espiritualidad

Inteligencia espiritual

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La inteligencia y la peculiar capacidad de relación son las características propias del ser humano. Éstas de suyo, son neutras, las puede emplear tanto para construir como para destruir su identidad, su comunidad, su entorno. En ambos casos es su propia intención, consciente o inconsciente, la que articula las diferentes variables que le proporciona la existencia para dirigir su destino hacia una u otra dirección.

Definir y medir la inteligencia humana ha sido un problema que ha acompañado a los especialistas por mucho tiempo. De todas ellas, son especialmente significativas las propuestas que surgieron a finales de siglo XX, a saber: la teoría de las inteligencias múltiples de Howard Gardner (1983); la publicación del libro de Daniel Goleman “Inteligencia emocional” (1995)[1] y en los albores del nuevo mileno, la inteligencia espiritual propuesta por Danah Zohar e Ian Marshall (2001). Las características comunes de estas tres teorías están en la posibilidad de desarrollarlas intencionalmente y en el bienestar concreto que proporcionan.

inteligencias multiple
Imagen: Quadro.

Para Gardner todos los seres humanos poseen diferentes inteligencias interrelacionadas entre sí, que se desarrollan de forma independiente tanto por factores biológicos como sociales. Actualmente se reconocen ocho tipos de inteligencias: Inteligencia lingüística (capacidad de usar correctamente el lenguaje de forma oral y escrita); inteligencia lógico-matemática (capacidad de razonar y usar los números de forma efectiva); inteligencia visual-espacial (capacidad de pensar en tres dimensiones); inteligencia corporal-cinestésica (capacidad de utilizar el cuerpo para expresar ideas y sentimientos); inteligencia musical (capacidad para percibir, discriminar, transformar y expresar las formas musicales); inteligencia intrapersonal (referida al conocimiento de uno mismo); inteligencia interpersonal (capacidad para percibir estados de ánimo, intenciones, motivaciones y sentimientos de otras personas); e inteligencia naturalista (facultad para distinguir, clasificar y usar elementos del medio ambiente).

Por su lado, la inteligencia emocional es “la capacidad de monitorear los sentimientos y emociones propias y ajenas, discriminarlas y utilizar esta información para guiar el pensamiento y la acción” (Salovey y Mayer, 1990).

Como se puede ver, cada una corresponde a espacios específicos de la vida humana lo cual ayuda a su comprensión y orienta de suyo a su desarrollo. En el mundo académico, ambas propuestas son vistas con desconfianza por considerar que no aportan evidencias empíricas firmes y consistentes que las validen. El problema parece estar en llamarlas inteligencias pues para algunos estudiosos son habilidades. Sin embargo, sin importar del nombre que se les otorgue, su perfeccionamiento genera indiscutiblemente mejores condiciones de existencia.

La inteligencia espiritual, por su parte, se relaciona con la capacidad de encontrar un sentido profundo en la existencia, es el dinamismo que mueve hacia la plenitud del ser humano. Si bien suele estar relacionada con las religiones, su desarrollo se encuentra más allá del fanatismo, el sectarismo, el dogmatismo e incluso de una confesionalidad específica.

inteligencia espirirual
Imagen: Simon Fletcher

La inteligencia espiritual se caracteriza por:

un alto nivel de consciencia de uno mismo el cual se alcanza por medio de la práctica de la soledad y el silencio exterior e interior;
el reconocimiento de la interrelación de todo lo existente y la responsabilidad personal que esto implica;
el esfuerzo de causar el menor daño posible en todas las circunstancias;
la flexibilidad ante la vida y las circunstancias;
la capacidad para enfrentar y superar el dolor y el sufrimiento;
el desarrollo sin obsesión de virtudes y valores, las cuales cuestiona, reflexiona y pondera su pertinencia,
el gozo de la contemplación de la belleza del mundo en todas sus expresiones;
la búsqueda de las similitudes y lo que une con lo cual relativiza las diferencias que separan;
la entrega solidaria de la propia existencia sin permitir el abuso ni la manipulación;
el desarrollo de la compasión hacia sí mismo y hacia los demás; y,
el desarrollo de la paz interior.

La inteligencia espiritual es la capacidad de encontrar la armonía del mundo, de conectarse con ella, fluir en ella y de ser partícipe activo.


