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El poder del liderazgo público consciente

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Alguna vez te has preguntado: ¿por qué ciertos líderes “conectan” con la gente en la primera oportunidad sin hacer mucho esfuerzo?

En la historia hemos visto liderazgos públicos que han dejado huella en diferentes espacios de la vida humana. Ya sea en el ámbito religioso, espiritual, político, social o empresarial, todos los que han destacado poseen características que los hacen “diferentes”. Por supuesto que el carisma es clave para poder alcanzar una experiencia física que se convierte en un imán inicial con los demás, sin embargo, hay otras virtudes más poderosas que se viven de forma consciente y que permiten construir una relación de confianza y credibilidad a largo plazo.

Hablar de consciencia es una forma de establecer que hay una acción presente de darnos cuenta. Aquella que no se encuentra instalada en una idea o situación que nos conecte al pasado, ni con un deseo del futuro. Esta acción está lejos de cualquier emoción que podamos sentir en ese momento. La consciencia es una experiencia que se vive sólo en el instante presente y que llega al mismo tiempo por todos nuestros sentidos. Es estar ahí viviendo entregado a la experiencia de ese presente, sin juicio ni apego a nada. Esto nos permite fluir y sentirnos conectados con nuestro alrededor.

Llevamos ya una década en que el término consciente ha sido integrado cada vez más al lenguaje cotidiano, usándolo normalmente como una forma de despertar o descubrir algo que no teníamos previsto. Podemos observar que la pandemia nos ha ofrecido oportunidades para hacer consciencia y aprender como humanidad. Nos hemos dado cuenta y hemos descubierto muchas cosas que antes no veíamos por vivir en el día a día de una manera atropellada por el tiempo, el ego y las necesidades de supervivencia. 

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Imagen: ADEN International Business School.

Un líder consciente es un personaje que vive presente abrazando un propósito común. Es alguien con quien nos sentimos escuchados y por lo tanto tomados en cuenta. ¿Cuántos no quisiéramos gritar al aire que ya estamos hasta la madre de todo lo que sucede? Para este momento en el que vivimos, un líder coherente con esta realidad es quien puede ayudarnos a que ese grito no se ahogue y quede solo en una experiencia del pasado. Un liderazgo que nos invite a una nueva visión de la cual todos nos sentimos parte.

El poder de un líder público consciente se basa inicialmente en decidir estar presente en vez de ausente, y esto no significa que tenga que estar visible todo el tiempo. Lo importante es que resuelva eficazmente los conflictos que se presentan en paralelo a la construcción de un mejor escenario. La forma en que hoy se ha llevado a cabo el liderazgo durante la pandemia, resalta a los países y regiones en donde han alcanzado objetivos incluyentes con resultados exitosos.

Para lograr estar presente se requiere una madurez en la inteligencia emocional. No se trata de controlar las emociones, sino de convertirse en catalizador y liberador de ellas. De entrada, un líder consciente ve un mundo integrado no separado. Asume que él mismo es vulnerable al igual que todos los demás y, por lo tanto, no requiere de una máscara para parecer rudo o aparentar algo que no es. Requiere ser transparente, libre de juicio y audaz con su propósito.

Hoy México tiene una gran ausencia de liderazgos públicos que nos permitan hacernos sentir que en medio de la incertidumbre hay una mano que nos lleva hacia un sitio seguro. Este hueco se convierte en una oportunidad para el renacimiento de líderes conscientes, así como de personajes que se aprovecharán de la herida para su propio beneficio.

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Ilustración: La Nación.

Estaremos viviendo un 2021 con más complicaciones de salud, económicas y sociales. Esta realidad sin control es parte de lo que habrá que asumir para poder ver la puerta de salida, de lo contrario, podemos caer en la costumbre de rechazar nuestra realidad sin darnos cuenta de que así cavamos un pozo cada vez más profundo. Hoy el inconsciente colectivo tiene instalada la necesidad de resolver lo que estamos experimentando y de darle vuelta a la página lo más pronto posible. Es por esto que se requieren líderes cercanos que estén presentes para escuchar y co-crear un nuevo paradigma que permita construir un propósito común al cual apuntar.

