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Fortalecen vínculos con Plan Sectorial de Educación 2020-2024

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La nueva Ley General de Educación Superior brindará las competencias y conocimientos que permitan a los jóvenes del país emprender proyectos personales y profesionales con éxito.

El Plan Sectorial de Educación para los años 2020-2024 considera el fortalecimiento del vínculo con los sectores productivos, así como el desarrollo de la ciencia y la tecnología, por lo que reforzar la educación en Tecnologías de la Información, Comunicación, Conocimiento y Aprendizaje Digital (TICCAD).

En el marco de la Reunión Anual de Industriales RAI 2020, organizado por la Confederación de Cámaras Industriales de los Estados Unidos Mexicanos (CONCAMIN), en el panel Para una industria 4.0, Una educación 4.0, Moctezuma Barragán, Secretario de Educación Pública, señaló que disminuir la brecha digital no implica, exclusivamente, dar acceso a las tecnologías a aquellos menos favorecidos, sino prepararlos para contar con los conocimientos y las habilidades necesarias para adaptarse al cambio tecnológico.

La SEP y la CONCAMIN comparten un compromiso social por la calidad y la excelencia en la educación, por lo que con la nueva Ley General de Educación Superior se brindarán las competencias y conocimientos que permitan a los jóvenes del país emprender proyectos personales y profesionales con éxito, que coadyuven al desarrollo de una industria nacional y garanticen la competitividad, el alto rendimiento y la excelencia

El Foro Económico Mundial afirma en uno de sus reportes más recientes sobre el futuro del empleo, evidenciando que existe un círculo complejo entre las nuevas tecnologías, el trabajo y las habilidades, por lo que destacó la importancia de adquirir aprendizajes pertinentes que lleven al crecimiento de los negocios; la creación de empleos y la demanda por habilidades especializadas.

Las restricciones sanitarias obligaron a la SEP a reconocer su responsabilidad institucional para no detener el aprendizaje y dar prioridad a la inclusión y la excelencia. Por ello, la educación mixta llegó para quedarse, y en el futuro se establecerá un modelo multiplataforma que estimule las competencias de la educación 4.0, con las clases presenciales.

El pasado 9 de septiembre, se presentó la iniciativa de ley, suscrita por todos los grupos parlamentarios del Senado y de la Cámara de Diputados, con aportaciones de universidades, académicos, especialistas, y organizaciones como el Consejo Coordinador Empresarial y la CONCAMIN.

Por su parte, el Rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), Enrique Graue Wiechers, destacó que una de las formas más importantes de crear bienestar social es tener una mejor educación, por lo que este es un gran objetivo, tanto de las Universidades, como de la nueva Ley General de Educación Superior, que refirió el Secretario Moctezuma Barragán.

Asimismo, reconoció que en la revolución 4.0 los empleos cambiarán, ya que hay unos emergentes y otros en declive, entonces es necesario adecuarse, para lo cual ya se han creado nuevos proyectos de planes de estudio.

Agregó que, con la pandemia, la alfabetización digital ya es parte de la formación académica, tanto de los docentes como de los alumnos, e indudablemente van a cambiar las condiciones labores y sociales a las que se estaba acostumbrado.

En este sentido, Graue Wiechers insistió en que se debe aceptar que el modelo educativo cambiará “y debemos adaptarnos a él, procurando espacios colaborativos, que indudablemente transformarán toda la educación y tendremos que ir ajustando nuestra normatividad, nuestros recursos”.

En su participación Jean-Michel Blanquer, Ministro de Educación en Francia afirmó que la colaboración internacional en materia de formación profesional es fundamental, en particular con México, lo que se ha traducido en el desarrollo de profesionales en ámbitos claves, por lo que ambas naciones sabrán enfrentar los principales desafíos del siglo XXI.

“Las escuelas y las empresas deben ajustarse para dar educación a los jóvenes ante un mundo que está cada vez más en movimiento, más tecnológico, pero que, a su vez, es un mundo que debe ser más humano, con valores”.

Protegen aporte de la Educación Tecnológica en el desarrollo del país

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A través de la estrecha colaboración con investigadores y académicos del Conacyt, el Tecnológico Nacional de México impulsa el seguimiento de proyectos que permitan la construcción de soluciones problemáticas nacionales, regionales y locales, alineados con tendencias internacionales.

Con esta convicción, Enrique Fernández Fassnach, Director General del TecNM, encabezó la inauguración del Foro Virtual: Posgrados Tecnológicos, Retos y Perspectivas para el Desarrollo y la Innovación en México, convocado por la Secretaría de Educación Pública (SEP), el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) y el Tecnológico Nacional de México (TecNM), donde se analizaron las oportunidades en la materia, que surgieron tras la pandemia de COVID-19.

En este encuentro con más de 3 mil académicos, científicos y expertos en Educación Superior, se llevó a cabo con el objetivo de trazar la ruta de los estudios de posgrados tecnológicos hacia una transformación en el sector productivo, social y educativo.

El director, dijo que el propósito es fortalecer la vinculación con los sectores productivos a través de proyectos que permitan la construcción de soluciones a problemáticas nacionales, regionales y locales, alineados con las tendencias internacionales.

En tanto, Luciano Concheiro Bórquez, Subsecretario de Educación Superior, destacó el compromiso del TecNM para fortalecer los posgrados a nivel nacional, “actualmente el Tecnológico Nacional de México cuenta con 135 Programas de Posgrado, de los cuales, el 62 por ciento se encuentra reconocido dentro del Programa Nacional de Posgrados de Calidad”.

Asimismo, Concheiro Bórquez señaló que el TecNM representa el subsistema de Educación Superior más dinámico y prometedor gracias a su dispersión a nivel nacional, lo que permite confrontar las desigualdades geográficas y sociales, para garantizar pertinencia y equidad a los jóvenes de México.

El Tecnológico Nacional de México cuenta con una gran capacidad articulada por su posición y distribución geográfica, por lo que este Foro Virtual deberá cristalizar los proyectos en hechos reales que coadyuven en el quehacer científico y tecnológico.

La educación tecnológica: impulso social y productivo de México

Por su parte, María Elena Álvarez-Buylla Roces, directora general del Conacyt, destacó que el espacio de análisis tiene el objetivo de generar sinergias para sumar las capacidades de cada uno de los investigadores y académicos de los campus que integran al TecNM para apoyar a los proyectos nacionales promovidos por el Gobierno Federal.

