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80 años del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM

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Cuando eres Licenciado en Derecho por la UNAM, como es mi caso, no puedes dejar pasar por alto el cumpleaños número 80 del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad. Por este Instituto, que fue fundado el 7 de mayo de 1940 a un costado de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, han pasado grandes juristas de nuestro país.

La UNAM se viste de gala. Tiene, en mi opinión, el mejor centro de investigación y difusión del conocimiento jurídico. Sus investigadores son de muy alto nivel y tienen absoluta libertad en sus trabajos y aportaciones jurídicas, confirmando la que siempre ha sido la característica de la UNAM.

Juristas de la talla de Mario de la Cueva, Roberto Mantilla Molina o, quien fuera un gran maestro, Héctor Fix Zamudio, por quien aprendí, en sus textos, acerca de la figura del ombudsman y sobre Derechos Humanos, fueron directores de este Instituto.

Cuando el Instituto organiza congresos, seminarios o conferencias, sabemos que se estará atendiendo a un evento de gran calidad. Su capacidad de atraer juristas del extranjero y de ser un semillero de grandes abogados para que intervengan en otros países, le ha dado un nivel invaluable en derecho comparado y ha conseguido un intercambio académico sin precedentes en la historia de nuestro país.

Yo siempre me he enorgullecido de ser Universitario. Mis pasos por Ciudad Universitaria, a principios de los años 90, fueron de un gran aprendizaje integral. La UNAM te da todas las herramientas necesarias para entender bien a México. En su diversidad radica su riqueza. Además, por esos años, la Facultad de Derecho era reconocida como una de las más grandes en el país. El Doctor Jorge Carpizo, quien había terminado su mandato como rector en 1989, logró fortalecer la carrera de Derecho, de la que él era uno de sus egresados. Así lo hizo, primero como cabeza del Instituto de Investigaciones Jurídicas. Durante su gestión, se realizaron las primeras evaluaciones del personal académico, lo cual contribuyó a los niveles de excelencia que hoy vemos. Ser investigador del Instituto de investigaciones Jurídicas de la UNAM es una posición muy prestigiada.

Ahora, en su 80 aniversario, el Instituto se ha modernizado. Cuenta con una Biblioteca Jurídica Virtual que acerca, por medio de la tecnología, tanto a los estudiosos del Derecho como al público en general, a las obras publicadas y a sus revistas de tan variados temas que van desde el derecho constitucional, derecho comparado, derecho electoral y hasta una dedicada al derecho a la información.

Todo abogado debe conocer al Instituto de Investigaciones Jurídicas de la máxima casa de estudios. Su riqueza editorial es inmensa y sus programas actualizados la hacen una institución viva, que no se detiene y que tiene todo para ir por otros ochenta años más, para, como lo dice su misión, contribuir a la solución de los problemas sociales y políticos vinculados a los fenómenos jurídicos nacionales e internacionales.

Hoy más que nunca, debemos cuidar a las instituciones académicas de excelencia. La ignorancia es más peligrosa que cualquier pandemia y sólo con educación de calidad, México podrá salir adelante.

Celebro con alegría estos primeros 80 años, que, con autonomía, libertad, dedicación e integridad, mujeres y hombres, abogados de nuestro país, han pasado por los espacios del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM. Es gracias a ellos que hoy el Instituto goza de una enorme reputación. Enhorabuena.


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El Instituto de Investigaciones Jurídicas

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El 7 de mayo de 1940, hace 80 años, se fundó el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, con el nombre de Instituto de Derecho Comparado. La iniciativa fue del distinguido jurista español Felipe Sánchez Román, miembro del luminoso exilio español que vino a enriquecer la ciencia y la cultura en México.

El Instituto de Derecho Comparado se creó como parte de la Escuela Nacional de Jurisprudencia, más tarde Facultad de Derecho. Desde el inicio de su actividad participaron distinguidos juristas como Raúl Carrancá y Trujillo, Mario de la Cueva y Antonio Martínez Báez. En 1948, el Instituto logró su autonomía de la Escuela Nacional de Jurisprudencia y en 1967 se cambió su nombre al de Instituto de Investigaciones Jurídicas, para homologarlo con el resto de los institutos de investigación de la UNAM, que tan destacada labor han desempeñado en el proceso de creación y desarrollo del conocimiento en la ciencia, la tecnología, la ingeniería, el derecho, las ciencias sociales y las humanidades.

Instituto de investigaciones juridicas
Fotografía: UNAM.

