Nuestro País

Los experimentos de la seguridad pública

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Es una práctica común en las administraciones públicas en México, la introducción de cambios estructurales, tanto orgánicos como de política y procedimientos, como una forma de diferenciarse, o distanciarse, de las administraciones previas e imponer un sello personal que sea característico del nuevo periodo de gobierno. Una de las áreas donde la reestructuración ha sido recurrente durante las tres últimas décadas es la de la seguridad pública, circunstancia que quizá pueda ayudar a comprender las razones de la evolución de los alarmantes índices de violencia e inseguridad que se viven actualmente en nuestro país.

Una variable que ha condicionado de manera común la transformación de las estructuras de seguridad en cada etapa ha sido la corrupción interna y el descrédito social generado por señalamientos respecto a la actuación apartada de la legalidad de los diferentes organismos del sistema de seguridad.

Para marcar un punto de partida contemporáneo, consideramos la desaparición de la Dirección Federal de Seguridad, creada durante el sexenio de Miguel Alemán, que logró acumular, tanto poder como desprestigio, con señalamientos de ser una especie de policía política dedicada al espionaje y persecución de personajes no afines o críticos del régimen. Este organismo, que tuvo una participación relevante durante la llamada guerra sucia, fue también vinculada a tratos turbios con el crimen organizado, provocando su desaparición en el año de 1985, siendo sustituida por la Dirección de Investigación y Seguridad Nacional, que más tarde (1989) dio origen al Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) en el sexenio de Carlos Salinas.

Seguridad
Ilustración: Victor Solís.

Durante la administración de Ernesto Zedillo fue creada la Policía Federal Preventiva (1999) donde se fusionaron la Policía de Caminos y la Policía Fiscal, con señalamientos de profunda descomposición interna, se agregaron además efectivos militares, dentro de la estructura orgánica de la Secretaría de Gobernación.

Con la alternancia, al llegar a la presidencia Vicente Fox, se creó la Secretaría de Seguridad Pública, trasladándose a esta dependencia la Policía Federal Preventiva, que subsistió con esta denominación hasta el año 2009.

Durante esta administración tuvo lugar una reforma trascendente. Desapareció la también profundamente corrompida Policía Judicial Federal, dando lugar a la creación de un nuevo organismo investigador de la Procuraduría Federal, denominado Agencia Federal de Investigaciones (AFI), que atrajo como directivos de primer nivel a excolaboradores del CISEN que sufrió los embates del nuevo mandatario, acusando al organismo de haberlo espiado. Comenzó así el declive del centro, hoy desaparecido. 

Con Felipe Calderón al frente del Poder Ejecutivo se expidió la Ley que dio nacimiento a la Policía Federal, encuadrada en la misma Secretaría de Estado. Muchos de los cargos directivos de esta dependencia, empezando por el nuevo Secretario de Seguridad Pública, fueron ocupados por personal que se había desempeñado en la AFI, que quedó, con la transición, prácticamente desmantelada y luego desapareció.

Policia y seguridad.
Ilustración: Víctor Solís.

Siguiendo la dinámica de la experimentación y la ocurrencia, durante la pasada administración de Enrique Peña Nieto, fue desaparecida la Secretaría de Seguridad Pública, convirtiéndose en la Comisión Nacional de Seguridad, pasando a depender de la Secretaría de Gobernación nuevamente. Adicionalmente se creó la Gendarmería Nacional, fracaso rotundo que pretendía emular a la Gendarmería Francesa.

Como es de suponerse, las constantes transformaciones sufridas por los organismos de seguridad del Estado Mexicano han acarreado consigo problemáticas internas que han condicionado severamente su consolidación e institucionalización y, obviamente, la maduración de procedimientos, la generación de cultura técnica y operativa, la profesionalización de cuadros y un sistema meritocrático sólido que trascienda en el tiempo, sin consideraciones políticas.

Los cambios recurrentes que, vestidos de reingeniería o innovación, se han producido con cada nueva administración, han impedido la creación de estructuras robustas con el suficiente grado de confiabilidad y eficacia para garantizar la seguridad de la sociedad. Antes bien, han sido factor de inestabilidad que ha abierto la puerta al deterioro interno, a conductas apartadas de la legalidad, a la formación de grupos de interés con objetivos de beneficio propio, a la proliferación de la corrupción y, en consecuencia, a la degradación del tejido social y la paz pública.

La práctica transformadora aún no concluye. Durante esta administración se ha reconstituido la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, entró en operación la Guardia Nacional con efectivos militares como base y se ha decidido el cese de la Policía Federal, con los conflictos inherentes y el CISEN se convirtió en el Centro Nacional de Inteligencia. Las Fuerzas Armadas siguen siendo el recurso fundamental para combatir la criminalidad, entre otras tantas tareas. Pese a ello, los índices delictivos durante el año que concluye van al alza y su contención se antoja, al menos en el corto plazo, una quimera.

Incrementar el salario mínimo no resuelve la desigualdad en México

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No es la desigualdad en México consecuencia del insuficiente salario mínimo, ni es la causa central de la pobreza en México. Para alcanzar el desarrollo humano, ampliamente entendido, se requieren políticas públicas que atiendan aspectos centrales para que las personas podamos encontrar las condiciones para formarnos el futuro deseado. El 20% de incremento en el salario mínimo, con la meta de alcanzar un ingreso familiar de 6 mil 500 pesos mensual, es un analgésico recetado para una enfermedad crónica y sistémica. En otras palabras, Señor presidente López Obrador no es por ahí. Y nos tranquiliza saber que está consciente de que falta mucho por hacer.

