Huawei

Estados Unidos-China, ¿y los librecambistas mexicanos?

Lectura: 4 minutos

Como hemos insistido en diversas ocasiones, desde 2018 y particularmente en 2020, las tensiones entre Estados Unidos y China se han incrementado hasta un punto en la actualidad en el que incluso un presidente como Biden poco podrá hacer para “normalizar” las relaciones con China en 2021. Mucho se ha destacado el caso del comercio; menos, pero igual de importante son los aspectos de instituciones culturales, diplomáticas y medidas en el ámbito del control de las exportaciones, de productos tecnológicos y las amenazas hacia fondos de inversión que incluyeran a empresas chinas, así como la amenaza de que empresas chinas que no cumplieran con las normas de auditorías estadounidenses, no pudieran cotizar en Estados Unidos, entre varios otros.

El caso de Huawei es emblemático para comprender la profundidad de la ruptura entre ambos países y, al menos tan importante, las implicaciones para terceros países: Estados Unidos pudiera hoy en día tomar medidas semejantes en contra de cualquier otra empresa y país, con o sin tratados.

Huawei restricciones USA
Imagen: Pasion Movil.

Veamos el caso de Huawei, una de las empresas emblemáticas del desarrollo tecnológico chino y, por el momento, con inigualable capacidad de ofrecer en la actualidad el servicio de 5G (en términos de costos y calidad). Desde 2018 la Administración Trump exigió la extradición de Meng Wanzhou –hija del fundador de Huawei– a Canadá, el proceso sigue en pie todavía. En noviembre de 2019 Estados Unidos pareciera haber cambiado su postura hacia Huawei –probablemente también considerando los servicios que ofrecen sobre todo a las zonas rurales en Estados Unidos–, al ofrecer una Licencia General Temporal para realizar importaciones de componentes estadounidenses requeridos para los múltiples productos de Huawei. En el transcurso de 2020 –y conforme se acercan las elecciones estadounidenses en noviembre de 2020– la postura de la administración pareciera haberse endurecido significativamente de nuevo: su reiterada aparición en las las listas de empresas monitoreadas (entity list) y la exigencia de que estas empresas inicialmente sólo pudieran utilizar insumos y compontes estadounidenses, desde julio incluso que utilizaran software estadounidense, sólo pudiera sobrellevarse si reciben un permiso explícito para cualquier proveedor de Huawei.

Este lunes 17 de agosto el Departamento de Comercio de Estados Unidos escaló aún más el caso de Huawei: ningún proveedor de Huawei podrá ofrecer sus servicios, partes y componentes a Huawei si utiliza software y/o partes y componentes estadounidenses sin contar con el permito del propio Departamento de Comercio. Es decir, Huawei no podrá comprar prácticamente ningún componente o servicio internacional desde el 20 de agosto de 2020 –prácticamente todos incluyen algún componente of software estadounidense, incluyendo fabricantes de semiconductores como TSMC y SMIC– sin el permiso explícito del Departamento de Comercio de Estados Unidos.

conflicto China y Estados Unidos
Imagen: El Cronista.

El caso de TikTok –de la empresa ByteDance– no es de menor relevancia: en cuestión de días la Administración Trump decidió que TikTok también pudiera convertirse en una amenaza para la seguridad nacional estadounidenses, a menos de que fuera adquirida –particularmente sus actividades en Estados Unidos– por Microsoft.

No es difícil imaginarse que la contraparte china tomará respectivas medidas en contra de empresas estadounidenses que China considerara estratégicas.