Entre las conferencias magistrales destacadas, Orozco Hernández destacó que los diferentes actores en el desarrollo de la ciencia y la tecnología deben estar comprometidos con la vinculación de los estudiantes en las áreas productivas para dar solución a problemas prioritarios a nivel nacional, mejor uso de recursos públicos y aminorar la fuga de talentos del país.

Durante la presentación de su ponencia, Fernández Fassnacht, Titular del TecNM, explicó que los protagonistas del Tecnológico Nacional de México son los estudiantes. Por ello, dijo, se trabaja con investigadores, académicos y docentes comprometidos con la comunidad estudiantil, quienes ofrecen líneas de acción y conocimiento de calidad.

Fassnacht expuso que el TecNM está comprometido en la formación de grupos académicos de investigación, que conjunten las tecnologías de la información, la Inteligencia Artificial, la robótica, la electrónica y otras disciplinas afines, que colaboren con otros conjuntos de expertos en temas de ciencias de la vida y en otros temas de impacto social.

La plataforma virtual reunió a especialistas en materia de ciencia, tecnología e innovación, quienes presentaron conferencias magistrales a la comunidad tecnológica, en torno a las oportunidades, retos y perspectivas hacia la transformación de México, a través de posgrados en las diferentes áreas de estudio del Tecnológico Nacional de México.

El Foro Virtual es un espacio abierto de discusión sobre las necesidades y estrategias para fortalecer los posgrados tecnológicos, en áreas estratégicas nacionales mediante la vinculación con los sectores sociales y productivos y la definición de criterios de evaluación e impacto, acordes a sus objetivos.

Democracia digital, al resguardo de las libertades esenciales

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Ni buena ni mala, pero tampoco neutral. Planteó así, hace tiempo, en una de sus más famosas y tempranas sentencias sobre la tecnología y su papel en la era actual, el hoy ministro del Gobierno español, Manuel Castells.

Lejos de los primeros augurios que señalaron a Internet como el epítome de la democracia y a la nube como la manifestación de la misma, representantes de las más grandes corporaciones digitales están siendo llamados a cuentas por congresos y gobiernos.

Hace pocas semanas, el Congreso de los Estados Unidos abrió una serie de audiencias en las participaron los CEOs de cuatro de los más grandes corporativos globales: Google, Facebook, Amazon y Apple.

corporaciones digitales en juicio
Imagen: Sébastien Thibault.

Los legisladores norteamericanos citaron a Sundar Pichai (Google), Jeff Bezos (Amazon), Mark Zuckerberg (Facebook) y Tim Cook (Apple) a propósito de sus prácticas como actores dominantes en materia de comercio electrónico y redes sociales.

De Serguéi Brin, fundador de Google, quien en 2005 confiaba en que la naturaleza de la red la haría inherente al afianzamiento de las democracias, pasando por John Perry Barlow y su idea de que Internet representaba la más grande fuerza que la humanidad hubiera descubierto nunca, hoy, la visión es más moderada, por decir lo menos.

El asunto fue detonado a gran escala, se sabe, por la proliferación de noticias falsas que incidieron sobre la elección presidencial en Estados Unidos en 2016, y no menos, por los indicios de la intervención de terceros países, a través de las plataformas digitales.

En Europa, sin embargo, el tema es anterior y de naturaleza más amplia que el modo cómo lo asumen los norteamericanos.

Al respecto, Marietje Schaake, eurodiputada de origen neerlandés, señala enfática que donde se prometió un poder emancipador, nos hemos encontrado con el crecimiento monopólico centrado en muy pocos jugadores.

Debería ser una preocupación general, dice la también militante de Democracia 66 en Países Bajos, la invisibilidad con la que el creciente poder de las corporaciones digitales privadas actúa e influyen sobre el ámbito público.

democracia digital
Imagen: Freepik.

Schaake ha venido insistiendo en ese sentido, en la necesidad de conformar una cada vez más amplia coalición de países que actúen en términos del diseño e implementación de políticas públicas tanto a nivel nacional como multilateral, que ponga a resguardo el sistema de libertades y derechos, esos sí, inherentes a la democracia. En una reciente colaboración para el diario neerlandés NRC, escribe la también miembro fundadora del Grupo especial para la Agenda digital del Parlamento europeo:

Nos hallamos frente al avance silencioso del poder privado en el ámbito digital que trastoca responsabilidad que atañe esencialmente a lo público.
Dice Schaake, este avance toca las tareas centrales del Estado: desarrollar Inteligencia Artificial, construir y operar infraestructura crítica (y protegerla), desarrollar tecnología para la defensa…o acuñar monedas digitales.
Para luego agregar: Para que la democracia sobreviva, el poder y el contrapoder deben estar estructuralmente equilibrados. Se necesita urgentemente una coalición de países democráticos que esté comprometida con esto.

Por su parte, a principios de septiembre, bajo el auspicio de la presidencia alemana de la UE, la parlamentaria europea Margrethe Vestager, señaló que: Los mercados en línea de Europa deberían ser ecosistemas vibrantes, donde las empresas emergentes tengan una oportunidad real de florecer. No deberían ser tiendas cerradas, controladas por un puñado de plataformas de vigilancia, dijo la parlamentaria danesa.

Ciertamente, una parte del intenso debate que se ha establecido, aun con la pandemia en marcha, refiere al comercio.

Mas, no se agota en las transacciones que en este orden se pueden realizar, sino que atraviesa elementos que se relacionan con la propia interferencia de los intereses privados ahí donde debe predominar el interés público.

El sector público está ahora rezagado en cuanto a conocimientos, salarios y talento, señala Schaake, lo que impide que los reguladores garanticen que las empresas de tecnología operen dentro de los marcos legales.

democracia virtual
Imagen: New Statesman.

Tres aspectos resultan centrales para la parlamentaria neerlandesa: las asimetrías que pueden derivar de los desarrollos basados en Inteligencia Artificial, la captura de datos e interferencia malignas a través de softwares espías, y el garantizar las libertades democráticas esenciales.

Proveniente de una de las democracias más sólidas, como lo es la de Países Bajos, Schaake afirma con toda convicción que la privatización y digitalización de tareas centrales también toca elementos filosóficos esenciales de la democracia liberal, como la libertad de elección, la competencia leal, la no discriminación y la justicia.

Del mismo modo, dice, al subrayar el papel que a nivel geopolítico juegan estos grandes actores del mundo digital, no se puede separar el lazo entre el desarrollo de la Inteligencia Artificial y tecnologías abocadas al espionaje.

