historia

Enola Gay y Little Boy

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El pasado jueves 6 fue el 75 aniversario del infame episodio en el que unos generales, unos políticos y un hombrecillo llamado Harry Truman se cubrieron de gloria con el primer ataque nuclear de la historia.

Se estima que 80 mil niños, mujeres y hombres fueron vaporizados en Hiroshima en los primeros segundos después de la explosión. Tres días después una segunda bomba fue arrojada sobre Nagasaki y unos 70 mil seres humanos desaparecieron de la faz de la tierra.

A esos 150 mil muertos hay que sumar los miles y miles que murieron después en la agonía de las quemaduras radioactivas, a los lisiados y a los que enloquecieron por el horror.

La historia oficial gringa dice que sólo así se logró la rendición del Japón. Que habría sido incalculable el sacrificio militar yanqui para vencer a un país decidido en resistir hasta el último hombre. Que la bomba atómica en realidad salvó vidas.

 Es decir, la racionalidad fue acelerar la capitulación de un Japón ya devastado. ¿En verdad? Si las hubieran arrojado sobre el Monte Fuji ese efecto se hubiera logrado. El espanto de lo que le aguardaba al país habría llevado al sagrado Emperador a ordenar de inmediato el cese de los últimos hálitos de resistencia.

Enola Gay Little Boy
Fotografía: Wikimedia.

Pero un arma debe probarse empíricamente. ¿Cómo saber su potencia destructiva si no se aplica en un objetivo real? Y como en todo experimento científico serio, la repetición es obligada para confirmar el resultado.  

Esto en lo militar. En lo político, había que hacer ver a los soviéticos, hasta unos meses antes “aliados” en la lucha contra el fascismo, quiénes eran los verdaderos amos del planeta a partir de ese momento. Nada de medias tintas.

En esto debió estar pensando el general Curtis LeMay, jefe de la fuerza aérea y responsable de los vuelos que llevaron los artefactos, cuando le dijo a Robert McNamara, Secretario de la Defensa, que de haber perdido la guerra, serían ellos los criminales de guerra en el banquillo del tribunal de Núremberg.

El piloto del avión que llevó la bomba a Hiroshima, Paul Tibbets, murió en el 2007, en cama, a los 92 años. ¿Habrá vivido con remordimientos? No lo creo. Al bombardero “Superfortaleza B29” que piloteó le puso el nombre de su mamacita, “Enola Gay”. Así supimos que tuvo progenitora. De los otros, no estoy seguro.

¿Y la bomba? Algún mentecato tuvo la gracejada de bautizarla como “Little Boy”: muchachito, escuincle.

El 9 de agosto, otro aparato, bautizado Bockscar,dejó caer sobre Nagasaki la bomba a la que seguro entre risas pusieron “Fat Man”: gordo, gordinflón. Al mando de la nave iba Charles W. Sweeney, quien también murió pacíficamente en su cama, a los 84 años, en el 2004.

Enola Gay Little Boy
Fotografía: Milenio

Con esta heroica hazaña quedaron muy satisfechos los profesores, los militares y los políticos que diseñaron, construyeron y dieron la orden de utilizar ese terrible artefacto contra un país que ya estaba aniquilado. Fue la locura de la sangre. Las patadas al cadáver del enemigo. La aniquilación de quienes nos enfrentaron y la construcción de un mensaje patibulario: esto es lo que les espera a nuestros enemigos.

Han transcurrido 75 años de aquel día. Enola Gay se exhibe reconstruido en un museo a las orillas de Potomac –sin que en ninguna parte se pueda leer un “¡Nunca más!”–.

Pero Little Boy  y Fat Man hoy son obsoletas chinampinas comparadas con las capacidades destructivas del moderno arsenal nuclear con el que algún día algún político hará pedazos este montón de tierra que gira en torno a una estrella a la que llamamos Sol. Ya lo dijo el autor: la mayor hazaña del Diablo fue hacernos creer que no existe.

Quince lustros después recordamos a las víctimas inocentes de aquellas jornadas. Los diarios de la época publicaron espeluznantes reportajes. The Lima News en su edición del 8 de agosto citó una transmisión de Radio Tokio en la que se describía el impacto de la bomba, “tan terrible que prácticamente todos los seres vivientes murieron rostizados por la ola de calor y la presión del estallido. Los cadáveres carbonizados quedaron irreconocibles”.

Niños pequeños, adolescentes, mujeres y hombres, casi todos víctimas de la penuria de un país derrotado y hambriento, fueron el blanco. Se dice que también perecieron algunos militares y políticos.

bombardeo en Hiroshima.
Fotografía: Slide.

John Hersey nos dejó un testimonio descarnado de aquella jornada en Hiroshima, la crónica que alertó al mundo sobre la abominación que asomó en el horizonte. La pieza comienza con la descripción del último instante de varias personas comunes y corrientes y sigue, en una precisa y sobrecogedora narración, la secuela de la detonación.

El relámpago silencioso. Exactamente a las ocho y quince de la mañana, el 6 de agosto de 1945, hora japonesa, en el momento en que la bomba atómica fue arrojada sobre Hiroshima, la señorita Toshiko Sasaki, empleada del departamento de personal de la Compañía Hojalatera del Asia Oriental, acababa de sentarse ante su escritorio de la oficina y estaba volviendo la cabeza para hablar con la muchacha del escritorio vecino…

Varios padres de la tecnología que hizo posible la fisión nuclear, encabezados por Albert Einstein, se opusieron a su utilización como arma de guerra. Fueron acusados de comunistas y antiyanquis. Y los políticos apretaron el gatillo: Harry S. Truman, el hombrecito que ocupó la presidencia a la muerto de Roosevelt, mercero de profesión y juvenil militante del Ku Klux Klan, firmó la orden de lanzamiento.

¿Habrá logrado conciliar el sueño el resto de su vida?


[Hiroshima de John Hersey, en una edición trilingüe liberada en ocasión de un aniversario del ataque, puede leerse en: www.sanchezdearmas.mx]

Juego de ojos.

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Gran Concurso Nacional de Marcas Industriales y Comerciales 1929

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Ellos se ríen de mi porque soy diferente,
yo me río de ellos porque todos son igualitos.
Anónimo.

En medio de tantos retrocesos a los que me he referido en mis más recientes artículos, hoy me es grato comentar dos hechos que fueron muy positivos en nuestro país, aunque datan de hace casi un siglo.

El 16 de septiembre de 1929 se celebró en México el Primer Gran Concurso Nacional de Marcas Industriales y Comerciales, de acuerdo con las bases publicadas en el gran diario de México, El Universal, el 24 de junio de 1929.

En dicho concurso, el Comité Calificador otorgó el Diploma de Honor, Medalla de Oro y Gran Premio a la marca La Piel de León, empresa dedicada a la curtiduría de pieles que producía charoles, suela y carnaza, por haber sido proclamada de “Fama Nacional” por voto popular.

panfleto

Para mí resulta un orgullo enorme comentar este hecho pues esta tenería era propiedad y estaba dirigida por mi abuelo materno Rodimiro García Aróstegui.

Panfleto

Conviene señalar que esta empresa se inició a través de un esquema de subarriendo de una curtiduría en la Ciudad de México, propiedad de Don Félix Pérez, el 30 de marzo de 1918, de acuerdo con el libro de registro de entradas y salidas de cueros según la categoría y calidad de la piel, del cual me es grato incluir copia de la primera página.

Panfleto

La exitosa administración de la empresa determinó que once años después de ese primer registro y una enorme transformación con instalaciones propias y construidas ad hoc, la marca La Piel de León haya recibido el galardón señalado.

Es importante mencionar que, debido a una hemiplejía que sufrió mi abuelo, tres de sus hijos tuvieron que incorporarse a la administración de la empresa de tal manera que el mayor de ellos, Nahúm García Escareño, quien en algún momento había recibido un diploma como Premio a la Aplicación y Aprovechamiento, otorgado en junio de 1908 por el Presidente de la República, el general Porfirio Díaz, y por el Secretario de Instrucción Pública y Cultura, el maestro Justo Sierra, tuvo que abandonar sus estudios para asumir importantes responsabilidades dentro de la empresa familiar.

