Opinión

El sonido del eufemismo

Lectura: 3 minutos

Se oye el bajar de las cortinas de metal de los negocios pequeños que pugnan por continuar en funciones. En el horario “normal” (el de invierno), la ciudad parece dormir, a eso de las 20:00, al menos en algunas colonias. Por la mañana, desde las 5:00, todo vuelve a la “nueva normalidad”: se oye el metrobús, mi edificio de agita por los camiones de carga pesada que pasan a unas cuadras… Pero se oyen también ambulancias, casi tantas como en mayo. Los sonidos revelan la funcionalidad, pero sabemos que no es así: son eufemismos.

Aparentemente todo ha cambiado y nada ha cambiado. Los que trabajan en negocios, platican con el cubrebocas a media asta en las afueras del local en lo que llega algún parroquiano (sinónimos de una protección y de una esperanza eufemísticas). Quienes trabajamos a distancia, seguimos silenciando el micrófono cuando pasa la camioneta con el pregón: “se compran colchones…”; algo que parece ser la música de fondo de todas las reuniones virtuales, todavía nos hace decir “perdón” y esperar unos segundos a que el ruido se aleje (eufemismo de un pretendido profesionalismo desde el hogar).

También se han sumado pregones nuevos. Recontados en redes sociales, los músicos de la legua del siglo pandémico –los que no tienen eventos sociales en dónde tocar su repertorio versátil– salen a las calles con bocina y pista a destantear a los vecinos que, al escuchar de lejos, no saben si se trata de una fiesta censurable, máxime en las cercanías de diciembre (eufemismo del desempleo).

sonidos de la calle Mexico
Imagen: Milenio.

Uno de esos pregones que se han sumado al ruido cotidiano reza: “Mami, mami, cómprame unos tamalitos de elote”. Otra hija secunda la moción y la madre asiente, diciendo: “está bien hijas, vamos por unos tamalitos de elote. Al fin sólo cuestan siete pesitos” (eufemismo de la pobreza). A fuerza de oírlo a diario desde la temprana tarde, no pude más que terminar detestándolo y analizando por qué todos los pregones de compra se dirigen primordialmente a las mujeres . “Señora, señorita, ya llegaron los bísquetes…” ¿Es que acaso los hombres no constituyen un mercado? ¿Es que las mujeres salen corriendo atrás de la bicicleta para que el “señor” no se moleste? Al mismo tiempo, echa en cara esta detestable costumbre de los diminutivos que tenemos en algunos países de América Latina: no porque sean “pesitos”, valen menos, aunque quizá el tamaño de los tamalitos no sea una pura fórmula de lenguaje. Malditos sean los eufemismos.

Otro sonido que se hizo más presente en nuestro encierro es la campana de la basura. Sus sempiternos ecos son un referente auditivo de esta ciudad. No obstante, el hecho de salir a trabajar nos sustraía de su esfera. Ahora es una marca de tiempo, un aviso, una convocatoria a encontrarse con vecinos que, igual que yo, salen arreglados de la cintura para arriba y ostentan un pantalón de estampado escandaloso, lo mismo que tenis o chanclas. Es decir, un eufemismo de la vestimenta laboral: esa coraza que hoy se convirtió en media armadura para los que no tenemos que salir a ser vistos de cuerpo entero.

colchones y fierro viejo que vendan
Imagen: El Sol de Toluca.

Sin duda, la pandemia nos ha hecho sensibles a muchas cosas. Ha visibilizado (y hecho audible) todo un mundo que teníamos soterrado en la prisa de salir corriendo a trabajar todos los días. Las comunicaciones de las “cifras oficiales” son un eufemismo: sabemos de la tapadera, de la minimización que se lleva a cabo para que la vida y la economía no se detengan, a pesar de que se lleven a muchos entre las patas. Medir el impacto de la pandemia en términos de la ocupación de camas es un eufemismo; quizá ninguno tan necio como el “semáforo naranja con alerta”, que eufemiza a un rojo solferino. Si eufemizar nos ha constituido culturalmente y nos ha hecho familiares con el habla en diminutivo, no creo que nadie esté conforme con que nos minimicen el número de muertos por la pandemia, ni el de desempleados, ni tampoco el nulo crecimiento de la economía con discursos “tranquilizantes” cada mañana. Son eufemismos, en el mejor de los casos. Crímenes en el peor. ¿Podremos con el eufemismo de la “nueva normalidad”?


