PIB

Recuperación del Sector Telecom en la Segunda Mitad de 2020

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Los indicadores macroeconómicos revelan una reactivación económica al inicio de la segunda mitad del año, tanto en México como en el mundo, a pesar de la continuidad de la crisis sanitaria. De acuerdo con cifras oportunas del INEGI, el PIB de México repuntó durante el tercer trimestre de 2020 (3T-2020), al recuperarse parcialmente de la franca caída anual registrada en el periodo inmediato anterior, con una contracción de -8.6%, 10.1 puntos porcentuales menor a la del 2T-2020 (-18.7%).

No obstante, aún no se prevé una recuperación total, ante la incertidumbre generada por el incremento del número de contagios, el re-endurecimiento de las restricciones sobre la movilidad, y la consecuente parálisis de las cadenas productivas.

Destaca en este trimestre, el comportamiento contracíclico del sector de las telecomunicaciones, tras un periodo de “arrastre” de la macroeconomía, al alcanzar un crecimiento positivo de 1.7%, superando por mucho la caída de -10.7% del 2T-2020.

Ello, ratifica la esencialidad de las telecomunicaciones para las personas, hogares, gobierno y empresas al dar soporte a la vida social, educativa, informativa, cultural, romántica, de entretenimiento y por supuesto, productiva, durante la presente pandemia.

Redinamización de las Telecomunicaciones en el 3T-2020

En números absolutos, la contabilidad de ingresos ascendió a los $127,116 millones de pesos en el 3T-2020, 1.7% más que en el 3T-2019. En términos generales, esta rápida recuperación es atribuible a la reapertura de negocios y empresas, la parcial reactivación económica, así como al incremento de la movilidad social.

El segmento que continúa con su racha de crecimiento positivo y significativo es aquel de TV de paga y servicios convergentes, al registrar un crecimiento anual de 7.0% durante el periodo, ante la creciente preferencia y demanda de servicios empaquetados (internet, telefonía, TV de paga y/o plataformas de contenidos bajo demanda) provistos por los operadores cableros.

3T-2020

En tanto, las telecomunicaciones móviles remontaron de forma sumamente notoria, al pasar de registrar una caída de -18.2% durante el 2T-2020, a un crecimiento anual de +2.4% en el 3T-2020, como consecuencia del repunte en el consumo y contratación de estos servicios.

El segmento que durante el 3T-2020 continúa registrando una trayectoria a la baja, fue el de las telecomunicaciones fijas. La reducción significativa del consumo de servicios de voz, así como el continuado proceso de ajuste de tarifas a la baja, se tradujeron en una caída anual de 6.0% en los ingresos por la provisión de telefonía e internet de banda ancha para hogares y empresas.

Pronósticos para 2020

A pesar del repunte observado durante el 3T-2020, la abrupta caída de los ingresos en el 2T-2020 y la previsible recaída en la actividad económica durante el 4T-2020 harán que este sector, como muchos otros de la economía mexicana, registren una contracción agregada en todo 2020.

Estimaciones oportunas elaboradas por The Competitive Intelligence Unit (The CIU) ubican la reducción de los ingresos del sector entre -0.1% y -1.6% en términos anuales.

3T-2020

No obstante, aún se debe continuar con el seguimiento puntual del balance de impactos detonados por la pandemia sobre este sector, puesto que no existe precedente para anticipar la profundidad y longevidad de sus distorsiones en ésta y otras industrias integrantes del aparato productivo nacional.

Nuevamente, este sector demuestra su comportamiento contracíclico en periodos recesivos, así como su resiliencia al recuperarse en tan sólo un trimestre del impacto de la baja actividad económica y del estricto confinamiento registrado durante el 2T-2020.

La senda del sector de las telecomunicaciones para 2021 se mantiene incierta, ante la incertidumbre sobre la evolución de la propagación de la pandemia en el país. Sin embargo, de persistir la previsión positiva en el crecimiento de la actividad económica para el próximo año, se podría esperar un importante repunte significativo en el sector, que incluso supere el crecimiento registrado durante 2019 (4.2%).

El principal factor de impulso de crecimiento sería la redinamización de la actividad económica y, consecuentemente, la mayor capacidad de compra por parte de los usuarios mexicanos. Asimismo, la aceleración en la digitalización social generada por la crisis pandémica detonará el consumo de servicios de conectividad.


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Repunta el PIB 12% en el tercer trimestre de 2020

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El Producto Interno Bruto aumentó 12% en términos reales en el tercer trimestre del año (julio-septiembre) en comparación con el trimestre previo, reportó este viernes el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).


“Por componentes, el PIB de las Actividades Secundarias creció 22%, el de las Terciarias 8.6% y el de las Actividades Primarias 7.4% en el tercer trimestre de este año con relación al trimestre que le precede”.


“En su comparación anual, la Estimación Oportuna del Producto Interno Bruto con series desestacionalizadas mostró un retroceso real de (-)8.6% en el trimestre en cuestión. Por actividades económicas, el PIB de las Actividades Secundarias cayó (-)8.9% y el de las Terciarias (-)8.8%; en cambio, el de las Actividades Primarias avanzó 7.4 por ciento”, informó el INEGI.

El organismo estimó que durante los primeros nueve meses de este año, el PIB se redujo (-) 9.8% respecto al mismo lapso de 2019.

Invertir para recuperarnos

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El fin de semana me mandó un amigo un artículo publicado por el IMFBLOG, la “Inversión pública para la recuperación”, sobre el cual quisiera comentar y hacer unas reflexiones.

El tema es fundamental a nivel global, pero creo que es vital para los países más afectados por la crisis económica que está ocasionando la pandemia, en particular para nuestro México. Es además relevante debido a los diversos esfuerzos que hemos visto por parte del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) desde el año pasado para llegar a un acuerdo en conjunto con el Ejecutivo para lograr que el país crezca de manera sostenible, como la única manera para reducir no sólo los efectos de la pandemia sino las grandes brechas en desigualdad y pobreza ya existentes en nuestro país desde antes del COVID-19.  

