Nuestro País

Evitar la división a toda costa

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Las palabras, como los objetos, pueden lanzarse para hacer daño y su impacto tiende a ser difícil de calcular; tal vez de ahí venga la famosa frase popular: “eres dueño de tus silencios y esclavo de tus palabras”.

Este final del año valdría la pena que evaluáramos lo que dijimos y cuáles fueron nuestros objetivos al hacerlo. Ya fuera en redes sociales (arena actual de la discordia) o de viva voz, creo que es importante revisar si nuestras palabras eran resultados del análisis, los argumentos, la información sustentada o simplemente la reacción al mensaje, uno de cientos, que no llegó por la mañana al teléfono celular.

Porque éste ha sido, sin duda, un año de ruido debido a los cambios que ha generado la entrada de un nuevo gobierno que, guste o no, es un parteaguas en la historia reciente del país.

Desde la aparición de las mañaneras como productora de noticias, mensajes, postulados, ataques, memes y escándalos de media hora, hasta el avance de proyectos nacionales de infraestructura que mantienen la esperanza de un repunte económico en el segundo año de esta administración, éste fue un primer ejercicio de gobierno en el que casi nadie se ha quedado sin dar su opinión.

Pero las opiniones sin sustento pueden provocar una división todavía más profunda de la que arrastramos desde, al menos, 2006. No quiero decir que cuidemos nuestras palabras –en una democracia es lo último que se recomienda–, sin embargo, sí somos responsables como ciudadanos de la manera en que construimos, con dichos y con hechos, la nación que aspiramos ser.

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Ilustración: John Holcroft.

Apenas este domingo, dos versiones de una misma historia convergieron en el aniversario del primer año de gobierno. Una, llena de pesimismo alimentado en ocasiones por percepciones, y otra, triunfalista a pesar de que todavía hay varios pendientes. En ambos lados, personas comunes que buscan, en el fondo, un país mejor para vivir.

Entonces, ¿cómo llegamos a esta batalla diaria por tener la razón, olvidándonos que somos una sola sociedad? Una explicación es la enorme brecha de desigualdad que vivimos, no es nueva, y es un pesado lastre que arrastramos desde hace medio siglo.

Si hay alguna duda, sólo revisemos los resultados de la prueba PISA para 2018, que nos confirma el terrible último lugar en desempeño escolar entre los países de la OCDE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos). Dicha prueba lleva dos décadas de llevarse a cabo y los avances en México son mínimos. Un rasgo sobresale, sin embargo, en cada ejercicio: quienes tienen mejores resultados son los mismos que cuentan con mayores oportunidades económicas y de desarrollo.

En el espejismo de crecer, aunque no hubiera desarrollo humano palpable, le apostamos (apostaron, diría) a engrosar los indicadores macroeconómicos, mantener la inflación baja y ofrecer mano de obra competitiva (y barata) que, en conjunto, empujarían a que las escuelas, los hospitales y los servicios públicos mejoraran por añadidura.

sociedad
Imagen: Pinterest.

No contábamos con la corrupción, la falta de un Estado de Derecho y la impunidad que traen consigo las administraciones que deciden vigilar lo primero sin prestarle mucha atención a lo segundo.

Tuvimos avances, no puede discutirse, pero se quedaron cortos frente a la politiquería, los grupos de interés y el capitalismo de cuates que campeó con pocos obstáculos desde el cambio de partido, curiosamente, también hace casi 20 años.

Hoy en esta sacudida, apoyada por una mayoría cansada de la violencia y de los otros males, tenemos una oportunidad de manifestarnos y de contribuir, hasta con la oposición, a generar soluciones, a participar activamente y a organizarnos como una ciudadanía que puede tener sus diferencias, pero debe coincidir en la meta de sacar adelante a un país que ha desperdiciado demasiadas coyunturas favorables.

La apuesta el año entrante debe ser por construir los puentes y las coincidencias que hoy nos hacen falta, porque todos cabemos en México. Quienes aseguran lo contrario, azuzan para dividirnos hasta que nos desconozcamos, y si algo nos ha enseñado nuestra historia, es que esos momentos se vuelven la pesadilla que siempre quisimos evitar. No lo permitamos.

2020: México libre de plástico

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Siempre he criticado que nuestras leyes se utilicen como un compendio de buenos propósitos, o en el mejor de los casos, como una visión de futuro de lo que estamos planeando en temas centrales para el país.

