Reflexiones

Invertir para recuperarnos

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El fin de semana me mandó un amigo un artículo publicado por el IMFBLOG, la “Inversión pública para la recuperación”, sobre el cual quisiera comentar y hacer unas reflexiones.

El tema es fundamental a nivel global, pero creo que es vital para los países más afectados por la crisis económica que está ocasionando la pandemia, en particular para nuestro México. Es además relevante debido a los diversos esfuerzos que hemos visto por parte del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) desde el año pasado para llegar a un acuerdo en conjunto con el Ejecutivo para lograr que el país crezca de manera sostenible, como la única manera para reducir no sólo los efectos de la pandemia sino las grandes brechas en desigualdad y pobreza ya existentes en nuestro país desde antes del COVID-19.  

En junio de 2019 se firmó un Acuerdo entre el Gobierno Federal y el CCE para promover la Inversión y el Desarrollo Incluyente, donde se promueve la colaboración entre el Gobierno Federal y el sector privado para impulsar la inversión, tanto pública como privada para lograr un mayor crecimiento, más empleos y el bienestar para la población de tal manera que se reduzcan las brechas de inequidad y pobreza.

 El sector privado se comprometió a colaborar con el gobierno para que las acciones que genere el sector público puedan dar confianza a la inversión privada y se eleve ésta del 17.5% del PIB en 2018 al 20% en los siguientes dos años, así como a colaborar y participar en proyectos públicos que eleven la inversión pública del 2.8% del PIB en 2018 al 5% en el mismo periodo. Se establecieron cuatro áreas prioritarias:

inversion publica
Imagen: Consejo Coordinador Empresarial.

1.- Sector energético. Cumplir con los contratos de inversión entre empresas y el sector público para incrementar la producción de petróleo, gas y energía eléctrica; fomentar la producción de energías limpias y renovables; y coadyuvar a desterrar la corrupción en PEMEX y la CFE.

2.- Infraestructura de transporte. Incluir proyectos de carreteras, puertos, puentes, ferrocarriles y aeropuertos que permitan mejorar la interconexión de las diferentes regiones del país y resolver los problemas de logística.  

3.- Inversión social. Promover proyectos de gran impacto social: de educación, salud, agua y saneamiento, para lograr un desarrollo incluyente.

4.- Desarrollo del sursureste. Los proyectos de la región deberán tomar en cuenta la vocación productiva de los estados, fundamentalmente energía, servicios o agroindustria, así como la integración de cadenas productivas.  

Posteriormente y anticipando los efectos desbastadores que tendría la pandemia sobre la salud y el empleo, hubo un acercamiento importante por parte del CCE a principio del año para proponer cerca de 70 acciones para recuperar la salud y el crecimiento.

El pasado 5 de octubre y con base al acuerdo entre el Gobierno Federal y el CCE para Promover la Inversión y el Desarrollo Incluyente, se estableció el acuerdo “UNIDOS POR EL PROGRESO DE MEXICO Y EL BIENESTAR DE TODOS. Acciones y proyectos para apuntalar la Reactivación Económica”, donde se busca promover y financiar proyectos de infraestructura pública donde la aportación privada deberá ser de al menos el 50% del costo total.

En este esfuerzo, que veo como una primera etapa del acuerdo firmado en junio del 2019, se han identificado 39 proyectos por un monto total de $297.3 miles de millones de pesos, en los sectores de Comunicaciones y Transportes (principalmente carreteras, $196.2 mmm ps), en Energía (por $ 98.98 mmm ps, principalmente en coquizadoras y licuefacción) y en Agua y Medioambiente (por $ 2.1 mmm ps, principalmente en temas de agua potable y tratamiento de residuos sólidos).

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Imagen: Hurca.

Estos 39 proyectos son los primeros de un proceso conjunto, entre el sector público y privado, que implicara afinar y concluir los cientos de ideas y proyectos que existen hoy en el país para que se lleven a cabo y se ejecuten antes del 2024.

Creo que este acuerdo es un importante avance entre el gobierno y el sector privado, sobre todo en la dirección correcta. Se establece un mecanismo conjunto para atender temas prioritarios como la integración a las cadenas productivas, los programas para el desarrollo de proveedores nacionales competitivos, el turismo, así como otros temas del T-MEC, etc. Sin embargo, el monto de aproximadamente $13,000 millones de dólares (a 22.20 pesos por dólar, cierre de diciembre del 2019) representara tan sólo alrededor del 1% del PIB (usando el PIB del 2019).

Es importante comentar que 10 años antes de la pandemia la inversión pública en infraestructura venía bajando de manera importante, tanto en países desarrollados como en los emergentes.

Los gobiernos de prácticamente todos los países están tomando medidas extraordinarias en conjunto con sus bancos centrales y sus sectores privados para mitigar los efectos del COVID-19. El objetivo es recuperar la salud y el empleo lo más pronto posible. Los rangos de apoyo varían por país, pero en algunos llegan a ser encima del 20% del PIB. Si bien es imposible predecir cuáles serán los resultados, sí podemos anticipar con cierta certeza que aquellos países que hicieron más y mejores esfuerzos estarán en condiciones más óptimas para recuperarse de manera rápida y eficiente.

El Fondo Monetario Internacional a través de su Monitor Fiscal (Fiscal Monitor) muestra que incrementos en inversión pública en países desarrollados y emergentes puede ayudar de manera significativa a reactivar las economías de lo que está siendo la más profunda y aguda crisis económica global de la historia contemporánea. La inversión pública podrá crear millones de empleos directos en el corto plazo y muchos más en un periodo largo de tiempo.

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Imagen: Pinterest.

