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Marcha 8 de marzo ‘Por las que ya no están’

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Marcha 8 de marzo: horarios, rutas y todo lo que tienes que saber

Las mujeres mexicanas buscan hacer oír su voz y exigir mayores garantías de sus derechos, equidad de género y seguridad a su integridad física.

En una de las sociedades en las que el hombre ha llevado la batuta en la mayoría de los sectores, las mujeres se levantan empoderándose y exigiendo en un hecho sin precedentes un freno total a la violencia de género y a la ola de feminicidios sin respetar edad ni estatus y que ha horrorizado al país.

En el marco de la conmemoración del ‘Dia Internacional de la Mujer’ la marcha del 8 de marzo convoca a mujeres de todas las edades a protestar por sus derechos. Agrupaciones y colectivos feministas han hecho un llamado a manifestarse en al menos 20 ciudades en todo México.

En la Ciudad de México la marcha del 8 de marzo iniciará en el Monumento a la Revolución rumbo al Zócalo Capitalino, haciendo una parada en la Antimonumenta ubicada frente al Palacio de Bellas Artes.

Mapa marcha 8 de marzo
Google Maps

La convocatoria es a las 14:00hrs., del domingo con el rostro cubierto o descubierto, respetando el orden de los contingentes indicados en redes sociales.

Marcha 8 de marzo contingente
Imagen: Redes Sociales

Marcha del 8 de marzo en otras ciudades de México

Toluca 

En esta ciudad se está convocando a dos movilizaciones: la primera tendrá como punto de reunión la Alameda Central y dará inicio a las 16:00 horas. Tendrá como punto de llegada la Plaza de los Mártires.

Querétaro

Las manifestantes se reunirán a las 16:00 horas en la Plaza de la Constitución. 

Monterrey

La Explanada de los Héroes será el punto de partida de la marcha del 8 de marzo en Monterrey; se ha citado a las 16:00 horas, sin embargo habrá actividades culturales desde dos horas antes.

Aguascalientes

En la zona hidrocálida las actividades iniciarán desde una noche antes; pues el punto de congregación de las manifestantes será Exedra, el sábado 7 a las 22:00 horas.

Guadalajara

En la perla tapatía las manifestantes se congregarán a las 18:00 horas en Plaza Universidad, desde ahí marcharán hasta la Glorieta de las Personas Desaparecidas. Sin embargo desde las 11 d ela mañana se efectuarán actividades y talleres en el punto de reunión.

Tampico

En esta ciudad tamaulipeca la marcha iniciará a las 16:30 horas, y tendrá como punto de reunión el Walmart Alijadores.

Abril Pérez, se reabre la herida del feminicidio

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Detienen a presuntos asesinos de Abril Pérez esposa de ex CEO de Amazon México

El caso del asesinato de Abril Pérez fue otro feminicidio que conmocionó al país en 2019 por la violencia a mano armada que se ejerció sobre ella y la presunta complicidad de su esposo, Juan Carlos García, ex CEO de Amazon México y posteriormente directivo en Grupo Elektra, señalado por la familia como posible autor intelectual del asesinato.

Poco más de tres meses después del asesinato registrado el 25 de noviembre en la Colonia El Carmen, cuando Abril Pérez viajaba como copiloto en un vehículo sobre Rio Churubusco cuando fue impactada con dos impactos de arma de fuego, la Secretaría de Seguridad de la Ciudad de México anunció la detención de dos individuos presuntos autores materiales del crimen.

En enero 2019, Abril Pérez denunció violencia familiar e intento de homicidio por parte de su esposo. En la audiencia inicial, Juan Carlos fue procesado y un Juez de Control le dictó prisión preventiva oficiosa pero después quedó libre porque el delito fue reclasificado.

El 29 de noviembre, Federico Mosco González y Luis Alejandro Díaz Antonio, los jueces involucrados en la reclasificación del caso de Abril Pérez Sagaón, quedaron suspendidos “hasta que concluya el análisis de lo actuado”.

En diciembre pasado, el exesposo de Abril Pérez Sagaón fue ubicado en San Diego, California.

Sin embargo, en una carta enviada a la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, Juan Carlos García rechazó “categóricamente” estar involucrado en el crimen.

“Yo como padre, nunca hubiera querido que pasaran por esta situación que los ha afectado (a sus hijos) y nos ha cambiado la vida por el dolor que esto ha generado”, se lee en la misiva.