Panfleto

Su segundo hijo, Juan García Escareño, también tuvo que dejar sus estudios y dedicarse a ayudar en la administración y operación de la empresa y, a pesar de sus importantes actividades dentro de la misma, destacó en el deporte que practicaba, motivo por el cual fue seleccionado para representar a México como integrante del Equipo Olímpico Mexicano de Boxeo en los Juegos Olímpicos de Los Ángeles, California, en 1932, sin embargo, los requerimientos de la empresa en ese momento preciso le impidieron asistir a la justa olímpica.

Su tercer hijo, mi mamá, María García Escareño, quien había estudiado “Economía doméstica” en el Colegio Williams, y se había convertido en una excelente cocinera, hoy dirían “Chef”, también tuvo que incorporarse a la empresa familiar, misma que como he señalado, tuvo tanto éxito que fue proclamada de fama nacional.

Asimismo, hay que destacar que, con sólo 20 años de edad, mi mamá se hizo cargo de la administración de la bodega y expendio de pieles, cuero y charol que la empresa puso en la calle de Mesones, y en donde el producto estrella era el charol.

A continuación incluyo una tarjeta de presentación de mi mamá, en la cual aparece la dirección de la tenería La Piel de León:

Panfleto

También es necesario comentar que la industria de la curtiduría en esa época fue clave para el desarrollo del país y destacó por su calidad, de tal manera que, inclusive el calzado Excélsior, que producía el importante industrial mexicano Carlos B. Zetina, fue catalogado como el mejor del mundo, haciendo referencia al importante hecho de que su empresa destacaba en el medio nacional e internacional porque había logrado la integración vertical y horizontal de su operación, situación que actualmente en nuestro país parece imposible.

La imagen de respetable industrial y la gran popularidad de don Carlos B. Zetina hicieron que, en un gran concurso de “Exploración nacional” convocado también por el diario El Universal y publicado el 10 de julio de 1922, sobre los posibles candidatos para ocupar la Presidencia de la República en 1924, figurara en segundo puesto de las preferencias nacionales, sólo después de don Adolfo de la Huerta y superando a Plutarco Elías Calles.

El cómputo sobre esos principales candidatos resultó como sigue:

Don Adolfo de la Huerta: 124,899
Don Carlos B. Zetina: 123,647
General Plutarco Elías Calles: 74,535
General Enrique Estrada: 73,678

Sin embargo, don Carlos tuvo que renunciar a competir como Candidato a la Presidencia de la República después de recibir amenazas de muerte por parte de Plutarco Elías Calles, un individuo débil de carácter y agachón que, obedeciendo las órdenes de Obregón y con su complicidad, estableció las sólidas bases de un régimen antidemocrático y de terror en México, utilizando los servicios del único analfabeta que ha sido titular de la Defensa Nacional, Joaquín Amaro, quien por su misma condición de ignorancia, carecía de valores y principios y, por tanto, fue sumamente útil para cometer toda clase de tropelías que le ordenaban Obregón y Calles como titulares del Poder Ejecutivo.

La empresa de Carlos B. Zetina, fabricante de calzado Excélsior, que fue considerado el mejor calzado del mundo, desapareció porque el gobierno de Calles le impuso la formación de un sindicato que determinó un rendimiento decreciente en su operación, debido a los conflictos internos y problemas generados por ese tipo de sindicato que hoy conocemos como sindicato blanco, presidido por un líder charro, y que incidieron negativamente en su administración.

El nacimiento de este tipo de sindicatos se incrementó durante la “Administración Calles” y se convirtió en un modus operandi que fue cobrando fuerza con los años y los regímenes que siguieron, siendo este tipo de organización lo que ha incidido grandemente en la poca competitividad de la economía mexicana, y que no ha podido ser eliminado totalmente hasta nuestros días.

La era de los caudillos que Calles anunció pomposamente que terminaba, señalando que se pasaba a la de las instituciones, desgraciadamente fue caracterizada por pasar de la era de los caudillos corruptos a la de las instituciones corruptas, mismas que pasaron a formar parte de los usos y costumbres de la vida de los mexicanos al institucionalizar, a través de las mismas, al dedazo y la corrupción.

Esta situación se ha traducido en el hecho de que un país tan rico como México, tradicionalmente haya tenido tasas de desarrollo muy reducidas y, actualmente, sea considerado uno de los países más corruptos del mundo, siendo la base de este problema, la pésima calidad de esas instituciones públicas y la de sus funcionarios. Es decir, la mediatización que se estableció a través de este esquema institucional, se tradujo en enorme mediocridad de las instituciones públicas sin que éstas lograran su objetivo social legítimo, pero sí lo logró el personal de la mafia del poder que nos ha gobernado durante más de 90 años.

Mark Twain parecía que conocía muy bien al sistema político mexicano, pues una de sus frases célebres parece originada en nuestro país tomando como base el estereotipo de políticos creado por Calles: Todo lo que necesitas para tener éxito es ignorancia y confianza.

El mismo Ejército Nacional Mexicano, con Joaquín Amaro como titular de la dependencia, sufrió una mediatización que tuvo como base un “acuerdo” de Calles con los generales que sobrevivieron a la Revolución mexicana, mismos que se sometieron a un proceso indigno de “premiación”, conformándose con esperar turno para recibir canonjías de acuerdo con el esquema de “institucionalización” del dedazo adoptado por Calles en todos los ámbitos.

La actividad que el Ejército Mexicano desarrolló durante esa época, con Joaquín Amaro al frente, sirviendo a los intereses personales y aviesos de Obregón y Calles, le dieron una característica de represor en lugar de cumplir con su función sustantiva.

Desgraciadamente, la imagen de Joaquín Amaro como persona analfabeta, carente de principios y valores, y borracho consuetudinario –que además utilizaba las instalaciones del Heroico Colegio Militar para sus libaciones y que murió como consecuencia de una cirrosis hepática–, también se le adjudicó de una manera genérica a los miembros del Instituto Armado, sin que a la fecha se haya podido eliminar completamente esa idea que todavía permanece en la mente de muchos mexicanos. (Denuncia del Ciudadano Manuel Gómez M. en contra de la actuación de Joaquín Amaro Domínguez como Director General del Heroico Colegio Militar. México, Junio 12 de 1933).

Todos estos elementos que han incidido grandemente en la pésima calidad de las instituciones mexicanas han provocado el pobre desarrollo de nuestra economía, mismos que la Historia Oficial de México ha ocultado pero que, vox pópuli, criticó acremente desde un principio, denostando a Calles con versos como el que se incluye a continuación, mismo a través del cual también se hace una crítica severa a la actitud sumisa, conformista y pasiva de gran parte de los políticos y del pueblo mexicano:

Yo no admiro de Calles los pellejos,
Ni admiro su poder adquisitivo;
Yo admiro su poder “defecativo”
Sobre veinte millones de … conejos.

Teniendo en cuenta la situación que hoy vive la industria del calzado mexicano, al igual que muchos otros sectores, resulta paradójico e increíble que hace 100 años ésta haya sido una industria emblemática que había logrado una integración total, produciendo insumos y calzado de alta calidad, y que hoy se vea amenazada con su desaparición por una irresponsable política comercial basada en la aplicación de un liberalismo dogmático, caracterizado por la firma compulsiva de TLC’s, por una apertura comercial totalmente incoherente y una desgravación unilateral ilógica.

En el caso de La Piel de León, trabajó exitosamente hasta 1942, año a partir del cual empezó a tener grandes problemas para seguir con su operación, debido a que gran parte de los insumos químicos que utilizaba para su producción eran de origen alemán y, naturalmente, la Segunda Guerra Mundial la afectó de manera extraordinaria.