El artículo mencionado hace énfasis en la importancia de la inversión pública y su rol potencial en la recuperación económica global. Por ejemplo, por cada millón de dólares gastados en infraestructura tradicional se pueden crear en promedio 5 empleos directos aproximadamente y alrededor de 10 por cada millón de dólares gastados en investigación y desarrollo, en energías limpias y edificios inteligentes.

De igual manera los autores del artículo nos dicen que en periodos de alta incertidumbre, como los que estamos viviendo, la capacidad multiplicadora de la inversión pública es de por cada 1% de incremento en la inversión pública en relación PIB, éste se incrementará en 2.7%, la inversión privada se incrementará en un 10% y el empleo formal después de dos años crecerá en 1.2%.

El artículo profundiza en la importancia de la inversión pública sobre el crecimiento de un país de manera directa o como un multiplicador de confianza para la inversión privada nacional o extranjera. Se convierte ahora en una prioridad invertir en salud, educación, edificios inteligentes y seguros, transporte seguro e infraestructura digital y conectividad. Esto aplica para todos los países, pero creo que para México y otras economías emergentes es mucho más importante para no perder nuestra posición en las cadenas productivas globales.

La baja en las tasas de interés a nivel global y la alta liquidez disponible (los dólares en circulación, M0, han aumentado en los últimos meses, según FMI, en aproximadamente 63%. Y la hoja de balance de la FED ha subido del 28 de agosto de 2019 al 21 de octubre del 2020 de $3,721 billones de dólares a $7,137) deberían ser factores claves a considerar para incrementar la deuda de manera responsable y eficiente. Esto es, para invertir solamente en aquellos proyectos rentables desde el punto de vista económico y social, para impulsar todas las actividades afectadas, pero sobre todo aquellas que contribuyan de manera importante para recuperar la salud y el empleo.

empleo y salud
Imagen: Hot World.

Creo que será fundamental restructurar de manera estructural tanto a PEMEX como a la CFE, es decir, desde un punto de vista financiero como también de manera operativa, invirtiendo en ellas de manera ordenada, transparente y eficiente. 

Nos debería quedar claro que, si aumentamos la inversión tanto pública como privada, lograremos aumentar el crecimiento del país y conseguiremos reducir la desigualdad y la pobreza.

Es importante enfatizar que en tiempos de incertidumbre la inversión pública de calidad logrará incentivar de manera significativa la confianza de los inversionistas privados tanto nacionales como extranjeros al mandar una señal de compromiso por obtener un crecimiento sostenido.

Los estragos que tendrá la pandemia en todas las economías, pero sobre todo en la nuestra, sólo podrán ser contrarrestados con acuerdos como el que se firmó el 5 de octubre con la colaboración del sector público y privado.

Sin embargo, el esfuerzo de ambos sectores debería ser mucho mayor como está ocurriendo en otros países. Es momento de replantear qué se necesita para crear las condiciones para que se dé una inversión mucho mayor tanto del sector privado como del público, en sectores y proyectos que creen empleos formales, que sean altamente productivos y rentables.


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Rentabilidad más sustentabilidad: nuevo objetivo de las empresas

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Desde hace varios años vemos la necesidad de cambiar el objetivo o meta última de las empresas, no tan sólo como un cambio de nomenclatura sino como la forma de satisfacer a la sociedad en su conjunto. Buscando además de maximizar las utilidades, la permanencia de las instituciones y la satisfacción de las necesidades de todos los participantes.

Me gustaría recordar y reconocer el gran esfuerzo del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) al establecer 10 principios para “replantear la dimensión social y el sentido de las empresas, para trabajar en la consolidación de un país más justo, inclusivo, responsable y sostenible”. “Las empresas somos parte de la sociedad. Sólo si la sociedad progresa, los negocios prosperaran”.   

Como antecedente y para contrastar las diferentes opiniones que están en la mesa de discusión del objetivo de las empresas, quisiera reflexionar sobre un artículo reciente publicado en un Foro de la Facultad de Derecho de Harvard sobre gobierno corporativo.

En 1962 Milton Friedman estableció las bases del capitalismo estadounidense al establecer que la responsabilidad social de las empresas es aumentar sus ganancias. Esto desde entonces se convirtió en la doctrina Friedman o como la primacía de los accionistas.

Milton Friedman
Milton Friedman (Imagen: maxresdefaul).

La doctrina de Friedman y de otros economistas, menciona el artículo, fue el fundamento de una era en Estados Unidos, así como en otros países, en donde lo importante era obtener la mayor rentabilidad posible y maximizar el valor para los accionistas.  Para lograr esto muchas veces era a través de la toma de decisiones de corto plazo, adquisiciones hostiles, el financiamiento de bonos basura, etc., a costa muchas veces de la erosión de las protecciones para los empleados, el medio ambiente y la sociedad en general.

Para los que crecimos en esta época, estudiamos y nos desarrollamos en diferentes tipos de industrias, sin duda el objetivo bajo el cual trabajamos era la maximización del valor de la empresa y, por ende, el de sus accionistas. Es más, el haber pensado de otra manera hubiera impedido el éxito o sobrevivencia de la propia institución o sus directivos.

Sin embargo, ciertos eventos recientes han puesto en duda la eficacia de la doctrina Friedman y quisiera tan sólo profundizar en tres:

1.- La crisis financiera de 2008 puso en evidencia la fragilidad del cortoplacismo y, desde entonces y de manera creciente, las opiniones de universidades, abogados, inversores, creadores de políticas públicas, economistas y representantes de la sociedad civil han venido manifestando la necesidad de un nuevo modelo.