En verdad deseo que algún día vivamos en un México en donde la ley se cumpla sin regateos, y en donde las leyes se escriban con cabal conocimiento de su impacto socioeconómico y de la demanda presupuestal para garantizar su observancia.

Sin embargo, a la fecha, la gran mayoría de los ciudadanos no tienen la menor idea sobre la importancia de los diputados y senadores, ni mucho menos de cómo pueden impactar nuestra vida diaria si se aplican a legislar sobre temas relevantes.

impacto de plastico
Imagen: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.

Un caso significativo es el uso del plástico. Particularmente, del denominado “plástico de un solo uso”. Ejemplo de ellos son: tenedores, cuchillos, cucharas, popotes, bastoncillos para isótopos de algodón, globos y varitas para globos, vasos y sus tapas, charolas para transportar alimentos, en fin, todos aquellos artículos fabricados para su desecho después de un solo uso.

El problema, a escala global, es gravísimo. La Organización de las Naciones Unidas estimó que habrá 12 mil millones de toneladas de basura plástica en los vertederos y en el océano para el 2050, por lo que hay que reconocer que en esta ocasión nuestros legisladores sí se aplicaron a normar sobre un tema sensible y relevante, social y medioambiental.

Éste es la producción de artículos del “plástico de un solo uso”. Actualmente diversos estados de México han desarrollado leyes para limitar y prohibir la producción de artículos de plástico de un solo uso. Ejemplo de ello son: Ciudad de México; Sonora; Veracruz; Quintana Roo; Tamaulipas; Baja California; Nayarit; Coahuila; Tlaxcala; Baja California Sur; Guerrero; Oaxaca; Puebla; Tabasco; San Luis Potosí; Nuevo León e Hidalgo.

prohibiciones de plastico en el mundo
Imagen: Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente

A nivel federal sabemos que existen iniciativas para que, vía el Senado de la República, se integren este tipo de prohibiciones bajo la Ley General para la prevención y gestión integral de los residuos. No obstante, a nivel subnacional, la Cámara de Diputados de la Ciudad de México aprobó modificaciones a la Ley de residuos sólidos, mediante el cual se prohíben estos artículos plásticos denominados de un solo uso.

Entre estas prohibiciones destaca que para el año próximo (2020) ya estará prohibido el uso de bolsas plásticas, y el resto de las prohibiciones entrarán en vigor un año después.

EN PERSPECTIVA, está claro que nuestros legisladores sí pueden ocuparse de temas relevantes cuando se proponen poner a México no sólo al día, sino a la vanguardia global en temas de importancia crucial. ¡Enhorabuena, señores legisladores!

No todo cambio implica una mejora

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Estamos cumpliendo un año del nuevo gobierno y ciertamente estamos inmersos en la 4T. Básicamente lo que entiendo por la 4T es la búsqueda del cambio, y estoy de acuerdo, había ya muchos aspectos en la vida diaria de México que estaban muy deteriorados.

La corrupción, la inseguridad, la pobreza extrema, y un triste crecimiento económico inercial en promedio de 2% anual, a lo largo de muchos años, anunciaban que seguir con lo mismo era totalmente inviable y que el cambio irremediablemente tenía que darse. Por fortuna se dio de manera pacífica y hoy estamos inmersos en éste. Sin embargo, no todo cambio implica una mejora, y es relevante distinguir entre lo que hay que cambiar, mejorar o, de plano, eliminar.

Cambio en Mexico
Ilustración: Belén García Monroy.

Me parece fundamental reconocer que nuestro país es muy grande y diverso, por eso existen problemáticas muy diferentes que, obviamente, los cambios o soluciones que se implementen no pueden ser las mismas para situaciones desiguales. Entonces, podemos afirmar que la 4T no debe ser en muchos casos igual para todos.

Para que en un país la población tenga una convivencia pacífica y fructífera es indispensable que tenga instituciones sólidas y respetadas por todos, en la medida que todos lo entendamos y lo defendamos nos irá mejor a la larga. La corrupción, la ilegalidad, la inseguridad y la pobreza solamente las podremos erradicar a través del establecimiento de reglas claras y que todos las respetemos.

Estoy consciente que muchas instituciones, e incluso partidos políticos, llegaron a un nivel de deterioro que no habría manera de justificarlos, sería mejor si desaparecieran; en otros casos, es necesario hacer cambios reconociendo mucho de lo que debe salvarse y, por supuesto, tenemos instituciones muy respetables que es indispensable defenderlas, pues de ellas depende que el país siga funcionando.

empresas
Ilustración: Adrián Pérez.