También te puede interesar: Tragando camote.

Dos asuntos de gran relevancia en Salud

Lectura: 7 minutos

El primero, la evolución de la Covid-19 en México. El viernes pasado el señor presidente en su acostumbrada conferencia de las mañanas destacó que el manejo de la pandemia estaba siendo muy exitoso y que comparado con otros países íbamos muy bien, todo como consecuencia de una nota de El País en que se le criticaba; debido al origen del periódico, aunque ahora hay una versión mexicana, criticó e incluso hizo burla del manejo de la Covid-19 en España, todo muy a su estilo entre chanzas y veras. Al día siguiente en la conferencia vespertina, utilizada para emitir resultados del control de la epidemia, no lo hizo el subsecretario López-Gatell, se dijo que los resultados a últimas fechas eran muy buenos, que la letalidad había bajado considerablemente y que los hospitales se mantenían en rangos de ocupación que permitían la atención de los enfermos. 

Me permití hacer un ejercicio para analizar lo sucedido a últimas fechas y me encontré con datos muy interesantes y que no concuerdan con lo emitido ni por el presidente ni por la Secretaría de Salud. Revisé lo sucedido entre el 22 de octubre y el 22 de noviembre, el día más reciente en que los datos de los diferentes que tomé como muestra estaban todos disponibles en las plataformas que consulté: Datosmacro y COVID-19 Stats. En Europa enfrentan una nueva segunda ola de la enfermedad después de un par de meses en que la frecuencia había disminuido, están ante un rebrote, la mayoría de los países han podido enfrentar esta segunda etapa de una mejor manera con letalidad menor y una mortalidad por millón de habitantes probablemente menor que en la primera etapa, son excepción a esto Bélgica y la República Checa que obtienen muy malos resultados; llaman la atención los resultados obtenidos por Suecia y Noruega y aún por el Reino Unido que consiguen disminuir sus índices de letalidad y tienen un reducido número de fallecimientos.

salud en europa

En América resaltan los malos resultados en Argentina, que en el periodo de tiempo que analicé incrementó su letalidad (de 2.7% a 2.85%) y tuvo un alto número de fallecimientos, en Perú, Chile, Bolivia, Ecuador, Guatemala y Brasil los fallecimientos por millón de habitantes fueron menores que en otras áreas del continente y en la mayoría de ellos se disminuyó el índice de letalidad, cosa que no sucedió ni en Chile ni Bolivia; en Estados Unidos la letalidad disminuyó considerablemente (de 2.10 en todo el periodo a 0.88%) el número de fallecimientos por millón fue de 104. En México la letalidad se mantiene muy alta, 8.2% y existen también un elevado número de fallecimientos por millón, estos datos pueden tener dos explicaciones: una, que al no realizarse la búsqueda de casos, el número de enfermos y asintomáticos es bajo y, por lo tanto, el denominador baja y la letalidad aumenta artificialmente; la otra, es que los resultados del tratamiento en los hospitales no esté siendo la mejor, probablemente una mezcla de estos factores es lo que está sucediendo.

salud en america

Como colofón, el pasado lunes Bloomberg publicó una escala de resiliencia ante el Covid-19 entre 53 países, escogieron estos entre los que tienen economías mayores a los 200,000 millones de dólares, mide la respuesta ante la epidemia, y midieron –entre otros los casos– por 100,000 habitantes en el último mes, la tasa de letalidad en el último mes, las muertes por millón a lo largo de la pandemia, la severidad de los confinamientos que se realizaron, la proyección de crecimiento del PIB en 2020 y lo que llaman el índice de bienestar humano (expectativa de vida, acceso a la educación e ingreso per cápita). En esta clasificación México ocupa el sitio 53 de los 53 países estudiados; es probable que el sistema de evaluación no sea perfecto, pero intenta hacer una evaluación. En tanto nuestro primer mandatario sigue sin usar el cubrebocas. La esperanza es que parece que la vacunación puede estar cerca, que el gobierno mexicano, no la Secretaría de Salud, ha hecho trámites para obtenerla rápidamente y que México tiene una gran experiencia en vacunación y los éxitos son muy posibles.