En junio de 2019 se firmó un Acuerdo entre el Gobierno Federal y el CCE para promover la Inversión y el Desarrollo Incluyente, donde se promueve la colaboración entre el Gobierno Federal y el sector privado para impulsar la inversión, tanto pública como privada para lograr un mayor crecimiento, más empleos y el bienestar para la población de tal manera que se reduzcan las brechas de inequidad y pobreza.

 El sector privado se comprometió a colaborar con el gobierno para que las acciones que genere el sector público puedan dar confianza a la inversión privada y se eleve ésta del 17.5% del PIB en 2018 al 20% en los siguientes dos años, así como a colaborar y participar en proyectos públicos que eleven la inversión pública del 2.8% del PIB en 2018 al 5% en el mismo periodo. Se establecieron cuatro áreas prioritarias:

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Imagen: Consejo Coordinador Empresarial.

1.- Sector energético. Cumplir con los contratos de inversión entre empresas y el sector público para incrementar la producción de petróleo, gas y energía eléctrica; fomentar la producción de energías limpias y renovables; y coadyuvar a desterrar la corrupción en PEMEX y la CFE.

2.- Infraestructura de transporte. Incluir proyectos de carreteras, puertos, puentes, ferrocarriles y aeropuertos que permitan mejorar la interconexión de las diferentes regiones del país y resolver los problemas de logística.  

3.- Inversión social. Promover proyectos de gran impacto social: de educación, salud, agua y saneamiento, para lograr un desarrollo incluyente.

4.- Desarrollo del sursureste. Los proyectos de la región deberán tomar en cuenta la vocación productiva de los estados, fundamentalmente energía, servicios o agroindustria, así como la integración de cadenas productivas.  

Posteriormente y anticipando los efectos desbastadores que tendría la pandemia sobre la salud y el empleo, hubo un acercamiento importante por parte del CCE a principio del año para proponer cerca de 70 acciones para recuperar la salud y el crecimiento.

El pasado 5 de octubre y con base al acuerdo entre el Gobierno Federal y el CCE para Promover la Inversión y el Desarrollo Incluyente, se estableció el acuerdo “UNIDOS POR EL PROGRESO DE MEXICO Y EL BIENESTAR DE TODOS. Acciones y proyectos para apuntalar la Reactivación Económica”, donde se busca promover y financiar proyectos de infraestructura pública donde la aportación privada deberá ser de al menos el 50% del costo total.

En este esfuerzo, que veo como una primera etapa del acuerdo firmado en junio del 2019, se han identificado 39 proyectos por un monto total de $297.3 miles de millones de pesos, en los sectores de Comunicaciones y Transportes (principalmente carreteras, $196.2 mmm ps), en Energía (por $ 98.98 mmm ps, principalmente en coquizadoras y licuefacción) y en Agua y Medioambiente (por $ 2.1 mmm ps, principalmente en temas de agua potable y tratamiento de residuos sólidos).

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Imagen: Hurca.

Estos 39 proyectos son los primeros de un proceso conjunto, entre el sector público y privado, que implicara afinar y concluir los cientos de ideas y proyectos que existen hoy en el país para que se lleven a cabo y se ejecuten antes del 2024.

Creo que este acuerdo es un importante avance entre el gobierno y el sector privado, sobre todo en la dirección correcta. Se establece un mecanismo conjunto para atender temas prioritarios como la integración a las cadenas productivas, los programas para el desarrollo de proveedores nacionales competitivos, el turismo, así como otros temas del T-MEC, etc. Sin embargo, el monto de aproximadamente $13,000 millones de dólares (a 22.20 pesos por dólar, cierre de diciembre del 2019) representara tan sólo alrededor del 1% del PIB (usando el PIB del 2019).

Es importante comentar que 10 años antes de la pandemia la inversión pública en infraestructura venía bajando de manera importante, tanto en países desarrollados como en los emergentes.

Los gobiernos de prácticamente todos los países están tomando medidas extraordinarias en conjunto con sus bancos centrales y sus sectores privados para mitigar los efectos del COVID-19. El objetivo es recuperar la salud y el empleo lo más pronto posible. Los rangos de apoyo varían por país, pero en algunos llegan a ser encima del 20% del PIB. Si bien es imposible predecir cuáles serán los resultados, sí podemos anticipar con cierta certeza que aquellos países que hicieron más y mejores esfuerzos estarán en condiciones más óptimas para recuperarse de manera rápida y eficiente.

El Fondo Monetario Internacional a través de su Monitor Fiscal (Fiscal Monitor) muestra que incrementos en inversión pública en países desarrollados y emergentes puede ayudar de manera significativa a reactivar las economías de lo que está siendo la más profunda y aguda crisis económica global de la historia contemporánea. La inversión pública podrá crear millones de empleos directos en el corto plazo y muchos más en un periodo largo de tiempo.

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Imagen: Pinterest.

El artículo mencionado hace énfasis en la importancia de la inversión pública y su rol potencial en la recuperación económica global. Por ejemplo, por cada millón de dólares gastados en infraestructura tradicional se pueden crear en promedio 5 empleos directos aproximadamente y alrededor de 10 por cada millón de dólares gastados en investigación y desarrollo, en energías limpias y edificios inteligentes.

De igual manera los autores del artículo nos dicen que en periodos de alta incertidumbre, como los que estamos viviendo, la capacidad multiplicadora de la inversión pública es de por cada 1% de incremento en la inversión pública en relación PIB, éste se incrementará en 2.7%, la inversión privada se incrementará en un 10% y el empleo formal después de dos años crecerá en 1.2%.

El artículo profundiza en la importancia de la inversión pública sobre el crecimiento de un país de manera directa o como un multiplicador de confianza para la inversión privada nacional o extranjera. Se convierte ahora en una prioridad invertir en salud, educación, edificios inteligentes y seguros, transporte seguro e infraestructura digital y conectividad. Esto aplica para todos los países, pero creo que para México y otras economías emergentes es mucho más importante para no perder nuestra posición en las cadenas productivas globales.