Los directores del Instituto han sido Felipe Sánchez Román; Agustín García López; Javier Elola Fernández; Roberto Mantilla Molina; Roberto Molina Pasquel; Héctor Fix Zamudio; Jorge Carpizo; Jorge Madrazo; José Luis Soberanes; Diego Valadéz; Héctor Fix Fierro; y Pedro Salazar.

Tuve el privilegio de trabajar como Investigador de tiempo completo en el Instituto de 1975 a 1983, antes fui becario en el propio Instituto y en el extranjero. En esa época tuve la oportunidad de conocer a distinguidos juristas y de desarrollar amistades entrañables que aún perduran. En esa etapa, trabajaban en el Instituto Niceto Alcalá Zamora y Castillo, Héctor Fix Zamudio, Director del propio Instituto, y Jorge Carpizo –más tarde Rector de la UNAM–, Diego Valadéz, Jorge Barrera Graf, Sergio García Ramírez, Ulises Schmill, Ricardo Méndez Silva, José Luis Soberanes, Martha Morineau, Rolando Tamayo, Manuel Barquín, Jorge Sánchez Cordero y Alonso Gómez Robledo, entre otros.

El Instituto ha realizado una labor fundamental en la creación, promoción y sistematización del conocimiento jurídico. Asimismo, ha tenido una muy destacada labor en materia de difusión y divulgación de la cultura jurídica. En forma permanente organiza foros, congresos, seminarios y conferencias. Cabe mencionar también el vínculo que ha desarrollado con otros centros de estudio e investigación jurídica y de otras disciplinas en el mundo, especialmente en América Latina.

Biblioteca Jorge Carpizo
Biblioteca Jorge Carpizo (Fotografía: UNAM).

Es imposible sintetizar en unas líneas la inmensa labor realizada sobre muchas áreas del conocimiento, así como las investigaciones publicadas en artículos, libros, colecciones, las distintas ediciones del Diccionario Jurídico, entre muchos otros productos. Dentro del muy amplio despliegue de actividades que ha desarrollado quiero mencionar la promoción y participación en el Instituto Iberoamericano de Derecho Constitucional y su papel en el estudio, promoción y estructuración de los Derechos Humanos en México y en el mundo.

Otra faceta muy importante de la labor del Instituto ha sido la recepción de numerosos juristas extranjeros, no sólo como parte de sus actividades académicas cotidianas sino también como centro de trabajo de destacados estudiosos del Derecho latinoamericanos que llegaron a México perseguidos por las dictaduras de sus países, principalmente en la década de los setenta del siglo XX. En consecuencia, el estudio del Derecho Internacional, del Derecho Constitucional, de la democracia y de los Derechos Humanos, han tenido siempre un lugar determinante en la vida del Instituto.

Dejé formalmente el Instituto en 1983 para trabajar en la banca de desarrollo y después en otras responsabilidades públicas y privadas. Pero en diversas etapas mantuve un vínculo profesional y siempre afectivo. He tenido el privilegio de que varios de mis artículos y libros han sido publicados por esa casa.

director instituto de investigaciones
Pedro Salazar Ugarte, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM (Fotografía: Melissa del Pozo, Milenio Diario).

El Instituto ha fortalecido su vocación de investigación interdisciplinaria y con frecuencia analiza temas en la frontera del conocimiento, vinculando la perspectiva jurídica con los avances científicos y tecnológicos. Entre sus temas de trabajo, por citar sólo algunos ejemplos, está el Seminario Permanente de Propiedad Intelectual; el análisis de la Gobernanza Global y el Cambio Estructural del Sistema Jurídico Mexicano; la Guía Jurídica por Afectaciones del COVID-19; el Observatorio de la Corrupción e Impunidad; el Observatorio del Sistema Interamericano de Derechos Humanos y el tema de la Constitución Reordenada y Consolidada.

Recientemente, tuve la magnífica oportunidad de participar como expositor en el Instituto, previo al confinamiento derivado de la pandemia que nos afecta, y pude saludar a muy distinguidos juristas, viejos amigos, a nuevos investigadores –algunos de ellos muy relevantes en sus áreas de especialidad–, pero sobre todo a muchos jóvenes que le dan mucha vitalidad.

La destacada gestión de Pedro Salazar, que ha fortalecido el esquema interdisciplinario de investigación, le augura un brillante futuro al Instituto. Su labor es hoy más importante que nunca. Estoy seguro de que lo mejor de la vida del Instituto aún está por venir.