Un nuevo esquema será fundamental para los países en desarrollo como México, donde desafortunadamente la pobreza y la desigualdad han permanecido, en el mejor de los casos, igual o mejorado de manera no significativa y, por lo tanto, encontrar un modelo que logre recuperar el crecimiento, reducir la pobreza y la desigualdad, se convierte no tan sólo en un ideal, sino en la única forma de que las empresas permanezcan y los países puedan crecer de manera sostenible y sustentable.

responsabilidad social empresas
Imagen: Compromiso Empresarial.

2.-El cambio climático y la contaminación son temas que ya no podemos soslayar y dejar pasar más tiempo, tanto países desarrollados como los que estamos en vías de serlo, tenemos que lograr controlar este problema de tal manera que no afectemos las grandes cadenas de producción y destruir los millones de empleos en todo el mundo que dependen de éstas. 

Las empresas globales, principalmente, tienen una gran responsabilidad en sus manos, ya que tendrán que lograr este gran reto, así como exigirlo a todos sus participantes, esto implicara que sus consejos de administración logren cambios radicales en sus misión, visión y objetivos.

3.-Dos eventos recientes, en particular la pandemia y la muerte de George Floyd –atribuye el artículo arriba mencionado–, han puesto en manifiesto el impacto dispar en varios segmentos de la sociedad dejando claro cómo están siendo más afectados los sectores más vulnerables: las personas con menos recursos o educación y, por lo tanto, con menos acceso a la atención médica requerida o a la justicia.

Todo esto está ocasionando una reflexión profunda por parte de los consejos de las empresas que se refleja de manera muy clara en un documento publicado en diciembre de 2019:

MANIFIESTO DAVOS 2020: EL OBJETIVO UNIVERSAL DE LA EMPRESA EN LA CUARTA REVOLUCIÓN INDUSTRIAL (DAVOS MANIFESTO 2020: THE UNIVERSAL PURPOSE OF A COMPANY IN THE FOURTH INDUSTRIAL REVOLUTION.)

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Imagen: El Cato.

Klaus Schwab, fundador y Presidente Ejecutivo del Foro Económico Global (World Economic Forum) menciona tres temas fundamentales de este manifiesto que me gustaría compartir, para después hacer una reflexión en torno a qué implicará en un futuro cercano esta nueva tendencia a un nuevo modelo corporativo:

 1.- El objetivo de una empresa es comprometer a todos sus participantes (stakeholders) en la creación de valor compartida y de manera sostenida.  La mejor forma de lograrlo es entendiendo y armonizando los diferentes intereses de todos los participantes: empleados, clientes, proveedores, las comunidades locales, así como la sociedad civil.

2.- Una empresa es más que un ente económico generando riqueza. Debe satisfacer las aspiraciones humanas y de la sociedad como parte del sistema social. El desempeño debe ser medido no tan sólo como un rendimiento para las accionistas, sino también en función de lograr los objetivos del medio ambiente, sociales y de buen gobierno corporativo. La remuneración de los directivos debería reflejar la responsabilidad otorgada por todos los participantes.

3.- Una empresa que tiene una presencia global además de atender a todos sus participantes que están directamente relacionados o comprometidos, actúa como un participante más en conjunto con la sociedad civil y los gobiernos para buscar un futuro global, permanente y sustentable.

Las empresas son y continuarán siendo la piedra angular de cualquier sociedad que quiera crecer de manera sostenida y sustentable, buscando siempre el bien común. Son los empresarios los que, al arriesgar su patrimonio, invierten en el futuro de una empresa y de todo lo que la rodea, sus trabajadores, empleados, proveedores, clientes, bancos, abogados, contadores, asesores, etc.

empresas resilientes
Imagen: HR Connect.

El empresario debe adaptarse para sobrevivir y dejar un legado que perdure y quede su nombre inscrito en el tiempo, pero más importante que esto será que logre darle continuidad a lo creado, a lo establecido por todos quienes lo rodearon en su trayectoria, para darle permanencia al trabajo de todos ellos, con lo cual estará realmente contribuyendo a la sociedad de manera importante y duradera.

Para conseguir esta permanencia, las empresas deberán lograr lo que hoy se conoce como resiliencia y para esto será fundamental que se aborden de manera profunda, permanente y contundente los temas del medio ambiente, sociales y de gobernanza corporativa (ESG: Enviroment, Social, Governance).

A manera de ejemplo de la importancia que tendrá este cambio de enfoque de los consejos de administración de las empresas, se ha creado el S&P 500 ESG Index, que ayudará a los inversionistas globales a implementar estrategias de inversión en sus portafolios principales.

En nuestro caso, México, se convierte en una prioridad que las empresas consigan ser resilientes, para contribuir a recuperar la confianza de los inversionistas y retomar el crecimiento del país como la única forma de combatir la desigualdad y la pobreza. 


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La pandemia no es una guerra, sin embargo, al 3 de agosto de 2020, a nivel global, las muertes acumuladas llegan a 691,738, con 18,193,291 casos confirmados, y lo más preocupantes es que en los últimos días el promedio de muertes diarias se estanca en aproximadamente 5,230 personas. Está claro que sus consecuencias y afectaciones médicas, sociales, económicas y psicológicas serán enormes y diferentes en cada país.

Por lo pronto, tenemos estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) de un decrecimiento global de 4.9% para el 2020, con un 95% de países disminuyendo su ingreso por persona y una recuperación que será lenta y dispareja.

Las estimaciones de la Organización Mundial de Comercio (OMC) son también bastante pesimistas, ya que prevén para este año una disminución global del comercio internacional, sin precedentes, de más del 18.5%.

Bajo este contexto uno se pregunta si una catástrofe de este tamaño no sería razón suficiente para que se reviva la cooperación internacional para recuperar la salud y el crecimiento económico, con posiciones de los principales líderes coordinadas para alcanzar de manera exitosa metas comunes.

