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Los imaginarios mediáticos de la epidemia

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Hoy escuchaba en la mañana que la promesa de una posible vacuna contra el coronavirus tiene “contentos” a los mercados internacionales, después de que las bolsas de Shanghai y Shenzhen vieran una caída histórica el pasado lunes. Me fui a dormir ayer con la imagen de una máscara de las que usaron los médicos de la peste en los siglos XVI y XVII. El miedo, la especulación, el dinero que está en juego, los intereses de los laboratorios y en México, el terror de tener que hacer frente a una epidemia en un Estado fallido que no garantiza el abasto de medicamentos, o simplemente la atención. Parece que se nos olvida, pero no es la primera ocasión en que nos dejamos llevar por el pánico y hasta el racismo se nos exacerba.

Tampoco es la primera vez que una enfermedad viene de Oriente. El año pasado, una pareja de mongoles murió a causa de haber ingerido un riñón crudo de marmota; otra pareja fue atendida en China por haber contraído la peste bubónica. Sí, la misma peste que asoló a Europa y Medio Oriente de 1348 a 1351. En 1892 una epidemia de peste bubónica se desató en la provincia de Yunnan; dos años más tarde, tanto Alexander Yersin como Shinasaburo Kilasato, dos científicos que trabajaban separadamente en Suiza y Japón, lograron aislar e identificar a la bacteria causante de la peste, la yersinia pestis, que tomó su nombre de su descubridor suizo. La pasteurella pestis, como también se conoce, infecta a una pulga llamada xenopsylla cheopis, la que, a su vez, muerde a roedores salvajes como ratas y marmotas, pero cuando esa población disminuye, aprovechan también a los animales domésticos como portadores. Al parecer, los brotes de peste en China han sido constantes a lo largo de la historia y contraer enfermedades a partir de la cercanía con los animales (por convivencia o por ingestión) no es nada nuevo bajo el sol.

peste negra
Imagen: Almadraba Revista Cultural.

La más terrible epidemia en la historia de Occidente ha sido la de 1348 a 1351, aunque sus embates se dejaron sentir desde 1346 hasta bien entrado el siglo XVII. La peste bubónica acabó con el 60% de la población europea (Benedictow, “La Muerte Negra…” en Estudios históricos -CDHRP, no. 5, 2010) y produjo un imaginario que está vivo hasta la fecha. Esta plaga no se originó en China, o al menos no tuvo en China su detonante inmediato, sino en la ciudad portuaria de Caffa, en el Mar Negro. Esta región esteparia de Crimea había sido asolada por las huestes del Khan Jani Beg. En 1346 los mongoles montaron un sitio para acabar con los genoveses que estaban a cargo de la última factoría en el puerto. Gracias a ella, los comerciantes genoveses (cristianos) controlaban el paso de mercaderías y una floreciente actividad, que terminaría con un episodio de guerra biológica –sí, guerra biológica– gracias a la idea del Khan, sin saber que le saldría el tiro por la culata. En pleno asedio, la Horda de Oro, como se conocía a las huestes mongolas de Jani Beg, comenzó a mermar. El número de muertos comenzó a alarmar al Khan hasta que decidió deshacerse de los cuerpos de una manera peculiar: los catapultó sobre las murallas de los genoveses, para que se contagiaran y probaran de lo mismo que acabó con sus efectivos. Al ver llover cuerpos, los genoveses los arrojaron al mar, sin embargo, la infección no se hizo esperar. Murieron numerosos individuos a ambos lados de las murallas, al punto en que el Khan tuvo que decidir la retirada y los pocos genoveses sobrevivientes huyeron en barco a Constantinopla, en donde ratas y seres humanos contribuyeron a la expansión de la enfermedad. De Constantinopla recalaron después en Sicilia y finamente en Génova. El contagio se expandió rápidamente por la Europa mediterránea y poco después subió a la parte continental. Ni Inglaterra ni Escandinavia se salvaron de la peste. Era una pandemia.

Ciertamente, las epidemias tienen graves consecuencias en todas las esferas: la economía se ve afectada, el desplazamiento a través de fronteras es visto con recelo y genera aversiones por parte de los que aún no han sido contagiados. Pese a la declaración de estado de emergencia por parte de la OMS, el coronavirus no es una pandemia. Aunque son varios los países –además de China– que reportan casos, las cifras no se elevan más allá de 25 (Tailandia, seguida por Japón y Singapur) y unos 500 decesos (al 5 de febrero). No obstante, el coronavirus alarmó a los mercados internacionales y dio pábulo a que se hicieran especulaciones en torno a cómo se vería afectada la operación de las multinacionales en Oriente, así como a esperar una contracción de la economía china y, por ende, del resto del mundo.

pandemia, epidemia
Imagen: La Brújula Verde.

Hoy tenemos una circulación tanto de datos como de personas que no se hubiera imaginado en el siglo XIV. La difusión acelerada de la información nos genera, en muchas ocasiones, pánico y sólo eso. Conocer el desarrollo de una epidemia tiene incidencia directa en los mercados y en la demanda de productos específicos (acuérdense que escasearon los cubrebocas cuando la H1N1 en 2009). En los tiempos en que la enfermedad caminaba más rápido que la información, las cosas eran distintas. Cuando Giovanni Boccaccio narra su propia experiencia de la peste y fundamenta su retiro a una quinta para resguardarse del contagio, refigura, en su “primera jornada” del Decamerón, las razones que lo han llevado a esa situación. Habla de la insigne ciudad de Florencia que cerró sus puertas a los enfermos y se limpió de toda inmundicia, pero ningún acto de la “providencia humana” bastó para contener la mortandad. A su juicio, era un merecido castigo divino.