La baja en las tasas de interés a nivel global y la alta liquidez disponible (los dólares en circulación, M0, han aumentado en los últimos meses, según FMI, en aproximadamente 63%. Y la hoja de balance de la FED ha subido del 28 de agosto de 2019 al 21 de octubre del 2020 de $3,721 billones de dólares a $7,137) deberían ser factores claves a considerar para incrementar la deuda de manera responsable y eficiente. Esto es, para invertir solamente en aquellos proyectos rentables desde el punto de vista económico y social, para impulsar todas las actividades afectadas, pero sobre todo aquellas que contribuyan de manera importante para recuperar la salud y el empleo.

empleo y salud
Imagen: Hot World.

Creo que será fundamental restructurar de manera estructural tanto a PEMEX como a la CFE, es decir, desde un punto de vista financiero como también de manera operativa, invirtiendo en ellas de manera ordenada, transparente y eficiente. 

Nos debería quedar claro que, si aumentamos la inversión tanto pública como privada, lograremos aumentar el crecimiento del país y conseguiremos reducir la desigualdad y la pobreza.

Es importante enfatizar que en tiempos de incertidumbre la inversión pública de calidad logrará incentivar de manera significativa la confianza de los inversionistas privados tanto nacionales como extranjeros al mandar una señal de compromiso por obtener un crecimiento sostenido.

Los estragos que tendrá la pandemia en todas las economías, pero sobre todo en la nuestra, sólo podrán ser contrarrestados con acuerdos como el que se firmó el 5 de octubre con la colaboración del sector público y privado.

Sin embargo, el esfuerzo de ambos sectores debería ser mucho mayor como está ocurriendo en otros países. Es momento de replantear qué se necesita para crear las condiciones para que se dé una inversión mucho mayor tanto del sector privado como del público, en sectores y proyectos que creen empleos formales, que sean altamente productivos y rentables.


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¿Qué otros indicadores sería conveniente considerar para ver la realidad económica?

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Ha sido muy enriquecedor ver cómo la experiencia de lo que estamos viviendo arroja distintas luces sobre qué tan profunda ha sido la pandemia en nuestra economía, y otros indicadores más oportunos sobre la realidad económica a la que nos enfrentamos.

Justo la semana pasada se dio a conocer por el INEGI un nuevo indicador económico para seguir el desempeño de la economía, el cual se denomina como Indicador Oportuno de la Actividad Económica (IOAE), que permitirá conocer la evolución de manera más oportuna, y que se suma a los ya conocidos indicadores que actualmente revisamos como el Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) y el Producto Interno Bruto (PIB).

En esta participación quiero compartir un “índice” que puede servir de base de manera regional, para poder conocer si ésta se esta reactivando, o si se mantiene estancada o inmóvil su situación económica.

El índice de movilidad, que como su nombre lo indica, mide los desplazamientos en transporte público de la población, con objeto de revisar, en primera instancia, qué tan confinada (o desconfinada) está la población y, en segunda instancia, si sale a algún lado, conocer a dónde va (queriendo inferir para qué fue su traslado a ese lugar y conocer su impacto en la actividad económica del mismo).

Para estos efectos, presentaré el que corresponde a la Ciudad de México (CDMX) y Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) (puntos 1 y 2 siguientes), y de las entidades federativas (punto 3).

Creo que si se lograra mapear este indicador a su PIB, en primera instancia, podríamos tener una base histórica (quizás 2019, año previo a la pandemia, que pudiera ser el año base) y de allí podríamos ver cómo se recupera la movilidad y, en su caso, vincularla con la misma generación del PIB de esa zona o región, pero sobre esto volveré al final del artículo.

1. Movilidad en la CDMX y ZMVM [1]

Hay que saber que en esta semana la Jefa de Gobierno informó que la Ciudad de México seguirá en Semáforo epidemiológico naranja, por lo que deberán continuar las medidas sanitarias de protección y de sana distancia tanto entre la ciudadanía como en las actividades económicas permitidas.

Con ello, y derivado de los datos que se pueden obtener de manera pública, podemos inferir los siguientes datos de la actividad en estas zonas:

Del 19 al 25 de octubre, el porcentaje de ocupación hospitalaria no se incrementó en la Ciudad de México; esto después de que del 12 al 18 de octubre se observó un incremento de 2 puntos porcentuales.
⋅ Del 16 al 22 de octubre, la afluencia en el Metro fue -43% menor (promedio de 7 días) respecto a un día típico. Durante octubre de 2019, el metro movilizó a 139.3 millones de usuarios, con un promedio diario de 4.49 millones de usuarios.
⋅ En el mismo periodo, el Metrobús reportó una movilidad -43% (promedio de 7 días) por debajo de un día típico. El año pasado, este medio transportó 41.0 millones de usuarios durante el mes de octubre (promedio diario de 1.32 millones de usuarios).

indicadores

Del 18 al 24 de octubre, el tránsito vehicular reportó una movilidad -27% (promedio de 7 días) menor respecto a un día típico. Dicho valor es similar al promedio observado durante el mes de agosto del mismo año.

Del 19 al 23 de octubre, la movilidad entre semana del tránsito vehicular fue 30.3%, mientras la movilidad del sábado 24 de octubre ubicó en -16.3%.

2. Movilidad por destino

Además de obtener los datos propios de la movilidad, algo más específico es poder mapearlos en cuanto a su destino, precisamente para conocer la causa de la misma. En esto se obtuvieron los siguientes resultados:

Al 20 de octubre, la movilidad hacia espacios de comercio y recreación se ubicó en -30%; hacia supermercados y farmacias en -6%; hacia parques en -36%; y hacia lugares de trabajo en -21%, todas en comparación con su promedio histórico de los últimos años.
Del 30 de septiembre al 20 de octubre, la movilidad se ha incrementado hacia lugares de comercio (3.4%) y supermercados (4.1%). Mientras que la movilidad hacia parques se ha mantenido por debajo de los niveles que se observaron durante agosto.

Desde el inicio del semáforo naranja en la mayor parte del país, la movilidad ha presentado incrementos moderados, y se espera que se mantenga en los niveles observados durante las últimas semanas en tanto las restricciones sanitarias se mantengan.

