Ellos se ríen de mí porque soy diferente.
Yo me río de ellos porque todos son igualitos.
Anónimo.
América Central debería ser un mercado natural para México porque es un mercado muy cercano, con un grado de desarrollo relativamente menor al nuestro, que está constituido por siete países con un total de 47.96 millones de habitantes, con seis de los cuales tenemos firmado un TLC y que importa prácticamente todo tipo de bienes para satisfacer muchas de sus necesidades.
El único país con el que no tenemos TLC es Belice, un país con sólo 396,000 habitantes.
En el año 2018, la importación total de los 7 países ascendió a 101,760 millones USD, de los cuales México le suministró 6,502 millones USD, equivalente al 6.39% del total. Conviene señalar que, en el año 2017, la exportación mexicana con ese destino representó el 7.16% del total, debiendo mencionar que en el año 1997 se registró el porcentaje récord con 7.5%.
En ese año, la exportación total de América Central fue 44,630 millones USD, de los cuales 2,095 millones USD (4.69%), se enviaron a nuestro país.
También hay que señalar que, en 2017, la importación procedente de la región fue de 8.28% y que el año en que se registró el porcentaje récord de importación fue en 2013, con 8.92%.
Por lo que se refiere a la importancia de América Central en el comercio exterior de México, hay que señalar que si en el año 1982 la región absorbía el 3.55% de nuestras exportaciones, para el 2019 el porcentaje fue sólo de 1.45%, en tanto que la importación procedente de la región pasó de 2.54% a 0.46%, sin duda, una pésima evolución de la deseada diversificación geográfica de nuestro comercio exterior que, supuestamente, se iba a lograr con la firma de TLC´s con esos países y con otros 46 alrededor del mundo.
Desgraciadamente, al igual que sucedió con el TLCAN, no hubo una estrategia que los complementara y, por tanto, no hubo elementos que permitieran aprovechar las supuestas ventajas negociadas a través de dichos instrumentos ni se pudo ganar una mayor proporción del comercio exterior de esos mercados.
Comentarios
Conviene señalar que las regiones de América Central y parte de América del Sur, prácticamente son las únicas con las que mantenemos un superávit comercial a nivel mundial. Sin embargo, los productos objeto de intercambio nos hablan de un problema estructural de nuestro comercio exterior que refleja las graves y crecientes deficiencias de México en materia de competitividad, la debilidad de su planta productiva, su reducida oferta exportable y las distorsiones en sus intercambios con el exterior generados por la debilidad de nuestro marco sistémico; en el que la pésima calidad de las instituciones públicas y sus funcionarios han sido determinantes pues, por sus enormes deficiencias, son incapaces de generar estrategias, programas, proyectos y políticas públicas que puedan incidir positivamente en el desarrollo del país.
El caso de Nicaragua lo podemos tomar como un ejemplo de nuestras terribles contradicciones pues, aunque tradicionalmente hemos mantenido un superávit en el comercio bilateral, la estructura de los intercambios nos arroja resultados muy contradictorios.
Al hacer el análisis de la estructura de los intercambios y de los 50 productos objeto de comercio en ambos sentidos, podemos señalar que gran parte de nuestras exportaciones son bienes industriales que durante largo tiempo hemos enviado a ese mercado bajo el esquema IMMEX y que, de esa lista de productos, en 2019, sólo nueve podrían considerarse relativamente nuevos en la corriente de exportación mexicana tomando como base el año 2003.
Por el contrario, de los 50 productos que importamos de Nicaragua en el periodo 2003-2019, un total de 38 pueden considerarse nuevos en la corriente e incluyen algunos bienes que paradójica y tradicionalmente exportábamos hacia ese mercado.
El primero que aparece en esta lista es un bien industrial, arneses de uso automotriz, para incorporarse en uno de los productos de exportación mexicana en los que la fortaleza y el valor agregado de México ha sido señalado como tradicional pero, en el que la realidad nos dice que el valor agregado mexicano en la industria automotriz ha descendido de 35% en 1993 a 29% en 2018. Contrariamente a lo que se pretendía con la firma del TLCAN y los numerosos TLC’s que nuestros altísimos funcionarios firmaron porque pregonaban que nos iban a generar riqueza, empleos y bienestar a través de un incremento en el valor agregado.
Los siguientes dos productos que aparecen a la cabeza de la lista de “nuevos productos” incluyen carne de bovino deshuesada y T-shirts que, especialmente en el caso de las T-shirts, éramos grandes exportadores; y finalmente, en tercer lugar, el cacahuate, del cual éramos grandes productores y exportadores y que ahora nos convertimos en importadores y maquiladores para el mercado doméstico, ya que más del 60% del cacahuate que consumimos en la actualidad es de importación, siendo nuestros principales proveedores Estados Unidos y Nicaragua.
En el periodo 2003-2019, la importación total de cacahuate fue de 2,372 millones USD, de los cuales 1,262 millones USD fueron suministrados por Estados Unidos y 542 millones USD por Nicaragua.
Y si seguimos analizando la lista de nuevos productos de importación en México, veremos más carne de bovino en cortes; camarones y langostinos; suéteres; materias primas para envases; otros suéteres; Mercancías para la Promoción de la Industria Textil y Confección; y más carne de bovino; T-shirts y más T-shirts; filetes de pescado; semilla de ajonjolí; cueros de bovino: aceite de palma; papeles o cartones de pasta química blanqueada; pantalones largos; lenguas de bovino; calzado para hombre; café sin tostar ni descafeinar; más suéteres y más pantalones de mezclilla; baúles; cigarros puros; más pantalones pero ahora cortos para variarle un poco; sandalias; aceites de almendra; azúcar con sacarosa; y cueros y pieles incluidos crupones, medios crupones y faldas.
Apuntes finales
Desgraciadamente, la presencia de México en el mercado centroamericano ha disminuido, pues no ha habido una estrategia para mantenernos y consolidar nuestra posición en la región ni aprovechar la supuesta mayor competitividad de nuestro país frente a los que, pomposa y arrogantemente, dicen los altísimos funcionarios mexicanos que son nuestros hermanos menores.
Desgraciadamente, nuestros funcionarios han descuidado enormemente ese mercado a pesar de ser un importador neto de todo tipo de productos, de que es un mercado muy cercano y de que con los países que lo integran, hemos firmado un TLC.
Sin duda, los nicaragüenses en los años más recientes han mostrado ser mucho más diestros e inteligentes que nuestros altísimos funcionarios, aprovechando las ventajas que tienen en algunos nichos de la producción manufacturera frente a nuestro país.
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