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Comercio Electrónico en 2020: Balance en Tiempos de Pandemia

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Uno de los sectores que ha tomado impulso durante los presentes tiempos pandémicos es aquel de comercio electrónico (eCommerce y mCommerce). Ello, al ser plataforma eficiente, efectiva, ubicua y oportuna de aproximación entre compradores y vendedores sin la necesidad de desplazarse de casa, para así evitar riesgos de contagio y propagación del coronavirus.

Al tercer trimestre del 2020 (3T-2020) y después de un confinamiento de la mayor parte del año por la pandemia del coronavirus, se ha generalizado la realización de actividades cotidianas a través de internet y de los dispositivos de conectividad.

No sólo estudiamos, trabajamos y nos entretenemos por esta vía, sino también, hemos trasladado nuestra transaccionalidad, es decir, la adquisición de bienes de consumo diario y otros productos, a plataformas digitales.

Al 3T-2020, se contabilizan en México un total de 63.0 millones de usuarios de comercio electrónico, que representa una proporción de 74.0% del total de internautas en el país (85.1 millones) y resulta ser 13.1% superior en su comparativo con el 2T-2019. En otras palabras, durante lo que va de 2020 y derivado del ‘empujón digital’ por la pandemia, se abonaron un total de 3.3 millones de usuarios.

Sin duda, el confinamiento ha resultado ser catalizador del comercio electrónico. Sin embargo, en esta categoría se encuentran una gran variedad de actividades, en donde son identificables ganadores y perdedores.

Actividades Esenciales al Alza

Entre aquellas que se vieron favorecidas en mayor proporción, se encuentran las denominadas actividades esenciales, es decir, que han sido fundamentales para sortear los requerimientos sociales más básicos durante este periodo pandémico.

La actividad que registra una mayor cantidad de usuarios es la de solicitud de servicio de transporte privado o taxis. Estas plataformas, entre las que se encuentran UBER, DIDI y BEAT, lograron en su conjunto un total de 17.8 millones de usuarios, 83.5% más frente al 2T-2019, por la masificación en el acceso de la conectividad móvil y la relevancia que ha tomado para los usuarios contar con un transporte directo al domicilio, evitar salir en su búsqueda a la calle y, con ello, aminorar la probabilidad de contagio.

En segundo lugar, se encuentran los pagos de servicios. Agua, electricidad, internet, teléfono, entre otros servicios, han sido de importancia crucial para continuar conectados durante la pandemia. De esta forma, 14.2 millones de usuarios (+132.8% en su comparativo con el 2T-2019) optaron por migrar al pago de estos servicios de forma digital.

comercio electronico

La compra de comida a domicilio también es de las actividades con mayor impulso, al pasar de 2.9 millones de usuarios en el 2T-2019 a 11.3 millones en el 3T-2020 (crecimiento de 289.7%). Una gran cantidad de restaurantes tuvieron que cerrar sus puertas y optar por la entrega directa al hogar. De esta forma, los usuarios migraron a plataformas digitales para adquirir alimentos y bebidas.

Por su parte, la compra de despensa registró un crecimiento de 54.8% al pasar de 3.1 millones de usuarios en el 2T-2019 a 4.8 millones en el 3T-2020. Si bien esta actividad ha sido una de las de mayor crecimiento durante el confinamiento, el grueso de la población continuó haciendo compras en forma física. Ello debido al no cese de la operación de la mayoría de las tiendas durante la pandemia, la implementación de medidas de prevención de contagio, así como la menor frecuencia de compra y planeación por parte de los consumidores. A pesar de ello, se abonaron 1.7 millones de nuevos usuarios.

Actividades en Descenso

En el balance general del comercio electrónico durante la pandemia, varios rubros de intercambio de bienes y servicios en línea reportaron resultados negativos, incluso habiendo perdido usuarios.

Por ejemplo, aquellas pertenecientes al rubro del esparcimiento.

La compra de viajes en línea registra una disminución de usuarios -51.6% con respecto al 2T-2019, al contabilizar 2.7 millones de usuarios al 3T-2020. Ello ocasionado por la restricción de viajes al extranjero, las limitaciones a la movilidad impuestas por el gobierno y también las precauciones tomadas por los mexicanos.