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Que caiga el Billullo

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Así como el coronavirus, también los chinos inventaron, pero en el siglo VII, el papel moneda, el billete, el billullo, o sea “un documento con valor fiduciario reconocido y no solamente al dinero de curso legal”, según la definición.

Si los chinos se adelantaron, para variar, fue porque desde antes ya gozaban de las bondades del papel –otro invento de ellos–, de la tinta y el grabado. En su Libro de las Maravillas (1300), el viejo Marco Polo dedicó un capítulo completo al novedoso invento titulado De cómo el Gran Kan hace gastar papel por dinero. Lo billetes entonces estaban hechos a partir de unas láminas negras sacadas de la corteza de las moreras –cuyas hojas se comían los gusanos que hacen la seda– y estaban grabadas con las firmas de funcionarios importantes. Según el tamaño de la lámina era el valor.

Así pues, si todavía no podemos echarles completamente la culpa a los orientales por aventar a la cancha el maldito bicho con la camiseta número 19, sí les podemos echar la culpa de que gracias a su invento monetario se aceleró la acumulación de riqueza, el déficit presupuestario, la expansión del crédito y por ende tenemos una crisis financiera del carajo.

En fin, tuvieron que pasar más de trescientos años para que el billullo saltara a Europa. Fue en Suecia, a mediados del XVII, que el financiero Johan Palmstruch daba una especie de “recibos” (kreditiv sedlar) a sus clientes, que le dejaban en su banco oro u otro metal. Estos recibos podían intercambiarse cuando quisieran.

La popularidad del “papel crédito” se difundió principalmente por su comodidad: en vez de traer a Igor cargando el costalote de monedas de oro sobre su joroba de un lado a otro, un “billete” con respaldo en metálico parecía ser de lo más mono: “En Francia, John Law introducía el billete respaldado por el oro del Estadoen Italia fue la Hacienda Real de Turín la primera en emitir billetes en 1746, con el objetivo de facilitar el beneficio del comercio público; en España hay que esperar hasta el reinado de Carlos III, apareciendo los primeros billetes en 1780. Con el tiempo, el uso del papel moneda se generalizó por todo el mundo: la expansión de los imperios y el capitalismo fueron elementos clave; las globalizaciones lo aceleraron”.[i]

papel moneda
El primer papel moneda en Europa, 1666, Swedish Credityf Zedels (Imagen: Wikipedia).

La historia del billete en México comienza con la espeluznante crisis económica que provocó la irrupción de la Independencia, que entre otros desmanes hizo que el trabajo minero, principal fuente de ingreso del Virreinato, se abandonara y las minas fueran saqueadas. Como la moneda física comenzó a escasear, surgió primeramente hacia 1813, en lo que hoy es San Miguel de Allende, Guanajuato, la acuñación de las monedas de necesidad, unos cartones firmados a mano con tinta negra, quizás por algún funcionario, comerciante u oficial, que valían medio real.

Ahora bien, cuestión de imaginarse nuestra situación después de once años de francachelas independistas. El mismo Agustín de Iturbide, entonces jugando a ser el primer emperador mexicano, escribió: (…) no había fondos para mantener el ejército, los funcionarios públicos no estaban pagados, todos los recursos nacionales estaban agotados; no podían negociarse préstamos en el país; los que podían hacerse en el extranjero exigían más tiempo que el que la urgencia de las necesidades podía permitir la esperar.

Aún así en 1822 Iturbide lanzó lo que sería la primera emisión oficial del billete mexicano, un papel de forma casi cuadrada, impreso en una sola cara con la leyenda “Imperio Mexicano” y que valía de uno a diez pesos, con lo que podías comprar suficiente papel para falsificar más cuadrados que dijeran “Imperio Mexicano” con tu letra.

Primera emisión oficial mexicana de billete
Primera emisión oficial mexicana de billetes (Imagen: Banco de México).

Como era de esperarse, la gente inmediatamente desconfió y desconoció la innovación económica, hasta el año siguiente, cuando nos convertimos en República Federal y el nuevo gobierno trató de ganarse la confianza del pueblo con varias medidas, entre ellas la de quitar de circulación el ridículo e impopular billullo imperial. Sin embargo, el nuevo gobierno insistió en hacer uso del billete, y para que la gente lo aceptara se fue por el lado flaco del pueblo: la religión. Entonces los billetes salían impresos en el reverso de bulas papales canceladas que llevaban el sello del Papa. Pues nada: fracaso absoluto también.

billetes de mexico
Billete Republicano (Imagen: Banco de México).