En realidad, coincido con las ideas básicas de la propuesta presidencial. La famosa 4T, a la que a este ritmo más valdría un poco de humildad y bajarle dos rayitas para administrar la expectativa. Es decir, el viejo debate entre crecimiento y desarrollo; pero a la vez, la contemporánea falla sistémica de la sociedad globalizada que ha lanzado a las calles a los ciudadanos de todo el mundo. Todos unidos por un factor común: la lacerante desigualdad, en diversas proporciones, pero presente en todo el mundo.

No tiene sentido continuar escalando posiciones entre las economías más grandes, mientras la mitad de la población vive en la pobreza en México. Coincidentemente, más de la mitad de los empleados en México operan en la economía informal. ¿Es esto casualidad o causalidad?

desigualdad en salario mínimo
Imagen: Pinterest.

Quizá fuera una medida sabia abocarse a incorporar a la formalidad a ese amplio sector de la población, mismo que coincidentemente es clientela política de los partidos de centro izquierda y más allá; en lugar de terminar de asfixiar a la clase media que generan con micro, pequeñas y medianas empresas la mayoría de los empleos formales. Sí, esos 3.4 millones de trabajadores inscritos en el sector formal, que con tanto bombo y platillo se anuncian como beneficiarios del incremento en el salario mínimo. Como si estos empleos formales y el pago de ese incremento viniesen de las arcas públicas. No, estimado lector. Eso lo pagarán los empresarios a sus trabajadores, que estoy seguro desquitan más que justamente su precario salario.

Pero ya en serio Señor presidente Andrés Manuel López Obrador, ¿no le parece buena idea? Que, así como el presidente Gral. Lázaro Cárdenas Del Río retiró a los militares de la política al excluirlos del Partido de la Revolución Mexicana y regresarlos a los cuarteles a que cumplieran su función institucional y apartidista, quizá pueda usted hacer cumplir el Artículo 31 Constitucional, que establece que son obligaciones de (TODOS) los mexicanos:

IV.- Contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como del Distrito Federal o del Estado y Municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes.

Si lo ve bien, con esa alta responsabilidad de estadista, al tiempo que disminuiría la desigualdad en México, obtendría significativos recursos para financiar su proyecto de nación. ¡Anímese! Nadie mejor para la tarea que usted. Y, si no fuera mucho pedir, dígame: ¡Me canso ganso! Verdaderamente me haría muy feliz.


P.D. Por cierto, en el Art. 28 Constitucional ya están prohibidas las exenciones de impuestos. Sólo es cuestión de hacer cumplir la Carta Magna en ese aspecto también.

De los suicidios en el ITAM

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Supimos del suicidio de una de las alumnas de Instituto Tecnológico Autónomo de México (ITAM) por una protesta, manifestación o intento de paro que movilizaron los alumnos del propio instituto. La alumna que se quitó la vida cursaba la carrera de Derecho, nos enteramos además de que en el curso de este pasado semestre han sucedido otros dos suicidios entre alumnos del ITAM.

El suicidio constituye una de las muestras más claras y catastróficas a nivel individual, familiar y social. Casi nunca obedece a una sola causa, aunque en general se descubre un factor final que desencadena el acto de autodestrucción. La depresión y el síndrome bipolar están detrás de la acción fatal. Con frecuencia existe el antecedente de intentos fallidos o gestos que demuestran la intención de hacerlo. También, frecuentemente estos gestos suicidas o los intentos fallidos son ignorados y despreciados por su entorno y por el propio paciente, por lo que no se toman medidas que pudieran haber prevenido la conducta suicida final.

En México el suicidio constituye una de las causas más frecuentes de muerte entre los jóvenes, aunque las mujeres son quienes tienen con mayor frecuencia este comportamiento e intentos fallidos, la consumación del suicidio es más frecuente entre los varones que, por cierto, lo llevan cabo con métodos más cruentos.

Los suicidios alrededor de la presión o el fracaso escolar no es nuevo, ha sucedido digamos que siempre. En las imágenes públicas los alumnos del ITAM hacen quejas desordenadas y peticiones poco fundamentadas de manera violenta tratando de presionar a las autoridades educativas del ITAM. Carlos Alejandro Noyola, un economista recién egresado del ITAM, escribe en El Universal, una nota muy atinada y oportuna que nos lleva en síntesis a las causas de la crisis en que se encuentra envuelto el ITAM. Un establecimiento educativo nacido a mediados de los años 40 del siglo pasado, especialmente dirigido a ofrecer carreras del área económica y administrativa basadas en el modelo de excelencia de la época, y en buscar que ingresaran alumnos muy distinguidos, consiguiendo que sólo egresaran unos cuantos, pero los más brillantes.

Carlos Noyola
Carlos Alejandro Noyola Contreras, economista y escritor de El Universal.

Noyola nos relata cómo esta filosofía persiste, no toman en cuenta el porcentaje de eficiencia, el número de egresados frente a los alumnos que ingresan, los profesores no sienten responsabilidad ante el fracaso escolar, atribuyéndolo solamente a los alumnos, no tienen programas o planes de rescate para alumnos que tienen tropiezos. Por lo que nos dice, no aprecian el índice de titulación de los alumnos que han terminado el programa escolar, siendo que éste es un índice muy apreciado en las instituciones de educación superior. Se destaca siempre que, algunos de sus egresados, son o han sido presidentes de la República, ministros, distinguidos funcionarios bancarios, etcétera.

Sin embargo, no han renovado su modelo educativo, permanecen en el pasado, una de las explicaciones para ello pudiera ser que en los últimos 47 años el ITAM ha tenido sólo dos rectores, Javier Beristaín Iturbide de 1972 a 1992, y Arturo Fernández Pérez de 1992 a la fecha, y que su profesorado tiene un origen altamente endogámico, es decir, los profesores son todos o casi todos egresados del ITAM, bajo el mismo modelo educativo, y aunque seguramente los contenidos han sido pertinente y adecuadamente actualizados, el modelo para transmitirlos no resulta el adecuado, ya que es un modelo que busca la excelencia pero de la primera mitad del siglo pasado.

