López Obrador

¿Estamos condenados a ser y vivir en un país corrupto?

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Desde hace muchos años se han hecho esfuerzos formales tanto del lado del sector privado como del público para acabar o al menos reducir la corrupción y la falta de impunidad en México, pero los logros o avances son mínimos. ¿Podemos erradicar o reducir a la mínima expresión la corrupción y que ésta sea castigada?

Recuerdo en el lejano 1981 que la campaña del entonces candidato a la presidencia por el PRI, Miguel de la Madrid, enarbolaba como eje central de la misma el lema “Por la renovación moral de la sociedad” y, bueno, ya sabemos cómo empezó y terminó ese sexenio… dirían los clásicos “sin pena, ni gloria” y lamentablemente antes de Miguel de la Madrid tuvimos un gobierno profundamente incapaz y corrupto con López Portillo y le sucedió Salinas de Gortari que era capaz y también muy corrupto.

¿Se acuerdan cómo llegó Salinas al poder y quién lo ayudo? Por si su fuerte no es la historia, lo hizo, nada menos y nada más que el actual Director General de la CFE, el reconocido corrupto de Manuel Bartlett, el hombre de las 23 casas valuadas en más de 800 millones de pesos y las doce empresas de su propiedad junto con su pareja sentimental Julia Abdala y su hijo León Manuel.

Al presidente López Obrador le encanta hablar del combate a la corrupción y a la impunidad, pero sus acciones muestran muy poco de intención y de acción por combatirlas y acabarlas. Quizás habrá algunos cambios menores y eso es algo, pero estamos viendo actos de corrupción todos los días en el gobierno federal y en muchos gobiernos estatales y municipales emanados de Morena y obviamente de otros partidos políticos y de eso no se habla o se habla poco y tampoco se hace algo… la impunidad es brutal, frustrante. Léase el caso de Lozoya, por ejemplo.

corrupcion
Imagen: Rendición de Cuentas.

¿Y entonces la guerra está perdida? ¡NO! Se han perdido muchas batallas, y se seguirán perdiendo, pero la guerra falta mucho por perderse. Tenemos muchas salidas y muchas acciones por hacer, independientemente de lo que el gobierno esté diciendo o haciendo.

Una excelente iniciativa que tienen todo el sustento teórico y práctico es sin lugar a duda “Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad” (MCCI) que dirige María Amparo Casar, una prestigiada académica y reconocida politóloga.

Me puse a hacer mi tarea y revisé muchos documentos que ha preparado MCCI y me han dejado con un muy grato sabor de boca y con la esperanza de que se pueden hacer muchas cosas desde el lado personal e institucionalmente desde el sector privado. Desde pequeñas acciones como tener una política corporativa de regalos y agradecimientos –y cuando digo corporativa, no estoy pensando sólo en las grandes empresas, sino en todas las empresas–, sin importar su tamaño, hasta tener una política integral anticorrupción o de integridad.

Desde el 2017, MCCI de la mano de la revista Expansión, Transparencia Mexicana y el USAID, ha hecho su informe de integridad corporativa 500, IC500, en la que se presentan resultados de las 500 empresas más grandes de México en materia de políticas anticorrupción. Si bien el informe no reporta el cumplimiento de las políticas de integridad o anticorrupción, y sólo evalúa la existencia y difusión (publicidad) de las políticas, es ya un avance, aunque los resultados aun así son todavía muy desalentadores. Se pueden consultar los resultados de los tres reportes existentes.

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Imagen: codigodelicias.com.

En el documento “México no está condenado a ser un país corrupto”, MCCI presenta lo que es y lo que quiere alcanzar, y nos propone sus herramientas o armas con objetivos concretos, como ellos las presentan, para poder reducir de manera sustantiva en el mediano o inclusive largo plazo la corrupción y acabar con la impunidad: Investigación aplicada, Investigación periodística, Litigio estratégico, Comunicación y Asuntos Internacionales y Movilización Social.

Este mismo documento, que de verdad recomiendo ampliamente su lectura, habla del cambio que MCCI quiere propiciar a través de la consolidación del Estado de derecho, a través de cinco pilares: un marco normativo y regulatorio que todos comprendamos y adoptemos; un sistema de justicia autónomo, confiable y eficaz; una gestión pública profesional, responsable y transparente; un sector privado que adopte y promueva altos estándares de integridad y mejores prácticas anticorrupción, y ciudadanos comprometidos, empoderados y organizados contra la corrupción y la impunidad.

En el “Círculo de la impunidad” que presenta MCCI se nos dice que hay sólo un 10.75% de probabilidad de que se denuncie un delito, un 7.22% de probabilidad de que se inicie una averiguación previa, un 2.95% de probabilidad de que la averiguación previa se resuelva y por ende el 97% de probabilidad de que no se resuelva la averiguación previa de un delito cometido. Y, por eso, hay tanta corrupción en México. Quienes cometen los actos de corrupción saben que tienen sólo un 3% de posibilidad de terminar en la cárcel y eso sí es un gran aliciente.

balanza desequilibro
Imagen: laparadoja.com.mx.