Una de las muchas causas del chasco “billetuario” fue quizás porque su uso era obligatorio, lo que décadas más tarde, en 1864, mandó a quitar nuestro bonachón, opiómano y breve emperador Maximiliano, quien además hizo que la emisión del billete fuera responsabilidad de un banco –Banco de Londres– y no del gobierno. Por fin el billete logró tener cierta aceptación y respetabilidad.

Con don Porfirio, a finales del XIX, se consolidó un sano y sólido sistema bancario y cada Estado contaba por lo menos con un banco certificado, ya sea el de Londres o el de México, que emitían los billetes, convirtiéndose en el medio de pago favorito de la gente. Entonces los billetes eran fabricados en el extranjero por compañías como la American Book & Printing Company o la American Bank Note Company, ambas en Nueva York.

billetes emitidos banco de Londres
Billetes emitidos por el Banco de Londres, México y Sudamérica (Imagen: Banco de México).

Con la llegada de la Revolufia todo se volvió a ir al traste. Regresamos a los tiempos de la moneda de necesidad, con la diferencia de que cada caudillo o ranchero calzonudo con lana emitía sus propios billetes, que sólo valían en su región. Ya se puede imaginar uno la pelotera que se armó: era tal la variedad de billetes, reales y falsos, que la gente terminó por decirles a todos Bilimbiques y desacreditarlos. Parte de la solución llegó con los constitucionalistas, en 1916, cuando decidieron que sólo ellos despacharían el único papel válido para hacer billetes, mandándose a imprimir en ellos diseños más complejos para la prevención de falsificaciones.

Ocho años después se fundó el Banco de México, el cual tuvo la exclusividad de emitir los billetes y regular su circulación. La primera serie de billullos del Banco de México, que circuló de 1925 a 1934, se planeó en México, pero se imprimió en Estados Unidos, y su denominación era de 5, 10, 20, 50, 100, 500 y 1000 pesos.

billetes banxico
Billete emitido por el Banco Nacional de México (Imagen: Banxico).

Fue hasta 1969 que por primera vez los billetes se diseñaron y fabricaron en México. La famosa serie Familia A circuló de 1969 a 1991. El primer diseñador que tuvo el Banco de México, fue don Reyes Santana Morales, quien durante veinticinco años diseñó los más emblemáticos billullos: En la década de los 60as, Reyes Santana trabajaba para la Secretaría de Hacienda, supervisaba en Italia una nueva línea de bonos que serían usados en la tesorería y que eran diseñados en el extranjero. En aquellos años diseñó su primer billete, el de 20 pesos, que mostraba imágenes y simbolismo de la cultura mixteca, todo el diseño en tonalidades verdes.[ii]

billetes de méxico
Billetes de la familia A impresos por la Fábrica de Billetes del Banco de México (Imagen: Banxico).

En aquel tiempo los diseños de don Reyes eran hechos en acuarela. Una junta directiva le decía qué personaje se iba a usar y a continuación él se metía por meses a investigar sobre el prócer. El trabajo que más le costó fue el famoso billete de 5 pesos, destinado para que apareciera doña Josefa Ortiz de Domínguez: nomás ninguna imagen de la corregidora le favorecía, pues en todas aparecía con cara de que nunca sonó el despertador. El talento de don Reyes se reconoció internacionalmente y trabajó en Argentina y Suiza.

Josefa Ortiz de Dominguez, billete 5 pesos
Imagen: Revista Empresarial.

Otro de los grandes diseñadores de billetes a nivel mundial es Jorge Peral, quien desde hace veinte años ocupa la dirección creativa de la Canadian Bank Note Company. A los veintidós años, este oriundo de Texcoco, fue seleccionado por Banxico para estudiar en Suiza e Italia y formarse en el arte del grabado con el maestro italiano del grabado de billetes, Trento Cionini. A su regreso a México, se convirtió en una eminencia y colaboró en la confección de la sexta serie de billetes mexicanos, con el billete de 100 pesos (que tenía a Nezahualcóyotl en el anverso) como una de sus más grandes y reconocidas creaciones, ya que Peral se vio en la necesidad de “inventar” el rostro del emperador azteca a partir de relatos, estatuas y de la fisionomía de los habitantes de Texcoco.[iii]

Algunos datos:

-La mayoría de los billetes mexicanos están hechos de algodón, aunque los de mayor utilización, los de 20 y 50, se comenzaron a fabricar de polímero, un compuesto químico que le da la textura y apariencia a plástico, para que duraran más.

-Existen catorce elementos de seguridad y cada billete tiene entre ocho y diez de ellos.