Haciendo un símil con lo que pasó después de la Segunda Guerra Mundial, nuestra respuesta debería ser que, por el tamaño de la crisis y su afectación global, sería fundamental revivir la cooperación internacional, con el objetivo de recuperar la salud, el empleo y el comercio internacional.

cooperacin internacional
Ilustración: Lusmore Dauda.

Sin embargo, nos encontramos ante dos escenarios muy diferentes, por un lado, la propuesta de China bajo la iniciativa de la nueva ruta de la seda, conocida como BRI (Belt and Road Initiative), que si bien fue presentada por el presidente Xi Jinping desde 2013, ahora ha retomado mucha fuerza geopolítica hasta alcanzar el apoyo de más de 100 países y la participación de 68. Y, por otro lado, nos encontramos con el líder mundial, Estados Unidos, y otros países desarrollados buscando abandonar la globalización y regresar a temas de autosuficiencia y proteccionismo.

La propuesta del BRI se puede decir que es la fórmula que busca China para posicionarse como el futuro líder mundial. Este argumento lo soportan la creación de un número importante de instituciones para respaldar esta iniciativa, tales como el Banco Asiático de Infraestructura (AIIB), el Banco de Desarrollo de China, el Grupo Internacional de Shanghái, etc., así como una cantidad enorme de recursos destinados a apoyar y financiar este proyecto.

Como comentan Arturo Oropeza Casas y otros autores en su libro China. The Belt and Road Initiative. A Global Transformation, el gobierno chino ha indicado que todas las naciones son bienvenidas a la iniciativa, bajo un contexto de beneficios tanto para países en desarrollo como para los subdesarrollados. El BRI tiene como objetivo construir cinco rutas conectando seis corredores económicos, tanto marítimos como terrestres a través de tres continentes: Europa, Asia y África. El proyecto contempla la construcción de vías de ferrocarril, carreteras, puertos, aeropuertos, zonas libres de impuestos, etcétera.

El Economist menciona que el BRI tendrá múltiples retos que agrupan en tres categorías:

1. Estabilidad política de diferentes países,
2. Riesgos legales, principalmente en países con estado de derecho débil, y
3. Problemas financieros para pagar deudas adquiridas con las instituciones creadas bajo esta iniciativa.

Por otro lado, nos encontramos con algunos países que ven esta iniciativa con mucho recelo, entre ellos Japón, India, algunos países europeos y Estados Unidos, entre otros.

china poder
Ilustración: Surysur.

El mejor ejemplo de este complicado tema son las declaraciones de Robert Lighthizer quien considera un tema de vulnerabilidad estratégica la dependencia de Estados Unidos con 2 trillones de dólares anuales de comercio de productos médicos, aproximadamente el 5% de su comercio internacional.

Es importante recordar que las tensiones comerciales y políticas entre China y Estados Unidos empezaron mucho antes del COVID-19. Con China tratando de ocupar los espacios de influencia que Estados Unidos ha dejado en los últimos años: la cancelación del TPP, la salida del Acuerdo de París, por tan sólo mencionar un par.  Por otro lado, vemos que desde que empezó la pandemia más de una docena de países ha impuesto tarifas y cuotas a materiales críticos.

Esta presión sobre los líderes políticos contrasta con la reacción de las naciones del G-20 después de la crisis del 2008 y 2009, que actuando de forma coordinada y de manera muy favorable restringieron el proteccionismo y favorecieron la globalización, dando como resultado un periodo de recuperación y crecimiento global importante y prolongado.

Leyendo un reporte de Stewart M. Patrick de junio 2020 en el WPR (World Politics Review), destaca que la historia nos sugiere que el desarrollo del multilateralismo dependerá de tres cosas: nuevas ideas, liderazgo político y un balance global favorable de poderes.

Creo que no está claro y ni estará, en el mediano plazo, cuál será el resultado final de esta iniciativa de China y la disputa por el poder geopolítico, pero sí debiera ser motivo de un análisis profundo para establecer cuál tendría que ser nuestra postura y estrategias de comercio en el corto, mediano y largo plazo, sobre todo bajo el contexto político actual de nuestro vecino del norte.


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Daño colateral del COVID-19

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Leyendo el reporte recientemente publicado por la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC), el “COVID-19 y la Cadena de Suministros de Drogas: de la Producción y el Tráfico al Consumo “, me acordé de una plática que tuve a principios de 1983 con unos banqueros ingleses, época en que los problemas de México después de la nacionalización de los bancos eran enormes y entrando a una espiral inflacionaria que afectaría al país por muchos años. En esa reunión me preguntaron que cómo era posible que pudiera México conservar el orden con tanta pobreza y desigualdad.

Mi respuesta fue que teníamos dos factores que nos ayudaban mucho, primero el concepto de familia y, segundo, y muy relacionado con el primero, era la cantidad de remesas que nos llegaban de Estados Unidos.

Les explicaba que nuestras familias humildes eran muy numerosas, que en muchas ocasiones bajo un mismo techo vivían los abuelos, los padres, sus hijos y en algunos casos sobrinos.  En estos hogares a veces alguno de los adultos tenía un empleo formal y los demás en edad de trabajar conseguían siempre algún tipo de ingreso que ayudaba al sustento de todos, y que cuando se complicaban las cosas uno de los hijos se iba a los Estados Unidos a trabajar.

Ya desde entonces el tema de las remesas era muy importante para apoyar a muchas familias, sobre todo en el ámbito rural. Si bien el concepto familiar y de apoyo persiste, el numero de personas por hogar ha disminuido, así como la cantidad de personas que salen del país.

pobreza, necesidad
Imagen: All City Canvas.

