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La nomenclatura de las reses bravas

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Uno de los argumentos que se escriben a favor del toreo, es el de que las nacencias de hembras y machos reciben nombres propios, tanto los que se trasladan en el campo bravo, como a los que les toca en las plazas de toros.

El 9 de octubre de 2020 en Antequera en Málaga –nombre el primero como era conocida en la época colonial nuestra bella Oaxaca– la ganadería de Zalduendo, propiedad de Don Alberto Baillères, lidió a un “Doctor” de nombre, tercero de la tarde que le correspondió al clásico torero nacido en Sabadell, Finito de Córdoba.

Su compañero de cartel lo fue el venezolano Luis Bolívar, nacido en Panamá, pero criado en Colombia y en conjunto el encierro lo relatan los cronistas de aquellos lares; como correcto de presentación, en general nobles y con clase en la embestida destacando al tercero indultado, se entiende que se extendió la faena de “Doctor” porque Finito de Córdoba escuchó dos avisos. En esa plaza sí otorgan trofeos simbólicos y obtuvo los máximos en tarde redonda y en su primero dos y Bolívar uno.

Ya veremos más imágenes y con ilusión al no ser tan frecuente que se encuentre Finito en estado de gracia y disfrutarlo en Antequera con el de Zalduendo, que debió ser una gran alegría. En esos niveles, en Córdoba en 2015, hace algunos años lo vivimos mi hermano José Luis y su tocayo con un toro de Núñez del Cuvillo; fue una gozada, aunque por decisión del presidente, aquella ocasión no culminó con la salida del pañuelo naranja, que en España significa la orden de otorgar el homenaje del astado del indulto.

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Juan Serrano Pineda “Finito de Córdoba”, torero español (Imagen: El Mundo).

En Antequera sí, y aprovecho el viaje regresando al párrafo inicial de la nomenclatura de los astados, porque en España los toros son bautizados desde su nacencia, como “Doctor” tal vez hijo de una vaca “Doctora” y por ello la costumbre es distinta a la mexicana.

Allá es obligatorio y, por tanto, lo que algunos ganaderos están haciendo para proteger la propiedad intelectual del trabajo genético –el cual representa el registro de nacencias–, son algunas modificaciones a esa costumbre y asignando nombres distintos a los de las madres para los becerros que eventualmente se lidiarán en las plazas.

En México, y traigo al caso a las ganaderías de Don Alberto, generalmente su tradición es elaborar una frase que se va eslabonando palabra por palabra en el transcurrir de la lidia, por la mañana del encierro ya está lista y así se bautiza al salir al ruedo el toro.

Todos aquí recurren a su imaginación y es muy interesante preguntarle al ganadero en turno la razón por la cual escogió tal o cual nombre como, por ejemplo, aquel gran novillo Pelotero de San Martín, lidiado extraordinariamente por El Capitán en 1977 y cuyo nombre fue dedicado a Paco Camino Gaona por sus ganaderos.

El sábado 30 de abril de 2011 por recordar un ejemplo de la manera de bautizar a sus toros en la salida a la plaza, tengo presente la gran faena de Alejandro Talavante a “Niño Bonito” de Begoña, que fue el quinto de la tarde y el mismo día en que por la tarde española –mañana mexicana–, José María Manzanares indultó al primer toro de la historia –antes fue un novillo– en La Maestranza de Sevilla, “Arrojado”, del ganadero Núñez del Cuvillo.

torero espanol
José María Dols Samper, torero español (Imagen: Última Hora).

Pues bien, aquella tarde mexicana, madrugada del siguiente día en España, se encontraron un gran toro y extraordinario torero en plenitud para tejer una tarde inolvidable.

Los nombres en aquella ocasión del Día del Niño le fueron dedicados a los críos en su homenaje por el ganadero. Y ahora que en España disfrutó de un honor semejante, quise traer al comentario, detalles que luego pasan desapercibidos pero que son parte de la fiesta, siempre tan meticulosa en sus usos y costumbres, y que de vez en cuando es bueno darlas a conocer para aquellos que no están tan pendientes de ellas.

Enhorabuena a la ganadería española Zalduendo, la charla taurina se adereza mejor siempre con un triunfo de los nuestros, en especial en patio ajeno.


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¡El Calita no se arredra!

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En una época atípica de la humanidad y cuando el arte taurino se nota endeble en su economía –ante la realidad de su dependencia de la taquilla y los pocos festejos que se celebran con fines de lucro en los países taurinos, con aforos reducidos–, de la que dependen muchas personas que hoy la están pasando –como dicen en España– canutas, es que volteamos a ver cualquier signo positivo.