-De todos los personajes históricos que aparecen en los billullos el más frecuente es el de la sotana ligera: Miguel Hidalgo.

-El billullo más común es el de a 20, donde aparece Juárez. El reverso muestra un paisaje de Monte Albán, Oaxaca. En el de 50, donde aparece Morelos, a su reverso vemos el famoso acueducto de Morelia, Michoacán. El reverso del billete de 200, que muestra a la Décima Musa (Sor Juana), poca gente sabe de dónde es la imagen: es la hacienda de Panoya, donde vivió Sor Juana, en el km 58 de la carretera México-Cuautla. El de 500 trae por un lado a Ignacio Zaragoza, que curiosamente nació en Texas, y del otro la Catedral de Puebla.

Cuautla billete 200 pesos
Imagen: Debate.

-Muchos de los billetes traen microtextos, por ejemplo, el de 200, trae al lado de la imagen de Sor Juana el comienzo de su más famoso verso: “Hombres necios que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis (…)”. El billete de 100 trae un fragmento de la hermosísima poesía de Nezahualcóyotl: “Amo el canto del Zenzontle…”.

billete 200 pesos, verso Sor Juana
Imagen: Global Media.
billete y verso de Nezahualcoyotl
Imagen: Flickr.

-El billullo menos popular en toda la historia es el odioso billete de mil pesos, que trae de un lado, una vez más, a don Hidalgo, y del otro a la Universidad de Guanajuato.

Así bien, ya lo dijo en una ocasión el gran cantante británico Robbie Williams: Por favor no me lancen ositos de peluche, ¡tengo 25 años! ¡Soy un hombre! ¡Láncenme condones o dinero! Preferiblemente billetes, no monedas.


Referencias:
[i] .- Endika Alabort Amundarain, en https://www.aehe.es/el-papel-moneda-una-innovacion-del-lejano-oriente/
[ii] .- Alma Gómez, periódico El Universal de Querétaro, 19/09/2018.
[iii] .- En https://soulsay.com.mx/jorge-peral-el-grabador-de-billetes-mexicanos/


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La cuarta jornada. El trabajo de las madres en tiempos del COVID-19

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Para todas las madres que día con día
trabajan en la crianza de sus hijos.
Para mi madre.

Hay tantos temas sobre los que, desde mi trinchera de investigadora, quisiera aportar para entender y contribuir en su resolución, pero la vida a veces no nos da para ello. En esta prolongada cuarentena, la cual parece no tener una caducidad definida con certeza, los problemas sociales –por no decir, los económicos y políticos– se nos multiplican.

Desde el encierro, los adultos mayores padecen el abandono. La viejecita que diariamente salía al mercado para platicar con la marchanta, o la abuelita que cada miércoles iba a la iglesia para encontrar a su comadre, o bien aquella que esperaba el fin de semana para que alguno de sus hijos la llevara al supermercado, ahora tienen que permanecer encerradas en sus casas… muchas veces, lejos de sus familiares y otras tantas viviendo con ellos, pero soportando el estrés doméstico que se vive estos días.

Este mismo drama lo viven a diario los pequeños. Niños y niñas que desde hace un mes están en una “vacación” obligada, en la cual el tiempo de exposición a las pantallas –de teléfonos, computadoras, tabletas electrónicas o televisores– no es suficiente para agotar la energía que otrora ocupaban yendo a la escuela, saliendo al parque o jugando con sus amigos. Otro drama más fuerte aún es aquel que se vive en hogares con violencia intrafamiliar. Ahí donde el tiempo para estar con el enemigo se ha multiplicado y, con ello, las denuncias por maltrato.

madres y cuarentena
Ilustración: Nathalie Lees.

Todos estos temas, sin duda, llaman la atención de quien quiere contribuir con sus investigaciones y reflexiones. No obstante, y siendo que se aproxima un diez de mayo en el que seguramente por primera vez no se abarrotarán las calles o los restaurantes, en esta columna quiero compartir con ustedes una reflexión sobre el trabajo de las madres durante este encierro.

En México las madres trabajadoras comprenden casi el 73% de la población femenina económicamente activa, lo que representa 15 millones 785 mil mujeres según datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo en 2018. El trabajo de las madres fuera de su hogar ha ido en aumento: los últimos ocho años el número de madres trabajadoras ha incrementado un 25% (Migueles, 2019). Por ello es importante reflexionar sobre el papel que tienen durante esta emergencia sanitaria.

