes, y al mismo tiempo, ofrecen oportunidades concretas de negocio a través de la contratación de licencias, o aprovechando soluciones técnicas del dominio público.

Realizar vinculación con centros de investigación y universidades

Una de las mejores formas para impulsar la generación de innovación en las empresas, consiste en acercarse a universidades y plantearles la problemática que se enfrenta para resolver ciertos aspectos específicos de determinadas industrias. Las mentes de los investigadores de los centros académicos están entrenadas para encontrar, desde los modelos científico y de experimentación, alternativas que suelen sobrepasar, por mucho, los escasos recursos de las propias corporaciones. Al pasar de ingeniería básica a ingeniería aplicada, las soluciones se vuelven patentables y los resultados para la empresa pueden ser extraordinarios.

Como siempre, es necesario contar con un contrato adecuado que prevea cómo y quién obtiene los derechos de Propiedad Intelectual, a fin de evitar situaciones de conflicto. Para las universidades, muchas veces el estímulo de formar parte de estos proyectos es la de publicar los resultados, lo que, si no se regula adecuadamente, puede poner en riesgo la novedad que se requiere para patentar.

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Ilustración: El Heraldo

Aplicar para financiamiento y tratos fiscales favorables

Existen múltiples fondos y recursos que las empresas pueden aprovechar para impulsar proyectos tecnológicos novedosos, de manera que no graviten sobre sus propias finanzas. Además, los apoyos pueden también incluir asesorías especializadas, patentamiento mundial, y otros rubros del proceso que facilitan escalar y comercializar la tecnología.

También las empresas debe buscar asesoría experta para identificar el tipo de exenciones o subsidios que la ley fiscal suele otorgar para estimular la inversión en innovación. En nuestra experiencia, sorprende que normalmente son empresas de origen extranjero las que optan por obtener financiamiento de fondos públicos, o para aprovechar los beneficios impositivos que las leyes mexicanas ofrecen.

Difundir casos de éxito

Una de las mejores formas de crear cultura de innovación e inspirar nuevos proyectos, consiste en divulgar las historias de éxito de conceptos, productos o procesos desarrollados por la empresa. Esos casos crean una especie de tradición juglar dentro de la compañía, trasladando de generación en generación los principios que promueven atreverse a crear nuevas soluciones.

Este tipo de comunicación no sólo debe procurarse al interior de la compañía, sino que se puede convertir en una acción explícita de comunicación hacia clientes y competidores.

Son sólo algunas ideas. Cada persona, en su área particular de actividad tiene capacidades inexploradas para imaginar soluciones novedosas. Muchas simples, muchas prácticas, todas protegibles.

Tener un Daruma para recordar nuestro objetivo

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Los Daruma son un importante recordatorio de cómo vamos con relación a las metas que nos propusimos al inicio del año o de un proyecto.

Hace 30 años, tuve por primera vez conocimiento de los Daruma y de su significado. Desde entonces siempre los he tenido presentes en mi vida, y desde algunos años, me he dado la tarea de hacer todo el ejercicio o proceso con el muñeco, como lo hacen muchas empresas y personas, principalmente en Japón.

Para efectos de este artículo y tener la información más certera posible, me puse a leer y revisar una veintena de entradas en Google y poder compartir con ustedes la mejor versión de lo que son los Daruma y su significado.

Para empezar, un poco de historia:

Los muñecos Daruma son representaciones del histórico sacerdote persa-indio Bodhidharma, nació en el año 483 d. C., en Tianzhu, Persia (luego India) y falleció en el año 540 d. C., en China. Este sabio que viajó por Japón y China en el siglo V y VI, se le atribuye el establecimiento del Budismo Chan en China y el Budismo Zen en Japón.

La leyenda dice que Bodhidharma logró la iluminación o “satori” (el encuentro con uno mismo) que es la capacidad de entender quién soy y dónde estoy; después de siete años de meditación, mientras estaba frente a la pared de una habitación en una cueva en el Templo Shaolin en China. Durante este tiempo no movió ni sus ojos ni sus extremidades; como resultado de su inactividad, las extremidades de Bodhidharma se encogieron y terminaron por caerse.