En las ganaderías sigue la marcha de la crianza del toro de lidia y los criadores se han visto obligados a lidiar sus astados a puerta cerrada, con toreros que así mantienen su trayectoria y seguramente “como leones enjaulados” en espera de tiempos mejores para todos.

Algunos con la situación actual han puesto de su parte y van a la cabeza de las pocas corridas toreadas en el continente europeo, Enrique Ponce lleva 15 hasta el fin de septiembre y los siguientes son Emilio de Justo y Sebastián Castella –con la sorpresa que anuncia su retiro de los ruedos– que van con 6 corridas, esto es, un poco más de un tercio de las del valenciano. Por su parte, el andaluz Daniel Luque, que parece estar en el punto álgido de su carrera, ya suma 5.

Con 4 hay varios, como es el caso de Morante, cercano a un mano a mano en Córdoba de campeonato con Juan Ortega que lleva 2 y también lleva 4 nuestro querido paisano Javier Tapia “Calita”, quien se fue a España este año y se mantuvo firme en el empeño toreando en ganaderías, hasta ir eslabonando festejo tras festejo en diferentes lugares de la geografía hispana.

Javier Tapia Calita
Fotografía: Burladero.

“Calita” reapareció hace unos meses en Ávila; casi nueve años después de su presentación en la categoría de matador de toros en Medina de Pomar (Burgos, España) en septiembre de 2011. Allá en España se formó como novillero, quien es hijo y nieto de torero. Su madre andaluza le permite la dualidad de nacionalidades sin poner en duda que para efecto del toreo, es mexicano.

El 22 de noviembre de 2009 se ungió matador de toros en La México y su padrino lo fue Manolo Mejía y el testigo José María Manzanares hijo. A partir de la alternativa fue mucho soñar y sudar en entrenamientos en la búsqueda de hacerse figura del toreo, tal vez desde su alternativa apenas si rebasa la centena de festejos en los que ha habido de todo como en botica.

El domingo 27 de septiembre de 2020 fue una alegría navegar en las noticias taurinas y encontrarnos con la magnífica noticia de que, en un coso castellano manchego, el de Castellar de Santiago (Castilla-La Mancha, España) con una corrida de toros de Santa Ana y Virgen María, “Calita”, junto con sus compañeros de cartel, se ungió triunfador en una tarde exitosa.

Fue la primera alternativa que otorga en su carrera y el ahijado fue el torero de la localidad Mario Sotos y el testigo Miguel Tendero. Calita obtuvo doble trofeo en el cuarto de la tarde, Tendero uno y uno y el de nuevo cuño Sotos dos y uno, en tarde triunfal.

Calita, matador de toros
Javier Tapia “Calita” (Fotografía: Cancha).

La imagen de nuestro paisano, con la bandera mexicana en la espalda, fue una gran alegría en el océano de incertidumbre que vivimos. “Verle feliz”, me recordó muchas mañanas tempraneras en las que me lo encontré en El Vivero de Coyoacán, en compañía de su maestro, el matador de toros colombiano en el retiro, Germán Urueña.

Los dos, desde hace algunos años con la cabeza bullendo, con la posibilidad de mostrar en el ruedo el intenso entrenamiento físico y taurómaco, aderezado por fines de semanas en los que había la posibilidad de ir a alguna ganadería, o alguna tarde de corrida que después de 2017, sin ser muchas, ya sumaban más.

Uno nunca sabe qué nos deparará el futuro y menos en esta época, sin embargo, ciertamente “Calita” tiene muy claro que cada tarde que aparezca debe convertirse en un peldaño, permitiéndole hacer realidad lo que bien presagia su quehacer taurino, porque hoy es cuando está más urgido de plasmarlo.  

Sea pues una de las historias de éxito a futuro de quien en medio del pantano de tanta incertidumbre, emerja con grandeza. Gran alegría nos dará corroborarlo. ¡Qué así sea!


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La Voz de la América Latina desde México

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El 18 de septiembre se cumple el Aniversario Noventa de la XEW –una de las frecuencias más adheridas a la historia de nuestro país en los ámbitos sociales, políticos y económicos– que inauguró sus transmisiones desde los altos de lo que fue el cine Olimpia en la calle de 16 de septiembre en el centro de la Ciudad de México.

Posteriormente se trasladó por muchos años a Ayuntamiento y finalmente a la calzada de Tlalpan, donde hoy se encuentra ubicada con otras estaciones radiofónicas del mismo grupo.