El segundo asunto al que me referiré es sobre los Consejos de Certificación de especialidades médicas: estos surgen en México a imagen de lo que venía sucediendo desde antes en países como Estados Unidos y el Reino Unido, ante la necesidad de garantizar a la sociedad que los médicos que la atienden cuentan los conocimientos necesarios. La vigencia del conocimiento en medicina es breve, afortunadamente surgen con mucha frecuencia cambios que modifican los posibles resultados ante los problemas de los enfermos; desde hace años se ha fijado, quizá un poco artificialmente, en cinco años, con esto se marca que en este tiempo sufren cambios notables. Es cierto que el médico tiene como responsabilidad fundamental mantenerse vigente en los conocimientos, cuando menos, del área que maneja. Los Consejos surgen intentando colaborar en la calidad de la atención médica. En 1985 surge el primero de ellos, el Consejo Mexicano de Médicos Anatomopatólogos, a lo largo de los años 70 se establecieron la mayoría de ellos y actualmente funcionan 47; paulatinamente fueron adquiriendo prestigio y obtuvieron un lugar avalando la vigencia de los conocimientos de los médicos a los que certificaba.

A principios de los 90 el Dr. Jesús Kumate, entonces Secretario de Salud, promovió la creación de una instancia que supervisara el funcionamiento de los Consejos, se creó El Consejo Normativo de Especialidades Médicas que parte de la Academia Nacional de Medicina y de la Academia Mexicana de Cirugía, y es el encargado de otorgar la idoneidad a los Consejos y lo hace de manera continua. El certificado del Consejo se volvió necesario para ejercer adecuadamente, los profesores de los cursos de especialización requieren tener un certificado vigente, los cursos requieren el aval de los consejos; los hospitales para obtener la certificación por parte del Consejo de Salud necesitaban que los médicos que laboran en él estén certificados. Siempre han tenido enemigos, generalmente algunos médicos que mencionan los altos costos de la certificación y recertificación convirtiéndose en una fuente ingresos para unos cuantos, además de aducir que los Consejos toman un lugar que debe tener sólo el Estado, otros argumentan que es un mecanismo centralizado, dado que casi todos están establecidos en la Ciudad de México.

Dr Jesus Kumate
Dr. Jesús Kumate Rodríguez ,​fue un médico y político mexicano (Foto: Luz Noticias).

Hay que mencionar que los costos de la certificación y de la recertificación en los Consejos tiene un costo que va de $3,000 a $13,000 con un promedio de $5,500, que en la mayoría de los casos apenas alcanzan a cubrir los gastos de funcionamiento que la elaboración y realización de las evaluaciones conllevan, que en todos los casos las directivas cambian periódicamente y que los que terminan no tienen ganada una recertificación automática, sino que regresan a todos los compromisos de sus colegas; si algún consejo no ha cumplido a plenitud sus funciones es sólo responsabilidad de ese Consejo y sólo compartida con el CONACEM que no ha realizado su labor de vigilancia a plenitud. Que son parte de la Sociedad Civil y que de ninguna manera intentan tomar funciones del Estado que son las universidades las que expiden el título de especialidad y la Dirección General de Profesiones la que emite la cédula profesional, y que los Consejos avalan la vigencia del conocimiento.

