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Comunidades digitales: cercanía y presencia, nuevas formas

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Frente al confinamiento, el soporte digital emerge. Sobre la pantalla y la interconexión, florecen nuevas formas de construir comunidades.

En la circunstancia extrema, lo humano revive o fenece. El distanciamiento social ha traído consigo nuevas y vigorosas formas de mantenerse cerca.

Si algún concepto es base de la cultura, éste es el de comunidad. La base misma del carácter civilizatorio, halla su fundamento en lo gregario.

Si Marcuse tuvo razón, y la cultura es nada menos que el proceso de humanización por excelencia, el fundamento de toda posibilidad para que cultura sea por encima de naturales es, justamente, el carácter y filiación comunitaria de nuestra condición como seres.

Al igual que los animales, los seres humanos tendemos a formar grupos. En uno y en otro caso, predomina un instinto que indica que permanecer en solitud conllevará a la muerte.

Los animales forman manadas, jaurías, cardúmenes, entre otras formas que las especies tienen para agruparse. Con ello, al igual que nosotros, se protegen, buscan alimento y se reproducen.

comunidad
Ilustración: Behance.

Los seres humanos, sin embargo, somos entre todas las especies la única capaz de simbolizar esas formas de asociación.

A diferencia de los animales, los seres humanos somos capaces de reunirnos, de asociarnos, de sumarnos unos a otros, a parir de una idea o varias, de ciertos principios o de determinada fe.

Los humanos somos los únicos seres, además, de hacerlo sin que eso implique lo que podríamos denominar un fin práctico.

Esto es, somos capaces de reunirnos con otros sin que haya un fin o un interés más allá del simple gozo de hacerlo.

Los seres humanos, en resumen, somos la única especie del planeta que tiene entre sus atributos la capacidad para crear, de modo consciente y gozoso, una comunidad y asumirse, con igual sentido de conciencia y orgullo, una parte de ella.

El carácter afirmativo de la cultura, para retomar las palabras de Marcuse, en su intersección con la noción de comunidad, han abierto nuevos cauces al encuentro de unos con otros en tiempos de pandemia. 

Sustraídos de los presencial, en su sentido físico, las personas, las familias, los amigos, las parejas, hemos encontrado en el soporte digital el modo de seguir sabiendo de los otros.

videollamada y conectividad
Ilustración: Jose David Morales.

Como nunca, y de manera masiva, lo humano ha encontrado en el asidero de lo digital, la efectiva posibilidad de seguir sabiéndose en los otros.

Los casos se multiplican. Y lo que era esporádico, se torna en un fenómeno extendido. Desde ceremonias religiosas hasta fiestas de cumpleaños, se abren a una forma de estar e interactuar inéditas.

El vuelco es notable. Se trata no sólo de espacios laborales o regidos por la dinámica de instituciones y organizaciones productivas.

Es decir, lo que hoy vemos, y sobre todo, dónde hoy nos vemos, que son las pantallas digitales, o través de ellos, se vuelve determinante para comprender cómo nos vemos.

La idea del otro en la pantalla, hasta hace menos de un año, por lo general tachada de difusa, inasible, extraña o no real, se ha reconfigurado en el plano de lo simbólico como una presencia con la que se establece una interacción genuina y significativa.

Por supuesto que la égida institucional y organizacional productiva que ha dictado a las personas que deben conectarse a videollamadas, ha sido determinante en este proceso.

Mas, es la manera en que las personas, por motu proprio, han decidido ir más allá de las reuniones de trabajo, para instalar el reforzamiento de sus comunidades a través de videollamadas como pieza central de su cotidianeidad, donde reside el verdadero alcance de este vuelco.

comunidad digital
Ilustración: Betterplace Lab.

El aquí y ahora compartido, esto es, el paradigma moderno por excelencia para considerar presente la presencia, ha implosionado en una forma no corpórea, en la que la distancia se relativiza.

Cómo se relativiza y deconstruye, a su vez, la idea anteriormente predominante en la que todo lo que no es, es su contrario.

Para decirlo en otras palabras, lo que de fondo se remece son los principios bajo los cuales durante cinco siglos aceptamos las nociones de presencia y ausencia.

