populismo

¿En qué se han convertido las izquierdas políticas?

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Platicando con unos estudiantes, me decían que el actual gobierno representaba la izquierda en México. Sin embargo, criticaban que la izquierda tenía pretensiones equivocadas.

Me pusieron como ejemplo de capitalismo a Noruega o Finlandia y yo les discutía que, en todo caso, esos países (sé que no es así), resultaban ser mucho más de izquierda que el nuestro, allá se ha alcanzado un estado de bienestar al que todos deberíamos aspirar.

En esos países, la educación, y yo que diría “la buena educación”, es universal y gratuita, igual que la salud. Uno de ellos me habló del manifiesto comunista de Marx, argumentando que jamás se ha logrado.

Les explicaba que para todo fin práctico (advirtiendo que no soy experto en el tema) nuestras generaciones, la mía y la de mis estudiantes, no hemos podido ver en realidad ningún país latinoamericano en donde la izquierda haya florecido para bien de sus habitantes.

La referencia primera y obligada es Cuba, en su época mi padre creyó sinceramente que el experimento cubano sería un éxito, pero murió antes de ver el desenlace –para mí fatal–, del castrismo cubano.

izquierda cuba
Imagen: Alberto Caudillo.

Castro, junto con El Che Guevara, parecían al principio unos libertadores, pero al paso de los años la Revolución cubana devino, como de todos es sabido, en una dictadura.

El libertario se convirtió en dictador y lo que parecía una revolución, terminó en un gobierno déspota y autoritario que, durante años mantuvo un cerco en torno a sus propios ciudadanos, prohibiéndoles cualquier manifestación en contra del régimen.

Recuerdo que en mi adolescencia surgió fuertemente el nombre de otro “libertador”, Daniel Ortega, quien al igual que lo hizo Castro, luchó contra Flugencio Batista; Ortega lo hizo oponiéndose al régimen de Anastasio Somoza.

Cabe señalar que, en ambos casos, tanto el cubano como el nicaragüense, antes de las revoluciones de izquierda existían historias patéticas, escritas por otros dictadores que habían oprimido por años, tanto a cubanos como a nicaragüenses. El hartazgo de la población fue, en gran medida, lo que facilitó tanto a Castro como a Ortega iniciar sus movimientos “revolucionarios”.

No hay duda de que las cosas debían cambiar en ambos países, pero es evidente que a la postre, tal y como lo deja claro la historia, ambos usaron el argumento del socialismo/leninismo, el argumento de la “izquierda libertadora”, pero lo usaron para sus propios fines e intereses.

Hoy en Cuba gobierna el hermano de Fidel después de que él lo hiciera casi por 50 años. Cabe decir que Fidel entregó el mando a su hermano, sólo cuando sus condiciones de salud, derivadas de su vejez, así lo exigieron. En este contexto, desde el 2008 la isla es gobernada por Raúl Castro. O, dicho de otra forma, desde 1959 la isla es gobernada por los Castro.

Igual pasa con Daniel Ortega quien mediante diversas formas se ha eternizado en el poder haciendo incluso vicepresidenta a su esposa Rosario Murillo.

En concreto, ya que mi intención no es dar cátedra del socialismo ni mucho menos, lo que yo le argumentaba a mi estudiante es que, en realidad, si tomamos los ejemplos latinoamericanos, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Venezuela, etcétera, lo que queda claro es que jamás hemos visto un gobierno socialista.

latinoamerica izquierda
Imagen: Política Exterior.

Lo que hemos visto son personajes como Castro, Ortega, Hugo Chávez, ahora Nicolás Maduro o Evo Morales que, bajo el argumento del socialismo, bajo el argumento de defender a los pobres, lo que han hecho es intentar y en algunos casos lograr, eternizarse en el poder. Son personajes que, en mi opinión, han usado el argumento del marxismo/leninismo pero para sus propios y obscuros fines.

Concluí diciendo que es en este contexto latinoamericano el socialismo jamás ha existido. Han sido populistas autoritarios con ínfulas dictatoriales, quienes usando el argumento de la “izquierda” han terminado siendo opresores de sus pueblos.

Algo muy parecido a lo que sucede en nuestro país, en donde presumiblemente el gobierno actual se dice de izquierda, pero no abandera las verdaderas causas populares.

Aquí en mi país, la historia se repite, atrás del actual gobierno hubo gobiernos malísimos, existió lo que Vargas Llosa denominó como la “dictadura perfecta”, un sistema no de líder único, pero sí de partido único. Esos antecedentes, al igual que en los ejemplos antes expuestos, son los que dieron pie a que el actual gobierno pudiera llegar.