Mi tío, Nahúm García Escareño, después buscar soluciones para los numerosos problemas que aquejaron a la empresa en los años 40 y principios de los 50, principalmente de financiamiento, tuvo que cerrarla y se dedicó a buscar alternativas en León, Guanajuato, asesorando a empresas curtidoras en esa entidad.

Posteriormente, decidió emigrar y primero se fue a vivir a Guatemala para asesorar a una tenería y, finalmente, en las postrimerías de la década de los 50, se fue a buscar el sueño americano a Los Angeles, California.

Al igual que mi abuelo Rodimiro y mi mamá, mi tío Nahúm murió a los 90 años de edad.


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Evangelina Corona Cadena y la fuerza de no apachurrarse

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Suelo es la tierra que sostiene, el piso que ampara,
la fundación de la existencia humana.
Sin él no se implantan ciudades ni puede alzarse el poder.
Y de repente
el suelo se echa a andar,
no hay amparo:
todo lo que era firme se viene abajo.
José Emilio Pacheco.

Era un jueves, como cualquier otro, cuando Evangelina Corona se levantó, como cualquier otro día, muy temprano. Alistó a su hija y salió a dejarla a la escuela. De ahí, se encaminó a su trabajo, en la calle San Antonio Abad, en el centro de la capital, donde ejercía como costurera.

Al llegar lo que vio le cambió la vida para siempre: frente a sus ojos, lo que ella conocía como un robusto edificio de once pisos, estaba convertido en una masa apocalíptica de escombros humeantes, en cuyas entrañas de hormigón y metal retorcido más de seiscientas de sus compañeras fueron literalmente aplastadas… Era el fatídico jueves 19 de septiembre de 1985…

Ante la calamidad del terremoto, los mexicanos se unieron como nunca; ya lo decía Carlos P. Rómulo: “La hermandad es el mismo precio y condición de la supervivencia del hombre”. Sin embargo, Evangelina y sus compañeras sobrevivientes recibieron un golpe injusto que les generó una gran indignación: después de los dos tremendos sismos, las últimas en ser rescatadas por los servicios gubernamentales fueron las costureras: “Muchos de sus cadáveres salieron de los escombros cuando sólo podían reconocerse por un anillito o un collar. Había pasado un mes. ¿Por qué? Porque eran mujeres, porque trabajaban en talleres clandestinos en San Antonio Abad, porque a la hora de la verdad sus patrones buscaron primero la caja fuerte que salvar las vidas de sus trabajadoras”, comenta Evangelina.

taller destruido
Fotografía: El Universal.

Conforme pasaron los días poco a poco se fue destapando la cloaca apestosa con que se manejaban aquellos talleres de costureras. Al ser clandestinos, los dueños se deslindaron de toda responsabilidad desde el principio: “Como no sabíamos nada de nada, creímos que los patrones eran buenos”, dijo Evangelina. Ahí, junto a “esas ruinas que ves”, quedó su buena voluntad e ingenuidad enterrada: 1,326 talleres quedaron inservibles y 800 totalmente destruidos.

El mundo se enteró de las horrendas condiciones de trabajo de las costureras mexicanas, pues la mayor parte de esos talleres estaban enclavados en edificios inestables, diseñados para casa habitación, no para fábrica. Además, eran espacios atiborrados de máquinas y toneladas de gigantes rollos de tela, lo que provocó un subcolapso más rápido y fuerte por el sobrepeso. De las normas de seguridad después hablamos…

Pronto la situación de las costureras se tornó crítica: “cuarenta mil se quedaron sin empleo debido al sismo y en estado de indefensión, porque 50% de la producción se hacía en talleres clandestinos, 51% de las trabajadoras tenía sólo contratos semanales y apenas 18% era de planta”.

Inmediatamente después de la tragedia, Evangelina sintió en su corazón que el pasó a seguir debía ser, en sus palabras, “no apachurrarse”, sino transformar el dolor en acción. Mujer de carácter férreo, con una increíble capacidad de convocatoria, pero sobre todo una sinceridad y sensibilidad humana abrazadas en la fe de su religión, comenzó a animar y organizar a sus compañeras: “El 85 fue para mí un antes y un después en mi vida. Si no hubiera ocurrido el terremoto seguiría yo muy campante, conforme con que me dieran de trabajo. Pero el salto que me hizo dar esa tragedia fue mayúsculo”.

sindicato costureras 19 septiembre
Fotografía: Regeneración.

Agrupadas, las obreras del vestido fundaron el Sindicato de Costureras 19 de septiembre. Como líder, Evangelina hizo cosas nunca vistas, desde prohibir a punta de palos que los dueños se llevaran la costosa maquinaria rescatada del terremoto, hasta pararse frente al entonces presidente Miguel de la Madrid, y lejos de intimidarse, decirle en su cara: “No, presidente, las cosas no son como usted las dice”. No fue desfachatez, era autenticidad y la convicción de hacer lo correcto con todas sus consecuencias.

Con una fantástica presencia en público, un don excepcional para dirigirse a los demás con vocabulario sencillo y directo, Evangelina hizo escuchar la voz de un sector industrial cuya fuerza de trabajo era, y sigue siendo, esencialmente femenino. Exigieron pagar indemnizaciones, se pelearon contratos colectivos y se trató de asegurar la titularidad del sindicato en otras fábricas. Durante aquella primera etapa el sindicato tenía ocho mil agremiadas provenientes de cuarenta fábricas.

Pero no tardaron en aparecer los problemas. Totalmente inexperta en los bretes políticos, Evangelina comenzó a darse cuenta de que, como decían en su pueblo, cuando la perra es brava hasta a los de casa muerde: “Las primeras diferencias empezaron a surgir porque las asesoras querían que yo me ciñera a lo que ellas me decían que yo tenía que decir. Y yo me rebelaba: ‘¿Por qué voy a tener que decir eso, si no es lo que estamos viviendo? Además, ellas manejaban un vocabulario diferente al mío; hablaban con ajos y cebollas y ese tipo de palabras yo no las manejo. Yo no podía calificar en público al presidente Miguel de la Madrid como un hijo de quien sabe quién, como ellas querían que lo hiciera. El distanciamiento empezó porque las asesoras querían que yo le entrara al mismo aro en que ellas andaban rodando’”.Evangelina rompió con el sindicato en 1991.

Los orígenes de Evangelina fueron humildes. Nacida en 1938 en el pueblo de San Antonio Cuaxomulco, Tlaxcala (no lejos de Apizaco), su familia no tuvo recursos. Ella terminó hasta tercero de primaria, mientras sus ocho hermanos se dedicaban al campo, “a sembrar y a recoger frijol, haba, maíz, trigo, cebada y, los domingos, piedras para ayudar a su papá a levantar su casa, a unos cien metros de una barranca”.

Evangelina Corona Cadena
Evangelina Corona Cadena (Fotografía: La Jornada).

Evangelina nunca le tuvo rencor por su pobreza. Como miles de otros, partió a la capital en busca de oportunidades. Comenzó a trabajar como sirvienta, pero con el tiempo fue haciendo oficio en la costura, que le encantaba, hasta conseguir un trabajo como costurera. No tardó en dominar la overlock, “una máquina bonita que hace remates, cierra bien las costuras y las clausura”. A lo largo de los años aprendió a manejar con destreza la dobladilladora, la ojaladora y la botonadora, pero sobre todo a tener una vida, como dijo, “verdaderamente cristiana”. A fuerza de lucha y de un carácter indomable, Evangelina se sobrepuso a los peores augurios, mediante la perseverancia y el empeño de quien afronta la vida siempre con un espíritu positivo.