Lo que hoy remece la masificación de la videopresencia como práctica de lo común, es la idea de que lo que no está presente, está ausente.

Risas, abrazos virtuales, bromas, anécdotas, expresiones de solidaridad, miradas, coqueteos, sensación de saber que el otro está bien, emociones, sentimientos, intimidad, convergen hoy en esa forma afirmativamente humana que es sabernos parte de una comunidad. Sabernos con y en los otros. Tan cerca como una pantalla. Ahí.

El nuevo, aquí.


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A trabajar con inteligencia la nueva realidad

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Seguramente amigo lector, tú como yo, has asistido a webseminars, has leído artículos, has escuchado y visto noticias y comentarios en medios de comunicación y redes sociales, y obviamente has leído o escuchado a personas más cercana a ti, a través de WhatsApp, sobre lo que se piensa que sucederá después de que termine la contingencia.

Yo honestamente creo que todavía falta mucho por ver para poder decir lo que sucederá en el largo plazo, pero al igual que algunos de los analistas, podemos ya hacer algunas conclusiones y sí opinar, con fundamentos, lo que sucederá en los próximos 12 a 18 meses.

El MIT en el documento We’re not going back to normal, da algunas pautas de cómo serán los próximos 18 meses o hasta que se logre desarrollar la vacuna para combatir al COVID-19, con respecto a nuestro estilo de vida.

Les presento algunos de los puntos más destacados y los invito a que sigan la página del MIT que se actualiza practicante diario con información realmente muy interesante y útil:

vacuna coronavirus
Ilustración: Ana Cortés.

1. Hay que olvidarse de que todo volverá a la normalidad y tienes que aceptar y vivir con esa premisa. La “normalidad” que vivimos hasta principios de este año 2020 o finales del 2019 para los países asiáticos –principalmente China–, es un tema del pasado. Hasta que no se encuentre la vacuna para combatir al COVID-19, la vida, tal y como la conoces, en lo laboral, social, etc., no será lo mismo.

2. En estos momentos hay tanto laboratorios como centros de investigación del sector privado como públicos, de una docena de países buscando encontrar la vacuna contra el coronavirus, y hay muchísimo dinero disponible para lograrlo. Esto hará que su descubrimiento sea más rápido que lo que tradicionalmente se tardan en hacerlo. Por lo general, el descubrimiento de una vacuna puede tardar hasta 10 años o incluso más. Los científicos pudieron descubrir en su tiempo la vacuna para el SARS, pero dejaron las investigaciones porque ésta en su evolución dejó de ser peligrosa y ya no había el incentivo económico ni la presión social para hacerlo. El MIT estima que la vacuna podría estar lista en 18 meses. Es decir, para finales del 2021.

3. Mientras no tengamos la vacuna, asume la cuarentena como un estilo de vida. Lo que se prevé es que, a partir de ahora, las sociedades tienen que intercalar periodos de cuarentena, es decir, de cada tres meses, dos deben ser de cuarentena. Esto porque el contagio del virus continúa y siempre están latentes las segundas olas. Así que viviremos periodos de cuarentena constantes. Los hechos han demostrado que no se puede levantar la cuarentena de forma absoluta y sin seguir con muchas restricciones porque los contagios van a continuar: China, había permitido la reapertura de cines y auditorios grandes y tuvo que dar la orden, una semana después, de volver a cerrarlos porque hubo nuevos contagios. En Singapur, que había detenido sus casos de contagios, levantó su cuarentena totalmente y volvió a presentar centenas de casos de contagio y algunos muertos por coronavirus.

4. La concentración de personas debe limitarse en lo más mínimo. Por ello, cines, teatros, y auditorios, pero también comercios, deberán reducir su capacidad de aforo hasta en un alto porcentaje, quizás hasta el 75%. Es decir, funcionar con un 25% de aforo. “Esto puede incluir negocios o empresas e incluso, movimientos sociales: marchas, protestas, etc.”

distanciamiento social
Ilustración: Henry Wong.