Es necesario prevenir una expansión tecnológica vinculada con regímenes autoritarios en los que la política de supresión de libertades individuales sea la norma cotidiana.

No es aún demasiado tarde, confía Schaake, para reducir el poder los Corporativos digitales en el mundo. La cooperación entre los países es, sin embargo, indispensable.

La neutralidad de la tecnología es una responsabilidad pública, es decir, de los Estados, tal como lo es resguardar las libertades esenciales.

Porque eso son; esenciales.


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Ecosistemas digitales, complementariedad para la innovación

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El alcance la pandemia, la primera de la era global, ha acelerado un proceso que parecía ya de por sí raudo.

La noción de complementariedad entre los actores de la realidad multilateral permite entender el paso de un tipo de globalización centrada en la integración, hacia otra que tiene al desarrollo de entornos complementarios, como su noción fundamental.

Es cierto que los estragos de la crisis han obligado a revisar algunos de los supuestos con los que lo global transitó las primeras dos décadas de este siglo.

Pero no menos constatable resulta el hecho de que, a la manera de una sustancia que condensa y potencia, la actual circunstancia ha acelerado muchas de las tendencias que se presentaban ya desde antes de modo latente.

En todo caso, lo que tenemos frente a nosotros no es la disolución del orden global, con todo y su desorden; ni mucho menos, la vuelta a un modelo mundial superado.

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Imagen: Freepik.

Los ecosistemas digitales son uno de los puntos de referencia con los que ha venido avanzando la transformación digital en todos los órdenes, desde hace por lo menos diez años.

Aplicables en el orden de lo privado, lo social y lo público, tienen en su propio nombre el signo de su identidad. Se trata de imitaciones/adaptables que parten de la noción que el orden/desorden natural tiene el término ecosistema.

Sistema biológico, marcado por el entorno, al tiempo que sistema social, señalado por las interacciones de los sujetos que lo componen, la idea de ecosistemas que toman a préstamo el término digital sigue la línea de estas dos dimensiones: entorno e interacciones.

Dotados de suficiente flexibilidad para afrontar el cambio y su rapidez como condición de sobrevivencia, a la vez, que necesariamente escalables y sostenibles, los ecosistemas digitales se tornan en sistemas dinámicos que expresan la naturaleza cambiante de la época.

Por supuesto que la primera idea que puede venir a la cabeza al plantear el término ecosistema digital es la que tiene que ver el orden empresarial y la necesidad de que la tecnología digital pueda hacer más eficiente los procesos y resiliente su estructura institucional.

Para el orden empresarial, hablar de ecosistemas digitales suele asociarse a la relación que se establece, en términos cuanti y cualificables, entre el sitio web, el eje del ecosistema, el SEO, la Analítica y el trabajo que se hace con base en las redes sociales.

ecosistema digital
Imagen: Deloitte.

Al escalarse, la idea de ecosistema digital adquiere una dimensión que se expande y refleja el tránsito entre una primera etapa de globalización integradora y los actuales signos que dan cuenta de una globalización de la complementariedad.

Ámsterdam refleja el éxito de su estrategia al consolidarse como un creciente ecosistema digital a nivel ciudad.

Big data, sensores, Inteligencia Artificial, algoritmos, robótica, se combinan con una genuina política de datos abiertos, economía circular, participación de los usuarios, privacidad y acceso a la información.

A la vez, la que sin duda es hoy el modelo de una Smart City de este tiempo, Ámsterdam amalgama una eficaz política pública para incentivar el establecimiento de empresas de desarrollo digital con la promoción de la cooperación regional e internacional.

Esto es la forma en que la Oficina de Promoción Económica de Ámsterdam subraya las oportunidades que la ciudad ofrece: “Las personas se conectan más y la tecnología se convierte en parte de nuestra vida diaria.

“Entre 2014 y 2015 hubo un crecimiento del 27% del tráfico de Internet en Ámsterdam. Once de los quince cables de datos transatlánticos están conectados o pasan por Ámsterdam y el AMS-IX es el segundo punto de intercambio de Internet más grande del mundo.

“En 2016, Ámsterdam ocupó el segundo lugar en el índice europeo de ciudades digitales. ¿Quieres trabajar para una ciudad más inteligente? ¡Comparte tus tecnologías aquí!”.

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Imagen: GettyImages.

Rankeada hace un año como la cuarta ciudad en el mundo en el desarrollo de Apps innovadoras, Ámsterdam reporta la presencia de aproximadamente 600 compañías relacionadas con las nuevas tecnologías, de las cuales, cerca de 200 tienen sus cuarteles generales en la urbe neerlandesa.

A este desarrollo se suman iniciativas tendientes a producir un efecto expansivo sobre la vida y el desarrollo de la ciudad en su conjunto y sus habitantes. La tecnología no como parte de “parques industriales”, sino como detonante de la transformación de la vida de las personas.

De esta suerte, destacan, por ejemplo, Coding for Amsterdam, cuyo trabajo es impulsar que niñas y niños de la ciudad se apropien de las herramientas y habilidades digitales propias del siglo XXI.

Amsterdam School of Data Science o The Amsterdam Science Park, con sus 70 hectáreas y casi 80 empresas y centros de investigación instalados.

He ahí dos ejemplos más que dan cuenta del asentamiento de este modelo basado en la idea de un ecosistema digital que a su vez alimenta y se nutre de ecosistemas de innovación, investigación, a escala.

Que las buenas prácticas y políticas públicas asertivas impactan positivamente sobre la diversidad, consolidación y expansión de los ecosistemas, tanto en su variante natural como digital, ni duda cabe.

Que su contrario, puede aniquilarlos, también.


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Pandemia y Educación: Drásticas Lecciones

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Graciela Moguillansky* y Claudia Schatan.

Se estima que 1.5 mil millones de estudiantes en el mundo estaban privados de asistir a sus escuelas en el momento más álgido del confinamiento experimentado hasta ahora. De este universo, casi un tercio – 463 millones– no tenía acceso a una educación remota desde su casa, mientras que en América Latina la pandemia de coronavirus provocó el cierre temporal de miles de colegios, afectando a 160 millones de estudiantes, al tiempo que un porcentaje no despreciable pertenece a centros educativos sin herramientas tecnológicas a su alcance (UNICEF).

