Plaza de toros

Los mejores toreros de la historia

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El toreo tal y como hoy lo conocemos se gestó en el siglo XVIII, época cuando el de a caballo fue eclipsado, durante la traslación de poder de los Habsburgo a los Borbones. A partir de 1700 su llegada al poder en España marcó el inicio de una etapa distinta, como luego sucedería gradualmente en sus virreinatos.

Para lograr sus objetivos, la Corona tomó una actitud diferente, propia del despotismo ilustrado, por el cual el absolutismo sería total y expreso, se limitó el poder de la iglesia y, entre otros tantos cambios, el toreo pasó de caballo a pie preponderantemente, y con el correr de los siglos se convirtió de un ejercicio de nobles en una práctica popular que ha llegado hasta a nuestros días.

¿Quién el mejor torero de la historia?

Recientemente en una encuesta que se hizo en España, el resultado de los diez primeros fue como sigue:

1) José Tomás
2) Manolete
3) Juan Belmonte
4) Paco Camino
5) Joselito o Gallito
6) Morante de la Puebla
7) Curro Romero
8) Joselito o José Miguel Arroyo
9) El Viti
10) José María Manzanares-padre

De los mexicanos que aparecen en la lista, en el número 51 esta Armillita padre empatado con Manolo Martínez y El Pana; en el 61 David Silveti y en el 69 Silverio Pérez; no aparecen Rodolfo Gaona de la triada con Joselito y Belmonte; ni Carlos Arruza, el gran rival de Manolete; tampoco Eloy Cavazos, último mexicano en salir en hombros de Las Ventas.

La encuesta de marras nos da pie a darnos cuenta lo complejo que es tratar de encapsular siglos de toreros importantes y decenas de ganaderías criando toros que permiten faenas trascendentales.

¿Escoger, seleccionar a los mejores? ¿En función de qué criterios? ¿Quiénes somos?

No hay comparación posible. Por muchas razones, las bases del enjuiciamiento y lo que hemos visto por razones naturales de la edad, no es lo mismo; por lo tanto, no hay posibilidad de una clasificación racional, objetiva.

eloy cavazos
Eloy Cavazos, torero mexicano (Fotografía: Milenio).

El toreo ha evolucionado, el espectáculo y los aficionados somos diferentes. Lo que sí queda es el símbolo del toreo, el ritual del enfrentamiento de un hombre o una mujer con un toro.

Respeto, admiración, a veces embelesamiento, son algunas de las sensaciones; que despiertan ciertas actuaciones de los toreros, faenas ante determinados toros, dentro de una circunstancia muy específica.

Pero ese conjunto de valores y apreciaciones siempre está conducido por la pasión, la cual impide ser frío y objetivo. Por lo tanto, la selección de los toreros, siempre dará lugar a discusiones y controversias.

Pero las controversias, que son el grano de las conversaciones, sugieren la reflexión y finalmente obligan a meditar y pensar.

En unos días se va a recordar el siglo de aniversario desde que Joselito –el torero que en muchos sentidos encauzó el toreo actual– murió a consecuencia de la cornada de Bailaor, de la ganadería de la Viuda de Ortega, en la plaza de Talavera de la Reina, el 16 de mayo de 1920.

Claramente para quienes votaron, da la impresión que en la época que vivimos el más reconocido es José Tomás, y que de los primeros diez, solamente en activo aparecen él y Morante de la Puebla, a quien ubicaron por encima de Curro Romero; en la posición 11 se encuentra Antonio Ordóñez, en el 12 Talavante y en el 13 está Enrique Ponce. Uno de los más taquilleros de la historia es El Cordobés, ubicándose en el lugar 23 por debajo de El Juli, quien se halla en el lugar 18.

Opino que las encuestas son como los bikinis –enseñan algo, pero ocultan lo importante–, sin embargo, dan pauta al comentario y como lo opiné hace años, si buscamos un nombre propio del toreo, a mi modo de entender ése se llama Manolete.

Su figura, su mirada, reflejan el drama y la luz del toreo, sus actuaciones interrumpidas por graves cornadas, hasta la última, que le llevo a la Gloria por Islero de Miura en la plaza de Linares, son referente de los aficionados y también por aquellos que no conocen o incluso detestan al ritual taurino.