3. Movilidad por entidad federativa

Esto mismo se puede hacer para conocer cómo se encuentran las principales entidades federativas. En esto se encontraron los siguientes resultados de acuerdo con los datos de Google:

El estado de Querétaro es el primero en alcanzar niveles de movilidad vehicular similares a los previos a la pandemia.
Respecto al tránsito vehicular, los estados que reflejan la menor movilidad (promedio de 7 días) al 20 de octubre son Yucatán (-56%), Quintana Roo (-44%) e Hidalgo (-42%). Para la misma fecha, aquellas entidades federativas con la mayor movilidad son Querétaro (8%), Durango (-9%) y Tabasco (-14%).
Del 1 al 20 de octubre, los estados que más han incrementado su movilidad han sido Querétaro (22.6 p.p.), Puebla (14.4 p.p.) y Baja California Sur (14.1 p.p.). De la misma manera, los estados que han reflejado menor incremento en el mismo periodo fueron Zacatecas (-3.1 p.p.), Chihuahua (-1.0 p.p.) y San Luis Potosí (0.8 p.p.).

Con esta información, se pueden hacer inferencias de la manera en que las distintas entidades, poblaciones y regiones, están despertando; en la medida que los distintos semáforos permiten ir manejando la severidad de los confinamientos, y también en la manera como los impactos se están observando, correlacionados con otras variables.

Todos estos resultados van aparejados con medidas que se han seguido manteniendo con carácter restrictivo en la movilidad como el cierre total de colegios y escuelas, así como la apertura parcial de centros de trabajo (donde una buena parte de la fuerza laboral en varios negocios se ha encontrado trabajando desde el inicio de la pandemia pero desde sus casas–home office), de atención a la población en oficinas gubernamentales, de apertura de sucursales (bancarias), la restricción en el aforo de lugares como hoteles y restaurantes, etcétera.

La propuesta o la provocación radica en el poder establecer y definir para fines estadísticos y de medición, una “nueva normalidad”, tomando en cuenta que muchos negocios ya no regresarían (o al menos no completamente) a trabajar en las instalaciones de manera fija al 100%, al igual que las escuelas donde quizá pasemos durante algún tiempo al formato “híbrido” antes de que se piense en si es necesario regresar a operar como antes de la pandemia. Así como muchos otros negocios (inclusive aquellos que han cambiado o adaptado sus modelos de negocio) para revisar si los niveles del 2019 (año base) ya no volverán a verse (o no por un tiempo), ya que su situación de operación y la manera como se manejan será a través de esquemas digitales que podrían liberar la movilidad que tenía la CDMX y ZMVM (y en su caso todas las demás zonas federativas), pero entrar a otros modelos de mayor productividad y operatividad que vayan vinculados al PIB, y que pudieran mostrar cómo la relación “movilidad versus PIB 2019”, se puede alcanzar con menor (y mejor) movilidad y termina dándonos en algún momento (esperemos pronto) un PIB mayor al del 2019.


Notas:
[1] La información de los primeros dos bullets se encuentra disponible en https://semaforo.covid19.cdmx.gob.mx/tablero/


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México cae al 16º lugar como economía mundial

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De acuerdo con datos del World Economic Outlook del Fondo Monetario Internacional, publicado el 14 de octubre, el desempeño de la economía mundial en 2020, definitivamente será negativo, ya que se prevé que al final del año tendrá una caída de -4.53%.

De las 40 principales economías, sólo seis se estima que presentarán un símbolo positivo en su crecimiento al final del año 2020: Irán con 4.62%, Taiwán 4.09%, China y Vietnam con 3.33%, Suiza 0.43% e Irlanda con 0.25%.

Los otros 34 países registrarán retroceso, teniendo los tres el peor desempeño, Rusia con -25.83%, Egipto con -19.87% y México con -17.13%.

Esta situación dará como resultado que, al final de este año, México caerá un escalón como economía mundial pasando del 15º lugar, posición que ha ocupado desde el año 2009, al 16º en 2020.

Así, del 2001 al 2020, México se presenta como uno de los tres países que más bajo crecimiento registraron con 37%, sólo superado negativamente por Argentina con 28% y Japón con 14%.

economia mundial

Esto también se refleja, de una manera muy drástica, en la participación en la generación de riqueza, pues mientras la población sigue creciendo, la economía mexicana se ha reducido, ya que si en el año 2001 generábamos el 2.25% de todos los bienes y servicios que se producían en el mundo, para el 2020 sólo habremos producido el 1.24%, es decir, -1.01% menos, lo que significa una pérdida de -45%.

Por eso podemos ver que, si en el año 2001, el PIB per cápita mexicano ascendía a 7,544 USD, mismo que era superior al de 14 países del universo de 40 incluidos en este análisis, para el 2020 ascenderá a 8,069 USD, y ya sólo será superior a diez de ellos porque en este periodo habremos sido superados por China, Rusia, Polonia y Malasia.

También habría que señalar que si en el 1981, el PIB per cápita se ubicaba 42% por arriba del promedio del PIB per cápita mundial y, en el 2001 se mantenía 29% por arriba, para el año 2020 terminará -26% por abajo.

Comentarios

El bajo crecimiento de la economía mexicana en los 40 años más recientes ha sido generado por la carencia de una estrategia realista que incida positivamente en el desarrollo del país, en su lugar se ha aplicado un liberalismo dogmático que no ha permitido capitalizar los beneficios que normalmente genera el libre comercio como ha sucedido en otros países.

Si las reformas estructurales realizadas a finales de los años 80 y principios de los 90 generaron una economía muy competitiva que provocó gran dinamismo en la industria, en el comercio exterior y la captación de mayores flujos de inversión extranjera directa, la firma compulsiva de TLC’s con otros 52 países no ha permitido aprovechar las ventajas comparativas que tenemos en relación con nuestros socios del TLCAN. Y, por el contrario, atomizó nuestras reducidas fortalezas, situación que fue agravada por una desgravación unilateral totalmente ilógica, que creó una competencia desleal para la planta productiva nacional al hacerla trabajar con un marco sistémico nada competitivo.