Es un orgullo contar que muchos años atrás –hará alrededor de treinta– me correspondió el honor de debutar en la entrañable estación con un programa denominado: “Jóvenes y Toros” Idea de Aurelio Pérez “Villamelón”.

Aurelio villamelon
Aurelio Pérez Villamelón, primer periodista en narrar un festejo taurino por televisión (Imagen: Mediateca INAH).

El programa transmitido en el callejón de La México era posterior al festejo y otras plazas como la de Texcoco, con Luis Hernández como conductor y la opinión de: Claudia Algorri, Heriberto Murrieta, Mauricio Locken, Juan Antonio de Labra y el que escribe.

Era muy divertido participar con la gama de comentarios diversos, de quienes ya tenían más tiempo en las lides como HeribertoLuis y Mauricio, con los otros tres que empezamos nuestra carrera e incorporándonos algunos posteriormente a las transmisiones, con la producción siempre experta del Inge Alejandro Bolio, a su vez hijo de Barana, gran picador.

El primer coloquio fue el 19 de agosto de 1990 con Bernardo Rentería –alumno de mi recordado Raúl Espíndola, novillero de los cincuenta del siglo pasado–, Gabriel Meléndez y Teodoro Gómez con novillos de La Venta del Refugio y en el que Gabriel con dos trofeos y Teo con uno y una vuelta, resultaron triunfadores de un festejo que, para Bernardo no fue halagüeño, pues sufrió una cornada.

Es una fecha especial en mi calendario después de hacerme consiente de que en su micrófono en la parte taurina –hoy por cierto tema olvidado en la estación– pasaron las voces de Alonso Sordo Noriega, Paco Malgesto, Pepe Alameda, entre muchas otras de inolvidables maestros de la crónica taurina. Sin olvidar las de grandes locutores como Carlos Albert y con quien tuve el honor de compartir transmisiones como el licenciado Nacho Hernández cuya frase “nada con exceso todo con medida”, era ampliamente reconocida.

Alonso Sordo Noriega
Alonso Sordo Noriega durante una narración deportiva (Imagen: Mediateca INAH).

Mucho de este tema lo platiqué varias veces con el que era custodio de mucha de su historia, Pablo O´Farril, quien estuvo por más de 60 años en la estación, desde 1956 empezó a trabajar en Ayuntamiento cuando tenía 14 años porque su papá partió a la Gloria y como era el director de la orquesta, se atrevió a pedir trabajo a Don Emilio Azcárraga Vidaurreta, quien lo aceptó como aprendiz de operador para ayudar a su familia.

Pablo realizó todo tipo de actividades, aunque se apasionó por los efectos de sonido y la musicalización de las radionovelas, imaginación con la que vivieron muchas generaciones de radioescuchas en la América Latina, con él escuché grabaciones de los que aquí relato y se me ponía la carne de gallina al oír “oiga usted” en la narración de Paco Malgesto.

Además, me tocó el lujo de compartir transmisiones con Juan José Guerra y Roberto Guerrero en diversos acontecimientos tales como la despedida de los ruedos de Pedro Gutiérrez Moya “El Capea” en La México el 5 de febrero de 1995 con Manolo Mejía y los toros de Pepe Garfias.

No recuerdo tan rotunda petición de otorgamiento del máximo trofeo en un coso abarrotado para un torero, como así la fue la del quinto de la tarde; el de la despedida de los ruedos del salmantino de nombre Piropo.

Paco Malgesto xew
Paco Malgesto durante un programa de la XEW (Imagen: Mediateca INAH)

La mirada de Pedro no se me olvida cuando tomé sus primeras impresiones de lo acontecido en unos minutos en el ruedo, y cómo se le corrieron las lágrimas al sentirse tan reconocido y seguramente por dejar su querida profesión.

Desde el primero de octubre de 1997 y hasta el 1 de enero de 2018, el programa “Rincón Taurino” se transmitió por XEW y otras frecuencias del grupo, en diferentes formatos conducido por Guillermo Leal y José Luis Ornelas, y a los que orgullosamente me les uní en la primera parte del siglo XXI en su emisión dominical, en horario estelar.

Así las cosas, como se denomina su oferta informativa, es imposible en unas cuantas líneas expresar lo que significa la XEW para el toreo –aunque reitero, es extraña su lejanía actual–, pues salvo una transmisión en La México el 11 de noviembre de 2018 con Polo de la Rosa y Juan Antonio de Labra, promovida por el director del grupo Paco Cabañas, del tema prácticamente no se habla en sus frecuencias desde hace algunos años.

