¿Podría ser ...?

¿Pienso, luego existo?

Lectura: < 1 minuto

¿Nuestros pensamientos son en realidad nuestros?

Todos los días escuchamos noticias en la televisión, en internet, en la radio, en los teléfonos celulares, en los periódicos y revistas. En todos ellos se dan opiniones de los asuntos que acontecen diariamente. Algunos son verdad y otros tantos son mentiras, pero tienen el peso suficiente para que los demos por ciertos y los hagamos nuestros.

Entonces, algunos tomamos la opinión de alguien más y la adoptamos como si fuera nuestra, como si conociéramos el asunto y domináramos todos los detalles importantes  para tener una opinión fundada.

¿Y qué pasa después? Emitimos un veredicto y nos aferramos a él. Será ya difícil que alguien haga que cambiemos de opinión.

Pero qué tal que la opinión que leímos o escuchamos es sobre una noticia falsa, o es imparcial, u obedece a ciertos intereses.

Al final del día, muchos nos encontramos repitiendo una y otra vez esas opiniones, y con eso, somos cada vez más y más personas diciendo lo mismo sobre algo, lo cual a la larga, terminará por convertirlo en verdad, aunque no lo sea.

Entonces, ¿podemos estar seguros de que tenemos pensamientos propios? O más bien ¿será que son discursos prefabricados que hablan a través de nuestras bocas?


También te puede interesar: Big Bertha.

Big Bertha

Lectura: 2 minutos

¿Sabes cuántos años vive una vaca?

Una vaca puede vivir en promedio alrededor de 20 años, aunque pueden llegar a vivir muchos años más.

Millones de vacas –cientos de miles de familias– mueren todos los años a temprana edad.

Las hembras son embarazadas constantemente –inseminadas artificialmente– para que produzcan leche, la cual en lugar de darle a sus crías –para cumplir con su función de alimentarlas– es comercializada, y ya cuando cumplen 5 o 6 años y su producción de leche disminuye, deja de ser rentable y se van al matadero.

Mientras que los machos, que no pueden dar leche, se convierten pronto en carne para comer.

¿Es justo que vivan y mueran para ser explotadas, sólo para alimentarnos?

¿Son tan siquiera benéficos para nosotros los productos lácteos? ¿O son perjudiciales y nos hacen daño?

¿Necesitamos de su carne para alimentarnos? ¿O existen otros alimentos que los pueden suplir y nutrirnos?

vaca y su becerro
Ilustración: Flickr.

Imagina a una vaca anciana, llamémosla “Big Bertha” en honor a la vaca irlandesa que murió en 1993 cerca de cumplir 49 años –es la más vieja de la que se tienen registros– y de haber parido a no menos de 39 becerros.

Pensemos en Big Bertha a los 20 años viviendo en un campo muy grande. Ella es una de las pocas afortunadas que no han sido domesticadas por el hombre para vivir en una granja o un establo, y por lo tanto, no ha sido explotada para quitarle su leche ni ha muerto para convertirse en productora de carne.

Ha vivido una vida libre de estrés y tiene una familia grande. Es madre de 10 hijos –terneras o becerros–; 5 hembras y 5 machos, y abuela de 50; 30 hembras y 20 machos.

Big Bertha está tomando el sol después de haber pastado, junto a ella están sus hijos y nietos. Por la noche, todos están acostados y arropados con frazadas calientitas y platicando acerca de su día y conviviendo en familia.

Unos días después, Big Bertha muere por causas naturales en compañía de sus seres más queridos. Se puede ver su sonrisa mientras exhala su última respiración.

¿Acaso las vacas no sienten y merecen algo mejor?


También te puede interesar: La apariencia de las cosas.

La apariencia de las cosas

Lectura: < 1 minuto

¿Cómo saber si fallaste en algo porque tenías que fallar?

A lo mejor fallaste porque te equivocaste y lo hiciste mal, o simplemente porque tu destino era otro y ésa fue la forma de que cambiaras.