En ese sentido, algo similar provoca José Tomás –las pocas veces que en los últimos años ha actuado, la más reciente en Granada el año pasado– y que, por cierto, recientemente ya se estaba moviendo la afición mundial hacia Nimes, donde lo anunciaron dos tardes.

Es claro que en un espacio de tiempo tan largo, el toreo se ha transformado de una lucha sin cuartel, en una actividad esencialmente plástica y de intención estética.

Tantas y tantas preguntas, que sumadas a otras tantas observaciones, alimentarán siempre la reflexión sin dar nunca respuesta categórica y definitiva a la cuestión: ¿Fue éste mejor torero que aquél?

Aquí tienen unas líneas para ir recordando, comparando y seguramente enjuiciando los votos de los que se pronunciaron, sin haber vivido necesariamente el pasado.

¿Es José Tomás, el mejor torero de la historia? A ustedes dejo la respuesta.


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Recordar siempre a Carlos Arruza

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En España están a punto de conmemorar el centenario de la tragedia de Talavera, la Reina que propició la cornada de un toro de la Viuda de Ortega al inmortal Joselito, y se revive la discusión de que si el verdadero revolucionario del toreo lo es él y no como consuetudinariamente se señala es Belmonte.

Datos que tienen que ver con la influencia de José Gómez también conocido como “Gallito” en la crianza del ganado, en la construcción de plazas monumentales y en su tauromaquia, apuntan a que tal vez lleven razón en sus afirmaciones.

Sin dejar de lado aseveraciones como las de Fernando Claramunt, quien escribió que quienes fueron a torear con el toro y no contra él, lo fueron “El Gallo”, hermano de Joselito y nuestro gran torero, Rodolfo Gaona.

Carlos Arruza, matador
Carlos Arruza, matador (1920-1966). Fotografía: todocoleccion.net.

Este último, nos mete en la vereda de entender que él, luego Armillita, y posteriormente Carlos Arruza, quien recién hubiera cumplido 100 años de nacimiento, fueron figuras de gran peso en Europa. En tiempos posteriores agregaría a Curro Rivera y a Eloy, y de refilón a Jorge Gutiérrez, quienes son los toreros mexicanos, entre muchos más, que han podido contender en las grandes alturas de las figuras españolas y abrirse paso a codazos en esa jungla.

Los tres primeros, incluso han sido los primeros en el escalafón en temporadas europeas y los últimos tres siempre en carteles con figuras. Las campañas de otros toreros como “El Zotoluco” o Miguel Armilla, sin minimizarlas, no tienen el resultado de las ofrecidas por los seis toreros mencionados, principalmente, Gaona, Armillita y Arruza.

Miguel Espinosa Armillita
El torero mexicano Miguel Espinosa “Armillita” (1958-2017). Fotografía: Diario Córdoba.

Recientemente, Carlos Hernández González, de sobrenombre “Pavón”, reclamó justicia y, entre otros, aporta el mexicanismo de Arruza: Porque cuando se rompió el convenio hispano mexicano en 1936, siendo él un becerrista, fueron contratados en España él y su hermano Manolo, también becerrista. Y él, como mexicano, no quiso torear a pesar de que los empresarios –por ser hijo de españoles– le insistían a que toreara mano a mano con su hermano quien sí nació en España. Su negativa fue definitiva y por solidaridad con Carlos, Manolo tampoco quiso torear; y de esto hay poco o nada comentado en México.

Porque en la Corrida de la concordia, celebrada en Las Ventas de Madrid en Julio de 1944, puso en altísimo el nombre de México con un triunfo sin precedentes cortando las orejas, convirtiéndose en un ídolo de la afición española, quien le puso desde entonces “El Ciclón mexicano”.

Porque pocos se acuerdan de que en 1945 fue el principal rival de Manolete, quien estaba en pleno apogeo habiéndolo superado en cortes de apéndices y en corridas toreadas nada más y nada menos que 108 en Europa. Tenía aún tiempo para terminar ese año con 10 corridas más, pero por nobleza, admiración y respeto, no quiso romper el récord que tenía Juan Belmonte de las 108 corridas en un año.  Decía que no tenía caso comparar aquella época en que los toreros viajaban en tren y en carruajes con la época moderna del automóvil.