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Ilustración del monje Bodhidharma (Fuente: Wikimedia).

Otra leyenda –que es la que a mí me gusta y la más popular en el Japón– relata que, enojado con el hecho de que se había quedado dormido durante su meditación, Bodhidharma se cortó los párpados en un ataque de ira, y por ello la importancia de los ojos tan abiertos en los Daruma.

¡De esto se cree que los párpados cortados cayeron al suelo y de ellos brotaron las primeras plantas de té verde de China!… Esto lo saco a colación ya que los primeros registros del cultivo del té verde están ligados a la historia del sabio monje.  

Los muñecos Daruma son la representación y abreviatura de Bodhidharma (Bodai Daruma) y son, en la versión japonesa, de color rojo, como una especie de crustáceo, hecho de papel tipo mache que se llama washi, un papel tradicional hecho a mano sólo en invierno –porque el agua fría es esencial para hacer un papel más natural con poco o ningún producto químico–.

Al igual que el Bodhidharma, los muñecos Daruma no tienen brazos ni piernas y se sientan en una pose meditativa con grandes ojos fijos y sin párpados. Otra característica de estas figuras es que cuando se les golpea de lado, éste se vuelve a la posición vertical, de ahí que se dice que es un muñeco okiagari koboshi, que literalmente se traduce como “monje que se pone de pie.” El okiagari koboshi es un juguete popular tradicional japonés de la región de Aizu, que simboliza el espíritu de fortaleza, reflejado en el viejo proverbio japonés “siete veces caído, ocho veces levantado”, y refleja la valiente actitud ante las dificultades de no rendirse nunca ante las mismas.

Es por esto que se ha convertido en un símbolo de optimismo, buena fortuna y una fuerte determinación.

El muñeco viene en muchos tamaños: el tamaño estándar es más grande que una pelota de baloncesto. Mientras que la mayoría de los Daruma son figuras masculinas, algunas localidades japonesas tienen Daruma femeninas conocidas como ehime daruma o “princesa daruma”.

La fabricación del Daruma es muy importante en la región de Takasaki, en el suroeste de Japón. Comenzó su fabricación de forma intensiva a fines del siglo XVII como una medida de alivio para los agricultores que padecían hambre. La historia es que el Templo de Daruma (hoy hay varios templos en honor al monje) instruyó a los hogares agrícolas a hacer muñecos de papel, como una forma de ganar un ingreso extra. En la actualidad, casi 100 hogares producen anualmente alrededor de 1,6 millones de Daruma, lo que representa aproximadamente el 80% de todos los Daruma fabricados en Japón.

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Muñeco Daruma sin pintar.

Todos los años, entre los días 6 y 7 de enero, se celebra un mercado de Daruma en los recintos del Templo de Daruma, y cientos de miles de personas lo visitan y compran su muñeco. Aunque también se pueden comprar durante todo el año en muchas tiendas de Japón.

Hoy, algunas personas y corporaciones, mandan a hacer sus propios Daruma a reconocidos artistas para hacerlos aún más únicos.

La relación del inicio del año o del inicio de un proyecto y los Daruma tiene que ver con el hecho de que, desde hace cientos de años, en vísperas de Año Nuevo, muchas personas y corporaciones japonesas toman un muñeco Daruma y lo utilizan como símbolo para indicar el principio de una resolución, un objetivo, o el inicio de algo muy importante.

Para ello, pintan uno de los ojos –los Daruma cuando se compran siempre vienen sin los ojos pintados–, si durante el año o al final del mismo, logran su objetivo, pintan el segundo ojo. Muchos políticos, al comienzo de un período electoral, comprarán un muñeco Daruma y le pintarán un ojo, si ganan las elecciones, pintarán el otro. Al final del año, es costumbre llevar el Daruma a un templo, donde se quema en una gran hoguera o bien, muchas empresas los muestran en sus vitrinas corporativas.