El caso es que algunos de los que se oponen consiguieron ser escuchados y en el Poder Legislativo se intenta modificar la Ley General de Salud para quitar al CONACEM y a todos los Consejos en su papel coadyuvante en la búsqueda de calidad en la atención. Los disidentes consiguieron ser escuchados en el Senado de la República y la Comisión de Salud aprobó una propuesta de modificación de la Ley General de Salud en la que los Consejos pierden su papel desautorizando y deshabilitando la certificación y la recertificación de la vigencia del conocimiento. Entre los miembros de la Comisión de Salud que aprobó el Dictamen del que hablamos había cuatro médicos, todos de Morena, el presidente Miguel Ángel Navarro Quintero, un ginecólogo obstetra egresado del CH “20 de Noviembre” del ISSSTE, que ha tenido una larga carrera política en el Poder Legislativo en diferentes instancias de salud en su estado natal; Ántares Vázquez, dermatóloga egresada del Hospital General de México, con una productiva y larga carrera, académica, docente y política; Margarita Valdés Martínez, surgida del sindicato del IMSS; y Américo Villarreal egresado de la Universidad La Salle, hijo del gobernador de Tamaulipas del mismo nombre del Partido Revolucionario Institucional; me extraña que ellos hayan aprobado el dictamen porque conocen el valor de los Consejos, especialmente Miguel Ángel Navarro y Ántares Vázquez. Sin embargo, lo que puede suceder es que todos se sitúan en la acera de evitar la participación de las organizaciones de la sociedad civil que tiene su líder partidista y nuestro presidente.

Pero podemos estar tranquilos porque otro miembro de MORENA, también miembro de la Comisión de Salud, Jesusa Rodríguez, también la aprobó. Parece ser que el dictamen fue aprobado por el pleno del Senado, por lo que pasará a la Cámara de Diputados, donde esperamos que no prosperé. El pasado 24 de noviembre, Onofre Muñoz, presidente del CONACEM, mandó a los presidentes de los Consejos un mensaje tranquilizador en el que menciona que los Consejos conservan sus funciones.

Me extraña que tanto Onofre Muñoz como su asesor jurídico Marco Stéfano no se hayan percatado que se pierde la principal función y la que da origen a su creación, que es la de certificar la vigencia de los conocimientos. Hoy se lleva a cabo el cambio de Mesa Directiva de la Academia Nacional de Medicina, toman posesión como presidente José Halabe y como vicepresidente Germán Fajardo, ambos expresidentes de sus consejos respectivos, Halabe del de medicina interna y Fajardo del de otorrinolaringología; esperamos un mensaje orientador y tranquilizador en este dilema en el que nos encontramos.


Referencias:
– Economía, Macroeconomía, Grupo Expansión: datosmacro.expansion.com
– Coronavirus Official Data: epidemic-stats.com
– Dictamen de las Comisones unidas de Salud y Estudios Legislativos por el que se reforma el artículo 81 de la Ley general de Salud.
– Circular del presidente de CONACEM a los presidentes de los Consejos de Especialidades Médicas.


También te puede interesar: Un nuevo libro de Leonardo Padura.

Las Paredes Gritan: Hola general. ¡Bienvenida… la impunidad!

Lectura: 4 minutos

El miniproceso gringo

De un maxiproceso judicial surgido en Estados Unidos, esta semana pasamos a un miniproceso judicial con la liberación del general Salvador Cienfuegos. El asunto es complejo. Antes de referirnos a su liberación, reflexionemos sobre lo que sucedió.

En una semana el general Salvador Cienfuegos, se declaró primero inocente para después manifestarse culpable. ¿Es culpable o inocente?… NPI.

¿Cuáles son las pruebas que tiene Estados Unidos? ¿Qué tanto aportarían para combatir el narcotráfico?

El exsecretario de la Defensa Nacional durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, se declaró “no culpable” de los cuatro delitos sobre el narcotráfico que le imputó la Fiscalía de Estados Unidos. Después pidió aplazar el inicio de su juicio para declararse culpable.

Dice Carmen Aristegui: “El juez federal leyó los cargos que se le imputan, tres por conspiración relacionada con tráfico de drogas y uno por lavado de dinero. ‘No culpable, su señoría’, respondió la defensa cuando se le preguntó su posición frente a las acusaciones. De esa manera se daba paso formal al primer juicio en contra de un militar mexicano exsecretario de la Defensa Nacional” (Aristegui Noticias, 07/XI/2020).

Su orden de aprehensión tenía ya un año de haberse girado. Y los delitos son varios: fabricación, distribución, importación de marihuana, cocaína, heroína, metanfetamina y lavado de dinero.

Cada vez era más complicado alegar su inocencia.

cienfuegos impunidad
Imagen: Rictus.