Me resulta casi imposible pensar que este gobierno que encabeza el presidente López Obrador pueda ser el gobierno que realmente vaya a cambiar a México en materia de combate a la corrupción y combate a la impunidad, con personajes como Bartlett, o Ricardo Monreal que fue señalado en muchas ocasiones como gobernador de Zacatecas y como delegado en la Cuauhtémoc en la Ciudad de México; al igual que la cabeza de la CONADE, Ana Guevara, quien ha sido acusada de fraude a la institución por decenas de millones de pesos y el presidente calla y la protege; o del video de Pio López Obrador recibiendo dinero de un operador y funcionario púbico del estado de Chiapas, gobernado entonces por un funesto personaje de la política mexicana como Manuel Velasco, que es otro protegido presidencial; de la secretaria Sandoval que recibió casas en donación por el gobierno de la Ciudad de México y otros “pecados”; y así me podría seguir todo este artículo y quizás por varios más. Cuando prácticamente el 80% de los contratos del gobierno se han entregado por asignación directa según la propia página del gobierno.

Puedo sonar soñador porque pienso que el presidente López Obrador no es corrupto, pero solapa a muchos cercanos que sí lo son y por eso aquí sí aplica el popular dicho de “tanto peca el que mata la vaca, como el que le agarra la pata.”

Creo que todos debemos hacer una autoevaluación de cómo andamos en estos rubros y con las posibilidades de reconocer que hemos hecho cosas incorrectas y estar dispuestos de no volverlas a cometer, aunque el precio de ello sea que los trámites sean más largos o inclusive más costosos, por sólo poner un ejemplo. Lo importante es empezar a actuar ya.

Espero que sea uno de los propósitos de todos y cada uno de nosotros para el año 2021. Así de sencillo “no seré nada corrupto”.


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Mejor reconciliación que disculpas

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El presidente López Obrador insiste en que España ofrezca disculpas a los pueblos originarios de México por el robo, pillaje y muerte de la etapa militar de la Conquista, y dado que esa etapa fue solamente el requisito material para la conquista religiosa de esos pueblos, que también el Vaticano les ofrezca sus disculpas.

La insistencia presidencial pasa por encima de la evidencia de que ni el Estado ni la organización religiosa que hicieron la conquista material y espiritual existen ya; desaparecieron la monarquía absoluta y el concordato con la Iglesia por el que los misioneros estaban a su servicio.

Pero más grave que esa omisión, es la pérdida de perspectiva del legado colonial, del que en vez de disculpas de los desaparecidos reyes católicos, Isabel y Fernando, tendríamos que asumir el paquete completo para superar lo que Octavio Paz, Samuel Ramos y otros han analizado como complejos del mexicano.

conquista cortes y malinche
“Cortés y la Malinche”, José Clemente Orozco, 1926 (Colegio de San Idelfonso).

Un componente esencial de esos complejos es nuestro antihispanismo; en vez de atizarlo con enjundia, el presidente debería llamar a abrazar lo español del mestizaje para una mejor integración de nuestro carácter nacional.

No toda Hispanoamérica rechaza el componente español de su identidad cultural. En nuestro caso, Washington tendría que disculparse con todos nosotros, porque fue su primer enviado Extraordinario y Ministro Plenipotenciario, Joel Roberts Poinsett, quien desde 1822 fomentó el antihispanismo como parte de la campaña estadounidense de esos años contra la influencia europea en América.

“América para los americanos”, decía la doctrina Monroe, lanzada en 1823; Poinsett, además de fundar la Logia Yorkina que impuso a Vicente Guerrero en la presidencia de la República, mediante asalto dirigido por Santa Anna, en 1829, se llevó las nochebuenas mexicanas y registró su nombre como “poinsettas”.

Paradójicamente, el antihispanismo se ha vuelto lema de gobiernos de centro izquierda en algunos países de América Latina; en otros, como Perú, las élites no se pelearon con la hispanidad y su población mestiza no tiene los mismos problemas de identidad que nosotros los mexicanos; hasta le levantaron un gran monumento ecuestre al conquistador Francisco Pizarro en pleno corazón de Lima, la capital.

logia yorkina, antihispanismo
Imagen: Ritualy Propaganda.

Las estatuas que se le han llegado a erigir a Hernán Cortés en México son vandalizadas, y ahora el oportunista Partido Verde quiere desaparecer hasta la de Cristóbal Colón.

Casi todo estudio sobre cómo somos los mexicanos encuentra que los mestizos, población mayoritaria desde la época colonial, se adaptaron entre los mundos que les dieron origen, pero no llegaron a pertenecer al indígena ni al español; no adoptaron una identidad indígena que los dotara de una concepción clara de sí mismos como la tienen las comunidades, ni pudieron ser españoles, como era su anhelo verdadero al asociarlos al poder de la autoridad.

Hoy por hoy, los mestizos también tendrían que ofrecer disculpas a los pueblos indígenas, porque si hay un elemento que unifica a sus muy diversos grupos, es su énfasis en la diferencia que sienten respecto a los indígenas, y eso está detrás de su discriminación racista.

Pedir perdón saldría sobrando si desde el gobierno, en vez de campañas internacionales de reivindicación del pasado, se hicieran campañas para la comprensión propia de la diversidad cultural entre indios y mestizos, un requisito preliminar, básico, elemental para el mutuo conocimiento y reconciliación.

Un problema es la politización que han hecho varios gobiernos de sus posturas de aceptación o rechazo de la hispanidad como legado colonial, la cual está adquiriendo fuerza en América Latina y en España como un elemento más de confusión en esta complicada época, en la que sería más pertinente que alentaran la solidaridad.


