Reproducción Humana Asistida

Si me hubieran abortado (Segunda Parte)

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En la primera parte de esta reflexión dije que si mi madre hubiera decidido no continuar con el embarazo que me dio la vida, yo no tendría nada que opinar, en principio porque considero que esa decisión era un derecho de mi madre al momento de decidir su proyecto de vida.

Ahora quisiera centrarme en la segunda parte de la discusión. Si una mujer decide abortar, ¿por qué la hemos de juzgar con el peso del Derecho Penal?

Pensémoslo bien y despacio, una mujer que aborta ¿es realmente una delincuente?, es realmente ¿alguien que deba ser sancionada, privándola de la libertad y encerrándola en una cárcel?

La principal función del Estado es salvaguardar la seguridad de sus ciudadanos, pero hasta donde yo entiendo, un embrión o feto no son ciudadanos. Son, si se quiere, una posibilidad, un proyecto, son un “quizá”. Pero finalmente no son, un aquí y un ahora.

derecho al aborto
Imagen: Expansión.

Hoy contamos con elementos tecnológicos con los que antes no contábamos, hoy es posible con relativa facilidad, saber quién es el padre de una persona mediante pruebas genéticas de ADN. En ese sentido, y suponiendo que una mujer no desea tener un hijo y al abortar es sancionada penalmente, tendríamos que preguntarnos qué consecuencias existen para el progenitor masculino.

Tendríamos que incluir en los códigos penales –pruebas de ADN– y sancionar en su caso a ese varón irresponsable que, muy cómodamente dice, “qué pena, pero no es mi problema”. Y claro que lo es, los seres humanos no nacemos por partenogénesis, se requiere de la intervención de dos, un varón y una mujer.

Excluyendo la Reproducción Humana Asistida, para que no queden dudas, mientras los hijos nacen por relaciones coitales, por una actividad sexual “pasional y eventualmente inconfesable”, los responsables somos ambos, varones y mujeres.  Cualquier argumento contrario es un sofisma o una mentira.

No obstante todo lo dicho, en una sociedad misógina y machista, nadie se pregunta por la responsabilidad del varón, y cuando digo “nadie”, incluyo necesariamente al Derecho y por ende a los legisladores. Desde el derecho existen mil caminos para evadir la responsabilidad derivada de la paternidad. Nuestros procesos judiciales son lentos, nuestras autoridades son corruptas, nuestras leyes son anacrónicas y machistas, y la justicia resulta –siempre– en injusticia.

aborto, padres y madres
Imagen: BBC.

Esto último no es baladí, pues aquella que aborta, es tratada como delincuente, internada en un penal, condenada y obligada a pagar su ominosa culpa. Pero entonces, es necesario regresar a la pregunta; ¿la culpa del varón, dónde queda?

En ese sentido, cuando traer al mundo a un hijo debe ser responsabilidad de dos, y hoy es relativamente fácil asignar la paternidad biológica, tendríamos que preguntarnos si el aborto no es cosa de dos, como fue cosa de dos, la creación de esa vida en gestación.


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