Su defensa, una semana después, pidió al juez aplazar el inicio de su proceso. La defensa y la parte acusadora señalaron que están en negociaciones para resolver el caso sin necesidad de un juicio, lo que implicaría que Cienfuegos Zepeda se declare culpable” (Animal Político, 13/XI/2020).

Solicitaron al juez Steven M. Gold, de la Corte del Distrito Este de Nueva York, una prórroga para negociar su declaración de culpabilidad.

El general Cienfuegos fue arrestado el jueves 15 de octubre. El 5 de noviembre se declaró “no culpable”. El 18 de noviembre iniciaría su juicio… ¡Pero ese día lo liberaron!

Él y su defensa pedían que hasta ese día iniciara el período de 70 días que tiene la fiscalía para reunir las pruebas en su contra. Su defensa estaba a cargo del despacho Sapone & Petrillo LLP y de los abogados Edward V. Sapone y Michael Vitaliano.

Los defensores pedían eso para negociar su declaración de culpabilidad. Pero… ¡En ese momento apareció Marcelo Ebrard!

El caso del general Cienfuegos no es el único. Hay muchos otros. Está el de Genaro García Luna, Cárdenas Palomino, Édgar Veytia y Ramón Pequeño, entre otros abiertos en Estados Unidos en contra de capos y exfuncionarios mexicanos.

Si el maxiproceso judicial fuera en serio, quizá se hubiera logrado aplicar en contra de decenas o centenas de personajes ligados a la corrupción y la criminalidad.

Pero eso era un sueño. Hoy sólo tenemos un miniproceso.

Hay que resaltar que todos los mencionados antes, llegaron a la misma Corte, con el mismo juez que procesó a Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, símbolo del poderoso cártel de Sinaloa.

El Chapo Guzmán fue identificado como el principal traficante de drogas en México hasta su extradición, en 2017, a Estados Unidos. Por eso lo buscaban los gringos.

Si ésa era la lógica de las detenciones y el procedimiento que seguirían las autoridades norteamericanas, habríamos llegado al famoso maxiproceso.

Pero eso ya no será así.

impunidad 4t
Imagen: Fer.

El maxiproceso

“Un maxiproceso involucra la acción de la policía, de las fiscalías y, por supuesto, de los jueces para procesar, digámoslo así, masivamente, a personas bajo la lógica de su pertenencia a estructuras o vínculos criminales organizados, no como casos individuales. El juicio a El Chapo Guzmán parece ser desde el cual se desprenden las imputaciones a los exfuncionarios mexicanos que hoy están en la picota” (Aristegui Noticias, Ibid.).

En Estados Unidos no sólo se detienen a los capos, sino también a exfuncionarios de muy alto nivel del gobierno mexicano. Claro, hasta que no surgen las quejas diplomáticas para impedirlo.

¿Qué tan grande pudo llegar a ser este maxiproceso? ¡Enorme! Ese asunto ahora es una historia inconclusa.

Hay muchos otros nombres que están apareciendo. En la lista ya estaba Luis Videgaray. La FGR ya señaló a Peña Nieto como “traidor a la patria”. Y Emilio Zebadúa, ex Oficial Mayor de Sedesol y Sedatu, se acercó a la FGR para buscar su “criterio de oportunidad”… O de impunidad.

Muchas preguntas siguen en el aire. Hay muchos otros funcionarios implicados.

De haberse seguido este mismo camino, aparecerían un lago listado de triangulaciones. Un largo listado de financiamientos a las campañas políticas. Y una lista enorme de funcionarios corruptos.

Para que ese maxiproceso funcionara se necesitaba de una compleja estructura institucional entre Estados Unidos y México. Pero México, por “cuestiones diplomáticas”, decidió darle la espalda. “Es mejor que piensen que gobernamos a gobernar”, se ha de haber dicho Marcelo Ebrard.

Salvador Cienfuegos quedó libre en Nueva York y regresó a México sin cargos en su contra. ¿La FGR lo detendrá? Lo dudo mucho. AMLO lo dijo directamente: “En el caso de Cienfuegos está el prestigio del Ejército”.

Pos ya qué más.

impunidad ejercito
Imagen: El Universal.