Este año los líderes políticos y empresarios tienen la oportunidad de rescatar ese liderazgo que se percibe ausente por una mayoría de los mexicanos. El futuro nos ha alcanzado y hoy no tenemos mucho tiempo antes de que todo se vaya al pozo. Es claro que no podrán hacerlo solos y por ello, deberán construir una identidad de confianza para integrar a ciudadanos y comunidades que permitan impulsar una verdadera transformación en el país. No se trata de decirlo sino de hacerlo realidad. Las próximas elecciones están a la vuelta de la esquina. La opción de estar presentes o ausentes es de todos. Líderes y ciudadanos por igual.

Tomemos un respiro y un momento para preguntarnos, ¿cómo es que me siento hoy? ¿Cómo percibo que se sienten los que están a mi alrededor? ¿Puedo hacer algo por mejorarlo? La respuesta será de cada uno y asumirlo para entrar en acción será la diferencia para lograrlo. ¿Le entras conscientemente por México?


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La otra Angelina

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Angelina Jolie es una personalidad del mundo del cine muy conocida por su belleza. La mayoría de la gente sabe además que estuvo casada con Brad Pitt, y también que la pareja tiene hijos biológicos aparte de los adoptados en lugares lejanos. De entre las varias facetas de ella, la de activista humanitaria ha sido difundida sobre todo por revistas de entretenimiento y especialmente a través de fotografías en las que una vez más resalta el atractivo físico de la actriz de 44 años y madre de seis hijos, quien fue nombrada Embajadora y más tarde Enviada Especial del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados. Quizá menos gente sepa que en diferentes ocasiones y lugares, Jolie ha hecho donaciones millonarias, siempre acompañadas de un compromiso personal encaminado al desarrollo de proyectos viables de acuerdo a necesidades específicas.

El hecho es que con el tiempo se ha ido involucrando igualmente con otros grupos humanos vulnerables, entre ellos los niños en situaciones de inestabilidad, y que su participación en el combate universal contra el hambre es sobresaliente. El grado de compromiso y nivel de eficacia que ha demostrado en su labor la han convertido en voz autorizada cuando se trata de temas de derechos y protección humana.

Con Camboya Jolie tiene una relación especial: no sólo el rey le otorgó la ciudadanía en 2005 como reconocimiento a su labor humanitaria, sino que fue ahí donde adoptó a su primer hijo. Ella misma confiesa que en ese país, durante el rodaje de Tomb Raider (2001), fue cuando cobró conciencia real de la miseria en el mundo, y que a su regreso se contactó con la ONU para informarse acerca de los diferentes lugares en los que ocurrían conflictos. Así comenzó una serie de viajes, que a veces hacía coincidir con su trabajo de actriz, por diferentes países africanos, Pakistán, Tailandia, Ecuador, Kosovo, Jordania, La India… para comprender la problemática de cada lugar. “Creo que todos queremos justicia e igualdad, la oportunidad de una vida con sentido”, declaró en esos años.

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Fotografía: UNHCR.

 Sin dejar de actuar en cintas comerciales si acaso anodinas –probablemente como medio para financiar sus proyectos humanitarios–, Jolie utiliza su imagen pública con absoluta conciencia para influenciar a dirigentes y políticos, entre ellos los congresistas y senadores de Estados Unidos: “la forma de hacer mover el balón”, explica. Con el Reino Unido sus lazos se estrecharon desde que en 2012 liderara la campaña para la Prevención de la Violencia Sexual en Zonas de Conflicto, iniciativa que se convirtió en tema prioritario de la reunión de los G8 en 2013, y que dio como resultado en 2014 la cumbre más importante que ha habido sobre el tema y a cuyo protocolo se integraron 151 naciones.

Lo que quizá sea novedad para muchos es que la inspiración para dicha iniciativa, lanzada por el Secretario de Exteriores británico, William Hague, fue la película En Tierra de Sangre y Miel –In the Land of Blood and Honey, 2011– escrita, dirigida y producida por Angelina Jolie. El título de la cinta proviene del nombre que los turcos dieron a la región de los Balcanes, “bal”, miel, “can”, sangre, aludiendo a la ferocidad con que su gente se resistió a la invasión. Aborda el hecho de las violaciones grupales que tenían lugar en forma sistemática durante la Guerra de Bosnia en los años 90, un tema muy serio y nada agradable, para el que la directora previene al público desde la primera escena.

