Un gran porcentaje de las tesis que se crean en el Instituto Politécnico Nacional (IPN), terminan en la biblioteca. Solo unas cuantas se transforman en proyectos reales y hasta empresas exitosas que además logran ayudar a la comunidad. La tesis de Andrei Merino es una de estas pocas afortunadas. Hoy es un aparato tangible que podría revolucionar los diagnósticos de cáncer de mama, por medio de un proceso rápido, nada invasivo y que se puede realizar desde los 20 años de edad. Imagine que va a una consulta, le hacen seis fotografías y con eso es suficiente para saber si tiene indicios de una de las enfermedades más letales del planeta. Así de fácil funciona Thermy.
Ultrasonido mamal, mastografía y resonancia magnética, son algunos de los métodos actuales más usados para detectar cáncer de mama. También está la autoexploración, pero se trata de un método tardío, pues si encuentras algo físico es porque el tumor ya lleva creciendo un tiempo, explica Andrei en entrevista con El Semanario. De hecho, buena parte de los diagnósticos de cáncer de mama se hacen demasiado tarde y este es el principal problema. “Thermy lo que busca es igualar el tiempo de detección, la etapa uno, desde que el tumor mida menos de cinco milímetros”, explica el ingeniero biónico que se graduó de la Unidad Profesional Interdisciplinaria en Ingeniería y Tecnologías Avanzadas (UPIITA) del IPN en 2015.
Junto con otro compañero, Thermy comenzó como su proyecto de tesis, un estudio sobre la aplicación de la termografía para detectar el mencionado tipo de cáncer. En otras palabras, saber si se padecía esta enfermedad a través del calor, lo cual ya había sido planteado en décadas pasadas, pero no existía la tecnología para llevarlo a cabo. En 2015, participaron con esta idea en una iniciativa de Avon para apoyar proyectos contra el cáncer de mama y ganaron. Con el dinero del premio, crearon su empresa en octubre de 2016: Hearthcore. Cuatro años después, Thermy es una realidad que ya se ha aplicado en más de 3 mil estudios gratuitos. Sus logros, acaban de ganar el Premio Santander a la Innovación Empresarial 2020, en la categoría de Prototipo.
Calor fácil
“Nuestra meta es que Thermy sea como la prueba de embarazo del cáncer de mama”, dice Andrei, por la facilidad y rapidez con que se puede usar. Se trata de un dispositivo portable, que puede estar en un espacio de unos dos por tres metros. Tiene una cámara termográfica en un tripié, la cual se conecta a una computadora que hace todo el análisis. No hay necesidad de tocar a la paciente, hay otras pantallas donde ella misma puede ver en tiempo real lo que ve la cámara. Se capturan seis imágenes en dos tomas: frontal, lateral izquierda y lateral derecha. El resto es trabajo del software. Todo esto en alrededor de 15 minutos.
“Al día de hoy, tuvimos que aplicar un protocolo clínico de validación, llevamos cerca de dos años y medio haciendo pruebas clínicas en la clínica FUCAM, la Fundación de Cáncer de Mama, donde hemos hecho más de 3 mil 700 estudios gratuitos”, detalla Andrei. “El resultado que hemos tenido es de más del 90% de sensibilidad, esto es bastante bueno, crucial para métodos de tamizaje. Ya estamos en la última etapa del protocolo, estamos por hacer la publicación de resultados”.
“El cáncer es un crecimiento anormal de células, se van multiplicando más rápido de lo que mueren, por eso se producen como bolitas, son un gran cúmulo de células”, explica. “Como cualquier célula, necesita alimentarse o consumir sangre, entonces produce un metabolismo, mayor flujo sanguíneo en esa zona. Al haber más flujo sanguíneo hay un incremento de la temperatura, les llamamos volcanes de calor”. Sus cámaras son muy sensibles para detectarlos, pues un cáncer puede subir uno o dos grados centígrados la temperatura, algo que no se puede percibir al tacto, pero sí con Thermy.
Sin radiación
Su invención presenta un análisis fisiológico, mientras que otros estudios son anatómicos, es decir, ven la forma del tumor, el tamaño y su densidad. Thermy ve el metabolismo. Esto sería un método complementario, explica Andrei: “En este momento, en México, la norma indica que, por lo menos, debes tomar en cuenta dos estudios para dar un resultado. No hay ningún estudio por sí solo que tenga la autoridad de decir que alguien tiene cáncer”. Ellos buscan que Thermy sea el primer método al que las mujeres recurran para saber la salud de su pecho.