La industria más afectada fue la de entretenimiento presencial. El cierre de teatros, ferias, conciertos, eventos deportivos, entre otros; ocasionó que esta categoría sólo alcanzara 2.0 millones de usuarios al 3T-2020, menos de la mitad de los registrados en el 2T-2019 (4.4 millones). De hecho, la reapertura de cines y las medidas que han tomado para darle confianza y seguridad a los usuarios fue lo que le permitió a esta actividad atenuar su caída.

Con todo, el comercio electrónico registró un empuje adicional a su tendencia orgánica observada durante los últimos años, a partir del confinamiento social ocasionado por la crisis sanitaria. No obstante, no se convirtió en una suerte de Rey Midas para todos los mercados que cuentan con escaparates digitales para la venta de sus productos y servicios.

Al interior, se identifica que no todas las actividades se han visto favorecidas, ante el desconocimiento de los hábitos de consumo en línea de los usuarios y la imposibilidad de adaptarse a las circunstancias sanitarias y económicas adversas, lo que ha derivado en la existencia de ganadores y perdedores durante la pandemia.


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La aplicación que salvará tus documentos en caso de sismo

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Mediante este sistema digital los ciudadanos podrán encontrar de forma muy rápida y sencilla, todas las instrucciones de qué hacer en caso de un sismo o una emergencia.

Víctor Hugo Romo de Vivar Guerra, alcalde de Miguel Hidalgo, anunció la nueva aplicación en la página de internet institucional, la cual permitirá a los ciudadanos escanear sus documentos personales mediante un código QR que te dirige a un micrositio que estará ubicado en la página de la alcaldía.

Esta herramienta innovadora fue creada para conceder a los ciudadanos miguelhidalguenses un respaldo seguro de sus documentos en la nube ante la posibilidad de cualquier emergencia o desastre natural.

A la par, se entregó por parte de la alcaldía 100 “Mochilas de Vida” en la Unidad Habitacional Marina Nacional, para arraigar la cultura de la protección civil en la población y dar a conocer a los vecinos la importancia que tiene esta herramienta ante el impacto de un fenómeno perturbador, la cual puede salvar vidas después de un siniestro.

miguel hidalgo mochilas de vida

Cada mochila contiene: un radio portátil, pasta de dientes y cepillo para una persona, una botella de gel antibacterial de 600 ml, libreta y pluma, dos botellas de agua de 600 mililitros, papel de baño, una barra de cacahuate, dos latas de atún y un encendedor.

También, está equipada con una cobija, una lata de verduras, un sobre de avena, una caja de cereal, una linterna, tres pilas triple A, un silbato, comida para para perro y gato y un celular de emergencia.

Tomando en cuenta los protocolos sanitarios de no realizar simulacros para evitar aglomeraciones, el área de Protección Civil de la Alcaldía destinó una brigada de búsqueda y rescate para atender la hipótesis de un sismo de 7.2 grados en la escala de Ritcher.

China: sistemas de pagos vía Apps e inclusión social y financiera

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Hemos visto con interés y asombro cómo en China se han introducido nuevas formas de pago en tiempo récord a través de las aplicaciones (Apps) Alipay (de Alibaba, similar a Amazon) y WeChat Pay (perteneciente a TenCent que contiene la red social más importante del país, Webchat, similar a Facebook). Estas Apps surgieron a mediados de la década de 2000, pero despegaron realmente en 2014 y actualmente cuentan en conjunto con casi dos mil millones de usuarios, de forma que procesan alrededor la tercera parte del gasto en consumo en China (The Economist).

Su crecimiento, además, es rapidísimo. En los primeros diez meses de 2017 se habían registrado cerca del equivalente a 13 billones (trillion en inglés) de dólares en pagos a través de celulares, es decir, 38% más que en igual período en el año anterior (Xinhua, citado por American Banker). Las dos mayores Apps mencionadas daban cuenta de más del 90% de las transacciones hechas en forma digital en 2018.

Sin duda ha ayudado a esta revolución en los sistemas de pago la gran penetración de teléfonos móviles e Internet en China. En junio de 2019 había 829 millones de usuarios de Internet en el país (19% del total de usuarios en el mundo).