            Trataré de relatar los cambios que han sucedido en otras escuelas y universidades. Yo entré a la Facultad de Medicina de la UNAM en 1963, por problemas de selección no fui aceptado hasta en una segunda vuelta, me tocó un grupo vespertino y no tuve oportunidad de seleccionar ni horarios ni profesores. Mi profesor de “Anatomía Descriptiva”, el Dr. Manuel Aceves Pérez, es lo que ahora llamaríamos un auténtico acosador y “buleador”. El primer día nos recibió diciéndonos que de los 100 que formábamos el grupo, cuando mucho 10 terminaríamos la carrera y que 50 destriparíamos gracias a los resultados obtenidos en su materia. Lo decía con gran seguridad y agresividad, el primer día todos acudimos vestidos de forma común y corriente y nos cuestionó si no sabíamos que ya estábamos en la facultad, por lo que al día siguiente todos acudimos vestidos de blanco, con el entonces uniforme de estudiante de medicina. Pero al llegar a clase se rio de nosotros, haciendo hincapié en que si aún no habíamos entendido que sólo 10 terminaríamos la carrera; tenía frases terribles en sus clases como “a ver, a ver, las mujeres se sientan en primera fila, porque sólo yo les puedo ver las piernas”, y mis compañeras, unas 15 en el grupo, se cambiaban sin chistar, eran tiempos de minifalda extrema. Cuando preguntaba en clase con frecuencia decía “a ver ése que tiene cara de idiota”, hasta que uno de la zona que señalaba decía “¿yo?”, y entonces orgulloso decía “ahí no hay ningún otro con cara de idiota”, el control era tal que lo seguía haciendo en octubre, cuando el curso había empezado en enero.

Yo, que entonces era muy joven, le tomé un miedo de tal magnitud que todos los días dudaba en si quedarme a su clase o no. Antes tomábamos “Psicología Médica” con un gran profesor, el Dr. Julián Mcgregor, con mucha frecuencia me escapaba de la clase para una hora después asistir a “Anatomía Topográfica y Disecciones”. Mi falta de valor y previsión me condujeron a ser condenado a examen extraordinario por faltas, a pesar de haber aprobado “Histología”, “Embriología” y también dos partes de “Anatomía”, la topográfica y disecciones, sin aprobar “descriptiva” no podía pasar a segundo año, así que decidí presentar el examen extraordinario, personalmente no podía aceptar reprobar y no tenía explicaciones para mi entorno familiar; yo había estado estudiando demasiado, el Dr. Morales, mi profesor de “Topográfica”, me ayudaba mucho, él fue quien finalmente me animó a enfrentar el reto; pagué el costo de mi examen (15 pesos) y fui con el Dr. Aceves para hacerle saber mi decisión, recuerdo que fue muy agresivo y déspota, me dijo que en 30 años de profesor nadie había pasado un examen final con él y nadie se había inscrito nunca a un examen extraordinario; traté de darle una explicación, pero al no obtener respuesta me limité a terminar el trámite.

ITAM

El día del examen me recibió con gran sorna, participaban otros cuatro profesores, afortunadamente el Dr. Morales entre ellos, y luego de pasar aproximadamente tres horas, de realizar la disección de dos regiones anatómicas y hacerme preguntas por más de una hora, me dijo ”pues va a resultar que sí sabes anatomía, pero no te puedo poner más de 7 porque me desprestigio”. Por supuesto lo acepté, y durante mi carrera no volví a sufrir o a permitir sufrir acoso o bullying, sin duda eran otras épocas, por supuesto no existía el concepto, ni dónde ir a denunciarlo.

El cambio en la Facultad ha sido notable, los alumnos tienen una bienvenida por parte de los profesores en el marco de la Feria del Libro de Medicina, donde reciben pláticas por distinguidos maestros que intentan ofrecer un panorama profesional actual y las posibilidades futuras. Se les explica la magnitud del reto y consejos para enfrentarlo de la mejor manera. Hay muchos cursos remediales y los alumnos que no aprueban o tienen dificultades académicas son invitados a inscribirse. Se busca la eficiencia de egreso sin sacrificar la calidad. La titulación inmediata es una meta porque no tiene sentido que alumnos que han terminado el programa académico no obtengan su título, incluso se facilitan los trámites ante la Dirección General de Profesiones.

Algo que seguramente es un resquicio del pasado lo constituye el hecho que los alumnos destacados obtienen mayor atención y se les dirigen mayores medios económicos, un vestigio del pasado; pero todo se andará. Desde luego ya no se rapa ni se pinta a nadie como novatada.

En muchas otras instituciones se han generado cambios en búsqueda de un nuevo modelo educativo, centrado en la educación del alumno, un ejemplo es el de la Escuela Médico Militar, en donde no sólo dejaron de haber novatadas, sino que ahora el alumno es cuidado y atendido en búsqueda de mejores resultados.

Hay que entender que la sociedad ha cambiado, para bien, y que los métodos agresivos que buscaban la excelencia educativa no son ya aceptados, entre otras cosas, porque dan malos resultados. Un gran pendiente educativo que todos tenemos que entender y afrontar es la calidad del bachillerato, público y privado, sin alumnos que sepan leer, criticar, analizar y estar dispuestos a aprender, aprehender y a cambiar, las carreras profesionales son muy difíciles.


