El Documental, voz para los silenciados

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El género de cine Documental se ha dedicado en los últimos años a exponer y dar voz a casos de la vida social del país y del mundo, que de otra forma, no hubieran sido conocidos; o bien, han retomado historias que han atraído la atención de la sociedad para resignificarlas desde el punto de vista de quien las cuenta.

Ciudad de México (elsemanario.com).- Estamos a casi un mes de que comience el Festival Internacional de Cine Documental de la Ciudad de México. Y para su décima edición, del 15 al 24 de octubre,  fueron elegidos 70 documentales de 1, 700 trabajos que se inscribieron, en los que el cine documental nacional tiene presencia.

Este género se ha convertido en una voz para los que en este mundo son silenciados; claro, siempre con la ayuda de quien se encuentre tras la lente. En sus últimos años, el cine documental ha sabido reflejar la realidad desde un punto de vista de quien dirige, nutriéndose por los personajes que serán capturados por las cámaras.

Así que este género cuenta historias, vidas escondidas, gritos desoídos o personajes desaparecidos de la otra realidad del cine; a veces, hasta del lugar del mundo donde se encuentren.

El Documental nació en 1922 con Robert Flaherty y “Nanook El Esquimal“; desde ahí fue bautizado como “el segundo género”. Se comenzó filmando los paisajes, los lugares recónditos de la tierra, del mar; la vida salvaje, la vida del planeta y de sus habitantes. Aquí es cuando el Documental, da un salto, quizá antes. Lo importante del asunto es que este género pasó de lo macro a lo micro; apuntó hacia los individuos y su entorno y no al revés.

Posteriormente, cada vez más entusiastas salidos de las carreras cinematográficas comenzaron a interesarse en las problemáticas sociales; ya no sólo en sus aspectos fundamentales de movilidad o asentamiento, por ejemplo; sino de la realidad que golpea a quien no puede cubrirse de ella. Así, los silenciados, los eliminados virtualmente, obtuvieron una voz que se unió al discurso de los directores y que muchas veces, el discurso de quienes dirigían se adentraba y centraba justamente en los representantes de sus obras.

Así, las luchas sociales han estado presentes en los intereses del mundo, gracias al documental, como diría Alejandra Islas, directora de Muxes: auténticas, intrépidas y buscadoras de peligro“:

El movimiento magisterial de Oaxaca, la lucha de los mineros de Pasta de Conchos, los movimientos homosexuales y ecologistas, la batalla contra la pederastia, el problema de los feminicidios, la inseguridad, el asesinato de periodistas y migrantes, el movimiento ciudadano por la democracia y el levantamiento del Ejército Zapatista son tan sólo algunos ejemplos del gran interés por el género documental”.

Esta edición del festival destaca la sección Hecho en México, donde podremos encontrar, entre muchas otras: Llévate mis amores, de Arturo González Villaseñor, ganadora del Festival Internacional de Cine de Los Cabos, que habla de las madres de los migrantes a su paso por Veracruz: Las Patronas.

https://youtu.be/3HnyyT8nLqw

Otros documentales mexicanos

Aunque estos no se encuentran en la selección actual, son representativos por las realidades que nos pueden mostrar, destacando:

La revolución de los alcatraces“, documental de Luciana Kaplan, que cuenta la historia de Eufrosina Cruz Mendoza, mujer indígena a la que le fue negado su derecho de ser presidenta municipal en su comunidad sólo por ser mujer y que comenzó su lucha por la igualdad de género en las zonas indígenas, regidas por el patriarcado.

Muxes: auténticas, intrépidas y buscadoras de peligro, documental de Alejandra Islas que narra la cotidianeidad de un grupo de homosexuales, indígenas y mestizos de Juchitán, en Oaxaca, quienes a pesar de la discriminación defienden su diversidad, reivindicando y preservando su identidad zapoteca. Son auténticos transgresores en uno de los estados donde el machismo también es predominante.

Eco de la montaña, de Nicolás Echeverría, narra la vida del artista Santos de la Torre, Wixarika -huichol-, autor de un gran mural en la estación de metro Palais Royal en el Museo Louvre, que vive aislado e ignorado en su propio país.

Huicholes: Los Últimos Guardianes del Peyote, de Hernán Vilchez, documental que nos presenta la defensa de Wirikuta, de un territorio sagrado y de una cosmovisión amenazada por el capitalismo y la explotación minera.

Presunto Culpable, de Roberto Hernández, Geoffrey Smith, de los más vistos y recordados por reflejar la incompetencia del sistema punitivo nacional y las irregularidades en el juicio de José Antonio Zúñiga, acusado de un crimen que no cometió.

https://youtu.be/v8LVlKqyxr0

Es así como las cámaras pueden reproducir no sólo el lenguaje cinematográfico convencional; sino que, a su vez, se vuelven espejo del México (en este caso) que ha querido ser enterrado, y que a través de sus más diversos personajes, nos refleja muchas caras de la realidad nacional.

Por Alberto Cedeño

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