En general, me parece que estamos cambiando demasiado rápido y hay temas que no alcanzamos todavía a digerir, estos cambios y los que vendrán podemos sufrirlos o ser protagonistas. Por eso, creo que debemos apoyar los cambios conducentes, pero también defender que permanezca lo que es muy valioso y que como país se ha ganado a través de mucho tiempo y sacrificios.

Independientemente de estas transformaciones que se están dando en México, el mundo, debido a la tecnología que avanza exponencialmente, también sufre cambios de manera vertiginosa, en ese sentido creo que en los próximos años el gran reto será que la 4T no cambie nuestro país hacia un pasado que ya no existe, sino hacia un futuro mejor para todos.

Más pobreza e inestabilidad para México

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Hoy deseo tocar un punto que me ha estado dando vueltas en mi pensamiento, pues luego de la anterior participación  donde abordo el tema de la inseguridad fatal que vive nuestro país, hay algo que siento que se nos ha pasado por alto, y es el hecho de la cantidad tan importante de indocumentados que se han quedado en la CDMX y a quienes vemos en cada esquina pidiendo apoyo económico para comer (limosna) junto con su familia (niños, esposa, compañera, algunas embarazadas). Quizás las primeras veces te conmovían y les dabas algo, pero te acostumbraste a verlos así hasta llegar el momento en que sólo les dices “no tengo”, y con el paso del tiempo prácticamente ya sueles ignorarlos.

Hemos visto que el gobierno de la ciudad les proporcionó refugio (al principio), pero ahora me pregunto ¿dónde viven?, ¿qué comen?, ¿se asean? He pensado qué situación deben estar viviendo en su propio país como para tomar la decisión de emprender tan arriesgada aventura. Exponer a la familia a todo y salir con casi nada para llegar a otro lugar en donde se les trata como invasores, y en un lugar que también tiene sus propios problemas. ¿Nos hemos puesto a pensar hasta dónde pueden llegar por hambre? Podrían unirse y vaciar una de las tiendas minisúper que hoy tenemos, sin que nadie pueda pararlos, ¿quién se metería a intentarlo simplemente? Creo, salvo su mejor opinión, querido lector, que tenemos una bomba de tiempo; claramente lo vemos en el subempleo de nuestra propia gente a toda su expresión, desde vendedores de comida chatarra (como se les dice hoy), de cigarros al menudeo (aunque esté prohibido hacerlo), paletas, bebidas de todo tipo, verdaderos artistas del malabarismo, etc. Todos ellos al menos realizan un oficio, sí, pero sin prestación social alguna, en caso de enfermarse, ¿a dónde pueden recurrir?, ¿tendrían algún servicio de calidad?, ¿con asepsia?, ¿con medicamentos? El tema es muy complicado y desde luego que el panorama nunca es alentador.

Escalera
Ilustración: Straits Times.

Toda esa “desigualdad” que vemos diariamente, que pasa por enfrente de nosotros, lo más probable es que ya no le prestemos atención, por el mismo ritmo de vida que llevamos, el trabajo, el tráfico, la contaminación, la prisa, la imposibilidad de poder hacer algo para redimir el daño. ¿Realmente no podemos ayudar? ¿Estamos destinados a vivir así y resignarnos a no hacer nada? ¿Esperamos que sea el gobierno el que logre disminuir la violencia?, si bien es cierto que éste la propició, incentivó, aumentó,  ¿realmente tiene la posibilidad de atacarla? Durante este año hemos visto que las decisiones tomadas por el Ejecutivo han paralizado al país, lanzando mensajes a la comunidad inversionista de que “México es un peligro”, no hay confianza en nuestra moneda y estamos muy cerca de tener un ajuste cambiario (devaluación) que nos hundirá más y provocará mayor inflación. Es cierto que tenemos una balanza entre lo que exportamos e importamos de cierto modo parejo, pero en el momento que las partes que requerimos para fabricar productos de exportación suban, su precio de venta perderá competitividad, simplemente por ese sobrecosto cambiario y se volverá a las famosas “crisis” de los gobiernos priistas que pasaron cada seis años, consecutivamente, hasta que el presidente Zedillo, con los errores que se le puedan adjudicar, reconoció el triunfo del partido opositor, y no tan sólo eso, sino que dejó blindada la economía y pese también a los errores cometidos por las dos administraciones, la misma que duró 12 años, hasta el retorno del famoso “niño bonito”, quien permitió e hizo el saqueo más grande de toda la historia de México, junto con sus compinches gobernadores que aunque lograron capturarlos, no ha habido un retorno del dinero que cínicamente obtuvieron por medio de engaños y empresas fantasmas. Es lamentable que lo que todos sabemos y nos avergüenza ver es que no hay castigo, nada, sigue sin pasar NADA.