Ante los estudios que ya han realizado, el ingeniero cuenta sobre los beneficios: “Algo que valoran mucho las mujeres es que es indoloro y no invasivo, no se tiene contacto con la paciente. Además, es portable, es accesible en cuestión económica. Es fácil de usar, no utiliza radiación, es bastante importante, porque lo hace un estudio 100% seguro, lo que permite dar un seguimiento a las pacientes, ya no tiene que ser anual o bianual, puede ser cada seis meses, cada tres meses, lo que el médico recomiende”.
“Otro factor muy importante es que puede ser usado a partir de los 20 años de edad”, agrega. “Esto es un gran valor, porque los métodos tradicionales actuales, como la mastografía, te recomiendan a partir de los 40 años o 50. En México, más del 15% del total de los casos, se presentan en mujeres jóvenes, menores de 40 años”.
Prejuicios de prevenir
La “prevención”, en el estricto sentido de la palabra, no es posible con el cáncer, debido a que no tiene un único origen. “No se ha encontrado una causa como tal de que te dé el cáncer”, explica Andrei. “Hay en cuestión genética algunos genes que se ha visto que cuando están alterados, hay una gran probabilidad de que se tenga cáncer de mama, pero no te dice cuándo. Puede ser a los 15 años, puede ser a los 70. Pero también hay mucha gente que no tiene alterado ese gen y que tiene cáncer de mama”.
Entre las causas de esta enfermedad se enumeran la radiación, alimentación, fumar, beber alcohol, cuestiones hereditarias, etcétera. “Son factores que incrementan en un porcentaje el riesgo, entonces, al no haber algo que digas ‘esto hace que te dé cáncer de mama’, no se puede prevenir. Por ende, la mejor opción, lo dice cualquier médico, cualquier investigador, es la detección oportuna o temprana”. Por ello, su meta principal es “hacer de la prevención una costumbre”.
“Es un cáncer que se suele detectar en las últimas etapas”, agrega. “Generalmente las mujeres madres de familia, suelen dejar su salud al final, primero van por los hijos, por el esposo y al último ellas. Es un tema también de pudor, temor, pena, ‘no voy al doctor para que no haga una exploración, no me toque o no lo platico con mi esposo’. Es un tema que no se habla mucho”.
El cáncer de mama es el que más se diagnostica y por el que más mueren mujeres en México y en casi todo el mundo y ante la falta de una cultura de prevención, “Thermy busca acortar esa brecha entre que se empieza a dar el cáncer y que empieza un tratamiento”.
Tecnología para ayudar
Andrei considera que la tecnología es clave para resolver muchas enfermedades y los tiempos se han presentado para ello. Pone de ejemplo la actual pandemia por COVID-19, donde gracias a los avances se analizó la situación y se desarrolló una vacuna en tiempo récord. “Conforme pasan los años, hablar de inteligencia artificial en diagnóstico médico ha pasado de ser un tema poco sonado a muy sonado y ahora necesaria”, comenta.
En su empresa, Hearthcore, ellos mismos apoyan a otros estudiantes del IPN a que hagan esto una realidad, ofreciendo prácticas y ayudando en proyectos para que se apliquen los conocimientos en la vida real. Con 15 becarios en la actualidad, buscan que todas estas ideas no se queden en el papel. Hearthcore también se encuentra trabajando en otros proyectos, algunos de los cuales son sobre el pie diabético y el monitoreo de lesiones y fracturas en deportistas. En cuanto a Thermy, además de seguir afinando detalles, ya están tramitando registros sanitarios y terminando el proceso de patente. Esperan que en febrero o marzo esté en al menos un hospital más funcionando y para junio o julio poder mandarlo a otros estados.
“Siempre me gustó aplicar electrónica, programación. Fue hasta la carrera que empecé a conocer lo que era la biónica y el objetivo de ayudar a mejorar la calidad de vida a través de la tecnología. Me di cuenta de que lo que me gustaba podía servir para ayudar a alguien”, cuenta Andrei. “Ya iniciando con un proyecto, con una primera idea que ves que va funcionando, que es, por ejemplo, en mi caso, mujeres con cáncer de mama en la clínica, en los estudios que hacemos, te toca mucho el corazón”.