5. Los países que decidan reabrir sus fronteras y vuelos, deberán instaurar controles estrictos en aeropuertos y carreteras. Ya sea con el uso de termómetros portátiles o con aplicaciones o escáneres que revelen el movimiento migratorio de las personas. Esto puede implicar que lo que vivimos como consecuencia del 9/11 sea realmente anecdótico y podamos pasar muchas horas, sino es que hasta días para lograr llegar a otro país. Las restricciones para viajar dentro de China siguen siendo durísimas para los propios chinos y hasta discriminatorias para los extranjeros.

6. Las costumbres sociales de saludar tienen que cambiar y el distanciamiento social debe continuar, evitando también realizar reuniones familiares, fiestas y demás. Para las organizaciones y familias latinoamericanas, en general, será un tema, pero tenemos que saberlo manejar. Una de las razones que explican por qué el coronavirus no ha sido tan letal en Japón es por el distanciamiento social propio de su cultura. No es por el saludo que evita el contacto físico, sino por el ritmo de vida que llevan de no salir mucho a reuniones sociales o fiestas. El trabajador promedio japonés tiene una rutina de trabajo-casa que evita su exposición continua.

7. Los gobiernos deberán priorizar qué ramas y actividades de la economía pueden volver a sus labores y trabajo de forma “normal” en la medida de las posibilidades nacionales. Retornar al trabajo no debe darse de forma masiva. Deberá hacerse un cuidadoso análisis de que grupos de personas pueden ser expuestos al riesgo del contagio. Hay expertos que dicen que podría comenzarse con los niños y jóvenes en edad escolar porque tienen menos riesgos.

8. Los gobiernos y los padres deben prepararse para educar a sus hijos en los hogares por cierres imprevistos de las escuelas.

Como pueden ver, hay muchas cosas que no serán como fueron antes de la pandemia, pero a pesar de ello, yo creo que tenemos muchas áreas de oportunidad para reinventarnos en lo personal, en lo social, y en lo laboral. Las organizaciones, de cualquier sector, van a tener que pensar de forma diferente desde ya, y obviamente los gobiernos van a tener que actuar de forma muy distinta.

trabajar con teconologia
Ilustración: Shrey Sawant.

Podemos ser terriblemente fatalistas y súper negativos con lo que esta pasando y con lo que pasará en los próximos 12-18 meses, o bien, nos ponemos a trabajar en ver cómo vamos a enfrentar esta nueva forma de vida. Todos y cada uno de nosotros tenemos que ser muy accountables de lo que nos está pasando y de lo que nos podrá pasar.

Termino, aunque me alargaré un poco en este artículo con algunos comentarios que me hicieron llegar de un webseminar en el ITAM y que nos sirven de guía:

1. Cash is king, preservar el dinero para sobrevivir 18 meses.
2. Toma de decisiones para la sobrevivencia de tu empresa.
3. Llegar a acuerdos y decisiones solidarias con tus colaboradores, proveedores, acreedores, etc.
4. La educación y formación digital llegó para quedarse.
5. El e-commerce crecerá de forma exponencial.
6. Se rompen paradigmas en servicios financieros, temas inmobiliarios, servicios como restaurantes.
7. Hay que imaginar “mi negocio” desde cero y de acuerdo con la nueva realidad.
8. El cliente promedio es poco exigente y esto va a cambiar; habrá menos dinero para que gasten.
9. Buscar modelos para eficientar mis costos.
10. Tener equipos diversos en géneros, edades y en experiencia.
11. Hay que ser rápidos, creativos, buscar la rentabilidad, sobrevivir como sea.
12. Toda empresa puede ser habilitada por la tecnología.
13. Se necesitan empresarios empáticos y cercanos con sus clientes.
14. ¿Mis procesos están acordes a la nueva realidad?
15. Saber pedir ayuda y ayudar.
16. Hay que ser creativo.


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¿Quién manda? Obediencia y desobediencia en la Era digital

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A mi querido maestro y mentor
Héctor Ceballos Garibay.
 Con cuya tutela intelectual y amistad
generosa e irrestricta estaré
en deuda por siempre.

Circunstancias y convicción. Apelar al gobierno de muchos en la toma de decisiones. O apurar el gobierno de uno, caudillo como se le llama.

Entre una y otra opción, entre circunstancia y convicción, se levanta una tercera opción, sobre todo para apurar el gobierno del uno solo: el oportunismo.

