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Sana distancia física, pero no emocional

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La niña sueña con una mancha negra que sube por su cuerpo hasta cubrirla por completo. Sus padres son médicos que trabajan atendiendo a pacientes de una enfermedad que cambió el mundo para siempre. Ella, como muchos otros, tuvo que cambiar las clases en su escuela por una pantalla. Una pantalla para comunicarse, para entretenerse, para asomarse al mundo, mientras, afuera, sus padres luchan con combatir el COVID-19. Es natural que por las noches la pesadilla de la mancha negra la atormente.

Como ella, millones de personas alrededor del mundo fueron atacadas por un enemigo más silencioso que la nueva forma de coronavirus, algo mucho más inesperado y menos visible: los problemas mentales. Gabriela Cámara, Presidenta Honoraria y miembro fundador de Voz Pro Salud Mental Ciudad de México, cuenta a El Semanario la anécdota de esta niña, para ejemplificar uno de tantos síntomas que vio crecer en esta asociación, donde brindan apoyo a las personas con problemas y enfermedades mentales.

Reportes de la Organización Mundial de la Salud, indican que han aumentado las llamadas para pedir apoyo psicológico y en México el Instituto Nacional de Psiquiatría reporta más casos, comenta Gabriela. La imposibilidad de salir mermó la actividad física de muchos, aisló a personas mayores que de por sí ya estaban aislados antes la pandemia e hizo más difícil la convivencia en familia, sobre todo para quienes tienen hijos. Esto resultó en mayor ansiedad, depresión, malos hábitos de sueño y hasta más consultas para divorcios. Por si fuera poco, quienes ya tenían algún trastorno psiquiátrico lo vieron empeorar.

“Cuando tienes un ser querido con un trastorno psiquiátrico en casa, es muy importante que cada quien tenga su espacio y también que haya límites. Cuando tenemos una vida externa, es más fácil, pero cuando estamos 24 horas al día en casa, se dificulta bastante”, dice Gabriela.

“Lo que siempre recomendamos son formas de vida saludables, porque el cerebro es un órgano más del cuerpo que hay que cuidar”, asegura. “Las enfermedades mentales son como de otra frecuencia y las dejamos como lejos del cuerpo, cuando realmente es parte del cuerpo y aquí están, no es nada etéreo, ni nada mágico. Los problemas y los trastornos neuropsiquiátricos son trastornos biológicos, químicos, psicológicos y sociales”.

Para mantener nuestro cerebro sano, Gabriela nos hace las siguientes recomendaciones:

  • Mínimo 30 minutos al día de ejercicio vigoroso. “Si no pueden, pongan música y bailen a todo lo que da y hagan de ese momento, un momento agradable en familia”.
  • Alimentación sana: bajar el azúcar y excitantes como la cafeína. Medirse con el alcohol y los carbohidratos, sobre todo en la noche. Muchas frutas y verduras, entre más natural todo, mejor.
  • Ejercicios de relajación como meditación o yoga, en la tarde-noche.
  • Cuidar el tiempo que pasamos en redes sociales.
  • Tener cuidado con las noticias falsas, pues aumentan la ansiedad y evitan que pensemos claramente. “Las noticias falsas van dirigidas a la parte más primitiva de nuestro cerebro, a una emoción más primitiva que es el miedo”.
  • No ver noticias por la noche, tratar de ver algo que nos relaje.

Aunque algunos problemas mentales pueden no ser tan fáciles de identificar, Gabriela comenta que existen algunos síntomas que se deben tomar en cuenta, tanto en uno mismo, como en nuestros familiares:

  • Dejar de dormir o dormir de más.
  • Somnolencia y cansancio durante el día.
  • Comer de más o dejar de comer y bajar de peso.
  • Mayor aislamiento, encierro en los cuartos.
  • Pensamientos negativos recurrentes: “de esto no vamos a salir, esto no va a mejorar”.
  • Mayor irritabilidad y agresividad.
  • Mayor consumo de alcohol.
  • Dificultades para comunicarse con los demás.

El valor de buscar ayuda

Lo primero que debemos hacer si detectamos algo de lo anterior en uno de nuestros seres queridos, es escucharlo, aconseja Gabriela. “Tenemos que ser nosotros lo suficientemente fuertes para escucharlos, que nos digan lo que sienten y tratar de tener la mayor empatía posible”, comenta, pues se trata de un ejercicio que saca toda la presión que llevan dentro. Al final, lo más importante es aconsejarlo para que busque ayuda.

Voz Pro Salud Mental, cuenta con un amplio directorio de líneas telefónicas de ayuda en todo México en su sitio web. Además, ofrecen diversos cursos y aunque han tenido que cambiar a modalidad en línea, lo que altera la dinámica, el formato digital también ayuda en otros aspectos. Estos nuevos medios, lograron una mayor asistencia, ya que se evita el tráfico, lluvia, manifestaciones y otros problemas de la Ciudad de México, platica Gabriela.

“Vamos teniendo ante crisis, un proceso de crecimiento”, explica. “Al principio un temor terrible, después una comprensión de qué está pasando y después muchos pasamos a ayudar a otros. Y eso nos engrandece mucho como seres humanos, el ayudar a otros. El dar, nos hace sentir que somos útiles y no hay cosa mejor terapéuticamente que sentirte útil y valorado”.

“Sana distancia no significa alejamiento emocional”, dice. “Hay que mantener esta comunicación con las personas mayores, vía teléfono, vía celular, como sea, pero hay que estar al tanto de ellas. Ya sabemos mucho más que al principio, cómo podemos apoyar”.

Finalmente, la experta considera que lo mejor que podemos hacer ante esta circunstancia tan difícil, es tener el valor de buscar ayuda. “¿Qué es lo más valiente que podemos hacer en nuestra vida? Es pedir ayuda. Es quitarnos esa egolatría de ‘yo puedo solo’, o lo que nos enseñaron siempre: ‘tú puedes solo, tú puedes sacar adelante solo tus problemas, con la voluntad lo logras’. No, aceptar que podemos tener un problema y buscar la ayuda correcta. Es lo más valiente y lo más inteligente que podemos hacer”.