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Morena, la causa fuiste

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Movimiento Regeneración Nacional (Morena) sigue actualmente los pasos que distingue a la izquierda mexicana: su división interna. Desde la fundación del Partido Comunista Mexicano en 1919, los izquierdistas no han podido lograr la unidad en una sociedad plural conformada por un sistema de partidos ubicados en la derecha, centro e izquierda. El PCM fue fundado por José Allen, un norteamericano que resultó ser un espía de los servicios especiales de inteligencia de los Estados Unidos, y por el bengalí Manabendra Nath Roy, que luchó por la independencia de la India; a los que prosiguieron Lin Abel Gale, norteamericano, y el mexicano Adolfo Santibáñez. Inspirados en el régimen socialista implantado en la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas en 1917, el PCM se dividió en corrientes extrapoladas como el marxismo-leninismo, el estalinismo, el trotskismo, etc., con singulares riñas entre sus más icónicos personajes de la época.

Los principales aliados y sucesores del Partido Comunista Mexicano fueron sucesivamente el Partido Socialista Unificado de México, que obtuvo su registro el 5 de septiembre de 1981, el Partido Mexicano Socialista (1987-1989), un intento efímero pero serio para unificar las diversas corrientes de izquierda buscando la ansiada unidad; le siguió el transitorio Frente Democrático Nacional en 1982, base del Partido de la Revolución Democrática, fundado por el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano  y sus seguidores exiliados del PRI, el 5 de mayo de 1989, que participó en tres elecciones presidenciales; se escindió en corrientes internas, llamadas coloquialmente  tribus, firmó la alianza del Pacto por México para apoyar las reformas estructurales unido al PRI y al PAN, en el desastroso gobierno del expresidente Enrique Peña Nieto, y finalmente su alianza electoral con la extrema derecha en las elecciones presidenciales de 2018, al llevar como candidato a Ricardo Anaya, presidente del derechista Partido Acción Nacional.

Morena, partido politico
Imagen: mexicowebcast.

Andrés Manuel López Obrador, militante perredista y dos veces su candidato presidencial en 2006 y 2012, ante la triste herencia perredista y la deserción de sus líderes más representativos, decidió fundar Morena que obtuvo su registro el 2014, y unido a dos partidos minoritarios (Partidos del Trabajo y Encuentro Social) logró, en sólo cuatro años, hacerse de la presidencia de la República y de las mayorías en el Congreso de la Unión, en las elecciones del 2018, bajo los pálidos principios de una izquierda emocional mexicana conformada en su mayoría por las  tribus migrantes del PRD, que buscaron acomodo en el nuevo partido bajo el gran peso del  liderazgo social y político de AMLO, quien en su carácter de presidente de la República, hoy suele decir que se niega a intervenir en las elecciones internas reprochando a sus dirigentes rijosos no tener  “la capacidad para ponerse de acuerdo”.

En el pasado eran desavenencias, las más, por principios ideológicos, ahora son luchas por el poder en sí. Los protagonistas –el valetudinario Porfirio Muñoz Ledo y Lazo de la Vega, y el “ocasionado” Mario Delgado– finalistas en las encuestas internas del tortuoso camino en que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación y el Instituto Nacional Electoral han sido instancias determinantes, como árbitros de una contienda político-legal que parece no tener fin. Pero la verdadera razón aspiracional, en mi opinión, son sus presencias personales en las elecciones de junio del 2021, en la que están en juego miles de candidaturas, pero fundamentalmente jugosas prerrogativas en recursos monetarios que corresponden al partido que alcance mayoría electoral en la Cámara de Diputados, quince gubernaturas y quinientas diputaciones, botín político nada despreciable, que trasciende hasta la elección presidencial de 2024.

la medida de todas las cosas
Imagen: El Clarín.

Sin embargo, cualquier candidato triunfante de la presidencia del partido deberá plegarse en la medida que le sea posible, al liderazgo indiscutible del hombre de Macuspana, porque hoy en política él es, como decía el filósofo Protágoras de Abdera, “la medida de todas las cosas” en el quehacer político; porque sin López Obrador, Morena sería un castillo de naipes. Es el sol que alumbra los planetas que giran en su derredor; porque en política, dijo un pensador, dos más dos pueden sumar uno.    


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En AMLO, las emociones cuentan

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La promoción de una consulta popular sobre el enjuiciamiento jurídico de cinco expresidentes, tiene motivaciones de algún peso racional pero son mayores las emotivas. Con frecuencia, López Obrador no logra ocultar sus emociones y luego trata de revestirlas de razones; sus críticos las ven como “ocurrencias”, que a veces lo son.

Respecto a la pregunta y sus considerandos a consultarle al pueblo, expertos como Pedro Salazar (¿Es constitucional la consulta?, El Financiero, 16/09/2020) consideran que sobran razones para que la Suprema Corte de Justicia de la Nación declare su inconstitucionalidad.

No obstante, aunque quedara desechada y archivada en el Congreso, AMLO gana con la sola presentación de la pregunta, por supuesto, entre su fuerza electoral.