Ese oportunismo que se disfraza de “análisis” de circunstancia y que disfraza su interés rapaz y personal en un discurso de convicciones.

Han pasado más de 400 años y las palabras de Étienne de La Boétie, escritor y magistrado en Burdeos, sigue siendo una fuente obligada cuando de analizar los resortes de la obediencia se trata.

Con el título Tratado sobre la servidumbre voluntaria , escrito, se supone, alrededor de 1550, La Boétie dotó al problema de la obediencia, pero particularmente, del acto de mandar, de una dimensión ética, moral y filosófica sin precedente.

mando y control en era digital
Imagen: Revista Telos.

El siglo XXI, lo hemos dicho ya, al igual que su predecesor, el XX, decidió instalarse, históricamente hablando, con 20 años de retraso.

Una pandemia de dimensiones globales es, a no dudarlo, el signo a través del cual, como lo fuera en el XX una Guerra llamada Mundial, el siglo XXI ha decidido marcar su punto de verdadero arranque.

En el intento por controlar su propagación, o al menos disminuir la velocidad del contagio, se han dictado medidas extraordinarias en prácticamente todos los países del orbe.

Las naciones cuyas instituciones democráticas están mejor cimentadas, aun en la excepcionalidad, han cuidado hasta el último detalle de valerse de su propio marco institucional para dar forma a sus medidas extraordinarias.

Las de tradición autoritaria, o aquellas que atraviesan periodos de franco caudillismo, en cambio, navegan a la deriva y arbitrio del humor y consideraciones de sus respectivos líderes carismáticos.

Resulta significativo en este marco encontrar durante los últimos días fundados análisis sobre la complejidad del proceso mando-obediencia, ejercicio y legitimidad.

mujer escribiendo en computadora
Imagen: Pinterest.

Con la lucidez, Gonzalo Rojas-May, ahora colaborador de El Semanario, desde Chile, hacía ver hace un par de días en las condiciones que la naturaleza uno de los factores que influyen en las tensiones entre mandar y obedecer.

Los chilenos obedecemos; casi siempre. Dice Rojas May, explicando, en parte, esta conducta a un país al que la naturaleza, rigurosa a cual más, recuerda a menudo quién manda ahí en realidad.

En su columna semanal, por su parte, tanto Sara Sefchovich como Jesús Silva Herzog-Márquez hablan de lo imprevisible que resulta el saldo que estos días dejarán a futuro, sobre las instituciones democráticas y los frenos a las tentaciones autoritarias.

Hay una sola cosa, escribe La Boétie, que los hombres, no sé por qué, no tienen ni siquiera fuerza para desearla: es la libertad.

Ese bien tan grande y dulce, que cuando se pierde, todos los males sobrevienen y que, sin ella, todos los otros bienes, corrompidos por la servidumbre, pierden enteramente su gusto y sabor.

El francés continúa sobre esa misma línea: Sólo a la libertad los hombres la desdeñan, únicamente, a lo que me parece, porque si la deseasen la tendrían: como si se rehusasen a hacer esa preciosa conquista porque es demasiado fácil.

Incierto el destino que espera a las sociedades del futuro en términos de este complejo equilibrio, entre libertad y obediencia, del que ya se alertaba con lucidez en Sobre la servidumbre voluntaria.

Complejidad a la que habrá que agregar la manera cómo la expansión en el uso de las herramientas y tecnologías digitales, ha reconfigurado la misma noción de mandar, de ordenar.

obediencia marionetas
Imagen: Civil Liberties Union For Europe.

No es casual, no lo ha sido nunca, que las palabras “mandar” u “ordenar” se refiere tanto a obligar la obediencia, como a hacer envíos, enviar, por un lado, y, por otro, a dar orden, agrupar, jerarquizar.

Lo digital, no se sustenta en los aparatos, plataformas o herramientas, lo hemos sostenido una y otra vez, cual consigna central de la labor de AlfabetizaDigital.

Lo digital es la experiencia. La forma como una vivencia se desdobla, se incorpora, como nuevas formas de uso, y con estas, nuevas ideas sobre las cosas y la vida misma.