No me parece pues, que MORENA represente ninguna ideología de izquierda, MORENA es en realidad un movimiento coyuntural, basado en el hartazgo de una sociedad, cansada de las decisiones de los gobiernos anteriores.

Creo que la opinión de Vargas Llosa fue, vista en retrospectiva, muy acertada, y ahora, aún con el cambio, México sigue siendo una dictadura perfecta, entendiendo por dictador la definición dada por la Real Academia de la Lengua Española, que a la letra dice: “En la época moderna, persona que se arroga o recibe todos los poderes políticos y, apoyada en la fuerza, los ejerce sin limitación jurídica”.

“México es la dictadura perfecta. La dictadura perfecta no es el comunismo. No es la URSS. No es Fidel Castro. La dictadura perfecta es México” (Vargas Llosa).

La llamada contra el populismo

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En la conferencia “Voces Libres”, que se imparte los sábados a través de México Libre, le escuché al maestro Jaime del Arenal que el populismo no tiene ideas, no tiene ideología, puede ser de izquierda o de derecha, e incluso cambiar de un lado a otro, sin pena alguna, porque se trata de una técnica cínica y eficaz para mantenerse en el poder.

Si hay algo que amenaza a la transición democrática de nuestro país, es el populismo que claramente se va instalando a través de expresiones explícitas que atentan contra la libertad y contra los valores democráticos

Ahora bien, el populismo no llegó de un día a otro, todos tenemos que aceptar que las causas estuvieron en la degradación de la política, la reducción de la democracia al nivel de convertirse en un instrumento para contar votos y nada más. Agregaría como causa también, la indiferencia frente a lo que estaba pasando hasta que se instaló lo que Luigi Ferrajoli llama la “omnipotencia de la mayoría”, que en el caso de México está encarnada en el actual titular del Poder Ejecutivo y eso es lo que ha puesto en riesgo al país. Estamos ante un posible “suicidio de la democracia”.

que es el populismo
Imagen: Demo Amlat.

Permítanme presentar sólo cinco de las expresiones del populismo:

1.Al populismo no le interesan las ideas. Las ideas suelen ser resultado del diálogo y no de las ocurrencias que carecen de la solidez que resulta de escuchar al otro y a los otros.  En el populismo no hay diálogo ni discusión, por eso se nutre de palabras engañosas, se sirve del discurso de odio y del linchamiento desde el poder.

2. El gobernante populista anula los valores democráticos: no le importa la pluralidad y, en consecuencia, debilita las instituciones. La pluralidad le estorba y lo más fácil es dividir a un pueblo entre los que están a favor del gobernante autoritario y los equivocados y malvados que están contra.

3. La libertad de expresión debe limitarse porque el diálogo en el populismo estorba, pero sobre todo estorba la verdad. Si hay alguna víctima del populismo es la verdad.

4. En un gobierno populista no hay división de poderes porque, frente al poder, no hay sitio para nadie. Por eso rompe el orden constitucional; al poder judicial lo seduce y lo reduce; al Poder Legislativo lo prefiere acomodado y silenciado.

5. Finalmente, al populista no le importa el futuro. Su desinterés por el bienestar de las generaciones que vienen lo expresa en la falta de inversión en infraestructura, en mantenimiento, en energías renovables. Lo repito, al populista no le importa el futuro, por eso las principales víctimas de un gobierno populista son los jóvenes a quienes le roba la posibilidad de crecer, de cuidar el medio ambiente, de desarrollarse integralmente. Y si no le importa el futuro, tampoco le importa el pasado, salvo para borrarlo y manipularlo.

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Imagen: The Guardian.

Estoy convencida de que se trata de la última llamada que nos obliga actuar ética y patrióticamente a fin de crear una fuerza electoral que maximice las posibilidades de evitar una mayoría absoluta o, peor aún, una mayoría calificada en la Cámara de Diputados que permita reformar la Constitución a favor de ¨Morena” que es hoy el partido-gobierno. Para ello tenemos que tomar todos los caminos posibles que permitan la defensa de un estado democrático y constitucional de derecho.

Desde luego, uno de los logros de la ciudadanía comprometida políticamente ha sido la propia alianza “Va por México” como una expresión de unidad que permita enfrentar los riesgos democráticos en nuestro país.

Para enfrentar al poderoso populismo es importante la alianza lograda para las elecciones del 2021 como una medida a corto plazo; pero a mediano y a largo plazo tenemos que construir una mecánica de reflexión, de contraste de ideas y de promoción de la cultura del diálogo y de la democracia que permita encontrar los cauces para la participación ciudadana. Esto requerirá un esfuerzo no de unos meses sino de varios años. Luchemos, no nos detengamos, créanme que México vale la pena.