Juan Belmonte
El torero español Juan Belmonte (1892-1962). Fotografía: Wikipedia.

Carlos Arruza se hizo acreedor en España de trofeos eméritos otorgados por el gobierno español, por tantas corridas que toreó gratuitamente en beneficio de distintas causas. Impulsó tanto en México como en España a muchos toreros mexicanos, entre ellos a José Ramón Tirado, a Guillermo Carvajal, a Curro Ortega y al venezolano Cesar Girón, quien gracias a Carlos conquistó España y se hizo el amo.

Su generosidad fue ejemplar, recuerdo las tertulias de El Palace donde Paco Llopis fue su propietario y él varias veces comentó que Arruza le ayudó a venir a México, cuando él tenía problemas con el gobierno de Franco.

Alguna vez, en una comida con los recordados Gabino Lombana y Jacobo Zabludovsky, fue Jacobo quien refirió que poco después de despedirse en 1950 y, sin querer tener la tentación de volver a los ruedos, recomendó con Miguel Alemán a Carlos, de manera que Manuel Tello, Secretario de Relaciones Exteriores en ese entonces, lo nombró representante de México en varios eventos en el extranjero.

Cargo que ostentó con gran tino por quien era como torero y porque su inglés era diáfano, aunado a que tenía una gran capacidad de relaciones públicas, además en los cincuenta, el toreo lo había convertido en un personaje universal conocido y respetado.

Curro Rivera
El torero mexicano Francisco Rivera Agüero, mejor conocido como “Curro Rivera” (1951-2001), en la Plaza México el 14 de julio de 1968. Fotografía: La Aldea de Tauro.

El trabajo terminó cuando fue a Sevilla. A su regreso Carlos invitó a comer a Jacobo y le platicó que ya no estaba en la representación, así que  le propuso hablar con Miguel Alemán, a lo que se negó el matador diciendo: Bueno, no me corrieron. Yo renuncié. Ni siquiera le he avisado a Tello para darle las gracias por sus amabilidades, pero lo voy a hacer. Él no tuvo la culpa.

Y entró en detalle:

Para el viaje me dieron un montón de dólares en efectivo, dizque para gastos de representación, invitaciones, cenas, comidas, espectáculos… El director de administración me aclaró que no necesitaba traer de regreso ningún comprobante de los gastos, que dispusiera de ellos como mejor me pareciera. Nomás me hicieron firmar un papel de recibido y ya. El avión y el hotel estaban pagados. Pero ya te imaginas, en Sevilla, donde soy un verdadero ídolo, todo me lo solventaron. Hasta tuve que rechazar algunas invitaciones porque no me daba tiempo de atenderlas todas. Ni siquiera tuve que tomar un taxi. Total, que regresé y así como me lo dieron devolví el fajo de dólares. El director de administración abrió unos ojos que no te puedes imaginar. Me explicó que no podía hacer eso, que crearía un pésimo antecedente. Trataba de regresarme el dinero, y yo otra vez a dárselo. Me puse furioso, ya conoces mi carácter.

Jorge Gutierrez torero
El torero mexicano Jorge Gutiérrez (n. 1957). Fotografía: Toros y Faenas.

¡Ese dinero es del gobierno y no voy a disponer de él! ¡Punto! Y si dice que voy a crear un mal antecedente, mejor me voy. Trató de alcanzarme, pero creo que hasta un empujón le di… Y no he vuelto a la Secretaría, ni pienso volver. Ese tipo de trabajos no son para mí. No estoy acostumbrado. Yo me he ganado todo lo que tengo jugándome la vida y no voy a cambiar.

Como ésas, hay muchas historias de quién fue y de por qué será un inmortal, vale la pena recordarlo siempre y con mayor razón en su centenario.

Aprovechando el viaje, ¿qué estamos esperando para colocar un recuerdo de Curro Rivera en La México y homenajear en vida a un gran ídolo de esa plaza, Jorge Gutiérrez? Como dicen en Sonora y, por cuestiones de espacio, “ahí les dejo la víbora chillando”.