En estos momentos tenemos un problema adicional y es que en muchos casos algún miembro o más de una familia de bajos recursos se ve en la forzosa necesidad de involucrarse en el crimen organizado, ya sea como una alternativa de vida o sustento para los suyos o como un tema aspiracional y, en el peor de los casos obligados, por las circunstancias o el consumo.

Como quiera que sea en este lapso, el nivel de drogadicción ha aumentado mucho en el mundo y, por lo tanto, en los países en vías de desarrollo como México se han encontrado soluciones para el suministro e inclusive para el consumo.

Desafortunadamente en este periodo de tiempo no hemos podido, tanto los países desarrollados como los emergentes, encontrar una solución a la complicada problemática que rodea el tema de drogadicción y narcotráfico.

La presente crisis está ocasionando en todo el mundo una recesión muy importante en donde cada vez se torna fundamental el tener un plan que ayude a recuperar la salud y el empleo.

Las estimaciones del Fondo Monetario Internacional son que el Producto Interno Bruto del país decrecerá en aproximadamente un 10.5% y se perderán más de un millón de empleos formales, ocasionando esto una presión importante sobre la informalidad, la pobreza y la desigualdad.

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Imagen: Mises Report.

El estudio de la UNODC concluye que: Se espera que la crisis económica propicie un mayor uso de sustancias ilegales para acoplarse a las dificultades (distanciamiento, falta de transporte, formas de pago, etc.). Asimismo, se espera un incremento en el uso de drogas más económicas (vs. heroína y cocaína).

Este  estudio detalla varios temas muy delicados, tanto desde la demanda como de la oferta de drogas y tan sólo mencionaré algunos para reflexionar sobre sus efectos colaterales en nuestro país.

En el largo plazo, se espera que la crisis económica y el desempleo ocasionado por el COVID-19 orillen a más campesinos a plantar cultivos ilícitos y a una mayor parte de la población a participar en actividades del crimen organizado.

Los trabajos de organizaciones y sistemas que proveen servicios de tratamiento y apoyo a consumidores y drogodependientes se han visto afectados por las restricciones asociadas a la pandemia.

A la conclusión que se llega después de leer este reporte es que desafortunadamente tendremos un daño colateral muy importante como consecuencia de los efectos económicos, sociales y psicológicos de la pandemia, y es que tanto la producción como el consumo de drogas aumentará a nivel global y este problema afectará mucho más a los países que tarden en recuperar la salud y el empleo formal.

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Imagen: Grain.

Las últimas cifras de las consecuencias de esta pandemia en términos de salud y empleo son realmente devastadoras. La pérdida de vidas hasta ahora son más de 32,000, con casos confirmados por más de 268,000 y los fallecidos al día de ayer (7.07.2020) fueron 895 personas. A nivel de empleos y cierre de empresas los números son igual de preocupantes. Las consecuencias sociales, económicas y psicológicas son enormes.

Creo que con esta perspectiva se vuelve cada vez más importante el acuerdo comercial con Estados Unidos y Canadá, así como con otros países, aunado a la estrecha colaboración con nuestro vecino del norte para lidiar con los temas de migración (remesas) y seguridad (drogas).

La recuperación de la salud y del crecimiento global, principalmente de los países desarrollados, será fundamental para que países como el nuestro y con la capacidad de incorporarse a las cadenas productivas, tomemos las medidas suficientes para vincularnos de manera rápida y eficiente para lograr nuestra recuperación.


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Desde la decisión del Reino Unido de salirse de la Unión Europea así como con la llegada al poder, principalmente del presidente Trump, y de otros mandatarios de diferentes países, el orden mundial económico, la migración y la salud han cambiado de manera muy importante.

El populismo de derecha o izquierda ha aumentado de manera significativa,  así como los intentos de proteccionismo y aislamiento, ocasionando –entre muchas otras cosas– el retiro de fondeo para instituciones globales de comercio así como de salud. Esto ha ocasionado no tan sólo una baja sustancial en el comercio mundial sino también una falta de liderazgo en el contexto internacional y una lucha entre China y Estados Unidos en diferentes frentes económicos.

Si bien es cierto que no existe actualmente un modelo económico que esté teniendo éxito, definido éste como lograr un crecimiento sostenido, sustentable, que reduzca la desigualdad y elimine la pobreza, tenemos que seguir planeando y tratando de estructurar un modelo, o bien, un pacto o plan que busque consensuar a la sociedad para logar satisfacer sus necesidades y buscar un camino para crecer, para recuperar la confianza y para desarrollarse.

pandemia y trabajo despidos
Imagen: Canal abierto.

Desde enero, el entorno ha cambiado aún más, ya que aunado a lo anterior se nos presenta una pandemia que está barriendo el mundo, y que está transformando nuestros hábitos diarios de consumo y convivencia, ocasionando un alto grado de incertidumbre de lo que implicará el regreso a una “nueva” normalidad tanto sanitaria, social y económica.

Todo esto está creando una disminución en la movilidad, una contracción económica generalizada severa, una crisis de salud global, errática y desfasada en diferentes países y regiones, complicando aún más el regreso a una normalidad armónica y a la restauración de las cadenas productivas globales.

Creo que podemos afirmar que el crecimiento global del 2000 al 2018 se debió en gran parte al establecimiento de estas cadenas productivas regionales importantes, ocasionando un crecimiento muy notable en el comercio exterior, que benefició más a los países que estuvieron involucrados en este proceso.

De continuar la situación actual por mucho tiempo –y todo parecería que a si va a ocurrir–, aumentará el aislamiento y disminuirá más el comercio, y me temo que aumentarán las medidas populistas, nacionalistas y proteccionistas de diferentes países.

mar de crisis economica
Imagen: es.123RF.com.

