Jaguar

El jaguar y sus “eternos” riesgos

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Un gran esfuerzo por la conservación del jaguar y su hábitat está nuevamente en riesgo.

La tala y el desmonte ilegales avanzan silenciosamente para abrir paso a la colonización y a las actividades de agricultura en el sureste de México, principalmente en Calakmul, Península de Yucatán. En esta región es donde se encuentra el mayor número de jaguares en el país.

Según investigadores, entre 2001-2019, la Península de Yucatán alcanzó una superficie deforestada estimada en casi 40,000 hectáreas al año, afectando también a la reserva de Balam-Kin, sur de Campeche, colindante con Calakmul. Además, la afectación a selvas se extiende al estado de Quintana Roo.

“Tal vez debido a la pandemia las autoridades del gobierno federal dejaron de vigilar los bosques y selvas; la tala ha sido grande y la práctica del pastoreo y de asentamientos humanos avanza en lo que antes era selva. Esto afecta mucho a la ecología y principalmente a los animales en vida silvestre como el jaguar ”, comenta a esta columna uno de los pobladores de Yucatán.

Por otro lado, los incendios forestales de 2019 y 2020 también afectaron más de 100 mil hectáreas de selvas en el sureste mexicano.

habitat del jaguar
Imagen: Radio Nacional.

Y las mismas alertas están encendidas en la zona del Golfo de México y en Tamaulipas en donde el jaguar corre el mismo peligro junto con sus presas.

En un contexto inmediato vale precisar que la Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar, integrada por más de 60 investigadores y que preside Gerardo Ceballos, no sólo ha impulsado una estrategia nacional para la supervivencia del felino más grande de América (y tercero en el mundo después del tigre y el león), sino que, con éxito lograron censar a la población y siguen luchando porque su hábitat no sea destruido.

Gracias a este esfuerzo de la Alianza se estableció el Censo Nacional del Jaguar, siendo el primer ejercicio entre 2008-2010, en el cual se obtuvo una población de aproximadamente 4,000 individuos y se pudieron identificar zonas críticas para la conservación del felino, como la destrucción de su hábitat y la caza furtiva. El segundo ejercicio se realizó de 2016 a 2018, y se contabilizaron 4,800, lo cual fue calificado como un éxito en las tareas de conservación del hábitat y de la especie en peligro de extinción en México. El próximo censo se prevé levantar entre 2024-2026 y los expertos confían en que la población sea de aproximadamente 7,000 ejemplares.

Cabe precisar que esta tarea titánica de la Alianza contó, desde su inició en 2008, con la participación de las autoridades de los gobiernos federal y estatal, iniciativa privada, ejidatarios y comunidades rurales, así como de organizaciones de conservación de la sociedad civil. Esta unión fue calificada por los investigadores como única a nivel mundial.

Obviamente, si la tendencia de destrucción de selvas y bosques continúa, como ocurrió por décadas en Tabasco donde la selva quedó casi extinta, el jaguar tendrá que migrar a otras zonas, pero su conservación estará siempre en riesgo.

deforestacion del jaguar
Imagen: Contexto ganadero.

En febrero pasado, el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Convención sobre Especies Migratorias (CMS, por sus siglas en inglés, y que integra a 130 países), anunciaron la prohibición de la captura y la libre migración sin ningún obstáculo del jaguar de Estados Unidos hasta Argentina. Además, de contar con corredores biológicos en buen estado y cada vez más seguros. 

Este anuncio se dio justo, semanas antes de estallar a nivel global la pandemia por el COVID-19, y cuando el tráfico ilegal de especies se mantenía intenso sobre todo a China, en donde los colmillos del jaguar son muy preciados y los huesos molidos se venden en el país asiático como un afrodisiaco. Y cabe recordar que a principios de este año hubo un decomiso en Bolivia de 800 colmillos de jaguar que serían enviados a China.

Es fundamental que esta proclama internacional se junte con las acciones locales en los países donde habita este felino y sus presas. Las Áreas Naturales Protegidas (ANP) deben ser consolidadas y extenderlas para garantizar corredores biológicos seguros y sanos ambientalmente. Además, las acciones prioritarias de las autoridades federales es detener la tala y el desmonte ilegales y contener la mancha urbana.

Los programas de atención a la pobreza en estas regiones deben formar parte de una estrategia ecoturística y ambiental, pues conservar a la especie del jaguar es también brindar un ambiente sano a la biodiversidad en su conjunto.

Ojalá que el próximo censo del jaguar no sea un brinco hacia atrás.


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El jaguar: criatura misteriosa a punto de perder su hábitat

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El sureste mexicano es el hábitat de uno de los felinos más emblemáticos del planeta.

En la penumbra de la selva, entre la obscura maleza, el jaguar trepa, salta extendiendo las patas delanteras en un vuelo imposible.

Animal misterioso, alarga su estilizado cuerpo con una dimensión impredecible hasta alcanzar su meta sobre una rama que, de pronto, se mece suavemente por el peso del felino.

