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¿Por qué estamos tan sorprendidos de lo que está pasando y pasará?

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Leo y veo con sorpresa que hay muchas personas que se sienten sorprendidas por todos los cambios que estamos viviendo, y lo que es un hecho que vendrán en el corto y mediano plazos, tanto en lo personal como en lo profesional, en el mundo corporativo y de las organizaciones en general en el mundo.

Basta dar una rápida revisada a decenas, sino es que centenares, de artículos disponibles, a investigaciones de prestigiosas universidades como la de Oxford, que presentó un extraordinario trabajo en el 2013 sobre el futuro del trabajo; a presentaciones en plataformas tipo TED, a una media docena de buenos libros sobre lo que sucedería en el futuro y que fueron publicados y presentados desde finales del siglo pasado y hasta hace un par de años, como el libro de Andrés Oppenheimer, ¡Sálvese quien pueda! El futuro del trabajo en la era de la automatización, al que ya me he referido en otros artículos y el cual recomiendo ampliamente.

¡Sálvese quien-pueda! de Andrés Oppenheimer
Imagen: Sin Embargo.

¿Cómo alguien se puede decir o sentir sorprendido que habría más teletrabajo? Yo mismo hice un par de artículos sobre el tema el año pasado y que se publicaron aquí en El Semanario. Ahora resulta que hasta Juan Patito (por no decir ganso) es experto y hace webinars de cómo hay que trabajar desde casa… me dan risa y pena ajena. Yo no creo que haya fórmulas mágicas para nada y obviamente no las hay para hacer teletrabajo. Casi cada persona tendrá que diseñar y planear cómo hará su teletrabajo.

Lo que es un hecho es que esta tendencia –como muchas otras– sólo se aceleró y va a continuar creciendo de forma exponencial y permanentemente. Y por ello vamos a pasar de alrededor del 4% de personas que hacíamos teletrabajo, según la OIT. Yo lo hacía parcialmente desde hace varios años, y formalmente desde el temblor del 2017, cuando perdí mis oficinas, a quizás hasta el 30%, para las personas que tenían un puesto de trabajo en una organización formalmente establecida.

Ya muchas empresas, firmas de consultoría, de abogados y contadores, y obviamente organizaciones no lucrativas, están dando la opción a sus trabajadores para que decidan si quieren seguir haciendo teletrabajo de forma permanente. Ha sido muy público el caso de Twitter y Facebook, pero les puedo asegurar que ya lo están haciendo miles de organizaciones en todo el mundo, incluido México. También existe la “modalidad” forzada, es decir, hay organizaciones que les están diciendo a sus empleados que hoy están haciendo teletrabajo de forma temporal, que esto será ahora permanente. Las instituciones que aprovechen esta situación por una o por vía, tendrán enormes ventajas competitivas en los meses y años por venir.

videollamadas, teletrabajo
Imagen: Shutterstock.

Si tomamos la decisión de pedirle a nuestra gente que haga teletrabajo de forma permanente, es MUY importante organizar el teletrabajo (home office) de una forma que resulte viable, conveniente y convincente para los empleados.

Ahora mismo estoy trabajando con un cliente con el que estamos preparando todas las nuevas condiciones laborales que tendrán los empleados que harán teletrabajo de forma permanente y estamos tomando en cuenta decenas de elementos: desde la posibilidad real de cada empleado de si podrá trabajar desde su casa, por condiciones familiares, espacio, etc.; o la disponibilidad de buen internet. Es increíble, pero en lugares como el Pedregal de San Ángel o Polanco, hay personas que tienen problemas con su internet; su plan de formación; su paquete de seguros; entrega de equipo para su casa –en algunos casos hasta mobiliario–; computadora de escritorio o laptop; una buena cafetera, si es el caso; eliminar las prestaciones relacionadas con el auto; Compra de una buena bicicleta y/o pago del servicio de las públicas; pago de servicios de transporte, tipo Uber o Cabify; hasta el nuevo contrato de trabajo, que implicará sustitución de algunas prestaciones y beneficios, que en ningún caso significa que el empleado ganará menos.

El teletrabajo llegó para quedarse y recomiendo que en todas las organizaciones hagan un buen mapeo de todos los puestos que podemos mantener o enviar en esa condición, a la brevedad.

home office, teletrabajo
Imagen: Aprhifac.

Les quiero recomendar muchísimo In one hundred years: leading economists predict the future, editado por Ignacio Palacios-Huerta desde el Massachusetts Institute of Technology, MIT, en el año 2013, para entender mucho de lo que ya está pasado y lo que va a pasar. En este libro participan diez muy destacados economistas, entre ellos tres premios Nobel. De verdad que es una biblia para predecir el futuro.

Para seguir con temas que no nos deberían de sorprender, los autores de este magistral libro, en materia de temas de trabajo, señalan “el concepto de jornada laboral que hace la división entre escuela, familia y trabajo se desintegra con el tiempo”, y eso es exactamente lo que estamos viviendo; y continúan, “la organización del trabajo se flexibiliza y deja de estar sometido a un espacio determinado y a horarios fijos.” Y aquí todavía nos falta mucho por aprender. En las primeras semanas del confinamiento nos enteramos de que la gente sí puede trabajar desde su casa y que es, inclusive, más productiva que la oficina. Pero mucho de este fenómeno se ha dado por la novedad, por las exigencias del momento, porque la gente ha aceptado que los jefes sean invasivos hasta en la vida privada de sus empleados, a través de un micromanagement absurdo y que no se puede sostener en el tiempo.

He tenido la oportunidad de asistir y de participar en algunos webinars y/o conferencias sobre el tema en las últimas semanas, con colegas de muy distintos lugares del mundo, y todos estamos de acuerdo que los “jefes” y las empresas le van a tener que bajar tres rayitas a sus exigencias con la gente, y van a tener que aceptar que las personas sólo estén conectadas entre cuatro y seis horas al día. Los rendimientos decrecientes de las personas que se pasan 8, 9, 10 o más horas frente a sus computadoras, nos darán la razón muy pronto. Hay que dar oportunidad para que las personas trabajen solas, como lo hacían en sus oficinas, que tomen un razonable tiempo para comer. Todos, absolutamente todos, necesitamos varios recesos al día y eso implica desconectarnos del celular o la computadora.

control y opresión a la distancia
Imagen: Revista Anfibia.

Quiero también recomendarles, y sobre esto también he escrito en estas páginas, el documento que sobre el futuro del trabajo editó la OIT, con motivo de sus 100 años. Realmente es una pieza maestra de cómo deberá ser el trabajo en los años por venir, las implicaciones que tiene para los empleadores, para los empleados-trabajadores, para los sindicatos y para los gobiernos. El documento puede consultarse y no tiene costo en la página de la OIT.

En el libro del MIT al que he hecho referencia y otra serie de muy interesantes e importantes trabajos realizados por Deloitte y el Banco Interamericano de Desarrollo, nos dicen que una muy buena parte de los nuevos trabajos que surgirán en el mundo no serán generados por las empresas u organizaciones tradicionales, sino por el propio autoempleo y por la economía colaborativa o “gig economy”. El estudio del BID señala que la economía colaborativa crecerá de 14 a 335 mil millones de dólares entre el 2014 y el 2025.

La verdad de las cosas es que muy poco de lo que está sucediendo en el mundo de las empresas como producto de esta pandemia, nos debería de sorprender, y si lo está haciendo nos da una muy buena idea de lo mal que estamos informados.


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