Notas:
[1] El libro de Daniel Goleman le dio popularidad a un término acuñado anteriormente por Salovey y Mayer (1990), concepto similar al usado por Edward Thorndike como “inteligencia social” (1920).


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Lo sagrado y lo profano

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Lo sagrado y lo profano son dos vocablos asociados a las tradiciones religiosas que tienen relación con el tiempo, el espacio y los objetos principalmente. Dos términos opuestos que se colocan en los extremos de la existencia. El primero vinculado a la divinidad, el segundo a lo mundano que una vez definidos se establecen rígidamente y se mantienen como realidades absolutas; sin embargo, su existencia es de otro orden.

En efecto, la experiencia de vida humana es práctica y busca aquello que le es necesario para su existencia de acuerdo a su entorno y, al mismo tiempo, posee un impulso que le lleva más allá de sí misma, inclinándola a una relación de otro orden, la cual establece de acuerdo con el imaginario simbólico dominante en su entorno que comparte con sus contemporáneos.

Así, se reconoce como sagrado aquello que es digno de veneración por su carácter o relación con lo divino, y profano lo que se entiende como puramente secular, pero no porque tenga ese valor de suyo a diferencia de otras realidades, sino porque el ser humano le ha otorgado esa categoría.

sagrado
Imagen: Etsy.

En ese sentido, el descuido, la desconsideración, el desprecio, la indiferencia, el abuso, etcétera, que se desarrollan de forma personal o comunitaria sobre situaciones, entornos, objetos, animales, personas o naturaleza, son producto de comprensiones utilitaristas, arbitrarias y egoístas en donde lo otro es sólo un objeto de utilidad. Esto ocurre incluso dentro del ámbito de cualquier religión cuando ésta se ha vaciado de sentido.

Sin embargo, más allá de la visión utilitarista que podemos hacer de la realidad, todo, absolutamente todo, posee una significación que supera los límites estrechos con los cuales se aprecia y que provocan abuso. Cuando se descubre y se comprende esto, la vida humana alcanza en sus relaciones una dimensión trascendental porque les otorga una significación más allá de su propia necesidad, cuando contempla su maravilla, cuando venera su existencia y respeta su ser.

Es entonces cuando el ser humano se da cuenta que en realidad su comportamiento construye y alimenta tanto lo sagrado como lo profano. Cuando entra en el primer caso, su vida y la vida del otro se armonizan, crecen de acuerdo a la dinámica que corresponde, se penetran cada vez más en el misterio de la existencia y ambas partes se nutren más allá de la apariencia. Cuando opera bajo el segundo, ambas partes se deterioran, la insatisfacción domina el panorama, el sinsentido crece, sólo cuenta la inmediatez y la satisfacción propia y se destruye tanto la relación con lo otro. El punto neutro no existe, la conducta humana se mueve siempre hacia uno de los extremos, porque la vida siempre está en movimiento.

profano
Imagen: Brian Kershisnik.

Santificar o profanar superan por mucho el ámbito de lo religioso, aunque lo incluye. Moverse en dirección de lo sagrado genera una espiritualidad luminosa, que es la que generalmente entendemos como espiritualidad. Dirigirse en dirección de lo profano no es en sentido profundo moverse en el ámbito secular, es en realidad devaluar la existencia, tanto la propia como la ajena y eso alimenta la espiritualidad oscura, mejor entendida como carencia de espiritualidad.

Dirigir la vida hacia cualquiera de las dos direcciones puede ser un acto autómata, producido por una conciencia dormida que se deja llevar por influencias externas sin haber reflexionado más allá de la apariencia, o una conducta intencional impulsada por una conciencia despierta, que desea expandirse y crecer todo el tiempo porque reconoce que el límite se encuentra más allá de sí misma, en una totalidad de la que todo y todos forman parte.


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La sabiduría del tao

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Todas las tradiciones humanas, teístas o no, aportan semillas de sabiduría para fluir en la vida. Todas y cada una de ellas son producto de las condiciones del propio tiempo, del espacio, de la percepción, de la reflexión y de la expresión de personas tocadas por el misterio de la existencia que comparten sus intuiciones con los demás.

Aproximarnos a ellas, valorar su propia concepción, entenderlas en su contexto y descubrir sus aportes aplicables a la vida personal y comunitaria son valiosas tareas que incrementan la calidad de vida y el bien común.