Lejos estamos de los tiempos en que los médicos como Guy de Chauliac, quien atendiera a varios papas en Avignon, aconsejaban encender hogueras para purificar el aire y en los que una capucha con un enorme pico retacado de hierbas aromáticas era la única protección contra el contagio. Esa característica y tétrica imagen del médico de la peste data del siglo XVII. Tenemos varios ejemplos grabados, de entre los cuales, tal vez el más conocido es el de Paul Früst. Esa máscara picuda, equivalente a nuestro cubrebocas contemporáneo, se convirtió en un icono desesperanzador, en la deriva de los tiempos, que funge como una especie de memento mori cultural.

Guy de Chauliac
Guy de Chauliac vendando la pierna del Papa Clemente VI, Ernest Board, 1912 (Imagen: Pinterest).

La peste de 1348 y su imaginario se reactualizan cada que tememos una situación de contagio masivo o cada que debemos protegernos de ataques con gas o de armas químicas. La máscara se convierte entonces en icono de la peste y de la guerra, situaciones que llevan al colapso de la economía y, cuando se trata de una economía global, pensamos en un apocalipsis. No confiamos en lo que nos digan las “autoridades”, ni en que nos cuenten que estamos preparados para hacer frente al embate de una epidemia: la “realidad” informativa de todos los días nos ha enseñado a no creer. Si no hay medicamentos para los niños con cáncer, si los pacientes en el sistema público de salud tienen que llevar sus propios materiales de curación, lo que nos queda es tener una fe nada científica en una especie de “autorregulación” del cuerpo, de lo social. Confiaremos en que, por naturaleza, deseamos nuestro bienestar, pero que en tanto humanos no podemos alentar situaciones de racismo o miedos inveterados a lo que nos parece ajeno y peligroso. Así es que, aunque la plaga venga de Oriente, hay que ser conscientes de que la xenofobia no surge por el virus, sino que comporta una serie de mensajes que históricamente se han acumulado y aprovechan la erupción mediática. Para el caso, seamos conscientes de que la xenofobia hace más daño que la enfermedad, pues.


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¿Hacia un nuevo tipo de capitalismo?

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Recientemente concluyó la 50 edición del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza. Esta reunión estuvo marcada por diversos temas, entre los fundamentales, la crisis ambiental global, la desigualdad a nivel mundial, los retos de la Cuarta Revolución Tecnológica Industrial, las preocupaciones por la desaceleración económica y por una posible nueva crisis financiera mundial.

Klaus Schwab, co-fundador y presidente ejecutivo del Foro Económico Mundial plantea: ¿Qué tipo de capitalismo queremos?, para él, existen tres modelos: el primero es el capitalismo de accionistas, que considera que el principal objetivo de las empresas es la obtención de beneficios y que ha sido el modelo predominante en casi todas las sociedades occidentales; el segundo es el “capitalismo de Estado”, para el cual el Estado debe marcar la dirección de la economía y ha tomado una gran importancia en China y en otras economías emergentes. El tercer esquema es el del “capitalismo de las partes interesadas”, (stakeholder capitalism), que para Schwab es la respuesta más acertada a los desafíos sociales y ambientales de nuestros días.

Klaus Schwab
Klaus Schwab, co-fundador y presidente ejecutivo del WEF (Fotografía: El Semanal).

El capitalismo de accionistas, sostiene Schwab, ha sido el modelo predominante en la historia económica reciente. Es el esquema prevaleciente en Estados Unidos, desde la década de 1970. En su momento de máximo esplendor, cientos de millones de personas de varios países del mundo prosperaban en tanto que las empresas orientadas a la obtención de beneficios abrían nuevos mercados y creaban nuevos empleos. Pero el capitalismo de accionistas omitió su responsabilidad social. Esto sumado a las presiones ejercidas por el sector financiero para obtener resultados de corto plazo, provocó que este capitalismo de accionistas estuviera cada vez más desconectado de la economía real. Añade Schwab que este tipo de capitalismo ya no es sostenible. Primero por el profundo daño ambiental que provoca. El esquema es agresivamente destructor de la naturaleza. Para Schwab el stakeholder capitalism comienza a imponerse. Cada vez son más los inversionistas y los ejecutivos que empiezan a comprender que su éxito a largo plazo depende del éxito de sus clientes, empleados y proveedores, así como de su contribución a la comunidad. Éste, dice Schwab, ha sido uno de los propósitos del Foro Económico Mundial, desde su creación.

La Business Roundtable de Estados Unidos, el grupo de presión más influyente de ese país, se muestra a favor del “capitalismo de las partes interesadas”. De igual forma la inversión de impacto está adquiriendo cada vez más importancia. Permite a los inversionistas buscar beneficios ambientales y sociales, además de financieros. Schwab plantea un nuevo manifiesto de Davos para que las empresas paguen un porcentaje equitativo de impuestos; tolerancia cero frente a la corrupción y respetar los derechos humanos en sus cadenas de suministro mundiales, así como respetar la competencia en igualdad de condiciones. Por último, señala Schwab, la empresa debe ser parte activa para mejorar la situación del mundo.