Pareciera que China se ha saltado las etapas por las que han pasado los países industrializados y muchos otros en los sistemas de pago: en lugar de evolucionar desde los pagos en efectivo, a los pagos vía cheques, al uso de tarjetas de débito y crédito, y posteriormente a pagos digitales vinculados al sistema de tarjetas, han ido directamente a los pagos digitales y sin pasos intermedios (aunque sí requieren una cuenta bancaria donde están los fondos que se transfieren a las billeteras electrónicas). Esto se explica en parte por el rápido avance en plataformas digitales (comerciales) comparado a la evolución más lenta de los medios de pagos también digitales (financieros) en ese país. Así, por ejemplo, la plataforma comercial Taobao incorporó a Alipay en ella para que sus clientes pudieran pagar digitalmente sus compras dentro de la propia plataforma. WeChat Pay tiene una historia diferente, pero también cubre una necesidad de financiamiento entre individuos que no estaba disponible (véase la historia de WebChat Pay a propósito de los regalos monetarios en sobres rojos).

Sobre rojos.
Imagen: Confucio Magazine.

Las ventajas de estas nuevas formas de pago las experimentan los consumidores, que pueden hacer uso de WeChat Pay y AliPay para comprar mercancías, pagar servicios de utilidad pública, recibir y mandar remesas, comprar boletos de avión, pagar taxis, hacer pedidos de restaurantes, etc., obtener el servicio con gran rapidez y disfrutar de la comodidad y mayor seguridad de no tener que portar efectivo. Las cualidades de este sistema no son menores para los propios vendedores. Según un estudio reciente de Brookings Institution, los comerciantes en China se han resistido a obtener lectores de tarjetas bancarias, porque es un costo que no están dispuestos a absorber ni han querido traspasar a los consumidores. Para que esos lectores funcionen necesitan, además, sistemas telefónicos alámbricos o inalámbricos, lo cual también tiene un costo que no han estado dispuestos o en condiciones de pagar, especialmente cuando se trata de pequeños y micro-comerciantes.

La disponibilidad de teléfonos móviles inteligentes ha permitido a millones de personas pagar por compras hechas en todos lados a través de Apps en China. Por esta vía se pueden realizar pagos móviles (m-commerce) en forma directa y rápida en establecimientos gracias a los códigos QR (quick response o respuesta rápida). Se puede pagar de dos maneras a través de QR: el cliente escanea el código QR del vendedor, que puede estar simplemente impreso en un papel a la vista del cliente, e ingresa el monto que tiene que pagar, con lo que se envía directamente al comerciante (en este caso la conexión telefónica la aporta sólo el comprador). O bien, el cliente enseña su propio código QR en su celular al vendedor, quien lo escanea estableciendo el monto del cobro. Ambos cuentan con una billetera móvil para hacer estas transacciones. Además de su uso en comercio físico, Alipay y WeChat Pay se usan masivamente para hacer compras en línea (e-commerce). Para superar la desconfianza, se creó el sistema escrow, por el se requiere que el comprador pague antes de que se le envíe el producto, pero el pago se libera sólo después de que el bien ha llegado a su destino y el cliente confirma que es el correcto.

A las facilidades y ahorros mencionados con este nuevo sistema de pagos, hay que agregar que todas las transacciones descritas se pueden efectuar en forma gratuita. Los cobros por operaciones a través de estas App son de 0.1% a partir del retiro de 10,000 RM (US 1,400 dólares, aprox.) y también hay un costo cuando se trata de una transacción internacional. Esto contrasta con los cobros a los comerciantes en países como Estados Unidos por el uso de tarjetas de crédito, que es más de 2% del valor de la transacción por el procesamiento de la venta (por Visa o Mastercard).

No todo es tan ventajoso en las App cuando se comparan con los sistemas bancarios. El dinero que sus usuarios mantienen en sus billeteras electrónicas no genera intereses. Además, los pagos que se hacen son instantáneos, sin existir la ventaja que proveen las tarjetas de crédito de no cobrar intereses a lo largo del mes en que se efectúa la transacción. Para obtener crédito para una compra o interés sobre el ahorro hay que solicitarlo y procesarlo fuera del sistema de pagos de las App, pero se pueden conseguir dentro de cada uno de sus ecosistemas financieros.

Pago QR
Fotografía: Infotechnology.