En este sentido, hay que señalar que los beneficios de dichas reformas se fueron agotando y a partir del 2002 en que, otra vez habíamos llegado a ser la 8ª economía mundial, se inició una decadencia enorme que en el año 2009 nos situó en la 15ª posición como economía mundial, mediocridad en la que permanecimos hasta el 2019 y que, para finales del 2020, nos amenaza en situarnos en la 16ª posición.

No obstante, los países que más crecerán en el periodo 2001-2020 son China con 1,041%; Vietnam 732%; Nigeria 507%; India 425% y Rusia 346%. Merece especial referencia Indonesia, pues con 522% de crecimiento es el país que nos desplazó de la 15ª posición.

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Imagen: Murcia Diario.

Al respecto, en el periodo 1981-2020, los ocho países que nos rebasaron son: India, Canadá, Corea, Rusia, Brasil, Australia, España y, como ya lo señalé en el párrafo anterior, Indonesia.

En este sentido, Australia, Canadá, España y Corea resultan países verdaderamente emblemáticos, pues con menos de la mitad de la población de México tienen un PIB total superior y, por tanto, un PIB per cápita muy superior al nuestro, es decir, resultan mucho más competitivos y productivos que nosotros.  

Por lo que se refiere al PIB per cápita mexicano, pasaría de la 42ª posición en 1981, a la 76ª en 2020. Sin duda, enormes retrocesos que sólo reflejan decreciente generación de riqueza y la reducción de oportunidades para grandes núcleos de la población que, para satisfacer sus necesidades más básicas, sólo tienen como alternativas dedicarse a la economía informal, emigrar o, desgraciadamente, ingresar a las filas de la delincuencia.

Apuntes finales

El bajo crecimiento de la economía mexicana ha sido generado por problemas estructurales que nuestros teóricos no han podido ni sabido resolver, pues nunca han trabajado en la realidad y miran hacia modelos, teorías y dogmas orientados más hacia el exterior, utilizando a los TLC’s y la desgravación unilateral como instrumento y base de nuestra política de comercio exterior; sin pensar ni considerar la realidad mexicana y, en políticas públicas, que mejoren las condiciones de competitividad para que la planta productiva nacional pueda trabajar en un clima de confort, y sin pensar en una estrategia integral de promoción, con una reestructuración adecuada.

La situación, especialmente por la pandemia que estamos sufriendo, obliga a redoblar los esfuerzos y dejar a un lado las teorías exóticas, la simulación y la improvisación que ha caracterizado al fomento, al comercio exterior y a la promoción de las exportaciones y de la inversión extranjera directa.


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Nos estamos encogiendo

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Aunque la pandemia sigue y, según varios médicos especialistas, hay una probabilidad importante de un repunte, como está sucediendo ya en varios países del mundo, la realidad nos muestra que en la mayoría de las ciudades del país la gente ya ha salido de su confinamiento y está viviendo y afrontando los riesgos. Sólo esperemos que lo hagan de la manera más prudente posible, cuando menos usando el cubrebocas, en lo que se ha llamado la nueva normalidad.

Económicamente, el problema real que se puede observar y que me parece muy grave, es que nos estamos encogiendo. Me explico:

En general, son muy pocos los que han logrado sostener el nivel de empleos que tenían antes de la pandemia, la gran mayoría se ha achicado y es normal, pues la expectativa de buenas ventas es baja y difícilmente se están analizando nuevos proyectos, y lo que más se está haciendo es terminar con los proyectos que ya habían empezado.

Por ejemplo, los comerciantes que tienen tiendas están aprovechando para cerrar las que son malas y así eficientar el gasto. No están poniendo más tiendas, se están haciendo más chicos, cuando menos en lo que se ve más claridad hacia el futuro. En ese sentido, la realidad es que se están encogiendo.

desempleo
Imagen: Waldomatus.

La gente que tiene oportunidad de jubilarse, toma la decisión lo más pronto posible, argumentando –y tienen razón– su vulnerabilidad a contagiarse.

Se puso muy en boga lo que se ha llamado el home office, lo cual está creando una cultura nueva de pagarle menos a la gente y que estos gasten menos, de ahí que se estén perdiendo muchos efectos multiplicadores.

Ante la situación que se vino, muchas empresas ajustaron la cantidad de empleados que tenían y se dieron cuenta que podían trabajar perfectamente con menos gente de manera eficiente.

En resumen, el empleo ha caído de manera importante sobre todo en lo que toca al subempleo o empleo informal, y respecto al empleo formal, se han perdido alrededor de un millón de estos. Es cierto que hay un repunte, pero difícilmente se recuperarán todos los perdidos en el corto plazo.

El PIB se ha contraído y la gran mayoría de las empresas se redujo en tamaño para poder sobrellevar la pandemia, ya sea de manera voluntaria o simplemente porque no les quedó más remedio.

mexico se esta encogiendo
Imagen: El Financiero.

Creo que es importante darnos cuenta de que entre tanto la población siga creciendo y la economía encogiéndose, y con ello hay menos recursos disponibles, entonces, como dice el dicho, habrá más burros y menos olotes.

Si no se revierte esta tendencia, y entre más tardemos en hacerlo, más complicado y difícil será, tanto el país como la población se irán empobreciendo con todo lo que esto implica, pobreza, inseguridad, carencias en salud y educación, descontento al alza.

En mi opinión, la mejor manera de dejar de encogernos y empezar a crecer es lograr un pacto con la meta común de que nos tengamos confianza todos los mexicanos y apostemos en invertir cada quien, en la medida de nuestras posibilidades, para crecer nuestros negocios.

La receta número uno para que la inversión se dé es confianza, y la parte fundamental para que ésta se dé ¡es la certeza jurídica! No sólo en la realidad, sino en la percepción de todos, creo que por ahí tenemos mucho que trabajar.


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El fenómeno migrante y las remesas: ¿qué no entendemos de él?

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Hace algunos meses escribí un artículo en esta sección sobre el tema de las remesas. Y es que los números nos dicen tan poco si no vamos a la realidad social que las provoca, para entender que el fenómeno desde el escritorio es sumamente complejo y complicado. Lo mismo pasa, por cierto, con el Producto Interno Bruto (PIB) –que también hemos abordado en otros momentos–, pero hoy les presento la continuación del fenómeno de las remesas.