Las aplicaciones predeterminadas, las funciones que las plataformas realizan por sí mismas, o el uso, y abuso, de los algoritmos, despliegan hoy un vasto mapa donde la “última palabra” no la tiene el usuario.

¿Se sacrifica libertad en pos de comodidad? Muy probablemente sí. Y en ese espacio de práctica, quizá, una de las explicaciones en relación con la evidente pauperización que se observa en el grado de exigencia a muchos líderes.

El retorno, en el uso de la tecnología, y en la elección de quien conduce países, pareciera entonces recaer en las tres habilidades con mayor valoración de esta Era: Resolución de problemas, Pensamiento Crítico, Creatividad.

La nueva libertad, que a su vez será el nuevo tipo de obediencia al que habría que aspirar, si ha de serlo, habría de ser otra.

La de la inteligencia, crítica y creativa.

Hablar, escribir; pensar, leer en la Era Digital

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Hablar, escribir; pensar leer en la Era Digital. Tal es el título que esta semana ha comenzado a circular.

Diez ensayos sobre el cambio de época. Dirigidos a los cuatro ámbitos básicos que hacen que miremos la realidad de la manera en que lo hacemos.

Acompañado del subtítulo: Nuevas herramientas, nuevos paradigmas, el libro ha sido escrito en coautoría con mi admirada amiga Hilda Gómez González. Quien, entre otras cosas, fue la responsable en los últimos años de los Programas Académico de vanguardia de la Bienal Internacional de Radio, el evento más importante en su tipo, en lengua hispana en el mundo. 

Se trata de una indagación a dos plumas, que se aboca al centro de la transformación digital contemporánea: el cambio profundo e irreversible en nuestra manera de comprender el mundo.

Comparto con mucho gusto algunos fragmentos del texto introductorio, con la convicción de que ha de motivar la reflexión sobre el verdadero centro del cambio digital: las personas.

portada libro

Cuando desde AlfabetizaDigital afirmamos que Lo Digital Es La Experiencia, divisa que distingue la labor que llevamos a cabo, lo que estamos tratando de subrayar es, justamente, que nos encontramos frente a una revolución de las mentalidades en la que la configuración de nuestras experiencia, aun las más sencillas y cotidianas, se halla en un proceso de cambio radical.

Es la manera de encarar esas tareas, el modo en que nos relacionamos con los objetos y la forma en que estas nuevas prácticas recalan asimismo en nuevos espacios de interacción y de simbolización, lo que hace que las personas desplacen sus nociones anteriores hacia lo digital.

Se trata, entonces, de un triple movimiento en el que las herramientas digitales participan, sí, sin duda, pero en el que el motor de esta transformación en las nociones básicas de las prácticas y las representaciones, descansa, más bien, en la disposición de modificar nuestra manera de pensar y de experimentar el mundo.

De ahí, también, que el punto de arranque al hablar de la noción que durante los últimos dos mil años se enraizó de escritura, y confrontar cómo en el mundo del presente el dilema entre la fijación como aporte esencial de lo escrito y la permanencia en el interior de lo experimentado, como reclamaban los detractores de la escritura, toma formas inesperadas, marcadas por lo híbrido, en el mundo que habitamos.

Habla, escritura; lectura, pensamiento se configuran en lo que podríamos determinar como la primera mitad de las disertaciones, como las coordenadas que habrá que seguir en los textos que conforman la segunda parte de lo que se presenta. Justo ahí donde las características, saldos, desafíos, alcances de lo que solemos considerar lo propiamente digital toma sitio dominante.

era digital
Imagen: Deloitte.

Los trazos generales de la Cuarta Revolución Industrial se engarzan de este modo con la idea de que habla, escritura, lectura y pensamiento forman parte de un proceso de eslabonamiento en el que la percepción de las modificaciones puede impactar sobre los demás.

Las transformaciones que con el mundo digital han aparecido respecto a qué herramientas utilizamos para escribir o para leer, o en relación con los lugares en que hacemos una u otra actividad, no son por lo tanto simplemente cambios de soporte que no tengan mayor impacto sobre la actividad misma y el modo en que la representamos en el orden de las ideas.