Los dilemas de un mundo que colapsa

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Es el título del conversatorio que sostuvieron en la Feria Internacional de Libro de Guadalajara, Yuval Noah Harari, historiador israelí conocido por libros como 21 lecciones para el Siglo XXI, y Michael Sandel, filósofo político estadounidense, profesor de la Universidad de Harvard que ha publicado, entre otros libros, Lo que el dinero no puede comprar y La tiranía del mérito.

La conversación duró casi dos horas y fue muy rica en conceptos y referencias internacionales, algunas de las cuales las podemos identificar con nuestro caso nacional; pueden encontrarla en Yuval Noah Harari y Michael J. Sandel. Los dilemas de un mundo que colapsa.

El mundo que colapsa, a juicio de ambos pensadores, es el de la democracia occidental; debatieron en torno a la propagación del populismo totalitario y a otras formas de populismo, más favorables al progreso general.

Entre las causas promotoras del populismo autoritario, Sandel planteó que no sólo es la inequidad económica, sino la noción de éxito que hace creer a quienes han llegado a la cima que es por mérito suyo, y a quienes se empobrecen, que sólo pueden culparse a sí mismos.

Si el populismo autoritario es una reacción a la soberbia de las élites que se lo llevan todo y al resto lo ridiculizan por su fracaso, la pregunta es ¿por qué las principales víctimas del populismo de derecha, que son los trabajadores empobrecidos y ofendidos, votan contra la democracia, como ha sucedido en Estados Unidos, Brasil, Hungría, Polonia, Turquía, Israel o Filipinas?

Una explicación posible es que la democracia liberal hace creer en principios como la libertad y la igualdad, sin duda valiosos pero irreales al estar aislados de la equidad en la distribución de la riqueza y de los ingresos; si esa diferencia entre principios y realidad pasa desapercibida en situaciones de auge, las crisis económicas como la actual, hacen que las masas empobrecidas y humilladas se den cuenta de que los principios de la democracia pueden ser seductores, pero no son para todos, y se organizan para protestar.

La explicación que ofreció Sandel fue que los gobiernos nacionales son cada vez menos eficaces frente a la economía global, y también ante su población porque los partidos políticos dejaron de ser organismos representativos de la voluntad popular y se olvidaron de empoderar al pueblo ante la soberbia y el autoritarismo de las élites; los partidos progresistas “dejaron de ser contrapeso a los excesos del capitalismo y de los mercados”.

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Imagen: El Mundo.

La pérdida de identidad nacional es otra causa que va contra la democracia. Dijo Noah Harari que no se puede tener democracia sin un sentido nacionalista: “El nacionalismo permite que te importen no sólo 50 individuos a los que conoces sino que te importen 50 millones de individuos, por los que estás dispuesto a pagar impuestos para que alguien al otro lado del país tenga buen cuidado de salud”.

Si no te sientes que tienes un futuro asegurado con el resto de la gente en tu país, “no hay ninguna razón en el mundo para aceptar el veredicto de elecciones democráticas”.

A México aplica cabalmente que los partidos políticos dejaron de representar los intereses del país ante la economía globalizada y los de la sociedad ante el poder público, y también aplica que los principios de identidad y orgullo por nuestra nacionalidad se han erosionado.

Lo que eso significa es un gobierno y una sociedad débiles, propensas al autoritarismo y no a las libertades políticas, cuyo restablecimiento sólo puede ser mutuo y en ello, hay que reconocerlo, AMLO ha conseguido avances en elevar la confianza popular en las instituciones; del 25.5% en 2017 a 51.2% en 2019 en el gobierno federal en el Congreso de 20.6% a 30.2% y según Encig-Inegi.


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Prohibición del outsourcing: las razones del populismo

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La iniciativa presidencial de reforma para prohibir la subcontratación laboral no podría ser más inoportuna y contraindicada. Es como darle más veneno a quien llega intoxicado. Como dice la canción: ¿pero qué necesidad? Ocurre que la lógica es otra, que tiene poco que ver con el mercado laboral o alguna racionalidad económica.

Justo cuando se han perdido cientos de miles de puestos de trabajo, la inversión se contrae, la mayoría de las empresas enfrentan problemas de liquidez y muchas, escenarios de insolvencia, y cuando el gobierno tiene que acabar con fideicomisos y demás “guardaditos” para que salgan las cuentas, llega una receta que pondrá en aprietos a más de 4 millones de empleos que operan bajo el modelo del outsourcing legal. Un revulsivo que, de pasar en el Congreso, restringirá la contratación laboral formal y elevará significativamente los costos para invertir, emprender y hacer negocios en México.