Y aquí es donde entran dos poderosos motivos emocionales de la iniciativa: en primer lugar, seguir tocando fibras sensibles de los sectores sociales que durante mucho tiempo se sintieron humillados e ignorados por el poder público. Ninguna representación mejor de ese poder distante y abusivo que los cinco expresidentes.

Felipe Calderón y López Obrador
Imagen: Status Puebla.

Además, esos millones de mexicanos se sienten ahora débiles, vulnerables y urgidos de creer (sin mayor reflexión) en que alguien tiene respuestas ante tanta incertidumbre que representan la pandemia y la precariedad de los empleos, y las tensiones intrafamiliares desatadas en el confinamiento.

López Obrador habla para esos mexicanos dolidos, que ahora además, se sienten vulnerables, y lo hace con conocimiento y grados de sinceridad; reivindica sus ofensas mostrándose rijoso contra quienes ha identificado como los corruptos enemigos del país (algunos en verdad lo son); ante ese público denuncia todos los días los movimientos con que sus adversarios quieren frenarlo y se empeña en mantener alta la esperanza con su “vamos muy bien”.

Sus ideas son digeribles para millones de personas, pero tienen dos enormes limitaciones: una, que sectores como las clases medias, los pequeños y medianos empresarios no encuentran elementos de identificación significativa entre el discurso presidencial y sus ganas de volver a contemplar un futuro menos incierto y más promisorio.

Otra limitación son las dificultades que ya tiene su gobierno para cumplir con las expectativas de su base social; los efectos de la pandemia, de la caída de actividades económicas y de los ingresos petroleros son profundos, y casi imposibilitan los compromisos del sexenio con el abatimiento de la pobreza, de las desigualdades y de la inseguridad pública.

Enrique Peña Nieto, juicio y corrupcion
Imagen: El CEO (Gettyimages).

En los dichos y actitudes del presidente se puede percibir un segundo motivo emocional al promover la consulta, que es que efectivamente se le hizo mucho daño al país, lo que a cualquiera que quiera darse cuenta le da coraje; pero con quien AMLO da muestras de tener mayor enojo es con Felipe Calderón.

El presidente está convencido de que el “haiga sido como haiga sido” con que Calderón llegó a la presidencia, fue robándosela a él; además lo ha responsabilizado de haberle declarado la guerra al narcotráfico teniendo un secretario de seguridad pública contra quien se acumulan evidencias en Estados Unidos de que estaba coludido con criminales (que el juez Brian Cogan en Nueva York tendrá que valorar).

Y más allá de lo que AMLO considere, el sexenio de Calderón también fue un desastre económico, si se considera que le ingresaron a las arcas públicas 160 mil millones de dólares que generó Pemex como superávit en su balanza comercial externa, millones que no se tradujeron en mayor generación de inversiones, ni de empleos, ni en el abatimiento de desigualdades, pero sí en corrupción.

Como referencia, el superávit de Pemex cayó a 41,400 millones de dólares para todo el sexenio de Peña Nieto, y desapareció hasta volverse negativo en lo que va del sexenio actual, debido a la depreciación internacional del crudo, lo que es un lastre imprevisto que limita enormemente los márgenes de acción del gobierno.


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El juego del juicio a expresidentes

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Una cosa es querer someter a consulta pública el enjuiciamiento de expresidentes y otra, muy diferente, que las leyes mexicanas lo permitan por sólo desearlo.

La reflexión viene a cuento por la insistencia del presidente Andrés Manuel López Obrador de someter a consulta pública nacional (plebiscito) si deben o no ser enjuiciados los expresidentes Carlos Salinas de Gortari, Felipe Calderón Hinojosa y Enrique Peña Nieto.

Un primer sondeo hecho por un diario de circulación nacional arrojó que 9 de cada 10 mexicanos están a favor del enjuiciamiento, pero sólo 5 de cada 10, la mitad, aceptan que esta decisión pase por el filtro de una consulta nacional ciudadana.

Salinas, Peña Nieto y Calderón
Fotografía: El Soberano.

Es contundente la intención popular de procesarlos, pero la opinión se divide cuando se les pregunta si el caso requiere de una consulta pública previa.

Expertos en derecho consultados por esta pluma, consideran que, si efectivamente los expresidentes quebrantaron la ley durante sus mandatos, deben ser juzgados y obligados a resarcir el daño causado a la nación, pero con estricto apego a las leyes mexicanas.  

La realidad es que quien viola la ley no necesita pasar por el trámite engorroso de una consulta pública para ser procesado y castigado.

Pero el olfato político del presidente López Obrador es tan agudo que cuando vio que Lozoya trata de implicar a los tres expresidentes mencionados para ver si libra la cárcel, leyó la inmensa rentabilidad electoral que representa para su causa y su partido machacar en la opinión pública la idea de someter a consulta popular el llevar a juicio a tres de los expresidentes más odiados por los mexicanos al término de sus mandatos.

juicio politico
Imagen: Reporte Índigo.

La simple mención de la presunta incriminación de los expresidentes en el caso Lozoya, ha redoblado la estigmatización y el coraje popular contra los tres exmandatarios cuya reputación, hay que reconocerlo, ya estaba muy deteriorada en la sociedad mexicana.

Por eso, someter a una consulta nacional el enjuiciamiento de los tres ex presidentes son tema un día sí, y otra también, de las mañaneras de Andrés Manuel López Obrador.