Es por ello que, para continuar la instrucción a todo nivel, la incorporación de la digitalización en los sistemas de educación es de suma urgencia. Pero mientras que ajustarse a una enseñanza remota desde casa vía Internet u otro medio de comunicación no significa un desafío demasiado grande para muchos estudiantes y maestros, ello es todo un reto o, de plano, una imposibilidad para otro sector grande de la población.

En la práctica, estamos al borde de dos puntos de inflexión en sentidos opuestos: para aquellos maestros y alumnos más preparados no sólo en el manejo de medios digitales, sino de sistemas educativos innovadores, la pandemia podría ser incluso un estímulo para incorporar métodos de última generación de aprendizaje; pero para los sectores inmersos aún en sistemas más tradicionales de educación, lo que es común en estratos socio-económicos más desfavorecidos, la presente situación podría significar un gran retroceso en el proceso de aprendizaje.

desigualdad pandemia en educacion
Imagen: Connectas.

1.Sistemas prometedores de enseñanza antes y durante la pandemia

Existen escuelas, especialmente en los países desarrollados, pero también algunas exclusivas en los países en desarrollo, donde se habían introducido nuevas formas de aprendizaje, que ya incluían el trabajo digital intensivo de maestros y estudiantes mucho antes de la pandemia y que preparan a los alumnos a ser bastante independientes en su instrucción. Estos son los que menos problemas estarían teniendo para adaptarse a las circunstancias actuales.

La revolución tecnológica por la que atravesamos desde hace años ha estado demandando un capital humano muy diferente al que se forma en sistemas tradicionales de enseñanza. Se necesitan niños y luego jóvenes que tengan mayor capacidad de reflexión, flexibilidad y creatividad y que puedan insertarse en sistemas productivos tecnológicamente cambiantes y de creciente complejidad. Los sistemas digitales han servido para que los estudiantes aprendan por su cuenta una parte importante del currículum académico mientras las clases presenciales se dedican a los aspectos más analíticos de la enseñanza.

Si la educación tradicional, como muestra la Taxonomía de Bloom, consiste en seis pasos: recordar, comprender, aplicar, analizar, evaluar y crear, las cuales mayormente deben realizarse en clase, con el enfoque más moderno de enseñanza, la idea es que los primeros tres pasos se lleven a cabo antes de la clase presencial (para lo cual puede accederse a los materiales de forma virtual con anticipación). El sistema más socorrido dentro de este nuevo enfoque es lo que se llama The Flipped Classroom (o de “aula invertida”, en español) que es “un modelo pedagógico que transfiere el trabajo de determinados procesos de aprendizaje fuera del aula y utiliza el tiempo de clase, junto con la experiencia del docente, para facilitar y potenciar otros procesos de adquisición y práctica de conocimientos dentro del aula”. Ello libera tiempo de clase y los estudiantes se enfocan más al aprendizaje activo a través de preguntas y discusiones que estimulan la exploración y la generación de ideas. A través de este modelo, los alumnos tienen una participación mucho más activa en su aprendizaje, y los maestros tienen un rol de guía en lugar de transmitir el conocimiento en clase a un conjunto de estudiantes que reciben en forma pasiva los contenidos del programa de estudios.

The Flipped Classroom
Imagen: The Flipped Classroom.

Nótese que la capacidad misma de innovación o de adaptación de nuevas tecnologías es actualmente fundamental para el avance de los países en la revolución tecnológica 4.0, por lo que una enseñanza que incentive el talento creativo entre los estudiantes, es muy importante. El profesor por tanto, crecientemente actúa como un facilitador del aprendizaje y ayuda a los alumnos a “enfocar-explorar-reflexionar-aplicar”.

A nivel de técnicos superiores y universitarios, también se han revolucionado los métodos tradicionales de educación en varios países. Un ejemplo es el sistema de aprendizaje basado en problemas (ABP) que requiere que el profesor sea sólo un guía en el proceso de aprendizaje, mientras los estudiantes aprenden a través del descubrimiento. Además, ante los problemas que se plantean en el ABP los estudiantes pueden encontrar múltiples soluciones, lo que estimula su capacidad creativa e innovadora.

En la práctica, los sistemas de educación descritos son aún una excepción en países en desarrollo y tienen acceso a ellos sólo una pequeña élite. Sin embargo, la expansión de las redes de Internet  han ayudado a la comunicación digital para la educación, sin que ello garantice un método de enseñanza avanzado. En un trabajo reciente (CEPAL- UNESCO) para siete países de América Latina, se muestra el tipo de tareas que entre el 50 y el 80 por ciento (dependiendo del nivel socioeconómico al que pertenecen) de los estudiantes de 15 años realizaban en 2018 utilizando medios digitales, entre otras: emplear sitios web de aprendizaje, realizar tareas escolares en una computadora; descargar o subir material en la página web de la escuela o navegar por ella; usar redes sociales para la comunicación con profesores y otros estudiantes sobre tareas escolares. Éste es un avance, pero la mayoría tiene mucho camino que recorrer aún.

taxonomia de bloom
Imagen: Compartir Palabra Maestra.

2. Esfuerzos realizados hacia estudiantes de hogares de bajos ingresos durante la pandemia

Los resultados de las pruebas Pisa anteriores a la pandemia, ya mostraban que los países de América Latina se ubicaban en los últimos puestos del ranking internacional de calidad educativa, fallando en altos porcentajes en los conocimientos y habilidades mínimas esperadas para su edad, para desenvolverse adecuadamente en la vida y en la academia y para enfrentar los retos del siglo XXI. El problema se agrava más con la suspensión de las clases presenciales en casi todos los países de la región, y sobre todo entre los estudiantes de familias de bajos ingresos.

De acuerdo a la especialista de educación del BID, Elena Arias, en América Latina menos del 30% de las familias más vulnerables tiene acceso a computadoras y este porcentaje baja aún más en países como Perú, México o República Dominicana donde menos del 15% tiene acceso a material tecnológico. Esto contrasta con los estudiantes de las clases más pudientes donde el porcentaje puede ser del 80% en todos los países de la región. Lo mismo pasa con Internet, que es esencial para conectarse a estas plataformas

En siete países de América Latina la población estudiantil imposibilitada de “conectarse”  no sólo a Internet, sino que a radio o TV para seguir su educación a distancia es del 9%, pero una proporción bastante mayor tiene limitaciones para hacerlo por falta de infraestructura comunicacional; no cuentan con los aparatos para conectarse; no tienen acceso a plataformas educativas; o porque ni profesores ni alumnos tienen la capacitación para aprovechar las formas de enseñanza más avanzadas.

desigualdad en educación, internet
Imagen: Universidad de Chile.