Finalmente, el capitalismo de Estado debería evolucionar, sostiene Schwab, hacia el capitalismo de las partes interesadas con el propósito de garantizar que no se corrompa. El capitalismo de las partes interesadas debe ayudar al cumplimiento de objetivos sociales más amplios como el Acuerdo de París de 2015 y los Objetivos del Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas para 2030.

Elizabeth Warren y Joseph Stiglitz
Izquierda: Elizabeth Warren, precandidata presidencial demócrata en Estados Unidos; derecha: Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía y miembro del Club de Roma.

Además del planteamiento de Klaus Schwab de impulsar el “capitalismo de las partes interesadas”, hay otras propuestas más radicales como la del economista Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía y miembro del Club de Roma, de un “capitalismo progresista” o la de la senadora Elizabeth Warren, precandidata presidencial demócrata, en Estados Unidos, de un “capitalismo responsable”.

Sin embargo, estas propuestas tienen también numerosas críticas que sostienen que el afán de lucro siempre ganará si no se legisla para garantizar que las empresas cumplan sus compromisos y asuman responsabilidades específicas.

Al mismo tiempo que se da esta discusión, Oxfam publica su Informe Anual sobre la desigualdad mundial. Según Oxfam, los 2,153 multimillonarios más ricos del mundo tienen ahora más riqueza que los 4,600 millones de personas que representan el 60% de la población mundial. Además, los 22 hombres más ricos del mundo tienen ahora más riqueza que todas las mujeres de África.

Asimismo, las temperaturas medias mundiales alcanzaron niveles récord en 2019. Las sequías e incendios forestales afectaron a numerosos países, en tanto que las inundaciones devastaron a otros, haciendo desaparecer ciudades enteras.

De esta manera, en tanto que el capitalismo de accionistas y la especulación financiera siguen en auge la economista principal del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath, plantea una reducción de sus previsiones de crecimiento para 2020 y 2021 en relación con la estimación anterior de octubre pasado y la jefa del FMI, Kristalina Georgieva, advierte que la economía mundial corre el riesgo de vivir otra Gran Depresión como la de los años treinta. De igual forma, se alerta sobre el riesgo del aumento de la desigualdad y la creciente incertidumbre causada por la emergencia climática y las guerras comerciales.

capital y recesion
Imagen: El País.

¿Qué significa Davos?; ¿Es un lugar para debatir y encontrar soluciones globales o se trata simplemente de discutir para simular y seguir haciendo las cosas como siempre? ¿El capitalismo de las partes interesadas significa un compromiso corporativo real o es sólo un recurso de mercadotecnia para ser “políticamente correctos”?

En todo caso, Davos es un claro ejemplo de que el mundo está cambiando y que la problemática global exige nuevas soluciones si queremos detener el gradual colapso global que estamos enfrentando.

México debe estar preparado para el combate al cambio climático, la erradicación de la pobreza, la Cuarta Revolución Tecnológica-Industrial, que comprende entre otros aspectos, la Inteligencia Artificial, la genética, las neurotecnologías y la automatización de la producción, todo ello basado en una sólida educación. Nuestro país, al igual que el mundo, enfrenta retos inéditos ya que vivimos un cambio de época. Todos estos retos debemos afrontarlos con pleno respeto a los derechos y las libertadas fundamentales de las personas.


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¿Hegemonía académica china?

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China tiene muy claro su futuro: ser la primera potencia mundial en 2050, cuando se cumplan 100 años de la Revolución maoísta. Y también tiene muy claro el camino: el impulso de agresivas inversiones en políticas de innovación y educación superior. Actualmente su gasto en ciencia y tecnología equivale al 2.12% de su enorme PIB.

La rivalidad por la hegemonía global está en marcha y se manifiesta en varios frentes. La administración de Trump ha emprendido una guerra comercial con China y mantiene una ofensiva contra el gigante tecnológico Huawei. China sabe que la competencia por la supremacía también se disputa en el plano académico-cultural.

La capacidad científica y de innovación de la actual potencia global, Estados Unidos, se explica en gran medida por la fortaleza de sus instituciones de educación superior. De las 10 mejores universidades del mundo, siete son estadounidenses (THE 2020); y este país es, todavía, el que produce investigación de mayor calidad (WEF 2018).

China viene muy de cerca y se yergue como el principal aspirante a desplazar a Estados Unidos. Las universidades de Tsinghua, Pekín, Zhejing y Shanghai, por ejemplo, comienzan a codearse con Harvard, Oxford y MIT. Lo anterior es producto de una efectiva política de inversión a través de la Iniciativa C9, que ha inyectado miles de millones de dólares a nueve universidades de élite chinas. El ranking QS 2020 sitúa ya a seis universidades chinas entre las 100 mejores del planeta.

china y estados unidos
Ilustración: The New Yorker.