El tao es una tradición milenaria que surgió en la antigua China en el siglo VI a. C. en medios quietistas y místicos opuestos al sistema feudal de la época. En un principio surgió como filosofía y luego se transformó en religión en algunos sectores. Se sabe muy poco de la vida de los dos principales representantes Lao Tzu y Chuang Tzu, de quienes se conserva algo de su obra. Ambos están convencidos que al dedicarse a su salvación personal obran por el mayor bien de los seres humanos y de la naturaleza.

Tao significa “camino” y es una vía para cultivar la propia virtud a partir de la práctica del wu-wei que suele traducirse como “no actuar”, aunque en realidad se trata de “no interferir con el curso natural de las cosas”. El tao proviene de la observación de la naturaleza, de la circulación de sus ritmos –día/noche– y sus alternancias –estaciones–. Dos aspectos antitéticos y complementarios: uno frío, sombrío y pasivo; otro cálido, luminoso y activo. Éstas son las dos modalidades a las que llaman el Ying y el Yang.

buda
Ilustración: Behance.

El tao es un principio de orden que en un pasaje de Lao Tzu lo nombra como “Hembra Misteriosa” porque es la fuente de toda la vida e invita a sus seguidores a cultivar en sí mismos las virtudes femeninas que el maestro relaciona con la pura vacuidad.

Como muchas otras tradiciones, el tao promueve la meditación como medio de liberación, además de otros principios que aparecen a continuación.

La meditación

Por medio de la práctica meditativa se busca la liberación de ideas recibidas, convencerse de la relatividad de los convencionalismos sociales, de la inestabilidad de los bienes del mundo, así como de los preceptos de bien y mal aprendidos.

La analogía

Para el tao entre el cosmos, la tierra y el ser humano existen analogías pues todo está estructurado del mismo modo y existe una relación recíproca. La materia sólo es la expresión visible de una misma fuerza oculta que recorre todo.

La intuición o conocimiento místico

De acuerdo con el tao, la verdad se encuentra en la totalidad que sólo puede ser conocida por la intuición. El conocimiento proveniente de los sentidos únicamente proporciona aspectos parciales de la realidad además de suscitar deseos y pasiones, en cambio, la cognición de orden místico anula la distinción entre el yo y el mundo.

sabiduria del tao
Imagen: Freepik.

La vida superior

Según el tao las almas Huan y P’o –principios vitales y espirituales– escapan del cuerpo cada vez que el hombre da curso libre a sus apetitos. Por tal razón, es necesario fomentar la serenidad interior, el equilibrio y la armonía de las facultades físicas e intelectuales para unificar el alma y evitar la tentación de evadirse.

La armonía

Las tres fuerzas que determinan el cuerpo humano: la esencia vital, jing; el espíritu, shen; y la energía vital, qi,requieren armonizarse. El shen se localiza en la cabeza, permite conocer el tao y conectarse con sus leyes. El qi se localiza abajo del ombligo y puede renovarse y mantenerse en circulación constantemente mediante ejercicio especiales (qi gong). El jing se encuentra en la región pélvica y es el fundamento seguro en la vida.

La muerte

La muerte se comprende como miembro de un binomio que forma parte de un ciclo comparable al del día y la noche, el verano y el invierno.

El vacío

El vacío es uno de los grandes temas del taoísmo. Significa la ausencia de cualidades sensibles, es decir, de toda noción particular y de toda pasión. Una comprensión que vale la pena mostrarla tal como la presenta el Tao Te Ching:

Treinta radios convergen en el centro
de una rueda,
pero es su vacío
lo que hace útil al carro.
Se moldea la arcilla para hacer la vasija,
pero de su vacío
depende el uso de la vasija.
Se abren puertas y ventanas
en los muros de una casa,
y es el vacío lo que permite habitarla.
En el ser centramos nuestro interés,
pero del no-ser depende la utilidad.


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Con ojos de esperanza

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Al observar con atención toda la creación se descubren tres aspectos fundamentales para reflexionar:

1. La belleza que tiene en sí misma,
2. La inter-dependencia de todo lo creado y
3. La exactitud con la cual cada uno de sus miembros cumple con el papel que le corresponde.