De ser así, entonces dejaría de ser un fracaso y sería únicamente la experiencia y el aprendizaje que te dejó, para en realidad poder perseguir lo que debes de, y no perder más el tiempo.

Y claro, eso cuando puede estar en tus manos, porque debe de haber situaciones en las que dependas de otras personas sin saberlo y quién sabe si cosas buenas o malas. Es más, podría ser que al matar a una persona no estés haciendo nada malo sino equilibrando el mundo y haciendo lo que tenías que hacer, para lo que viniste, la misión que te tocaba en esta vida.

¿Sería entonces un asesino una persona malvada o un simple actor cumpliendo con su papel?

¿Pensamos que ser una buena persona es ayudar a los demás?

Porque si así es, entonces, ¿qué pasa si le salvas la vida a alguien? ¿No estarías atentando contra la voluntad divina?

Y de no ser así, ¿qué tal que la persona a quien le salvaste la vida resulta un violador o un asesino en serie o el destructor del mundo? ¿Qué pasa entonces? ¿Hiciste bien porque tu intención fue buena, o más bien hiciste un mal muy grande?

¿Podría un asesino ser un héroe?


También te puede interesar: Fecha de caducidad.

Fecha de caducidad

Lectura: < 1 minuto

¿Nacemos con un cronómetro invisible que contabiliza el tiempo que nos queda para vivir?

¿Está ya todo decidido y no depende en nada de nosotros y de nuestras decisiones?

Cada día mueren alrededor de 155 mil personas en el mundo, por lo que en lo que va del año, han muerto aproximadamente 21 millones.

Sería ideal que la mayoría de esas personas fueran de edad avanzada y alcanzaran los 72 años, que es la expectativa o esperanza de vida que existe actualmente, pero no es así.

En un día cualquiera mueren personas de todas las edades, desde bebes, niños, adolescentes, adultos y ancianos.

fecha de caducidad
Ilustración: Daria Golab.

Algunos mueren en accidentes, otros por enfermedades, por no tener que comer, por drogas y por muy diversas causas.

¿Puede ser que todas las personas que se mueren en un día, tengan una misión en común que cumplir y por eso mueran ese mismo día?

Es decir, que no haya nada malo con sus muertes, sino que simplemente todas ellas de acuerdo con sus características, tengan un trabajo que hacer en otro lado y por eso sean ellas y no otras las que dejen este mundo para irse a otro.

¿O puede ser que sea fortuito y no tenga finalidad alguna?

¿El día de nuestra muerte es una casualidad o es destino?


También te puede interesar: Siempre esperando.

Siempre esperando

Lectura: < 1 minuto

Si guardas lo mejor para el final, y antes de que llegue alguien te lo quita, entonces ¿no hubiera sido mejor disfrutarlo desde el principio y no correr riesgos?

Todos tenemos cosas que guardamos para momentos especiales, como esa botella de vino esperando al cumpleaños, graduación, ascenso en el trabajo; el traje o vestido para una cita o evento importante; el regalo para alguien muy querido para cuando sea mayor; el dulce que nos encanta y que comemos desde pequeños pero que ya dejaron de producir y que estamos atesorando para comerlo en el futuro; el collar o anillo de nuestros abuelos para el día que nos casemos.

¿Qué pasaría si ese día nunca llegara?

siempre esperando esa llamada
Ilustración: Tierra Connor.

El momento perfecto es el que queramos que sea, sin necesidad de que pase algo especial o extraordinario. Puede ser ahora mismo que estamos en casa viendo la televisión, caminando en el parque, tomando una taza de café con un amigo, de visita en casa de nuestros papás, en la oficina leyendo el periódico, en el gimnasio, en nuestro medio de transporte, en una junta virtual de trabajo, o simplemente sentados junto a una ventana viendo cómo llueve.

¿Esperar para celebrar, mejora en algo la experiencia?

¿Vale la pena arriesgar por algo que no sabemos si pasará?

¿Acaso es mejor el futuro incierto que nuestro presente?


También te puede interesar: La honestidad y el fin del mundo.

La honestidad y el fin del mundo

Lectura: 2 minutos

¿Hace cuántos minutos dijiste una mentira?