Lecturas recomendadas:
~ Juárez R., Luckie L.A., Morán P., Alcántara M.R., Vázquez D., Curiel O., Ramiro M., Perfil socioeconómico del paciente con intento de suicidio. Med Int Mex 1998;14: 145.
~ Carlos Alejandro Noyola. Culpo al ITAM. El Universal. Opinión. 15-XII-2019.
~ Lifshitz A., Zerón L., Ramiro M. Los retos de la educación médica en México. Academia Nacional de Educación Médica. México 2011.

Austeridad Republicana, 1ª Parte

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La austeridad no significa ser un asceta ni un ermitaño o un tacaño.
Más bien invoca a la racionalidad y al equilibrio.
El autor.


La austeridad es un concepto antiquísimo, normalmente equiparable a la sobriedad, seriedad, prudencia y discreción en el comportamiento de una persona que pretenda ser confiable y resulte serlo a los ojos de los demás y de sí mismo. Asumir la austeridad como rasgo existencial ha de cimentarse en una convicción individual, firme y sostenible.  Esta virtud resulta ser enemiga de la simulación y la trivialidad. Sabemos que la austeridad se muestra y se demuestra a través de múltiples manifestaciones condensadas e interconectadas en la triada de pensamiento, palabra y obra, como dirían los primeros cristianos.

En el momento histórico en que estamos ubicados, hay actividades u ocupaciones que por su naturaleza demandan, al menos teóricamente, de austeridad y compromiso. Ello es lo esperado, por ejemplo, de los distintos ministros del culto religioso, de médicos, académicos, mentores, escritores, periodistas, jueces, líderes sociales, pero especialmente de políticos y funcionarios públicos. Desafortunadamente no es así en la mayoría de los casos en todo el orbe y por supuesto tampoco en nuestro país.

En este sentido vale la pena considerar lo difícil que resulta ser austero en la “sociedad del espectáculo” que nos abruma (Guy Debord). Esta se distingue por promover un consumo excesivo e innecesario de bienes y servicios sin reparar en el despilfarro y en el desperdicio, así como en fincar un supuesto éxito basado en una feroz competencia que desconoce al otro que trata de vencer. Ello en medio de un proceso de comunicación roto o al menos fracturado entre sociedad y gobierno.

Austeridad Republicana
Ilustración: Estelí Meza.

No sólo los medios masivos de comunicación sirven de instrumento para tratar de influir o de plano manipular lo que el poder (o el no poder) político y económico pretendan. La revolución tecnológica ha puesto en manos de todos nosotros un móvil “inteligente” por sus múltiples aplicaciones (Twitter, Facebook, Instagram, WhtatsApp, etc.).  Trátese de políticos o de ciudadanos comunes, creemos tener licencia para opinar de todos y de todo lo que acontece en nuestra “polis”, en nuestra casa o hasta en nuestra vida íntima. En este entorno, lo grave es que no hay necesidad de responder por lo dicho… si acaso, y de vez en cuando, un ocasional “usted disculpe”.

Expresado de otra forma, se puede afirmar que la circunstancia domina el escenario, lo cual nos obliga casi todo el tiempo a sobresalir, o por lo menos a estar visibles, en el radar de la actividad de cada cual.

Sin embargo, no todas las circunstancias suponen una influencia negativa; es más, hay algunas que incentivan una resistencia positiva ante “la sociedad líquida” (Bauman). Millones de ciudadanos en la globalidad poseen valores personales, familiares y comunitarios que de hecho comparten con sus semejantes inclusive a escala mundial.  Así se posibilita establecer diques a la descomposición paulatina y hasta de revertir tendencias negativas a la integración social.

De ahí que la Administración Pública tenga una oportunidad para erigirse como ejemplo de austeridad.  Su posición de autoridad, los recursos públicos que gestiona, los millones de servidores públicos que integra con empleo pleno, la posible trascendencia de los programas socioeconómicos que maneja, la indudable influencia y fuerza legítima y legal que representa, entre otros aspectos, la califican como un ente idóneo sobre todo en el propósito de atajar la corrupción, fenómeno tan dañino que ha logrado desarticular a la República.

Austeridad Republicana
Ilustración: Victor Solís.

Por lo descrito, sin duda la “Austeridad Republicana” encontrará dificultades objetivas para florecer, al no tratarse tan sólo de ahorrar para no gastar el presupuesto de todos nosotros, sino de utilizarlo en tareas socialmente productivas que realmente cuenten para superar los índices de desigualdad y pobreza que tanto nos debilitan en nuestra identidad y fortaleza.

El Plan Nacional de Desarrollo, los Planes Sectoriales, el Programa Nacional contra la Corrupción, constituyen elementos que aportan parámetros e indicadores que le brindan viabilidad a la Austeridad Republicana con el fin de coadyuvar a lograr una justa distribución de la riqueza del país.

Esta reflexión de carácter estructural, junto con la promulgación de la Ley Federal de Austeridad Republicana (19 de noviembre de 2019), iniciada por la Función Pública, nos brinda la pauta para mencionar algunas de las principales actividades y decisiones que a mi juicio deberían abordarse para su implementación.

1. La austeridad confirma una actitud comprometida de la Administración Pública Federal con toda la población.
2. La austeridad se asume como una disciplina dual: de los servidores públicos y de cada institución donde laboran.
3. La austeridad es una obligación legal.
4. La austeridad es un programa evaluable en el tiempo.

Próximamente, me referiré a cada uno de estos apartados; por lo pronto, les deseo un mejor 2020.

Moralidad mexicana: el diagnóstico de una sociedad

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El mexicano no es un sujeto sin moralidad. Existe una moralidad construida en el crisol de nuestra historia y nuestra circunstancia. La moralidad se forma en casa, en familia, sólo ahí puede trasmitirse eficazmente. Pronto llegará el día en que todos los mexicanos seamos familia y todo México, nuestro hogar.