Es importante que si no se logra el objetivo, se debe conservar los Daruma de objetivos no logrados, para tener presente que no somos invencibles.

Espero que el texto de este artículo, les de elementos para hacer o comprar un Daruma o algún equivalente (un alebrije podría hacer la función) y tenerlo en su oficina o empresa para tener presente permanentemente lo que queremos alcanzar. Hay, como pudieron leer, muchos simbolismos detrás del mismo… A mi me ha funcionado muy bien, y puedo decirles que en algunos años, he podido pintar los dos ojos, y en otros no lo he conseguido. Pero seguimos adelante.

“Los burros no son como los pintan”. Sólo una cuestión de inteligencia

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“Es un mito. El burro es más inteligente que el caballo, y con diferencia. Si tienes siete caballos y metes un burro, a la semana todos los caballos siguen al burro. Cuando no había topógrafos ni ingenieros de caminos mandaban a un burro y, por donde pasaba, construían el mejor camino. Son tremendamente inteligentes”.
Dilfenio Romero. Creador de Burrolandia: Asociación Amigos del Burro, en España.

En la búsqueda por entender y medir la inteligencia humana, dos especialistas en psicología intentaban explicar por qué algunas personas mantienen mayores resultados en pruebas o test de conocimiento general. Uno de ellos era el francés Alfred Binet, quien a principio del siglo pasado intentó definir un instrumento capaz de medir una escala de “inteligencia” para detectar a niños cuyo proceso de aprendizaje no fuera ideal. El resultado en este caso fue el Test de Predicción de Desempeño Escolar, con el cual se podía definir en una prueba lo que el niño podría o no resolver en cuanto a sus conocimientos.

Casi a la par, el inglés Charles Spearman definía en su teoría Bifactorial que la inteligencia depende de un factor general (factor hereditario) y otros especiales (como las habilidades desarrolladas por cada persona).

Aunque ambas posibles teorías no han sido del todo avaladas, se han utilizado diversas partes de sus investigaciones para definir ciertos parámetros como el Coeficiente Intelectual (CI), o en pocas palabras, para definir la inteligencia de cada ser humano. A pesar de que no todo el mundo comulga con estas investigaciones, la realidad es que cuando leemos en las noticias que un niño tiene un CI arriba que el de Albert Einstein o Stephen Hawking, damos por hecho que el futuro de este niño será brillante, aunque no sabemos si en realidad será así, o si el niño en cuestión utilizará su habilidad mental para hacer nuevos descubrimientos. Quizás el niño o niña en cuestión quisiera ser chef, pintor o dedicar su vida a viajar por el mundo. ¿Qué pasaría con esa mente “privilegiada”?

coeficiente intelectual
Ilustración: Pinterest.

El contexto es otra de las características que los estudios no han podido resolver para que exista una relación con la inteligencia “más” desarrollada. William Kamkwamba, es uno de los muchos ejemplos que existen por ahí, donde no es tan importante la escuela o colegio donde asistes. Kamkwamba creó el primer sistema de riego en una comunidad africana golpeada por la hambruna sólo con un viejo motor, una bicicleta y piezas de metal que funcionaban a modo de hélices.   Historias como éstas han roto de nueva cuenta esa idea de que la inteligencia sólo se puede desarrollar de manera exitosa en escuelas de prestigio.

En el mundo empresarial, hay personas sumamente exitosas que no concluyeron estudios universitarios, o si lo hicieron, no todos estuvieron en una escuela de renombre. Empresarios sin demasiadas bases administrativas, pero con gran sentido innato para crear negocios o empresas capaces de mantener a cientos y miles de familias.