Estas tres características ocurren sin importar si se pertenece al macrocosmos, al microcosmos, a los más simples entes o a las más complejas estructuras de la existencia, en todos se observan estas tres particularidades y todas se mueven dentro de una realidad que siempre es cambiante.

En efecto, esto sucede porque tanto la manifestación y como el comportamiento obedecen a las leyes o instintos que les son propios y condicionan su existencia. El desarrollo del saber humano ha podido observar, descubrir y estudiar las reglas que les rigen e incluso predecir sus comportamientos futuros como en el caso de los astros.

especie humana espiritualidad
Ilustración: Diego Maxx.

Sin embargo, hay una especie, la humana, que si bien de alguna manera fluye en medio de este mismo dinamismo, no está condicionada de forma absoluta y, por lo tanto, su comportamiento es impredecible. ¿Qué hace diferente al ser humano frente al resto de las especies existentes? ¿Qué objetivo tiene esta diferencia al conjunto de la creación? ¿Qué tiene que ver esto con la espiritualidad?

La diferencia radica en tres características que han acompañado la evolución de la especie humana desde sus orígenes: la rebeldía, la creatividad y la planificación. La rebeldía le permite revelarse frente a la situación que se le presenta, la creatividad le habilita para generar ideas e imaginar otras opciones para enfrentar la realidad, la planificación le faculta para proyectar el futuro y dirigir sus pasos hacia esa meta.

Identificar el objetivo es un asunto por mucho más complejo que hasta el momento no es posible explicarlo a través de las diferentes ciencias que estudian la realidad, por eso su razón o sentido se articula a partir de otros saberes englobados en conceptos metafísicos, dentro de los cuales se encuentran, desde luego, los argumentos de las diversas religiones.

La espiritualidad es precisamente el talante que le impulsa y que está íntimamente vinculado a la libertad humana. Es decir, cada ser humano dirige su existencia tanto en sentido como en actitud ética en la dirección que libremente su voluntad y sus oportunidades determinan.

especie humana espiritualidad
Ilustración: Penelope Dullaghan.

Estas tres características humanas pertenecen al orden de la inteligencia, pero hay otro conjunto de particularidades que surgen de otra fuente y que están relacionadas con la cooperación, el afecto y el cuidado mutuo.

En efecto, estas tres últimas características han sido vitales para la evolución de la especie humana. La capacidad de cooperar mutuamente ha superado los límites que como especie tenemos frente a otras especies. El vínculo afectivo que desarrollamos por nuestros seres cercanos supera su muerte y hace que su legado y existencia permanezca, incluso en descendientes que nunca le conocieron. El cuidado mutuo permite extremar esfuerzos para conservar la existencia y el bienestar de los otros.

Estas características no sólo han garantizado la permanencia de la especie humana en la existencia, sino han sido también la fuente de su evolución, a pesar de los múltiples errores que como humanidad se hayan cometido en la historia.

Además, estas características inducen a contemplar el futuro con ojos de esperanza a pesar de las vicisitudes que brotan en el devenir personal y comunitario. En efecto, por dura y complicada que se presente una situación, la rebeldía se resiste a aceptarla sin ofrecer resistencia; la creatividad impulsa a inventar nuevas formas o encontrar otras soluciones; la planificación determina el camino a seguir para lograr el objetivo; la cooperación nos lleva a trabajar en equipo; el afecto nos mantiene unidos y el cuidado mutuo permite ayudarnos para salir de la adversidad.


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Sostener y sostenerse en el desarrollo espiritual

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El aspecto espiritual de la persona, así como el físico y el mental, necesita de prácticas específicas para desarrollarlo y mantenerlo en buen estado.

Con relación al desarrollo de la persona, el saber humano ha propuesto diversas teorías basadas en el interés propio de la disciplina, de la pregunta a resolver o del interés particular del investigador/autor. Todas ellas iluminan la comprensión humana y sirven para ampliar el conocimiento de la complejidad existencial de los individuos y la corresponsabilidad de todos en la formación de hombres y mujeres.

Para el desarrollo ideal del aspecto físico y mental del ser humano se cuenta con diversas propuestas concretas, pero en el caso del aspecto espiritual aún queda limitada su comprensión y preguntas relacionadas con el cómo, cuándo y para qué en la generalidad de la población quedan poco claras.

