feminicidios

Cuando a las mujeres les crecieron alas

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En torno al Día Internacional de la Mujer es que ahora escribo la siguiente reflexión. En medio de la pandemia, las mujeres salen a las calles a manifestarse: la percepción sobre el riesgo de perder la vida a causa de la violencia de género sobrepasa el riesgo por contagiarse con el virus: “El machismo y el patriarcado son una pandemia en sí misma y para ello no hay vacuna”. Por eso se manifiestan ellas, por eso nos manifestamos todas las que deploramos la violencia contra las mujeres, la desigualdad, la injusticia. Las miles de mujeres que decidieron no salir de sus casas, saben que hay otras miles que salieron por ellas para extender el reclamo: “el cuerpo social se manifiesta por todas”.

Las manifestantes, como otros años, llevan tapabocas morados y pañuelos verdes, cantan consignas y muestran pancartas. Como hace un año, ahora las mujeres también se cubren el rostro. El año pasado muchas de las manifestantes también llevaban pañuelos en la cara, ahora, además se cubren como parte de las medidas sanitarias por la pandemia de Covid-19. El año pasado sólo se cubrían para protegerse de ser identificadas o para evitar que algún gas antimotines entrara en sus vías respiratorias; ahora, además, lo hacen para evitar un posible contagio del coronavirus.

manifestacion mujeres, dia internacional de la mujer
Imagen: Plumas Atómicas.

Las calles de las ciudades mexicanas y de varios países fueron tomadas por las mujeres en una lucha con la que quiere hacer visible la otra pandemia: la de la violencia contra las mujeres, la de los feminicidios, la de la desigualdad. Las mujeres gritan, no se cansan: “Señor, señora, no sea indiferente, se mata a las mujeres en la cara de la gente”. Madres, hijas, amigas, vecinas, alumnas, maestras, todas se dan cita en el espacio público para exigirle a la sociedad, al gobierno, a los medios de comunicación, a los varones y también a las otras mujeres.

La muralla de contención que se colocó en torno al Palacio Nacional de la Ciudad de México fue cubierta con nombres de mujeres desaparecidas; el metal se forró con el dolor de las madres, de los padres y de las familias de quienes han sido arrancadas de sus vidas. El gris metálico se llenó de color morado y de flores blancas para recordar a esas mujeres y para hacer un llamado público, para exigir que esto se detenga: ni una más, ni una menos. Esta muralla que puede representar la indiferencia, insensibilidad e incapacidad del gobierno se convirtió en un acto social para exigir, para evidenciar el problema, para manifestar la injusticia.

vallas en palacio nacional, 8M
Imagen: Gatopardo.

Las feministas, las manifestantes, las mujeres también están presentes en las redes sociodigitales. Graban y difunden videos para cantar, para expresar, para exigir a varias voces: “Que tiemble el Estado, los cielos, las calles / Que teman los jueces y los judiciales / Hoy a las mujeres nos quitan la calma / Nos sembraron miedo, nos crecieron alas”.

Todas ellas hacen ruido, todas tratamos de expresarnos, de gritar, de exigir desde nuestras trincheras a fin de ser escuchadas… y es que la violencia -física y simbólica- contra ellas, contra nosotras, contra nuestras hijas, contra nuestras hermanas, contra nuestras madres no cesa; la desigualdad no disminuye; el patriarcado sigue reproduciéndose en las interacciones familiares, en el trabajo, en la política, en la vida social. Debemos parar, debemos hacer ruido, debemos seguir exigiendo para que las cosas cambien, porque ya no pueden ser como siempre han sido, porque, además, a las mujeres nos crecieron alas.


8M 2021, continúa la marcha

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No fui a la marcha. Me dio miedo comprometer todo un año de confinamiento, pero también me dio mucho pesar no participar con el cuerpo. A las 6:50 del lunes, previo acuerdo en redes sociales, me uní a la iniciativa de escribir en el chat de la mañanera el de #NoSoyBotNiSoyPartido, #8M. Me sorprendió la cantidad de mensajes. Recordé lo que sucedió hace un año, las jacarandas como metáforas del color del movimiento, el calor, el sentido de unidad. Salí a caminar y me encontré con gusto y no poca sorpresa ciertas acciones, tímidos actos comunicativos, que no vi el año pasado: carteles morados en las puertas de varios edificios, calles cuyos nombres fueron modificados temporalmente por cartelitos escritos a mano, mujeres de todas edades caminando solas, como yo, pero con playeras que ostentaban los principales hashtags.

Antier, no obstante, se asistió a otra jornada histórica: la continuidad a la marcha del 8M de 2020, cuando salimos a las calles hasta las más renuentes a las participaciones de ese tipo, cuando sentimos unidad e identificación, a pesar de nuestras incontables diferencias, porque salimos a reclamar por nuestra seguridad y por la justicia que, simplemente, no llega para las víctimas de violadores y feminicidas. Dadas las condiciones del confinamiento voluntario y el peligro de contagios, me llamó la atención no recibir información desde la semana previa sobre qué haríamos para apoyar quienes decidiéramos no salir. La información tardó en llegar, pero finalmente se hizo presente, y a raudales, máxime a raíz de la colocación de las vallas en torno al perímetro del Palacio Nacional desde el fin de semana. La valla fue indignante, pero la respuesta de las mujeres fue inmejorable: la escritura de los nombres de las desaparecidas, la colocación de las flores, la creación de un memorial efímero (paradójico, pero cierto) que dio un impulso a la simbólica del movimiento y que generó, desde luego, todo tipo de reacciones adversas, pues ese aparato de “defensa y protección del patrimonio”, como se dijo que era, aparecía, en realidad, como una fortaleza de la estulticia, la necedad y la represión ciega.