Retomando el tema toral, no sé si estén de acuerdo, pero si analizamos que el país se encuentra semiparado al no haber derrama económica ni trabajo, también me gustaría que alguien de los famosos asesores que tiene el Ejecutivo, nos haga el favor de explicarle que por esa misma razón (creada por él mismo) la recaudación de impuestos se fue también en picada y, claro, como para él “todo es producto de lo que le heredaron anteriores administraciones” (podemos constatarlo en las afamadas mañaneras), de la “corrupción”, ahora pretende ponerse mucho más estricto con las revisiones a quienes mantenemos al país, sí, los contribuyentes, que si bien en algunos casos se han visto en la necesidad de despedir gente para evitar cerrar sus negocios, hay otros que por desgracia tuvieron que hacerlo y ven con tristeza que todos sus años de esfuerzo se van, se pierden, como agua en las manos, con toda la impotencia de no poder hacer algo y tratar de sobrevivir con lo poco que les queda, y si es que aún hay posibilidad para intentarlo.

pobreza
Ilustración: Pinterest.

Por otro lado, vemos con pena, tristeza y, por qué no, con rabia, que se le invita a refugiarse a un personaje de Bolivia, con casa, alimento, transporte, guardias personales, y un ingreso de $150,000.00 al mes (más de lo que supuestamente gana nuestro honrado presidente). ¿Esto es posible? Si bien está contemplado el esquema en nuestra Carta Magna, se otorga dicho asilo político “sólo cuando” el solicitante lo pida, y en este caso no fue solicitado, se le invitó a venir a México en vuelos privados; se han visto las fotos en los periódicos, las redes sociales, vaya incongruencia del Ejecutivo, por un lado quita los presupuestos a estancias infantiles, la compra centralizada de medicinas por medio de una dependencia oficial, y para evitar la corrupción nos presume que vendrá otra “sacudidita”, o sea, más despidos e impuestos. Por eso, hay que sacar dinero de cualquier lado, para el presupuesto del 2020, despilfarramos el dinero de los contribuyentes, nuestros “impuestos”, manteniendo a extraños que su pueblo se cansó de sus fechorías, tranzas, manejos sucios y atinadamente lo echaron de la presidencia y, para muestra un botón, la presidenta interina, en menos de 15 días, ha puesto orden, convocará a elecciones para que vuelva la paz a su pueblo.

¿No deberíamos en México tomar ese ejemplo y hacer algo por nuestro país? Vaya tema, ¿verdad?, pero, como siempre, la última palabra la tienen ustedes.

Si me lo permiten, nos seguimos leyendo, ¡hasta la próxima!

¿Renovación en la Corte?

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Los vientos de la llamada Cuarta Transformación del régimen del presidente Manuel López Obrador, soplan con ímpetu sobre la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Su ministro presidente, Arturo Zaldívar Lelo de Larrea, encabeza el movimiento de auto reforma interna para lograr la verdadera independencia del Poder Judicial Federal y la solvencia moral del máximo órgano de justicia ante la sociedad. Lo ha iniciado con el pie derecho al deslindarse del ex presidente Felipe Calderón, quien lo propuso en su periodo gubernamental como candidato a la magistratura en la obligada terna ante el Senado de la República, en aquel tiempo (2006-2012) dominado por las fuerzas políticas del Partido Acción Nacional y el Partido Revolucionario Institucional, que cogobernaron el país en aquel controvertido y polémico sexenio, que siguió los pasos de los gobiernos que privilegiaron las fuerzas del mercado sobre el poder del Estado.

Tiene ante sí un enorme reto, pero también la oportunidad histórica que pudiesen rememorar momentos estelares de la Corte, como fueron el de 1857, que dio paso, después del desafortunado autogolpe del presidente Ignacio Comonfort de los Ríos, y permitió el acceso al licenciado Benito Juárez García, para ocupar la presidencia de la Nación, como lo establecía la propia Constitución.  El de 1917, en los cuales apoyó con sus tesis jurisprudenciales los derechos sociales de los trabajadores y campesinos, inaugurados por primera vez en el mundo, gracias a los diputados progresistas de aquel Congreso Constituyente convocado por el presidente Venustiano Carranza Garza; y el de la ratificación del laudo obrero patronal contra las empresas extranjeras que hizo posible la expropiación petrolera en 1938, bajo el régimen del presidente Lázaro Cárdenas del Río.