Por otra parte, las grandes ventajas que ofrecen estas App se aplican mientras los usuarios se mantengan dentro del mismo ecosistema financiero, pues si los fondos se recanalizan al sistema bancario o a otras plataformas financieras, sí hay que pagar por ello. Tanto los ecosistemas de Alibaba (del cual forma parte Alipay) como de Tencent (que contiene a WeChat) han desarrollado todo tipo de servicios (cuentas de ahorro, de inversiones, seguros, créditos, etc…) para responder a las crecientes necesidades financieras que puedan tener los clientes. Pero la tendencia es a crear verdaderos gigantes digitales, no fáciles de controlar por parte de las autoridades de competencia. La envergadura de estas actividades financieras dio un nuevo salto a partir de que en 2018 China abrió a los extranjeros los sistemas de pagos y liquidación en línea (EIU).

¿Puede considerarse que las Apps como Alipay y WeChat Pay contribuyen a una mayor inclusión financiera en China?

(…) Sí y no (…).

El acceso a cuentas bancarias para servicios básicos como pagos y ahorro es prácticamente universal en China. Como indica el estudio muy reciente de Aaron Klein (Brookings Institution, 2019), el país cuenta con un sistema bancario sólido, indispensable para la distribución de diversos beneficios que otorga el gobierno, por lo que muchas personas tienen dos cuentas bancarias o más. También existe una extendida red de tarjetas –UnionPay desde 2002–, pero la modalidad como tarjeta de crédito no ha tenido mucho éxito en el mercado nacional.

Hasta hace poco productores y comerciantes dependían de que sus clientes contaran con efectivo, mientras que ahora con las Apps, pueden formar parte de un mercado más ágil y amplio. También los consumidores pueden adquirir más fácilmente todo tipo de productos y servicios sin tener que contar con el efectivo. Por tanto, estos mecanismos de compra-venta digitales son más incluyentes de un gran segmento de la población que usualmente sólo usaba dinero contante y sonante. Esta forma de inclusión es especialmente interesante para un país que está saliendo de la pobreza. Además, el mecanismo digital-financiero descrito es mucho más ecuánime que el sistema de tarjetas de crédito. El uso de éstas tiene un efecto muy inequitativo en los países en los que este instrumento de pago predomina. Los segmentos de altos ingresos, que cuentan con tarjetas de lujo, ven los elevados costos de ellas más que compensados por los beneficios que reciben (premios, recompensas, etc., que se traducen en mayor efectivo para ellos). En cambio, la clase media que tiene acceso a tarjetas más sencillas, y que frecuentemente caen en el pago atrasado de sus saldos deben, por tanto, cubrir altos intereses, mismos que los bancos usan para financiar los premios a los tarjetahabientes de mayor status. Por tanto, es un sistema muy costoso para aquellos de menores ingresos. El estudio de Brookings mencionado sostiene que el sistema de tarjetas de crédito tenderá a conservarse en países como Estados Unidos justamente por los beneficios que ciertos sectores obtienen a costa de otros.

Banca digital.
Imagen: GettyImages.

El Sistema de pagos no bancario a través de las Apps, también se ha extendido hacia el sector rural de China, pero en menor grado por problemas de diversa índole. A fines de marzo de 2017, Alipay tenia 163 millones de usuarios en el mercado rural  (Banco Mundial y Banco Popular de China). Sin embargo, estos modelos digitales no pueden cerrar del todo la brecha de acceso a servicios financieros que hay en la sociedad china para sectores remotos, población envejecida, y otros segmentos, por lo que se necesitan otros medios para alcanzarlos. Por tanto, si bien las Apps sí tienen un efecto incluyente, sólo pueden ser complementarias de otros mecanismos de inclusión financiera.

El mayor esfuerzo para mejorar la inclusión financiera de la sociedad china ha ocurrido en los últimos 15 años y se ha concentrado especialmente en los sectores como la población rural (43% del total de habitantes), las pequeñas y medianas empresas (PYME), los discapacitados, los sectores pobres y los adultos mayores. Esto sin duda ha contribuido a sacar de la pobreza a una parte importante de la población. Entre otros, vale destacar el plan de 2006-2008, que abrió las puertas para proveer nuevos servicios rurales financieros tales como “bancos de pueblo”, cooperativas mutuales de crédito y compañías de microcrédito de nuevo tipo (Banco Mundial y Banco Popular de China, 2018). La creación del Banco de Ahorro Postal de China en 2007 (PSBC, por sus siglas en inglés) para servir al sannong (el sector agrícola, campesinos, y sector rural, en general, las PYME, y pequeñas comunidades) y el Plan para promover el desarrollo de la inclusión financiera (2016–2020), han sido muy relevantes para bancarizar a los sectores mencionados.