La historia de base es la relación de una pareja, ella artista bosnia musulmana y él, soldado serbio, que había comenzado antes de la guerra, y durante ésta se convierte en una mezcla de pasión y desconfianza sin punto de coincidencia emocional entre el victimario y la víctima. Jolie escribió el guion en un mes, pensando que se quedaría en su escritorio, como una forma de liberar su frustración por la indiferencia de la comunidad internacional ante la injusticia. Pero la película rodada durante 42 días en Bosnia y Hungría, con actores bosnios en los roles estelares, tuvo buena recepción y ganó algunos premios así como la nominación Mejor Película Extranjera en los Globos de Oro. A la versión en lenguas balcánicas siguió otra en inglés, quizá con el objetivo de interpelar a quienes tendrían el poder de evitar que se reproduzcan situaciones semejantes, como había sido el caso del Secretario Hague.  En mi opinión, además de la valentía de Jolie, la cinta evidencia su potencial para crear buen cine, en este caso, sensato y honesto en el manejo de contenidos sensibles.

Angelina había debutado como directora en 2007, con el documental A Place in Time, en el que varios actores famosos amigos suyos, Jude Law, por ejemplo, filmaron la vida cotidiana en orfanatos y campos de refugiados, cada uno en una parte distinta del mundo pero al mismo tiempo. La idea era reflejar la esencia humana que es la misma en cualquier cultura, con el fin de promover una comprensión y aceptación universal. Más tarde, a Tierra de Sangre y Miel siguieron Inquebrantable (2014) y Frente al Mar (2015) para volver luego al tema de las atrocidades de la guerra con el que, en mi opinión, representa un excelente logro cinematográfico, en gran parte debido a la impecable dirección de Jolie: Primero mataron a mi padre –First they killed My Father, 2017–.  

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Fotografía: J Magazine.

En palabras de la propia directora, Primero mataron a mi padre tenía que resultar una “carta de amor” para Camboya. En mi opinión, eso es lo que es: al tiempo que uno mira en pantalla las atrocidades del genocidio perpetrado por el régimen de los Jemeres Rojos en su propio país, se sorprende con tanta belleza que, imposible como parezca, también percibe, aun si no entiende dónde está exactamente. Creo que no se trata sólo del contraste con los magníficos paisajes rurales del país. Hay además un velo mágico de inocencia que envuelve todo el relato, aun si a través de este transparenta el horror: el velo es la mirada de una niña.

La trama narrativa se estructura en torno a la experiencia de la pequeña, lo que llama su atención y cómo lo interpreta, los recursos que encuentra para sobrevivir ignorando lo insoportable de su nueva circunstancia tras la deportación de la ciudad, trabajos forzados, castigos absurdos, muerte, hambre… afortunadamente protegida por el amor familiar que permanece a flor de piel en su memoria y la sostiene frente al derrumbe de su mundo. La niña ahora adulto es en realidad Loung Ung, la coautora del guion cinematográfico, quien colaboró con Angelina en la adaptación del libro de sus propias memorias de infancia.  Si para algunos En Tierra de Sangre y Miel pecaba de un afán didáctico por explicar las circunstancias, para otros, en Primero mataron a mi padre falta contexto histórico –nada que no se resuelva, pienso, con una rápida lectura sobre el retiro de Estados Unidos de la Guerra de Vietnam y posteriormente la instauración de Kampuchea Democrática según la sangrienta interpretación del dictador Pol Pot sobre el marxismo-leninismo–.

Por mi parte, encuentro que las dosis de elementos que se mezclan dentro de la cámara de Dod Mantle es perfecta: alguna frase sobre los americanos o los revolucionarios que escapa desde la oficina del padre de Loung a puerta entreabierta, un montaje de imágenes de noticiero: Nixon declarando postura de neutralidad junto a gente masacrada en Phnom Penh… e infinidad de planos abiertos sobre la carita de Sareum Srey Moch, jovencísima y muy prometedora actriz camboyana, con corte a su perspectiva de alguna de las barbaries cuya visión intenta evitar, incluida la oposición de sus zapatos actuales con el recuerdo de sus lindas zapatillas rosas. También impresionantes por lo oportuno de su aparición son los planos aéreos de ríos humanos durante las deportaciones masivas, que alternan con los de mil verdes de una selva alucinante. Un armado perfecto de la secuencia de todas esas imágenes da como resultado una película tan poderosa como entrañable.