Arturo Zaldivar
Arturo Zaldívar, jurista mexicano, Ministro de la SCJN (Fotografía: SDP Noticias).

Las dos primeras tareas más visibles que ha asumido Arturo Zaldívar son combatir la corrupción y el nepotismo que impera en la Corte. A través del Consejo de la Judicatura, órgano encargado, entre otros menesteres burocráticos, de vigilar que la conducta de los jueces se encuentre apegada al derecho en sus resoluciones y demás actos de los procedimientos judiciales; ha iniciado el saneamiento, al cesar a dos jueces probablemente coludidos con el narcotráfico. En cuanto al nepotismo imperante, aún son confusas ante la opinión pública las acciones que se han tomado, pues sólo, al parecer, se ha procedido a cambiar de adscripciones a los parientes sin mencionar nombres, lo cual no resuelve el problema de fondo.

Otro de los conflictos no perceptible pero significativo, es el de la Contralora General del Consejo de la Judicatura, la licenciada Arely Gómez González, quien fuera Procuradora de Justicia de la Nación y Secretaria de la Función Pública durante el gobierno de Enrique Peña Nieto, y que tiene, entre sus funciones, dar seguimiento a la situación patrimonial de los servidores públicos del Poder Judicial de la Federación, donde se refleja con mayor claridad la corrupción de los impartidores de justicia, cuando no existe equivalencia entre sus ingresos legales y aquellos, presuntamente, de procedencia ilícita.

Torre de babel.
Ilustración: Nexos.

El ministro presidente ha ido más allá. En el V Congreso Constitucional, realizado el 21 y 22 de noviembre, ha advertido seriamente a los integrantes del Poder Judicial sobre la conducta ética con la cual deben proceder, señalados en la Ley Orgánica del PJF como son la excelencia, profesionalismo, objetividad, imparcialidad, independencia y honestidad. También, en el mismo acto, anunció la apertura de una unidad para que se denuncien los casos de acoso sexual en el poder judicial y, finalmente, se ha pronunciado enérgicamente en favor del aborto, porque sufren cárcel sólo mujeres pobres e indígenas, y no aquellas mujeres ricas que se practican abortos equivalentes y nunca pisan la cárcel.

Atrás debe quedar aquella Corte que aprobó el anatocismo (cobro de intereses sobre intereses), casos como los de los ex ministros Ernesto Díaz Infante y Eduardo Medina Mora; el golpe técnico del ex presidente Ernesto Zedillo Ponce de León, cuyos ministros echados no alzaron la voz, que su independencia le otorgaba, a cambio de las jugosas pensiones de retiro que les fueron asignadas; y de todas aquellas soterradas en intereses pecuniarios de la corrupción nuestra de cada día. Tareas difíciles, pero no imposibles para transparentar la justicia. Aunque, como dijo Bob Dylan, “la respuesta está en el viento”.

Jesús Blancornelas, in memoriam

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El sábado pasado se cumplieron 13 años de la muerte de uno de los grandes periodistas mexicanos, Chucho Blancornelas.

Desde comienzos de los setenta, Jesús fue una presencia permanente en mi vida y lo seguirá siendo. Durante años nos vimos con regularidad, en las oficinas de Zeta en Tijuana o en encuentros en muchas ciudades. Una tarde sabatina en mi casa iluminó el camino de un grupo de jóvenes reporteros. Creo que siempre le preocupó que no fuera yo, desde su punto de vista, un periodista de tiempo completo: tal era su afecto por mi.

Era bajo de estatura, con mirada de duende y dueño de un enorme valor personal y profesional. Cuando fue víctima del ataque de unos sicarios y quedó malherido, por su mente nunca pasó la idea de tirar la pluma. Fue el único periodista que poco después del crimen entrevistó a Mario Aburto, el asesino de Luis Donaldo Colosio, en la prisión de Almoloya.

Pero cuando tuvo una información sobre el magnicidio que a primera vista parecía una exclusiva mundial y comprobó que tenía inconsistencias, no la publicó. “Prefiero perder una nota que perder credibilidad”, me dijo por teléfono desde Tijuana, en una lección que jamás olvidaré. Aquella noticia que resultó falsa estuvo en la primera plana de todos los periódicos, pero no en Zeta. Ni uno de los diarios que la recogieron, hasta donde sé, aceptó su error ni ofreció disculpas a los lectores. Aurea mediocritas.