Es tan importante este rubro en nuestra economía, y ahora aún más, cuando otros rubros de nuestros ingresos como el turismo, la venta del petróleo y otras actividades económicas han estado mermadas por los impactos de la pandemia, que la recaudación fiscal esta muy comprometida por la generación de ingresos para el gobierno, pero afortunadamente para algún sector de la población, existen las remesas.

El mismo presidente López Obrador las reconoce en su discurso del Informe de gobierno: “Muchas gracias a nuestros paisanos migrantes, a pesar de la pandemia en los Estados Unidos, las remesas han crecido un 10% respecto del año  pasado, y llegaran a 40,000 millones de dólares al año; un récord en beneficio de 10 millones de familias…”, y posteriormente continua más adelante: “con el aumento de remesas, con los programas de bienestar y los créditos que estamos otorgando a los de abajo, la pandemia no ha desembocado en hambruna ni escasez de alimentos ni en asaltos”.

En este sentido la pregunta es: ¿hasta cuándo nos durará esta bonanza?,
¿qué tan sostenible es?

El monto al 18 de septiembre nos indica una disminución de 0.2% con respecto de la semana previa (lo cual es ínfimo más con el feriado del 16 de septiembre), pero un incremento del 23% en relación a la misma semana del año pasado (176.77 vs. 177.1 millones de dólares).

Asimismo, el monto promedio de cada remesa enviada disminuyó en 2% en la última semana con respecto a la semana previa también, pero aumentó en 9% en comparación con la misma semana del año pasado.

bonanza
Imagen: El nuevo Herald.

El número de envíos de remesas creció en un 2% con respecto de la semana previa y 12% respecto a la misma semana del año pasado.

Algo que es muy interesante destacar son los estados del país con mayores incrementos, los cuales fueron: Nayarit, Tabasco, Quintana Roo, Campeche y Sinaloa; por el contrario, los estados que tuvieron los mayores decrementos se encuentran: Yucatán, Durango, Baja California Sur, Tamaulipas y Guanajuato.

Hay varias hipótesis que pudieran explicar que los flujos se hayan mantenido a pesar de la pandemia.

Primero, de las minorías que existen en Estados Unidos, de manera significativa por datos que existen de los estados de la frontera sur de este país, la que menores índices de desempleo tiene es la minoría mexicana.

Esto, per se, es difícil de probar, toda vez que muchos migrantes que están en estatus ilegal, se “corrigen” utilizando números de seguro social, para ser empleados de personas que lo tienen pero que no están trabajando. ¿Cómo lo sabemos? Porque curiosamente pagan impuestos, pero no necesariamente en caso de tener derechos a devoluciones las solicitan. Por ello, estas cifras pudieran estar sobre o subestimadas.

Segundo, muchos mexicanos saben que sus familiares en México están padeciendo la crisis. Meseros, albañiles, carpinteros, empleados domésticos, choferes, y todo tipo de oficios, quedaron desempleados durante la pandemia, y en muchos casos tuvieron que salir de las ciudades y regresar a sus localidades. Gracias a sus familiares es que se han estado manteniendo durante este período de desempleo.

Esto también es difícil de probar, pero al mismo tiempo puede verse cómo el consumo en los bancos se ha mantenido o incrementado gracias a que a partir de esos recursos el consumo de bienes básicos se sostiene.

Tercero, es casi un hecho que los flujos de remesas van a continuar en los siguientes meses de este año. Este año es electoral en Estados Unidos y el actual presidente Trump sabe que la economía es un definidor y que en esto va su continuación. Curiosamente hay varios sectores de las minorías que lo apoyan, no por otra cosa, sino porque mantiene el que no se cierre la economía, y que ellos mantengan sus trabajos, contra un confinamiento más severo de tener medidas más estrictas de protección a la población.

filas de remesas
Imagen: Capital México.

Cuando platiqué con empresarios mexicoamericanos, del porqué la alta mortandad entre la población hispana, en particular, mexicana, en lugares como Nueva York, en comparación con la población anglosajona o inclusive negra, fue el argumento de que “ellos no se quedaban en sus casas y sí salían a trabajar”. Empleados de servicios, enfermeras, repartidores de comida y de artículos, etc., son mexicanos, y ellos exponen todos los días por su actividad, su integridad. De ahí la alta mortandad en este grupo étnico.

Cuarto, otras vulnerabilidades. Es un hecho que tenemos a muchos interesados en lo importante que son estos flujos. Empresas transmisoras de dinero y remesadoras, gobiernos y el sistema financiero de ambos países (hasta las empresas FinTech). Es muy indicativo que en este momento el presidente Trump no utilice el tema de grabar las remesas como un tema electoral; también es relevante que el gobierno mexicano vea la manera de reducir costos de envío para que sean más baratos y seguros.

Asimismo, es contundente que la apreciación que ha tenido en fechas recientes el peso vs. el dólar ha ocasionado que reciban menos pesos nuestros connacionales, y que ellos (los familiares en México) preferirían un dólar más “caro” para que reciban menos pesos.

Pero hay un tema más de fondo, ¿cómo es que de este lado de la frontera “premiamos” todo el esfuerzo que hacen nuestros paisanos para alimentar y apoyar a sus familias en estos momentos?

Me llamó la atención el clamor de algunos paisanos en un programa de televisión mencionando que “están desprotegidos”, y que “no tienen a dónde acudir si caen enfermos por el COVID-19 o por cualquier otra enfermedad”. Esto es un clamor genuino. Aun y cuando varios de ellos pagan –como mencioné– el seguro social, lo pagan a nombre de otra persona, y así como pasó con las devoluciones de impuestos que no reclaman (y que el Tío Sam agradece y quizá permite), tampoco tienen o disfrutan la cobertura médica que iría implícita.