Estas tendencias, sin lugar a dudas, dan pie a múltiples reflexiones. Me permito aquí sin embargo, llamar la atención sobre el “silencio” de toda una serie de funcionarios, consultores y académicos en México resultantes del período 1988-2019: cientos de directores generales, subsecretarios, secretarios, consultores y demás aduladores de irrefrenables procesos de apertura, libre comercio y liberalización a ultranza en el campo, la energía, manufactura y servicios, ni hablar del comercio exterior. En su primera generación –y bajo el liderazgo de Pedro Aspe Armella y en el Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM)– todavía contaban con ciertos argumentos académicos relevantes en su momento; las posteriores generaciones se convirtieron en parte del establishment político de las respectivas administraciones y con argumentos crecientemente trasnochados y dogmáticos, con poco conocimiento y actualización en las respectivas temáticas. Pero al fin lograron justificar y defender sus “huesos”: puestos bien pagados, asesorías para el sector público y privado, ahora aprobadas por sus asistentes, etc.

TLCAN Mexico replica China
Imagen: Reporte Índigo.

Llama la atención que este significativo grupo de personas en la actualidad –relevantes en medios, consultorías, incluso en ciertas universidades y hasta secretarías (30 años no pasan en vano)– no ha levantado la voz –desde la perspectiva del libre comercio, por ejemplo–, ni ante la exigencia de la Administración Trump de renegociar el TLCAN, ni ante el “nuevo comercio administrado” impuesto por Estados Unidos desde 2018 internacionalmente y particularmente vis a vis China, y mucho menos ante estas medidas unilaterales de Estados Unidos en contra de empresas específicas en 2020 (Huawei, TikTok, etc.). Las implicaciones de estas medidas unilaterales implicarán una profunda disrupción del comercio internacional, olvidémonos del libre comercio y otros argumentos esgrimidos desde finales de 1980.

Las discusiones de estos grupos –hasta el reciente proceso de reformas energéticas– parecieran distar de interés académico y hasta ideológico y concentrarse meramente en su interés monetario y hasta personal, como lo demuestran las recientes denuncias del “Sr. L.”, ¿será?


También puede interesarte: ¿Y las PyMEs? El caso de la cadena del calzado.

China y Estados Unidos: tensiones in crescendo

Lectura: 4 minutos

Hemos insistido en esta columna que es fundamental comprender que las tensiones entre Estados Unidos y China se mantendrán en el largo plazo, y mucho más allá de las comerciales. Un par de aspectos son relevantes al respecto.

Primero. Todo indica que las tensiones irán en aumento entre ambos países y por lo menos hasta las elecciones en noviembre de 2020 en Estados Unidos. Los frentes en estas tensiones son múltiples: de la Organización Mundial de la Salud en plena crisis global del COVID-19 –con la seria amenaza de la Administración Trump de retirar su financiamiento a la OMS–, al cierre de Institutos Confucio en Estados Unidos ante presiones por parte del Departamento de Estado, así como el retiro de visas a periodistas, tensiones con respecto a Taiwán y el apoyo militar de Estados Unidos y ni hablar del comercio y el caso emblemático de Huawei. Las acusaciones por parte de la Administración Trump del “virus chino” y de su creación en laboratorios chinos –con la explícita amenaza de solicitar reparaciones– también es de la mayor relevancia ante la pandemia global.

Donald Trump y Xi Jinping
Donald Trump y Xi Jinping (Imagen: Financial Times).

Segundo. Ya habíamos analizado a detalle que “la tregua comercial” acordada entre Estados Unidos y China, el 15 de enero de 2020, era “ilusa”: China se comprometía a incrementar sus compras estadounidenses hasta en un 400% en un grupo de rubros agrícolas durante 2019-2021; ante la crisis del COVID-19 y el desplome del comercio internacional y particularmente entre Estados Unidos y China, los acuerdos de enero son absolutamente imposibles. Sería entonces completamente comprensible (sic) que la Administración Trump no esperara hasta 2022 para llegar a esta conclusión, sino que utilizara el argumento desde ya en el ámbito de la campaña electoral.