En 1991 fue nombrada Diputada Federal por el PRD, puesto que ejerció hasta 1994: “¿Cuándo una costurera que sólo cursó el tercero de primaria iba a llegar a la Cámara?”. Al subir a la tribuna en la Cámara de Diputados hablaba con la misma sinceridad fresca y honrada de siempre. Su mejor arma como mujer ante la “jauría de lobos” fue su sentido común, que partía simplemente de su realidad. Elena Poniatowska recuerda que “nunca dejó de decir la verdad y recibir, atender y defender a los más pobres. (…) Al ver que sus compañeros diputados no hacían lo mismo se preocupaba, los consideró farsantes y opinaba que ‘el trabajo en la Cámara de Diputados’ es una farsa, una completa pérdida de tiempo y se desperdicia dinero que le cuesta al pueblo”.

Ayudó a la reforma de varios artículos de la Ley del Seguro Social para incrementar las pensiones, porque “…arribar a la tercera edad en este país, es empezar a enfrentarse a una serie de privaciones, penurias e ingratitudes que arrojan a los abuelos a la mendicidad; pero lo más grave: se les excluye de la productividad, se les abandona, orillándolos de esta forma a llegar a la miseria extrema. Tal es el caso de los jubilados, pensionados del país”. Estuvo a punto de ser alcaldesa de Nezahualcóyotl.

No se puede hablar de Evangelina Corona sin mencionar su beta religiosa. Educada en la tradición protestante, si bien después fue metodista, su fe la llevó a trabajar en centros de ayuda a niñas violadas y mujeres víctimas de violencia. Su rechazo al catolicismo fue por una sencilla razón: “no dejan ordenarse a mujeres”. Del metodismo pasó al presbiterianismo, desde donde dio un testimonio que le permitió llegar a ser un referente de la lucha de las mujeres por el acceso formal a los ministerios eclesiásticos. Sin que ella se vanagloriara, tuvo una importante participación en congresos como Las iglesias evangélicas y el Estado mexicano (1992), el Congreso de ministerios femeninos en el Seminario Presbiteriano (1996) o la asamblea de la Fraternidad Teológica Latinoamericana en Chile (1992): “Dentro y fuera de México ha sido reconocida como una de las pioneras en la reivindicación de los ministerios femeninos”, comentó el obispo Juan Calvino.

En el 2008 se publicaron sus memorias Contar las cosas como fueron:

“Más que triunfos, lo que he tenido son cambios bruscos en mi vida, cambios que no esperaba. Nunca me imaginé que sería la secretaria general del sindicato de costureras, nunca pensé estar en la Cámara de Diputados, nunca me puse como meta formar parte del Consejo de Ancianos de mi iglesia, ni tuve sueños de conocer otros países o de luchar por una alcaldía… (…) Pienso que hay que despertar con alegría y con los ojos alzados al cielo para contemplar las maravillas que Dios nos permite ver. Y si a veces tenemos problemas, pues hay que llorar cuando los tenemos. Y si tenemos dolores, pues hay que curarnos. Pero no apachurrarnos. Hay que superarlo todo. Cada momento tiene su propio consejo, cada momento tiene su propia inspiración, cada momento tiene su sabor, sea agradable o desagradable”.

evangelina corona
Fotografía: Tiempo AR.

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75 años de Hiroshima

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Japón y el mundo conmemoran 75 años de Hiroshima

Han pasado 75 años desde que la caída de la bomba atómica cambió la realidad de Japón y el mundo. Un 6 de agosto Hiroshima y Nagasaki quedaron devastadas por la bomba de uranio ‘Little Boy’ luego de la orden por Harry S. Truman, presidente de la Unión Americana, para dar por terminada la Segunda Guerra Mundial.

El ejército de los Estados Unidos lanzó una bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima, tres días después del ataque en Nagasaki, ocasionado la muerte de miles de personas y años de devastación.

Datos relevantes

¿Dónde explotaron las bombas atómicas en 1945?

En aquel día el ejército de los Estados Unidos, comandado por el presidente Truman, lanzó una bomba atómica sobre la ciudad de Hiroshima, tres días después del ataque en Nagasaki, que ocasionó mucho impacto y miles de personas afectadas.

¿Qué pasó el 6 de agosto de 1945?

Una explosión en punto de las 08:15 paralizó a todo el mundo, pues la bomba Hiroshima afectó en demasía al país asiático. El Coronel Paul W. Tibbets, de 31 años, fue el encargado de pilotear la nave que lanzó esta bomba atómica.

¿Qué pasó el 9 de agosto de 1945?

Tres días más tarde y cuando Japón aún no había sido capaz de reaccionar ante el desastre de Hiroshima, Estados Unidos lanzó otra bomba atómica sobre otra ciudad, ahora en Nagasaki, esta con el mismo impacto.

¿Qué bomba fue más potente Hiroshima o Nagasaki?

La primera bomba que explotó fue la de Hiroshima, siendo la que tomó más potencia al ser lanzada, pues fue 3.800 veces más poderosa que la de Little Boy.

¿Cuántos muertos hubieron, tras el ataque nuclear de 1945?

Este impacto ha sido altamente recordado por el número de personas que perdieron la vida en esa ciudad nipona, pues fueron alrededor de 200.000 muertos debido a la radiación, a ellas se sumaron otros 400.000 decesos más por problemas de salud relacionados con las bombas, esto con información de la ONU.

¿Cuándo acabó la Segunda Guerra Mundial?

Días después del terrible ataque atómico de los Estados Unidos y de la invasión soviética sobre Machuria en China, el 15 de agosto de 1945 Japón se rindió y la guerra en Asia terminó, poniendo fin a seis largos años de combates entre las grandes potencias mundiales. Finalmente el 2 de septiembre de ese año se firmó la carta de rendición y el mundo volvió a la paz.

Frívolos y tercos

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Vivimos tiempos políticamente correctos, tiempos plagados de frivolidad y terquedad.  Hace unas semanas HBO respondió a los vientos y tempestades de las redes sociales censurando y des-censurando en unos pocos días a “Lo que el viento se llevó”; salomónicamente zanjó su contradicción con una explicación que intenta dejar a todos felices: “un drama épico de 1939 que debe verse en su forma original, contextualizarse y debatirse”. Tiempo después, intelectuales del mundo redactan la carta sobre “justicia y debate abierto” en la que hacen un llamado a la tolerancia; se trata de un ejercicio de igual impacto que el de un Papa orando por la paz en la Plaza de San Pedro. Todo esto mientras diversos movimientos de iluminados asolan estatuas y monumentos por el mundo, gritando y cantando mantras de igualitarismo, justicia y dignidad; declarando, simultáneamente, que hoy es tiempo de revancha y reivindicación. 

La lógica de este nuevo puritanismo es sencilla: si no se puede con la historia se derriba sus símbolos. Si no se está dispuesto a dialogar, ni mucho menos a confrontar posiciones, se denuesta al adversario, se le convierte en enemigo, se le estigmatiza y se le enviste con todos los atributos que la masa considere políticamente incorrectos. Todo esto, desde luego, en nombre de la inclusión y la democracia. 

tiempos frivolos y tercos
Ilustración: Augusto Zambonato.

En 1945, al finalizar la Segunda Guerra Mundial, Karl Popper en La paradoja de la tolerancia ya nos lo advertía: para mantener una sociedad tolerante, la sociedad tiene que ser intolerante con la intolerancia. 

No se trata aquí de defender al racismo o la brutalidad policial, la defensa de los derechos humanos no tiene matices. Pero así también, la democracia liberal tiene el deber de mantener el orden público e institucional y debe siempre protegerse de todo totalitarismo. La mejor forma para ello es aprender con memoria; no olvidar es la única forma de evitar caer en los mismos errores y horrores que nuestras sociedades han cometido en el pasado. 

La historia no se puede cambiar, pero se puede estudiar, analizar, interpretar y comprender. Desde luego, ello no se hace en un quirófano aséptico, muy por el contrario, los hechos se enfrentan con ideología y argumentos, con posturas claras puestas sobre la mesa, arriesgado incomodar y hasta provocar. 

nacionalismo
Ilustración: Alexandra España.