Una de las lecciones que se puede extraer del caso de China es que la expansión de los sistemas de pago digital no bancario mediante las Apps, puede ayudar a mejorar la inclusión financiera de sectores importantes de la sociedad, pero es imposible que llegue a todos los grupos marginados, especialmente los del sector rural. La bancarización de este último y de otros segmentos es esencial para acercar a estas personas al mercado, pero también para evitar que fondos canalizados a estos sectores pasen por la intermediación de instancias que podrían ser corruptas o para desviarlos con otros fines, como los clientelares.

La (tímida) irrupción de la Banca Digital en México

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El Foro “No Money”, organizado por el periódico El País en la Torre BBVA de la Ciudad de México el 23 de octubre, ha puesto en la palestra un tema que está en la frontera de la discusión actual. En México, el 90% de las transacciones se hacen en efectivo, más de la mitad de la población carece de una cuenta bancaria y sólo algo más de un tercio tiene una tarjeta de crédito. En Canadá, el país que menos efectivo usa en el mundo, el 57% de los pagos se hacen sin dinero físico y los ciudadanos tienen más de dos tarjetas de crédito per cápita. Las ventajas de manejar dinero en forma virtual son evidentes pues agiliza los intercambios, reduce los costos y los riesgos de transportar o cargar efectivo (aunque el dinero virtual también tiene riesgos de otros tipos).

La carrera por desarrollar el mercado de transacciones financieras virtuales en México ya se nota. Se estima que había alrededor de 400 Instituciones Tecnológicas Financieras (ITF) antes de que se promulgara la Ley Fintech (marzo 2018), cuyo propósito es justamente empezar a normar los mercados financieros virtuales. Un signo de que esta Ley es sólo un comienzo, es que únicamente 200 de las 400 empresas mencionadas calzaban en el marco regulatorio de esa nueva ley, pues ésta reglamenta principalmente instituciones de fondos de pago electrónico (monederos), instituciones de financiamiento colectivo (crowdsourcing) y muy parcialmente las criptomonedas, pero el mercado financiero virtual es mucho más variado que el considerado en la ley. De las 200 empresas idóneas, sólo 85 solicitaron permiso a la CNBV para poder operar legalmente (las demás tendrán que dejar de funcionar en este mercado hasta que obtengan el correspondiente permiso). La mayor parte de estas empresas (60) pidieron autorización para operar como instituciones de fondos de pago electrónico y las restantes (25) como instituciones de financiamiento colectivo (CNBV). Las operaciones que se realizan a través de las ITC registradas ante CNBV, pueden ejecutarse a través de aplicaciones en teléfonos celulares o computadoras personales y tienen facultades y garantías similares a aquellas con que cuenta la banca tradicional.

Pago electrónico.
Imagen: Sopitas.

Dentro de este proceso de ordenamiento del mercado financiero digital, el Banco de México lanzó una plataforma para Cobros Digitales (CoDi) el 30 de septiembre, que opera a través del Sistema de Pagos Electrónicos Interbancarios (SPEI). Este es un mecanismo que ayuda a hacer pagos en forma inmediata vía Internet o banca móvil (con el uso de códigos QR, quick response y NFC, Near Field Communication), permitiendo reemplazar el dinero en efectivo. Sin embargo, su campo de operación aún es limitado si se compara con lo que efectúan plataformas similares en otros países.

Las condiciones de infraestructura para realizar pagos en línea están en gran parte disponibles en México. En 2018, 70% de la población mexicana contaba con banda ancha móvil, el 66% de los individuos usaban Internet y se estima que para 2024, el 92.2% de la población del país tendrá acceso a la red digital . Sin embargo, la utilización de estos medios de telecomunicaciones para operaciones financieras ha sido limitada, como se ha señalado.