Tercero. Desde inicios de 2020 ambos países vienen restringiendo e imposibilitando que periodistas chinos en Estados Unidos y estadounidenses en China ejerzan sus labores bajo la calidad migratoria específica: el Departamento de Estado en marzo de 2020 exigió que un máximo de 100 periodistas chinos obtuvieran visas con tal fin –con lo que alrededor de 60 periodistas chinos perdieron esta calidad migratoria–; China canceló la visa de prácticamente todos los periodistas del New York Times, Washington Post y Wall Street Journal y el 9 de mayo de 2020 la Administración Trump volvió a escalar el tema:  periodistas chinos que trabajaran para empresas no-estadounidenses (sic) obtendrían una visa de trabajo de máximo 90 días. El tema es muy significativo, ya que el conocimiento directo entre ambos países se restringe signficativamente y dependerá crecientemente de terceras fuentes informativas.

Cuarto. El caso de Huawei, desgraciadamente, sigue haciendo olas y estando en el centro de las tensiones EEUU-China. Si bien las tensiones entre Huawei y Estados Unidos iniciaron formalmente al menos el 1º de diciembre de 2018 con la detención de Meng Wanzhou, alta funcionaria de Huawei e hija del dueño de Huawei, Ren Zhengfei, éstas han continuado al día de hoy: apenas el viernes 15 de mayo de 2020 el Departamento de Comercio de Estados Unidos exigió una licencia de exportación para cualquier empresa proveedora de semiconductores de Huawei, cuyos productos contaran con software o diseño estadounidense y/o de origen estadounidense.

Ren Zhengfei y Meng Wanzhou
Ren Zhengfei y Meng Wanzhou (Fotografías: CNN).

Esta nueva ley, a ser implementada desde el 29 de junio de 2020, es mucho más restrictiva que medidas anteriores –orientadas a fabricantes de semiconductores estadounidenses– y afecta a buena parte de la red de proveeduría de Huawei, incluyendo a empresas de Taiwán (TSMC) y de otras nacionalidades, con repercusiones para otras potenciales empresas en el futuro bajo el argumento de la “seguridad nacional” (estadounidense). El objetivo es explícito: impedir el éxito de Huawei con su tecnología 5G como baje global de las telecomunicaciones en el corto y mediano plazo.

Quinto. Apenas el 11 de mayo de 2020 la Administración Trump ordenó a un fondo de inversión de trabajadores del gobierno federal (TSP) de Estados Unidos no invertir en acciones chinas: las implicaciones para los flujos financieros –también de China en Estados Unidos– pudieran ser dramáticos en el corto plazo.

china y estados unidos
Ilustración: El Finaciero.

Todo lo anterior invita a examinar la relación EEUU-China como una relación entre dos grandes economías en plena competencia y con implicaciones mucho más allá del comercio. Es también de la mayor relevancia contrarrestar las “ilusas” opiniones de medios, funcionarios y organismos empresariales que insisten que México “automáticamente” se verá inundado por inversiones chinas ante estas tensiones. No existirán tales inundaciones y no se verifica empíricamente al día de hoy y hasta que las autoridades mexicanas –SHCP, SRE y Secretaría de Economía– no se tomen en serio la relación con China y consideren e implementen las ya existentes y propuestas agendas estratégicas México-China.


También puede interesarte: Inversiones chinas en México en 2020, ¿quién es responsable?

Así es el nuevo Huawei Mate Xs plegable

Lectura: 2 minutos

Huawei Mate XS lanzamiento precio y características

Huawei presentó una actualización de su teléfono inteligente plegable el lunes, con una pantalla más resistente y de mayor calidad con la que espera convencer a sus usuarios.

El nuevo Mate XS sale al mercado un año después de que el gigante tecnológico chino mostró su primer teléfono plegable, que tenía pantallas continuas para crear un monitor de ocho pulgadas. Ese aparato sólo salió a la venta en China en noviembre, una vez que la compañía mejoró su diseño.

El Mate XS tiene el mismo tamaño que su predecesor, pero viene con una pantalla más sólida y un mejor mecanismo de bisagra que vuelve al aparato más duradero, dijo el jefe de ventas de Huawei, Richard Yu, en una presentación de lanzamiento en Barcelona.

El lanzamiento fue transmitido desde Barcelona, donde se realizaría el Mobile World Congress esta semana antes de que fuera cancelado debido al brote de un coronavirus.