El presidente del Centro de Estudios para el Empleo Formal, Armando Leñero, ha estimado que sólo una cuarta parte de esos empleos se sostendría en los centros de trabajo; el resto se perdería o iría a la informalidad.

No se trata de corregir abusos, como los de las factureras. Mucho menos de resolver las inconsistencias que están en la raíz del fenómeno de la informalidad, la cual, a su vez, está detrás de limitantes estructurales que reproducen el estancamiento de la productividad y los salarios, además de la precariedad de las finanzas públicas. Lejos de eso, la salida es la proscripción a rajatabla: tanto el outsourcing fraudulento como el legal y en muchos casos positivo porque da cauce a empleos que de otra forma serían inviables o informales, brinda flexibilidad a las empresas y paga impuestos y cuotas de seguridad social.

outsourcing
Imagen: A. Álvarez.

El propósito sería la defensa de los derechos de los trabajadores. El problema es que una cosa es desear algo y otra muy distinta lograrlo con una reforma de ese tipo, como un mago que convierte un conejo en paloma. Habrá excepciones, pero desempleados y empleados vía subcontratación seguramente prefieren esos empleos, con todos sus “asegunes”, que quedarse sin nada gracias a sus redentores. Lo cual no quiere decir que no haya que reformar, pero depende de qué, cómo y cuándo.

¿Quiénes ganan?

Leía en una nota en El Economista que el eterno líder de la CROC apoya la iniciativa presidencial no sólo porque el outsourcing limita la sindicalización, sino porque “es momento de regresar a las contrataciones en donde las empresas tenían un compromiso con los trabajadores, otorgaban prestaciones, pago de utilidades. Es momento de reducir la alta rotación de personal buscando que las empresas se asuman como patrones”.

Suena bien, pero el tema es que las empresas acepten “voluntariamente a la fuerza” ese modelo aspiracional de la gran empresa de los años 60, con empleos para toda la vida, con incentivos como negar la deducción fiscal de la contratación de servicios y la amenaza de multas e incluso de cárcel. Ocurre que siempre queda la opción de mejor no contratar, o de pasar a la informalidad, cerrar operaciones o hasta el “el changarro”, postergar la inversión u optar por crear los empleos en otro país.

En otra nota, en Reforma, se reporta cómo el grupo parlamentario del Partido del Trabajo quiere predicar con el ejemplo sobre las bondades de la prohibición de la subcontratación: el caso de unos 400 trabajadores de limpieza que fueron rescatados de las garras del outsourcing, recontratados por de la Cámara de Diputados con un sueldo mensual 50% mejor. Estoy seguro de que pocas empresas tendrían inconveniente en imitar a los diputados si el costo se cubriera con dinero público. Por ahora, a diferencia de los legisladores, necesitarían producir y vender más para fondear esa generosidad.

Por eso también, con igual liberalidad, el presidente de la República puede responder al cuestionamiento de la subcontratación en el gobierno, que existe en niveles muy importantes en sectores como el de salud, pues fácil, “donde haya, se elimina”. ¿Cuál es el problema? El contribuyente paga o recurrimos a más “austeridad republicana”.

irregularidades en outsourcing
Imagen: El Diario.

Dado que el único outsourcing que se permitiría es el de servicios especializados, pero sujeto a categorización y autorización de la Secretaría del Trabajo, presumiblemente habría amplia cancha para la discrecionalidad y los laberintos burocráticos. Asimismo, “área de oportunidad” para ciertos sindicatos y líderes vernáculos, coyotes, burócratas con olfato de negocio, políticos y traficantes de influencias, nuevos emprendedores con contactos y creatividad para comercializar nuevos formatos de defraudación, simulación y aun supervivencia para algunas empresas, y para un gobierno o régimen que aspira a ampliar y perpetuar su poder. Incluso para sindicatos de otros países que recibirán con beneplácito los empleos que aquí son rechazados.

Esos serían los ganadores. No los trabajadores, ni los desempleados ni el propio Estado mexicano, cuya recaudación se verá mermada.

La lógica alternativa

Sin embargo, hay más de fondo. En concreto, un movimiento político y una dinámica social marcados por el populismo y la polarización. Las razones de la política de facción, las emociones y la posverdad, no la racionalidad laboral y económica.