Para ser competitivos, los bancos necesitan “modernizarse” y facilitar las transacciones digitales que agilizan y abaratan los intercambios en el mercado. CoDi es un paso adelante, ya que permite el pago casi inmediato de un servicio o producto: el vendedor realiza un cobro virtual al comprador, éste debe aceptarlo por esa vía y con ello queda saldada la operación. Nótese que el monto de la transacción no puede exceder el modesto monto de 8 mil pesos. El uso de este nuevo instrumento digital para transacciones requiere tener una cuenta bancaria, lo que limita su radio de acción, pero varios bancos que participan en la plataforma CoDi ofrecen crear una cuenta bancaria de forma remota para el cliente, lo que quizás lleve a una mayor bancarización de la población.

Los bancos en México necesitan avanzar más rápidamente en esta era digital, pues la competencia de los neobancos plantea un reto enorme. Estas no tienen sucursales que mantener y prácticamente no usan efectivo, lo que también hace prescindibles los cajeros automáticos propios (aunque los clientes pueden hacer uso de aquellos de bancos tradicionales), ahorrándose buena parte de los costos relacionados y pudiendo ofrecer servicios financieros mucho más baratos que los bancos establecidos (prácticamente no se cobran comisiones a los clientes). En México ya empieza esa competencia. Por ejemplo, Weex Wallet provee una tarjeta de prepago MasterCard Digital, que almacena el dinero del cliente y que éste puede usar en línea o en comercios físicos en forma muy ágil. También se puede obtener un préstamo en línea, con lo cual la tarjeta puede funcionar en forma muy similar a una tarjeta de crédito. Asimismo, operan en México Albo, Klar y próximamente Nubank (de Brasil), cuyos servicios son similares a los descritos. Todos con respaldo de MasterCard.

Nubank.
Imagen: Labs EBANX.

En países emergentes, como China, la mitad de la población paga normalmente con Apps móviles como AliPay y WeChatPay, y en Kenia casi todos usan M-Pesa para pagos móviles. Este cambio es muy rápido en países desarrollados. En Gran Bretaña, donde se ha reglamentado mejor que en nuestros países estas nuevas instituciones y mercados financieros, se han pedido al menos 15 licencias para este tipo de bancos digitales desde 2005, los cuales están encausando la tercera parte del incremento anual de los ingresos en ese país. Se estima que 9% de los británicos adultos y alrededor de 15% de jóvenes entre 18 y 23 tienen una cuenta en un neobanco (The Economist).

Un tema que sólo es tocado marginalmente en la Ley Fintech son las criptomonedas.  De hecho, al emitir reglamentos secundarios a la Ley, el Banco de México (Banxico) dejó al margen la regulación de empresas de Exchange de criptomonedas (o plataformas que permiten cambiar unas criptomonedas por otras o bien por dinero tradicional) y además prohíbe a las ITF ofrecer operaciones con criptomonedas a sus usuarios.

“El Banco de México estima conveniente mantener una sana distancia entre tales activos y el sistema financiero, dados los riesgos que la operación con estos pudiera conllevar para los usuarios, para las instituciones que operen con ellos y para el sistema financiero en general”. (Banxico).

Criptomonedas.
Imagen: Freepik.

Sin embargo, no prohibe a las ITC y a instituciones de crédito realizar las operaciones con criptomonedas, habiendo previamente obtenido la autorización para ello, pero estarán limitadas a las “operaciones internas que dichas instituciones realicen para el procesamiento de los servicios que ofrezcan a sus clientes”.

En suma, dos características de las FinTech destacan entre las más relevantes: un esfuerzo por modernizar y hacer más incluyente el sistema financiero mexicano, del que ha estado marginada gran parte de la población y, por otra parte, hacerlo más seguro, especialmente dificultando el lavado de dinero mediante las nuevas reglas (se cambiaron también algunas disposiciones de la Ley-Antilavado con este fin).

Entre los desafíos que tiene México por delante, como muchos otros países, es que las disposiciones que ha introducido, especialmente para las criptomonedas, son aplicables dentro de su territorio pero las operaciones con estas monedas virtuales son cada vez más importantes a nivel internacional. La ex-directora del FMI, Christine Lagarde, hace muy poco hizo declaraciones advirtiendo sobre el potencial uso de las criptomonedas como vehículo de lavado de dinero y financiamiento del terrorismo a nivel internacional. Mientras tanto, Facebook, el gigante tecnológico ha anunciado el lanzamiento de su propia criptomoneda “Libra” que podría llegar a miles de millones de personas en el mundo, pero que pocos países podrán regular y controlar a nivel nacional.