Juan Carlos García, quien aún se encuentra prófugo, solicitó ser juzgado de manera justa e imparcial y “con estricto apego al marco jurídico para que se logren esclarecer los hechos por los cuales me encuentro vinculado a proceso”.

‘Un día sin mujeres’, el origen del movimiento

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Orígenes del movimiento feminista que derivó en el paro nacional ‘un día sin mujeres`

Se espera que para el 9 de marzo miles de mujeres se ausenten de sus trabajos, colegios, no realicen actividades domésticas, no salgan a centros comerciales y demuestren, en un acto simbólico, la importancia y el rol que juega el sexto femenino en la economía, la política y en las actividades civiles en general.

La iniciativa que derivó en el paro nacional ‘un día sin mujeres’ inició con Arussi Unda, una mercadóloga de Veracruz que saltó inesperadamente a la fama cuando se convirtió en la portavoz de varios colectivos feministas que llamaron a un inédito paro de mujeres para protestar contra la violencia de género, crecientes feminicidios y la impunidad en su país.

Su colectivo, “Brujas del Mar”, que inició como un grupo cerrado en Facebook y ahora cuenta con 15 mujeres miembros, salió a la luz en redes sociales en septiembre del 2019 luego de protestar en favor del aborto, como parte del movimiento de “pañuelos verdes”, y hacerse eco de los abusos contra las mujeres.

A mediados de febrero y tras sonados feminicidios, las Brujas del Mar colgaron de sus redes la convocatoria a un paro nacional “un día sin mujeres”, que llama a las mujeres a no ir a trabajar, no estar en las calles, no hacer compras ni ir a estudiar el 9 de marzo.

Tras su rápida viralización, la convocatoria fue apoyada por grandes empresas, dependencias gubernamentales, colegios, universidades y organizaciones indígenas que dijeron que dejarían que las mujeres participaran sin descontarles el día.

“Esto es como la historia de Cenicienta”, dijo respecto a la acogida y sonoridad del paro, ideado por el colectivo “Primero Somos” y también apoyado por otros dos de Ciudad de México.

“Es como el pueblillo olvidado, del colectivo chiquito, de las doñas nadie (…) pero tarde o temprano algo así iba a pasar”, dijo la activista de 32 años en entrevista con Reuters, agregando que su agrupación se financia con venta de pañoletas y llaveros y el dinero que ponen sus agremiadas de su propio salario.

Negando estar vinculada a algún partido político, Unda aseguró que el paro fue detonado tras un sangriento feminicidio el mes pasado en Ciudad de México, cuando un hombre mató a su pareja, la desolló y desechó partes de su cuerpo por el desagüe, lo que desató protestas e indignación.

“Las mujeres en México estamos hartas de los diferentes tipos de violencia que se ejerce en contra de nosotras en todos los espacios”, expresó la activista desde el suroriental estado Veracruz.

Allí, los feminicidios se dispararon casi un 300% desde 2015 -cuando empezaron a contabilizarse- hasta 2019 cuando se reportaron 159 casos. En todo el país la cifra creció un 137% en el mismo lapso.

“No es solamente por la evidente crisis de feminicidios que hay en México sino también es en el día a día, en las casas, en las escuelas, en los trabajos. No hay en este momento un lugar que sea seguro para nosotras”, explicó.

Unda cuestionó los llamados del presidente Andrés Manuel López Obrador a que la población no debe dejarse “manipular” por los “conservadores” que buscan atacar a su gobierno.

“Me parece muy machista pensar que un paro que se está haciendo a nivel nacional de tantas mujeres, a fuerza tiene que haber un hombre para que esto tenga sentido”, dijo. “¿Entonces nosotras somos tontas?”.

Un Día sin Mujeres: Paro Nacional

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La marcha programada para el próximo domingo 8 de marzo –proclamado como Día Internacional de la Mujer– y el paro nacional al siguiente día, han dividido a la opinión pública nacional. Basta echar un vistazo a las redes sociales y los tradicionales medios de comunicación para comprobarlo. Comentarios de toda índole marcan, por una parte, la adhesión al llamado paro nacional, atribuido al grupo veracruzano autollamado Las Brujas del Mar y, por la otra, el rechazo a éste, por un sinnúmero de mujeres.