Un presidente que se asume prócer del liberalismo, a pesar de su patente inclinación al nada liberal recurso de la prisión oficiosa o, para ser más precisos, encarcelamiento directo y sin derecho de fianza previo a una sentencia judicial. Ahora para quien ose utilizar el malévolo instrumento del outsourcing o algo que se le parezca según alguna autoridad, pues éste quedaría proscrito, tipificado como delito grave, como el narcotráfico o el secuestro.

Con la bandera de los derechos de los trabajadores, se pone en riesgo el empleo de cientos de miles o millones de ellos, la mayoría de los cuales seguramente preferiría conservarlos, con todo lo neoliberales que sean, que quedarse en la calle.

empleo y outsourcing
Imagen: NoticiasPV.

Pareciera que hay un sentir de que en México existe una riqueza inagotable producto del abuso y la explotación. Que basta con prohibir ambas cosas con una buena dosis de populismo penal para realizar el milagro de la distribución de los panes: con empresas menos productivas y competitivas, y más restricciones y amenazas para la generación de puestos de trabajo formal, habría empleos mejor pagados y más ISR, IVA y demás para que un gobierno liberal y progresista apoye indefinidamente a los pobres de antes y a los nuevos con sus “programas sociales”, en vez de oportunidades para trabajar y salir adelante.

En el mundo real y fuera de los intereses y móviles políticos, la subcontratación legal tiene una razón de ser práctica, basada en necesidades concretas de las empresas y los ciclos de las actividades económicas. En cuestiones tan simples como la de concentrarse en la esencia de su negocio y contratar servicios a quienes se especializan en éstos, y han invertido para hacerlos más eficientemente y a menor costo con economías de escala.

Abusos hay. También distorsiones legales y económicas estructurales que producen las distorsiones en el mercado laboral que explican en buena parte la proliferación de esos abusos y simulaciones. Pero nada de eso se resuelve con populismo fiscal y penal. Pero, claro, esas causas de fondo no es lo que motiva a las inoportunas decisiones que hoy se están tomando en éste como en tantos otros frentes de la conducción del país.


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Discursos purgadores o discursos purgantes

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En el Antiguo Régimen se pensaba que la enfermedad del alma era el origen de la enfermedad del cuerpo. Sobre todo desde el siglo XVI, se difundió en algunos círculos especializados de teólogos y médicos la idea de abrir una pequeña ventana en el pecho, metafóricamente hablando, para dejar ver el interior y permitir una transparencia hacia el otro. Una transparencia que dejara abundar en las intenciones y en el verdadero ser del que se tiene enfrente. La idea del hombre de cristal fue desarrollada por muchos tratadistas y literatos como el propio Miguel de Cervantes: la transparencia era la base del autoconocimiento. Si la enfermedad del alma era causa de la enfermedad del cuerpo, también lo era, en algunas preceptivas, de la enfermedad social: delinquir y pecar eran, hasta un punto, cuestiones equivalentes. Quien tenía una salud espiritual lograba una homeostasis en lo físico y en lo social.

Hoy, los criterios de cientificidad han cambiado radicalmente y ya nadie piensa como antaño. O casi nadie. En el discurso político de un septiembre de plazas vacías, la oratoria trillada de las mañaneras sigue haciendo referencia a una moralidad de dientes para afuera. Reprobar las opiniones de “los adversarios” y sostener que la llama encendida de una esperanza —cada vez más exigua— nos llevará al éxito, está resultando cada vez más chocante.

populismo, represión
Ilustración: Mana Neyestani, caricaturista e ilustrador iraní (Nuevas Miradas).

Si ya en meses anteriores se exhibió la burla de un “detente”, imperativo basado en los fetiches y tocado del tono acre de quien desprecia las soluciones pragmáticas, en la actualidad de un septiembre con símbolos alterados, ni la estampita ni la sorna se perdonan. Recientemente se habló de la tasa de sobremortalidad en el país: se calculan 200,000 muertos, es decir, una cifra que rebasa por mucho la expectativa de marzo y que hoy, en este septiembre de gritos al aire, nos deja más intranquilos frente a un gobierno que recurre a fetiches y a argumentos morales dudosos para afianzar la autoconfianza; vivimos en la tierra del “todo va bien”, pero la verdad es que no es así. Si la moralidad se entendiera en su sentido prístino no se imbricaría con el discurso político ni se permitirían distracciones como las de un avión que, a pesar de que se ha buscado hacerlo desaparecer en cachitos, sí existe, cuesta y echa suficiente humo como para levantar cortinas. Tejer el discurso de esa manera es perverso, sobre todo en la consideración de que muchos no entienden esos procedimientos ni cuestionan el actuar de quien se ostenta con la investidura presidencial.