Samsung Electronics, el mayor fabricante de teléfonos inteligentes del mundo según volumen, tuvo listo su primer teléfono plegable poco antes que su rival, pero su lanzamiento fue retrasado luego de que los usuarios que los recibieron para realizar pruebas encontraron problemas en las pantallas.

La compañía surcoreana está perseverando en el segmento de la tecnología plegable y previamente este mes mostró un aparato con la forma de una polvera que se abría para mostrar un teléfono tradicional.

Huawei Mate XS lanzamiento precio y características
Foto: Huawei

Huawei Mate XS precio y características

El Huawei Mate Xs mantiene el mismo diseño de su antecesor, con algunas mejoras importantes. Primero, la bisagra Falcon Wing ha sido reforzada al estar basada en circonio y ya no en aleación de aluminio, pero más importante aún es la “mejor experiencia” que su ‘pantalla infinita’ promete. Además, el panel también ha sido reforzado con una segunda capa de polímero óptico, con licencia del sistema operativo Android de Google, después de que Estados Unidos prohibió a sus compañías hacer negocios con Huawei el año pasado.

Siguiendo con el tema de la pantalla, el panel flexible del Mate Xs mantiene las dimensiones del modelo anterior: 6.6 pulgadas en la pantalla frontal, 6.38 pulgadas en la pantalla trasera y 8 pulgadas en la principal interior. La principal diferencia en este aspecto es que los marcos de cada pantalla han sido reducidos en lo posible, para ofrecer la experiencia “sin bordes” que Huawei promete.

El Mate Xs estará disponible en una sola versión con 8 GB de RAM y 512 GB de almacenamiento interno, expandible hasta 256 GB con nanoSD, la tarjeta propietaria de Huawei.

Respecto a la batería, el Mate Xs tiene en su interior dos piezas que en conjunto alcanzan 4,500 mAh con carga rápida SuperCharge de 55W por USB Type-C.

Finalmente, hablemos de fotografía. El Mate Xs integra cuatro sensores traseros con la firma de Leica: principal de 40 megapixeles f/1.8, ultra gran angular de 16 megapixeles f/2.2, telefoto de 8 megapixeles f/2.4, y sensor ToF para captura de profundidad.

La mejor versión del teléfono plegable tendrá un precio de 2 mil 710 dólares (51 mil 603 peso mexicanos) y saldrá a la venta en todo el mundo el próximo mes.

Huawei y Estados Unidos: ¿la vida es bella?

Lectura: 4 minutos

Como en la bella película de Roberto Benigni, “La vida es bella”, en donde un padre judío busca proteger a su hijo de la violencia y del racismo del fascismo alemán en un campo de concentración, lo cual no logra (por cierto), pareciera que también en el caso de la relación entre Estados Unidos y Huawei “la vida es bella”: apenas el 18 de noviembre de 2019 el Departamento de Comercio anunció, en un escueto escrito, que la institución “extiende a Huawei una Licencia General Temporal”. El escrito señala en un par de líneas que el Departamento de Comercio de Estados Unidos –y puntualmente su Buró de Industria y Seguridad (BIS, por sus siglas en inglés)– prolongó por 90 días una Licencia General Temporal para que la empresa china Huawei, así como sus filiales, continuaran con sus actividades en Estados Unidos, incluyendo las compras de Huawei por parte de empresas estadounidenses y sus actividades en el propio Estados Unidos. El mismo escrito del Departamento de Comercio subraya que Huawei continuará siendo monitoreada estrictamente como parte de las empresas monitoreadas (Entity List), bajo los controles de las exportaciones y la seguridad nacionales de Estados Unidos y concretamente la Ley Internacional de Poderes Económicos de Emergencia (IEEPA, por sus siglas en inglés) de 1977.