Existe un cierto acuerdo social sobre el creciente deterioro en la población en su capacidad de diferenciar entre lo bueno y lo malo, entre lo correcto y lo incorrecto. En otras palabras, hay un claro diagnóstico sobre el deterioro moral de nuestra sociedad.

En estos días, vale la pena reflexionar en medio del puente Guadalupe-Reyes sobre esta realidad que nos confronta cada día cuando nos enteramos, por ejemplo, que a una persona con discapacidad le fue robada su silla de ruedas o sus muletas; cuando en un asalto el criminal no duda en golpear por igual a hombres, mujeres, niños o adultos mayores para lograr su propósito; cuando nos enteramos que un templo fue saqueado para vaciar sus depósitos de limosnas o sus obras de arte; o inclusive, que al Estado Mayor Presidencial (cuando existía) le fue robada la nómina de sus trabajadores;  para no hablar del cotidiano linchamiento y agravio de las fuerzas del orden que tratan de hacer cumplir la ley, en un país donde ésta es esencialmente letra muerta.

Esto me llevó a reflexionar sobre si ¿en verdad somos una sociedad carente de toda moralidad? Me parecía increíble; pero ¿cómo describir esa moralidad subyacente de tal manera que la gente la reconozca efectivamente como propia? Entonces llegó a mis manos un texto, de autor anónimo, que en la forma de “las palabras del abuelo” hacía total sentido con lo que quería confirmar y trasmitir. La moralidad mexicana contemporánea, es más o menos ésta:

Mira cabrón, pa’que dejes de andar jodido y jodiendo. Te voy a dar unos cuantos consejos para que vivas bien y no no’más sobrevivas. Mírame a mí, que me sigo riendo a pesar de tanta desgracia.

1. Agradece por todo. No te quejes. Dale gracias a Dios por todo, que sigues, que vives, mientras hay muchos otros que ya se los cargó la chingada.
2. Cuando puedas comer, come; cuando puedas dormir, duerme; cuando puedas disfrutar, disfruta; cuando puedas trabajar, trabaja; y si aún puedes echarte unos tragos, pos échatelos. Juega dominó; haz el amor; y chifla en la regadera.
3. Da gracias a Dios porque tienes salud. No te la pases quejando mijito. Altas y bajas siempre ha habido y siempre habrá.
4. Si en la noche no puedes dormir y estás vuelta y vuelta en la pinche cama, pos párate, ponte a hacer algo arregla un cajón, escribe una carta, ponte a leer. Si te quedas acostado con los ojos pelones vas a pensar puras pendejadas y lo peor es que después las haces, Si ya de por sí.
5. Los problemas grandotes que son del mundo y que salen en la tele, esos mijo, mándalos a la chingada, no los vas a arreglar tú. Luego ni les entiendes, no te hagas pendejo, deja que los que puedan los arreglen, pero tú, arregla lo que sí está en tus manos.
6. Si te dan, agarra todo; aprovéchalo, así sea un chingadazo, un beso o una pendejada. Porque no saben de qué forma te van a llegar, así que agarra y no te apendejes. ¡Ah!, pero eso sí. No agarres lo que no es tuyo. Cada quien tiene lo suyo, lo que se gana y lo que se merece.

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Ilustración: James Yang.


7. Lo que hagas hazlo con ganas. Y hazlo bien o no lo hagas. Y olvídate de las envidias. Tú a lo tuyo, porque nunca sabes cuándo vas a valer madre.
8. Cuídate de los cabrones y aléjate de los pendejos. Fíjate bien cómo son, porque hay un chingo. Conócelos bien. Para que nunca seas como ellos.
9. Ayuda y escucha a tus amigos.
10. No hables mal de nadie.
11. Sé orgulloso, pero no arrogante ni prepotente.
12. Sé humilde, pero no agachado.
13. Sé valiente, pero no imprudente.
14. Cuando ganes sonríe.
15. Cuando pierdas no armes un drama. Y si te da la gana llora, se vale, para que se te quite la impotencia, pero luego afánate en otra cosa.
16. Nunca te preocupes por lo que no tienes, por lo que no puedes comprar. Cuántos cabrones tienen todo y están en la cárcel o en el hospital, y son bien espantados e inseguros. Tú tienes algo más valioso que es tu gente, tu salud. Esos otros tendrán mucho, pero ¿sabes qué?, a la hora de la hora no tienen ni madre.
17. Manda a la chingada a la muerte, que sea ella la que se preocupe por no poder llevarte, no tú, porque tú de todos modos algún día te va a cargar la huesuda.
18. Mira mijo, “si la vida te da limones…”, pide tequila y sal. No te pongas a hacer limonadas.
19. Nunca te olvides que más vale el Diablo por viejo, que por Diablo.


EN PERSPECTIVA, tal parece que sí existe una “moralidad mexicana” funcional, forjada para resistir y subsistir en nuestro entorno sociocultural. Y es en la familia y la voz de las personas a las que más respetamos donde se puede trasmitir con eficacia. A esta moralidad agregaría dos elementos que, a mi juicio, no han cristalizado. El hecho de que todo México es nuestro hogar y todos los mexicanos somos familia.

¿O usted qué piensa, estimado lector?

A un año de promesas incumplidas

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Estamos cumpliendo un año de una administración híbrida, de un personaje que durante 18 años insistió hasta llegar al poder (lo cual me parece que no debió permitirse, ya que después de tanto tiempo de entregarse a este cometido político, era evidente que llevaba muchísima más ventaja a sus competidores, quienes sólo tuvieron escasos 4 o 5 meses para hacer su campaña).