No voy a dejar pasar el aniversario luctuoso de mi querido amigo sin recordarlo. En su memoria, comparto con los lectores lo que escribí en Juego de ojos el 13 de mayo de 1977 bajo el título “Zeta, Blancornelas, libertad de prensa”. A mi parecer, este texto dibuja de cuerpo completo a este enorme reportero.

Blancornelas y Aburto.
Jesús Blancornelas entrevistando a Mario Aburto (Fotografía: Cultura Colectiva).

(13 de mayo de 1977)

La tentación de citar a Martin Niemöller de memoria es más fuerte que el peligro de equivocarme: …un día vinieron por los socialistas, y como yo no soy socialista, no dije nada. Luego apresaron a los comunistas, y como yo no soy comunista, guardé silencio. Otro día vinieron por los homosexuales, y como yo no soy homosexual, miré hacia otro lado… Hoy vinieron por mi… y ya nada puedo hacer…

Sin ser textual, la espléndida imagen es un golpe en el corazón y en el intelecto: el silencio es el mejor abono para el autoritarismo. Los enemigos de las libertades sólo pueden existir cuando quienes deben gritar vuelven la vista a lontananza, alzan los hombros y piensan que ése no es asunto suyo. Igual podrían estar cavando su propia tumba.

En el contexto de los avances que la libertad de expresión ha tenido, brotan de vez en vez, como chispas que buscaran combustible, hechos que a todos nos deben poner en guardia. Un reportero despedido por lanzar a la autoridad preguntas incómodas; una cuenta publicitaria cancelada horas de antes de la transmisión de un reportaje sobre la vida poco edificante de un dignatario de la iglesia; un edil que ordena el retiro de revistas de los puestos… o el director de la más influyente publicación de la frontera norte a quien se quiere involucrar en un asesinato ante el asombro e indignación de los ciudadanos.

El periódico es Zeta –uno de los medios en donde semanalmente aparece esta columna– y el periodista es Jesús Blancornelas. En el más reciente intento por silenciar a este profesional de la comunicación, los habitantes de Tijuana han atestiguado cómo un brutal hecho criminal –el asesinato de dos personas– pretende ser utilizado como ariete en contra de Blancornelas y su casa editorial.

El caso ha tenido amplio eco en la prensa nacional e internacional, por el olor a censura e intento de reprimir la libertad de expresión que tiene el asunto, pero desde mi punto de vista debiera ser analizado y discutido también por los lectores. ¿Qué hacer para alertar a ese ciudadano que, como en el poema de Niemöller, da la espalda cuando otros, embozados o no, declaran abierta la temporada de caza de periodistas? ¿Cómo hacerle comprender que esas agresiones son contra él mismo y pueden dañarlo más pronto que tarde? Los periodistas no somos policías y no podemos, ni debemos, aliviar de su responsabilidad a las autoridades encargadas de la investigación –autoridades que, por cierto, pertenecen a un partido que se ha pasado años denunciando la ineficacia y la corrupción en los cuerpos policiacos bajo el partido en el poder–. Lo único que podemos hacer es no renunciar a nuestro derecho a la palabra. E insistir ante usted, lector, que este asunto le concierne directamente.

 Blancornelas
Fotografía: Por Esto!

Por ejemplo el colega Joel Simon, quien en el número mayo-junio del Columbia Journalism Review, una de las más reconocidas publicaciones especializadas en medios, publica el artículo cuyas partes centrales reproduzco y que explica al lector del otro lado de la frontera los pormenores de este intento por silenciar a Zeta.

Durante los 36 años de una carrera profesional como uno de los principales editores y periodistas de una de las ciudades más turbulentas en cuanto a noticias, J. Jesús Blancornelas ha experimentado el asesinato de un colega, la clausura de su periódico por oscuros líderes sindicales, y todas las copias de una edición periodística denunciatoria confiscadas por el gobierno.
Pero nada podría haberlo preparado para los sucesos del 9 de abril, cuando su ex asesor legal y su ex contador fueron asesinados a la salida de un restaurante de Tijuana. Recientemente Blancornelas había demandado al contador Héctor Navarro, acusándolo de un fraude por cientos de miles de dólares. Después del homicidio, la viuda de Navarro responsabilizó públicamente a Blancornelas de haber ordenado el crimen (…).

Como tenaz editor de uno de los periódicos más combativos de México, Blancornelas ha hecho bastantes enemigos. Al paso de los años, mientras otros periódicos locales reproducían boletines y alimentaban el oficialismo, Zeta investigaba el narcotráfico, el tráfico de ilegales y la corrupción de las autoridades –dando incluso nombres (…)–.