8m marcha
Cortesía: Sara Baz.

Quizá los eufemismos resultaron más ofensivos y provocadores que nunca: “el muro de la paz” es una designación indignante, para propios y extraños. Lo más contrastante, después de ver la represión, fueron las declaraciones que AMLO hizo en la mañanera del 9 de marzo. Acusó a las mujeres de cometer actos de “evidente provocación”, mismas que las fuerzas del orden aguantaron “estoicamente”. Al ser cuestionado por una periodista sobre su apoyo irrestricto a la candidatura de Salgado Macedonio a la gubernatura del estado de Guerrero, AMLO manifestó que “no podemos permitir los linchamientos políticos”, ya con visible fastidio, pues las imprecaciones no han sido pocas. Si no podemos permitirlos, ¿entonces por qué sí podemos permitir la impunidad y la represión?

Cerca de 22,000 personas ocuparon el espacio público este 8 de marzo. Salieron, a pesar de la pandemia, a reclamar una agenda de derechos que, en años, no se ha visto cumplida. Salieron también en otras ciudades y sin importar su edad. Cientos se acercaron a la plancha del Zócalo, a pesar de las intimidaciones de la policía y de la presencia misteriosa e inquietante de los apostados detrás de los merlones, en el techo del Palacio. Los miembros del comando “antidrones” evocaron esa imagen terrible de los francotiradores en las fotografías del 2 de octubre de 1968. Lo sé, no es equiparable y a pesar de que ayer hubo lesionadas, no se puede (no-se-puede) ya abrir fuego contra la población civil por manifestarse. Al menos algo hemos aprendido en tantos años, quiero pensar. Pero el tejido de los imaginarios crece, se intrinca y se proyecta cada vez más rápido. Sin duda, las redes sociales y las actuales estrategias de comunicación contribuyen a ello. Desde la colocación del muro, los memes no se hicieron esperar. El meme es un articulador icónico y se dispersa en segundos. Se enriquece, se resignifica, se constituye como bandera momentánea. Me dediqué a buscar y a escuchar testimonios de participantes en la marcha, de la prensa… ¿Para qué las vallas? ¿Realmente se iban a hacer tremendas afectaciones al edificio del Palacio Nacional? ¿Más que las que sufrió en el motín de 1692? ¿Para qué protegemos el patrimonio si, justamente porque es significante, se pretende vulnerar?

8m marcha
Cortesía: Sara Baz.

Se usó gas para dispersar a las manifestantes de la primera línea, por más que el gobierno local y federal lo niegue. Se filtraron, gracias a las redes y a los medios, fotografías y testimonios numerosos que dan cuenta de que la agresión provenía del otro lado del muro. Se observaron y viralizaron actos valientes y asertivos, actos hermosos que construyen una incipiente esperanza en la continuidad de los reclamos, hasta lograr que este país sea seguro para nosotras.

Al igual que en ocasiones anteriores, vi comentarios en redes sociales que me parecieron de lo más retrógrados. No, yo tampoco soy de la idea de agarrar un bote de aerosol y un mazo, pero me avergüenza no tener los arrestos para hacerlo, máxime ahora, cuando no se ve el más mínimo camino para el diálogo, el entendimiento y la comprensión de las demandas; cuando es más importante proteger la candidatura de Salgado Macedonio, convertir en una fortaleza la casa de Andrés Roemer y blindar “el patrimonio”. Me sentí igualmente avergonzada al ver la foto de una señora mayor, con su cubrebocas, haciendo una pinta en los escudos de las policías. Esto no es de edad, ni de partidismos, es solidaridad de género. Experimenté vergüenza y tristeza al saber que muchas de mis alumnas sí tuvieron el valor de ir a la marcha, pese al COVID, y que yo fui educada para no ser violenta. Claro, dicen algunos, que la violencia engendra más violencia y que “hablando se entiende la gente”, pero este gobierno ya ha dado varias, muchas muestras de no querer hablar y de permanecer montado en su macho, literalmente. Ningún cambio sustancial en la historia se ha hecho por la buena, ya se ha dicho y las revoluciones no se hicieron en una mesa de negociación. Quizá esta situación nos obligue a pensar en cómo fuimos educadas muchas de nosotras, y en cuándo vale la pena hacer una intervención más visible en el espacio público. Espero también que todas recordemos esto el próximo 6 de junio.


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8M: El corolario de una lucha que continúa

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Este lunes, como cada año, miles de personas –en su mayoría mujeres– salieron a las calles de las grandes ciudades del mundo a exigir un trato igualitario entre los géneros, al tiempo que exigen que cese la constante de violencia que se ejerce en contra de ellas. En nuestro país, se suma una exigencia adicional: la exigencia de protección en contra de la violencia feminicida y de las incesantes desapariciones de mujeres a lo largo del territorio nacional.