La nación asiática es ya el segundo país en cuanto a productividad en investigación.  Lo anterior se explica en gran parte por los 1,235 investigadores que tiene por cada millón de habitantes (México tiene 144). Incluso, según la Fundación Nacional de la Ciencia en Estados Unidos (NSF, por sus siglas en inglés), el 20.67% de los artículos en ciencias e ingenierías que se publicaron en el mundo en 2018, fueron realizados por instituciones chinas. La nación estadounidense ya fue desplazado al segundo lugar, con 16.54% de las publicaciones. Asimismo, se estima que China superará el impacto de las publicaciones estadounidenses para el 2025, posicionándose así como el primer lugar dentro de las potencias mundiales en investigación.

China también superó ya a Estados Unidos en la generación de patentes. De acuerdo con la Organización Mundial de Propiedad Intelectual (WIPO, por sus siglas en inglés), tan sólo en 2018, la oficina de propiedad intelectual estadounidense reportó alrededor de 597 mil para registro de patentes, mientras que la oficina china reportó 1.54 millones de aplicaciones, lo cual representó un 46.4% de las aplicaciones a nivel mundial.

Además, el principal destino de estudiantes chinos es Estados Unidos, lo que representa un tercio de los estudiantes extranjeros en universidades de este país. Estas cifras tienen muy preocupados a los norteamericanos, temiendo que los estudiantes de la nación asiática no solamente vayan a estudiar. En 2018, el FBI lanzó el documento “China-The Risk to Academia”, donde se establece la amenaza que representa el “espionaje académico” o el robo de conocimiento y secretos comerciales por parte de estudiantes e investigadores chinos. Para Estados Unidos, éste no solamente atenta directamente contra la seguridad nacional, sino que también pone en juego la posición privilegiada del país a nivel mundial.

espias en eeuu
Ilustración: Rebecca Hendin.

Quizás por esta razón cientos de jóvenes chinos no han podido adquirir una visa para estudiar en Estados Unidos. La tasa de rechazo a aspirantes chinos en las universidades pasó de 3.2% en 2018 a 13.5% en 2019. Sin embargo, las universidades norteamericanas no pueden dejar de reconocer que los estudiantes procedentes de China representan un gran ingreso económico para éstas, y también una gran potencia intelectual.

El rápido avance de China en el ámbito de la educación comenzó en la década de 1980 y a partir de ese entonces ha experimentado una rápida y agresiva expansión y desarrollo, a través de reformas graduales que sin duda han demostrado su funcionamiento.

Actualmente está en marcha una nueva guerra fría en la cual los estadounidenses se enfrentan a una lucha geoestratégica, particularmente en Asia, por mantener su primacía a nivel mundial. ¿Debemos prepararnos para una hegemonía china en la segunda mitad del siglo XXI?


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Incluye T-MEC acciones controversiales contra la piratería digital

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Lo que en 2011 dio lugar en nuestro país a una feroz oposición de parte de las sociedades defensoras de las libertades en Internet, hoy pasa silencioso y desapercibido, como parte del paquete de obligaciones incluidas en el T-MEC. Dentro de muy poco tiempo, los sitios de Internet que sean sospechosos de poner a disposición obras protegidas por derechos de autor, podrán ser suspendidos en sus operaciones sin necesidad de juicio previo.

En el caso de México, el antecedente directo se gestó en el contexto de un tratado internacional antipiratería conocido como ACTA (Acuerdo Comercial Antifalsificación, por sus siglas en inglés), elaborado por diversos países europeos, más Australia y Estados Unidos; negociado de manera secreta en los años 2007 y 2008, planteó mejorar la protección de derechos de Propiedad Intelectual evitando la falsificación de productos, los medicamentos genéricos no autorizados y la piratería en Internet, a través del incremento de la supervisión aduanera y la responsabilización a Proveedores de Servicios de Internet (ISP, por sus siglas en inglés), por contenidos sospechosos de violar derechos de autor. El tratado recuperó, entre otras, la propuesta de poder suspender en forma unilateral los servicios a sitios ilegales, así como perseguir y sancionar a usuarios de contenidos pirata.

El ACTA es el tratado internacional de mayor envergadura e implicaciones en materia de Propiedad Intelectual desde los acuerdos de la OMC en 1995, y representa el mayor esfuerzo de lucha antipiratería a nivel internacional. Sin embargo, aun reconociendo el valor emblemático del modelo que promueve, no se puede desconocer que el ACTA implica diversas obligaciones que para muchos países resultan difíciles de atender.

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Imagen: Tulane.

Siguiendo con la tendencia marcada por los Tratados Internet de fines del siglo pasado, en el año 1998, Estados Unidos promulgó la Ley de Derechos de Autor para Medios Digitales en el nuevo Milenio, la cual incluyó diversas sanciones para evitar la evasión de medidas tecnológicas de software, y definió con mayor precisión los casos en que los ISP podían considerarse como responsables de situaciones de infracción de derechos de autor. En general, esta legislación buscó un necesario balance entre los titulares de derechos de autor y los de los usuarios de Internet, reconociendo la libre circulación de ideas como uno de los postulados necesarios para el crecimiento de la red.

Los siguientes esfuerzos legislativos identificables nos llevan hasta la polémica ley “SOPA”, llamada así como contracción de su título completo: “Stop Online Piracy Act”, que fue un proyecto presentado a la Cámara de Representantes de Estados Unidos en octubre de 2011, y que perseguía como gran objetivo dotar a los titulares de derechos de Propiedad Intelectual de acciones contundentes para frenar y disuadir de ciertas infracciones a sus derechos en el entorno digital.