Las razones políticas

Retira Estados Unidos cargos a Cienfuegos para que lo investigue México. ¿Neta? Dice AMLO: “¿Por qué confiar en juez o fiscal en Estados Unidos y no en México?”. La respuesta es sencilla: tenemos un sistema judicial muy corrupto. Sobran los ejemplos.

Marcelo Ebrard aseguró que Cienfuegos fue liberado en Nueva York y que llegará libre a México. No es impunidad, se llama “Diplomacia Política”.

Y el dignísimo priista Miguel Ángel Osorio Chong, declaró: “Es un logro de nuestras fuerzas armadas y nuestro país… Cienfuegos habrá de probar su inocencia”.

A ver qué dice Gertz Manero.

La Cueva del Delfín

Peña Nieto, con una bolsa de palomitas disfrutó mucho de la mañanera. “Qué buena solución de AMLO”, pensó. Y salió a comprarle otro anillo a su novia.

¡Vientos huracanados!, si no me mandan a liberar a García Luna nos veremos por acá la próxima semana.


También te puede interesar: Las Paredes Gritan: En elecciones. No importa ganar. Importa no perder.

De la imaginación a la permanencia

Lectura: 4 minutos

Así como en nuestro interior se conserva la parte más primigenia que es la percepción o el mundo de las sensaciones, es decir, que antes de tener la idea como principio motor del homo sapiens, el ser fue capaz de sentir emociones y reaccionar frente a ellas. Esto me lleva a la reflexión de que, en la evolución milenaria de nuestro recorrido por la Tierra, lo que nos separó o, mejor dicho, con lo que nos comenzó a diferenciar del resto de los seres vivos, fue cuando por medio de las habilidades se lograron las primeras representaciones de los sentimientos. La abstracción emocional dio al ser la capacidad de sentir por medio de los objetos que el día de hoy sin distinción alguna los llamamos indistintamente arte. Este tema es de enorme profundidad, digno de ser analizado por cualquiera las disciplinas del conocimiento humano, lo que para una nota breve como ésta es prácticamente imposible.

Mi interés se encuentra por ahora concentrado en comprender que esta manera de la producción desde que inició hasta nuestros días no se ha detenido, no importa si contemplamos lineal o multidimensionalmente la historia conocida de nuestros ancestros y de nosotros mismos, debido a que la transmisión o la herencia ha permanecido concatenada en las diferentes generaciones. Estas maneras o manifestaciones que por el momento llamaremos “arte”, se han dado no necesariamente por la transmisión de conocimiento o métodos, también de muchas otras formas, a veces inexplicables, se producen en las mujeres, y en los hombres, aparentemente de forma espontánea, a lo que llamamos comúnmente “talento”, porque somos capaces de generar emociones o comunicar sentimientos por medio de expresiones corporales o distintos objetos. Así, este fenómeno o acto creativo se debe a nuestra herencia histórico-genética y que a partir de nuestra práctica cotidiana existe el eslabón creativo que nos relaciona directamente por la vía de las de las percepciones al conocimiento de nuestro universo interno, conectándonos en tiempo y espacio con el resto del cosmos.

arte Autorretrato Kena
“Autorretrato Kena”, de Arturo Rivera.

Es por esto que estoy convencido de la importancia que el arte contiene y da a la vida humana, que los medios a través de los que se producen estos actos son a veces los propios materiales tanto físicos como espirituales, no se requiere de ir muy lejos, se obtienen de tomar elementos cercanos, tan cercanos como es posible, su transformación depende de la capacidad de cada grupo o individuo. No importa cómo hoy dividamos las disciplinas artísticas, todas igual de importantes y complementarias entre ellas, lo que resalta es la inminente necesidad del legado del alma. Se trata de construir, colocar y contribuir con lo que antes no existía y ahora puede permanecer en el imaginario colectivo.

Sarcásticamente el decimonónico economista Keynes (1883-1946) escribió “todos en el largo plazo esteremos muertos”, seguramente toda su generación lo está, sin embargo, hoy nos contamos más de siete mil millones de habitantes. ¿Cómo es posible esto? Hoy somos un número inmensamente mayor a la suma total de muertos en toda la historia humana, tal vez Keynes consideró el largo plazo como el fin de la humanidad, el cual continúa siendo impreciso, prefiero la frase del físico Stephen Hawking cuando le preguntaron acerca de su libro Breve historia del tiempo, cuál era el límite del largo plazo, a lo que él respondió, “mientras exista vida, habrá esperanza”.