En los últimos años, pese a las descalificaciones y los esfuerzos comunicativos de las instituciones gubernamentales, lo cierto es que la violencia contra las mujeres ha escalado de forma considerable; más allá de la guerra de cifras. Según varias personas expertas en el tema, la violencia ha incrementado no sólo en número sino en intensidad, debido a que existe más conciencia y menos complacencia de quienes son víctimas de estas situaciones, por tanto, la respuesta machista e inhumana es, aumentar la agresión, violencia y su contundencia.

violencia feminicida
Imagen: Camila de la Fuente.

Como lo comenté en las colaboraciones anteriores, el funesto pacto patriarcal, esa complicidad silenciosa e irresponsable de la sociedad por tolerar e ignorar la violencia de género, producto de una desviación de valores que –a su vez– formó una cadena interminable prejuicios, convencionalismos y e imposición de roles, ha gestado de un caldo de cultivo propicio para que prolifere, de forma por demás grotesca y cínica en las estructuras sociales y culturales de las sociedades, un incremento considerable de actos de violencia que van desde la agresión psicológica, emocional y económica, hasta la más funesta de todas: la feminicida.

Ese silencio cómplice, ese “voltear hacia otro lado” ante situaciones que “se resuelven en casa”, han hecho que los agresores continúen utilizando el miedo como instrumento de control sobre otro ser humano, en especial contra las mujeres. Y no hablo sólo de aquellos que cometen el delito de Trata de Personas, sino también de esos familiares que, recluidos bajo la protección de los hogares, de forma constante y permanente, agreden a las mujeres, adolescentes y niñas que ahí habitan, las someten a través del temor, el menosprecio y el abandono. Ese pernicioso terrorismo familiar que, lamentablemente, forma parte del paisaje de las sociedades desde hace siglos y que las instituciones de gobierno jamás han observado ni atendido de fondo.

La protesta sirve de mucho para visualizar un problema, pero no basta la simple denuncia ni la visualización. Hace mucha falta hacer conciencia, sororizar, solidarizarse y, sobre todo, educar en valores de respeto, equidad y –aunque pareciera idílico–fraternidad.

violencia feminicida
Imagen: Público.

La humanidad está en un punto de quiebre que requiere evolucionar. Dejar atrás el egoísmo primitivo, la cosificación de las personas y la deshumanización, para abrir paso a una nueva era en la que entendamos que la equidad es el primer paso para alcanzar una justicia que, a la sombra de pactos perniciosos, tabúes y convencionalismos verdaderamente anacrónicos, nos condena a la irracionalidad y a la pérdida de la esencia humana.

Reencausémonos en la racionalización y alcancemos la máxima democrática de libertad, igualdad y fraternidad que, hace más de tres siglos nos propusimos como parte del perfeccionamiento de las personas.


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El día de la mujer

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Con justa razón se rinde homenaje a las féminas el 8 de marzo, fecha a la que se denominó Día Internacional de la Mujer. Este hecho ha sido el fruto de más de cien años de movimientos feministas, para reclamar igualdad en todos los ámbitos entre hombres y mujeres.

Debemos remontarnos a finales del siglo XIX y principios del XX para recordar las primeras manifestaciones.

Tras la Revolución Industrial, se produjo un histórico periodo de transformación económica y en el modo de trabajo. Con el movimiento obrero, las mujeres también comenzaron a alzar la voz, pero continuaban siendo explotadas sin ley que las amparara; no tenían derecho a votar, a controlar sus cuentas bancarias, ni contaban con la misma formación que los hombres; además su esperanza de vida era mucho menor debido a los malos tratos y a los partos.

El descontento con este modelo de vida comenzó a aumentar tanto, hasta el punto en que el 8 de marzo de 1857, las trabajadoras de la industria textil, conocidas como garment workers’, en Nueva York, organizaron una huelga para demandar salarios justos y condiciones laborales humanas. Dos años más tarde, las manifestantes crearon su primer Sindicato para pelear por sus derechos y cincuenta y un año años después, el mismo 8 de marzo, pero de 1908, quince mil mujeres volvieron a llenar las calles de esa ciudad para exigir sueldos y horas de trabajo justos, así como votar y prohibir el trabajo infantil, bajo el lema “Pan y Rosas”. Estos episodios consolidaron la fecha oficial del Día Internacional de la Mujer, que se ha celebrado a lo largo de la historia.

pan y rosas
Imagen: The Guardian.

En 1910, se celebró el II Encuentro Internacional de Mujeres Socialistas en Copenhague, Dinamarca, al que acudieron más de cien delegadas procedentes de 17 países. Durante el evento la alemana Clara Zetkin, propuso y fue aprobada por unanimidad, que el Día Internacional de la Mujer fuera conmemorado a nivel global.

La lucha feminista, como lo hemos dicho, no es nueva, data de hace más de cien años. Aún en las civilizaciones más reconocidas, las mujeres fueron maltratadas, humilladas y esclavizadas; en el gran imperio romano, eran consideradas como objeto.

A través del tiempo el hombre ha dominado, se convirtió en represor, en buena medida impulsado por su dotación física, con la cual de manera cobarde golpea y llega a matar sin mayor riesgo a las mujeres.

En los últimos años se ha impulsado la creación del delito de feminicidio (homicidio agravado), en el cual, según nuestro punto de vista, bastará en que un varón cause la muerte con intención para que se configure el feminicidio.