La ley SOPA pretendía facilitar a titulares de derechos de autor, la posibilidad de obtener órdenes judiciales de suspensión de operaciones de determinados sitios web que estuviesen infringiendo derechos, a través de su bloqueo a través del proveedor de servicios de Internet, la congelación de fondos y la restricción del uso de plataformas de cobro (del tipo de la conocida “PayPal”), la restricción en servicios de publicidad en otras plataformas y la eliminación de enlaces asociados a la web ilegal.

Sin embargo, los efectos de restricción a libertades de expresión en la red, que facilitarían el espionaje y la supervisión de autoridades y la pérdida del anonimato de los usuarios, tuvo un gran peso en los legisladores al transformar la manera en que la tecnología permite que la gente se acerque a la cultura y comparta ideas y contenidos de todo tipo, por lo que al final el proyecto de legislación fue detenido.

propiedad intelectual
Imagen: Revista Neo.

El álgido punto sobre las acciones legales que podrían enderezarse en contra de sitios que promuevan descargas ilegales de contenidos, y aún de usuarios, por vía de los ISP, dieron lugar a las más encendidas oposiciones en el sentido de que reconocer estas facultades a los titulares de derechos representaría una censura a la libertad de expresión, un acto de agravio a la privacidad y una abierta violación al derecho de audiencia, lo que claramente redundaría en agravar la brecha digital que gravita sobre los países menos desarrollados.

Del otro lado, los argumentos se orientan a proclamas igual de fragorosas para reivindicar el derecho de los autores a cobrar por la utilización de sus obras, como una fórmula primaria de expansión y fomento a la cultura. ¿Se puede, como colectividad, fundar el derecho de expresión en el uso ilegal de la Propiedad Intelectual de otros, bajo la falacia de que el daño sólo se causa a emporios extranjeros que explotan a los autores?

Hay que decir que nuestro país desestimó el ACTA en el 2011, cuando el Senado se negó a aprobarlo cuando el Ejecutivo había ya procedido a su firma. Sin embargo, el nuevo tratado T-MEC incorpora estas obligaciones a su texto, obligando a nuestro país a incluirlas en su legislación de la materia. El mensaje de los negociadores estadounidenses se escuchó ahora fuerte y claro: se pueden usar obras de otros, pero hay que pagar. La creatividad de los autores que aportan sus obras es la parte de la cadena donde más valor se agrega, el insumo sin el que las demás contribuciones pierden sentido.

Una materia jurídica particularmente conectada a nivel internacional es la Propiedad Intelectual. Desde los esfuerzos desplegados a fines del siglo XIX para configurar sendos tratados mundiales para derechos de autor, y patentes y marcas, los esfuerzos desplegados por gobiernos y organismos internacionales no han cesado para llegar a configurar una regulación armonizada. Lo que sigue, en el caso de nuestro país, es observar la forma en que nuestro Congreso refleja en la ley interna los compromisos.


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Debemos alejar a los niños del crimen

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La semana pasada vimos las imágenes de varios niños armados como parte de la milicia. ¿Qué es lo pasa por la mente de un niño? ¿Cuándo se convierte en un recluta? ¿En qué momento es miembro activo del crimen organizado? ¿Qué lo lleva a transformarse en un sicario? No es noticia que las organizaciones criminales buscan y encuentran en la destrucción del tejido social a sus reclutas, es más, necesitan de esa destrucción o falta de tejido social para nutrirse.  Resulta ingenuo preguntar en dónde están los padres de esos niños que han sido abandonados y olvidados, completamente vulnerables, y que día a día viven en la miseria, desprotegidos, expuestos al abuso y a la violencia. Y que, penosamente, nunca tuvieron oportunidad de elegir, y este panorama desolador ha sido su única opción.

¿Cómo se llegó a este punto? Es el resultado de la mezcla de extrema pobreza, de la falta de servicios, del limitado o nulo acceso a la educación y a la salud. Todo ello consecuencia de la corrupción de un sistema político ineficiente, de una sociedad indolente, y así, la primera víctima se vuelve victimario y ahora de una nueva víctima que se siente alejada de ese entorno, de manera que se va creando el círculo macabro. No debemos seguir prolongando acciones concretas para crear las condiciones necesarias de un sistema, que aún con la ausencia de los padres o tutores, pueda proteger a estos niños y brindarles sus derechos elementales.

ninos en armas
Imagen: Causa Probable.

Estamos hablando de niñas y niños que no llegan a los doce años. Es increíble, pero pareciera que se les quiere ver como objetos, cuando son personas que merecen tener una vida digna.

Sugiero más propuestas y acciones como éstas:

1. Grupos de intervención conformados por trabajo social, psicológico, médico, y sociológico, implementando acciones y programas inmediatos.
2. Construcción y mejora para la “dignificación de las instalaciones” (escuelas, clínicas, parques, plazas, espacios públicos en general).
3. Programas de detección de riesgos sociales (profesor monitor, médico monitor, trabajador social, todos capacitados y sensibles al contexto y situación de cada niño y niña).