De la misma manera, mientras la creación artística no se detenga, tenemos esperanza de permanecer conectados con esa parte primigenia y actual de la creación.

Sirvan estas reflexiones para comprender que destacados artistas en las diversas disciplinas del mundo han dejado de respirar, de latir sus corazones, de no acompañarnos más con su existencia, pero que dentro de esos miles de millones de seres humanos han dejado profunda huella con sus obras, firmes pilares de la construcción histórica.  

Adan y Eva segun Rembrandt
“Adán y Eva según Rembrandt”, de Gilberto Acevez Navarro.

En nuestra comunidad inmediata durante estos últimos meses o escaso un año, han fallecido entrañables creadores tanto de las artes como de la ciencia; iniciaré con mi amigo de aventuras el cineasta Gabriel Retes (1947-2020), el pintor Arturo Rivera (1945-2020), el pintor y escultor Manuel Felguérez (1928-2020), el escultor Pedro Cervantes (1933-2020), el escritor Sandro Cohen (1953-2020), y el cantante Óscar Chávez (1935-2020); con cada uno de ellos mi vida estuvo relacionada, distintas edades, diferentes periodos. A poco más de un año de distancia mi amigo el pintor Gilberto Aceves Navarro (1931-2019) y a muy poco tiempo Francisco Toledo (1940-2019). De los científicos destacan Guillermo Soberón (1925-2020) y el modesto Premio Nobel en Química, Mario Molina (1943-2020).

Ahora bien, podemos recordar de G.W.F. Hegel (1770-1831) sus reflexiones acerca del arte que esclarecen de manera definitiva el tema de este artículo, sobre todo cuando afirma:

De manera general el fin del arte consiste en tornar accesible a la intuición, lo que existe en el espíritu humano. La verdad que abigarra el hombre en su interior, lo que mueve el corazón y agita el espíritu. El arte sirve para despertar en nosotros el sentimiento y la conciencia de algo más elevado.

Del mismo modo considero que este pensamiento hegeliano engloba no tan sólo la idea del arte como la conocemos ahora, sino también envuelve el pensamiento científico.

Umberto Eco (1932-2016) diría que en el quehacer de los artistas o de los creadores, en cada obra está su propia vida, es decir, su personalidad, “su experiencia concreta”, su espiritualidad, entre otras manifestaciones.

En ese sentido, todos los artistas que mencioné y los que quedan implícitos e implicados en estos renglones por la trascendencia de sus actos, no debe preocuparnos, mi juicio o mi impulso por defender en cada uno de ellos la importancia de sus trabajos no depende de mí ni de nadie, sino de todos y que por sus obras sean recordados.


Nubes que tienen dueño, riesgo soberano en el almacenamiento de datos digitales

Lectura: 4 minutos

Gaia. Como la diosa madre. Así le han llamado. Con plena conciencia, ni para qué dudarlo, de que se recupera, en el apelativo del proyecto, el de la diosa primigenia. 

Gea, también nombrada así. La madre de todo lo que después del caos emerge.  Gaia/Gea, representación última y primera, a un tiempo, del nuevo comienzo de las cosas, del surgimiento de un orden mínimo donde lo que está por venir encuentra condición de posibilidad.

Gaia X es el nombre con el que la Europa unida cifra uno de sus proyectos tecnológico-digitales más ambiciosos: contar con una Nube propia para resguardar los datos de sus instituciones y ciudadanos.  

Esa información, sensible y estratégica a cuál más, se encuentra hoy mayoritariamente al resguardo de grandes plataformas como Google, Microsoft, Amazon, las tres norteamericanas, o Alibaba, que oferta su servicio desde China.

Datos bancarios, récords de salud, intercambio de mensajes entre gobiernos, y un sinnúmero más de datos se hallan bajo el cuidado de estos gigantes cibernéticos.

datos gaia x
Imagen: Panorama Audiovisual.