El día de ayer y antier (21 y 22 de septiembre) se llevó a cabo la Convención del Sector Asegurador (Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros, AMIS), y me llamó la atención que el sector demandó cambios regulatorios o “ajustes” a la Ley de Instituciones de Seguros y de Fianzas (LISF)  que entró en vigor en 2015, y a la Circular Única de Seguros y Fianzas (CUSF) en el régimen de inversiones, con objeto de ampliar los regímenes de inversión y pidieron cambios regulatorios sobre el cómputo de estas inversiones en su capital.

Me hubiera gustado ver un postulado frontal de una serie de apoyos, así como se hizo con el personal médico del país para protegerlo de la pandemia, y hubiera habido presentaciones precisas de apoyos, por parte del gobierno (ya sea de manera regulatoria o con algún otro incentivo) y del sector, para cubrir médicamente a nuestros paisanos, así como darles apoyos para que puedan hacer sus ahorros (en los regímenes de inversión que tienen); acompañados de seguros que pudieran ser deducidos de los intereses, para seguros de repatriación en caso de defunción, seguros de repatriación para temas de enfermedades mayores (gastos médicos mayores), y otro tipo de necesidades que ellos tienen que cubrir, para sí mismos y sus familias. Y de esta manera que no sólo soporten el gasto de mantenimiento de sus familias, también se piense en el mediano y largo plazo para tener un patrimonio en el momento en que lo pudieran requerir. Creo que en esto, y en muchas cosas más, les hemos quedado a deber a nuestros paisanos.

1. Monto promedio de envío y número de envíos [datos de WU]

 Los datos de las remesas enviadas la semana pasada (12 al 18 de septiembre) revelan una disminución de 0.2% con respecto a la semana previa (176.7 vs 177.1 millones de dólares), pero un incremento de 23% con respecto a la misma semana del año pasado (176.7 vs 144.2 millones de dólares).

El monto promedio de cada remesa enviada disminuyó en 2% en la última semana con respecto a la semana previa, pero aumentó 9% en comparación a la misma semana del año pasado.
El número de envíos de remesas creció 2% con respecto a la semana previa y 12% respecto a la misma semana del año pasado.

2. Cambio en el monto enviado de remesas por estado [datos de WU]

Los estados del país con mayores decrementos fueron: Yucatán, Durango, Baja California Sur, Tamaulipas y Guanajuato.
Por su parte, los estados que registraron mayores incrementos fueron: Nayarit, Tabasco, Quintana Roo, Campeche y Sinaloa.

3. Posibles causas y efectos del cambio en las remesas a nivel estatal

Los estados del país con mayor decremento semanal en la semana de 12 al 18 de septiembre tienen una relativa baja dependencias de las remesas. La mayor dependencia es Durango en donde las remesas representan el 5.2% del PIB del estado.
Los estados que reciben al mayor número de migrantes en Estados Unidos ya iniciaron la apertura de su actividad económica. En particular, Florida y Georgia reabrieron, y Oregon pausó la reanudación de actividades. Por su parte, California, Illinois y Texas suspendieron algunas actividades que habían abierto.

Promedio de las remesas como porcentaje del Valor Agregado Bruto de 2013 a 2018. Fuente: CONAPO, Anuario de Migración y Remesas, 2019.
Se refiere al estado que tiene actualmente la reapertura, ya que por al aumento de casos, hay estados donde la reapertura se ha pausado, reversado o continuado con la reapertura, de acuerdo a The New York Times.


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OCDE vs. Hacienda, las predicciones inciertas para México

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Ante un escenario de incertidumbre por la pandemia del COVID-19, la OCDE decide incrementar proyección de caída económica para México, un escenario que para Gabriel Pérez Peral, experto en economía, podría empeorar en los próximos años si el Gobierno mexicano no adopta mecanismos antipandémicos que estimulen la confianza del consumidor e inyecte incentivos a las empresas.

“Difícilmente podemos destacar puntos positivos en la parte de la estrategia porque le están apostando a la inmunidad de rebaño, esto es que se contagien el mayor número de personas para que llegue el momento en el que se dé la inmunidad en el país. Esa es la apuesta del Gobierno,” consideró el Gabriel Pérez Peral, catedrático de la escuela de Gobierno y Economía de la Universidad Panamericana en conversación con El Semanario.

Mientras la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) presume que su proyección de una caída en 8 por ciento para la economía mexicana está basada en un análisis responsable y realista, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) decidió revisar a la baja su proyección de crecimiento para México a una contracción del 10.2 por ciento para el cierre del 2020.

La previsión del organismo emitida en junio pasado, consideró una caída del 7.5 por ciento, con base a los índices de recuperación que la economía mexicana había registrado en los primeros meses de reapertura económica bajo la llamada nueva normalidad; sin embargo, la contracción en su más reciente análisis publicado la segunda semana de septiembre decidió colocar a México entre los cinco países con más pérdidas significativas por la pandemia del COVID-19.

“Después de colapsar en la primera mitad del año, la producción económica se recuperó rápidamente tras la flexibilización de las medidas para frenar la pandemia de COVID-19 y la reanudación de la actividad. Las autoridades públicas reaccionaron rápida y masivamente para amortiguar el impacto inicial en los ingresos y el empleo. Pero la recuperación perdió fuerza durante el verano,” estimó la OCDE en su documento “Perspectivas económicas de la OCDE: Informe provisional, septiembre 2020.”

Para Gabriel Pérez del Peral, el castigo que la OCDE da a México está en línea al escaso margen fiscal y la agudización de la pandemia del COVID-19.

“Estos dos elementos están haciendo que la OCDE revise en forma muy importante la caída de la economía mexicana,” indicó, no sin dejar de mencionar la falta de apoyos por parte de las autoridades mexicanas hacia las empresas, concretamente hacia las Pyme, y hacia las familias, para mitigar la caída en la confianza del consumidor y la inversión.

“México no está haciendo las cosas bien por las cifras oficiales y no oficiales que, según estimaciones de la Universidad de Hopkins, la Universidad de Washington y del MIT, son por lo menos tres veces más las cifras que menciona el Gobierno mexicano. Entonces es, falta de espacios fiscales y el mal manejo que se está haciendo con la pandemia lo que nos hace pasar del 7.5 por ciento la caída al 10.2 por ciento,” señaló el experto en economía.