En ese tenor, es interesante considerar la sanción, misma que debe ser ejemplar, inclusive discutir la aplicación de la cadena perpetua, o bien sustituirla por una pena de setenta años en prisión. Por supuesto entraríamos a un aspecto de gran corrupción, para tratar de evitar el castigo a toda costa. Nuestras cárceles se encuentran totalmente corrompidas; resulta una desgracia que no se logre que el feminicida cumpla su sanción; es momento de considerar que los Centros de Readaptación Social, no sólo priven de la libertad, sino que implique un verdadero sufrimiento, que permita expiar la culpa cometida. Debe haber estricta disciplina y no olvidar la indispensable reparación del daño a favor de los deudos.

dia de la mujer feminicidios
Imagen: PBS.

En el escabroso tema de la violencia contra la mujer, también debe considerarse una sanción para las agresiones físicas que no lleguen a la muerte y las de carácter psicológico. La protección que se reclama debe provenir de todos los ámbitos en general, no es trabajo exclusivo de la autoridad. Es menester un cambio de conducta, que permita acabar con el pensar de la “superioridad” masculina, situación inculcada desde el hogar, donde cotidianamente se prefiere el nacimiento del varón al de la mujer, cuando esto debe ser lo contrario. No hay nada más bello que el recibimiento de una niña, que es la reivindicación de la madre de la que hemos nacido todos, esa es la mayor bendición para un hogar. Son las féminas quienes necesitan mayor atención, son el orgullo de todas las familias.

En las escuelas el trato a las mujeres debe ser preferencial, de intenso reconocimiento y permanente impulso. Mantener la superación sistemática de ellas, nos permitirá en un futuro cercano, ser gobernados con mayor atingencia.

Tengamos la seguridad en que el día que las mujeres gobiernen el mundo, los resultados serán de grandes beneficios colectivos. La mujer es sensible, inmensa en amor y de profunda responsabilidad. Tiene el instinto para hacer bien las cosas, mantiene la prudencia en los momentos más difíciles y en el ámbito laboral su honradez, dedicación y perseverancia constituyen una plena garantía.

Solo en la medida que nos encaminemos por esos nuevos derroteros, evitaremos la conflictiva que se ha creado entre hombres y mujeres. No permitamos la guerra entre sexos, no impulsemos las protestas unilaterales cuando juntos lo hacemos mejor. Trabajemos en el mismo sentido para lograr el ansiado bienestar, pero ahora bajo la atinada dirección femenina.

A las mujeres no sólo en su día, sino siempre se les debe homenajear porque en cada una de ellas rendimos pleitesía a nuestras inigualables y hermosas madres.


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Un gobierno que, poco a poco, se aleja de la realidad del país

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La mañana del viernes nos levantábamos viendo las imágenes de las murallas de más de tres metros que se ponían alrededor de Palacio Nacional, un acto con el que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador manda un mensaje simbólico a la lucha de las mujeres en este país.

No podemos dejar de lado el contexto en que estamos rodeados para entender la gravedad de este acto y la falta de empatía que hay detrás de este. Ni en los gobiernos autoritarios de Gustavo Díaz Ordaz (1964-1970) y Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) se amuralló el Palacio Nacional.

Un que, poco a poco, se aleja de la realidad del país
Fotografía: Especiales

En un país donde son asesinadas 11 mujeres por día, y 7 de cada son violentadas, son los lamentables datos que se registran en lo que va de este sexenio, lo más deplorable es que para este gobierno parece que este problema es sólo eso, datos y no vidas humanas que se pierden día a día

No sólo es la ineficiencia de ofrecer seguridad a las mujeres víctimas de violencia, sino que, a su vez, no se les hace justicia, de acuerdo con las cifras de la organización Impunidad Cero en 2019sólo 1 de cada 2 feminicidios son castigados en México. 

Y si no hacía falta algo para empeorar la situación, el gobierno redujo el 75% del presupuesto del Instituto Nacional de las Mujeres como parte de la ¨austeridad republicana¨. 

No se toman medidas preventivas para evitar que sucedan estos delitos, los delitos no son castigados y a las instituciones que suponen prestar ayuda a las víctimas se les recorta presupuestos.

Lo sorprende es que el presidente no dimensione la gravedad del asunto, sino que lo minimice, parece no entenderlo del todo, piensa que con sus programas de atención clientelares puede resolverlo, esto es un problema de estructura y, con su discurso, lo está perpetuando.

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Razones suficientes para manifestarse

Un gobierno que de a poco se aleja de la realidad del país
Fotografía: Cuartoscuro

El presidente, en varias oportunidades, acusó al movimiento feminista de contar con intereses ocultos con el propósito de desprestigiar a su gobierno y a la transformación que intenta instaurar en el país.

¨Nosotros respetamos mucho a las mujeres, somos precursores en la defensa y el respeto a las mujeres ¨, decía López Obrador en la mañanera de este jueves.

Acto seguido sostuvo que el conservadurismo es quien busca etiquetarlos de mala fe, y el famoso discurso de que ellos no son iguales y toda la narrativa retórica que busca reafirmar que el pasado era terrible, pero el presente es inmejorable. 