Vivimos tiempos de frivolidad y de banalización de la política; tiempos de terquedad y oscurantismo reflexivo. En nombre de la tolerancia hemos ido transando diálogo y rigor intelectual, permitiendo que se instale entre nosotros el temor y su silencio cómplice. Decimos cada vez con más cuidado lo que en verdad pensamos, medimos palabra e intención y transamos, en nombre de la corrección social transamos, acumulando, al mismo tiempo, cada vez más cansancio, desconfianza y frustración. De ese ensimismamiento al encandilamiento por un discurso populista hay un mínimo paso.

El estalinismo y el nazismo, disfrazados de ideas de inclusión, tolerancia y buenismo nos soplan en las orejas; nosotros, mientras tanto, asentimos y callamos. 

Memoria e historia corren por caminos distintos, pero inevitablemente paralelos, entrecruzando siempre ecos de un lado a otro. Como ya se dijo, el olvido es el gran enemigo del aprendizaje. 


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De los colores. Rojo: ¿Alerta o pasión?

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El rojo, uno de los colores primarios, posee características que son especialmente atractivas a la percepción del ojo humano. Es un color intenso que a lo largo de la historia ha representado diferentes situaciones, condiciones y emociones en las diversas culturas.

La gama de rojos va desde algunos tonos de anaranjado hasta el color vino profundo y su uso data de la prehistoria. Junto con el negro, ocre y amarillo, el rojo fue uno de los primeros colores utilizados por los artistas creadores de las pinturas rupestres. Ellos hacían representaciones abstractas de la realidad trazando murales en las paredes de las cuevas y dando muestra de la complejidad de la capacidad intelectual de los seres humanos que habitaban entonces la faz de la tierra. El arte que realizaban no sólo servía para representar sus vivencias en la cacería o en sus ritos, también deja registro de la inteligencia aplicada al realizar sus propios pigmentos a partir de carbón digital, minerales y diferentes tipos de fluidos. El tono de rojo en estos casos es el ocre rojo y se tiene registro de su uso desde el año 15,000 y 16,500 a.C. como uno de los ejemplos más antiguos en la historia de la humanidad.

murales rojos
Pintura de Bisontes – Patrimonio Mundial de la UNESCO, Cueva de Altamira, España.

Los diferentes matices de rojo, desde el color mamey, el carmesí o el rojo Ferrari, han sido representativos de diferentes situaciones o condiciones, por ejemplo, en muchos países asiáticos, este color se asocia a la alegría y la buena suerte de forma tal que las novias utilizan prendas rojas integrando el ajuar nupcial ya que además representa fertilidad y fortuna. ¿Qué mejores deseos se puede tener hacia una mujer que está contrayendo matrimonio? Quizá hoy en día, la opción de la fertilidad esté sujeta a nuevas creencias e intereses de las propias mujeres o de las parejas y ya no estamos pensando en aquellas grandes familias de 10 o 12 hijos. En ocasiones ni siquiera se está considerando tener descendencia, sin embargo, estos cambios se fueron dando a lo largo de los siglos y la realidad actual dista mucho de aquella en que la fertilidad era una característica determinante de las mujeres de entonces, pero bueno, volviendo a Asia, en la China antigua el rojo aparece en cerámica negra y roja que data del período entre el 5,000 al 3,000 a.C.

Mientras tanto en Egipto, donde se encontraron rastros de ocre rojo en la tumba del rey Tutankamón, se halla también el uso del mismo color para dar un tono agradable a los labios y mejillas de las mujeres y en las grandes fiestas se pintaban el cuerpo con este pigmento en celebración de la vida, la salud y la victoria.

Así llegamos a otro de los minerales que son base para la extracción del rojo en sus diferentes tonalidades. En este caso es el cinabrio que proporciona matices de rojo que van desde el escarlata brillante hasta el ladrillo profundo. La sustancia de la que se desprende es un sulfuro de mercurio de muy alta toxicidad y fue de los preferidos de los antiguos romanos. En los murales de Pompeya se han encontrado rastros de este producto y era más caro que el azul egipcio y el ocre rojo africano. Se sabe que desde el siglo XII el cinabrio se utilizó también en las lacas talladas chinas.

rojo en la historia
Fresco romano del fullón de Veranius Hypsaeus en Pompeya (Wikimedia).

El origen del cinabrio en estas épocas era un extracto de minas en Almadén, España y que los trabajadores que lo extraían eran prisioneros que trabajaban en un ambiente sumamente tóxico por las características de este sulfuro de mercurio.

Ahora, si seguimos el camino rojo de la historia, en Europa el color se relacionó con la aristocracia y el clero. Dado que se le asociaba a la sangre de Cristo, la iglesia católica tomó el color rojo como distintivo para el vestuario de la alta jerarquía eclesiástica. De hecho, el título de cardenal proviene del color que estos clérigos utilizaban tradicionalmente.

Más adelante, en el desarrollo de la paleta de los rojos se generó el bermellón, que llevado de China a Europa fue un color ampliamente utilizado por los pintores del Renacimiento. En particular capas de hermoso bermellón con su tonalidad naranja rojiza destaca en las pinturas de Tiziano. Sin embargo, este pigmento tenía un problema, a lo largo del tiempo modificaba su tonalidad y acababa convirtiéndose en un marrón púrpura obscuro.

rojo en el arte
“La Virgen y el Niño con Seis Santos”, Sandro Botticelli, (1470).

Dado que su procedencia es el cadmio, el bermellón tenía, igual que el cinabrio, un elevado grado de toxicidad además de un elevado costo. En este contexto se empezó a buscar la forma de desarrollarlo a partir de otras sustancias y los chinos lo lograron haciendo el rojo cadmio conocido también como “rojo chino”. Este tono de rojo siguió siendo el más popular durante el siglo XX y su significado se asocia a la vida y la buena fortuna, así que en China se utilizaba para pintar los templos y el carruaje del emperador.

Durante la Edad Media este bermellón sintético era sumamente caro, por lo tanto, sólo se utilizaba para destacar detalles en los manuscritos ilustrados. En caso de tener que poner letras rojas en el texto, se utilizaba el plomo rojo que era sustancialmente más barato.

Seguiré contándoles la historia del rojo en la evolución de la comunicación y la moda en la siguiente entrega. Por ahora te dejo con la solicitud de que por favor reflexiones sobre las siguientes cuestiones: ¿Para ti qué representa el color rojo? ¿Con cuántas situaciones, objetos y mensajes lo puedes asociar? ¿Qué emociones te genera? Piensa en rojo…


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Asesinato del General Arnulfo R. Gómez

Lectura: 10 minutos

La Historia Oficial de México, en muchas ocasiones
es muy mentirosa, ridícula y tan absurda
que exalta al inepto, al corrupto y al asesino.
Arnulfo R. Gómez García.

El pasado 23 de junio se cumplieron 97 años de la postulación del General de División Arnulfo R. Gómez como Candidato a la Presidencia de la República por el Partido Nacional Antirreeleccionista para 1928.

Al respecto, me permito comentar que en el número 101 del mes de diciembre de 2016, la Revista Relatos e Historia en México que dirige la Doctora María Nieves Noriega de Autrey, publicó un muy interesante artículo de la Lic. Rosa Albina Garavito, en el cual se habla del asesinato de mi abuelo, el General de División, Arnulfo R. Gómez

Por considerarlo de interés a continuación envío la nota que elaboré con algunos comentarios, precisiones y más detalles de ese pasaje deleznable de la Historia de México que, desgraciadamente, no fueron publicados completamente en esa prestigiada Revista debido a falta de espacio en su sección Cartas a la Redacción.  

Conviene señalar que parte de la información que utilizo en esta nota y otras que he elaborado en los tres años más reciente, es resultado de la apertura mostrada por la SEDENA para acceder a sus archivos y sacar la historia de sus expedientes, lo que ha permitido conocer detalles verdaderos más allá de la Historia Oficial de México, misma que yo he definido más realistamente señalando que La Historia Oficial de México, en muchas ocasiones es muy mentirosa, ridícula y tan absurda que exalta al inepto, al corrupto y al asesino y que, sin duda, es enteramente aplicable a tres individuos a los cuales hago referencia en esta nota: Alvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Joaquín Amaro.