Muy por el contrario, si las nociones de tiempo y espacio se han modificado radicalmente con el advenimiento de lo digital, estas nociones se hallan, asimismo, vinculadas en un proceso de mutua transformación, con la escritura, la lectura y el habla.

Del orden vertical que privó y estructuró la representación del mundo a los nuevos paisajes signados por la horizontalidad colaborativa el hacer y el pensar, concebidos antes como dos procesos distanciados, cuando no antagónicos, se anudan, se entrecruzan, se alimentan y energizan mutuamente.

La ahora casi legendaria conjunción de las 5 C´s que acompañan el mundo contemporáneo, esto es, “Colabora-Comparte-Comunica-Crea: Comunidad”, ha encontrado para AlfabetizaDigital suelo fértil y entusiasta participación.

“Nadie puede actuar en un mundo que no comprende”, ha sentenciado el filósofo francés Paul Ricoeur con la lucidez que acompañó siempre su pensamiento como acción y su acción como pensamiento.

conectividad
Imagen: One.

A la comprensión de que es fundamental alentar el pensamiento, la reflexión, el entendimiento de las nuevas circunstancias de este nuevo mundo que habitamos, debe apuntar la nueva comprensión que exigen los procesos de hablar, pensar, leer y escribir en la Era Digital.

Hablar, escribir, pensar, leer. Cuatro actividades esencialmente humanas. Cuatro actividades sobre las que se puede reflexionar por separado.

O bien, como en el caso de este libro, como un proceso interrelacionado, como un proceso que corre y se entrelaza sobre una red de complejas interacciones.

La premisa básica para una nueva comprensión y comprehensión de este tiempo es que Lo Digital reside en la experiencia de las personas y no en los artefactos que utilizan.

Tal cosa, la experiencia de un nuevo mundo es lo que importa.

El libro Hablar, escribir; pensar, leer en la Era Digital, se encuentra disponible en el siguiente enlace: http://ow.ly/fy5a50z8XNi.


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En medio del COVID-19, la primavera de la educación a distancia

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La primera pandemia de la globalización. Un mundo abierto e interconectado observa en tiempo real los estragos. La velocidad de respuesta ha de competir con la rapidez con la que el flagelo se expande.

No se trata, desde luego, de la primera epidemia que toma dimensiones mundiales. Cincuenta millones de muertos trajo la gripe española en 1918.

Antes, mucho antes, en lo que se considera el flagelo más grande en la historia de la humanidad, entre 1347 y 1353, la llamada peste negra arrasó con al menos la tercera parte de la población, sólo en Europa.

Compuesta por el verbo krinein, que quiere decir “separar”, “decidir”; y, por otra parte, del sufijo: sis, que indica “acción”, el significado que la Grecia clásica dio a la palabra Krisis, ha pervivido hasta nuestros días como un momento definitorio entre lo aciago y la oportunidad.

La idea que trasmina de la acepción clásica de Krisis se refiere, pues, a algo que se resquebraja, sí, pero en que tal situación llama a la toma de decisiones.

educacion y crisis
Ilustración: Thrive Global.

Las crisis, se sabe bien, ponen de manifiesto debilidades y puntos de agotamiento, exhiben flaquezas y riesgos; más, al mismo tiempo, se constituyen como un llamado, decisivo, a la acción de cara a una oportunidad crucial.

La configuración de un mundo en el que la movilidad, de personas y productos, conforma una de sus características esenciales, ha mostrado, con el COVID-19, también el grado en que esta sociedad global se haya expuesta a la súbita propagación de enfermedades de rápida transmisión.

El mundo abierto a las oportunidades de interconexión, de diálogo entre las inteligencias en Red, es también, ni hablar, el mundo abierto al riesgo de la propagación de los flagelos.

Ante la emergencia sanitaria, dos han sido las respuestas más sensatas y con mayor base científica: el retraimiento de la movilidad física y la ampliación como nunca antes de la movilidad virtual.

Una situación inédita que pone de manifiesto una paradoja también inédita: las puertas de las casas, las fronteras se cierran, a la misma vez, que las redes de solidaridad, diálogo, y trabajo colaborativo se abren y ensanchan.