Ambos bandos libran esta batalla que dejará huella en la lucha por terminar con las muertes de miles de mujeres asesinadas en México, dentro de la espiral de violencia que hoy nos envuelve. Los pros y los contra, las controversias entre defensores y opositores, los choques entre posicionamientos institucionales y posturas de grupos y organizaciones sociales, constituyen el campo de batalla sobre estos hechos que han conmocionado parcialmente la conciencia social del país.

paro nacional de muejres
Ilustración: EKO.

Estos asesinatos dolorosos infieren lesiones colectivas que nos llevan a reflexionar sobre su gravedad. Nadie puede negar el derecho de las mujeres a exigir el cese de los crímenes de que son objeto y menos aquellos reclamos sobre la igualdad y el respeto que merecen como seres humanos. Esta lucha tiene profundas raíces históricas, religiosas, económicas, sociales, ideológicas y éticas. A través de los siglos la mujer ha sido humillada, sometida y avasallada en su dignidad y en sus derechos. Desde ser considerada en comunidades de la Antigüedad como una servidora incondicional del hombre –la misma Biblia así lo establece en el libro del Génesis, y el Corán no se queda atrás–, hasta impedirles en muchas naciones a disfrutar una vida conforme a su condición, porque basta valorar que con su incansable trabajo cotidiano han contribuido al avance de la civilización y culturización de la humanidad.

La agudización del problema en México deviene en altos índices de feminicidios.  Se consideran 10 asesinatos al día, sin contar aquellos de los que no se tiene noticia ni denuncia alguna, primordialmente entre las comunidades indígenas y en el amplio segmento social en que priva la extrema pobreza. Dos casos paradigmáticos, el de la joven Ingrid y la niña Fátima, equiparables a los de los 43 jóvenes desaparecidos en Ayotzinapa, Guerrero, es el combustible que ha prendido la chispa de un movimiento que se inscribe en un mundo convulsionado por la irrupción del máximo empoderamiento femenil que, junto al cambio climático y el exiguo crecimiento económico de los países, dominan la escena de las dos primeras décadas del presente siglo.

alto a la violencia de genero
Ilustración: Nexos.

Sin embargo, también existe un lado oscuro en las iniciativas de la marcha y el paro nacional, que son voces predominantes en el escenario nacional, al señalar que algunos partidos políticos, entre ellos Acción Nacional –especie política en extinción para muchos–, se han colgado del movimiento y lo aprovechan para llevar agua a sus molinos al apoyarlo. También destaca la injerencia del partido México Libre, pendiente de registro, del expresidente Felipe Calderón y su esposa Margarita Zavala, excandidata a la Presidencia de la República, que contrario a sus criterios sobre temas como el aborto que ambos repudian, y el caso de los 49 niños muertos en la guardería ABC de Hermosillo, Sonora, que solaparon abiertamente, ahora muestran una actitud hipócrita e incoherente con los principios que han esgrimido tenazmente.

El presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha expresado su respeto irrestricto a los derechos de las mujeres, pero no deja de advertir que existen infiltraciones de la ultraderecha, a los que generalmente gusta llamar “conservadores”, que pueden desvirtuar los propósitos esenciales del llamado paro nacional, bautizado como: Un Día Sin Mujeres.

Los resultados de ambas acciones, orientarán los caminos a seguir en el futuro en la permanente y necesaria lucha por dar el sitio que les corresponde a todas las mujeres mexicanas.


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#UnDíaSinNosotras: El virus detrás de la violencia de género

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Una Voz Especializada desde el Extranjero

En esta ocasión cedo mi espacio a la pluma de mi sobrina Valentina Prida, una destacada psicóloga de la Ibero, interesada profundamente en los estudios de género y su impacto en la sociedad, que tiene la ventaja de analizar el fenómeno del #UnDíaSinNosotras desde la perspectiva de Chicago, donde actualmente radica. Valentina es maestra en Psicoterapia de Pareja y Familia por la Adler University de esa ciudad, con especialidad en Emotionally Focused Therapy, y es miembro de la American Association for Marriage and Family Therapy y de la Delta Kappa International Marriage and Family Therapy Honor Society.

Le hice esta invitación ante el llamado que ella misma nos hizo a los hombres de México a unirnos a esta lucha, y ante la impotencia que siente al estar fuera de México. Intento de esta manera contribuir con mi solidaridad a visibilizar la vulnerabilidad que padecen cientos de miles de personas por la violencia de género en México, y a invitar a que más hombres nos sumemos a esta causa alzando nuestra voz. Yo alzo mi voz a través de la pluma de Valentina, para darle la potencia que requiere, como una forma de reconocer mi responsabilidad en esta lucha de la que quiero formar parte.