Agazapado, acecha a su presa, la mirada fija, la respiración lenta, su cuerpo moteado lo vuelve invisible entre el follaje de verdores infinitos e inmóvil espera… No parpadea, al escuchar el ruido de las hojas secas, sus orejas se mueven independiente una de otra y su olfato le alerta la cercanía de una presa.

Este felino de extraordinaria belleza y significado, está en peligro de extinción; su permanencia en el planeta depende de la intervención adecuada del ser humano.

Pareciera obvia la obligación de que todos los mexicanos tenemos que proteger a esta singular especie y de asegurar su sobrevivencia.

jaguar en las sombras
Fotografía: Shutterstock/nwdph.

Sin embargo, sucede todo lo contrario.

El año 2020 marca el inicio de la destrucción irreversible del hábitat natural del jaguar en la península de Yucatán.

En palabras del doctor Carlos Galindo: “El jaguar es el felino más grande y poderoso del continente americano. En el mundo, solamente el león y el tigre lo superan en tamaño”.

Como el mismo Carlos Galindo señala en su libro Panthera onca, “…en el sureste habita humedales y selvas húmedas. En todos estos ecosistemas, el jaguar frecuenta ríos y arroyos en busca de presas. Es uno de los pocos gatos que no le tienen miedo al agua”.

Su desplazamiento no debería encontrarse con obstáculos creados recientemente por el hombre, que amenazan la sobrevivencia de esta criatura tan venerada por las culturas antiguas.

En el imaginario de los mayas el jaguar adquiere una enorme relevancia. Las figuras de barro encontradas en los restos arqueológicos lo atestiguan. En la cosmogonía maya, el Dios del Sol se identifica con el jaguar; durante la noche, cuando el Sol se oculta, el jaguar desciende al inframundo a las entrañas de la Tierra, cotidianamente pelea contra los señores Xibalba y los derrota a la llegada de la aurora.

jaguar en el agua
Fotografía: Shutterstock/GTW.

Los antiguos pobladores de la península de Yucatán lo consideraban un animal ambivalente, símbolo de luz y también de obscuridad. Pienso que hasta hoy, esto no ha cambiado. Los mayas llamaban al jaguar Balaam, era un símbolo de poder. Por consecuencia, los personajes que vestían con piel de jaguar eran importantes y valerosos.

A cambio de una supuesta bonanza económica que se producirá a partir de la también, supuesta afluencia turística, ¿valdrá la pena sacrificar el patrimonio natural y también el cultural de la península de Yucatán?

La respuesta la expresa la propia condición única, no sólo natural, sino también cultural, de esta especie extraordinaria.

El jaguar ocupa un sitio relevante en el imaginario de todas las culturas de Mesoamérica. Existen templos erigidos en honor del jaguar en Palenque y Chichén Itzá; en Uxmal se puede ver la plataforma de los jaguares.

Una de las más impresionantes representaciones del jaguar, se encuentra en los murales de la habitación II de Bonampak. Ubicado en el estado de Chiapas, Bonampak –que en lengua maya significa “muros pintados”– constituye uno de los restos arqueológicos más extraordinarios del mundo maya. Los mayas eligieron para su edificación un paraje de difícil acceso, protegido de sus enemigos.

Hoy, más que nunca, confirmamos que estaban en lo correcto. Para preservar la zona arqueológica es indispensable limitar el número de visitantes. Así se ha librado Bonampak de ser mancillada por un turismo depredador, como ha sucedido con muchos otros sitios en distintas partes del mundo.

Hemos llegado a saber que esas extraordinarias pinturas narran parte de la historia de la última familia que reinó en el sitio, y que fueron pintadas en el siglo VIII de nuestra era.

jaguar
Fotografía: Shutterstock/Pedro Helder Pinheiro.

La vestimenta de los personajes que allí aparecen, pone de manifiesto la magnificencia de los gobernantes que mandaron edificar el conjunto. Los nobles guerreros aparecen ataviados con plumas de quetzal y pieles de animales, entre las que destaca evidentemente la del jaguar.

Valeroso y arrojado –cuenta Miguel León Portilla en su ensayo introductorio al libro Panthera onca– aparece en la habitación II del Templo, el señor Chan Moan con atavíos del animal, capturando a un enemigo. El personaje, se presenta frente a la autoridad, investido de un lenguaje corporal en el que se percibe el arrojo que lo invade. Felino y hombre unidos en uno solo plasmado, empleando pigmentos del pasado en los alucinantes muros de Bonampak.

Esta enigmática construcción es sumamente frágil, ubicada en el corazón de la selva chiapaneca, requiere de un mantenimiento constante y especializado, además de una supervisión científica y precisa.

La vibración que produciría el desplazamiento de una locomotora, puede provocar grietas y derrumbes en los delicados edificios de cualquier conjunto arqueológico. Los restos de la civilización maya, los animales en peligro de extinción, y los ecosistemas de la península se deben proteger.

No cambiemos lo más por lo menos. Pensemos en las generaciones que vendrán.


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