Carta dirigida a la Doctora María Nieves Noriega de Autrey, directora de la Revista Relatos e Historias en México

Respetada Doctora Noriega de Autrey:

Por medio de la presente la felicito por la muy interesante información que contiene su revista Relatos e Historias en México.

Me permito comentarle que el artículo de la Lic. Rosa Albina Garavito, en el número 101, nos aporta una serie de datos muy interesante sobre su abuelo, Don Abundio Elías Lucero, así como de su tío, Plutarco Elías Calles a quien, como dice la Lic. Garavito, Don Abundio le decía “El Loco Plutarco”. 

Conviene señalar que Álvaro Obregón, “su amigo”, era más preciso, crítico y cruel con Calles, pues lo consideraba un ser pusilánime, timorato y agachón, motivo por el cual lo motejaba como “Mi Teniente Correlón” y, además lo bautizó como “Plutarco Elías Corres”; asimismo, quiero hacer la aclaración sobre una imprecisión y que la Lic. Garavito Elías refiere como la visita de Doña Chonita (Encarnación Elías) a su tío Plutarco, para pedir clemencia a favor de su esposo, el General de División Arnulfo R. Gómez.

Dicha visita no se realizó debido a lo que a continuación narro, pero también es preciso señalar que, si esa visita se hubiera realizado, nada hubiera cambiado pues el que mandaba en el periodo 1924-1928 era Obregón, y Calles era simplemente su pelele, una figura decorativa sometida totalmente a los deseos de Obregón.

Desde principios del año 1927, la familia del General Gómez había sido enviada a Estados Unidos a fin de sustraerla de los peligros que podría presentar la contienda electoral al enfrentarse a Álvaro Obregón, un individuo que durante su gestión como presidente de la República, entre 1920-1924, se ganó la reputación de egocéntrico, frívolo, ambicioso, corrupto, cínico, perverso, traicionero y asesino, características que confirmó durante el periodo 1924-1928 en que a través de Calles ejercía el poder y estableció un régimen de terror que la Historia Oficial de México se ha encargado de ocultar y distorsionar.

En la realidad Alvaro Obregón, Plutarco Elías Calles y Joaquín Amaro crearon el prototipo del funcionario corrupto de la burocracia mexicana y, lo peor, es que este arquetipo se convirtió en un paradigma para numerosas personas que ingresaron a la Administración Pública Mexicana a partir de 1920, es decir, desde que esos personajes dirigieron al país, por eso la calificación de México como uno de los países más corruptos del mundo, actualmente; por eso también, la imagen tan deteriorada del Ejército Nacional Mexicano, que durante largo tiempo ha tenido que arrastrar la pésima fama que le crearon Obregón, Calles y Amaro, sin que al momento haya sido posible borrarla totalmente.

Amaro, queriendo crear un mito “novelesco y amable” sobre esta asociación delictuosa señaló en alguna ocasión que ellos eran Los Tres Mosqueteros, a lo cual Vox Pópuli respondió que parecía que Amaro aparte de tonto, era sordo pues lo que realmente les decían era “Los Tres Más Rateros”.

Antes de iniciar su campaña electoral, el General Gómez decidió visitar a su familia en Estados Unidos y, por insistencia de Plutarco Elías Calles quien estaba obedeciendo las órdenes de Obregón, a su paso por Sonora se vio obligado a  reunirse con Obregón, reunión en la cual no se llegó a acuerdo alguno con respecto al deseo de Obregón y Calles de que renunciara a proseguir con la defensa del principio de Sufragio Efectivo No Reelección, para lo cual le ofrecían designarlo Gobernador del Territorio de Baja California, según palabras de Calles: “Olvídate de la democracia y esas cosas, te ofrecemos ser Gobernador de Baja California, te puedes hacer millonario, tan rico como Abelardo [Abelardo L. Rodríguez] ”, ofrecimiento que el General Gómez rechazó señalando que él se había involucrado en la lucha armada por sus principios democráticos, por su compromiso con la sociedad y no para hacerse rico.

Conviene señalar que Abelardo L. Rodríguez se había convertido en un ente inmensamente rico por la corrupción que lo caracterizó y que fue el tema principal de la investigación y serie histórica de televisión realizada por History Channel bajo el título “Embajadores de la Mafia”, y en la que hacen un largo reportaje de la corrupta gestión de Abelardo L. Rodríguez como Gobernador y Presidente de la República, apoyado, dirigido y solapado por Calles. Esta investigación señala que Abelardo, quien también se convirtió en un pelele –en este caso de Calles–, fue el primer presidente mafioso al ser uno de los iniciadores de la mafia latinoamericana relacionado con la siembra de amapola, el juego, el tráfico de alcohol y de drogas, y para ello permitió e impulsó la construcción de casinos de la mafia norteamericana, él mismo llegó a tener uno de los casinos más importante en Baja California con el nombre de Agua Caliente.

De la reunión con Obregón, el General Gómez salió envenenado y fue gracias a un médico chino en Los Ángeles que el General se salvó de morir, sin embargo, su organismo quedó seriamente dañado, motivo por el cual durante la campaña electoral que realizó, mostró serios problemas de salud, independientemente de que en ese periodo fue objeto de otros atentados contra su vida.

Doña Chonita llegó a México casi una semana después del fusilamiento del General Gómez ya que, como he señalado, residía temporalmente en Los Ángeles y, antes de desplazarse a México en ferrocarril, en un viaje de más de tres días, tuvo que hacer arreglos para dejar a sus hijos Arnulfo y Aida Gómez Elías en un internado en esa ciudad.

familia gomez
Encarnación Elías de Gómez con sus hijos Arnulfo y Aida.

Por estas circunstancias, el día 6 de Noviembre, el funeral del General Gómez fue organizado por el Coronel Guillermo Rosas Flores, su Secretario Particular, y por el Presidente del Partido Nacional Antirreeleccionista, el General Vito Alessio Robles quien, muy valientemente y exponiéndose a las represalias y violencia que caracterizó a México durante el periodo 1920/1928 –en que Obregón mandaba, Calles obedecía y Amaro asesinaba– realizó el velorio en su domicilio de la quinta calle de Chihuahua 107, en la Colonia Roma, lugar en donde se reunió una multitud de aproximadamente 30,000 personas para presentar sus respetos al General Gómez y que, en cortejo fúnebre que se realizó a pie hasta el Panteón Francés de La Piedad, sumó a más de 50,000 personas.

El General Alessio Robles, como Presidente del Partido Nacional Antirreeleccionista expresó en la oración fúnebre dedicada al General Arnulfo R. Gómez:

El alma joven de un viejo luchador levanta el vuelo. Un paladín de los ideales revolucionarios ha muerto.
Descansa en paz; nosotros te ofrecemos seguir empeñados en la lucha de principios…
El general Gómez ha caído; pero el antirreeleccionismo sigue vigorosamente en pie… es un ideal que se destaca por encima de los hombres.
Los crímenes, las bastardas ambiciones y las situaciones bochornosas sirven de mortaja a sus autores. Los principios son la aureola de quienes sucumben por ellos.

Ya en México, Doña Chonita no pudo alojarse en su casa ubicada en la calle de Arquitectos 107 (hoy Miguel Schulz), Col. San Rafael, debido a que la misma había sido saqueada por órdenes de Obregón, por un contingente de funcionarios y soldados comandados por el Lic. Fernando Torreblanca quien, después de haber sido Secretario Particular de Obregón, le fue impuesto a Calles como Secretario Particular para dominarlo totalmente (y después fue impuesto por Calles a Emilio Portes Gil). También se dice que Obregón presionó a Calles para que “aceptara” a Torreblanca como su yerno, casándolo con su hija Hortensia.

boda
Boda de Fernando Torreblanca y Hortensia Elías con la presencia de Alvaro Obregón asegurándose de que sus deseos fueran cumplidos.