Me gustaría recordar que él mismo no es un pacifista como últimamente se hace nombrar, les recuerdo que él nació en el PRI (y creo que sigue ahí), posteriormente funda con Cárdenas el PRD, contiende por la gubernatura de su estado natal, Tabasco, pierde contra Madrazo que, según él, le hacen fraude (lo cual nadie sabe) y su reacción fue atentar contra los bienes de nación; viene a mi memoria la quema de los pozos petroleros, daño flagrante a nuestro país y, sin embargo, no hubo castigo, ¿por qué? Nadie lo sabe, y quien tenga la información, obviamente no la sacará a la luz.

Posteriormente, para desgracia del entonces Distrito Federal, fue su regente, según sus datos (porque qué curioso, siempre tiene “otros datos”) bajó la delincuencia, mejoró el empleo, la economía, etc., todo un modelo de gobierno, así lo expuso en uno de los debates por la presidencia. Propuso la edificación del segundo piso, la Asamblea Legislativa del D.F. se lo negó, no autorizó dicha construcción y ¿cuál fue el resultado?, de sus pistolas la hizo, ¿con qué costo?, nadie lo sabe, dicha información sigue encriptada y saldrá a la luz en dos o tres años, ¿cuál será el resultado?, que cuando se abran las cifras no serán las correctas, ya que continuará en el poder y podrá cambiarlas con toda facilidad y seguirá apareciendo como lo ha presumido, “el salvador”.

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Imagen: Dreamstime.

Cuando llegaron las elecciones contra Calderón y, por error o no, del encargado en ese entonces del IFE, se crea la polémica del tan nombrado “fraude electoral”. Pacífico como siempre ha sido, hace un plantón sobre la calle más emblemática de la CDMX, el Paseo de la Reforma, mismo que dura cerca de un año sin importar que muchos comerciantes hubieran tenido que cerrar su fuente de ingresos, generando que mucha gente se quedara sin trabajo. El encargado de aquel entonces de hacer cumplir la ley como regente, hoy nuestro afamado canciller Marcelo Ebrard, en lugar de aplicarla, la desatiende, y obviamente el gobierno federal no tiene injerencia, pues resulta inconveniente crear un mártir, pese a las consecuencias garrafales de sus actos.

Se proclama Presidente Legítimo, toma protesta en el Zócalo capitalino, verdaderamente todo un show, “de México para el Mundo”.

Pero dejemos la historia, ya que nadie en sus cabales le hubiera otorgado su voto con esa carta de presentación, pero obtuvo lo que tanto deseaba. Sus “promesas de campaña”, de mejorar la economía, la INSEGURIDAD, la creación de empleos, su crecimiento promedio del 4% del PIB, acabar con el súper monstruo CORRUPCIÓN, y tantos compromisos más ante el saqueo del que fue nuestro país. Obviamente la gente le dio su voto con la esperanza de ver cumplidas las mismas, pero vimos que antes de tomar posesión del cargo, ya había dicho en varios programas tanto de radio como de televisión y revistas, que una cosa era la campaña, y otra, la realidad… ¡Qué honestidad!

Pasemos a los hechos, que hoy es lo importante:

Estarán de acuerdo en que hoy más que nunca el país está totalmente dividido, lo vimos el domingo 1º de diciembre, unos en el Zócalo echando porras y otros en la marcha de paz, pidiendo y gritando su renuncia, es decir, los chairos contra los fifís, ¿esto es lo que hace un presidente?, ¿su función primordial no es la unión de su país para llevar a buen puerto al mismo?, ¿por qué las descalificaciones, el encono, incentivar el odio de las clases medias, medias-bajas, a los creadores de empleos, los que apuestan a invertir en su propio país? Pero dejemos eso y toquemos las partidas relevantes.

Economía

Ha estado totalmente parada. Según el INEGI, en el primer trimestre del año el PIB se colocó en -0.09, para el segundo fue del -0.06, el tercero del 0.01, lo que al final del año nos dará un decrecimiento, pese a los “otros datos”.

La construcción sin movimiento y toda la industria que está a su alrededor lo mismo, llámese, acero, cemento, tabique, vidrio plano, loseta cerámica o vinílica, pega azulejos, pinturas, impermeabilizantes, y un largo etcétera; la obra más importante (cómo ya lo comenté) parada y pagada es que en Estados Unidos declaran que México es un país peligroso para la inversión (aquí entran sus seguidores explicando que el “imperialismo” hizo de las suyas), de ahí que haya poca o nula inversión extranjera, múltiples cierres de empresas, despidos masivos de algunas secretarías (creo que los que dieron su voto, en ese momento se arrepintieron de haberlo hecho), la tasa de desempleo MÁS alta desde el sexenio del famoso “perro de la colina”.

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Imagen: Pinterest.
Inseguridad

Nuestro país se dirige hacia el año más VIOLENTO en toda su historia, pese al afamado “Plan de paz” que presentó en su inicio. Las cifras reales no juegan a su favor ya que las víctimas de homicidio doloso apuntan que, de acuerdo con datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), se llevan 28,741 víctimas al mes desde octubre pasado, y es importante destacar los casos de feminicidios, pues tan sólo en la CDMX, pese a ser liderada por una mujer, la realidad sobrepasa. Eso podemos verlo en las marchas de las mujeres que, como siempre, infiltran a revoltosos(s) para desacreditar sus manifestaciones, dado los desmanes creados, mismos que ya no nos engañan si piensan que creemos que son ellas, las participantes, quienes los hicieron, desde luego que no, vemos la mano del antiguo PRI, recordemos el tema estudiantil del 68.