Si bien hay disciplinas que establecen el desarrollo espiritual como una transformación que ocurre propiamente a partir de los 42 años y la asocian con la etapa final en la vida de las personas, otras promueven su desarrollo desde las más tempranas edades. Ambos extremos miran la espiritualidad como un algo superior en el ser humano, el cual para desarrollarse debe someter otros aspectos más físicos y mundanos o esperar a que pasen a segundo término.

desarrollo espiritual
Ilustración: Todd Davidson.

Sin embargo, como hemos planteado desde el principio, el aspecto espiritual en el ser humano de suyo no es bueno, no necesita negar otras dimensiones humanas, tampoco actúa al margen de la totalidad de la persona ni es independiente de la relacionalidad que nos constituye como seres existentes. Esto implica que su sano desarrollo es una constante que dura toda la vida y en la cual vale la pena reflexionar.

Ciertamente la espiritualidad es el aspecto más sólido del ser humano, pues es capaz de sostener a la persona aun cuando ésta se encuentre disminuida física y/o mentalmente y contribuye a la plenitud cuando en el individuo existe un auténtico cuidado por la totalidad de sus dimensiones y su aspecto relacional. Impulsar intencionalmente su desarrollo supone reconocer la existencia de esta dimensión humana, así como su importancia para el bienestar personal y comunitario.

En efecto, las personas pueden simplemente dejar que la vida transcurra y considerar que la salud en todas sus dimensiones y la calidad de sus relaciones depende de la suerte, o tomar la responsabilidad de su existencia y dirigir la propia vida. En el segundo caso es necesario conocer qué nutre y qué destruye cada una de los aspectos para elegir aquello que favorece y evitar lo que destruye.

desarrollo espiritual
Ilustración: Hao Hao.

Promover una espiritualidad sana implica moverse hacia una vida de calidad por medio de contemplar y analizar la realidad como se presenta, registrar el potencial, el límite, el riesgo y el beneficio real que contiene, y reconocer las herramientas internas y externas con las cuales se cuenta en un momento dado para hacer uso de ellas. Esto responde al para qué, es decir, la espiritualidad sana produce arraigo a la vida real porque vale la pena vivirla en una disposición de hacerla valiosa y eficaz para uno mismo, para el entorno y para los demás.

El cuándo siempre corresponde al eterno presente, pues sólo en el presente se actúa, el pasado y el futuro sólo son pensamientos. El cómo no tiene respuesta única, las posibilidades son infinitas, por lo mismo, si un intento no da los frutos esperados, simplemente se analiza qué sucedió, se reconoce la participación propia en los resultados fallidos, se deja en el pasado y se intenta algo diferente.

Sostener y sostenerse en la espiritualidad implica, en todas las etapas de la vida, la sensibilización hacia uno mismo junto con todo lo existente, además de reconocer la responsabilidad de brindarse y brindar al entorno la mejor versión posible para contribuir a la existencia y al desarrollo propio, de todo, de todos y de todas.


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Espiritualidad y el cuidado integral de la persona en medio de la pandemia

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El bienestar de una persona depende mucho más de los cuidados que intencional y conscientemente pone en ello, que de las condiciones externas que encuentra a su alrededor. En efecto, este giro en la comprensión de la realidad asegura mayor adaptabilidad, mejores condiciones existenciales y la hace dueña de su propia existencia.

Las diferentes espiritualidades proponen variadas conceptualizaciones. Para algunas, el tiempo, el lugar y las situaciones que se experimentan a lo largo de la vida se explican como decisiones previas que la misma conciencia toma antes de encarnarse para avanzar en su proceso de aprendizaje, otras, lo asumen como deseo divino o ni siquieran lo preguntan. No es necesario intentar descubrir en este momento quién tiene la razón. Lo significativo está en que sin importar a cuál de los tres grupos se pertenezca, el secreto del bienestar se encuentra en enfrentar el reto de existir asumiendo el control de la interpretación y la respuesta a los eventos adversos.

Conservar el bienestar en medio de la emergencia sanitaria provocada por el COVID-19, es el reto que en este momento nos toca enfrentar, de aquí la importancia de establecer estrategias pertinentes en todos los aspectos de la persona que nos lleven a sobrellevar y superar esta crisis de la mejor manera posible.

cuidado integral en la pandemia
Ilustración: Owen Davey.