Sin embargo, cómo no congratularse de su aniversario y de que sigue vigente en nuestro país –dirigida por Ricardo Muñoz– una de las frecuencias más queridas y entrañables. ¡Feliz cumpleaños!


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¡Viva Jandilla!

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En la plaza de Mérida en Extremadura, Badajoz –comunidad autónoma en España–, se celebró el 28 de agosto de 2020 una corrida en la que se rindió homenaje a Francisco Borja Domecq, quien se nos adelantó en el paseíllo de la vida hace unos pocos meses y que en gran parte el hato radica en Alange, población cercana a la ciudad del arco romano y del festival del teatro anual, que con restricciones sanitarias se celebró este año en su antiguo foro romano.

En mi familia le tenemos un gran afecto a esos lugares pues ahí habitan los descendientes de parientes de mi bisabuelo Domingo Carazo, quien vino a México a finales del siglo XIX y ya nunca regresó a su lugar de origen. Las redes sociales propiciaron que la inquietud de Jesús Belloso por encontrarnos tuviera éxito y fue así, como hace varios años nos reencontramos con nuestros parientes.

En alguna plática se lo relaté a quien recibió un merecido homenaje antes de iniciar el festejo y desde entonces me decía paisano, así que una de las asignaturas pendientes será regresar a ver a mi familia y a conocer la herencia de quien fuera un gran ser humano y extraordinario ganadero.

ganaderos borja domecq
Los ganaderos Borja Domecq, padre e hijo (Fotografía: El País).

Antes de empezar el festejo se recordó con un minuto de silencio su memoria y luego el encierro de acuerdo a las crónicas resultó muy bueno en hechuras y en comportamiento.

Fue calificado como bueno por la largueza en la embestida, la nobleza y codicia al acudir a los engaños, con la presentación impecable en la morfología; caras serias, encornaduras bien desarrolladas, rabos largos y en conjunto cuerpos fuertes y musculosos.

Hubo un toro de bandera que le correspondió a José María Manzanares de nombre “Palangrero” y a quien el alicantino le tejió una faena de altos vuelos correspondiendo el astado con fijeza y alegría, acudiendo a la muleta templada del torero, para propiciar que el homenaje fuera su indulto, que el presidente otorgó a petición popular.

Cómo añoro haber estado ahí para ser testigo en vivo de una corrida de altos vuelos en la que se recordó a un buen hombre y quien hace años me relató: “Al morir mi padre nos dimos cuenta de que la marca sí llevaba el nombre de la persona, tenía sus días limitados, como es limitada la vida del ser humano, así que hicimos el esfuerzo de crear una segunda marca que sonara bien y tuviera un ‘algo que ver’”. La Laguna de la Janda –una de las más importantes en la geografía española por aquél entonces– terminaba en la finca donde pastaban las vacas. De esta forma, Jandilla es un diminutivo que hace referencia a la cola de la Laguna de la Janda.

toro de jandilla
Fotografía: La Razón.

El Juli obtuvo un trofeo de cada uno de sus toros y Morante otro del primero y que pudo haber sido más si en la suerte suprema hubiera sido certero en el cuarto. En el último, Manzanares logró dos trofeos.

El año pasado fue la última vez que platiqué con Borja y se mostraba muy orgulloso de que Borja Domecq Noguera fuera su sucesor y bien llevará las riendas de las ganaderías, y comentamos sobre “Horroroso”, lidiado en la Plaza de toros de Valencia el 18 de marzo de 2019 por Sebastián Castella, para cuyo comportamiento en el ruedo se pidió el indulto. Finalmente la autoridad no lo concedió, dándole en cambio el homenaje de la vuelta al ruedo a los restos.

Recuerdos breves de un gran ganadero, cuya sucesión sigue dando brillo a un nombre emblemático en la cabaña brava y que en México, entre otros, tiene su secuela desde Jaral De Peñas de Juan Pedro Barroso. Sea enhorabuena y me atrevo afirmar que en el cielo hubo alegría en ambas familias; Borja y Don Luis estarán de plácemes. Nunca se nos olvidan.


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Una anécdota “nueva” de Paco y Jorge

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Es bien sabida la gran popularidad de Paco Camino en México y en un año especial en su historia esto es; 60 años de su alternativa y 50 de torear con gran éxito en solitario en Madrid, y Dios mediante en diciembre cumplirá 80 de haber nacido en Camas, pueblo vecino de Sevilla, nos provocan gran alegría a los que le admiramos como torero y también lo estimamos como persona.

Recientemente platiqué con Jorge Gutiérrez y le comenté que había platicado con el hidalguense Camero –de quien se expresó con elogios– y que se encontraba como él: “enchiquerado por la pandemia”. Afortunadamente ambos con buena salud, uno en España, el otro en Juriquilla en Querétaro.