En un septiembre de gritos y gritas, volvemos a la ley del más fuerte. Del que levanta la voz para silenciar al otro, aunque no tenga argumentos. Volvemos al discurso purgador de las antiguas arengas de púlpito. Quizá evocar la moralidad debería implicar verdadera transparencia. Lo que tenemos al frente de la nación no es un hombre de cristal sino una figura opacada por cortinas de humo.


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Confesiones de invierno

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Es invierno en el cono sur de América y las cosas no están particularmente soleadas en estas latitudes, hace frío, llueve y hasta nieva. Llevamos meses de cuarentena, el cansancio y la incertidumbre no son una moda, son un estado mental que se ha instalado en nosotros en forma permanente. Cada cierto tiempo, en todo caso, miramos, con no poca envidia, lo que ocurre en Europa, Asia y en algunos países de Oceanía; aspiramos a estar como ellos luego, y cruzamos los dedos. Le pedimos a cuanta deidad que conozcamos que esto termine de una vez, que el invierno emocional en que estamos pase pronto.

Y mientras la pandemia y sus secuelas cotidianas nos distraen, el populismo se nos cuela por las rendijas; lo hace en nombre de los desposeídos de siempre y de la clase media que pende de un hilo. Presidentes y políticos hacen de las suyas, venden soluciones rápidas, vacunas exprés, bonos y subsidios varios, rebajas de impuestos, planes de empleo de urgencia, endeudamiento infinito del Estado y de los ahorros de todos nosotros. 

Promesas. América Latina es la eterna tierra prometida, por todos y para todos. Tierra de derechos vociferantes y deberes escasos. “Ahora será distinto”, nos lo aseguran, ¿habrá dicho eso alguien en el pasado? “Gobernaremos para todos, como nunca antes se ha hecho.” “Esta vez sí haremos el cambio que nuestra patria necesita.”

planeta Tierra y covid-19
Imagen: Cadena Ser.

A falta de coherencia siempre es buena la patria, el nacionalismo ramplón, el discurso fácil, la oferta, la ganga populista.  De izquierda o derecha, a ritmo de bolero, salsa, tango, ranchera, reguetón, balada, samba, joropo, cueca, vals o merengue, el discurso populista se prepara, una vez más, para hacer bailar hasta reventar a nuestro continente.

¿Hay escape?, desde luego que sí, ¿estamos dispuestos a hacer algo para evitarlo?  Ésa es la parte compleja de la ecuación política, sociológica, psicológica y cultural a la que nos enfrentamos. 

Tenemos puesto los ojos en la economía y en la salud pública, y está bien que así sea, pero no por eso debemos descuidar el mañana. Si nos seguimos dedicando sólo a paliar la crisis actual, si nos quedamos en este filamento del tiempo llamado presente y nos seguimos negando a aprender del pasado y a pensar y planificar el futuro, inevitablemente seguiremos siendo el espejismo que nos hemos vendido durante cientos de años. 

coronavirus, desesperacion

Sinceremos las cosas, es más, confesemos un par de verdades: en política nada es gratis y en psicología tampoco. Los verdaderos cambios, la madurez se construye con coraje, generosidad, imaginación y, sobre todo, rigor.  Responsabilidad personal y coherencia, esos atributos tan escasos por estas tierras, ¿sabrá alguien dónde conseguirlos pronto?

Es invierno en el sur del planeta, los árboles no tienen hojas, los días son cortos y las noches largas. Encerrados, ensimismados y asustados, muchos le piden a Dios, y otros a “papá” Estado que los saque de esto rápido, en forma fácil y, desde luego, sin dolor. Lo que casi todos olvidan es que no hay prácticamente ninguna tradición religiosa ni política que no opere con una lógica muy particular de reciprocidad.  Ya Sui Generis lo cantaba con desgarradora lucidez hace 47 años: “Dios es un empleado en un mostrador, da para recibir”.


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¿Más deuda para recuperarnos? Si y sólo si…

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Desde la decisión del Reino Unido de salirse de la Unión Europea así como con la llegada al poder, principalmente del presidente Trump, y de otros mandatarios de diferentes países, el orden mundial económico, la migración y la salud han cambiado de manera muy importante.

El populismo de derecha o izquierda ha aumentado de manera significativa,  así como los intentos de proteccionismo y aislamiento, ocasionando –entre muchas otras cosas– el retiro de fondeo para instituciones globales de comercio así como de salud. Esto ha ocasionado no tan sólo una baja sustancial en el comercio mundial sino también una falta de liderazgo en el contexto internacional y una lucha entre China y Estados Unidos en diferentes frentes económicos.