Si todas las personas fuéramos honestas y dijéramos lo que en realidad pensamos, el mundo se acabaría en un día. Pero sería un día real, auténtico.

¿Valdría la pena, o es que es mejor vivir en un lugar de hipocresía del que todos formamos parte?

24 horas ininterrumpidas en las que expresáramos nuestros pensamientos de manera libre y espontánea, sin restricción alguna.

Como si regresáramos a ser niños otra vez y contestáramos las preguntas que nos hacen con la más absoluta verdad y sin pena alguna.

honestidad y mentiras
“Beautiful Lies” – George Kordis.

¿Seríamos capaces de soportar que nos llamen tontos, incompetentes, feos, gordos, chaparros, insoportables…?

¿Podríamos escuchar verdades que duelen y lastiman sin hacer nada al respecto?

¿Perdonaríamos a quienes nos hacen sentir así?

Yo creo que no. No es que no sepamos lo que somos o cómo nos vemos, sino que a nadie le gusta oír lo que le incomoda.

Entonces pienso que después de atacar verbalmente a las personas que nos agreden con sus comentarios, probablemente nos iríamos a los golpes y sería difícil detenernos hasta que pudiéramos saciar nuestra ira, y para entonces, uno o más terminaríamos muertos.

Seguro es más agradable que en tu casa te digan que te ves muy bien con la ropa que te pusiste; que te aman más de lo que te amaban ayer; que valoran el trabajo que haces dentro o fuera de la casa.

honestidad y mentiras
Ilustración: Unbabel.

Que en el trabajo te feliciten por esas ideas tan brillantes que tienes; que contar contigo les da tranquilidad y certeza de que las cosas se harán bien.

También tus amigos, imagínalos diciéndote que eres el mejor amigo que alguien podría tener; el más inteligente.

Y así, mucha gente, los empleados de la tienda, en restaurantes, cine, teatro, o cualquier otro lugar que visites, al verte sonrían diciendo lo afortunados que son al tenerte con ellos en ese momento.

Que en los periódicos, revistas, programas y noticieros se hable de lo bien que está el mundo; que todo es perfecto y somos la mejor sociedad.

Entonces, ¿existen mentiras que aunque sepamos que lo son, en realidad lo que hacen es ayudar a mantener el orden de las cosas?


También te puede interesar: ¿Sabes quién eres?

¿Sabes quién eres?

Lectura: 3 minutos

¿Eres, quien eres, o en quien te convertiste con el paso del tiempo?

La mayoría de las personas hemos dejado de ser quienes éramos para convertirnos en lo que somos.

Cuando somos niños, tenemos el mejor regalo del mundo, un regalo que no cuesta nada y que nos mantiene por siempre felices. Ese regalo es el de la inocencia.

Bendita inocencia que nos protege de todo lo malo que existe, y que nos permite creer que las cosas y los acontecimientos diarios son mágicos y perfectos.

¿Por qué hemos cambiado y abandonado a nuestra mejor versión?

Cuando vamos creciendo y nos convertimos en adolescentes, vemos cómo la realidad nos arrebata esa inocencia y nos obliga a abrir los ojos y aceptar que las cosas son como son y no como quisiéramos que fueran.

quien eres
Ilustración: Anna Goodson.

Conforme seguimos avanzando en la vida y empezamos a pensar en formar una familia propia, nos encontramos con la dificultad de conseguir un trabajo que nos permita sobrevivir y al mismo tiempo que no sea tan demandante de nuestro tiempo, para que podamos convivir en casa con nuestros seres más queridos.

Aparecen los hijos –lo más importante del mundo– y con ellos, junto con la alegría y las ganas de vivir y ser felices, también se incrementan los gastos y las preocupaciones, y emergen todo tipo de cuestionamientos:

¿Podré mantener a mi familia?

¿Seré capaz de darles todo lo que se merecen?