Lo que hemos aprendido es que si se estudia o no, ya no es una condicionante para definir el éxito de una persona. De hecho, Howard Gardner publicó en 1983 un libro donde habla más allá de la inteligencia, él habla de las inteligencias múltiples, donde cada ser humano es capaz de destacar en ciertas esferas; por ejemplo, las personas que son buenas para las matemáticas, las que tienen una capacidad especial para crear como los artistas, los que son buenos para los idiomas, etc. Para él, las personas tenemos diferentes contextos con los cuales hemos desarrollado más ciertas partes de nuestro cerebro, lo que da pie a nuestras capacidades para ser exitosos en uno u otro contexto, e incluso, la forma en que vemos el éxito suele ser diferente en cada empresario. Recordemos que no siempre somos exitosos por tener una casa, autos o cotizar con nuestra empresa en la Bolsa de Valores. Pero también podemos ser exitosos si somos felices al pasar tiempo con la familia. La inteligencia, entonces es tan subjetiva como el éxito; así han nacido términos tan injustos como los de ser “inteligente” o ser “burro”.

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Ilustración tomada del cuento “Pinocho”.
¿Los burros son tan burros?

Cuando fuimos a la primaria, ser “burros” era una de las ofensas más terribles. Algunos profesores incluso avergonzaban a los niños y niñas que no eran lo suficientemente inteligentes como el resto del grupo, poniendo en la cabeza una diadema con dos grandes orejas, comparándonos así con esos animales. La realidad con el paso de los años nos ha enseñado que la inteligencia de los burros es mayor para ciertas situaciones donde los caballos huyen despavoridos. Se ha observado incluso que los burritos suelen ser más cautelosos y con buena capacidad de memoria para reconocer cuando una persona les ha tratado mal, y es por ello, que muchas veces utilizan esa terquedad característica para no hacer lo que les piden. En otras palabras, los burros también son inteligentes.

Así, si aún no tienes muy claras tus metas del próximo año en cuanto a lo que quieres dedicarte, o bien, sigues con ese miedo constante a que te cataloguen como “burro” por hacer algo equivocado, es mejor que lo pienses de nuevo, porque ni los burros son como los pintan, ni la inteligencia de un ser humano puede ser comparada con la de otro; todos tenemos características diversas y eso en gran medida es lo que hace la vida interesante.


Fuentes:
Los burros son tremendamente inteligentes“, (2019) Sergio C. Fanjul, El País.
¿Son tontos los burros?“, Muy Interesante.

Emprender en tiempos de caos

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Tengo la fortuna de sentarme cada semana con una amplia diversidad de empresarios de todos los tamaños, giros, experiencias y orígenes. Trato también con empresas extranjeras que tienen muchos años en México o que, en contraste, apenas hacen planes para arribar a nuestro país.

Ese mosaico de intereses me otorga la privilegiada posibilidad de cotejar visiones sobre este novedoso y desafiante “contexto”, que hoy se construye con materiales muy diferentes de los que en otras épocas construyeron la realidad. En el nuevo vocabulario, expresiones como “lavado de dinero”, “crimen organizado por facturas falsas u outsourcing” o “extinción de dominio”, son los nuevos derroteros de la incertidumbre.

SAT y pago de impuestos
Imagen: El Contribuyente.

Un común denominador, presente y constante, es la incertidumbre. Para un empresario, la inexistencia de certezas es el territorio natural de sus tareas. Ser empresario es tomar riesgos, apostar, perseguir objetivos donde otros sólo ven obstáculos. Pero hoy no hablamos de “esa” incertidumbre, la de hoy es una mezcla compleja que conforma una espesa capa de bruma continua.

Esta incertidumbre causa miedo y ansiedad porque, de tan densa, no deja despegar los aviones. Incertidumbres odiosas, que no permiten planear, ni presupuestar, ni proyectar, porque generan cambios súbitos de reglas, movimientos aleatorios de voluntades, amenazas legales de proporciones bíblicas.  

Pagar impuestos puntualmente es premisa del correcto quehacer empresarial, pero tener que implementar un costoso aparato de supervisión interna de la contabilidad, para asegurarse de no cometer errores y no exponerse a sanciones draconianas, carga sobre la espalda de las empresas lastres excesivos.

inversión a la baja
Imagen: haycanal.com.

