En esta semana se conmemora el Día Internacional de la Mujer. En todo el mundo, manifestaciones en torno a los derechos de la mujer se han llevado a cabo, es por ello, que en esta ocasión dedicaré este espacio a hablar de ella. ¿Quiénes son y de dónde vienen? Desde la Antigüedad, se identificó al hombre y a la mujer como géneros de una misma especie. Ambos, han vivido juntos y han compartido el mundo que nos rodea desde que tenemos memoria, esto es lo que los registros históricos señalan, de otra manera, sin una mujer, la historia del ser humano habría terminado hace muchos años. ¿De dónde vienen?, es una pregunta bastante complicada y me parece que muchos malentendidos pueden surgir de esta respuesta. Para algunos, el hombre y la mujer surgieron de un accidente cósmico a partir del cual, nació la vida y todo lo que conocemos actualmente como parte de nuestro mundo. Para otros, el hombre y la mujer fueron creados de una forma divina y, al parecer, el primero en ser creado fue el hombre y después la mujer, aunque las interpretaciones de estos pasajes han dado mucho de qué hablar, pues algunos aseguran que el hombre y la mujer fueron creados al mismo tiempo.
En realidad, no necesitamos saber con exactitud este detalle para poder hablar más de la mujer, en este sentido, puedo decir que las mujeres somos muy distintas a los hombres, tenemos muchos defectos y también demasiadas virtudes, somos capaces de hacer muy bien muchas cosas, y esto es en gran medida por la historia que hemos vivido, en la que ha habido mucha represión en contra de nosotras e incluso, nuestra figura fue vista como inferior a la de los hombres. Aún hoy en día, por supuesto, hay quienes nos ven inferiores, pero me cuestiono seriamente si importa mucho lo que otras personas vean o crean de nosotras, parte de nuestra madurez y de lo que nos ha hecho crecer cada día más es superar toda clase de barreras, obstáculos, señalamientos, falsas creencias que nos han limitado por años.
Sabemos, por experiencia propia, que cada caída, cada afrenta, cada problema, nos hace más fuertes y nos hace crecer más. Cada día me sorprende más el hecho de ver las aulas de mis clases con más mujeres que hombres y con mejores calificaciones, y esto me llena de alegría, pues me doy cuenta que la responsabilidad, la disciplina y el coraje para salir adelante se puede ver desde que las mujeres son muy jóvenes, incluso, desde que somos niñas cuando vemos cómo nuestras madres tratan a los hermanos, ya que en casa es donde muchas veces se marca una diferencia radical y en un sentido muchas veces machista entre el hombre y la mujer. ¿Lo has notado?, ¿te pasó alguna vez con tus padres o ahora con tus hijos? Es increíble que este tipo de diferencias se hagan a veces de manera inconsciente y eso marque nuestro futuro.
Quisiera regresar al tema de la diferencia entre hombres y mujeres porque me parece que esto es real, somos distintas y por esto debemos estar agradecidas, el ser mujer nos permite amar de manera distinta y sólo como la mujer puede amar; con alma y cuerpo y no sólo con el cuerpo, el ser mujer te permite ser madre, también te permite no serlo, es tu decisión pero, tener hijos es la dicha más grande que una mujer puede tener, llevarlo en tu vientre, ver tus rasgos, gestos en ellos, es maravilloso. Ser mujer nos permite ver las cosas desde un punto de vista distinto, mucho más empático, porque somos muy emotivas muchas de nosotras, no todas, pero a partir de esto podemos comprender mejor a los demás, ayudar, servir, sentir con otros.
El hombre es distinto a nosotros y eso está bien, no podemos querer ser “iguales a ellos” en un sentido literal, tampoco debemos compararnos, ¿por qué?, somos muy distintos y en esto radica nuestra grandeza, los hombres ven cosas que nosotros no y viceversa. En este sentido, somos complementarios, debemos trabajar juntos y es importante que ambos pensemos esto. Es muy triste ver hoy en día noticias en las que se ataca a los hombres en general, cuando no todos ellos han actuado en contra de las mujeres, muchos han empoderado a la mujer, nos han apoyado en muchos sentidos. Debemos ser objetivas, no dejarnos llevar por los medios, por la historia y, por otra parte, debemos estar felices de ser lo que somos, con nuestros defectos y nuestras virtudes, y siempre tratar de ser mejores, más sabias, más trabajadoras, pero sobre todo, más humanas.
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