Más allá del debate ideológico, en México todos estamos conscientes de que tenemos un serio problema en materia educativa. Es ya un lugar común arribar a la conclusión de que la respuesta a los males de nuestro país está en la educación.
Ante esto, ¿cuál es la propuesta del gobierno de México para mejorar substancialmente la educación? Esencialmente, a partir del Plan Nacional de Desarrollo para el periodo, se refiere a mejorar las condiciones materiales de las escuelas públicas del país, para garantizar el acceso de todos los jóvenes a la educación.
En otras palabras, la propuesta es mantener y ampliar los planteles para incrementar la matrícula, la oferta de espacios educativos, en los niveles básico, medio, medio superior, y superior. De acuerdo, creo que podríamos coincidir en que la oferta educativa es insuficiente, en términos generales.
Sin embargo, la “Cuarta Transformación de la Vida Pública” que nos ha ofertado el Lic. Andrés Manuel López Obrador, no puede sustentar su pilar educativo tan sólo en un incremento de la oferta. Parece ser que aún no queda claro en qué consistirá la transformación cualitativa requerida en educación para apuntalar el discurso de más y mejor calidad de vida para los mexicanos.
Cabe la posibilidad de que no haya una transformación cualitativa o no se ha comunicado adecuadamente. Porque el discurso presidencial de transitar del crecimiento al desarrollo, de cerrar las brechas entre ricos y pobres, y de comenzar a medir el avance nacional con nuevos indicadores, no es una locura, un despropósito, ni mucho menos se encuentra fuera del debate científico internacional sobre el bienestar social o la calidad de vida y cómo medirlos. Aunque lo parezca de primera mano.
Para ilustrar, comparto con ustedes los hallazgos, identificados por la Sociedad Mexicana de Estudios de Calidad de Vida, en un estudio de Leanne Lester y Donna Cross, investigadores de la Universidad de Australia del Oeste, publicado en el Journal de Psicología del Bienestar. El estudio científico pone de relieve la correlación entre diversos satisfactores del clima escolar con el bienestar mental y emocional de los estudiantes, particularmente en la transición entre la educación primaria y la secundaria.
Los resultados alcanzados fueron los siguientes:
1. En el último año de la escuela primaria, el apoyo entre pares fue el factor más determinante para el bienestar emocional de los estudiantes, mientras que en el primer año de la escuela secundaria sentirse seguros condicionaba su percepción de bienestar.
2. En el segundo año de secundaria, el apoyo entre pares fue el factor que condicionó más claramente el bienestar mental.
3. Es evidente que el clima escolar, que a menudo se describe como “la Calidad de Vida en la Escuela”, incluye aspectos sociales y de infraestructura, que promueven positivamente la conducta, el rendimiento escolar, y el desarrollo socio-emocional de los estudiantes.
4. El bienestar mental o socioemocional promovido desde la educación básica puede potenciar la capilaridad social, generar mexicanos mejor dotados para ascender a posiciones directivas o iniciar emprendimientos propios. Estas mismas habilidades son las que nos permiten disfrutar de una mejor calidad de vida, porque nos vuelven personas equilibradas, con relaciones personales sanas y estables, con mayor resistencia a la frustración, y una más eficaz tracción emocional.
5. Una reconversión educativa debe contener cambios cualitativos tendientes al desarrollo de habilidades básicas para el trabajo. Esto es, conocimientos y entendimientos no técnicos, que sustenten la participación exitosa en el campo laboral. Este conjunto de habilidades no técnicas, a menudo denominadas habilidades genéricas o de empleabilidad, contribuyen al rendimiento laboral en combinación con las técnicas o disciplinarias específicas y las básicas como lenguaje, alfabetización y aritmética, cuyos fundamentos deben desarrollarse entre el nivel básico y medio superior de nuestro sistema educativo.
EN PERSPECTIVA, es conveniente que la Cuarta Transformación asuma, en su vertiente educativa, una reconversión cualitativa que promueva las competencias básicas para potenciar la empleabilidad, el emprendedurismo, la capilaridad social, y en primera instancia, la capacidad de los estudiantes de reconocer los elementos de la calidad de vida de los que gozamos en México. Claro, sin desestimar nuestros retos, pero sin sufrirlos.
¿O tú cómo la ves?
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