Lo más llamativo del mensaje del presidente fue cuanto criticó al gobierno español de prohibir las manifestaciones en Conmemoración del Día Internacional de la Mujer el próximo 8 de marzo, y dio la ¨bienvenida¨ a todas las mujeres que quisieran manifestarse en el Zócalo y plazas para ejercer el derecho de la libertad de manifestación.

Todo esto para que el día siguiente amurallen todas las plazas, entonces ¿qué tan diferentes son? Como después de eso se hacen llamar constructores de una ¨auténtica democracia¨ si cuando tienen enfrente un problema de magnitudes mayúsculas le ponen un muro a las víctimas para que estas no sean escuchadas

El amurallamiento de Palacio Nacional es una acción para proteger a la gente y al patrimonio de la humanidad, dijo este sábado la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum.

El presidente y el partido que representa no pueden llamarse defensores de las mujeres cuando apoyan y defienden la candidatura al gobierno de Guerrero, de Félix Salgado Macedonio, acusado formalmente de violación y abuso sexual, cuando califican de infundadas las acusaciones de una víctima.

Parece que al mandatario se le olvidó que en las luchas sociales no hay intereses inconfesables detrás, sino el deseo de millones de cambiar la realidad hacia una mejor, como él supuestamente decía hacer cuando hacía oposición a las atrocidades del pasado ¿por qué cambió la vara de medir las cosas ahora?

Austeridad para unos, bonanza para otros 

Un gobierno que de a poco se aleja de la realidad del país
Fotografía: Cuartoscuro

El año pasado en una sesión ordinaria de la Junta de Gobierno se determinó reducir en 151 millones de pesos el presupuesto del Instituto Nacional de Mujeres lo que representa el 75% del dinero de la dependencia.

Todo esto disfrazado bajo el argumento de ¨austeridad republicana¨, de evitar los excesos en el gobierno y querer acabar con la corrupción desde arriba, y quien se opusiera es porque apoya los abusos de los gobiernos anteriores.

Así es muy fácil deslindarse de la responsabilidad de decisiones que repercuten en la vida de las personas, escudarse bajo la figura de autoridad moral y acallar voces críticas acusándolas de estar en favor del ¨viejo régimen¨.

Mientras por un lado se recortaba en el presupuesto a INMUJERES, por el otro se aumentaba descaradamente el gasto en uno de los megaproyectos y caprichos del presidente, el aeropuerto en Santa Lucía.

De acuerdo con un reporte del Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP), la Secretaría de Defensa Nacional (SEDENA), dependencia encargada de la construcción del aeropuerto, gastó 128% más del presupuesto erogado por el Legislativo para el proyecto durante 2020.

El palacio legislativo de San Lázaro había destino un ejercicio de 5 mil 372 millones 200 mil pesos para Santa Lucía, pero la SEDENA gastó 12 mil 257 millones 200 mil pesos.

Según el informe, para el primer trimestre la Secretaría de Defensa ya había gastado el 97% del dinero, es decir, 5 mil 202 millones 200 mil pesos. 

Esto muestra que la 4T seguirá recortando a diestras y siniestras presupuestos de todas las dependencias con el objetivo de completar sus proyectos prometidos en la campaña cueste lo que cueste, la fotografía cortando el listón parece importarle más al presidente.

Voces de gobierno que justifican lo indefendible

Un gobierno que de a poco se aleja de la realidad del país
Fotografía: Cuartoscuro

Si ya era un asombro ver las murallas que bloquean el acceso a Palacio Nacional, las palabras del gobierno también hicieron lo propio para hacerlo ver como un acto de defensa a las mujeres.

Quienes alguna vez lucraron de los abusos y destrozos de las administraciones anteriores para encender la llama del justificado descontento social de las y los mexicanos y de esa forma posicionarse en cargos de alto nivel, hoy califican los señalamientos de malos ejercicios de ¨politiquería¨ o ¨guerra sucia¨. 

Nadie pidió que las cosas cambiarán a mejor de la noche a la mañana, todos los procesos que buscan cambiar estructuras llevan su tiempo.

Pero lo que destaca en este gobierno es la incongruencia, acciones que antes eran despropósitos hacia el pueblo, hoy son en defensa del pueblo

Palabras como el del Coordinador General de Comunicación Social, Jesús Ramírez , calificando a las muralla de ¨muro de paz ¨.

O las de la Jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum donde asegura que en la capital mexicana no se reprimen las manifestaciones sociales.

Pero, días antes, la policía capitalina reprimió a mujeres para impedir que pasaran a las puertas de Palacio Nacional, y, un día antes, casualmente, un hombre burló la seguridad y pudo hablar con el presidente.

poco a poco se alejan del país

Fotografía: Especiales

Lo que verdaderamente duele de todo esto es su apatía a un grave problema, no es que no temen acciones para evitar que ocurran estos delitos, es que pareciera que no quisieran ni intentarlo. 

Cada vez el gobierno pone barreras y se alejan de la realidad, es lamentable que las mujeres de este país sigan sin ser escuchadas a la vez que son masacradas despiadadamente, ojalá esto se rectifique pronto. 

Se acerca marzo

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Marzo está a la vuelta de la esquina y, en menos de quince días, se conmemorará un año de una de las manifestaciones más concurridas, estridentes y estremecedoras de las que México ha sabido: el estruendo de la calle seguida por el más sonoro de los silencios que provoca la ausencia de cientos de miles de mujeres que han muerto o desaparecido como consecuencia de una creciente violencia en su contra y que, lamentablemente, parece ser incontenible.