Tener que sufragar, mes con mes, gastos exorbitantes en seguridad, para reducir robos de mercancía, contratar más empleados improductivos en áreas de protección, invertir en sistemas de monitoreo, subir el presupuesto de seguros y otras amenidades con la misma vocación, inevitablemente sobrecarga a la empresa con costos extraordinarios. Los ciudadanos cumplen su parte pagando impuestos al día, pero no reciben a cambio la primera prestación que el Estado debe corresponder: seguridad.

No hay discusión sobre el punto de que, en materia de creación de riqueza, el Estado debe sólo enfocarse en proveer las condiciones para que la iniciativa privada ocupe los espacios y pueda con facilidad impulsar el crecimiento. Las experiencias de nuestro país como Estado emprendedor han sido y siguen siendo francamente malas.

En ese renglón, todas las iniciativas oficiales se orientan a programas sociales para brindar apoyos a ciertos sectores, pero escasean los recursos para nuevos emprendimientos. Instituciones como el Instituto del Emprendedor, ProMéxico y el Fondo de Promoción Turística desaparecieron, y fondos empresariales de diversas secretarías y recursos del Conacyt han sufrido reducciones notables. La ecuación final es simple; sin la riqueza que generan las entidades productivas, más temprano que tarde, los programas sociales dejarán de tener recursos suficientes, y la tentación simplista del gobierno podría llevar a la peor decisión: subir los impuestos.

seguridad y dinero
Ilustración: Nexos.

Muchos de los empresarios con los que discuto el futuro pretenden convertir la incertidumbre en plan de fuga. Dejan sus empresas operando en México, pero miran ya hacia otras jurisdicciones para realizar nuevas inversiones. ¿Malos mexicanos? ¿Traición a la patria?

Podríamos sólo catalogarlos con algún “descalificativo” bajo la condición general de que “no los necesitamos”, pero la realidad dice lo contrario. Necesitamos de todos, pero particularmente, de aquellos que tienen los conocimientos y experiencia para conducir esfuerzos colectivos empresariales que generan riqueza, impuestos, trabajo y confianza. Sin estos protagonistas el plan de vuelo está incompleto.

¿Es necesario tener propósito, visión y misión?

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Quizás como nunca en varios años, se está hablando mucho y de forma muy profunda sobre el verdadero deber ser de las empresas. Es más, de muchas organizaciones e instituciones, y con ello viene la inmediata necesidad de establecer una visión, una misión, y los valores fundamentales que esta organización deberá tener y muy recientemente se ha empezado también, como parte del paquete, definir el concepto del propósito.

Si bien es cierto que hay algunas organizaciones que definieron su propósito hace algunos años, en general, al menos en mi experiencia profesional de casi cuarenta años, no he visto a muchas empresas con éste y apenas recientemente estoy empezándolo a ver.

Sólo para sentar las bases y estar en la misma lógica, repaso lo que los teóricos dicen sobre qué es cada uno de los conceptos:

Misión

“La misión es el motivo, fin o razón de ser de la existencia de una empresa u organización porque define: 1) Lo que pretende cumplir en su entorno o sistema social en el que actúa; 2) Lo que pretende hacer, y 3) El para quién lo va a hacer; y es influenciada en momentos concretos por algunos elementos como: la historia de la organización, las preferencias de la gerencia y/o de los propietarios, los factores externos o del entorno, los recursos disponibles, y sus capacidades distintivas”.

Y otros autores señalan que “la misión cuenta lo que somos: ¿Qué hacemos? ¿Cuál es nuestra actividad? ¿Qué ofrecemos? ¿Cuáles son nuestros objetivos? ¿Qué nos diferencia de los demás en las tareas que hacemos?”.

Como se puede leer, ha habido una buena discusión entre quienes han escrito sobre qué es realmente la misión y, en este sentido, hay dos grandes escuelas: los que dicen que la misión es la razón de ser de la organización, y quienes sostienen que la misión es cómo la organización debe alcanzar su visión.

Para H. J. Barraza “la misión debe incluir una temporalidad, describir el negocio en el que se opera, definir al cliente y una métrica bajo la cual se define el éxito.”

Para muchos autores, entre ellos, yo, la misión es el cómo. Por ello, para efectos de este artículo usaré la segunda posición como la válida, ya que, con ello, se aclarará de mejor manera el propósito.