Es por eso que se visualiza como altamente preocupante la situación a la que se enfrentará América Latina post-pandemia, en términos de brecha de aprendizaje entre estratos de ingresos altos y bajos y respecto de los países desarrollados. Para reducir esta brecha se pueden adoptar distintos caminos, los que en cierta forma dependerán del liderazgo estatal, plazo definido, instrumentos desarrollados y la disponibilidad del financiamiento requerido.

En el corto plazo para el estudiantado que carece de Internet se ha optado por rescatar viejas tecnologías, implementando estrategias mixtas, las que incluyen la televisión, la radio o materiales impresos. Sin embargo, esto no es suficiente dada la magnitud del desafío. Al respecto un par de datos iluminadores: en Chile, a pesar del potencial que tiene la TV para equiparar oportunidades de aprendizaje, sólo cerca de un 5% de los estudiantes entre los 4 y 12 años ha aprovechado la nueva señal que el Ministerio de Educación creó en el marco de la pandemia, por otra parte, luego de crearse una plataforma educativa especial con material para la etapa de confinamiento, sólo uno de cada cuatro docentes usó con frecuecia esta plataforma. Esto nos señala la importancia que en el corto plazo han seguido teniendo las actividades tradicionales como el envío de guías de trabajo e interacciones simples entre profesores y alumnos. Los medios que más frecuentemente se han utilizado para orientar el aprendizaje han sido los mensajes de whatsapp, los correos electrónicos y las llamadas telefónicas. Las clases virtuales estarían ocurriendo en pocos casos, con muchas dificultades para la interacción en línea. 

Simultáneamente el retorno a clases enfrentará a los docentes a la heterogeneidad de situaciones de aprendizaje, con alumnos que pudieron seguir el currículum, otros que durante la pandemia no pudieron ser conectados por sus profesores, y otros promovidos sin haber asimilado los textos, por lo que en las deliberaciones actuales se propone el rediseño de los planes de enseñanza. En algunos países los ministerios de educación promueven mesas de trabajo, que incluyen a docentes, apoderados y autoridades locales para en conjunto ir enfrentando los problemas, llamando a su vez  la atención sobre la necesidad de comunidades estrechas que valoran y cuidan a todos los miembros, para en conjunto encarar la reorganización de las escuelas, quizás de un modo muy diferente al habitual.

educacion online, futuro
Imagen: El Correo.

Si bien estas acciones serán de extrema utilidad en el corto plazo, para cerrar la brecha educativa profundizada durante la pandemia tendrán que rápidamente abordar el desarrollo tecnológico. Ello no será una tarea sencilla porque no sólo requiere de financiamiento, sino de la coordinación de políticas de telecomunicaciones, educación y desarrollo social, es decir, abordar el problema en forma sistémica, ejercicio poco usual en la región.

Como lo señala UNESCO, en  este  sentido resulta  prioritario  asegurar  el  acceso a Internet de calidad dentro y fuera de la escuela a estudiantes y profesores con  un  especial énfasis  en  la  población  de  niveles  socioeconómicos  más  bajos  y  los  que  habitan  en  sectores  rurales.  Sin embargo, el impacto de la tecnología en las escuelas depende del manejo que se haga de ellas, por lo que también se requiere la adecuada formación de los docentes y el establecimiento de estándares de calidad que guíen a los usuarios en la selección, uso y desarrollo de recursos educativos.

Al final de la pandemia, los países latinoamericanos necesitarán enfrentar y superar dos grandes brechas educacionales: por una parte la interna, entre sectores más y menos favorecidos en términos socioeconómicos, la cual se habrá profundizado por el cierre de los centros educacionales y la heterogenidad del acceso tecnológico y, por otra, la brecha que se venía ahondando entre las formas de aprendizaje innovativos mayormente adoptados en los países industrializados, consistentes con la revolución tecnológica existente, y los sistemas tradicionales y de baja calidad que dominan a nuestros países. La tecnología misma puede ayudar a superar estas grandes diferencias si hay un liderazgo estatal inteligente, apoyado por las comunidades y se destinan los recursos para lograrlo. Si no, los efectos serán la profundización del atraso de la región.


*Graciela Moguillansky es economista graduada de la Universidad de Chile, consultora internacional, especialista en desarrollo productivo e innovación, fue funcionaria de CEPAL, Naciones Unidas.


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Colonialismo digital, entre el interés privado y lo transnacional

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Menos de una cuarta parte de los habitantes de África tienen acceso a una conexión de Internet. Y en conjunto, su participación global no llega siquiera al 10% de la población conectada a nivel mundial.

Las dificultades no paran ahí. La poca o nula conectividad se suma a costos que pueden ser hasta 10 veces más altos que el costo promedio en países desarrollados.

La paradoja salta a la vista: quienes más los necesitan, menos acceso tienen a ello. No es una paradoja exclusiva de la Era Digital, sino el dramático resumen estructural de la inequidad llevada a niveles planetarios.

Los mapas no tienen márgenes. Los tienen, claro, pero ello corresponde más su composición gráfica, ya sea en papel o digital, que a la propia condición de los territorios que representan.

Abierto e interconectado, el mundo de hoy, globalizado e interdependiente, dibuja, sin embargo, sus propios márgenes a partir de la exclusión.

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Imagen: Universo Abierto.

No sorprende en absoluto, en ese sentido, que algunas de las nociones centrales hacia modelos de desarrollo global más equilibrado, refieran, justamente, a la noción de circularidad como epítome de su visión de futuro.

A diferencia de la figura de la línea progresiva y ascendente con el que siglo XX fraguó su discurso de éxito, pensar, hablar, asumir una economía que pudiera ser circular, revela ya en sí misma una imagen sin márgenes.

Lo que se trasluce es en cambio la atención de ese momento en que los márgenes, simbólicos y reales, son habitados por aquellos que no tienen sitio: los sin lugar; es decir, los marginados.

Hasta hace un par de años, los niveles de marginación tecnológica del continente africano eran simplemente inconcebibles.

En la inmensa mayoría de los países del continente africano, naciones de ingresos bajos, sus habitantes pagan los precios más altos del planeta para tener acceso a una herramienta que hoy significa romper inercias de marginalidad ancestral.

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Imagen: Alliance.