Las mamás que conozco comparten una situación similar, a su triple jornada de trabajo –como madres, amas de casa y empleadas– se les ha sumado una más: el de maestras. Con el cierre físico de las escuelas las mamás tienen que cumplir con sus hijos las tareas escolares. Hay quienes le dedican dos horas diarias, pero también hay quienes tienen que estar toda la mañana tratando de resolver, con los hijos, el reto del aprendizaje a distancia.

Ahí están pues las mujeres despertándose temprano para preparar el desayuno y la computadora o el televisor para que los hijos se conecten y tomen sus clases. Obviamente estas actividades, acompañadas por los docentes del otro lado de la pantalla, deben ser monitoreadas si no es que apoyadas al cien por ciento por las madres. Entonces, después de esta primera jornada, sigue la jornada del trabajo doméstico. Ante la ausencia de apoyo en las familias, las mujeres deben asumir los papeles que antes eran encargados a otras mujeres –u hombres– que ayudaban en estas tareas. Las madres deben limpiar y cocinar al mismo tiempo que entretener a los hijos para que éstos no pasen demasiadas horas frente a las pantallas electrónicas –ya, de por sí, en la mañana pasaron buen rato frente a ellas en su escuela a distancia–. Después las madres deben alimentar a los pequeños y a los maridos.

madres trabajadoras
Ilustración: Getty Images.

En aquellos hogares con repartición de labores, las mujeres reciben apoyo de los esposos y los hijos mayores, pero hay mujeres que no reciben ni uno ni otro. Entonces, en algún momento del día estas mujeres que por la crisis sanitaria debieron dejar sus empleos para hacer home-office, tienen que encontrar algún tiempo para hacerlo. Hay quienes trabajan después de que los demás integrantes de la familia se duermen; las hay quienes sortean el trabajo en casa con las otras labores. También están quienes, pese al encierro de los demás, tienen que salir a trabajar porque no gozan de la posibilidad de hacer su trabajo desde casa. Ellas, después de su jornada de trabajo fuera del hogar, tienen que hacer las otras labores que quedaron pendientes, incluida la educación de los hijos que no van a la escuela. Con un día así, las mujeres exhaustas apenas duermen unas horas para empezar el día siguiente con lo mismo. Así pasan los días y llega un fin de semana, en el cual difícilmente podrán descansar porque en este encierro no hay mucha diferencia entre los días de la semana.

Seguramente, quien lea esta columna y sea madre, asentirá con la cabeza a lo que describo, pero también pensará… ah, pero le faltó decir esto o aquello que también hago durante el día. Asimismo, quien lea esta columna y no sea madre dirá: qué bueno que no tengo hijos porque ahora tengo tanto tiempo libre que ya no sé qué hacer con él. No obstante, aquellas mujeres que deben cubrir esta cuarta jornada también dirán: a pesar de todo este esfuerzo, soy feliz de ver a mis hijos contentos y protegidos aún frente a la incertidumbre que nos rodea.

Por el esfuerzo de esas madres, seguramente, pasaremos venturosos esta cuarentena obligada. ¡Feliz Día de la Madre!


Referencias:
Migueles, Rubén, “Madres trabajadoras, 15.8 millones en México: Inegi”, El Universal, 10 de mayo de 2019.


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El fin de la cuarentena en la CDMX

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Fin de la cuarentena en la Ciudad de México inicia en junio poco a poco

La jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum indicó que el fin de la cuarentena en la Ciudad de México iniciará de manera escalonada en junio.

Desde mediados del mes de marzo los establecimientos, comercios y empresas de la Ciudad de México se vieron obligados a suspender sus actividades como medida de salud para contener la pandemia del coronavirus en una de las entidades más afectadas por el contagio.

De acuerdo con estimaciones de la jefa de gobierno de la capital mexicana, el regreso a las actividades podría iniciar en el mes de junio de manera escalonada, con la intención de evitar una nueva ola de contagios.

“Ir incorporándonos poco a poco a todas las actividades. No se puede abrir todo de un jalón, porque podemos tener el riesgo de volver a caer en una situación de contagios muy grande. Desafortunadamente es la situación en la que son los contagios de una epidemia, de una pandemia, pero sí, a partir de junio va a ir habiendo una apertura poco a poco de las distintas actividades de la Ciudad”, anunció.

“Somos la ciudad con más contagios, ¿Por qué?, porque tenemos aquí casi nueve millones de habitantes, una densidad poblacional muy alta, y aun cuando tomamos medidas a tiempo para evitar mayores contagios, sí estamos en una condición en la que necesitamos ir abriendo poco a poco”, dijo.