Las autoridades dicen que piensan citar a Blancornelas para declarar, pero no lo consideran un sospechoso. Dos de los periódicos que acusan del crimen a Blancornelas son propiedad de sus enemigos políticos: El Heraldo, que es de un empresario a quien Blancornelas acusa de haber ordenado la muerte de su socio y columnista de Zeta,Héctor Félix, en 1988, y El Mexicano, a cargo del líder del sindicato, controlado por el gobierno, que clausuró la primera publicación de Blancornelas en 1979 (…).

Las muertes ya han tenido un efecto profundo en la prensa mexicana. A pesar de un avance dramático en la manera en que se hace periodismo en los medios mexicanos (…), los señalamientos y recriminaciones en los diarios tijuanenses demuestran que para algunos la prensa sigue siendo un vehículo para atacar a los enemigos políticos. Y los crímenes, por sí mismos, reflejan un clima de creciente violencia que provoca miedo en mucha gente, incluyendo a los periodistas”.

Amén.

Juego de ojos.

Inversión privada en lugar de pública

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El martes se anunció un “empujoncito” al crecimiento de las inversiones privadas y, por consecuencia, de la economía; se trata del publicitado “Acuerdo Nacional de inversión en infraestructura del sector privado”. Es la mejor, y quizás la última oportunidad que tiene la 4T para empujar la inversión privada a ocupar su lugar como motor del crecimiento de la economía.

Las inversiones privadas reaccionan a dos cosas: al estímulo de la demanda de los mercados y a ciertos factores intangibles que configuran lo que llaman “confianza”.

El caso es que el crecimiento ha estado frenado durante décadas porque no ha habido inversiones, primero debido al estancamiento del mercado interno y ahora, además, porque el cambio de régimen que representa la 4T ha generado expectación en cuanto al sentido y congruencia de los cambios.

El meollo del acuerdo anunciado el martes, es que la inversión en infraestructura física productiva, es decir, rentable (carreteras, electricidad, telecomunicaciones, agua, infraestructura ferroviaria, puertos y aeropuertos) corra mayoritariamente por cuenta de capitales privados, mientras que los recursos públicos se asignan prioritariamente a Pemex.

Inversion
Ilustración: Nexos.

El objetivo del acuerdo es alcanzar una inversión anual en infraestructura equivalente a 5% del PIB, lo que implica remontar desde el 1.8% al que la dejó caer el gobierno de Peña en 2018; pero el esfuerzo sería privado, dado que la inversión pública que contempla el presupuesto de egresos bajaría a 1.3% del PIB en 2020, sin considerar a Pemex.

Si el empresariado cumple lo que acordó desde el primer trimestre del próximo año, se empezarían a trabajar las 72 obras calendarizadas para el 2020, con más de 431 mil millones de pesos de inversión privada y un tercio más, pública. Entre 2021 y 2024 se realizarían otros 75 proyectos. Serían en total, sólo para infraestructura, casi 860 mil millones de pesos empresariales y en enero se acordarían las inversiones, también de capital privado, en electricidad y petróleo.

Obviamente se trata de proyectos que pueden tener un retorno de inversión lucrativo, lo cual depende, en última instancia, de la demanda del mercado por el uso de aeropuertos, carreteras y demás, es decir, de la capacidad de compra de los consumidores.

Esa capacidad debe ir creciendo en el país; un mérito del gobierno, es haber roto la tendencia a la contención de los salarios y haber propiciado su aumento real, en favor de una mayor equidad de ingresos, por primera vez en décadas.

Inversionista.
Ilustración: Victor Aguilar Rua.

También fortalecen el consumo de los hogares las remesas de los trabajadores en Estados Unidos (35 mil millones de dólares este año) y programas como “Sembrando Vida” en el medio rural (que tiene fines productivos) y otros, muy cuantiosos, de carácter asistencial.

El otro factor clave de las inversiones conforme a los mercados, son las exportaciones, que por falta de visión estratégica se concentran hacia el sector manufacturero de Estados Unidos; crecieron durante 25 años, pero dejó de ser así porque ya no lo hace la industria estadounidense.

Las exportaciones fueron el motor principal del crecimiento económico (bajo) en el neoliberalismo, que se tendría que reemplazar por la integración de cadenas de valor en el mercado interno.