El toro como eje de la fiesta

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Si bien a través de los años y por la manera en que los ganaderos mexicanos procuran la crianza y comportamiento del toro de lidia, con un sello propio en su físico y estilo de embestida, es innegable que el origen del animal es español y por ello dividirlo tajantemente, me parece inapropiado.

En los noventa del siglo pasado, después de mucho tiempo de estar prohibido, de España llegaron vacas y toros de distintas procedencias y un producto de ello fue el magnífico toro de La Joya, de nombre de lidia Tocayo del encaste Parladé vía Domecq, lidiado magistralmente por Antonio Ferrera, el 9 de febrero en el Embudo de Insurgentes.

En su origen, la ganadería poblana se formó con un lote de hembras integrado por ejemplares de José Miguel Arroyo, Enrique Martín Arranz, El Torreón, Luis Algarra y Salvador Domecq. Además de cinco mil pajillas con semen de toros aprobados en España para sementales de Salvador Domecq, Jandilla, Las Ramblas y Juan Pedro Domecq.

José Antonio González Esnaurrizar, heredero del sueño ganadero de su padre, se ha preocupado por criar un tipo de toro que lidie las plazas con trapío y que su comportamiento contenga emotividad, movilidad, codicia, nobleza y fijeza.

En general, el toro de lidia –independientemente del país en que se lidie– idealmente en el fenotipo, o forma física, debería ser físicamente bajo de agujas (del morrillo a la pezuña), largo y fuerte, delantero y armónico de encornadura.

antonio ferrera
Antonio Ferrera, torero español (Fotografía: El País).

En el comportamiento o genotipo tiene que poseer acometividad, acudiendo con fijeza a los engaños; prontitud, atendiendo a la mínima provocación, repetición y duración. De embestida humillada y coordinada con el movimiento de su cuerpo; el galope que vaya conectado al ritmo y al temple, con un recorrido entregado desde el inicio para terminar lo más largo posible.

Muchas de esas características de fenotipo y genotipo en el toro de La Joya, eran positivas, y por ello el honor del indulto concedido por el juez Jorge Ramos, fue recibido con beneplácito.

Hoy que varios toreros españoles nos alertan que cuidemos al toro mexicano, esperemos que se refieran a lo mismo que estamos anotando y no a lo que llamo toro light, que ha sido pernicioso por varias décadas y contrario a la gallardía que conlleva el espectáculo taurino, el no insistir en la total docilidad como matiz de la bravura.

Cabe recordar que de la emoción que proporcione el toro dependerá el futuro de la fiesta, y ésa es la apuesta que la preservará. Pues este animal sobrevive gracias a la lidia y depende de mil variables, entre las que destacan los gustos del público, las exigencias de los toreros y la quimera del ganadero.

El toro criado por muchos ganaderos mexicanos se inclina por cualidades que permitan faenas largas y artísticas, puliéndolas de tal manera que la agresividad y codicia (parte de la bravura), se minimizan, con base en diferentes prácticas y, claro, los toreros se inclinan por preferirlo; vale la pena, sin embargo, recordar que la emoción del toreo la aporta el toro y algunos en México que no lo hayan olvidado, es tiempo que lidien con más frecuencia que los primeros.

Por ello, celebramos la variedad de ganaderías que han lidiado en la Temporada Grande 2019-2020 en La México.

Si así se entiende, qué bueno, si no lo discutimos, que además es algo connatural a ser taurino y, como diría Manolo Martínez, “no pasa nada”. Es un tema inagotable y sería bueno ponerlo en el centro de la discusión.

Por lo pronto, la corrida combinada de Los Encinos, Santa Fe del Campo, con un toro de Bernaldo de Quirós que cerró la Temporada Grande, resultó muy interesante. El último le correspondió en su primer turno a Pablo Hermoso de Mendoza y fue muy noble en su embestida.

A Guillermo, el segundo de Los Encinos, le fue pronto y con recorrido, lo que le permitió desplegar su aún formación de toreo en altos vuelos y del que fue merecedor de un trofeo. En el primero se convirtió en el primer torero a caballo en confirmar la alternativa de manos de su padre, el nombre del toro fue “Confirmante”.

toro y arturo saldivar
Arturo Saldivar, torero mexicano (Fotografía: La México).