Vision
Imagen: @startaeteam.

Visión

Para Jack Fleitman, “en el mundo empresarial, la visión se define como el camino al cual se dirige la empresa a largo plazo y sirve de rumbo y aliciente para orientar las decisiones estratégicas de crecimiento junto a las de competitividad”.

En la visión, típicamente, se describe cómo nos gustaría ser vistos por el entorno en el que nos desenvolvemos en un determinado número de años, inclusive hay visiones que describen, cómo a partir de lo que logremos, cambiará el mundo o la condición de los clientes.

“La visión habla de qué queremos llegar a conseguir: ¿Cuál es nuestro objetivo a largo plazo? ¿Qué nos gustaría llegar a ser?”.

La visión entonces es “el qué”, aunque –otra vez– para ciertos autores, “el qué” es la misión y la visión “el por qué”.

Los valores

“Los valores hablan de nuestra forma de ser: ¿Qué reglas éticas y de funcionamiento nos guían? ¿Cómo queremos ser vistos?”.

Mi recomendación personal es limitarse a la menor cantidad posible de valores. No puedo sugerir un número preciso, pero creo que pensar entre tres y siete tiene sentido, sin importar el tamaño de la organización.

Propósito

El propósito es la razón por la cual existe una organización. Así se simple.

Es obvio que las instituciones, organizaciones o empresas que tienen claro un propósito, tienen una inmensa ventaja sobre las que no lo tienen y cuentan con mayores probabilidades de ganarse la confianza de sus empelados y de sus “stakeholders” como lo dice Dov Seidman.

El estratega Amon Rappaport afirma que “una buena forma de encontrar el propósito es pensar en la forma en la que el mundo es mejor a través de la empresa (organización), alineando lo que cada compañía hace mejor con su beneficio más amplio a todo el planeta”.

Un ejemplo maravilloso de un propósito perfectamente bien redactado, y diría que apegado a la metodología hazlosencillo, es el de Google, “Organizar la información del mundo.”

El propósito define el para qué existe la organización y por ello –y ya sé que generará muchos comentarios–, si esto está claro, tener o no visión y misión, resulta irrelevante.

Tuve la oportunidad de participar en un ejercicio que se llevó a cabo en la Booth School of Business en Chicago en la que se compararon visiones y luego misiones de 50 empresas de las más grandes del mundo. Resultó dramático y revelador cómo había muchas similitudes entre todas ellas y había muy poco de “uniqueness” o unicidad, originalidad, singularidad, especificidad o excepcionalidad –para usar todos los sinónimos de esta palabra del idioma inglés en el nuestro–.

Propositos
Imagen: @halgatewood.

Quiero compartir, porque me parece que es una aportación relevante, algunos buenos ejemplos de propósitos, para invitarlos a definir el suyo a la brevedad posible:

Zappos: Inspirar al mundo al demostrar que es posible entregar felicidad simultáneamente y a largo plazo a clientes, empleados, comunidad, proveedores y grupos de interés.

Unilever: Hacer habitual la vida sostenible.

Enel: Incorporar sostenibilidad en los procesos de la cadena de valor de su negocio.

Nike: Unir al mundo a través del deporte para crear un planeta saludable, comunidades activas y un campo de juego igual para todos.

Disney: Hacer feliz a la gente.

Mary Kay: Darles oportunidades ilimitadas a las mujeres.

La verdad es que podría escribir mucho más sobre la teoría de cada uno de los conceptos, pero lo que vivo y promuevo es cómo hacer las cosas más sencillas todos los días en todos los ámbitos. Creo que las organizaciones, las instituciones, las empresas, inclusive los países, pierden mucho tiempo en estas discusiones, cuando en realidad es algo muy fácil de definir, si de verdad se tiene un valor diferenciador, si de verdad se existe por algo realmente relevante.

El propósito debe ser inspiracional y ser la base de la cultura de cualquier entidad, es un elemento fundamental en la conexión de la institución con sus usuarios.