El mundo en Red, lo hemos venido diciendo una y otra vez en este mismo espacio, no es una metáfora, sino la manera en que el siglo XXI ha decidido hacerse presente a todos los niveles de la existencia y la realidad.

educacion a distancia
Ilustración: Freepik.

El retraimiento social, asilamiento, como se le ha denominado a la necesidad de permanecer sin salir durante el periodo en el que se busca detener los contagios del virus, será simultáneamente el periodo en que más se ensanchen las formas de contacto virtual; de eso no tengamos duda.

En tanto espacio de oportunidad, esta crisis hace emerger una idea de futuro que aceleradamente se ha vuelto presente: un modelo mixto, que se irá extendiendo cada vez más, entre la educación estrictamente presencial y la formación a distancia.

Organizaciones, centros, instituciones educativas que habían avanzado ya sobre la inversión, física y humana que supone contar con plataformas digitales formativas a distancia, hoy ven premiado su esfuerzo.

En la continuidad de sus labores, en la posibilidad de responderles a aquellos sobre los que tienen la principal responsabilidad, sus estudiantes, reside la recompensa que en esta coyuntura puede reclamar quien previó y trabajó con horizonte de miras.

Porque si algo deja claro la presente contingencia es que no habrá punto de retorno. La educación, así vuelva, como volverá, a las aulas, habrá sido tocada de manera definitiva por las formas y perspectivas que demanda la formación en línea.

Y no es sólo contar con una plataforma denominada LMS (Learning Management System), indispensable ciertamente en la administración de contenidos vinculados al proceso de enseñanza aprendizaje.

Sin una ella, desde luego, el tránsito hacia un modelo mixto, que es el que privará por completo en los años venideros, es inviable.

educacion a distancia
Ilustración: Ticbeat.

Mas, lo verdaderamente de fondo es que estamos frente a un proceso de transformación de las mentalidades sin precedentes.

La labor primordial por eso no es tanto qué plataforma contratar, frente a lo que ha de significar trabajar con la propia concepción que los educadores tienen de lo que es enseñar y aprender.

Cierto que existen infinidad de herramientas, no pocas incluso gratuitas, a través de las cuales un educador o institución puede alentar la formación en línea, pero suponer que será la herramienta y no el pensamiento el puente hacia una manera de transmitir el conocimiento es, por decir lo menos, ingenuo.

Entre 1351 y 1353, en plena peste negra, entre los muros de una sombría y desolada Florencia, Giovanni Bocaccio dio vida a una de las obras centrales de la historia de la literatura: El Decameron.

Como entonces, ahora, habrá de ser la imaginación, audacia, capacidad para crear, para transformar lo que se imponga a ésta y todas las calamidades por venir.

Ésa, la primavera que en toda circunstancia, por aciaga que sea, no cesa de llegar. Porque la primavera es, también, una decisión de quien asume la crisis como renovación, como oportunidad.

También.


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Ciudadanías universales, agendas globales. La Era digital se expande

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Ciudadanías universales, horizontalidad cooperante, inclusión y creatividades digitales, migraciones y agendas transnacionales, horizonte global, prosumidores transmediáticos, redes identitarias fluctuantes, son algunos de las nociones que pueblan el presente.

Toda época, todo cambio de Era, asienta sus reales sobre los conceptos que es capaz de proponer e instalar. Ése es el horizonte sobre el que florecen las nuevas percepciones de lo real y lo importante.

Se trata, fundamentalmente, de la instauración de nuevos puntos de mira desde los cuales se erigen una renovada forma de entender la realidad.

Por ello, nadie que no sea capaz de comprender el mundo que habita, será capaz de actuar certeramente en él. Mucho menos de transformarlo.

La transformación genuina de la realidad implica, en primer término, ser capaz de desplazar las nociones del mundo anterior e instaurar los conceptos que atañen a lo que emerge.

La emergencia de los movimientos sociales de nueva época, da cuenta de la necesidad no sólo de comprender su magnitud, sino de asimilar su constitución, modos de proceder, agendas, lógicas discursivas como parte de un horizonte de amplia y radical transformación respecto a las nociones que poblaron el mundo anterior.

ciudadanias universales
Ilustración: BBVA.