Internet no sólo es una potente herramienta para que las personas puedan comenzar la transición hacia nuevas formas económicas, sino además es un componente básico de libertad individual y participación ciudadana.

En sentido inverso, la experiencia es irrefutable. Mientras mayor sea la brecha digital, las víctimas seguirán siendo quienes ya lo son en otros ámbitos; especialmente las mujeres y quien habita en zonas no urbanas.

Las dificultades de acceso a la Red, eso está claro hace tiempo, expanden y robustecen desigualdades, a través de una suerte de esquema perverso de doble o triple exclusión.

Para considerar un acceso asequible, la media no es arbitraria, por cierto. Ha sido la propia Organización de las Naciones Unidas que ha establecido un tope de 2% de los ingresos como lo máximo que alguien debería pagar por un 1 GB de conexión.

En algunos países africanos este 2% recomendado por la ONU, puede elevarse hasta 10 veces más, es decir, 20% del salario medio de una persona.

La propia Naciones Unidas, empero, alerta también sobre señales positivas. A pesar de las dificultades, el acceso a Internet en África crece exponencialmente.

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Imagen: Pinterest.

Sí, es cierto, a la fecha sólo alrededor del 24% de su población tiene acceso a la Red, pero habría que decir en descargo, que hace tres lustros, en 2005, este porcentaje llegaba a duras penas al 2% de la población.

Las prácticas monopólicas, erradas y erráticas políticas de gobierno, paupérrima infraestructura, forman parte del entramado que, de no corregirse, mantendrá a los africanos al margen de la sociedad digital global.

La fórmula para revertir esta situación pasa por la adopción urgente de políticas públicas que regulen efectivamente las prácticas monopólicas, refuercen la competencia, bajen precios y mejoren calidad.

No menor resulta que los gobiernos se comprometan a la vez con el despliegue de acciones efectivas para instalar zonas de acceso libre en espacios comunes.

Convergentes, pues, con la asequibilidad y la calidad, aparece la infraestructura, por un lado, y el afianzamiento de Internet como una cuestión pública, es decir, como un espacio regulado y estimulado desde la responsabilidad de los Estados, no de los privados.

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Imagen: SciDev.

Cual si fuera el dibujo de un círculo, se tiene previsto que el proyecto “2Africa” haya concluido con la instalación de un gran cable marino que rodea el continente, al tiempo que lo conecta con nodos en Europa y Medio Oriente.

Detrás de esta inmensa apuesta hacia una infraestructura que mejore la conectividad, se encuentra un esquema de aportaciones tanto públicas como privadas, destacando el papel que ha jugado China, entre las primeras, y Facebook y Google, entre las segundas.

No cabe la menor duda que una vez en funcionamiento, el “2Africa” mejorará la velocidad y posibilidades de conectividad del continente.

Queda sin embargo pendiente la tarea que estimule, desde los propios países africanos, la formulación de legislaciones que, privilegiando el interés social, erijan formas de regulación en relación con los intereses foráneos y privados.

Las consecuencias de la falta de legislación dirigida al interés social, por omisión o colusión, supondría, han advertido no pocas voces, la implantación de una nueva forma de empobrecimiento y expoliación. Colonialismo digital le han llamado.

Con toda razón.


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Alfabetización digital, entre el bienestar y la exclusión

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En 2013, al recibir el Premio Sájarov a la libertad de conciencia del Parlamento Europeo, la activista Malala Yousafzai afirmaba que “un país no es más fuerte por el número de soldados que tiene, sino por su índice de alfabetismo”.

El derecho a la educación, reconocido en la Declaración Universal de los Derechos Humanos, está enraizado en el derecho a la alfabetización. Más allá de su noción básica como las competencias de saber leer y escribir, ante la expansión de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC), este término se ha complementado con las llamadas “alfabetizaciones en destrezas”, entre las cuales se encuentran la alfabetización en medios, alfabetización bibliotecaria y la alfabetización digital.

Paul Gilster, quien ha popularizado la expresión de “alfabetización digital”, la define como la capacidad para comprender y usar la información, en distintos formatos y de fuentes varias, cuando se presenta a través de una computadora, y aclara que este concepto no se trata de dominar las teclas, sino las ideas.

mundo digital
Imagen: Magisterio.

Lo anterior se traduce en que no es suficiente saber usar los dispositivos electrónicos, sino que se requiere comprender las características y potencialidades de las dinámicas y relaciones del entorno digital, que tienen una lógica distinta a las actividades presenciales, y que por lo tanto, no resulta funcional hacer un mero traslado de ellas a lo virtual.

Las TIC deben facilitar el ejercicio de derechos, pues las brechas en su acceso y uso profundizan la desigualdad social digital. En la medida en que las personas desplieguen más o menos habilidades digitales mejorarán su bienestar o se agudizará su exclusión. 

Las estimaciones del informe Midiendo el desarrollo digital: hechos y cifras 2019, de la Unión Internacional de Telecomunicaciones, confirman que el uso de Internet continúa creciendo en el mundo, sin embargo, se calcula que 3.6 mil millones de personas siguen sin estar conectadas, sobre todo en países con menor desarrollo.

El reporte señala que la falta de competencias digitales es uno de los más importantes obstáculos para la adopción y uso eficaz de Internet, y revela que en 40 de 84 países analizados –incluido México–, menos de la mitad de la población posee habilidades informáticas básicas como copiar un archivo o enviar un correo electrónico con un documento adjunto.

alfabetizacion digital
Imagen: HoangPts.

En la Encuesta de Habilidades de Adultos de la OCDE (2017-2018), México destacó por la gran proporción de población adulta sin experiencia informática o con escasos conocimientos en TIC (39.2%), por encima del promedio de los países participantes (11.7%).

El pasado 8 de septiembre se conmemoró el Día Internacional de la Alfabetización, y en la realidad que hoy vivimos donde lo digital está acaparando el escenario, cabe reflexionar respecto a cómo estamos aprovechando este recurso para mejorar la vida de las personas, su trabajo, salud, educación; así como, sobre si estamos adoptando políticas y acciones de inclusión para que no sólo unos cuántos gocen de sus beneficios. 

Las TIC pueden contribuir al desarrollo, derriban barreras de espacio y tiempo y ofrecen grandes ventajas. Por ello, si queremos evitar que una red invisible envuelva a los conectados y excluya sigilosamente al resto de la población es fundamental avanzar en la alfabetización digital.