Por Valentina Prida.

Es claro que en México se está viviendo una crisis de violencia hacia la mujer donde el número de feminicidios, agresiones y violaciones incrementa de forma alarmante cada día. Un problema de esta magnitud requiere que se sumen todas las voces posibles. Utilizaré mi voz para unirme a esta lucha desde una perspectiva psicológica y de género, analizando de manera profunda cómo es que hemos llegamos hasta aquí como sociedad, entendiendo la influencia que tienen los sistemas sociales en el comportamiento humano.

valentina prida
Valentina Prida en Chicago.

Es importante resaltar que todos jugamos un rol en esta dinámica de violencia, ya sea como testigos pasivos, abusadores o víctimas. De hecho, estos roles son cambiantes: es probable que el que perpetúa la violencia haya sido víctima y/o testigo de violencia en algún momento de su vida, lo que nos invita a cuestionarnos ¿quiénes son los hombres detrás de estos actos de violencia?, ¿cuáles fueron las experiencias que los formaron como personas? Si pudiéramos entender por qué se sigue repitiendo el mismo patrón, quizá podríamos encontrar una solución social a este problema.

La identidad de México ha sido construida bajo una estructura patriarcal, colocando a los hombres en posiciones de autoridad y de poder. Por su parte, el machismo ha perpetuado al patriarcado como un conjunto de creencias, comportamientos, etc., que promueven y refuerzan la opresión a la mujer, y aunque en teoría, pretende beneficiar al hombre, también lo condena, limitándolo a lineamientos estrictos de comportamiento que pretenden llegar a un ideal inalcanzable de lo que significa ser hombre.

Desde una temprana edad se les dice a los niños que deben de ser fuertes, se les enseña a esconder sus sentimientos y a no pedir ayuda. Muchos hombres crecen en familias donde la violencia es normal. Ver a su padre golpear a su madre es algo común y aunque traten de resistirlo, muchos terminarán repitiendo ese patrón simplemente porque no se les presenta un modelo alterno de masculinidad. Es la ley de la selva en la cual sobrevive el más fuerte. Una de las formas de demostrar esa fortaleza es compitiendo con otros hombres y hacerla evidente también a través de la dominación a las mujeres, abusando del poder que la sociedad les ha conferido. ¿Cuál es el riesgo de no encajar o no pertenecer a esa exclusiva definición de masculinidad? Ser percibido como débil, impotente, manipulable, emocional, etc., con los altos costos sociales que esto implica.

Metafóricamente, este sistema de patriarcado junto con sus principales síntomas, empezando por el machismo, son como un virus con el cual hombres y mujeres en este país nacemos infectados casi sin que nos demos cuenta. Lo que hace más difícil la cura o la lucha contra este virus, es que lo internalizamos y se vuelve parte de nosotros. Unas de las características principales de este virus es que se alimenta de dividirnos como sociedad, nos silencia e impide que nos cuestionemos su impacto.

machismo y violencia de genero
Ilustración: Rachel Levit.

¿Cuál es el antídoto para el machismo? Se requiere de una introspección profunda para entender cómo es que el machismo ha influenciado en quiénes somos, nuestros pensamientos y cómo actuamos.

Es necesario abrir un diálogo entre hombres y mujeres para que a través de la empatía podamos entender el impacto que el machismo ha tenido en los hombres y la manera profunda en la que ha dañado a las mujeres. Únicamente, a través de la concientización podremos modificar nuestro lenguaje, pensamiento y acciones, generando un efecto dominó que empieza con nosotros mismos, después en nuestras familias, en nuestras escuelas y trabajos, y eventualmente tendrá un impacto en nuestras comunidades.

Nos encontramos en un punto crítico y crucial de la historia de México. De esta crisis nace la oportunidad de crear una nueva realidad donde las mujeres mexicanas puedan llevar una vida sin miedo y libre de violencia. Es necesario que todos reflexionemos sobre la responsabilidad que cada uno tenemos en este trabajo. Aquellos que cuentan con voces que suenen más fuerte, tienen una mayor responsabilidad de alzar la voz. Podemos sanar a nuestro México de este virus si movilizamos juntos esta lucha.