Si bien es cierto que no existe actualmente un modelo económico que esté teniendo éxito, definido éste como lograr un crecimiento sostenido, sustentable, que reduzca la desigualdad y elimine la pobreza, tenemos que seguir planeando y tratando de estructurar un modelo, o bien, un pacto o plan que busque consensuar a la sociedad para logar satisfacer sus necesidades y buscar un camino para crecer, para recuperar la confianza y para desarrollarse.

pandemia y trabajo despidos
Imagen: Canal abierto.

Desde enero, el entorno ha cambiado aún más, ya que aunado a lo anterior se nos presenta una pandemia que está barriendo el mundo, y que está transformando nuestros hábitos diarios de consumo y convivencia, ocasionando un alto grado de incertidumbre de lo que implicará el regreso a una “nueva” normalidad tanto sanitaria, social y económica.

Todo esto está creando una disminución en la movilidad, una contracción económica generalizada severa, una crisis de salud global, errática y desfasada en diferentes países y regiones, complicando aún más el regreso a una normalidad armónica y a la restauración de las cadenas productivas globales.

Creo que podemos afirmar que el crecimiento global del 2000 al 2018 se debió en gran parte al establecimiento de estas cadenas productivas regionales importantes, ocasionando un crecimiento muy notable en el comercio exterior, que benefició más a los países que estuvieron involucrados en este proceso.

De continuar la situación actual por mucho tiempo –y todo parecería que a si va a ocurrir–, aumentará el aislamiento y disminuirá más el comercio, y me temo que aumentarán las medidas populistas, nacionalistas y proteccionistas de diferentes países.

mar de crisis economica
Imagen: es.123RF.com.

Por todo lo anterior y bajo este contexto global, creo que es fundamental que en México reaccionemos de manera rápida y contundente para establecer un plan, un pacto nacional, que nos una a todos para buscar recuperar nuestra salud y recuperar nuestros empleos.

Creo que cualquiera que vaya a ser la propuesta, además de que es vital tener un plan nacional incluyente, deberá considerar un esquema de regreso a la normalidad sanitaria, cuidando evitar una segunda ola de contagios, e incluir varios temas importantes de los cuales hoy sólo mencionaré tres de ellos:

1.Sin duda deberemos continuar con una política monetaria agresiva y suficientes apoyos al sistema financiero para canalizar recursos a las empresas que lo necesiten, independientemente de su tamaño y sector, como está ocurriendo en muchos países.

2. Cada vez se ve más necesario el establecimiento de políticas fiscales que apoyen la recuperación del empleo y quisiera insistir en que estén orientadas a incentivar los empleos formales. La formalidad debería de ser la prioridad nacional.

3. Será necesario incrementar la deuda nacional, y muy importante que este aumento se prevea de manera temporal y orientado sólo a aquellos proyectos que tengan una alta rentabilidad social para que en un futuro cercano podamos regresar a los niveles “óptimos” de deuda, habiendo contribuido al crecimiento y la recuperación del empleo formal.

Creo que mientras nuestra estructura fiscal no cambie, con una recaudación muy baja y de muy pocas personas contribuyendo por la alta informalidad, el nivel objetivo de deuda a producto en periodos económicos “normales” no debería ser de más de 40%. Actualmente estaremos llegando a aproximadamente al 52%. Países con niveles de formalidad mucho mayores que el nuestro tienen porcentajes de deuda mucho más altos, sin que las calificadoras tengan una opinión negativa al respecto.

planeta y capitalism
Imagen: Buzos de la Noticia.

Es importante mencionar que México es de los países con un menor porcentaje de apoyos y estímulos en relación al PIB para combatir los efectos económicos y sanitarios de la pandemia, por ejemplo, el Reino Unido va en 17.7%, Francia en 15.2%, Alemania 14.2%, Italia 12.7%, Estados Unidos 11%, Corea 4.3%, Brasil 3.9%, Argentina 3.7% y México 0.7%.

La experiencia nos indica que cuando nos hemos tardado en implementar planes de apoyo como el que se requiere, o que estos han sido insuficientes,  el costo es muy alto y al final terminamos con costos mayores y tasas de decrecimiento también más elevadas.