El tema es significativo desde varias perspectivas

Por un lado, Estados Unidos sigue exigiendo a Canadá la extradición de Meng Wanzhou desde 2018, hija del fundador de Huawei y responsable principal de las actividades financieras de Huawei, por haber violado justamente un grupo de leyes vinculadas con la seguridad nacional y las exportaciones de Huawei a Irán hace décadas. Permitir las actividades de Huawei con sus proveedores y clientes en Estados Unidos, aunque fuera temporalmente, pareciera contravenir a las exigencias legales estadounidenses.

En segundo lugar, en un publicado por Ana Swanson en el New York Times el 15 de noviembre de 2019, señala que la principal problemática doméstica en Estados Unidos es que un grupo de servicios inalámbricos en zonas rurales –con tecnología 3G y 4G, y no la última tecnología ofrecida por Huawei, la 5G– pudieran verse afectadas en Estados Unidos en caso de imponer prohibiciones a Huawei; pareciera que no existieran en la actualidad otras opciones tecnológicas en Estados Unidos que Huawei en las zonas rurales. En pleno proceso electoral en Estados Unidos, la Administración Trump seguramente no querrá perder votos en estas regiones estadounidenses, además de querer enviar señales positivas en las negociaciones actuales entre Estados Unidos y China que se han visto estancadas en las últimas semanas.

Más allá de los posibles resultados en las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y China –que por cuestiones electorales a la Administración Trump le convinieran que fueran positivas, es decir, que lograran al menos no incrementar los aranceles mutuos– y de los potenciales efectos en zonas rurales en Estados Unidos –de nuevo con potenciales efectos en regiones que pudieran ser consideradas como republicanas para las elecciones de noviembre de 2020 en Estados Unidos–, las tensiones entre China y Estados Unidos continuarán en el largo plazo y más allá de las elecciones en Estados Unidos: como se planteó en esta columna (El Semanario, junio 12, 2019), las instituciones públicas en China han “aprendido” de las amenazas estadounidenses y en el corto y mediano plazo buscarán independizarse (decoupling) tecnológicamente de los proveedores estadounidenses y de otros países, incluyendo Europa y Taiwán: programas para sustituir importaciones en cadenas globales de valor como los semiconductores –por ejemplo, a través de Made in China 2025 y otros esfuerzos recientes ante las amenazas estadounidenses– parecieran justificarse plenamente para China y puntualmente para Huawei.

Huawei.
Imagen: Shuttersotck.

Las tensiones y debates anteriores generan un grupo de lecciones

Por un lado, Huawei se verá sumamente presionada en el corto plazo: la extensión de sus actividades en Estados Unidos –y particularmente de sus proveedores– es un aspecto fundamental que permitirá fortalecer sus esfuerzos en sustituir importaciones hasta 2020 –2021 en hardware y software–. No queda claro, sin embargo, si la extensión del Departamento de Comercio de Estados Unidos incluye explícitamente el uso de Google en los teléfonos de Huawei (y para incluir aplicaciones como Gmail y Google Maps, entre muchas otras).

Para países como México es importante no sólo comprender los debates y discusiones entre las principales economías del mundo, las cuales seguramente continuarán en el mediano y largo plazo, sino que también participar activamente en las mismas: instituciones públicas en México, por ejemplo, pudieran permitir que los teléfonos (inalámbricos) de Huawei utilizaran en México las aplicaciones de Google, más allá de las limitaciones en Estados Unidos.

Lo anterior, sin embargo, significaría una detallada comprensión de las tensiones entre Estados Unidos y China, así como del potencial entre ambos países para México. No se trata entonces de una abstracta comprensión –y hasta de un automatismo del cual México aparentemente se beneficiaría– de las relaciones Estados Unidos-China, sino que en forma muy puntual: México debiera responder a las presiones tanto de Estados Unidos (migración, drogas, inseguridad, etc.) y de China (firma del Memorándum de Entendimiento de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, participación en el Banco Asiático de Inversión e Infraestructura, etcétera).

Por el momento, las autoridades de la nueva administración en México no han respondido a esta “nueva relación triangular”, Estados Unidos, China y México, en términos puntuales: comercio, inversión, financiamiento, y proyectos de infraestructura.