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El 9 de marzo, un parteaguas para el país

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En Confianza e Impulso Ciudadano A.C., la organización civil que recién lanzamos ha dejado en las mujeres –que son abrumadora mayoría en nuestras oficinas– la decisión de acudir o no el próximo 9 de marzo, día en que se ha convocado el paro nacional, a partir de la convocatoria de miles de ellas para protestar en contra de las diferentes formas de violencia que muchísimas mujeres sufren diariamente en todo el país. El resto, apoyaremos esta acción y tampoco acudiremos.

Apoyar es lo mínimo que podemos hacer todos frente a esta crisis que lleva demasiados años y que ha puesto en enorme riesgo en México a mujeres de todas las edades. Nuestra obligación es respaldar, ayudar y no callar sobre un problema en el que los varones tenemos una responsabilidad y podríamos hacer mucho más para garantizar la seguridad de las mujeres en nuestra nación.

Porque en la mayoría de los aspectos de la vida, personal y social, las mujeres mexicanas han demostrado estar no sólo a la altura de los hombres, sino muy por encima, aunque en peores condiciones de ingreso, trato y oportunidades. Y todo eso debe cambiar.

apoyo a las mujeres
Ilustración: @mariahesse.

Si queremos que la violencia se reduzca, que los delitos disminuyan, y podamos construir una sociedad equilibrada, justa, igualitaria, entonces debemos apoyar este paro nacional. No perdamos el tiempo en discutir a quién beneficia o no políticamente, eso creo que queda bastante claro a partir de la grilla barata que se ha producido por esta convocatoria.

A nosotros, las ciudadanas y ciudadanos, nos corresponde modificar un sinnúmero de malos hábitos que se han incorporado a una cultura tóxica en la que las mujeres mexicanas hoy son el objetivo de los peores crímenes y atrocidades. Solucionar este entorno demanda una educación diferente, prácticas empresariales y políticas públicas distintas, que brinden el mismo trato para todos.

De otra manera, estamos perdiendo otro de los pocos activos sociales y demográficos que nos quedan: una mayoría (no lo olvidemos) de mujeres que votan, trabajan, contribuyen y atienden a familias completas, en condiciones complicadas.

El surgimiento de este paro, junto a muchas otras iniciativas sociales que se han desprendido de ésta, puede ser un parteaguas en las maneras en que este sistema político y económico ha tratado a las mujeres, además de desaprovechar el potencial que significan para llevar al país a las metas que exigimos diariamente como sociedad.

Esta muestra de organización puede convertirse también en la chispa que necesitábamos para caminar en la misma dirección y dejar de dividirnos por tonterías, entre ellas la politiquería, y por fin avanzar para consolidarnos como una nación moderna, abierta y solidaria.

paro nacional de mujeres
Ilustración tomada de @amaliatart.

La historia nos ha brindado muchas oportunidades para recomponer y modificar el camino, no siempre las hemos aprovechado e incluso se nos hizo más fácil hacernos una comunidad indiferente, ajena, poco colaborativa, mientras la violencia, la corrupción y la impunidad no arrasaban.

Los gobiernos están tomando las decisiones que les tocan, dictadas por las obligaciones que se encuentran en las leyes y normas que nos hemos impuesto para convivir como una sociedad civilizada; ahora se unen las empresas, el sector privado, para revisar muchas de las políticas que han seguido en sus compañías acerca del trato a las mujeres; a las ciudadanas y ciudadanos, a la sociedad, nos corresponde hacer lo mismo y condenar cualquier abuso, por mínimo que sea, en contra de cualquier mujer, y mucho más una agresión; pero, de la misma forma, educar desde casa a hombres y mujeres en una idea de igualdad, de respeto, de sana convivencia y de valores que hemos perdido a merced de la discriminación, los prejuicios, los estigmas y el dinero a cualquier precio.

Este 9 de marzo tenemos una nueva oportunidad, todos, de cualquier género, aprovechémosla.


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Indolencia social ante los feminicidios

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Es imposible no sentirse horrorizado ante casos como los de Ingrid Escamilla o la menor Fátima Aldrighett, pero esto empeora al saber que durante el mes de enero de este año se contabilizaron 73 feminicidios en nuestro país. No es posible imaginar el sufrimiento de las personas cercanas de cada una de las víctimas de la violencia.