A pie hubo el antecedente de los Capea, padre e hijo en La México el 5 de diciembre de 2004.

El primero de Arturo Saldívar de Santa Fe del Campo, “Burlador”, tuvo muchos puntos positivos de acometividad, fijeza y recorrido, Arturo recibió un trofeo y el reconocimiento a su toreo que ahora práctica, bastante sedeño. Su segundo fue un toro con fuerza, que embestía intermitentemente y que se empleaba a la muleta con celo.

“Jugador” impactó al público asistente y pedían el indulto que con prudencia no autorizó el juez de plaza Enrique Braun, pero con todo y defectos, despertó las pasiones en los tendidos, ahí perdió Arturo por la suerte suprema alguna recompensa y el toro dejó la impresión de poderío mezclada con cierta mansedumbre con embestidas emotivas, ello le acarreó el reconocimiento popular, que no el de los que se creen expertos. Peccata minuta.

A “Hermosillo” le correspondieron dos toros de Santa Fe que le permitieron momentos brillantes, perdió trofeos por la mala ejecución de la suerte suprema y José María tendrá que aplicarse, pero es innegable que lo que requiere son más oportunidades, tiene muchas cualidades para sobresalir en una de las profesiones más complejas del mundo.

Así las cosas, agradable sabor de boca deja la Temporada Grande en La México, apostaron por el toro como ingrediente principal y el público acudió en mayor número, sea enhorabuena.


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Así se vivió la fiesta del aniversario 74 en la Plaza México

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El sábado 1 de febrero de 2020 vivimos un evento inédito en la Plaza México, en su aniversario 74. Más de siete mil aficionados y curiosos a la convocatoria de la empresa, ocuparon las localidades y luego bajaron al ruedo, sintiendo la emoción única de pisar el sagrado lugar, en donde tantos y tan grandes acontecimientos han sucedido.

Vimos a muchas familias que fueron a manifestar su interés por el toreo y experimentar una tienta de becerras y de un macho; de las ganaderías de Zacatepec, Piedras Negras, La Joya y Rancho Seco las primeras y de la última, un novillo.

El público se entusiasmó con las actuaciones de Uriel MorenoEl Zapata“, José Mauricio, Antonio Mendoza y Diego San Román; así como de los novilleros que se dieron las tres, al finalizar la lidia de las becerras.

José Mauricio (Fotografía: NTR Toros Twitter).

Hubo varias secciones en las que se describieron los tercios de la lidia; la elaboración de divisas y banderillas; carretones, para con capote y muleta torear con carretones.

Todos los estamentos de la fiesta pusieron su grano de arena.

Las colas para visitar la capilla, el túnel que une a la plaza con el estadio de fútbol y los toriles, sus estatuas y pinturas, fueron impresionantes.

Los asistentes se mantuvieron por más de ocho horas, incluyendo la proyección de la película Ni sangre, Ni arena, del genial mimo y torero cómico, Mario Moreno Cantinflas y en su tiempo ganadero de reses bravas.

Evocándolo, la actuación del Patorro y los Enanos Toreros, hizo las delicias de chicos y grandes posteriormente a la tienta, recordando que esa vis del toreo, sigue vigente.

Recordé con Patorro que mi padre, José Luis Carazo, se vistió de diablo en el ruedo de La México en la parte seria de los Cuatro Siglos del Toreo, organizada por mi padrino El Brujo Zepeda.

Edmundo Zepeda “El Brujo” (Fotografía: toreros mexicanos).

Fue una agradable sorpresa el evento que, seguramente, dará cauce a dar seguimiento a lo que vimos claramente como algo a repetir en diferentes formas y lugares, para esparcir la semilla del toreo.

La empresa tuvo un gran acierto al organizarlo y hacerlo realidad, como toda primera vez, siempre habrá oportunidades de mejora, pero sin lugar a duda, fue un gran paso, en el camino de abrir el toreo a las distintas generaciones.

Plaza México (Fotografía: Sol y Sombra).

Fue dentro de la tradición, una genial innovación, muy bien recibida y que demuestra que el fuego de la afición existe, y hay que provocarla de diferentes maneras.

Me parece, fue un muy buen prólogo, a los festejos del aniversario 74 de la inauguración de La México, muchos días así. Enhorabuena.