Lo que le interesa en realidad al presidente es denostar a sus tres antecesores en el imaginario colectivo, porque al mismo tiempo hunde electoralmente a los partidos políticos que representan y los llevaron al poder.

El Artículo 35 de nuestra Carta Magna, en su fracción VIII, establece como derecho ciudadano votar en las consultas populares “sobre temas de trascendencia nacional y regional”.

La consulta puede ser a petición del presidente, el 33% de los integrantes de cualquiera de las Cámaras del Congreso de la Unión, y los ciudadanos, en un número equivalente, al menos, al 2% de los inscritos en la lista nominal de electores, es decir, un millón 798 mil ciudadanos.

brujula corrupcion
Imagen: Expansión Política.

Pero lo que no ha dicho con claridad el presidente es que, antes de convocar a la Consulta, la Suprema Corte de Justicia de la Nación debe resolver de fondo la constitucionalidad del tema a consultar.

Y el mismo Artículo 35 Constitucional y su Ley Reglamentaria, establecen que “No podrán ser objeto de consulta popular la restricción de los derechos humanos”.       

En este sentido, es previsible la resolución de improcedencia que debe dictar la Corte, pues la consulta vulnera el derecho a la presunción de inocencia de los expresidentes y, además, viola la garantía del debido proceso, al tiempo que, también, se violaría la autonomía de la Fiscalía General de la República.

Pero no importa que se juegue con la legalidad, mientras un tema tan delicado como el enjuiciamiento de tres expresidentes aporte una alta rentabilidad política para un gobierno y su partido. No cabe duda, la obsesión por el poder los hace iguales a todos.


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¿Algún día tendremos congruencia entre lo que se habla y actuar en consecuencia?

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Estimados lectores, no sé si compartan el malestar que sentí al escuchar hablar al Jefe del Ejecutivo sobre dos temas: ¿Para qué tener dos trajes?, ¿dos pares de zapatos?,  ¿dos camisas?, ¿dos corbatas?, ¿dos relojes?, ¿dos autos?, etc.,  ¿para qué más si con uno que se tenga basta? Y olvidarse de comer alimentos sofisticados. No. Regresar a nuestro origen, el arroz, el frijol, el maíz, ¿no les suena a “comunismo”? Pero aquí lo importante es quién lo dice, una persona que todos los días sale con un traje de marca, corbata, zapatos muy finos, reloj, etc., que se la pasa comiendo y disfrutando de toda nuestra basta gastronomía, ¿se les hace congruente lo que dice con su forma de actuar? La verdad para mí es un insulto, ya que si bien se le cuestionó y cuestionó, ¿cómo hizo para vivir 18 años sin ingresos?, ¿cómo sus hijos que nunca dieron “golpe” (como se dice coloquialmente) ahora son súper empresarios, fabrican chocolates, cerveza y están metidos en quién sabe cuántas empresas? Es más claro que el agua, al menos para mí, que en su familia el tema tan trillado de su parte, la famosa “corrupción”, es la reina del hogar y de la familia. En caso contrario, pues que nos expliquen ¿cómo hicieron para tener tantos negocios de la noche a la mañana?

Afortunadamente la embarcación de la 4T ya hace agua, y son muchos del partido y seguidores del mismo que se han dado cuenta de que lo que tanto pregonó y ofreció, pues resultó ser pan con lo mismo, pero con las orientaciones claras de seguimiento del Foro de Sao Paulo, tratando de imponer un sistema socialista o comunista en nuestro país.

Mexico y gobierno de AMLO
Ilustración: Ismael Angeles (mckenziecentrocambiario.com).

Vemos cómo personajes de la política (diputados y senadores), se están deslindando del camino y la postura presidencial. Gobernadores también que son del mismo partido empiezan a marcar distancia y jueces echan abajo iniciativas desquiciadas sin pie ni cabeza, como su tema energético, que de no resolverse tendrá que enfrentar en cortes internacionales. Es lamentable que no lo hayan hecho antes y recuperar las inversiones extranjeras que se tenían, y que por supuestas “consultas populares” con % mínimo de participación, se cancelaron obras de gran importancia para el país, con el desprestigio y desconfianza que crearon.

Lo que me tiene asombrado es cómo “nadie” se ha promulgado para evitar las asignaciones directas de contratos, violando los procedimientos establecidos para las compras y así, se presume que la corrupción se acabó; igual tiene razón, se acabó para los no amigos, los no seguidores y ahora sigue, con los amigos, compadres, allegados y fieles alabadores de sus necedades.

Pero el tema no queda sólo en el Ejecutivo, también surgió la polémica de una adquisición de 4,000 cubrebocas por la cantidad de 25 millones 195 mil 200 pesos, con valor de cada uno en 6,298 pesos. La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum lo desmintió y dijo que era un “error de dedo” de la persona que subió los datos en la plataforma de transparencia de la CDMX. ¿Cuál es la verdad?

globo aerostatico, AMLO
Ilustración: Einnar.

Otro tema preocupante es la nueva ley que propuso el gobernador de Puebla, Luis Miguel Barbosa, de querer controlar la educación del Estado en su totalidad. Uno de los artículos de la nueva norma establece que “los muebles e inmuebles destinados a la educación impartida por las autoridades educativas estatal y municipales y por los particulares con autorización o con reconocimiento de validez oficial de estudios en el Estado de Puebla, así como los servicios e instalaciones necesarios para proporcionar educación, forman parte del Sistema Educativo Estatal”.