A nivel fisiológico tres son los pilares a cuidar: la alimentación, el ejercicio y el descanso para fomentar un cuerpo saludable y alerta. La alimentación hay que entenderla como la mejor medicina a la cual tenemos acceso. Contemplar todos los grupos de alimentos en las proporciones que nuestra edad requiere para obtener todos los nutrimentos que necesita nuestro organismo, preferir comestibles lo menos procesados posibles, eliminar azúcares y carbohidratos refinados y tomar suficiente agua son medidas sencillas, accesibles a todos que contribuyen a nuestra salud.

El ejercicio diario, por su parte, gasta las calorías extras que consumimos, oxigena mejor el cuerpo, estimula el sistema inmune y tranquiliza la mente. Por último, en el sueño nuestro ser se repara a sí mismo, de aquí la importancia de cuidar el número suficiente de horas de descanso nocturno y, si es posible, una pequeña siesta al día ayuda a recuperar fuerza y ánimo. Estas sencillas prácticas, contribuyen a mantener al sistema inmunológico activo y al cuerpo sano.

Cuidar el nivel psicológico es fundamental para mantener la paz dada la relación existente entre los pensamientos y los sentimientos. En efecto, los pensamientos dominantes provocan las sensaciones y los sentimientos correspondientes. Situaciones de emergencia y de incertidumbre como la pandemia actual pueden desencadenar estados de malestar general, tristeza, miedo, enojo, angustia, ansiedad, etcétera. Leer un buen libro, escuchar conferencias y pláticas motivacionales además de música, mantener la mente en el presente, la meditación, los ejercicios de relajación, la risa, así como evitar la sobre exposición a las noticias y a informaciones catastróficas, son algunas de las prácticas que ayudan a mantener la armonía. Si a pesar de ello la intranquilidad se mantiene, conviene buscar apoyo de un profesional para recuperar el equilibrio y la armonía interna.[1]

El nivel espiritual proporciona en estos momentos una vía fundamental para enfrentar la crisis. Por un lado, apoyarse en la propia tradición religiosa o filosófica orienta la existencia y, por el otro, el apoyo concreto a otros en la medida y con las herramientas que cada uno posee, cambia el foco de atención y estimula el deseo de estar bien para poder atender las necesidades de otros.

ejercicios y cuidados
Ilustración: Christel Saneh.

El nivel relacional incluye tanto el entorno físico como el social. El primero influye directamente de forma sutil, pero constante en el ánimo, por tal razón es necesario adecuarlo con esto en mente de tal manera que al mirarlo genere emociones agradables. En este sentido, es importante subrayar que el contacto con la naturaleza de suyo genera esta armonía y bienestar por lo cual hay que procurar diariamente dedicar tiempo a mirar el cielo, observar las plantas y contemplar seres vivos incluyendo los cinco sentidos.

El entorno social cobra hoy en día un significativo reto frente a las diferentes formas que toma a causa del confinamiento y el aislamiento que van desde no tener contacto físico con nadie hasta estar demasiadas personas en un espacio limitado. Dependiendo de la circunstancia concreta es indispensable establecer estrategias que permitan sobrellevar la situación para estar en contacto cuando se está aislado, y para promover una convivencia armónica cuando se está acompañado al reconocer las necesidades y el espacio de todos los miembros.

Si bien la vida presenta circunstancias ajenas totalmente a nuestro control, el cómo enfrentarlas y qué hacer con ellas es un bien ya presente en todo ser humano. Esta crisis nos empuja hoy a sacar lo mejor que hay dentro de nosotros, ya está en nuestro interior, sólo hay que sacarlo y ponerlo en operación.


Notas:
[1] Distintas Universidades, asociaciones privadas y organismos gubernamentales proporcionan gratuitamente servicio de apoyo psicológico y en algunos casos también espiritual. Entre otros Locatel 55 5658 1111, Educatel 55 3601 7599 y 800 288 66 88, UNAM 55 5025 0855, UIA 55 4172 0417, UVM con números y horarios varios y la Arquidiócesis de México 55-2122-9725.