Jorge se deshizo en elogios para un torero con un sitio único, merced a su privilegiada manera de interpretar el toreo y refirió que de cierta manera fue de aquellos toreros especiales, en los que miró en sus pininos como uno de los referentes y como ejemplo a seguir en su carrera.

paco y jorge
“El Coloso de Tula”, torero mexicano retirado (Fotografía: NTR Zacatecas.

Jorge se consagró en la historia de La México como consentido, por su trayectoria impecable y llena de faenas inmortales desde su época de novillero, categoría en la que debutó ante novillos de Santoyo, el 26 de junio de 1977, con “Paquiro” y “El Brillante” –su gran amigo y quien recién celebró 45 años de haber debutado en el Coso de Insurgentes– y enhebró en su ruedo 9 festejos.

Por aquella época de cuando Jorge era novillero, ya estaba el mandón Manolo Martínez y Paco en España partía el bacalao como coloquialmente se dice. Pues bien, en 1976 Don Nicolás González y su hijo ganadero, también propietarios de la bellísima plaza Santa María de Querétaro, lograron, después de más de doce años, convencer al Camero de venir a torear a México, hecho que sucedió el 4 de diciembre de 1976, medio año antes del debut de Jorge en La México.

En la corrida con toros de Garfias, Manolo se constituyó como el triunfador y se abrió una serie de confrontaciones entre el regiomontano y el Camero, en las que participaron, desde luego, otros toreros de México y España en la recta final de la carrera de Paco, a quien vimos actuar en mano a mano con Manolo Martínez, en Querétaro el 17 de diciembre de 1977 cuando la inmortal faena que instrumentó a “Navideño de Garfias”, toro que por cierto brindó a Lorenzo Garza.

Ya para esa fecha Jorge estaba a punto de cerrar su ciclo como novillero y el 25 de 1977 con un astado de San Manuel y en el cartel del Estoque de Plata que disputó con Ángel Majano, Alfredo Gómez “El Brillante”, Rafael Sandoval, José Antonio González “Chilolín” y Jesús Salazar, logró ungirse el triunfador y se llevó el trofeo en disputa.

Angel Majano
Ángel Majano González, torero español (Fotografía: Sol y Sombra).

Luego, el 11 de febrero de 1978, Gutiérrez recibió la alternativa con toros de Garfias en La México; su padrino fue Manolo Martínez y como testigo, Curro Rivera. El toro de su alternativa se llamó “Perla Negra” y se le reconoce como uno de los toreros más queridos por su afición.

Traigo a colación todo el entramado porque recordar es vivir y además porque recién me enteré que el vestido verde y oro con el que actúo Paco Camino en Querétaro con “Navideño de Garfias”, le fue otorgado a Jorge Gutiérrez, conjuntamente con el otorgamiento del Estoque de Plata.

Esa anécdota para mí fue novedosa y supongo lo será para otros que en los vericuetos del toreo ignoramos muchos detalles como el que ahora relato, y por eso es grato rememorar pequeños pasajes de la maciza historia de dos grandes figuras del toreo.

Sirva de recuerdo de tiempos idos y presagio de tiempos nuevos que nos darán motivo en el futuro de traerlos a colación, como prueba de que el toreo es parte fundamental de la cultura de países como el ibérico y el nuestro. Larga vida deseamos a los maestros y celebrar con ellos sus logros.


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Los toreros etiquetan a su cuna de origen

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El aficionado a los toros es un migrante por naturaleza y trashumante se traslada a donde se huela que pudiera haber algún acontecimiento, presagiando una gran tarde.

En estos días pasados, muchos nos quedamos con los pasajes en la mano para ir a la Feria de San Marcos en Aguascalientes, con las ganas de asistir a un lugar maravillosamente aficionado. Ya habrá ocasión de hacerlo y disfrutar del bastión taurino más importante de nuestro país.

Muchos matadores de toros y novilleros provienen de esa tierra hospitalaria y a las pruebas me remito con unos cuantos nombres como los Adame, Arturo Macías, Miguel Aguilar, Nicolás y Héctor Gutiérrez, José María Hermosillo y tantos más; unos en la madurez, otros en la categoría novilleril con las ansías de convertirse en matadores de toros, y algunos en sus primeros años en esta última categoría.

Los lagunenses Valente Arellano y Arturo Gilio –ahora su hijo en el principio de lo que pudiera ser una carrera brillante– de Azcapotzalco, “El Zotoluco”, sobrino de los picadores de la ganadería de Zotoluca, en Tlaxcala; y del barrio de Tacuba en la Ciudad de México, Manolo Mejía.