Por otro lado, estoy convencido de que si actuamos rápido y de manera contundente, podríamos aprovechar los tratados comerciales que tenemos, restaurar nuestras cadenas productivas, incentivar la recuperación del empleo formal  y la salud. Con esto podríamos aprovechar la situación global actual para posicionarnos como un país abierto y altamente competitivo, lo cual sin duda nos ayudaría a recuperar una tasa de crecimiento sana y sostenible, a recuperar la confianza de nuestros inversionistas, y a revertir la expectativa negativa de las calificadoras.

Por el bienestar de todos, y aunque suene trillado, por el bien de los que más lo necesitan, necesitamos actuar rápido y de manera contundente con un plan, con un pacto nacional, que nos una a todos para establecer objetivos comunes para restaurar la salud, el empleo, y la confianza de nuestros inversionistas. Y si es necesario para alcanzarlo el tener que incrementar de manera temporal la deuda, no nos debería asustar, siempre y cuando ésta se encuentre encaminada a proyectos socialmente rentables y responsables.


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De virus políticos y vacunas sociales

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Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades
las mayores caerían sobre las clases dirigentes.
René Gerónimo Favaloro.

Sí. Tal cual; de virus y vacunas, tema de actualidad. Sin embargo, no hablo del SARS-CoV-2, nombre oficial de la enfermedad provocada por el nuevo virus COVID-19 según la Organización Mundial de la Salud. Más bien me refiero a virus políticos y vacunas sociales.

Hace más de 15 años escribí que –no preciso en qué momento ni qué artículo; ubico sí que fue a raíz de la campaña presidencial de 2006– la única forma en que México podría tener un mejor panorama sobre los gobernantes deseados seguía siendo elegir por ensayo y error.

virus politicos
Imagen: Pinterest.

Por lo que –para que se les quitara la comezón a muchos, escribí con ironía– sería bueno que ganara la izquierda para poder contar con parámetros medibles para elegir –en adelante– con mayor propiedad por la izquierda, la derecha o el centro.

Pero no fue así, aquel entonces porque llegó Felipe Calderón Hinojosa por el Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia, y luego otra vez el Partido Revolucionario Institucional (PRI) con Enrique Peña Nieto.

Sin entrar en detalles por la conducta de la izquierda –Partido de la Revolución Democrática, PRD; y, Partido del Trabajo, PT– seguían en fila en tanto el país se mantenía y crecía el estado de desasosiego.

La gran mayoría estaba y está de acuerdo con el discurso, en que hay que combatir un listado temático casi interminable –que, a propósito, no es patrimonio de México, también se vive en toda América Latina–, tales como: la pobreza, un sistema de salud con poca dignidad social para las mayorías, segregación social, corrupción generalizada, falta de oportunidades reales con soluciones más permanentes, educación mediocre, alto costo de la energía, medio ambiente en peligro, las malas prácticas electorales, demagogia, abuso del poder, megalomanía, oportunismo mercantilista,  delincuencia organizada, proliferación de la inseguridad –robos, asesinatos, secuestros, etc.–.

Morena navegando
Ilustración: Nexos.

Frente a eso, finalmente –con toda la fuerza popular–, pero con exclusión del PRD, llegó la izquierda (2018) al poder formal en la alianza de Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) y PT, aunque también se les sumó el Partido Verde Ecológico.  

El 1 de diciembre de este año se cumplen dos años de “la izquierda en el poder”.  El discurso sigue siendo el mismo como si el PRI o el PAN estuvieran en el poder y MORENA en oposición. Aunque la vida real es todo lo contrario, sólo que la “oposición” no tiene un discurso institucional que convenza porque fueron parte de lo que hoy no se quiere –ver el listado temático en el párrafo de más arriba–.

Sin embargo, con “todo lo que se ha hecho” todavía no se logra extirpar el “virus” creado por el neoliberalismo porque tampoco se ha extirpado el propio transmisor del virus.

René Gerónimo Favaloro
René Gerónimo Favaloro (Imagen: Twitter @StoriaMedicina).

Esto significa que los resultados con todo lo dicho, con todas las acusaciones, con todas las acciones, con todos los nuevos programas, con todo y el paternalismo, el populismo de hoy, el pueblo sigue en la búsqueda de la vacuna social contra todo lo que continúa afectándole.

Esto me recuerda otra vez al doctor argentino René Gerónimo Favaloro, quien desarrolló el bypass coronario con empleo de vena safena, hombre sensible a los problemas sociales y que dijo: Estoy convencido de que, a esta sociedad consumista, cegada por el mercado, la sucederá otra que se caracterizará por el hecho trascendente de que no dejará de lado la justicia social y la solidaridad.

Con lo que va del periodo, aunque falta tener más elementos objetivos, ya hay algunos parámetros para elegir a futuro. ¿Les suena?


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