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Espiritualidad en tiempos de pandemia

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En estos momentos la vida nos reta con un acontecimiento extraordinario, seguramente el más fuerte que nos ha tocado vivir a esta generación y, para muchos, el más difícil de su existencia. Ninguna certeza de raza, cultura, posición económica, afiliación política, educación, género, religión, edad, ni alguna otra que se nos pueda ocurrir nos asegura quedar exentos de las consecuencias en salud y/o económicas que la pandemia trae consigo. Como tampoco, las explicaciones, los escenarios, ni las estadísticas más apocalípticas son oráculos dramáticos de nuestro destino personal ni comunitario.

En efecto, estamos sometidos a una experiencia que ha roto nuestro orden, nuestra rutina, nuestra manera de resolver las tareas cotidianas; sin embargo, esta situación también es la oportunidad para descubrir que no son las únicas y que podemos encontrar nuevas formas para solventar la existencia mientras pasa la emergencia.

La pandemia es una realidad que no elegimos, pero sí podemos decidir cómo enfrentarla para hacer de este acontecimiento un camino para fortalecernos y humanizarnos. Para ello necesitamos coordinar la fuerza espiritual presente en nuestra persona, aunada a los pensamientos correctos para reconocer los recursos internos con los cuales ya contamos, examinar las posibilidades que nos ofrece el entorno y establecer las estrategias pertinentes para lograr nuestro objetivo. Aquí están algunas recomendaciones.

cuarentena espirirtual
Ilustración: Jonathan Bartlett
Aceptar la realidad

Independientemente de lo dramática o adversa que pueda ser una situación, es la que es, reconocerla y aceptarla permite lidiar con ella sin disminuir ni exagerar el suceso. Para considerar los auténticos límites es necesario acudir a fuentes fidedignas y adaptar la conducta de acuerdo a la exigencia del momento.

Verbalizar

Expresar las emociones y sentimientos presentes especialmente con personas que ayuden a contener las sensaciones. En este sentido, si no se conoce alguien en particular que pueda proporcionar este apoyo, hay una serie de líneas telefónicas de ayuda disponibles, algunas con horarios limitados y otras 24/7. Es conveniente averiguar los números telefónicos y tenerlos a la mano para acceder fácilmente a ellos en caso necesario.

Evitar la sobre exposición

Si bien es necesario estar enterado, la exposición constante principalmente a situaciones extremas fuera de la región, puede incrementar la preocupación, el miedo y la angustia, sobre todo en personas vulnerables. En este momento sólo es indispensable saber qué corresponde hacer dependiendo de la actividad y las condiciones personales; el resto de la información se puede evitar con el fin de conservar la calma y un estado de ánimo favorable.

salud espiritual
Ilustración: Léna Fradier.
Administrar

Administrar el tiempo, los espacios y las actividades durante la cuarentena es vital para establecer una rutina que nos dé orden, armonía y tranquilidad. Si se vive solo es importante establecer comunicación remota con familiares y amigos. Si se vive en familia o con otras personas también es primordial acordar tiempo privado para cada uno de los miembros y que éste sea respetado por todos.

Confiar

Confiar en dos cosas principales: primero, que esta situación va a pasar, tarde o temprano, acabará; segundo, que dentro de todas las personas ya están las habilidades necesarias para enfrentar cualquier situación que se presente, las cuales sólo esperan la oportunidad para salir y mostrarse.

Paciencia

Una de las cualidades más importantes a desarrollar durante este tiempo es la paciencia. Aún no sabemos a ciencia cierta cuánto tiempo va a llevar la emergencia, así que es importante aprender a conservar las energías y el ánimo para aguantar el tiempo que sea necesario.

espiritualidad
Ilustración: Artigan Creation.
Cuidar

Cuidar tanto nuestra salud física, mental y espiritual como la de los demás. Conviene reconocer que podemos ser portadores del virus aun cuando no presentemos síntomas. Por tal motivo, si necesitamos salir de nuestras casas, mantengamos las medidas pertinentes para evitar contagiar a otros. También evitemos reenviar información que puede inquietar a otros independientemente que a uno le guste.

Apoyarnos de la propia creencia religiosa o espiritual

Independientemente de la religión o filosofía que se tenga, todas ellas proporcionan a sus seguidores prácticas específicas para aplicar en momentos de crisis. Acudamos a ellas con una visión reflexiva e incluyente, que vea por nosotros mismos y también por los demás.