¿Será acaso el principio del fin de los colegios particulares?, ¿que los poblanos sabiendo la clase de educación que se otorga en las escuelas públicas y teniendo los recursos para brindarles a sus hijos una educación mejor, hayan optado por éstas y que el Sr. Gobernador quiera tratar de imponer una educación?, ¿cuáles serían los siguientes pasos?, ¿la expropiación de las escuelas, incluyendo terrenos, instalaciones, etc.?, ¿bajo qué bandera? Esto definitivamente no puede ser y ni siquiera se debería permitir que el Congreso reciba dicha iniciativa, dado que es un intento definitivo de meter la mano en lo elemental, la educación, para seguir de ahí a la imposición de ideas, métodos, actitudes, plenamente comunistas, que sólo los ciegos no verían o tratarían de justificar.

Y tal como nos pasa hoy en día, el porcentaje que estaba harto de las falsas promesas de los anteriores gobiernos, le abrieron la puerta el partido chapulín, sí al famoso PRI-MOR. Si antes se quejaban del PRI-AN, pues hoy con su PRI-MOR están más que defraudados, sólo hay que ver las declaraciones de López Obrador, de su gabinete, los gobernadores y todos los del partido. ¿Por qué no empiezan a verse ellos mismos, desde la cabeza y después con cada uno de los miembros del gabinete “Anti Corrupción”?, para ver por fin si nos hace justicia la revolución y descubrimos cómo el Lic. Bartlett hizo su fortuna para contar con más de veinte inmuebles, ¿por qué lo ha defendido tanto el presidente?, ¿no se les hace extraño?, ¿qué sabe uno del otro?, vaya incógnita.

Pero como siempre, ustedes tienen la última palabra.

Si gustan nos seguimos leyendo.


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López Obrador es accountable de una buena parte de las muertes por la COVID-19

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El nivel de irresponsabilidad y la falta de accountability con la que el presidente López Obrador y su gobierno han manejado la pandemia provocada por la COVID-19, es casi criminal, y mejor dicho sin el casi, es criminal.

López Obrador, al igual con Johnson en la Gran Bretaña donde hoy en día, 4 de junio, ha habido 281,661 personas contagiadas y 39,904 muertos, Bolsonaro en Brasil con 595,112 contagiados y 33,038 muertos, Trump en Estados Unidos con 1,913,463 contagios y 109,726 muertos, entre otros, “destacan” sin lugar a dudas, como los jefes de gobierno que peor han sabido enfrentar la pandemia.

Al tiempo habrá oportunidad que la historia juzgue a estos irresponsables, pero por el momento, tenemos que ser los ciudadanos quienes nos responsabilicemos de que el futuro político de estos personajes, a los cuales les quisiera poner un adjetivo, que, por respeto a mis lectores y a estas páginas, no lo expreso, pero se lo podrán imaginar.

Las condiciones de España, Italia y Francia son dignas de un apartado especial por sus condiciones demográficas.

Hay un caso excepcional de muy mal manejo, que es Suecia, con 41,883 contagiados y 4,562 muertos, para una población de apenas 10 millones de personas, donde el epidemiólogo en jefe de la Agencia de Salud Pública, equivalente a una secretaria o Ministerio, debería ser colgado de una plaza pública. Esta agencia tiene una gran independencia del gobierno y por ello el actual Primer Ministro, en realidad tuvo muy poco que hacer en el caso. Además, Suecia, como México, es de los países que menos pruebas ha hecho en relación a su población. Al menos, este epidemiólogo, el pasado 3 de junio, aceptó plena responsabilidad y se hizo accountable, de la mala estrategia llevada a cabo, “se deberían haber implementado más restricciones desde el principio”, y ante la pregunta de si se hubiera seguido otra estrategia, se hubieran evitado tantas muertes, fue contundente: “sí se podrían haber evitado”.

pandemia, covid-19
Imagen: El Heraldo de Juárez.

Suecia suma prácticamente al 80% de los muertos entre todos los países nórdicos con sólo el 38% de la población total.

También se deberán analizar los casos de Holanda y Bélgica, donde el número de contagios y muertos, en proporción para sus poblaciones, han sido especialmente altos.

México con 11,729 decesos oficiales, el séptimo país en el mundo con más muertos y con 101,238 casos de contagio, el 14º en el mundo, a pesar de que es un pésimo ejemplo mundial en falta de aplicación de pruebas para saber si hay personas contagiadas.

Tenemos gobiernos y ciudadanos que han manejado extraordinariamente bien la situación, con más de 440 mil contagios, en Rusia “sólo” han muerto 5,384 personas, o en Chile con casi 120 mil contagiados hay 1,356 decesos, y qué decir de Alemania que con 184,835 casos de contagio tiene a la fecha 8,724 muertos y seguramente será el país que más rápido saldrá de la crisis económica, por el extraordinario manejo que la canciller Angela Merkel ha tenido de la situación.