Y me viene a la memoria lugares de la geografía que de no ser por los toreros serían menos reconocidos, y pongo el caso de Joselito Huerta, el maestro poblano  nombrado en muchas crónicas como “El León de Tetela de Ocampo”, población de la sierra de ese estado, Puebla, llamada de Oro –antaño en el siglo XIX– por sus minas del áureo metal.

Rodolfo Gaona, “El Califa de León”, como de ese lugar también fue Antonio Velázquez “Corazón de León”, ambos guanajuatenses o el “Compadre” Silverio Pérez de Pentecostés, el famoso “Faraón de Texcoco”, o el tapatío Manuel Capetillo, nacido en Ixtlahuacán de los Membrillos en Jalisco, o el “Volcán de Aguascalientes” Rafael Rodríguez, del que varios afirman nació en Peralvillo, barrio popular en la Ciudad de México.

También parece fue el caso del acapulqueño Antonio Lomelín, algunos aseguran que nació en Jalapa; como Arturo Saldivar, nacido en Teocaltiche, Jalisco, pero para efectos taurinos se le considera de Aguascalientes, como fue el caso en la música del gran taurino Agustín Lara, nacido en la capital del país aunque se le designa jarocho de Tlacotalpan, Veracruz.

Y es que, por ejemplo, a los taurinos antiguos relacionan al barrio de San Bernardo en Sevilla, con Pepe Luis Vázquez, Diego Puerta y el mismo Costillares, o bien, quien conocería el municipio de Camas en Sevilla, de no ser que ahí nacieran Paco Camino y Curro Romero.

O Chiva de la provincia de Valencia, lugar del natalicio de Enrique Ponce; y qué decir de Galapagar, tierra de José Tomás, o bien “El Pasmo de Triana” Juan Belmonte, quien nació en otro barrio de Sevilla, pero al haber crecido en el barrio de La Virgen de la Esperanza, se le considera trianero.

Si lo es Alfonso Ramírez del barrio de Triana, Aguascalientes: “El Poeta del Toreo” o de Gelves en Sevilla, coronado “Rey de los Toreros” Joselito o Gallito quien el 16 de mayo de hace un siglo partió a la Gloria por una cornada en la plaza de Talavera de la Reina. “El Viti” Santiago Martín, de Vitigudino en Salamanca, paisano de Pedro Gutiérrez “El Capea” salmantino.

Ésa en cuanto a nuestra geografía mental, cuando nos referimos por ejemplo a “La Muleta de Castilla” pensamos en Pablo Lozano o a su compañero de muchos carteles de origen vasco, nacido en Argentina, nacionalizado peruano, Raúl Acha “Rovira” o el “Tigre de Guanajuato” Juan Silveti Mañon, y su hijo “El Tigrillo”. Este último nacido en la capital y rival contemporáneo de Pablo y de Rovira.

Palma del Río la tierra de “El Cordobés” que recién cumplió años, o su paisano “el Califa” de Córdoba, Manuel Rodríguez “Manolete” o “Finito”, que nació en Sabadell pero se le denomina de Córdoba, o si alguien recuerda que el Eje Central se llamó San Juan de Letrán, sabrá que por ahí se movía en su infancia y adolescencia “El Berrendito de San Juan” Luis Procuna.

Jorge Gutiérrez “El Coloso de Tula”, “El Maestro de Saltillo” Fermín Espinosa Armillita, Uriel Moreno “El Zapata”. Muchos de esos lugares, se alumbran cada vez que recordamos a sus toreros.

“El Chihuahua”, de donde era Raúl Contreras “Finito”,  el de Guadalupe Nuevo León, Eloy Cavazos, paisano de estado de Manolo Martínez o “El Torero de la Fuente del Berro” Julio Aparicio, madrileño y decano de los matadores de toros en España, por cierto, padrino de la alternativa del que recientemente hizo el paseíllo a la Gloria, Dámaso Gómez “El León de Chamberi” madrileño.

“El Brujo de Apizaco”, “El Pana” o mi padrino Edmundo “El Brujo Zepeda” de Tehuantepec en Oaxaca; en una lista que usted alargará cuando seguramente recuerde lugares y de ahí a algún torero como el muy recordado Miguel Espinosa de Aguascalientes o Morante de la Puebla del Río en Andalucía, entonces estará de acuerdo que ellos graban en nuestra memoria colectiva; sitios, pueblos y ciudades y por eso exclamo: ¡Viva el toreo y su geografía! Mientras esperamos el regreso vigoroso de la tauromaquia.