La lista es tan larga como la queramos hacer. El enemigo es la corrupción y la indiferencia, y esto es corresponsabilidad de todos. Winston Churchill decía que Un apaciguador es alguien que alimenta al cocodrilo, esperando que se coma a otro antes que él.  ¡Urge comenzar! Los niños no son el futuro, son el presente de México. 

¡Hasta la próxima semana!


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Cerdos Salvajes: el populismo de AMLO

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Entender qué es el populismo y cómo funciona, debería ser parte de nuestra educación cívica básica. Así, sea cual sea nuestra inclinación política, podríamos estar alertas y evitar que nuestras conciencias sean manipuladas por políticos sin escrúpulos de cualquier tendencia, ¿no creen?

Una de mis amables lectoras tuvo la gentileza de reaccionar a una de mis colaboraciones, compartiendo este breve cuento de autor anónimo, que se explica por sí mismo –el cual ha sido difundido con el título “No existe Plan Social gratis”–. Y aquí lo pongo a su consideración:


En la mitad de una clase, en una universidad, uno de los alumnos, inesperadamente, le preguntó al profesor:
“¿Usted sabe cómo se capturan los cerdos salvajes?”.
El profesor le contestó: “¿es esto acaso una broma?”.
El joven respondió: “No, no lo es.” Y con seriedad comenzó su disertación:
“Para capturar cerdos salvajes, primero se localiza un lugar en el bosque al cual los cerdos salvajes suelan ir, y allí se coloca diariamente un poco de maíz en el suelo.
Así, los cerdos salvajes vienen todos los días a comer el maíz “gratis” y, cuando se acostumbran a venir diariamente, usted va construyendo una cerca alrededor del lugar donde se acostumbraron a comer, un lado a la vez.
Cuando ellos se acostumbran a un lado de la cerca, vuelven para comer el maíz, y usted construye otro lado de la cerca.
Ellos vuelven a acostumbrarse y vuelven a comer.

populismo
Imagen: Vértigo Político.


Usted va construyendo la cerca alrededor, poco a poco, hasta instalar los cuatro lados del cercado alrededor de los cerdos.
Al final, instala una puerta en el último lado.
Los cerdos ya están habituados al maíz fácil y a las cercas, y así comienzan a venir solos por la entrada.
Es entonces cuando usted cierra el portón y captura a todo el grupo.
Así de simple, paso a paso, hasta que en el último segundo los cerdos pierden su libertad.
Ellos comienzan a correr en círculos dentro de la cerca, pero ya están presos.
Después, comienzan a comer el maíz fácil y gratuito.
Se acostumbran tanto a eso que se olvidan de cómo cazar por sí mismos, y por eso aceptan la esclavitud. Incluso, se muestran agradecidos con sus captores y, durante generaciones van felices al matadero.
Ni siquiera sospechan que la mano que los alimenta es la misma que los mata”.
El joven le comentó al profesor que era exactamente eso lo que él veía que sucedía en su país, en su provincia, en su ciudad, con su pueblo.
Los gobiernos populistas, en sus proyectos dictatoriales, escondidos bajo el manto “democrático”, estuvieron lanzando maíz gratuito durante tiempo suficiente para alcanzar la mansedumbre sistemática.
Y cada nuevo “Gobierno Salvador” disfraza de “programas sociales”, sus limosnas, da dinero que saca del bolsillo del propio trabajador. Realiza misiones, planes, indulgencias, leyes de “protección”, subsidios para cualquier cosa, expropiaciones indebidas, programas de “bienestar social”, fiestas, ferias o festivales, uniformes, pan y circo, transporte “gratis”.

“¡G R A T I S!”.

Toda esa “gratuidad” que nos ofrecen tales estafadores, disfrazados de políticos, llena de felicidad a un pueblo mal acostumbrado con las migajas del maíz fácil y “gratuito”. Nos roba la capacidad de ser críticos, pensantes y personas emprendedoras.
Sin embargo, claro que nada es “gratis”. ¡No existe almuerzo gratis!

mexico y populismo
Ilustración: Ismael Ángeles.

EN PERSPECTIVA, debemos hacer un esfuerzo por entender y hacer entender a los que nos rodean, que toda esa “ayuda” gubernamental dista mucho de ser gratuita. Es más, tiene el más alto precio que podemos pagar: nuestra libertad. No es fácil abrir los ojos; y mucho menos lograr que otros los abran, sus reacciones son viscerales y explosivas. Usualmente atacan con fiereza tratando, a falta de argumentos, descalificarnos en lo personal, desacreditarnos. Como dicen: “Es más fácil engañar; que lograr que otros acepten que han sido engañados”. Sin embargo, hay mucho en juego: nuestro país; nuestros hijos; sus libertades y el futuro.

O ¿usted qué opina, estimado lector?


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Tortura Atonal

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Nos cansamos de las emociones, nos cansamos de sentir, de trastornarnos y viajar por la inmaterialidad de algo que estremece nuestro espíritu y retando nuestra propia adicción a traducir la vida en una partitura, entonces surgió la música atonal. El argumento fue que la “tonalidad estaba agotada”, la música tenía que ser más cerebral, establecer una distancia entre lo que escuchamos y analizarlo como una ecuación o una fórmula química. El resultado fue que, por un lado, se detonó la libertad de que otros sonidos entraran en las composiciones musicales y, por otro, el aburrimiento llegó como el castigo de escuchar.