Y aunque cifra tiene un incremento del 2.1% con respecto al año anterior, no quiere decir que sea un resultado satisfactorio para un plan de “PAZ”. El gobierno se escuda en decir que heredó un problema muy serio de parte de otras gestiones. Entonces, si sabía en lo que se metía, ¿para qué lo hizo?, nadie le engaño, es más, presumió que este tema tan delicado y doliente de nuestra sociedad, lo resolvería en los primeros 100 días de su mandato. Vemos con tristeza que fue una de sus tantas promesas fallidas.

En cuestión de empleo las cifras del IMSS también no son nada halagadoras para el Ejecutivo, los decrementos de afiliados reportados por el mismo instituto son: enero 16.8%, febrero 18.3%, marzo 46%, abril 65%, mayo 88%, julio 69%, agosto 68%, septiembre 12.2%, y en octubre 2%, como podemos ver, tampoco hubo crecimiento de empleos, todo lo contrario, otra promesa más incumplida, pero aún falta la sacudidita prometida, ¿cómo afectará ésta al porcentaje del desempleo?, ya veremos.

Para los aficionados de YouTube los invito que busquen “Las promesas no cumplidas de AMLO” por Milenio, creo que podrán confirmar el actuar “sin corrupción” en las compras realizadas por el mismo gobierno.

Pero no todo es negativo, hay algo que sí cumplió… Un año en el cargo.

Pero como siempre, ustedes tienen la última palabra.

Violencia de género e injusticia social: crece encono de la acción colectiva

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Acciones colectivas frente a situaciones límite

¿Por qué en fechas recientes miles de mujeres se han movilizado en las calles de las ciudades mexicanas armadas con palos, martillos, pinturas y cadenas exigiendo un freno a la violencia machista al grito de el violador eres tú? ¿Por qué millones de mexicanos votaron el año pasado por una opción política que prometía cambios en torno a la justicia social? Estas preguntas, por muy disímiles que parezcan, tienen un elemento en común a la hora de responderlas. Ambos fenómenos parten de una fuente de indignación y enojo frente a situaciones límite de violencia de género o injusticia social. Tales situaciones límite se ilustran con cifras como las siguientes:

~ En México, la violencia machista acabó con 3,742 mujeres en 2018, lo que significa más de 10 víctimas diarias (Reina y Zerega, 2019).
~ El 66% de las mexicanas mayores de 15 años ha sido víctima de violencia según una encuesta de 2016 sobre relaciones en el hogar (Barragán, 2019).
~ De enero a septiembre de 2019, dos mil 833 mujeres han sido asesinadas en México; pero, de esta cifra, sólo 25.6% (726 casos) son investigados como feminicidios (homicidio por género), mientras que los otros 2,107 asesinatos, son calificados como homicidios dolosos (Animal Político, 2019).
~ En México, 4 de cada 10 personas son pobres, es decir 52.4 millones de mexicanos o 41.9% de la población (Riojas y Ortega, 2019).
~ La pobreza se agudiza en el sureste del país (tres estados concentran el 20% de individuos en esa situación), y afecta a pueblos indígenas, adultos mayores, personas con discapacidad, así como niños y adolescentes (Riojas y Ortega, 2019).
~ Según cifras de 2018, el 48.8% de la población mexicana tiene un ingreso inferior a la línea de pobreza; mientras que 16.6% está por debajo de la línea de pobreza extrema (CONEVAL).

En un panorama así, no es extraño que las mujeres, por un lado, estén furiosas y que, no vislumbrando otra alternativa mediante la cual fueran escuchadas, se lanzaran a las calles a protestar con muestras de gran enojo contra la violencia de género -haciendo referencia a las marchas anteriores cuando se manifestaban sólo con gritos, una alumna de la UNAM argumenta “¿De qué servía que gritáramos? ¿De qué sirvió hacernos las buenas? Nos están matando, carajo” (Reina y Zerega, 2019)-. Por el otro lado, tampoco es extraño que millones de mexicanos, hartos de que los políticos siguieran robando impunemente, mientras amplios sectores poblacionales no contaran con las condiciones mínimas para vivir dignamente, hayan votado por un candidato que prometía la tan anhelada justicia social.

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Ilustración: Golden Cosmos.
Desigualdad: de la naturalización del problema

A lo largo de los años hemos encontrado discursos que justifican la violencia de género o la pobreza en México con frases como: “la culpa fue de ella por vestirse así” o “son pobres porque quieren”. Estos discursos se fundamentan en una desigualdad estructural, de género y socioeconómica, que atraviesa a toda la sociedad mexicana. Tal desigualdad ha provocado, de un lado, la naturalización de la violencia y la injusticia social. Con ella, las violaciones o los asesinatos de mujeres, así como las contrastantes tasas de desnutrición o mortalidad entre el campo y la ciudad aparecen como escenarios “normales” en la vida de México. Pero, del otro lado, la desigualdad también ha gestado encono social. Impulsadas por movilizaciones globales o arropados por las palabras de un carismático líder, quienes han vivido la violencia y la pobreza en carne propia o la han visto de cerca han encontrado en las manifestaciones feministas y en el voto/apoyo a un candidato/gobernante que promete una transformación, una vía para sacar el enojo contenido durante años.

Es por ello que no resulta raro encontrar entre las mujeres que se manifiestan y entre los seguidores del presidente, palabras y acciones de ira difíciles de comprender si no consideramos el contexto más amplio. Lo lamentable es que también, y como contraparte de este encono social, encontramos palabras y acciones de quienes no comparten tales sentires. De ahí que, en el discurso y la práctica, estemos viviendo una polarización de visiones que parecen irreconciliables. De un lado están las mujeres que gritan, golpean, pintan y cantan para acusar a los (potenciales) delincuentes que las atacan; mientras que, del otro, están los hombres (y algunas mujeres) que las acusan de ser ellas mismas violentas y exageradas en su reacción. De igual forma, de un lado están los seguidores del presidente quienes alaban todas las acciones tomadas por su líder a la vez que descalifican cualquier crítica en su contra y, del otro, están los adversarios que buscan el menor resquicio para criticar, con o sin razón, al presidente y sus seguidores.

