Sin duda, todo el mundo está inmerso en la problemática del COVID-19, sin embargo, ya podemos darnos cuenta de que desde este momento hay ganadores y perdedores.
Difícilmente se podría haber predicho lo que hoy estamos viviendo, tanto en el ámbito de la salud como en el de la economía, y por supuesto también en el complejo enjambre político.
De lo que estoy seguro es que después de esto el mundo ya no será igual, por ejemplo, en el caso de la influenza H1N1, todavía hasta el día de hoy sabemos de muertes provocados por ésta, por ende, en el caso del COVID-19 debemos suponer un comportamiento parecido.
Lo importante de esto es que aun cuando los casos sean mínimos en el futuro, mucha gente ya no querrá tomar riesgos, como hacer viajes en cruceros, o asistir a eventos donde haya grandes conglomeraciones, en general la tendencia debiera ser que la mayoría de la gente sea mucho más prudente en cuanto a exponerse a cualquier tipo de contagio. Y claro, de igual manera pasear en los centros comerciales o ir al cine, al teatro, será mucho menos popular.

Por otro lado, las videoconferencias en sus diferentes modalidades, han cobrado un auge impresionante debido sobre todo a la necesidad de no reunirse físicamente.
Obviamente todos nos estamos dando cuenta de lo fácil y rentable que es hacer uso de estas nuevas tecnologías, y la conveniencia y el ahorro que significa dejar de desplazarnos como estábamos acostumbrados.
Las ventas por internet venían avanzando fuerte, y a partir de la actual situación se exponenciaron. La gente se está acostumbrando muy rápido a esta manera de comunicarse, no creo equivocarme al afirmar que esta tendencia seguirá aun después de terminar la fase crítica.
Si aceptamos que los patrones de vida y la cultura en general de los pueblos –entendiendo el concepto de cultura como la manera de comportarse de una sociedad–, ya cambió, entonces debemos asumir que habrá compañías ganadoras y perdedoras.

Por ejemplo, ¿de quién quisiera ser usted socio en las nuevas circunstancias?, ¿de una compañía que ofrezca cruceros, o de una farmacéutica u otra que desarrolle modalidades distintas de videoconferencias?
Por supuesto, los sistemas de salud evolucionarán impresionantemente al mismo tiempo que la educación cambiará en sus formas de manera impredecible.
Ante esta nueva realidad, me parece que debemos ser autocríticos y analizar profundamente si nuestro negocio, o en su defecto, la compañía para la cual trabajamos, estará del lado de los ganadores o de los perdedores, si estamos del lado ganador potenciemos las oportunidades por venir, pero si desafortunadamente nos damos cuenta que nos encontramos del lado perdedor, seamos realistas e inteligentes y actuemos en consecuencia.
Para los mexicanos en general, nos cuesta mucho trabajo cambiar de caballo, pero al necear y tratar de subsistir haciendo lo mismo en un mundo que será ya irremediablemente distinto, lo más seguro es que se tenga un resultado, por decir lo menos, muy desafortunado.