Cada año, el 8 de marzo, es una fecha en la que las tribunas públicas, las redes sociales y, en general, cualquier medio de comunicación, se colman con palabras y frases relacionadas con el tema de la violencia de género. Muchas groseramente condescendientes; otras denuncias vehementes aparejadas con cifras alarmantes de incrementos tanto en violencia como en cantidad, en tanto que pseudo dirigentes políticos —en grado de oportunistas— pretenden abanderar grupos y colectivos que legítimamente han dedicado vida y alma en erradicar ese terrible mal. En tanto que las instancias las gubernamentales dejan “para después” la articulación y ejecución de políticas públicas eficaces para prevenirlas, vigilar y sancionarlas, quedan en el olvido o —en el mejor de los casos— relegadas para un momento posterior.

violencia contra la mujer
Imagen: El País.

Desgraciadamente, a cada minuto que pasa, una mujer es violentada en el seno de su hogar; es agredida física, económica o psicológicamente por su pareja; degradada por sus padres, hermanos o primos; invadida en su espacio en el transporte público; vilipendiada por compañeros; prejuzgada por sus familiares y conocidos pero, lo más lamentable, abandonada por la sociedad, bajo el manto de la indiferencia y la comodidad de la justificación en convencionalismos y costumbres sin orígenes ni justificaciones definidas, pero intensamente arraigados, casi como dogmas, pese a lo absurdo, injustificado e irracional que estos sean.

Hoy las cifras que nos arroja el Sistema Nacional de Seguridad Pública precisan que en 2020 tuvieron lugar 940 feminicidios, que es la expresión máxima de la violencia contra la mujer. En tanto que las denuncias de violencia doméstica aumentaron en un 3.4% para hacer un promedio de 20 mil denuncias promedio al mes, lo que significa que, aproximadamente, 664 hogares por día, es decir, 28 familias por hora, denunciaron un episodio de esta naturaleza, en donde la mayoría de las víctimas fueron mujeres.

violencia de genero
Imagen: Cuba News.

Estamos en la puerta de una nueva oleada de denuncias, cifras y discursos en los que se ensalzará el papel de la mujer, la indignación por la violencia y la referencia a las cifras. Se prometerá acabar con ella y se le exigirá al gobierno atender el problema como si se resolviera por decreto; mientras eso ocurre, varias mujeres serán asesinadas y desaparecidas por el hecho de serlo, otras serán violentadas por sus parejas y familiares; acosadas por sus jefes —muchos protegidos por la impunidad y el influyentismo— agredidas, vilipendiadas y abandonadas por todo y todos.

Hoy, más que discursos, se requieren acciones contundentes que manden un mensaje efectivo de proscripción de la violencia de género. Ser implacable con quienes la promuevan y la ejerzan. Excluir de la representación popular a quienes sean acusados de ejercerla; pero, sobre todo, incrustar en la sociedad la conciencia que cualquier tipo de violencia es la exclusión de la razón y, consecuentemente, de nuestra propia humanidad.


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“Ya chole”: Un presidente desinteresado de la realidad de un país en crisis

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En un contexto de un país donde se asesinan a 940 mujeres por año, esto de acuerdo con las cifras oficiales de la Secretaría de Seguridad y Seguridad Ciudadana en 2020, donde crece las denuncias de violencia de género, al presidente de nuestro país parece no importarle el dolor de madres y familiares de víctimas.

Hoy, ante las crecientes denuncias contra la precandidatura de Félix Salgado Macedonio para la gubernatura del estado de Guerrero, Andrés Manuel López Obrador respondió: ¨Ya Chole¨.

Para nuestros amigos que no son de México o que no están familiarizados con la palabra, el presidente simplemente dijo ¨ ya basta ¨, suficiente con las denuncias contra el precandidato del partido que él representa quien tiene no sólo una, sino cinco denuncias de violación.

No sólo desestimó cualquier tipo de acusaciones contra Félix Salgado, sino que acusó que estas denuncias son realizadas desde las élites ¨ para que determinado partido no gobierne ¨.

El presidente, una vez más desvió la verdadera discusión, para situarla en el terreno de la moralidad y de los ¨ intereses ocultos ¨ de medios de comunicación, esto demuestra nuevamente el desinterés del mandatario a un profundo problema que las mujeres de nuestro país, lamentablemente, vienen sufriendo desde muchísimos años y esta administración no ha sido la excepción. 

Las excusas están a la orden del día, el gobierno actual, liderados por el presidente, no se hacen cargo de sus responsabilidades ni mucho menos les preocupa rendir cuentas por errores groseros, falta de empatía y siga usted contando, es más fácil culpar de lo malo a anteriores gobiernos que asumir responsabilidades, demostrando así su incapacidad de llevar adelante a un país que les otorgó la confianza.

Un gobierno y presidente que no les interesa la seguridad de las mujeres

Quienes deberían de decir ¨ ya chole ¨ son las millones de mujeres han sufrido de violencia, ¨ ya basta ¨ deberían de decir las mujeres que salen con miedo a las calles ante la ineptitud de un gobierno en corregir sus políticas de seguridad, pero importa promover la imagen de un presidente,
Fotografía: Reuters

Esta no es la primera vez que el presidente deslegitima y desprecia la lucha de millones de feministas o no empatiza con los familiares de víctimas de feminicidios en este país.