En cuanto a los factores de confianza que mueven las decisiones de inversiones empresariales, en el acuerdo de inversión privada al que nos hemos referido se compromete explícitamente el gobierno a seguir reglas y emitir “mensajes claros que generen confianza y estabilidad para invertir”, a eliminar barreras burocráticas, a preservar la estabilidad macroeconómica y a fortalecer el Estado de derecho.

¿Será mucho pedir que empresarios y gobierno cumplan lo acordado?

Terrorismo y narco ¿Cuestión de enfoques?

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Hace ya noventa días que ronda en su cabeza la idea de designar como grupos terroristas a los cárteles de la droga mexicanos, ha declarado el presidente de Estados Unidos, lo que significaría que no fueron el culiacanazo ni la terrible agresión contra la familia LeBarón los eventos que han conducido a tal consideración del gobierno norteamericano.

Es innegable el pavoroso índice de violencia que se cierne sobre México y el desbordante crecimiento que los grupos criminales han alcanzado, obteniendo el control de vastos territorios y retando abiertamente al Estado mediante ataques armados, que ponen de manifiesto su poder de fuego, coordinación y libertad de acción que, en muchos sentidos, pueden semejarse a actos terroristas.

El diccionario LID de Inteligencia y Seguridad define al terrorismo como un Fenómeno sociopolítico basado en la utilización de la violencia y la amenaza de la misma con la intención de alterar los comportamientos de ciudadanos e instituciones generando reacciones como la ansiedad, la incertidumbre, el miedo o la intimidación, objetivo que se persigue mediante la realización de acciones violentas que persiguen provocar efectos psíquicos desproporcionados respecto a las consecuencias materiales causadas […]. Bajo este enfoque, los eventos que cotidianamente ocurren entre bandas criminales o entre éstas y las fuerzas del orden, las ejecuciones o los macabros hallazgos de cuerpos desmembrados, bien pueden ubicarse en ese contexto.

poliedro.
Imagen: Nexos.

Sin embargo, a pesar de sus similitudes, una cosa es la violencia criminal generada por una actividad ilegal cuya motivación es la obtención de ganancias económicas, y otra muy distinta la que tiene como causa y finalidad el condicionamiento de las decisiones estatales frente a objetivos políticos o ideológicos. En tal sentido, el tratamiento que el Estado debe dar a uno y otro fenómeno es, naturalmente, diferenciado.

Es lógica y justificable la preocupación del país vecino por la crisis de seguridad que se vive en México, dada la vecindad y sobre todo los eventos que se han registrado en las zonas fronterizas, que han involucrado a nacionales norteamericanos en trágicos sucesos. La discusión se ha centrado en los mutuos señalamientos de ambos países con respecto a, por una parte, la alta demanda de drogas de la sociedad norteamericana que alienta la actividad criminal y, por otra, la exportación de armamento letal a los grupos delictivos mexicanos, con una visión ciertamente simplificada de un fenómeno complejísimo que demanda de mucha mayor profundidad en su abordaje.

La intencionalidad es evidente, primero fue el amable ofrecimiento para enviar fuerzas estadounidenses a limpiar la casa de criminales, preludio de la nueva advertencia que hoy se expresa en la posibilidad de designar a los cárteles como terroristas, lo que, bajo la legislación del vecino país, abriría la puerta a una posible intervención. La respuesta mexicana ha rechazado de manera inmediata semejante posicionamiento con un discurso que acude, como es costumbre, a la defensa de la soberanía y al siempre presente nacionalismo más rancio, señalando que los problemas de México los resolverán los mexicanos.

Narco.
Imagen: Capital México.

No obstante, es necesario considerar que, en la práctica, no hemos sido capaces de atender adecuadamente el problema de la inseguridad y la violencia. El problema va en aumento, de la mano de la corrupción que lo ha prohijado. Bien sabido es que ninguna actividad criminal adquiere las dimensiones que ha alcanzado la delincuencia organizada, sin la protección o connivencia de la autoridad y de actores económicos poderosos.

En efecto, el problema es complejo e implica, de manera inexorable, a las dos naciones. Más allá de sucumbir a la tentación de presionar políticamente o de envolverse en el lábaro patrio, deberían explorarse las vías de colaboración que ya se tienen en acuerdos de carácter internacional y poner en acción los mecanismos existentes para atacar eficazmente un fenómeno que lacera profundamente a la sociedad mexicana que es quien, en definitiva, aporta el contingente sangriento.

Enfriar la cabeza, dialogar diplomáticamente y lograr acuerdos colaborativos frente a problemas comunes de alta intensidad, sería lo deseable en la obligada vecindad que, en no pocas ocasiones, se antoja distante.