¿Una estrellita para la economía mexicana?

Al presentar el Paquete Económico 2021, el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, estimó que las proyecciones económicas para el cierre del 2020 se apegan a una estimación responsable basada en un nulo crecimiento registrado en 2019, la caída en las actividades productivas en el segundo trimestre del año y las cifras de recuperación presentadas a partir de la reapertura escalonada.

La caída para Hacienda seria del 8 por ciento en 2020, con un rebote del 4.5 por ciento al 2021.

Si bien la OCDE coloca a México entre las cinco economías con peores pérdidas generadas por la pandemia. La recuperación del 3 por ciento para el PIB de México al 2021 vendría de una caída del 0.3 por ciento en su crecimiento al cierre del 2019 y una abrupta contracción de 10.2 puntos en 2020.

El crecimiento del 3 por ciento para México en 2021 estaría por arriba del registrado en Sudáfrica (1.4 por ciento desde una caída del 11.5) e incluso del 4.0 por ciento proyectado para Estados Unidos, a quién le adjudica una contracción del 3.8 por ciento para el 2020 y registró un crecimiento de 2.2 puntos en 2019.

Comparación entre los diferentes países del G20:

Sin embargo, para Gabriel Pérez las estimaciones de la OCDE se están quedando cortas y la caída de la economía mexicana para el 2020 estaría entre un 11 y 12 por ciento. Además el panorama se complica para México debido a que el Gobierno no ha querido incrementar el monto de deuda para adoptar una política contra cíclica e incluso ha caído en incongruencias en sus estimaciones de rebote.

“La Secretaría de Hacienda está presentando un intervalo de decrecimiento del 7 al 10 por ciento, la media es de 8.5 y se publicó una caída del 8 por ciento. Hay una incongruencia en esas cifras. Por otro lado, inflaron los ingresos para el próximo año para que les diese las metas de recaudación y del rebote del 4.5 por ciento,” apuntó.

“El principal problema, derivado de lo que indica la OCDE, es que México no han querido incrementar el monto de deuda para hacer una política contra cíclica,” añadió.

A pesar de que en la parte del combate a la pandemia del COVID-19 le es difícil resaltar cuestiones positivas, en la parte económica hay indicios que destacar como la apertura económica, el incremento en los principales factores de los indicadores cíclicos del INEGI, la producción industrial, la generación de empleos al mes de agosto. 

“Lo positivo que podríamos decir es que se está abriendo paulatinamente la economía, pero también hay que voltear a otros lados. Entre más se abre la economía, sin tener controlada la pandemia, aumenta el número de contagios,” dijo.

El dominio de la Incertidumbre

Para la OCDE el panorama económico de México y el mundo está sumergido en una gran ola de incertidumbre y, ante un fenómeno impredecible como la propagación del nuevo coronavirus, las proyecciones buscan apegarse a una realidad poco optimista con la ausencia de una vacuna ampliamente disponible para finales del 2021 y un aumento esporádico en los brotes del SARS-CoV-2 que se enfrentarían con medidas de confinamiento como las adoptadas en México durante el segundo trimestre del año.

Para el Producto Interno Bruto mundial, la proyección de la OCDE se ubica en una caída del 4.5 por ciento para el cierre del 2020. El modelo presentado por el organismo con sede en París, Francia, muestra una recuperación en ‘V’ con su peor caída en el segundo trimestre del año y un repunte a partir del segundo semestre con un rebote que, en el mejor de los casos, podría alcanzar hasta un crecimiento del 5 por ciento en 2021.

Países como Australia, la zona del euro y Reino Unido han adoptado medidas de financiación de activos, mientras que otros países como Brasil, Indonesia, México, Rusia y Sudáfrica, han decidido cargar la estabilización económica a la política monetaria.

“Sin embargo, la elevada deuda pública y los pasivos contingentes, o una base impositiva baja, limitan el uso ulterior de la política fiscal para respaldar el crecimiento y los ingresos de los grupos vulnerables en algunas economías de mercados emergentes de gran tamaño, como Brasil, India, México y Sudáfrica,” advirtió la OCDE.

Para el organismo, varios son los factores en los que basa sus perspectivas de crecimiento económico como el comportamiento de la pandemia, el impacto que este efecto tenga sobre la confianza del consumidor y del productor y las iniciativas de los gobiernos a favor del empleo, la demanda así como la asistencia financiera a las empresas.

“Las perspectivas de crecimiento económico dependerán de varios factores, como la probabilidad de nuevas olas de infecciones y el efecto que tenga sobre la confianza de los consumidores y las empresas. Un tercer factor clave será la medida en que las iniciativas gubernamentales para preservar puestos de trabajo y ayudar a las empresas a estimular la demanda. La asistencia financiera y de otro tipo sin precedentes proporcionada por las autoridades debe continuar. Pero deben ser lo suficientemente flexibles para adaptarse a las condiciones cambiantes y concentrarse más. Los formuladores de políticas deben convencer a la gente de que están trabajando para mejorar sus condiciones de vida y brindar oportunidades para todos,” refirió la OCDE en su análisis.

Sobre este aspecto, el experto en economía estima que sin estas medidas propuestas por la OCDE, México no tendría posibilidades para combatir la incertidumbre y aspirar a una recuperación económica en los próximos años.

“Es muy importante que, además de aplicar una política contra cíclica, que apoye a las Pymes y a las familias, México amplíe ese margen fiscal que tanto subrayó la OCDE contratando deuda,” ya que en caso de no ser así el país no tendrá la posibilidad de combatir la incertidumbre, fomentar la inversión privada y atraer capitales necesarios para el crecimiento y la generación de empleos.

“El gobierno no está generando confianza, por eso trae una caída en la inversión y por eso un crecimiento tan raquítico que hemos tenido en los primeros años de esta administración (…) Hubiese salido más barato a la larga contratar deuda desde marzo-abril y aplicar una política contra cíclica que lo que va a pasar en los próximos años, porque se va a retrasar mucho la recuperación,” estimó.