El problema es complejo y tiene muchos ángulos, sin embargo, no puedo entender cómo somos tan reactivos y damos peso a estos casos cuando la opinión pública se involucra y, segundo, la manera en que se anuncian y convocan reuniones de diferentes organismos e instituciones para analizar y proponer soluciones. Pareciera que esto apenas estuviera comenzando y no existieran protocolos, políticas, leyes y procedimientos para atender esta situación tan grave, que cobra cientos de víctimas al año y que es sufrido por la mayor parte de las mujeres de este país en una u otra forma.

¿En verdad sólo atendemos o reaccionamos ante la presión? ¿En verdad tenemos que reunirnos como si no existiera nada y tuviéramos que dar los primeros pasos hacia una posible solución?

violencia de genero
Ilustración: Domestika.

La violencia de género es un problema que tiene que ver con conductas sociales aprendidas, aceptadas y normalizadas; el feminicidio no es un primer paso, se llega a través del tiempo y de la impasividad del entorno.

Atender los problemas de conducta social que terminan en estos crímenes atroces debe hacerse en las siguientes cuatro vertientes:

1. Educar; debemos enseñar desde edad temprana el respeto a la vida y a las personas; hacer énfasis especial en mujeres y personas vulnerables. Pero no sólo debemos educar a los menores, la educación debe ser constante, a todas las edades y en todos los ámbitos sociales.

2. Detectar; debemos ayudar y participar para encontrar a esas mujeres que están siendo violentadas y castigar a los agresores; responsabilizarnos en proteger a las personas que en este momento están sufriendo violencia y señalar a quienes cometen estas agresiones.

3. Comunicar; la denuncia es la fuerza más importante de una sociedad, deben existir las vías adecuadas de comunicación para que las mujeres que sufren algún tipo de agresión puedan pedir y recibir apoyo. Cada mujer que sufra violencia debe tener la oportunidad de pedir auxilio en cualquier circunstancia. Pero no sólo se trata de que las mujeres tengan oportunidad de pedir ayuda, cada uno de nosotros debe denunciar los actos de violencia que conozca.

4. Resolver; los casos de violencia hacia las mujeres deben ser resueltos y castigados, si eso no sucede, los agresores llegarán a ser cada vez más violentos, además pueden sumarse nuevos agresores que entiendan que no van a tener un castigo.

feminicidio
Ilustración: Luis Moor.

Todo lo anterior es necesario que esté circunscrito por un marco legal que garantice la protección y seguridad de las víctimas, pero sobre todo ¡debe ser conocido! He platicado con varias mujeres y les he preguntado si saben cómo proceder, a qué tienen derecho, qué seguridad les puede ser proporcionada, a qué organismos, instituciones o lugares pueden acudir en caso de sufrir un acto de violencia, y ninguna ha sabido responder a estas preguntas. Todos debemos tener claro nuestros derechos al respecto y los mecanismos para tener apoyo y ayuda.

Debemos dejar de estar persiguiendo sombras, no podemos jugar con la vida, seguridad y tranquilidad de millones de mujeres en México, seamos serios y responsables. Tengo claro que la solución no está en manos de una persona, institución o gobierno, pero si está en las manos de cada persona, institución y gobierno tener la voluntad de solución, no politicemos, no acusemos, no señalemos, no culpemos a otros por lo que sucede. La violencia de género es un fenómeno de violencia social que debe ser atendido en cuanto antes y de manera urgente.

Mientras escribo esto, millones de mujeres están siendo violentadas, agredidas y humilladas. Hoy existen protocolos, leyes y cursos de acción ante el problema de violencia de género, debemos difundirlos y ejecutarlos, para poder recibir retroalimentación de las mujeres.


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Más atole con el dedo

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Me ofende y molesta el protagonismo de los diputados de la República quienes, después del horrendo crimen de la niña Fátima y aprovechando vilmente la ocasión, se nos quieren presentar como adalides del derecho y de la justicia con una estúpida propuesta para aumentar las sanciones al delito de feminicidio en el Código Penal Federal.

Esto me parece una burla, porque cada entidad de la República tiene sus propios códigos penales y me parece que en todos los Estados se ha legislado ya sobre el tema del feminicidio.

Siendo así, la aplicación en los hechos, del Código Penal Federal en casos de feminicidio es francamente limitada. Trataré de explicar.