Por esas circunstancias, durante su permanencia en México, Doña Chonita se hospedó en la casa del Coronel Paulino Fontes Ruiz, amigo y partidario del General Gómez, quien había sido Director de los Ferrocarriles de México y Secretario Particular del Presidente Venustiano Carranza, lugar a donde acudieron numerosas personalidades a presentar su pésame, incluyendo a la más famosa vedette de esa época, María Conesa “La Gatita Blanca”, admiradora y partidaria del General Gómez, a pesar de que en ese momento era querida del General José Alvarez, Jefe del Estado Mayor del dizque “presidente” Plutarco Elías Calles.

Conviene señalar que en el colmo del cinismo y desvergüenza, el Lic. Fernando Torreblanca, posteriormente alardeaba y presumía de que usaba las mancuernillas del General Gómez, mismas que había robado durante este acto de rapiña totalmente deleznable y, durante el cual robaron todos sus objetos, enseres y archivos personales.

Incluyendo la información que el General Gómez había recopilado y procesado para publicar un tercer libro sobre la milicia mexicana con el título de Historia Militar de México, mismo que era un complemento del libro El Centinela (1924) que fue mejor conocido como Manual del Ordenanza) y de Estudios Militares (1926); después de un viaje de estudios que realizó a West Point, a Fort Benning y Fort Riley en Estados Unidos y a los principales centros de estudios e instalaciones militares en Europa y el Norte de África, mismo a través del cual hacía una serie de propuestas para la reestructuración e institucionalización del Ejército Nacional Mexicano –algunas de las cuales Amaro se apropió y presentó “como ideas suyas” y entre las cuales se incluye la idea que el General Gómez considero básica y fundamental para el desarrollo del Instituto Armado: la creación de la Escuela Superior de Guerra que, el General Arnulfo R. Gómez, propuso el 15 de enero de 1926, junto con una serie de otras 26 ideas para crear un Ejército Nacional Mexicano sólido, moderno y eficiente que cumpliera adecuadamente con su función sustantiva, así como con funciones que iban más allá de la milicia y que incluía aspectos sociales, económicos y políticos–.

Debido a los actos de rapiña arriba descritos, prácticamente, la familia del General Gómez carece de recuerdos físicos de su muy querido antepasado ya que sólo se rescataron algunas fotos, su bigotera, tres monedas que estaban dentro del estuche de su bigotera, sus polainas de campaña y algunos otros documentos que habían quedado en poder del Coronel Guillermo Rosas Flores y del Coronel Fernando López Portillo Horn, ambos sus Secretarios Particulares.

Conviene señalar que el Coronel Rosas Flores, consciente de que Doña Chonita no llegaría a tiempo para el sepelio del General Gómez, le cortó un mechón mismo que obra en mi poder.

Importante es señalar que Doña Chonita nunca quiso regresar a México, se quedó a vivir en Los Ángeles y fundó el Restaurante El Carmen, que se convirtió en un exitoso restaurante de alto nivel que entre sus clientes regulares contaba a personajes como D.W. Griffith, Cecil B. DeMille, Boris Karloff, Ricardo Montalban, Nat King Cole, Loretta Young, Diego Rivera, Busby Berkeley, Mario Lanza, Vincent Price y al muy joven John Wayne, quien se dirigía a Doña Chonita como “Mamá”. En el siguiente anexo, incluyo el menú de The Original EL CARMEN CAFE mismo que contiene una breve reseña referente a los primeros 50 años de su existencia, señalando que fue inaugurado el 15 de septiembre de 1929, un mes antes de que estallara la crisis del “stock market” y la Gran Depresión; y que a pesar de esos tiempos difíciles, siempre se mantuvo como un restaurante con gran afluencia de comensales que inclusive, frecuentemente hacían cola para conseguir una mesa.

Arnulfo Gómez Elías, hijo mayor del General Gómez, tampoco quiso regresar a México pues no concebía la idea de que hubiera un país en el que toda clase de delitos, abusos e injusticias fuese lo normal y que los transgresores quedaran impunes, además de que los convirtieran en héroes como sucedió con Obregón, Calles y Amaro, cuando realmente son una vergüenza y deshonra para el Ejército Nacional y para México.

Arnulfo, después de estudiar la carrera de abogado en Estados Unidos, fue miembro destacado del Cuerpo Diplomático de ese país, habiendo sido Jefe de Misión en Chile, Argentina y Portugal, así como Asesor del Secretario de Estado de la Unión Americana.

Su hermana, Aida Gómez Elías se convirtió en Maestra de Letras Inglesas y regresó a México a principios de los años 50, habiendo fundado el Instituto Boston, de Educación Primaria, y la Escuela Secundaria General Arnulfo R. Gómez, misma que estaba clasificada en el lugar 173 de un total de 1,342 escuelas en el Distrito Federal. Aida Gómez Elías se casó con el hijo del Coronel Paulino Fontes Ruiz y Angelita Buelna: Paulino Fontes Buelna.

Finalmente, me permito comentar que Eliseo Cid de León, quien aparece como donador del paliacate que utilizaron para vendarle los ojos a mi abuelo al fusilarlo y que forma parte de la colección de objetos exhibida en el Museo Alessio Robles de Saltillo, Coahuila, era Mayor del Ejército Mexicano y fue la persona que recibió su cuerpo en la ciudad de Jalapa, habiendo sido el encargado de acompañarlo en su traslado por ferrocarril hasta la ciudad de México.

Importante es hacer notar que el General Gómez llevaba en los brazos unos soportes para ajustar las mangas del saco que vestía cuando lo fusilaron, motivo por el cual algunos escritores e historiadores erróneamente hablan de que el General Gómez fue atado a un poste para sostenerlo durante su fusilamiento, lo cuales es totalmente incorrecto, pues a pesar de estar seriamente enfermo y de que se estremecía por la fiebre que lo aquejaba, valientemente se situó ante el paredón y el pelotón de fusilamiento, y en la foto que se presenta a continuación se puede notar la ausencia del supuesto poste al que algunos han señalado que lo ataron.

general gomez
Fusilamiento del Gral. Arnulfo R. Gómez.

En mi próximo artículo presentaré detalles del asesinato de mi abuelo, el General Arnulfo R. Gómez que fue disfrazado de fusilamiento después de un juicio sumario totalmente irregular, en el que no se le permitió declarar debido a que lo retuvieron en el tren que lo condujo de Teocelo a Coatepec y, por tanto, no estuvo presente en su juicio.


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La lección del Cerro de Las Campanas

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Se cumplieron 153 años del fusilamiento de Maximiliano de Habsburgo y los generales Miguel Miramón y Tomás Mejía en el Cerro de las Campanas en Querétaro, con lo que llegó a su fin el trágico Segundo Imperio Mexicano.

Pero todavía andan por ahí clericales atolondrados y morriños mascullando que fue un asesinato. No fue así. El trío fue apresado en combate y presentado ante un Consejo de Guerra que lo condenó al paredón conforme a una ley vigente, la del 25 de enero de 1862.

Con esta medida, el presidente Benito Juárez consolidó la República y anunció al mundo que México no toleraría jamás un gobierno impuesto desde el extranjero.

El episodio de lesa majestad del 19 de junio de 1867 infartó a las casas reales europeas. Al día de hoy, sus menguadas descendencias, de la mano con las sobras de nuestra aristocracia criolla, sufragan misas para que el Altísimo mantenga a Juárez ardiendo en el averno por aquel crimen y por la puñalada trapera de las Leyes de Reforma.

El capítulo del Cerro de Las Campanas también atrajo la atención de personajes de otra talla. Guissepe Garibaldi y Víctor Hugo abogaron por la vida del príncipe austríaco. El pintor Édouard Manet llevó al lienzo el episodio en una serie de tres cuadros que enfurecieron a Napoleón III, el pequeño, pues el pelotón de fusilamiento aparece con el uniforme de las tropas imperiales, en perspicaz alusión al verdadero responsable de la muerte del fallido emperador.

ejecución de maximiliano de habsburgo
“El fusilamiento de Maximiliano”, Édouard Manet (1867).