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Los mejores toreros de la historia

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El toreo tal y como hoy lo conocemos se gestó en el siglo XVIII, época cuando el de a caballo fue eclipsado, durante la traslación de poder de los Habsburgo a los Borbones. A partir de 1700 su llegada al poder en España marcó el inicio de una etapa distinta, como luego sucedería gradualmente en sus virreinatos.

Para lograr sus objetivos, la Corona tomó una actitud diferente, propia del despotismo ilustrado, por el cual el absolutismo sería total y expreso, se limitó el poder de la iglesia y, entre otros tantos cambios, el toreo pasó de caballo a pie preponderantemente, y con el correr de los siglos se convirtió de un ejercicio de nobles en una práctica popular que ha llegado hasta a nuestros días.

¿Quién el mejor torero de la historia?

Recientemente en una encuesta que se hizo en España, el resultado de los diez primeros fue como sigue:

1) José Tomás
2) Manolete
3) Juan Belmonte
4) Paco Camino
5) Joselito o Gallito
6) Morante de la Puebla
7) Curro Romero
8) Joselito o José Miguel Arroyo
9) El Viti
10) José María Manzanares-padre

De los mexicanos que aparecen en la lista, en el número 51 esta Armillita padre empatado con Manolo Martínez y El Pana; en el 61 David Silveti y en el 69 Silverio Pérez; no aparecen Rodolfo Gaona de la triada con Joselito y Belmonte; ni Carlos Arruza, el gran rival de Manolete; tampoco Eloy Cavazos, último mexicano en salir en hombros de Las Ventas.

La encuesta de marras nos da pie a darnos cuenta lo complejo que es tratar de encapsular siglos de toreros importantes y decenas de ganaderías criando toros que permiten faenas trascendentales.

¿Escoger, seleccionar a los mejores? ¿En función de qué criterios? ¿Quiénes somos?

No hay comparación posible. Por muchas razones, las bases del enjuiciamiento y lo que hemos visto por razones naturales de la edad, no es lo mismo; por lo tanto, no hay posibilidad de una clasificación racional, objetiva.

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Eloy Cavazos, torero mexicano (Fotografía: Milenio).

El toreo ha evolucionado, el espectáculo y los aficionados somos diferentes. Lo que sí queda es el símbolo del toreo, el ritual del enfrentamiento de un hombre o una mujer con un toro.

Respeto, admiración, a veces embelesamiento, son algunas de las sensaciones; que despiertan ciertas actuaciones de los toreros, faenas ante determinados toros, dentro de una circunstancia muy específica.

Pero ese conjunto de valores y apreciaciones siempre está conducido por la pasión, la cual impide ser frío y objetivo. Por lo tanto, la selección de los toreros, siempre dará lugar a discusiones y controversias.

Pero las controversias, que son el grano de las conversaciones, sugieren la reflexión y finalmente obligan a meditar y pensar.

En unos días se va a recordar el siglo de aniversario desde que Joselito –el torero que en muchos sentidos encauzó el toreo actual– murió a consecuencia de la cornada de Bailaor, de la ganadería de la Viuda de Ortega, en la plaza de Talavera de la Reina, el 16 de mayo de 1920.

Claramente para quienes votaron, da la impresión que en la época que vivimos el más reconocido es José Tomás, y que de los primeros diez, solamente en activo aparecen él y Morante de la Puebla, a quien ubicaron por encima de Curro Romero; en la posición 11 se encuentra Antonio Ordóñez, en el 12 Talavante y en el 13 está Enrique Ponce. Uno de los más taquilleros de la historia es El Cordobés, ubicándose en el lugar 23 por debajo de El Juli, quien se halla en el lugar 18.

Opino que las encuestas son como los bikinis –enseñan algo, pero ocultan lo importante–, sin embargo, dan pauta al comentario y como lo opiné hace años, si buscamos un nombre propio del toreo, a mi modo de entender ése se llama Manolete.

Su figura, su mirada, reflejan el drama y la luz del toreo, sus actuaciones interrumpidas por graves cornadas, hasta la última, que le llevo a la Gloria por Islero de Miura en la plaza de Linares, son referente de los aficionados y también por aquellos que no conocen o incluso detestan al ritual taurino.

En ese sentido, algo similar provoca José Tomás –las pocas veces que en los últimos años ha actuado, la más reciente en Granada el año pasado– y que, por cierto, recientemente ya se estaba moviendo la afición mundial hacia Nimes, donde lo anunciaron dos tardes.

