En el Día Internacional de la Mujer, la Ministra Yasmín Esquivel refrenda su compromiso en la lucha en contra de la violencia de las mujeres y se solidariza con las víctimas. Plantea que sea este día ocasión para recordar a aquellas cuya vida fue cegada, por el simple hecho de ser mujeres, aquellas cuya ausencia debe resonar como uno de los grandes pendientes de la agenda de género.
El feminicidio es la expresión de violencia más exacerbada contra las mujeres. En nuestro país se registra diariamente la muerte violenta de 10 mujeres, un hecho que debe cimbrar a la sociedad y movernos a tomar conciencia de que es un problema social con daños irreparables. A ninguna niña o niño en situación de orfandad porque su madre fue víctima de feminicidio, le podemos decir que hemos avanzado, cuando la ausencia de su madre le cambió la vida y su futuro.
Debemos transformarnos como sociedad, erradicar desde sus raíces aquellos prejuicios, patrones culturales y estereotipos que en pleno siglo XXI subsisten y que tienden a perpetuar la desigualdad de las mujeres, fuente de violencia y discriminación en su contra. Desaprender la violencia y asumirnos todas y todos con igual dignidad.
Debemos ser capaces de brindar seguridad a las mujeres, de revertir la fragilidad del sistema de justicia y sobre todo, de combatir la impunidad que alimenta a la violencia que se normaliza en la vida cotidiana.
Debemos acelerar el paso en el combate a la violencia feminicida, analizar objetivamente los avances y urgir sobre las acciones pendientes para el acceso a la justicia de las mujeres, así como trabajar en alianzas estratégicas, entre otras, con la sociedad civil, escuchar sus críticas y analizar sus propuestas.
Debemos atender a las recomendaciones de organismos internacionales, que instan a nuestro país a actualizar los protocolos de investigación del delito de feminicidio, entre otros, bajo los criterios de la Suprema Corte de Justicia, con especial consideración a los criterios que emitió en la sentencia del caso Mariana Lima Buendía, para la investigación de las muertes violentas.
Es tiempo de actuar, no mantenernos como espectadores de la más lacerante de las violencias.