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Ilustración: Victor Solís.

¿Qué hacer en un escenario con estas características? ¿Debemos tomar partido e incrementar las filas de aliados o adversarios? Sin duda alguna, si nos sentimos agraviados eso haremos. Pero ¿hacia dónde llegaremos como una sociedad enojada, como una sociedad polarizada? La respuesta no es sencilla. Lo cierto es que frente a situaciones límite parece que ya no hay vuelta atrás. Lo que hemos estado viendo los últimos dos años en términos de acción colectiva (con protestas o con el voto) también se puede leer como el despertar de una sociedad que, a pesar de estar agraviada, por décadas permaneció en la sombra, dormida e indiferente frente a situaciones tan lamentables como la violencia de género y la injusticia social.


Fuentes consultadas:
Animal Político-Redacción (2019), “Suman casi 3 mil mujeres asesinadas en México en 2019; solo 726 se investigan como feminicidios”, Animal Político.

Barragán, Almudena (2019), “La frustración y el enojo: la ruta para denunciar el abuso sexual en México. Cuatro mujeres relatan las dificultades para llevar ante la justicia sus casos de abuso sexual”, El País.

Reina, Elena y Georgina Zerega (2019), “Las mexicanas gritan basta a la violencia machista. Miles de manifestantes exigen poner fin a la violencia machista, que acaba diariamente con la vida de 10 mujeres en el país”, El País.

Riojas, Cristóbal y Ariadna Ortega (2019) “4 de cada de 10 mexicanos son pobres, anuncia el Coneval”, Expansión.

García Luna: ¿policía o delincuente?

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Manuel Payno (1810-1894) escritor y político mexicano, autor de la novela Los Bandidos de Río Frío, que en mis lejanos años de preparatoria me hizo leer mi maestro de literatura (la obra consta de 900 páginas) narra, entre otras cosas, los episodios de una banda de asaltantes a viajeros que operaba entre el puerto de Veracruz y la hoy Ciudad de México, y era considerado como un grave problema de inseguridad que vivía la sociedad del siglo XIX. Lo trascendente en este caso es que los policías, cuando no eran bandidos, pertenecían a los mismos cuerpos de seguridad o ambas cosas a la vez.

Este antecedente literario me lleva al caso del exjefe policiaco Genaro García Luna, que ascendió desde empleado del CISEN –al que ingresó a los veintiún años de edad–, y se encumbró a los puestos de mayor relevancia durante los gobiernos panistas de los presidentes Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón Hinojosa; y que justamente el diez de este mes fue aprehendido en el suburbio de Dallas, Grapevine, Texas, bajo los cargos de perjurio –en México es el delito de falsedad en declaraciones ante la autoridad– y tráfico de drogas, que se desprenden de las declaraciones de testigos en el caso de Joaquín Guzmán, alias “El Chapo”, a quien se juzgó en un tribunal de Brooklyn del estado de Nueva York.

La detención de García Luna ha sacudido los altos círculos de la política y a los medios de comunicación; solamente fue neutralizada de manera parcial porque el día citado a juicio se celebró en Palacio Nacional, con bombo y platillo, la aprobación del T-MEC con sus agregados o sus adendum, motivo de otro debate nacional.

genaro y calderon
Fotografía: Nación321.

El tema ha encendido los focos rojos en la escena nacional porque la actuación alto exjefe de seguridad ha ligado a tres expresidentes, aunque se pone el mayor acento en Calderón Hinojosa, quien se apresuró a declarar que él desconocía las actividades de su subalterno y pide se le aplique todo el rigor de la ley, lo que lo pone en mayúsculo predicamento, pues era público y notorio que sus actos eran hartamente criticados y conocidos. Hoy, aquellos rumores se han vuelto realidad, aunque exista a favor del acusado la presunción de inocencia hasta que se le prueben sus ligas con el cartel de Sinaloa y otros delincuentes.

Las conjeturas han desatado una tormenta política y mediática. García Luna fue, en su tiempo, funcionario consentido del gobierno de los Estados Unidos de América. En esto, hay que considerar que tanto en México como en Estados Unidos los gobiernos han cambiado. Andrés Manuel López Obrador y Donald Trump, cada uno con sus propios estilos de gobernar, marcaron la diferencia. No falta entre la comentocracia, quienes atribuyen una venganza contra Calderón Hinojosa, que en 2006 se le atribuyó haber llegado a la presidencia de México, mediante fraude electoral y que AMLO consideró como un robo. ¿Ni perdón ni olvido?

Arquitecto (aunque en realidad sea ingeniero egresado de la Universidad Autónoma Metropolitana), de la guerra contra el narcotráfico y la delincuencia organizada, García Luna junto con Calderón Hinojosa, hicieron salir inconstitucionalmente de los cuarteles al ejército para combatirlos y provocó la sangrienta guerra que perdura hasta nuestros días. Últimas noticias del imperio yanqui, informan que en su comparecencia ante el juez texano que conoce del asunto, se vio a un García Luna, muy nervioso y modesto –aunque vestía un suéter de marca–, y a pesar de que se le afama como un individuo que siempre demostró gran seguridad, aún en el momento que el diputado federal, Gerardo Fernández Noroña, lo calificó como cobarde, asesino y cómplice del “Chapo” Guzmán en las comparecencias en la Cámara de Diputados, nadie lo tomó en cuenta.

Manuel Payno tenía razón. Policía o delincuente, en este caso, puede ser semejante.