Destacan también la India, Turquía, Qatar, Arabia Saudita, Bangladesh y Perú que tienen altos niveles de contagios, pero, proporcionalmente, muy pocos decesos: casos ejemplares como el de Indonesia que con más de 270 millones de habitantes tiene apenas 29 mil contagios y 1,721 muertos, o Japón con más de 126 millones de habitantes sólo ha tenido 17,698 contagios y 913 muertos. Sólo el 17% de contagios, con muchas más pruebas hechas que en México y sólo el 8% de muertes en relación con nuestro país.

bajo lupa muertes pandemia
Ilustración: Kathia Recio (Nexos).

El subsecretario López-Gatell (1969, es decir, tiene 51 años) es un mediocre funcionario con muchos estudios, que parece que la han servido de poco y que ha salido a la luz pública en este gobierno, ha sido el responsable de la vocería y me imagino que de algunas de las pésimas estrategias implementadas por el presidente López Obrador y su “gabinete” para prevenir y combatir la epidemia de la COVID-19. Su jefe el “secretario” Jorge Alcocer Varela (1946, con 74 años) es igual que un cero a la izquierda o una “H” muda, es decir, no sirven para nada. Y por cierto, acaba de ser evaluado como el peor secretario del gabinete, que ya es mucho decir, porque entre la señora Rocío Nahle, que es de pena ajena por sus múltiples errores, decisiones y declaraciones, y la secretaria del trabajo, Luisa María Alcalde, que se dedica a conseguirles trabajo a sus parientes en el gobierno, en lugar de generar trabajo para los mexicanos, y que anda envalentonada en el súper sin mascarilla o cubrebocas, haciéndose la simpática o la rebelde.

La estrategia del gobierno del presidente López Obrador, si se le puede decir estrategia, fue no hacer pruebas de forma masiva, que ha sido fundamental en el éxito de las estrategias de Japón o Corea del Sur, o hacer las menos posibles, 303,461 al día de ayer, es decir el 0.003% con relación a la población total de nuestro país, de cerca de 127 millones de habitantes.

Otra de las “grandes” ideas del señor López-Gatell fue decir que no se usarán cubrebocas, a pesar de la recomendación de la Organización Mundial de la Salud y de lo dicho en innumerables ocasiones por responsables en el manejo de la pandemia en países como España e Italia. Pasados más de 50 días desde que se detectó el primer caso de coronavirus en México, dijo que mejor sí convenía usar los cubrebocas… Pero él, como su jefe y el jefe de su jefe, siguen sin usarlo con mucha frecuencia en eventos públicos y hasta han sido fotografiados en la calle sin el mismo.

En febrero, cuando ya había alarmas de la pandemia en Asia, principalmente en China, el gobierno mexicano tuvo “a bien” vender a precios de ganga cubrebocas –producidos en México de la mayor calidad y de los muy pocos que son reconocidos por su utilidad para enfrentar en la línea de batalla la COVID-19– a China, que en abril recompró a varias veces el precio original de la venta. Se habla de que fueron recomprados a 30 veces su valor de venta original. El subsecretario López-Gatell acepta en una entrevista para The Economist que fue un grave error y da una serie de estúpidas explicaciones para justiciar la inverosímil decisión del gobierno del presidente López Obrador.

Ilustración: Patricio Betteo (Nexos).

En enero, febrero, marzo y hasta mediados de abril, el presidente, siguió haciendo declaraciones, donde recomendaba a la gente seguirse abrazando, dando besos, tener reuniones y él haciendo giras, donde besaba a niños haciéndoles cariños excesivos, que obviamente fueron ampliamente criticados, por las dos razones.

López Obrador desmanteló el frágil sistema de salud que había antes de su llegada al gobierno, sin tener listo uno nuevo y que fuera mejor, al crear el desastroso Instituto Nacional para la Salud para el Bienestar (INSABI) que ha dejado a miles de pacientes de cáncer, principalmente a niños, sin las medicinas para continuar sus tratamientos y a decenas de miles de pacientes mal atendidos, o peor aún, no atendidos. México gasta apenas el 2.5% de su PIB en salud, muy por debajo del 6% que lo hace en promedio los países de la OCDE. Pero eso sí, se tiran miles de millones de dólares en PEMEX, en el absurdo aeropuerto de Santa Lucía, en la locura de la refinería en Dos Bocas, en Tabasco, y en el ecocidio que significa el Tren Maya.

La suspensión de las medidas extremas, a partir del pasado 1 de junio, es un GRAN error, que costará miles de víctimas adicionales, a las más de 11 mil que ya lleva México y que según el propio gobierno podrían sumar más de 30 mil.

Y me podría seguir en las causas por las cuáles puedo decir que el presidente López Obrador ha manejado pésimo la pandemia y es responsable directo (accountable) de la muerte de muchas personas que no tenían por qué haber muerto si su gobierno estuviera manejando de forma correcta esta gravísima pandemia, que ha causado la muerte de más de 390 mil personas a nivel mundial en apenas seis meses.

Nos toca ahora ser accountable a nosotros los ciudadanos para votar con responsabilidad en las próximas elecciones y elegir la calidad y capacidad de los gobernantes que queremos tener.


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¿A qué le apuesta López Obrador?

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Ante el derrumbe del modelo neoliberal en el mundo, dice el presidente López Obrador en su presentación de La nueva política económica en los tiempos del coronavirus, divulgada el 15 de mayo pasado, “sería un absurdo insistir en aplicar ese mismo paradigma para enfrentar la actual crisis económica (…), que en los hechos, provoca nuevos ciclos de concentración de la riqueza”.