Comprensión comunitaria

Ésta es una emergencia que nos afecta a todos y que requiere de todos salir de ella de la mejor forma posible. Nos faltan aún muchas semanas por delante, prepararnos para la peor parte y unirnos para salir de la eventualidad. Hagamos un solo frente, independientemente de nuestras diferencias, y agradezcamos a quienes arriesgan su vida por mantener nuestra salud y bienestar.

Para terminar, aceptemos que esta emergencia pone en crisis dos características de este tiempo: la inmediatez y la individualidad. Seguramente, con el tiempo reconoceremos que la espera genera esperanza, que sin los demás no somos nada porque todos necesitamos de todos, y que la paz es una condición interna que se construye en, por y a pesar de la adversidad.


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Los pensamientos y la mente

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“Los pensamientos son a la mente lo que la alimentación al cuerpo”. En efecto, hoy en día se reconoce la importancia que la alimentación tiene en la salud física de la persona. Por ello, todos los expertos en salud: médicos, nutriólogos y entrenadores físicos insisten preferir en calidad y cantidad de ciertos alimentos, así como restringir o eliminar la ingesta de otros, situación que se agudiza ante la aparición de enfermedades crónicas.

De igual forma, la salud mental, en gran medida, depende de los pensamientos con los cuales se alimenta la mente y son los responsables de los sentimientos que se experimentan a lo largo de los días. De aquí la importancia de reflexionar un poco en este aspecto.

La mente humana, al igual que el corazón o la respiración, trabaja todo el tiempo. Por un lado, asimila la realidad que le rodea, por el otro, responde a los retos que implica la existencia y paralelamente a esto se encuentra pensando todo el tiempo.

enredo de pensamientos
Ilustración: Sakerinox.

Los pensamientos tienen orígenes múltiples, pueden surgir de informaciones externas a las cuales se les da cierto valor y/o credibilidad o de reflexiones individuales que surgen de la articulación de elementos percibidos e interpretaciones propias; en ambos casos pueden ser reales o fantasiosos, así como verdaderos o falsos y generan en la persona estados que repercuten en su calidad de vida.

Es así como la absoluta eficiencia de la mente se ve afectada por la incapacidad que tiene de identificar si el pensamiento que le llega es real o fantasioso; verdadero o falso. Una vez que le da cabida a un razonamiento, manda las instrucciones a los órganos correspondientes para que suelten o inhiban las sustancias pertinentes de acuerdo a la idea dominante como la adrenalina cuando se relaciona con el miedo, dopamina frente al amor, endorfina con la alegría, testosterona alrededor del enojo y la disminución de la serotonina en el caso de la tristeza.

En todos los casos, es el pensamiento y no la situación real, el responsable de este comportamiento bioquímico del cuerpo y, por lo tanto, del estado anímico de la persona. Si bien la mente es incapaz por sí misma de reconocer qué tipo de pensamiento le llega, la consciencia inmediata primero y la reflexiva después sí tienen la facultad de funcionar primero como observador y luego, si así se desea, como filtro para detener o dejar pasar los pensamientos.

pensamientos
Ilustración: Experience Life.

Indiscutiblemente éste es un tiempo que abre muchas interrogantes frente a las certezas, al orden establecido y al mundo construido. Es un tiempo que cuestiona y obliga a repensar las opciones personales y comunitarias. Tiempo saturado de información de todo tipo que genera diferentes estados en las poblaciones. Tiempo que se puede vivir con temor, angustia, recelo, enojo, indiferencia, aceptación, creatividad, amor, esperanza, etcétera; tiempo oportuno para contemplar y valorar la existencia; tiempo que permite observar si la atención se concentra en uno mismo o en pensar en aquellos que la pasan peor, tiempo dedicado a lamentar la afectación a la propia rutina o a encontrar muchas otras formas de estar, tiempo de dolor por la pérdida económica personal o que impulsa a compartir la propio con los más necesitados, tiempo de egoísmo o de solidaridad, tiempo de mirar con melancolía el pasado o con esperanza el futuro, tiempo que insiste en aferrase al pasado conocido o busca desprenderse para encontrar cielos nuevos y tierra nueva, tiempo que añora estar afuera o que impulsa a encontrar la propia intimidad, tiempo que busca evadir la propia identidad o que promueve descubrir el ser que somos y a saber estar con él.


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