El gran Víctor Hugo redactó una espléndida homilía que fue recibida al día siguiente de la ejecución, por lo que nunca sabremos cuál habría sido su peso en el ánimo del de Guelatao. Más que una curiosidad historiográfica, la misiva arroja luz sobre este episodio fundacional de la República y permite escudriñar el significado y las consecuencias de una odisea como la de Juárez.

Es un texto preñado de mensajes que bien haría en escuchar –y atender– nuestra clase política. En particular la que se ve a sí misma en ropaje de estadista.

He aquí la epístola:


Juárez: Usted ha igualado a John Brown. La América actual tiene dos héroes, John Brown y usted. John Brown por quien la esclavitud ha muerto; usted, por quien la libertad vive. México se ha salvado por un principio y por un hombre. El principio es la República, el hombre, es usted.

Por lo demás, la suerte de todos los atentados monárquicos es terminar abortando. Toda usurpación empieza por Puebla y termina por Querétaro. En 1863, Europa se abalanzó contra América. Dos monarquías atacaron su democracia; una con un príncipe, otra con un ejército; el ejército llevó al príncipe. Entonces el mundo vio este espectáculo: por un lado, un ejército, el más aguerrido de Europa, teniendo como apoyo una flota tan poderosa en el mar como lo es él en tierra, teniendo como recursos todo el dinero de Francia, con un reclutamiento siempre renovado, un ejército bien dirigido, victorioso en África, en Crimea, en Italia, en China, valientemente fanático de su bandera, dueño de una gran cantidad de caballos, artillería y municiones formidables. Del otro lado, Juárez.

Por un lado, dos imperios; por otro, un hombre. Un hombre con otro puñado de hombres. Un hombre perseguido de ciudad en ciudad, de pueblo en pueblo, de bosque en bosque, en la mira de los infames fusiles de los consejos de guerra, acosado, errante, refundido en las cavernas como una bestia salvaje, aislado en el desierto, por cuya cabeza se paga una recompensa. Teniendo por generales algunos desesperados, por soldados algunos harapientos. Sin dinero, sin pan, sin pólvora, sin cañones. Los arbustos por ciudadelas. Aquí la usurpación, llamada legitimidad, allá el derecho, llamado bandido. La usurpación, casco bien puesto y espada en mano, aplaudida por los obispos, empujando ante sí y arrastrando detrás de sí todas las legiones de la fuerza. El derecho, solo y desnudo. Usted, el derecho, aceptó el combate. La batalla de uno contra todos duró cinco años. A falta de hombres, usted usó como proyectiles las cosas. El clima, terrible, vino en su ayuda; tuvo usted por ayudante al sol. Tuvo por defensores los lagos infranqueables, los torrentes llenos de caimanes, los pantanos, llenos de fiebre, las malezas mórbidas, el vómito prieto de las tierras calientes, las soledades de sal, las vastas arenas sin agua y sin hierba donde los caballos mueren de sed y de hambre, la gran planicie severa de Anáhuac que se cuida con su desnudez, como Castilla, las planicies con abismos, siempre trémulas por el temblor de los volcanes, desde el de Colima hasta el Nevado de Toluca; usted pidió ayuda a sus barreras naturales, la aspereza de las cordilleras, los altos diques basálticos, las colosales rocas de pórfido. Usted llevó a cabo una guerra de gigantes, combatiendo a golpes de montaña.

benito juarez
“Benito Pablo Juárez García”, Jorge González Camarena, 1968 (Fuente: Chicago History Museum).

Y un día, después de cinco años de humo, de polvo, y de ceguera, la nube se disipó y vimos a los dos imperios caer, no más monarquía, no más ejército, nada sino la enormidad de la usurpación en ruinas, y sobre estos escombros, un hombre de pie, Juárez, y, al lado de este hombre, la libertad.

Usted hizo tal cosa, Juárez, y es grande. Lo que le queda por hacer es más grande aún. Escuche, ciudadano presidente de la República mexicana. Acaba usted de vencer a las monarquías con la democracia. Usted les mostró el poder de ésta; muéstreles ahora su belleza. Después del rayo, muestre la aurora. Al cesarismo que masacra, muéstrele la República que deja vivir. A las monarquías que usurpan y exterminan, muéstreles el pueblo que reina y se modera. A los bárbaros, muéstreles la civilización. A los déspotas, los principios.

Dé a los reyes, frente al pueblo, la humillación del deslumbramiento. Acábelos mediante la piedad. Los principios se afirman, sobre todo, brindando protección a nuestro enemigo. La grandeza de los principios está en ignorar. Los hombres no tienen nombre ante los principios, los hombres son el Hombre. Los principios no conocen sino a sí mismos. En su estupidez augusta no saben sino esto: la vida humana es inviolable.

¡Oh, venerable imparcialidad de la verdad! El derecho sin discernimiento, ocupado solamente en ser derecho. ¡Qué belleza! Es importante que sea frente a aquellos que legalmente habrían merecido la muerte, cuando abjuremos de esta vía de hecho. La más bella caída del cadalso se hace delante del culpable.

¡Que el violador de principios sea salvaguardado por un principio! ¡Que tenga esa felicidad y esa vergüenza! Que el violador del derecho sea cobijado por el derecho. Despojándolo de su falsa inviolabilidad, la inviolabilidad real, pondrá usted al desnudo la verdadera, la inviolabilidad humana. Que quede estupefacto al ver que del lado por el cual él es sagrado, es el mismo por el cual no es emperador. Que este príncipe, que no se sabía hombre, aprenda que hay en él una miseria, el príncipe, y una majestad, el hombre. Nunca se presentó una oportunidad tan magnífica como ésta. ¿Se atreverán a matar a Berezowski en presencia de Maximiliano sano y salvo? Uno quiso matar a un rey, el otro, a una nación. Juárez, haga dar a la civilización ese paso inmenso. Juárez, abolid sobre toda la tierra la pena de muerte. Que el mundo vea esta cosa prodigiosa: la república tiene en su poder a su asesino, un emperador; en el momento de arrollarlo, se da cuenta de que es un hombre, lo suelta y le dice: Eres del pueblo como los demás.

Vete.

ejecucion maximiliano
“Emperor Maximilien before his execution”, Jean-Paul Laurens (1882).

Ésa será, Juárez, su segunda victoria. La primera, vencer a la usurpación, es soberbia; la segunda, perdonar al usurpador, será sublime. Sí, a esos reyes cuyas prisiones están repletas, cuyos cadalsos están oxidados de asesinatos, a esos reyes de caza, de exilios, de presidios y de Siberia, a los que tienen a Polonia, a Irlanda, a La Habana, a Creta, a esos príncipes obedecidos por los jueces, a esos jueces obedecidos por los verdugos, a esos verdugos obedecidos por la muerte, a esos emperadores que tan fácilmente mandan cortar una cabeza, ¡muéstreles cómo se salva la cabeza de un emperador!

Por encima de todos los códigos monárquicos de los que caen gotas de sangre, abra la ley de la luz, y, en medio de la página más santa del libro supremo, que se vea el dedo de la República posado sobre esta orden de Dios: No matarás. Estas dos palabras contienen el deber. Usted cumplirá ese deber.

El usurpador será perdonado y el liberador no ha podido serlo, lástima. Hace dos años, el 2 de diciembre de 1859, tomé la palabra en nombre de la democracia, y pedí a Estados Unidos la vida de John Brown. No la obtuve. Hoy pido a México la vida de Maximiliano. ¿La obtendré? Sí. Y si tal vez en estos momentos ya ha sido cumplida mi petición, Maximiliano le deberá la vida a Juárez. ¿Y el castigo?, preguntarán. El castigo, helo aquí: Maximiliano vivirá “por la gracia de la República”.


Juego de ojos.

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