Por todo lo anterior y bajo este contexto global, creo que es fundamental que en México reaccionemos de manera rápida y contundente para establecer un plan, un pacto nacional, que nos una a todos para buscar recuperar nuestra salud y recuperar nuestros empleos.

Creo que cualquiera que vaya a ser la propuesta, además de que es vital tener un plan nacional incluyente, deberá considerar un esquema de regreso a la normalidad sanitaria, cuidando evitar una segunda ola de contagios, e incluir varios temas importantes de los cuales hoy sólo mencionaré tres de ellos:

1.Sin duda deberemos continuar con una política monetaria agresiva y suficientes apoyos al sistema financiero para canalizar recursos a las empresas que lo necesiten, independientemente de su tamaño y sector, como está ocurriendo en muchos países.

2. Cada vez se ve más necesario el establecimiento de políticas fiscales que apoyen la recuperación del empleo y quisiera insistir en que estén orientadas a incentivar los empleos formales. La formalidad debería de ser la prioridad nacional.

3. Será necesario incrementar la deuda nacional, y muy importante que este aumento se prevea de manera temporal y orientado sólo a aquellos proyectos que tengan una alta rentabilidad social para que en un futuro cercano podamos regresar a los niveles “óptimos” de deuda, habiendo contribuido al crecimiento y la recuperación del empleo formal.

Creo que mientras nuestra estructura fiscal no cambie, con una recaudación muy baja y de muy pocas personas contribuyendo por la alta informalidad, el nivel objetivo de deuda a producto en periodos económicos “normales” no debería ser de más de 40%. Actualmente estaremos llegando a aproximadamente al 52%. Países con niveles de formalidad mucho mayores que el nuestro tienen porcentajes de deuda mucho más altos, sin que las calificadoras tengan una opinión negativa al respecto.

planeta y capitalism
Imagen: Buzos de la Noticia.

Es importante mencionar que México es de los países con un menor porcentaje de apoyos y estímulos en relación al PIB para combatir los efectos económicos y sanitarios de la pandemia, por ejemplo, el Reino Unido va en 17.7%, Francia en 15.2%, Alemania 14.2%, Italia 12.7%, Estados Unidos 11%, Corea 4.3%, Brasil 3.9%, Argentina 3.7% y México 0.7%.

La experiencia nos indica que cuando nos hemos tardado en implementar planes de apoyo como el que se requiere, o que estos han sido insuficientes,  el costo es muy alto y al final terminamos con costos mayores y tasas de decrecimiento también más elevadas.

Por otro lado, estoy convencido de que si actuamos rápido y de manera contundente, podríamos aprovechar los tratados comerciales que tenemos, restaurar nuestras cadenas productivas, incentivar la recuperación del empleo formal  y la salud. Con esto podríamos aprovechar la situación global actual para posicionarnos como un país abierto y altamente competitivo, lo cual sin duda nos ayudaría a recuperar una tasa de crecimiento sana y sostenible, a recuperar la confianza de nuestros inversionistas, y a revertir la expectativa negativa de las calificadoras.

Por el bienestar de todos, y aunque suene trillado, por el bien de los que más lo necesitan, necesitamos actuar rápido y de manera contundente con un plan, con un pacto nacional, que nos una a todos para establecer objetivos comunes para restaurar la salud, el empleo, y la confianza de nuestros inversionistas. Y si es necesario para alcanzarlo el tener que incrementar de manera temporal la deuda, no nos debería asustar, siempre y cuando ésta se encuentre encaminada a proyectos socialmente rentables y responsables.


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La nueva normalidad

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Todos hemos estado leyendo o escuchando que después de esta crisis sanitaria las cosas no volverán a ser iguales, que nuestra normalidad cambiará.

En un principio, suponemos que será paulatino el regreso a la rutina, y aquí nosotros podremos tomar el ejemplo de otros países que estarán ya terminando el aislamiento, para retomar las mejores prácticas. Deberíamos observar y aprender de ellos, y así anticiparnos a los cambios.

Con toda certeza las cosas cambiarán, y sobre todo al principio; vendrá una explosión del e-commerce para la adquisición de muchos productos; al viajar por avión, además de las medidas de revisión por seguridad, ahora incluirán un sinnúmero de precauciones sanitarias; el turismo se reactivará a nivel regional en una primera etapa, y poco a poco a otros destinos; las reuniones, consejos, comités y juntas de trabajo en gran medida de manera virtual; inclusive podríamos pensar que aumentarán las consultas médicas remotas, y podría continuar con muchas más actividades que cambiarán.

pandemia coronavirus
Ilustración: El Mundo.

Un claro ejemplo que será diferente es lo que antes era una sencilla experiencia al acudir a una tienda a comprar algún artículo como una chamarra, un abrigo, un pantalón o unos lentes. Seguramente habrá control para el acceso a las tiendas –nos tomarán la temperatura–, desde el número de personas que puedan entrar hasta la utilización de cubrebocas y gel antibacterial. Probablemente no se aceptará efectivo, tendrá que haber control y desinfección de  los artículos que se pruebe un cliente y de todo lo que toque; en fin, podemos imaginarnos que lo que era una actividad cotidiana y simple, ahora será algo más complejo y que requiera cuidado.

Todo esto no nos debería preocupar, tendremos que ajustarnos y adaptarnos de buena manera y todos cooperando con la cordialidad y alegría que implicará regresar a nuestras actividades más sencillas, desde acudir a un centro comercial, a un restaurante, ir al cine, al boliche, a un bar o a jugar domino.

Nos debería preocupar que no tengamos pronto y de manera contundente establecidas las suficientes medidas para que se dé una sana recuperación de la salud y del empleo. La solución es que tengamos un Plan Nacional para que el país crezca de manera sostenida y sustentable. Ésta debería ser la preocupación y ocupación de todos.