Primero mataron a mi Padre obtuvo crítica favorable. Ganó premios importantes aun si no son los más conocidos: Camerimage de fotografía –el mismo que ganaría la película Roma de Alfonso Cuarón en 2019–, Mejor Película Extranjera en los Hollywood Film Awards y el de Libertad de Expresión de la Crítica de Cine en Nueva York, lo mismo que nominaciones en competiciones internacionales. Angelina Jolie decidió distribuirla en Netflix con el fin de que alcanzara un público más extenso. Es posible que la decisión obedezca otra vez a los fines de su vocación de altruismo humanitario. De cualquier forma, pienso que en lo que toca a los espectadores es hora de que le demos el crédito que merece nada más que como directora.


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Los introvertid@s

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Los introvertidos suelen ser catalogados como personas retraídas o reservadas. Algo que en términos prácticos no suele ser tomado en cuenta para ciertos cargos, como una gerencia importante, o un puesto mayor… pero, ¿estamos haciendo lo correcto?

El mundo empresarial y los retos de la industria requieren colaboradores capaces de solucionar problemas. Líderes que definan soluciones creativas e innovadoras, que sean conocedores del mundo, ágiles de mente y muy importante: que puedan hacerte pensar como ellos para llegar a una meta.

La idea universal de la selección natural de las especies, en donde se diferencian los líderes de los seguidores, es uno de los referentes por excelencia en materia empresarial. Por un lado, las personas extrovertidas son como el sol de una empresa, los que definen los “goles”, los que cierran tratos. Por el otro lado, los más tímidos son los menos indicados para liderar proyectos, para definir estrategias o crear nuevas soluciones. Los que piensan antes de actuar, los que atienden a profundidad los problemas. ¿A cuál de estos dos perfiles contratamos o deberíamos contratar?

La abogada y escritora estadounidense Susan Cain,[1] define que los directivos estamos dejando pasar muchas oportunidades al no tomar en cuenta que la introversión también se asocia con el liderazgo. De hecho, de acuerdo a varios estudios antropológicos, se cree que la mitad de la población mundial es introvertida. Ejemplo de ello lo encontramos en directivos de negocios y empresas de cualquier tamaño; en colegas de trabajo, en la familia, con los amigos, etcétera.

introvertidos y perlas
Imagen: Pinterest.

 Todos sabemos reconocerlos por su capacidad o incapacidad de hacer las cosas a su modo. Los extrovertidos normalmente hablan y luego piensan, los introvertidos piensan primero y hablan después. Los extrovertidos son entusiastas, mientras que los introvertidos son más reservados para sus círculos sociales, los cuales son pequeños en comparación con los extrovertidos, quienes no tienen ningún reparo en compartir sus experiencias con más gente.

En realidad, la introversión en las personas es simplemente un estereotipo al cual estamos acostumbrados por mero prejuicio, porque casi siempre se les encasilla como una persona tímida, o peor aún, como antisocial. En realidad, son personas que mantienen una línea de pensamiento mucho más estructurada, que analiza y funge como mediador de conflictos y, en muchos casos, como solucionador de los problemas complejos.

En este sentido, Mihaela Enache, profesora de los Estudios de Economía y Empresa de la Universidad Oberta de Cataluña, afirma que “cada vez hay más investigaciones que sugieren que el liderazgo no requiere ser extremadamente sociable, los líderes más eficaces no entienden como indispensable el perseguir la notoriedad”. Más bien, tienden a escuchar activamente, mientras mantienen y transmiten la calma en tiempos de tormenta o a la hora de tomar decisiones.

De hecho, en una época donde las paredes dejan de existir y donde cada día estamos más acostumbrados a crear espacios del tipo co-working, es importante entender  que hay personas que necesitan la privacidad para crear, no porque sean antisociales, sino porque es necesario esa calma para escucharse a sí mism@s.

En conclusión, las cualidades de una u otra personalidad tienen que mantenerse y respetarse en todo momento, ya que tanto son necesarias personas extrovertidas, como lo son las introvertidas. Los pensamientos, las ideas y los proyectos seguramente resultarán mejores si encontramos la dualidad de ambas y nos replanteamos la idea de lo que en verdad las personas introvertidas podrían lograr. Así que la próxima vez que pienses que “el mundo es de los aventureros” también reconoce que, en realidad, los aventureros que razonan y analizan las opciones antes de actuar son también rasgos de personas introvertidas.


Notas:
[1] Quiet: The Power of Introverts in a World That Can’t Stop Talking