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Nuevos actores de la Innovación Tecnológica en el mundo occidental

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Los gigantes tecnológicos parecen estar asumiendo el liderazgo de la investigación y desarrollo (I+D) internacionalmente, con Amazon y Google a la cabeza. ¿Qué significa esto para la orientación de la innovación?

1. Relación estado sector privado en I+D en Estados Unidos

Estados Unidos fue el líder científico y tecnológico global indiscutible en el período de postguerra, lapso en el cual financiaba alrededor del 70% de la I+D mundial (entre 1950 y 1960). Buena parte de esta actividad de investigación estaba motivada por el sector de defensa de Estados Unidos, impulsada por la Guerra Fría y por la carrera por la conquista del espacio contra la Unión Soviética. De ahí provino la base para el desarrollo en computadoras y electrónica, comunicaciones satelitales, avances aeroespaciales y más adelante incluyeron a la farmacéutica. La contribución de Estados Unidos en I+D se había reducido a un 28% del total mundial en 2017, no tanto porque esa nación hubiera disminuido su financiamiento en términos reales a este rubro, sino porque otros países aumentaron muy considerablemente su gasto en I+D. De hecho, este tipo de financiamiento creció a una tasa de 4.3% al año en Estados Unidos entre 2000 y 2017, pero esa expansión en China fue de 17% anual en el mismo lapso.

Los protagonistas del gasto en I+D en Estados Unidos también han cambiado, asumiendo una creciente presencia el sector privado, mismo que contribuía con el 70% del total del financiamiento de la I+D en 2018 (en comparación con el 50% a fines de los años 60), mientras disminuía comparativamente el aporte del sector público (Congressional Research Service, 2020).

tendencias digitales
Imagen: Pulso Social.

No obstante su menor participación, el rol del Gobierno Federal de Estados Unidos sigue siendo crucial, pues en 2018 financiaba el 41.8% de la investigación básica en ese país, que es la que da lugar posteriormente a la investigación aplicada y su desarrollo para ser aprovechado por el sector productivo (Congressional Research Service, 2020). Sin embargo, aquí también ha estado ocurriendo un cambio, pues la participación del sector empresarial también aumentó su participación en el financiamiento de este tipo de investigación durante las últimas dos décadas.

Dentro del sector empresarial estadounidense son las compañías más grandes –arriba de 10,000 trabajadores–  las que financiaban más de la mitad de toda la I+D en ese país en 2017 (de acuerdo a Science & Engineering Indicators, National Science Board). Y, desde esta perspectiva, es impresionante el protagonismo que están adquiriendo los gigantes tecnológicos en I+D. En 2018 las diez empresas más grandes de Estados Unidos, encabezadas por Amazon y Alfabet (la empresa “madre” de Google), invirtieron 122 mil millones de dólares en I+D, es decir, el 21% de toda la I+D realizada en Estados Unidos en ese año (580 mil millones de dólares). Nótese que las diez empresas norteamericanas más grandes –seis de las cuales son del sector de software, sistemas digitales, electrónica y computación– contribuyen con el equivalente del 85% del aporte de las diez empresas más grandes del mundo a I+D.

En síntesis, hay un desplazamiento del protagonismo en I+D hacia las grandes empresas que cada vez dominan más la economía occidental y, dentro de ellas, particularmente los gigantes tecnológicos de Estados Unidos y esta tendencia se profundizará.

La pandemia actual de COVID-19 está generando la peor depresión económica internacional desde 1932 y, a la vez, las grandes compañías del mundo digital han tenido enormes ganancias durante estos últimos meses, adicionales a las que ya estaban acumulando anteriormente. Como bien se sabe, los servicios provistos por estas grandes plataformas digitales se han vuelto indispensables en medio de las cuarentenas, encierros y distanciamiento social, por lo que probablemente su rol en el mundo, en muchos sentidos, pero también en la innovación se ampliará notablemente, dada la dificultad que los países están teniendo para financiar múltiples rubros, incluyendo los muy presionados sistemas de salud, el seguro de cesantía a millones y millones de nuevos desempleados, entre otros.

apps y desarrollo
Imagen: Digiday.
2. Dirección, contenido y propósito de la I+D bajo los nuevos líderes empresariales

Podemos decir que los gigantes tecnológicos han estado profundizando el mundo del conocimiento mediante la colección de enormes y crecientes cantidades de información y analizándola, entre otras formas, a través de la Inteligencia Artificial (IA), lo que ha generado cambios disruptivos en la tecnología.

Tómese el ejemplo de Amazon que lidera actualmente la actividad de I+D en el mundo y cuya presencia en esta función aumentó en proporción casi geométrica en los últimos años. Amazon desarrolla la experimentación en toda su compañía para “ayudar a sus clientes a tomar decisiones sobre qué comprar”. La innovación impulsada desde el lado del consumidor produjo un fuerte desarrollo del Internet, desencadenando otras innovaciones en la web. Como lo expresó Jeff Bezos, el CEO de Amazon, a los ejecutivos de su propia empresa en 2012: “Sobre todo, alineense con los clientes. Ganen cuando ellos ganen. Ganen sólo cuando ellos ganen” (traducción propia). Es decir, el consumo es el motor de la I+D de esta empresa y la información sobre sus clientes es su mina de oro. Amazon ha invertido sustancialmente en áreas extremadamente innovadoras como Servicios en la Web de Amazon (AWS, por sus siglas en inglés) que es la plataforma en la nube más usada y con más información en el mundo, lo que le permite ofrecer innumerables servicios de centros de datos; el muy conocido Kindle, cuya introducción fue un parteaguas en cómo lee la gente; Alexa (Amazon Echo), que responde a cualquier pregunta de un usuario en una enormidad de aspectos; y Amazon Go, que es el concepto más avanzado de comercio, la tecnología que permite hacer compras en la forma más avanzada imaginable.

Es inevitable preguntarse si la orientación de la I+D inspirada en los consumidores en diversos mercados es la mejor guía para generar un avance para la sociedad humana, considerando que esto excluye a una buena parte de ésta por estar en los márgenes del mercado debido a sus escuálidos ingresos e incluso incomunicados vía los medios digitales. Si observamos la misión de Google, no es muy diferente a la de Amazon, pero tiene un alcance más universal: “Organizar la información mundial y hacerla universalmente accesible y útil”, lo cual requiere innovaciones permanentes en casi todas las disciplinas de ciencias de la computación. Como se explica en un documento reciente relativo al enfoque de Google sobre la investigación, mucha de ésta se orienta a nuevas formas de procesar una enorme cantidad de datos, lo que significa “entender” el significado de documentos, realizar traducciones entre idiomas con cada vez más precisión, traducir imágenes en texto, entre una infinidad de operaciones.

amazon go
Imagen: Chema Gutiérrez.