Necesitamos pedirles a nuestros gobernantes y autoridades, a los partidos políticos, a nuestros organismos gremiales, a nuestras instituciones y a nuestro sindicato, tener pronto un plan, un gran pacto nacional cuyo objetivo sea recuperar nuestra salud, empleos y crecer.

En los últimos días hemos visto un enorme esfuerzo de parte del Banco de México, del Consejo Mexicano de Negocios y del Ejecutivo, pero desafortunadamente parece insuficiente, sobre todo porque no se ve un esfuerzo coordinado que abarque a toda la sociedad persiguiendo un mismo objetivo.

nueva idea y plan después del covid
Ilustración: Share America.

El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) está organizando un gran pacto nacional para recuperar los empleos y el crecimiento del país. Este plan incluye 10 acuerdos fundamentales y 68 propuestas específicas. Es urgente que todos participemos y ayudemos a su implementación, lo importante es que actuemos todos coordinados. Cuando nos referimos a todos implica a los cuatro grandes sectores de nuestra sociedad: el público, el privado, el obrero y la sociedad civil.

El que logremos restablecer una nueva normalidad y que ésta tenga éxito y sea permanente, implicará que el pacto apoye a los que más lo necesitan, a los que perdieron su trabajo o su empresa, y a los que estuvieron enfermos.

Por esto es fundamental, por no decir vital, que todos estemos involucrados en un gran acuerdo que busque el bienestar de todos, y sólo lo lograremos recuperando la salud y los empleos.  Entre más pronto lo implementemos y pongamos a funcionar, será factible el regreso a una nueva normalidad.

En cualquier escenario que queramos ver o desarrollar, en cualquier acuerdo o pacto que se implemente, existe una constante para que regresemos a una normalidad que beneficie a todos y, de nuevo, a los que más lo necesitan, y ésta es que el país crezca de manera sostenida, y para que lograrlo debemos recuperar la confianza de nuestros inversionistas, de nuestros ahorradores, de nuestros consumidores, y de nuestra gente.


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Pacto para recuperar la salud y el empleo

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Esta pandemia debería ser contraatacada con un Pacto global para recuperar la salud y el empleo, este acuerdo debería ser mundial, para lograrlo necesitaríamos un líder moral que pudiera impulsar este gran pacto, pero desafortunadamente se ve muy difícil de que se realice, por muchas razones, las diferencias económicas, religiosas, culturales, de idiomas, los intereses particulares e ideológicos de cada país, las diferentes etapas del COVID-19, todo esto me hace pensar que será casi imposible, pero ojalá me equivoque  y se logre algo de esta magnitud en el corto plazo.

Tan sólo por mostrar algunos ejemplos de lo que se está hablando alrededor del mundo, el filósofo esloveno Slavoj Žižek nos dice que La solidaridad y la colaboración global no son un idealismo, sino un acto racional, que es lo único que puede salvarnos, y El virus derribará el populismo nacionalista que busca cerrar fronteras y fomentará la cooperación mundial; y al otro lado del mundo escuchamos al filósofo surcoreano Byung-Chul Han decirnos: Viene una era de regímenes autoritarios. El virus ha conseguido que la ciudadanía apruebe mayor vigilancia digital y control policiaco por parte del Estado y Tras la pandemia el capitalismo continuará con más fuerza.

Tenemos la esperanza que pudiera salir un acuerdo global que suscribieran todos los países y que estos adoptaran los lineamientos y recomendaciones necesarias para combatir la pandemia, recuperar la salud y reconstruir el empleo necesario para que el mundo no entre en una recesión importante.

pacto recesion
Ilustración: Anthony Russo.

Hemos visto esfuerzos enormes de varios países desarrollados con ajustes monetarios, fiscales, regulatorios y sanitarios, por ejemplo, el apoyo que le dio Estados Unidos a los Estados, empresas y personas por más de dos trillones de dólares, o propuestas muy importantes como la del Banco Internacional de Pagos (BIS; Agustín Carstens); en relación a que los bancos centrales en coordinación con sus gobiernos deberían de apoyar de manera muy importante a sus bancos comerciales para que éstos financien a todas las empresas que lo necesiten, principalmente a las medianas y pequeñas –garantía gubernamental en los créditos bancarios para financiar cuentas por cobrar, lo que se conoce como “preocuparse por la última milla”, mind the last mile–.

Sin duda sería ideal que tuviéramos un pacto así, sin embargo, dada las circunstancias, se vuelve vital que tengamos en México, a nivel nacional, un Pacto para recuperar la salud y el empleo.

No importaría quien lo origine: la sociedad civil, la academia, los organismos empresariales, el Congreso de la Unión, o el Ejecutivo, lo que es fundamental es que se logre e implemente lo más pronto posible, cada día que pasa hará más difícil la recuperación. Será fundamental que todos lo suscribamos, no podemos pensar que tendrá éxito si no lo adoptamos todos, buscando entre todos, el bien común.

Este pacto no debe tener color político ni religioso, ni de ningún tipo, debe buscar establecer las bases, las prioridades, los lineamientos, de lo que tenemos que hacer para recuperar la salud y el empleo lo más pronto posible.

Cuando los mexicanos hemos tenidos desgracias parecidas, nos hemos unido, el ejemplo de lo que hemos logrado después de los temblores ha sido extraordinario, tal vez por su inmediatez, o por la urgencia de actuar para salvar vidas, o porque sólo atacó a ciertos puntos geográficos.   

remar juntos
Rowing Painting (tomada de Art Ranked Discovery Engine).

La diferencia con la pandemia del COVID-19 es que ésta nos va lastimando, nos va mermando poco a poco a todos y por todo el país, sin mirar color de piel, religión, estado social, etc. Esto lo hace mucho más difícil, pero por eso mismo, mucho más urgente.