Siendo esto cierto, que lo es, la alternativa que va siguiendo el gobierno es radicalmente más justa pero, ¿es viable económica y políticamente?; otros gobiernos progresistas, más cercanos a la socialdemocracia como el nuestro, que a cualquier corriente socialista o algo semejante, han fracasado y el fracaso de la 4T, como ya han dicho otros analistas, es el mayor peligro para México.

Detrás de la cuarentena sanitaria, en todo el mundo avanza una crisis económica y social en varios campos: la caída de la demanda de consumo por el confinamiento, la caída de la oferta por cierre de actividades y falta de insumos, la quiebra de empresas que no puedan soportar pagos de deudas, nómina, impuestos y demás; alto riesgo de una crisis financiera; la pérdida de empleos, que en México será mayor a un millón y de ingresos en todos los estratos sociales que, por supuesto, tendrá las peores consecuencias entre quienes viven en condiciones de pobreza.

pandemia en tiempos de lopez obrador
Imagen: Las Provincias.

Esa situación la están viviendo todos los países capitalistas, y en la mayoría de ellos, los gobiernos han resuelto endeudarse para inyectar sumas billonarias, sin precedentes, al objetivo de salvar de la quiebra al mayor número posible de empresas mediante apoyos fiscales y crediticios; en menor medida se refuerza el consumo de la gente.

La apuesta de López Obrador va en otro sentido sobre dos premisas: que el fin último del Estado es el bienestar general de la población, no “la obsesión tecnocrática de medirlo todo en función del mero crecimiento”, y que “la separación entre el poder económico y el poder político se está convirtiendo en una realidad”.

La estrategia con la que pretende romper “el molde que se usaba para aplicar las llamadas medidas contracíclicas” se arma con varios elementos; el primero es que y “en vez de conseguir líneas de crédito para endeudar al país (…) nosotros estamos optando por intensificar el combate a la corrupción”.

Uno de esos frentes de combate es el influyentismo en la condonación de impuestos a grandes contribuyentes, para tener una recaudación significativamente mayor y recursos para reforzar los apoyos sociales al 70% de las familias del país.

Con los programas sociales y las remesas de migrantes, la apuesta es que estén “fortaleciendo la capacidad de compra o de consumo de la gente y con ello podremos reactivar pronto la economía”. El apoyo preferente es a los consumidores pobres, no a las empresas como en otros países, lo cual será insuficiente, a menos que haya capital privado en México dispuesto a evitar una gran letalidad empresarial.

Otra apuesta muy fuerte (incierta) es a que el 30% restante de la población “aproveche la posibilidad de hacer negocios, de obtener ganancias lícitas y progresar sin trabas o ataduras”, y que más empresas vean en el enfrentamiento entre China y Estados Unidos la ampliación del campo de negocios del tratado comercial entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC).

choque Estados Unidos, China, Mexico
Ilustración: Gustavo López (B2B Vanguardia Industrial).

Apuesta, por último, a que las clases medias y las de mayores ingresos reconozcan que la solución de fondo para vivir libres de miedos y temores, pasa por enfrentar el desempleo y la pobreza, por evitar la desintegración familiar y la pérdida de valores, y por favorecer la incorporación de los jóvenes al trabajo y al estudio.

La estrategia tiene grandes obstáculos a su viabilidad; algunos ejemplos: el primero es ir en contra de lo que predomina en el mundo, que es lo que Max Weber denominó el “espíritu capitalista”, men­talidad y actitud que aspira sistemática y permanentemente al lucro. No es un espíritu justiciero, ni es ético, ni se propone asegurar el bienestar social ni el derecho a la felicidad, ni se le critica por eso porque no es su propósito. Sus reglas están hechas para la amplia­ción de las ganancias empresariales, y el mercado y los organismos financieros internacionales le cobran implacablemente a los gobiernos o empresas que pretendan ir en contra.

Otro obstáculo es que lo que predomina en México no son leyes e instituciones que se hubieran conformado para reproducir condiciones sociales básicamente igualitarias, sino al contrario, han contribuido a perpetuar las diferencias y los privilegios. La transformación que dice el gobierno haber alcanzado en ese orden, es objeto de las mayores descalificaciones y de la fuerte oposición de intereses afectados, y no acaba de consolidarse ni de convencer a las clases medias para tener su apoyo.

mexico de lopez obrador
Ilustración: Ricardo Figueroa (Nexos).

Los medios de comunicación con los que el presidente está en rencilla cotidiana, sin excepción, tienen muchos temas para criticar con razones, como que la corrupción permite que algunos personajes del círculo cercano sean intocables; prensa, radio y TV con pocas excepciones, son otro obstáculo formidable que las “mañaneras” no suplen como fuente de información social.

Al salir de la cuarentena económica, podríamos encontrarnos ante un gran desempleo, quiebras empresariales, estar al borde de una crisis financiera y de una crisis social en grados que dependerán de la eficacia de la estrategia gubernamental y de la disposición empresarial a invertir ante el momento de salvarse de la quiebra.

Como sea lo que nos espera, es momento de entrar en cordura, de entender que López Obrador es fruto del país que crearon las élites, que la corrupción y las desigualdades tienen que abatirse, y que el mayor riesgo para México es que el gobierno fracase y sus bases pierdan toda esperanza de reivindicación.


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