Es claro que en un espacio de tiempo tan largo, el toreo se ha transformado de una lucha sin cuartel, en una actividad esencialmente plástica y de intención estética.

Tantas y tantas preguntas, que sumadas a otras tantas observaciones, alimentarán siempre la reflexión sin dar nunca respuesta categórica y definitiva a la cuestión: ¿Fue éste mejor torero que aquél?

Aquí tienen unas líneas para ir recordando, comparando y seguramente enjuiciando los votos de los que se pronunciaron, sin haber vivido necesariamente el pasado.

¿Es José Tomás, el mejor torero de la historia? A ustedes dejo la respuesta.


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Óscar Chávez y el toreo

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En 1990 hace treinta años en una reunión de Bibliófilos Taurinos de México: Óscar Chávez, Daniel García, Antonio Zedillo y Modesto López, nos presentaron una larga investigación con 52 canciones taurinas seleccionadas de la amplia tradición popular mexicana.

La reunión fue para pedir la opinión del grupo sobre el monumental esfuerzo y además ser parte de un cuaderno ilustrado “Apuntes para el toreo”, ilustrado con grabados de Manuel Manilla y José Guadalupe Posada, que se imprimieron posteriormente por Arsacio Vanegas Arroyo.

En aquella reunión decía Modesto López: “este trabajo se hizo realidad, no sólo por nuestra terquedad sino también por la solidaridad”.

Muchos participamos y me incluyo con un texto de Manolo Martínez que titulé “Nombre de época”. Comentó que fueron varias las posteriores reuniones donde salieron a relucir detalles e historias correlativas a cada melodía, en las que la genuina curiosidad de Óscar por tener más detalles de cada una, era asombrosa.

oscar chavez

Óscar escuchaba atentamente, porqué la voz cantante la llevaban Zedillo al que como a mi querido Rafael Puente Suárez, le apodaban “Wama” y “Modesto”. Antonio estaba ufano de su lugar 278 en la primera fila del segundo tendido de sol.

Óscar sabía que la selección era atinada para representar la asociación de la música y los toros, comentó que de Renato Leduc escuchó: “¡Qué bueno que aún haya fiesta taurina!”. En las grandes ciudades europeas, los domingos son desesperantes, no sabe uno dónde meterse… en México tenemos, por lo menos los taurinos, las corridas de toros que nos salvan del hastío dominical.

A Renato le dedicó lo siguiente en los “Apuntes para el Toreo”:

¡Va por usted don Renato!
Por su sentido a la vida,
por su sentimiento a la fiesta,
por su sentir a lo bello,
por su sensación presente:
¡Vayan estas suertes de arte
en respetuosa dedicación,
a su memoria: Renato Leduc!

Óscar fue un baluarte de nuestro folklore. Aquí me refiero a su “Encerrona”, con la que rescató muchas piezas taurinas que seguramente estuvieran perdidas de no haber sido por la capacidad de gambusinos de él y de su gran equipo.

En él hubo talento y oficio, aderezada por humildad paciente y a través de la música, comprendió la vida de México.

oscar chavez y el toreo
Fotografía: Al Toro México.

Vigente siempre en su longeva carrera, hace unos pocos años debutó en Vive Latino con los cantantes actuales en los que brilló su genio, vigencia y posicionamiento político.

Fue también locutor y de ahí su facilidad de palabra en Radio UNAM, polifacético, pues fue actor de cine y teatro, y muchas cosas más, que generosamente ofrecía con gran profesionalismo.

La “Encerrona” la presentó en un festejo novilleril en 1990, en La México y por aquella época lo entrevistamos en Sangre y Arena que producía Lauro Alvarado, junto con Mauricio Locken, Juan Antonio de Labra y un servidor, donde reconoció que era la voz cantante de un grupo profesional de músicos, ingenieros, investigadores, escritores, dibujantes e impresores.

La última vez que conviví con Óscar fue en abril de 2012, cuando me invitó el actual presidente de Bibliófilos Taurinos de México, Eduardo Heyfte, a presentar su libro Corridos Taurinos Mexicanos, en el recinto de la Asociación Nacional de Matadores de Toros y Novillos, Rejoneadores y Similares, junto con Paco Coello.

A principio de año nos encontramos caminando por Insurgentes cerca del restaurante Arroyo, y tuve el gusto de darle un abrazo, a quien ahora deja una estela de arte y bonhomía en su paseíllo hacia la gloria. Lo vamos a extrañar con sus Mariposas amarillas: Mauricio Babilonia y tantas y tantas más ¡Por ti! Vayan estas letras.


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