Tenemos en nuestro querido país, una sociedad que quiere salir adelante, grandes mentes, instituciones y funcionarios de primera, grandes empresas de todos los tamaños, empresarios comprometidos con México, y universidades de nivel mundial.

Seguro que, si nos lo proponemos, podemos llegar a un gran acuerdo social para lograr lo que necesitamos con la finalidad de salir adelante. Tenemos que poner en la mesa, por delante de los intereses individuales, sectoriales o políticos, las propuestas que ayuden a quien más lo necesita, tanto desde el punto de vista médico como económico.

Están saliendo muchísimos afectados colaterales en el caso de la salud y del empleo, muchas familias muy afectadas por perder a un ser querido, pero también por los daños sociales, psicológicos, y claro, económicos.

El aislamiento forzoso está cambiando radicalmente la forma de consumir, de vivir, de convivir, necesitamos apoyar a una cantidad importante de industrias, de negocios, de gente para que puedan salir de esta crisis. Necesitamos que este problema de aparente liquidez no se convierta en un problema permanente y de solvencia, y esto sólo lo lograremos si actuamos muy rápido y de manera contundente.

salud, gráfica
Imagen: Blogs.

Necesitamos este pacto por muchas razones, pero creo que la principal es que de no hacerlo estaremos creando una sociedad dividida, polarizada, enferma física, mental y económicamente, sin un rumbo que busque el bien común y el apoyo a los más necesitados. De no hacerlo, cada quien tratará de recuperarse como pueda, sin un orden y objetivos claros, y esto además podría ocasionar abusos y afectar a los que más lo necesitan.

Perdón por reiterarlo, pero es vital sumar, es tiempo de que todos jalemos parejo.

Necesitamos un pacto de manera urgente para unificar a todos hacia un mismo rumbo, para que todos pongamos de nuestra parte de manera ordenada, organizada. Estamos todos en una gran barca y necesitamos remar al mismo tiempo, con el mismo ritmo y hacia un destino único, el bien común.

Al lograr este pacto, además de que estaremos estableciendo un precedente a nivel global, implementaremos lo que se necesita para restablecer el crecimiento del país. Esto es fundamental para recuperar la confianza de los inversionistas mexicanos y extranjeros para volver a consumir en cosas tan sencillas como ir al cine o a un restaurante. Necesitamos cambiar la tendencia negativa de las calificadoras, así como transformar y recuperar nuestro camino hacia un país sano, con un sentido social y con una meta: que todos trabajemos por recuperar nuestra salud, nuestros empleos, buscando siempre el bien común, con un crecimiento sostenible y sustentable.


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Adiós a un amigo

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A mi amigo Jaime Ruiz Sacristán.

Tenía preparada una reflexión acerca de la educación y el empleo que dejaré para otra ocasión. El domingo en la mañana recibí la terrible noticia de que se nos adelantó un buen amigo, y cualquier otra reflexión parece trivial o inútil.

Cuando pasamos por momentos como éste, perder a una persona querida, a una persona cercana y, sobre todo, en las circunstancias actuales, nos hace reflexionar sobre lo que hacemos en la vida diaria y cómo lo hacemos. Qué tan cerca estamos de las personas que realmente importan y si nos hemos tomado el tiempo para que sepan cuánto las apreciamos, o lo importante que son para nosotros. Cuando vemos hacia atrás creo que nos quedamos cortos y pensamos que siempre habrá un mañana para decírselos, pero lamentablemente no es así.

Por otro lado, el confinamiento que vivimos hoy por la contingencia sanitaria no nos permite despedirnos de nuestros seres queridos como quisiéramos, ya sea de acuerdo a nuestra religión o costumbres, y nos limita a no poder asistir a un encuentro para abrazar y mostrar nuestro respeto y cariño a sus familiares, y darle el último adiós a un amigo. Esta restricción y separación física lo hace particularmente difícil para todos, pero especialmente para su familia, nuestro más sincero acompañamiento desde aquí.

A Jaime tuve la suerte de conocerlo en la universidad, después en los años setenta coincidimos en Citibank donde fue mi jefe y desde entonces conservamos una amistad que pasaría por diferentes etapas, y que en varias comidas nos poníamos al corriente de nuestras vidas.

Era un hombre muy preparado, inteligente, excelente negociador, con gran sentido del humor, accesible, y principalmente íntegro, siempre firme en lo que creía y pensaba, me tocó conocerlo como jefe, como amigo, y recientemente en una relación muy particular, como Presidente de la Bolsa Mexicana de Valores y yo representando a sus clientes, a las Casas de Bolsa. Algunas veces estuvimos sentados en el lado opuesto de la mesa y siempre fue muy duro con sus posturas pero muy respetuoso, todo el tiempo buscando cómo resolver de manera constructiva y pragmática cualquier problema. Muchas otras veces trabajamos juntos en proyectos para desarrollar el mercado de valores, siempre positivo, siempre creativo y echado para adelante, una persona de primera con una gran calidad humana.

Sin duda, el sector financiero y el sector privado lo extrañarán, fue director general y consejero de grupos financieros y bancos nacionales y extranjeros, consejero de empresas industriales,  Presidente de la Asociación de Bancos de México y Presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, tan sólo recordando algunos de sus muchos logros.

Para Maribel, sus hijas, nietos, hermanos, y a todos sus familiares, amigos y colaboradores, nuestro más sentido y afectuoso pésame, y me atrevo, por las circunstancias actuales, a decir que muchísimas personas se suman a este mensaje.

Adiós a un amigo, compañero y gran ser humano… quedó una comida pendiente. ¡Te vamos a extrañar!


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