En la temporada de ópera que se trasmite en vivo desde la Metropolitan Opera House de Nueva York en el Auditorio Nacional, mostraron “Wozzeck”, del compositor austriaco Alban Berg, con dirección de escena de William Kentridge. El espectáculo era la imposible cohesión entre la obra dramática, la partitura musical y el impactante montaje de Kentridge. La gran vanidad del compositor de someternos a su teoría musical para demostrar que podía ignorar la esencia humana y pasar sobre ella como la destrucción de un arma de guerra, en contra de la anécdota, de los personajes y de la real utilización del sonido, de ese inasible elemento que es capaz de transportar una idea hasta lo más profundo de nuestro cerebro.

william kentridge
William Kentridge, artista sudafricano (Fotografía: Focus Magazine).

Es la segunda obra de Berg que monta Kentridge, anteriormente puso “Lulú”, y en los dos casos es su montaje lo que voy a presenciar, literalmente, es algo que se debe ver, más que escuchar, las máquinas, los cortometrajes, la escenografía, esos elementos que Kentridge lleva a la escena y que son obras de arte en sí mismas, son tan contundentes, potentes, que se tragan la partitura y la utilizan como música incidental, como un fondo que en momentos llega a ser irrelevante.

La frialdad musical en escenas tan conmovedoras como cuando la amante de Wozzeck, dialogando con su hijo, que es un títere creado por Kentridge, o el enorme dolor de Wozzeck ante la infidelidad, no eran parte de la música. Las voces de los cantantes de gran virtuosismo, se perdían detrás de la sucesión de sonidos, y nos dejaba pensando cómo podían dar seguimiento a una partitura que no iba a ningún lado, sin crestas, sin cambios, indiferente al desarrollo del drama llegando a su final sin poder alcanzar un clímax, simplemente terminó, como si Berg se hubiese cansado de sí mismo, hastiado de inventar pretensiones sonoras, escribió “fin” como podría haber puesto “basta”.

Los seres humanos merecemos ser despreciados, incluidas nuestras emociones y sentimientos, la escuela que surgió con Schoenberg, Boulez, Berg, se olvidó que llamamos libertad a la ingobernabilidad de las emociones, a dejarlas salir para manifestarnos que estamos vivos. La libertad del sonido que se desdobla, de que la música creciera a otros espacios sonoros, sigue dependiendo de las sensaciones y las emociones, incluso en el cine, la arbitrariedad compositiva nos deja simplemente obras frías, olvidables.


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El Ego falso y el Self verdadero: una feraz disyuntiva

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El empleo generalizado del término “ego” tiene una génesis relativamente reciente, pues data de la teoría psicoanalítica de Sigmund Freud que se inició con el siglo XX. Como hemos revisado, el ego freudiano corresponde al yo: la actividad consciente sometida a la influencia tanto de contenidos inconscientes del id o ello, como a restricciones y condicionantes sociales, morales y culturales asumidos por el superego o superyó. La función del ego sería el articular, conciliar y procesar las normas morales y los impulsos o instintos inconscientes de orden fundamentalmente sexual. Freud y sus seguidores postularon un desarrollo del ego a lo largo de la infancia para eventualmente adquirir una adecuada y sana identificación sexual y social.

El término ego fue incorporándose al léxico y al ideario occidental con una acepción distinta que es importante reconocer y ponderar en el contexto de la autoconciencia. Es así que, a diferencia de la doctrina freudiana, el Diccionario Cambridge del inglés define “ego” como “la idea u opinión que tienes de ti mismo, en especial el sentimiento de tu propia importancia y habilidad.” En el lenguaje coloquial contemporáneo la palabra ego usualmente significa una forma distorsionada y exagerada de autoestima: la atención e interés excesivos hacia uno mismo y la apremiante necesidad de ser reconocido. Se dice que alguien tiene “mucho ego” cuando muestra una actitud arrogante, soberbia y desconsiderada por interesarse sólo en su bienestar, promoción y reputación. Diversos estudios han revelado que en efecto, la mayoría de las personas sobrestiman su relevancia y sus conocimientos.

disminuye tu ego
Letrero de “Disminuye tu ego”, obtenido de Wikimedia. El sentido del ego como un enemigo a vencer en la acepción común del término “ego” en la actualidad.

En esta acepción popular, el ego adquiere una connotación negativa al designar la parte o aspecto de la personalidad que se forja mediante condicionamientos adquiridos, como serían las identificaciones, prejuicios, apegos o dependencias que tienden a fortalecerse en detrimento de un self más propio y auténtico. Es posible denominar a esta noción más reciente y generalizada como un ego apócrifo, es decir, inauténtico y falso que tiene cierta relación con la idea del falso yo propuesta por Donald Winnicott hacia 1965 y que se mantuvo dentro del ámbito psicoanalítico como una creación defensiva del infante a su verdadero yo.