Algunos de los destacados avances se aplican a la salud, lo que es invaluable para la humanidad. Google Salud (o Google Health) es un área de Google que sí aporta instrumentos extremadamente útiles para mejorar la salud de la población mundial, al menos para aquella que tiene acceso digital. A través de los instrumentos de Google se puede conocer la condición médica de las personas (medición de temperatura, presión arterial, condición física, etc…). Google Salud también está contribuyendo, mediante la IA, a diagnosticar cáncer y otras enfermedades, así como para dar seguimiento a la recuperación de los pacientes.

Sin duda, las plataformas que encarnan la revolución digital están prestando servicios importantísimos en la presente emergencia de la pandemia. Gracias a ellas hay canales de comunicación instantáneos para llevar a cabo una cooperación sin precedentes entre investigadores científicos en el mundo que estudian el virus y buscan su prevención o su cura mediante una nueva vacuna, medicamentos nuevos o ya existentes; facilitan el rastreo a través de teléfonos inteligentes de los afectados por el coronavirus y posibles contagios de personas en estrecho contacto con éstos (esfuerzo conjunto Google-Apple en Estados Unidos); ayudan al mantener distanciamiento social mediante teletrabajo y estudio a distancia.

Pero, los avances mencionados no han sido alcanzados por los gigantes tecnológicos por sí solos. Es importante en este punto traer a colación el trabajo de Mazzucato (2018), que estudió con detenimiento el caso de los iPhones de Apple y el vínculo entre la tecnología que se aprovechó para su desarrollo y el aporte tecnológico hecho por la propia empresa para alcanzar esta gran innovación (experiencia no muy distinta de la de otros gigantes tecnológicos). La autora muestra cómo todas las tecnologías esenciales para el iPhone provienen de la investigación básica que en su momento financió el gobierno de Estados Unidos, entre otros “… el GPS, Internet, comunicación celular, Siri, microchips, pantallas dactilares” (Mazzucato, 2018) y atribuye el verdadero genio de Steve Jobs, creador del iPhone, a la integración de estas tecnologías que fueron inventadas por otros y al diseño muy original de sus productos. Es decir que por sí solos no podrían haber logrado estas innovaciones.

A pesar de lo impresionante de los logros de la sociedad del conocimiento que en este momento nos está auxiliando ante la pandemia, cabe preguntarse si la ciencia y la tecnología y su aplicación están enfocándose a resolver los problemas más grandes del mundo actual, más allá de la pandemia, es decir, los problemas que aquejaban a la humanidad antes de ésta y que persisten o se agravan actualmente.

apple e innovacion
Imagen: Visual Scribing.

En este sentido es importante preguntarse si no debiera haber, como plantea Mazzucato en un artículo reciente (2018), políticas públicas con propósitos específicos (mission driven policies) para superar los grandes problemas de nuestra era. Ella propone que “la gran ciencia se aboque a resolver los grandes problemas”, que a su juicio son el cambio climático y la calidad ambiental, los cambios demográficos, la salud y el bienestar, problemas de movilidad, a lo que habría que agregar la pobreza y la desigualdad. La autora considera que los gobiernos tienen la oportunidad de influir sobre la orientación del crecimiento y de la innovación realizando inversiones estratégicas a lo largo de la cadena de innovaciones y en múltiples sectores. Entidades como el Instituto Nacional de Salud en Estados Unidos tiene como propósito “desarrollar conocimientos fundamentales sobre la naturaleza y el comportamiento de los sistemas vivientes y la aplicación de ese conocimiento para fortalecer la salud, alargar la vida y reducir las enfermedades y las discapacidades.” He ahí una institución que no genera ganancias pero merece todo el apoyo imaginable.

En la práctica, como se mencionó anteriormente, la I+D está trasladándose cada vez más al sector privado y dentro de éste a las grandes empresas tecnológicas, incluso este sector está tomando mayor responsabilidad en la investigación básica. Pero ¿podrán orientar el avance de la I+D hacia lo que se necesita? Ésa es la gran inquietud que surge.

Sin duda, la diversificación de los gigantes tecnológicos es cada vez mayor en materia de I+D y su aplicación. Elon Musk, la cuarta persona más rica del mundo y CEO de varias enormes empresas, está presente en la producción desde automóviles eléctricos (Tesla) hasta cohetes espaciales (SpaceX). Entre estos extremos Musk desarrolla está una serie de otras actividades con innovaciones disruptivas: en telecomunicaciones (Internet satelital masiva y económica); energía solar; infraestructura para el transporte, incluyendo nuevas formas de construir túneles; inteligencia artificial y robótica; tratamientos médicos y prótesis. Tiene proyectos extremadamente ambiciosos y casi fantasiosos como la interfase cerebro-máquina que conectaría el cerebro humano directamente a las computadoras. La presencia de Musk en todas estas esferas se llega a denominar el “ecosistema de Musk”. Algunas de estas innovaciones, además de ser extremadamente redituables seguramente favorecerán el progreso en el mundo, pero probablemente muchas de ellas dejarán intactos algunos de los problemas más apremiantes de nuestra era y que amenazan la existencia misma del planeta.

Algunas grandes empresas, y específicamente algunos CEO, son más sensibles a este tipo de responsabilidades que otros, como ha sido el caso de Bill Gates, co-fundador y CEO de Microsoft. Gates dejó la dirección de Microsoft en 2000 en parte para dedicarse a impulsar la Fundación Bill y Melinda Gates con un activo de 50 mil millones de dólares. Esta fundación respalda programas que abordan problemas globales como el de pobreza, mortalidad infantil, pandemias, y las restricciones al acceso de servicios de salud y educación. Pero los Gates son muy escasos en el mundo de los negocios. No se puede dejar exclusivamente en manos de los grandes empresarios, que buscan márgenes de ganancias sin límites y ponen a este servicio las innovaciones tecnológicas, el dominio creciente sobre la I+D. Sin una definición y financiamiento suficiente de ámbitos públicos en la I+D, ésta queda casi totalmente restringida a los impulsos del mercado.

Versión en inglés:


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