Recuerdan cuando el mandatario acusó de que en las manifestaciones feministas habían ¨ intereses ocultos¨, al igual que lo hizo la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum.

¨Eso es lo que quieren, señalarnos de autoritarios y no, no somos iguales, nosotros venimos de una lucha de muchos años en favor siempre de la justicia¨, acusando a los infiltrados dentro de estas marchas.

Este discurso del presidente, sumado a la defensa irrestricta a la candidatura de Félix Salgado Macedonio, son los que perpetúan que en nuestro país se sigan cometiendo feminicidios y abusos a la mujer por dejar que alguien acusado de violación ocupe cargos públicos.

Para el presidente todo señalamiento en su contra es una búsqueda de deslegitimar su gobierno y de que los ¨ neoliberales ¨ regresen al poder para cometer abusos, para el presidente toda crítica es sin fundamentos y que buscan polarizar, pero cuando el presidente hace una acusación es sinónimo de justicia y de la muestra de un presidente preocupado por el país que dirige. 

Lo más triste de todo esto es que se está dejando de lado la vital importancia de la vida de millones de mujeres que salen con miedo producto de una profunda crisis que azota a las mujeres, pero para el mandatario es más relevante anteponer su movimiento. 

Esto no quiere decir que a los gobiernos anteriores les importó, pero esta administración cuenta con una legitimidad e influencia sobre la población como ningún otro, ahí la importancia de que el mensaje sea otro.

¿No que daría el ejemplo de arriba para abajo?

Quienes deberían de decir ¨ ya chole ¨ son las millones de mujeres han sufrido de violencia, ¨ ya basta ¨ deberían de decir las mujeres que salen con miedo a las calles ante la ineptitud de un gobierno en corregir sus políticas de seguridad, pero importa promover la imagen de un presidente,
Fotografía: Proceso

En cientos de ocasiones y, como parte fundamental de su campaña en 2018, el presidente reiteró que daría el ejemplo y que con ello se acabarían males como la corrupción, por ejemplo.

Sostuvo y todavía sostiene que dando el ejemplo de arriba para abajo se acababa el problema sencillo ¿no?

Si AMLO cree cierta esa premisa, pues por qué no se atreve a condenar el machismo, los feminicidios, violaciones y abusos contra la mujer desde su discurso para así dar el ejemplo y erradicar estas conductas de nuestro país. 

Pero bueno, lógicamente, esta labor no es algo que solamente le compete al presidente, aunque sí es parte fundamental, esto incluye a todos nosotros y a miembros del partido que representa el presidente y sus defensores.

Porque lo más desagradable para con las víctimas de feminicidios violaciones y abusos contra la mujer, es que salgan los defensores del presidente a justificarlo, diciendo que los ataques son directamente contra él en un tema que no tiene nada que ver, pero curiosamente sí opina y apoya la candidatura ¿eso es involucrarse o apartarse?

Cada uno sabrá como tiene la conciencia al permitir que un violador, una persona que cometió un delito grave llegue a ocupar un cargo político, algo que prometieron miles de veces, no volvería a ocurrir y que eso era cosa del pasado. 

MORENA, al igual que el presidente, se desligó del problema, diciendo que fueron las encuesta que pusieron a Salgado como candidato y no ellos directamente, que ahora es parte de las autoridades de justicia hacer su trabajo.

¿Qué fácil no? Como que el partido no tuviese, primero la responsabilidad de aceptarlo en su militancia y permitirle que participe en su propia encuesta para saber si podía contender por un cargo público. 

Exigencias sin intereses, sólo se busca justicia

Quienes deberían de decir ¨ ya chole ¨ son las millones de mujeres han sufrido de violencia, ¨ ya basta ¨ deberían de decir las mujeres que salen con miedo a las calles ante la ineptitud de un gobierno en corregir sus políticas de seguridad, pero importa promover la imagen de un presidente,
Fotografía: EFE

Sería necio señalar nuevamente que las campañas de AMLO y de todos los políticos de MORENA se basaron en que ellos harían bien todo lo que se hacía mal y que en su gobierno no existiría cosas como Ayotzinapa, Estafa Maestra, violencia desmedida, entre otras atrocidades que ocurrían en gobiernos pasados.

Pero es importante tener en cuenta que ellos fueron los que juraron gobernar con el ejemplo y mientras eran solo aspirantes a un puesto, se cansaron de señalar malos actos de las administraciones pasadas bajo la premisa de ser los defensores de la justicia, en ningún momento ellos respondían a intereses más allá que los del pueblo. 

Si el presidente o miembros de su partido no se enteran todavía, las luchas sociales no tienen ningún interés detrás, mas del que cambiar los paradigmas bajo los que se viven, tener cambios palpables que se reflejen en la sociedad.

Si ustedes afirman que hay intereses ocultos detrás de todo movimiento, entonces están diciendo indirectamente que el movimiento que supuestamente están llevando a cabo, también contó con intereses ocultos.

Quienes deberían de decir ¨ ya chole ¨ son las millones de mujeres han sufrido de violencia, ¨ ya basta ¨ deberían de decir las mujeres que salen con miedo a las calles ante la ineptitud de un gobierno en corregir sus políticas de seguridad, pero importa promover la imagen de un presidente.