Múltiples estudios académicos señalan, sin reparo, el uso del Internet como un elemento pivote clave en la construcción de uno de los conceptos centrales de las nuevas realidades: la ciudadanía universal.

Signada por lo digital, el reclamo de derechos y la capacidad para conformar bloques sociales heterogéneos y de muy rápida acción y expansión, ha tenido en el Internet algo más que un medio de comunicación como lo fueron los que marcaron el pasado.

En la organización, pero también en el reconocimiento intergeneracional, transestratificado y multiespacial, Internet ha servido como medio de comunicación y de organización, sí, pero también como eje articulador de identidades que más allá de los parámetros de reconocimiento tradicional e inmediato.

 Todo migra, se mueve, fluctúa con enorme rapidez y en oleadas que suelen tomar desprevenidos a quienes proviniendo del mundo anterior, presenta severas dificultades de adaptación a estas nuevas condiciones en las que el cambio y la inestabilidad es el signo dominante.

“Los flujos más frecuentes y multidireccionales de personas, ideas, imágenes y símbolos culturales, inherentes del desenvolvimiento de las tecnologías de la comunicación”, han tenido, en este contexto, una influencia determinante en la reconfiguración real y simbólica de nuevas comunidades transnacionales, señalan Denise Cogo y Lara Nasi, investigadoras de la sociedad global.

Comunidades que desde cada realidad local o nacional encuentran un reclamo común: la inclusión, el reconocimiento, su reconocimiento, y el de su agenda, como parte actuante de las sociedades complejas del presente.

 La noción de una ciudadanía universal-digital, que va más allá de países, lenguas, credos personales y referentes de discursos pasados, se abre paso en un mundo abierto e interconectado.

ciudadanias universales
Imagen: Reporte Digital.

Lo que une a estos grandes contingentes sociales, heterogéneos y abiertos, del presente, no es, sin embargo, el uso en común de los canales de comunicación a los que tienen acceso.

Unidos por causas, que son capaces de poner en la agenda de lo urgente, estos grandes contingentes transforman los escenarios políticos tradicionales, exhibiendo la falta capacidad para encarar sus demandas, pero sobre todo, para entender su conformación y modo de proceder.

Frente a este horizonte, no es de extrañar, pues, que las respuestas políticas tradicionales, encarnadas en actores políticos igualmente tradicionales, es decir, anclados en los conceptos del mundo anterior, no logran articular respuestas satisfactorias.

Para decirlo en otras palabras, los movimientos sociales, heterogéneos, fluctuantes, horizontales, transculturales y transgeneracionales, implican un reordenamiento radical en el orden de las percepciones.

¿Qué es más importante –sólo por poner un ejemplo–, un monumento histórico y su preservación impoluta, o la rabia vaciada de un grupo social especialmente violentado como las mujeres, y que en una manifestación deciden pintarlo?

Dos mundos, el anterior y el presente, entran en colisión de modo inevitable al tratar de resolver el dilema. Se trata de un reordenamiento de las percepciones; y con ello, de una verdadera reconstrucción de noción de realidad.

ciudadanias universales
Ilustración: Medium.

Las respuesta políticas tradicionales, en este contexto, resultan insuficientes, dada su incapacidad para considerar la manera en que el presente ha disparado inéditos procesos subjetivación e identificación.

Mal y de malas se mueven los representantes del mundo anterior en esta trama en la que aluden a conspiraciones, internas o desde el extranjero, apelando a conceptos por completo desplazados como el de la homogeneidad.

Lo que hoy presenciamos es, más bien, una muy compleja trama en la que las formas de pensamiento, es decir, de identificación de partes de la ciudadanía, rebasan los viejos marcos conceptuales y discursivos.

El mundo y las generaciones que son hoy protagonistas en él, no esperaron, como se ve, a que el pasado comprendiera la nueva realidad para cambiar. Lo diferente se nombra diferente porque lo es.

Se percibe, piensa, asume y actúa de modo diferente. Nombrarlo de modo diferente no es un capricho. Es un reconocimiento. Hay movilizaciones que se tornan emblemáticas de ello. Este 8 y 9 de marzo, estamos frente a una de ella. Enhorabuena.

El mundo cambió.


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