Sin duda transcurrimos por una difícil etapa de la ya larga pandemia por SARS-CoV-2, la peor contingencia sanitaria de nuestra época; tanto en Europa como en América se enfrenta un rebrote que se caracteriza por un incremento en el número de casos y desgraciadamente en el número de fallecidos; aunque está a la vista la vacunación, aún tenemos enfrente un periodo que quizá sea largo antes de poder decir que se controla.
Para mi columna de esta semana, a propósito de que mi esposa –quien encabeza un grupo de investigación en la UNAM– escribió un mensaje para sus colaboradores con motivo de las fiestas y de fin de año, y el cual me pareció relevante, decidí compartirlo con mis lectores en esta ocasión.
“Queridos compañeros:
Estamos en el momento más difícil de nuestra existencia como seres humanos, enfrentando una pandemia con consecuencias que aún no conocemos.
No es tiempo de mirar atrás sino tomar acciones personales que pueden hacer la diferencia entre sumar más muertes o disminuirlas.
Hoy no interesa lo que hagan las autoridades ni lo que nos informen el Presidente, el Secretario de Salud, el Sr. López-Gatell ni el secretario Ebrard.
Hoy los que tenemos en nuestra mano hacer la diferencia somos nosotros.
El problema es tan inmenso a nivel mundial, que todo el trabajo y esfuerzo de los científicos que han dedicado cada hora de sus vidas para darte la oportunidad de contar con una vacuna y todo el inmenso sacrificio que realiza el personal de salud en todos los hospitales del mundo que han perdido la vida por ti y tu familia, podría ser inútil.
Hoy te pido, te suplico, que regales al mundo y a la humanidad 25 días de reclusión en tu casa y usar las medidas de higiene dentro de ella para poder salvar vidas, para poder disminuir la transmisión de este virus a niveles que nos permita que la vacunación funcione.
El acceso a la vacuna cuesta, no es gratuito, ya la estamos pagando todos los contribuyentes, no es un regalo del gobierno y seguiremos contribuyendo para que todos contemos con ella.
Pero te necesitamos sólo 25 días de tu vida para estar en posibilidades de ganar la batalla.”
Dra. Cecilia Ximénez García.
(Investigadora de la Facultad de Medicina de la UNAM).
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