Este gobierno se ha caracterizado por las incongruencias, las excusas siguen a la orden del día y no se cansarán de justificar sus ineficiencias, culpando a los errores del pasado, si sabían que todo estaba tan mal ¿por qué asumieron la responsabilidad y llenaron de esperanzas a millones? 

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Campo Algodonero

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El despertador sonó a las 6:00 a.m. y, aún con mucho sueño y oscuro afuera, hay que levantarse y arreglarse para subirse al camión que me llevará a la maquiladora donde empecé a trabajar para colaborar con mi madre a los gastos. Ella me ayuda a calentar agua para el café y me acerca un pan. Me da su bendición al salir. Nunca más regresé.

El Caso “Campo Algodonero” fue la punta del iceberg que comenzó a hacer visible la vulnerabilidad de ser mujer en México ante los ojos del mundo. Y aunque desde al menos 1993 se empezó a acuñar la frase “muertas de Juárez”, por los cuerpos de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez y cuyos homicidios quedaban impunes, fue hasta el 2007 que la Corte Interamericana de Derecho Humanos (IDH) presentó demanda contra México e inició el caso, emitiendo sentencia el 16 de noviembre del 2009. Huelga aclarar que antes de ser asesinadas, Claudia, Esmeralda y Laura, fueron violadas y torturadas.

La valentía de madres y familiares sin tregua ante el monstruo de la impunidad, lograron condena. La Comisión que presentó el caso, solicitó a la Corte IDH que declarase al Estado Mexicano responsable por la violación de los derechos consagrados en los artículos 4 (Derecho a la Vida), 5 (Derecho a la Integridad Personal), 8 (Garantías Judiciales), 19 (Derechos del Niño) y 25 (Protección Judicial) de la Convención, en relación con las obligaciones establecidas en los artículos 1.1 (Obligación de Respetar los Derechos) y 2 (Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno) de la misma, y el incumplimiento de las obligaciones que derivan del artículo 7 de la Convención para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer (“Convención Belém do Pará”).

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Imagen: Plumas Atómicas.

En el Caso Campo Algodonero, el Informe de la Relatoría de la CIDH señaló que la violencia contra las mujeres en Ciudad Juárez “tiene sus raíces en conceptos referentes a la inferioridad y subordinación de las mujeres”. A su vez, el CEDAW resaltó que la violencia de género, incluyendo los asesinatos, secuestros, desapariciones y las situaciones de violencia doméstica e intrafamiliar “no se trata de casos aislados, esporádicos o episódicos de violencia, sino de una situación estructural y de un fenómeno social y cultural enraizado en las costumbres y mentalidades”, y que estas situaciones de violencia están fundadas “en una cultura de violencia y discriminación basada en el género”.

Así llegamos a adoptar el término feminicidio, propuesto por Diana Elizabeth Hamilton Russell durante el proceso Campo Algodonero, activista feminista sudafricana, que dedicó su vida a luchar contra la violencia hacia las mujeres; y una de las principales organizadoras del Tribunal Internacional de Crímenes contra las Mujeres celebrado en 1976 en Bruselas.

En México se incorporó el feminicidio al Código Penal Federal en 2012, en el artículo 325, y es precisado como el delito de privar de la vida a una mujer exclusivamente por razones de género, que se enlistan así: violencia sexual previa al asesinato; lesiones o mutilaciones físicas infamantes o degradantes; antecedentes de violencia doméstica, laboral o escolar; relación sentimental con el agresor; amenazas, acoso u hostigamiento previo; privación de la comunicación y exposición pública del cuerpo de la víctima.

A quien comete el delito de feminicidio se le impondrán de 40 a 60 años de prisión y de 500 a 1000 días multa. Además de tales sanciones, el inculpado perderá todos los derechos con relación a la víctima, incluidos los de carácter sucesorio. Al servidor público que retarde o entorpezca maliciosamente o por negligencia la procuración o administración de justicia se le impondrá pena de prisión de tres a ocho años y de quinientos a mil quinientos días multa, además será destituido e inhabilitado de tres a diez años para desempeñar otro empleo, cargo o comisión públicos.

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Imagen: E-Consulta.

Nuestra Ley General del Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, vigente desde 2007, define en su artículo 21 la violencia feminicida como “la forma extrema de violencia de género contra las mujeres, producto de la violación de sus derechos humanos, en los ámbitos público y privado, conformada por el conjunto de conductas misóginas que pueden conllevar impunidad social y del Estado y puede culminar en homicidio y otras formas de muerte violenta de mujeres”. Y en el artículo 22 define “Alerta de violencia de género” al “conjunto de acciones gubernamentales de emergencia para enfrentar y erradicar la violencia feminicida en un territorio determinado, ya sea ejercida por individuos o por la propia comunidad”. Lo que obliga al Estado a garantizar la seguridad de las mujeres, el cese de la violencia en su contra y eliminar las desigualdades producidas por una legislación que agravia sus derechos humanos.

¿Cuándo dejará de ser letra muerta?

Referencias:
Corte Interamericana de Derechos Humanos, “Caso González y otras (‘Campo Algodonero’) vs. México”, 16 de noviembre de 2009.


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