A lo largo de la conformación de nuestro país, surgieron primero diversos “territorios federales”, que más o menos son los que luego se convirtieron en Estados de la República. Los últimos tres territorios federales que en épocas recientes quedaban, eran el de Baja California y el de Quintana Roo, que en 1974 pasaron a ser dos entidades más del país.

El último territorio federal, lo era la capital de la República, es decir, el Distrito Federal, que en 2016 pasó a integrarse como una entidad más (la número 32) mediante el decreto del expresidente Peña Nieto, entidad que ahora se llama Ciudad de México.

supuesto voto femenino
Ilustración: Nexos.

En este orden de ideas, tendríamos que preguntarnos, ¿cuántos territorios federales nos quedan en el país, en donde sea aplicable el Código Penal Federal?

Pues bien, todas las islas mexicanas al no ser entidades federativas, se consideran territorios federales. De acuerdo con el INEGI, México tiene poco más de 3,000 islas de las cuales sólo 81 están habitadas por apenas casi 295,000 personas, esto en un país con más de 130 millones de habitantes.

De igual forma, se consideran territorios federales las embajadas mexicanas en el extranjero, por lo que de darse un feminicidio en una embajada, sería de aplicación el mencionado Código Penal Federal. Otra posible hipótesis es que se cometiera un feminicidio en instalaciones federales, IMSS, ISSSTE, PEMEX, etcétera.

En el resto de los casos, al existir una legislación penal en cada una de las entidades de la República, de cometerse el homicidio de una mujer, tendríamos que ver si dicha entidad de la República reconoce o no el delito de feminicidio.

En concreto, nuestros legisladores nos están dando atole con el dedo, pues saben –o deberían saber– que al aumentar la pena en el Código Penal Federal, el impacto es mínimo, pero como dije, aprovechándose de la ocasión, se quieren presentar ante nuestros ojos como adalides de la justicia. Nada más falso e hipócrita.

Nuestros hipócritas diputados con 415 votos a favor y 1 en contra, aumentaron la pena de 60 a 65 años de prisión para quien cometa un feminicidio, pero solamente en el ámbito federal. Digo y sostengo que son hipócritas, pues ellos saben que dicha modificación legislativa no tendría impacto en las diferentes entidades federativas, incluso no cambiaría nada en la misma Ciudad de México, escenario de los últimos y horrendos crímenes feminicidas como el de Abril Pérez, Ingrid Escamilla, Yaneth Rubí, Angélica Brisel, Annick Torres, o el más reciente, la pequeña Fátima.

Son hipócritas nuestros legisladores porque saben –o deberían saber– que, de acuerdo con los más recientes datos del INEGI, en 2018 hubo al menos 3,752 muertes de mujeres por homicidio, lo que dividido entre los días del año nos da un promedio escalofriante de 10.3 mujeres muertas por día. Ciertamente que este dato no refleja feminicidios, pues el INEGI al menos para 2018 sólo habla de homicidios cometidos en contra de mujeres.

feminicidio
Ilustración: Adan Vega.

Repito, poco más de 10 mujeres al día fueron asesinadas en 2018. La historia de asesinatos de mujeres no es nueva en nuestro país y creo que nuestros hipócritas legisladores lo saben –o deberían saberlo–. Así, si bien siempre han existido homicidios en contra de mujeres, nuestra historia reciente nos ofrece datos escalofriantes. Recordemos las muertas de Juárez (1993) quienes son quizá el precedente más importante para el surgimiento del delito de feminicidio. Recordemos también que fue en 2009 cuando por primera vez se responsabiliza internacionalmente al Estado mexicano en términos de feminicidio.

Efectivamente en 2009, la Corte Interamericana condena al Estado Mexicano “por la falta de diligencia” en torno a las investigaciones relacionadas con la desaparición y asesinato de tres mujeres: Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez, en lo que se conoció como el caso del Campo Algodonero.

De ahí a la fecha lo único que ha sucedido es el incremento constante de la violencia en México, y muy específicamente de la violencia en contra de las mujeres. Concluyo diciendo que, aun e imponiendo la pena de muerte, mientras los niveles de impunidad sigan como hasta ahora, con casi un 98% de delitos no sancionados, nuestros hipócritas legisladores saben –o deberían saber– que nada va a cambiar. Mientras a nuestro presidente le importe más su fraudulenta rifa del avión que la muerte de nuestras mujeres, el problema seguirá incrementándose.


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