Con corte al 6 de mayo, se han reportado mil 875 casos positivos activos de Covid-19, 2 mil 503 pacientes hospitalizados, 875 intubados y 604 defunciones, reportó la jefa del Gobierno capitalino.

“Evidentemente, es un tema que a todos nos cambió la vida cotidiana, la forma en que recibimos nuestros ingresos. Es una situación que nadie hubiera querido tener, pero es una situación que vive el planeta completo y que estamos buscando las mejores condiciones para las familias que viven en la Ciudad”, añadió.

La jefa de gobierno no precisó el tiempo que se estima tome el regreso paulatino a las actividades en la capital, ni cuáles serían los negocios o servicios que reabrirían primero.

Un descubrimiento maya de 10 mil años en Aktun Ha

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INAH descubre hogueras mayas en cenote de Quintana Roo

Con una antigüedad de 10 mil años las hogueras mayas fueron descubiertas por una la investigación subacuática en el cenote de Aktun Ha.

La investigación comprobó que cazadores-recolectores encendieron y utilizaron fuego en el lugar conocido como la Cámara de los Ancestros, formación ubicada en el sistema de cuevas del cenote Aktun Ha, en Quintana Roo.

Los resultados fueron publicados en el más reciente número de la revista “Geoarchaeology” y avalados por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).

A través de un comunicado, la institución destacó que así lo evidencian 14 hogueras prehistóricas, cuyas muestras –obtenidas entre 2017 y 2018– fueron sometidas a estudios de laboratorio: calentamiento controlado, petrografía, tafonomía, espectroscopía de resonancia magnética nuclear y datación por carbono 14, entre otros, que demostraron dos argumentos.

El primero, relativo a una antigüedad que oscila entre 10 mil 750 y 10 mil 250 años antes de la era actual, la temporalidad más antigua reportada para carbón con asociación humana en un cenote de la península, coincidente con el fin de la última glaciación, ocurrida en el transcurso del periodo Pleistoceno al Holoceno, explicó el arqueólogo Luis Alberto Martos López, adscrito a la Dirección de Estudios Arqueológicos (DEA) del INAH.

El segundo, y más relevante, es la confirmación de que dichas hogueras –algunas de las cuales alcanzaron temperaturas de 600 grados centígrados– tuvieron un origen antropogénico in situ, es decir, se descarta que los restos de carbón llegaran mediante la acción natural del agua tras el aumento del nivel del mar en la Tierra.

De esta manera, según los especialistas, estos resultados son fundamentales para entender el poblamiento del continente americano, y en particular de la península yucateca.

El proyecto fue autorizado por el Consejo de Arqueología del INAH y desarrollado bajo la coordinación de los investigadores Octavio del Río Lara y Rafael López Martínez, así como con la participación de Adriana Velázquez Morlet, quien en 2018 se desempeñaba como directora del Centro INAH Quintana Roo.

El investigador del INAH puntualizó que “la trascendencia de estos hallazgos es que nos ayudan a reconstruir la historia del fuego, de gran importancia para el estudio de la evolución y migración humana. Por otra parte, aparentemente, las cavernas de Naharon y Las Palmas fueron usadas con fines funerarios, mientras que Hoyo Negro parece haber sido un sitio para abastecimiento de agua. En este caso tenemos un espacio, aparentemente, usado como habitación y refugio”.

Con información de Notimex.

‘Que no te cargue el payaso’

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El metro de la CDMX inició una campaña contra el coronavirus. ´Que no te cargue el payaso’ insta a los usuarios a usar cubrebocas de manera obligatoria.

Para ello, payasos repartirán cubrebocas y gel antibacterial en ocho estaciones con alta afluencia de pasajeros.

“Los encargados de esta intrépida misión son los payasitos ‘Fresita’, ‘Skatiny’, ‘Sindy’, ‘Piñita’, ‘Sonrisitas’, ‘Pispirín’, ‘Bodoquito’ y Zapatón’, quienes estarán en las estaciones Pantitlán (Líneas 1, 5 y 9); Pino Suárez (Líneas 1 y 2); San Lázaro (Línea 1); Indios Verdes (Línea 3) y Cuatro Caminos (Línea 2)”, detalló en un comunicado.

La campaña se realizará de lunes a viernes de 7 a 12:00 horas y concluirá a final de mes.

Además de cuidar a los que viajan en el Metro, el medio de transporte tiene como propósito apoyar a este gremio de forma económica.