Una de las razones de la notoriedad del ego apócrifo fue que, a partir de la década de 1960, esta acepción vino a coincidir con ciertas interpretaciones de doctrinas espirituales incorporadas o adaptadas a la cultura occidental. Por ejemplo, las tradiciones hindúes y budistas toman al ego como una ilusión que es necesario desmontar para llegar a un verdadero autoconocimiento. Lo que las personas creen que son sería un espejismo emanado de la necesidad de definirse en términos aceptables de acuerdo a tendencias propias y a necesidades colectivas. Es así que el planteamiento de un ego ilusorio estructurado por necesidades biológicas básicas y condicionantes sociales, se concibe como una resistencia opositora cuando el individuo emprende el camino de depurar su conciencia y personalidad. De esta forma, el potencial desarrollo de la personalidad dependería de la creciente desarticulación del ego condicionado e ilusorio, una tarea necesaria no sólo en lo que respecta a encarar y desenraizar al ego falso, sino también porque el camino para lograrlo será el tomar conciencia crítica de las motivaciones, deseos, rasgos de carácter, virtudes y defectos de uno mismo.

escultura ego
El proyecto EGO por Laura Klimton, Mike Garlington y Jonny Hirschmugl fue ena escultura de pasta de 7 metros, realizada con trofeos deportivos, iconografía religiosa, armas, cráneos y otros objetos, pintados con espray de color dorado. La escultura fue quemada en 2012 como un símbolo de la destrucción del ego falso.

Me parece detectar que a mediados del siglo pasado surgieron algunos antecedentes de este ego falso y del posible desarrollo de un adecuado autoconocimiento, los cuales pudieron ser factores de su difusión. Por ejemplo, la idea fue expresamente formulada por el matemático y maestro espiritual ruso Peter Ouspensky en su libro “Psicología de la posible evolución del hombre” publicado póstumamente en 1947. Esta obra no tuvo mayor impacto en la psicología académica, pero se difundió entre seguidores e interesados en su doctrina, conocida eventualmente como Cuarto Camino. Una noción semejante se reconoce poco después en la psicología humanista de Abraham Maslow basada en el estudio de personas supuestamente “autorrealizadas.” Su pirámide de necesidades y motivaciones humanas que culmina con la autorrealización sigue siendo popular, aunque ha sido objeto de críticas metodológicas. Maslow propone que esta autorrealización suele alcanzarse o consolidarse mediante “experiencias cumbre” o estados de conciencia ampliada, que revelan a quien las experimenta su verdadera identidad en detrimento de aquella creada por las necesidades fisiológicas, de seguridad y sociales. Diversas aproximaciones subsecuentes, en especial la llamada psicología transpersonal, subrayaron los beneficios trascender la usual sensación de identidad personal para acceder a una realidad de orden superior más significativa, usualmente a través de estados ampliados de conciencia que supuestamente proporcionan un insight a la verdadera naturaleza del ser humano.

La psicologia transpersonal
La psicología transpersonal de los años 70 subrayó la necesidad de superar la estructura del ego, como lo indica este texto de 1980 que recopila contribuciones de sus principales inicadores y proponentes en varios intentos de amalgamar diversas tradiciones espirituales con la psicología clínica y académica.

En una tesis doctoral de la Universidad Complutense de Madrid presentada en 1995, el ego se conceptúa como un conglomerado psíquico compuesto de instintos de origen biológico y de condicionantes sociales que cristaliza en una estructura compleja de orden afectivo, cognitivo y volitivo, la cual en buena medida determina las formas en las que las personas razonan, deciden y actúan. Esta tesis plantea que tanto las tendencias instintivas como las adquiridas se contraponen a un verdadero autoconocimiento, a la libertad y desarrollo del ser humano, pues los instintos y demás tendencias biológicas serían pautas rígidas y estereotipadas para la especie y los condicionantes sociales aprendidos serían identificaciones, apegos, dependencias o ataduras a programas, dogmas y expectativas del entorno que se han incorporado al individuo sin haber sido adecuadamente ponderadas y suscritas.

En el capítulo previo hemos revisado la posibilidad de que una labor introspectiva sistemática pueda tener como resultado un conocimiento válido y verdadero de uno mismo. Vimos que si bien el instrumento y la evaluación de tal pretensión es difícil desde el punto de vista del método científico usual, el postulado tiene validez existencial y personal. Al ir descubriendo lo que no es, el sujeto va desentrañando su verdadero yo o su verdadero self. La incorporación al castellano del término Self como una esencia verdadera de la persona, ha sido paralela a la expansión del ego ilusorio como lo hemos definido. Estos dos arquetipos, el Ego y el Self, vendrían a constituir antagonistas enfrentados en una lucha interna entre dos tendencias personificadas.

Bernard Lonergan y el ego
El teólogo jesuita Bernard Lonergan abordó el insight como formas de comprensión repentina que ocurren especialmente en el transcurso de una indagación de autoconocimiento.

Develar información pertinente a uno mismo tiene ciertamente un aspecto cognitivo, el que se refiere al autoconocimiento, pero también requiere de motivaciones, emociones y de insight como actos de comprensión integradores que sobrevienen en el ámbito de la indagación humana. El teólogo jesuita Bernard Lonergan propuso que, además de una autobservación introspectiva sistemática, el autoconocimiento resulta de una articulación de experiencias procesadas por un proyecto personal de desarrollo que se plasma como formas de autorregulación. Más que encontrar su yo verdadero guardado en la profundidad de sí mismo, la persona embarcada en un proyecto de autoconocimiento, va realizando nociones apropiadas de sí misma; va forjando un self en evolución, una apropiación de su autoconciencia.


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