¿Tendré suficiente tiempo, energía y amor para darles? (…)

Y esto pensando que tenemos un trabajo, porque si no lo tenemos:

¿Qué haríamos para salir adelante? (…)

Pues haríamos todo lo necesario, y esto implica que no habría límites morales ni legales para lograrlo.

quien eres en realidad
Ilustración: Emily Wren.

Pasan los años y después de un gran esfuerzo para mantener a la familia unida y a los hijos estudiando y fuera de peligro –claro, en caso de haberlo logrado–, llega el tiempo para que ellos mismos decidan qué hacer de su vida y comiencen a trabajar y a formar su propia familia.

Si tenemos la fortuna suficiente, nuestros hijos nos convierten en abuelos y nos llenamos una vez más de energía, deseos e ilusión de vivir y seguir luchando.

Después, llega el momento en que nuestros nietos forman su propia familia, y para entonces, ya somos gente de edad avanzada y en la parte final de nuestra vida.

Ya no tenemos la misma fuerza, la misma energía, ni somos los mismos soñadores que alguna vez fuimos.

Por nuestra edad, es cada vez más difícil conseguir un trabajo o mantener el que tenemos, y entonces empezamos a depender de nuestros hijos para que ayuden con dinero para poder tener un techo en el cual vivir y alimentarnos.

Esto siempre y cuando sigamos en contacto con ellos, y si lo estamos, dependemos de que estén en una buena posición económica y de que nos quieran o puedan ayudar.

saber quien eres
Ilustración: Wenjia Tang.

Claro que también –si no hemos muerto por algún accidente– existe la posibilidad de que surja alguna enfermedad mortal que termine con nosotros y deje a nuestros hijos y familia en la pobreza económica –al destinar su dinero para pagar clínicas, hospitales, doctores, enfermeras, medicinas, ayuda–, y con una gran tristeza.

Pero la vida sigue para los que se quedan un rato más en ella, mientras se siguen esforzando para intentar ser felices y salir adelante junto con su familia.

Así es que la pregunta del principio, regresa a ser la pregunta del final:

¿Eres, quien eres, o en quien te convertiste con el paso del tiempo?


También te puede interesar: El bosque imaginario.

El bosque imaginario

Lectura: 2 minutos

¿Qué es más real, lo que está adentro de tu mente o lo que está afuera?

Imagina que te hallas en un bosque, un lugar en el que nunca has estado antes. El sol está por desaparecer, pero aún hay luz de día suficiente para que puedas ver todo con claridad.

Te encuentras rodeado de todo tipo de animales salvajes (osos, jaguares, tigres, gorilas…), así como de cazadores que tienen pistolas, rifles, bayonetas y cuchillos, y que odian a los intrusos que aparecen en su bosque.

No sabes qué hacer para salir de allí, y muy dentro de ti, algo te dice que no vas a poder escapar.

Una manada de tigres camina de frente lentamente hacia ti, al mismo tiempo que dos jaguares avanzan y se acercan por tu espalda. Por tu lado derecho están una familia de osos y gorilas, y por el izquierdo los cazadores, que te observan fijamente mientras preparan sus armas y se alistan para atacar.

bestias del bosque
Imagen: British Museum.

¿Qué harías para no morir en ese lugar?

¿Intentarías correr? No hay a dónde correr.

¿Pelearías contra los animales? No les puedes ganar.

¿Tratarías de convencer a los cazadores para que te dejen ir? No los puedes convencer, ni siquiera entienden lo que dices, no hablan tu idioma.

¿No harías nada y esperarías a que los animales y los cazadores se cansaran y se fueran del bosque? No se van a ir.

Te quedan unos segundos para escapar antes de que te maten. ¿Qué haces para no morir? (busca la respuesta al final del artículo).

¿Qué pasaría si nada fuera real, si todo lo que creemos que existe es sólo un estado de la mente que lo refleja?

¿Puedes asegurar que lo que estás viviendo en este momento es real?  

¿Qué tal si nada de lo que creemos existe, o peor aún, existe?


Respuesta: Para escapar y no morir, sólo tienes que dejar de imaginar que estás en el bosque.


También te puede interesar: Planeta Tierra versión Beta: el programa favorito de la galaxia.