La Secretaría de Salud informó el miércoles que ya son dos mil 704 las personas fallecidas por el nuevo coronavirus SARS-COV-2 en México. Además, los casos confirmados ascendieron a 27 mil 634.

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La nueva normalidad

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Todos hemos estado leyendo o escuchando que después de esta crisis sanitaria las cosas no volverán a ser iguales, que nuestra normalidad cambiará.

En un principio, suponemos que será paulatino el regreso a la rutina, y aquí nosotros podremos tomar el ejemplo de otros países que estarán ya terminando el aislamiento, para retomar las mejores prácticas. Deberíamos observar y aprender de ellos, y así anticiparnos a los cambios.

Con toda certeza las cosas cambiarán, y sobre todo al principio; vendrá una explosión del e-commerce para la adquisición de muchos productos; al viajar por avión, además de las medidas de revisión por seguridad, ahora incluirán un sinnúmero de precauciones sanitarias; el turismo se reactivará a nivel regional en una primera etapa, y poco a poco a otros destinos; las reuniones, consejos, comités y juntas de trabajo en gran medida de manera virtual; inclusive podríamos pensar que aumentarán las consultas médicas remotas, y podría continuar con muchas más actividades que cambiarán.

pandemia coronavirus
Ilustración: El Mundo.

Un claro ejemplo que será diferente es lo que antes era una sencilla experiencia al acudir a una tienda a comprar algún artículo como una chamarra, un abrigo, un pantalón o unos lentes. Seguramente habrá control para el acceso a las tiendas –nos tomarán la temperatura–, desde el número de personas que puedan entrar hasta la utilización de cubrebocas y gel antibacterial. Probablemente no se aceptará efectivo, tendrá que haber control y desinfección de  los artículos que se pruebe un cliente y de todo lo que toque; en fin, podemos imaginarnos que lo que era una actividad cotidiana y simple, ahora será algo más complejo y que requiera cuidado.

Todo esto no nos debería preocupar, tendremos que ajustarnos y adaptarnos de buena manera y todos cooperando con la cordialidad y alegría que implicará regresar a nuestras actividades más sencillas, desde acudir a un centro comercial, a un restaurante, ir al cine, al boliche, a un bar o a jugar domino.

Nos debería preocupar que no tengamos pronto y de manera contundente establecidas las suficientes medidas para que se dé una sana recuperación de la salud y del empleo. La solución es que tengamos un Plan Nacional para que el país crezca de manera sostenida y sustentable. Ésta debería ser la preocupación y ocupación de todos.

Necesitamos pedirles a nuestros gobernantes y autoridades, a los partidos políticos, a nuestros organismos gremiales, a nuestras instituciones y a nuestro sindicato, tener pronto un plan, un gran pacto nacional cuyo objetivo sea recuperar nuestra salud, empleos y crecer.

En los últimos días hemos visto un enorme esfuerzo de parte del Banco de México, del Consejo Mexicano de Negocios y del Ejecutivo, pero desafortunadamente parece insuficiente, sobre todo porque no se ve un esfuerzo coordinado que abarque a toda la sociedad persiguiendo un mismo objetivo.

nueva idea y plan después del covid
Ilustración: Share America.

El Consejo Coordinador Empresarial (CCE) está organizando un gran pacto nacional para recuperar los empleos y el crecimiento del país. Este plan incluye 10 acuerdos fundamentales y 68 propuestas específicas. Es urgente que todos participemos y ayudemos a su implementación, lo importante es que actuemos todos coordinados. Cuando nos referimos a todos implica a los cuatro grandes sectores de nuestra sociedad: el público, el privado, el obrero y la sociedad civil.

El que logremos restablecer una nueva normalidad y que ésta tenga éxito y sea permanente, implicará que el pacto apoye a los que más lo necesitan, a los que perdieron su trabajo o su empresa, y a los que estuvieron enfermos.

Por esto es fundamental, por no decir vital, que todos estemos involucrados en un gran acuerdo que busque el bienestar de todos, y sólo lo lograremos recuperando la salud y los empleos.  Entre más pronto lo implementemos y pongamos a funcionar, será factible el regreso a una nueva normalidad.

En cualquier escenario que queramos ver o desarrollar, en cualquier acuerdo o pacto que se implemente, existe una constante para que regresemos a una normalidad que beneficie a todos y, de nuevo, a los que más lo necesitan, y ésta es que el país crezca de manera sostenida, y para que lograrlo debemos recuperar la confianza de nuestros inversionistas, de nuestros ahorradores, de nuestros consumidores, y de nuestra gente.


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