Si no fuera real, costaría trabajo pensar, empero, que incluso el órgano ejecutivo, el gobierno de la Unión Europea, tiene sus datos en estos también llamados centros de hiperescalamiento, también llamados “servicios en la nube”.

La pandemia, de proporciones globales, sí, pero de impactos locales, también, ha venido a asentar, aún más, un principio básico: datos y soluciones a los problemas caminan férreamente de la mano.

Si el primer tramo de la Era digital dibujó en su centro a la información como el elemento, a un tiempo, dislocador y organizante de la nueva realidad, hoy los datos ocupan ese sitio.

En buena medida, justamente, en ello recae el paso entre la tercera y la cuarta Revolución Industrial.

Mientras la tercera, surgida a mediados de los noventa, señaló a la información como la pista sobre la que debían repensarse herramientas y procesos, la cuarta, en plena marcha en el presente, obliga a dirigir la mirada hacia los datos.  

Leerlos de modo correcto se torna así en la condición superior para cifrar cualquier intento de compresión de los fenómenos multifactoriales y ampliamente interrelacionados que nos rodean.

En una mirada de Longue durée, resulta más que ilustrativo plantear el tránsito entre las cuatro revoluciones industriales apuntando la mirada hacia lo que fue el combustible esencial de cada una de ellas.

datos abiertos
Imagen: Matt Chinwort.

El vapor para la primera; los combustibles fósiles para la segunda; la información (puesta en computadoras y en el Internet) en la tercera; y, finalmente, hoy, la cuarta, en la que Inteligencia Artificial, Fintech, Internet de las cosas, Blockchain, se soportan sobre la base de los datos, de su calidad, oportunidad, robustez y pertinencia.

Cualquier ruta que menosprecie o relegue aquello que entre los datos reluce, estará condenada a un trazo entre palos de ciego o el caminar en círculos; cuando no, el abierto extravío.

De ahí que el asunto sobre quién posee esos datos, dónde los almacena, bajo qué medidas de seguridad, de acuerdo con la legislación de qué país, se torne en un asunto que rebasa lo meramente cibernético, para insertarse en la lógica de la seguridad soberana.

Unas semanas atrás, el presidente francés, Emmanuel Macron, hablaba de “un tener peso por nosotros mismos”, aludiendo a la Europa unida, y a sus acciones en materia de tecnología digital.

En lo que fue una larga charla con la revista Le grand continent, Macron hace énfasis sobre la idea de “autonomía tecnológica y estratégica”, como pivote de la capacidad para que Europa, dice, sea capaz de “construir sus propias soluciones”.

Si dependemos de las tecnologías norteamericana o china, aseguraba el mandatario francés, “no podemos garantizar a los ciudadanos europeos el secreto de la información ni la seguridad de sus datos privados”.

Tan importante es ello, como lo que concierne, a la manera en que en la actualidad se escurren, territorialmente hablando, responsabilidades jurídicas.

datos digitales
Imagen: Andrei D.

Macron lo planteaba en estos términos, “Europa debe ser capaz de proporcionar soluciones en materia de ‘cloud’; de lo contrario, sus datos se almacenarán en un espacio no sujeto a su derecho, que es la situación en la que nos encontramos”.

De cara a la complejidad del presente y a la necesidad de replantear las rutas preconcebidas hacia el futuro común, los datos tienen, pues, un valor incalculable e insustituible.

Insumo preciadísimo, no es que de quien sean los datos y los sepa organizar y descifrar, será el futuro; pero casi.

De naturaleza titánica, la Europa unida no ha podido elegir mejor resonancia onomástica para pensar en su cloud que Gaia.

Cuenta Georg Jünger acerca esta diosa de cuyo vientre todo volvió a iniciar, Homero la llamaba la Gloriosa y también la que dispensa frutos y vida.

El poder de Gaia, advierte Jünger, abarca lo lumínico, pero también lo subterráneo. Indagadora de lo que está en el orden del cielo, tanto como de lo que está enterrado. Figura tutelar a la le rinden culto los magos y los buscadores de tesoros.

Tesoro inestimable para el presente del futuro, son los datos. No pueden tener mayor dueño que lo público.

Como las nubes; así.


También te puede interesar: Pensamiento creativo y ciencia de los datos en la Era digital.

El relato de los días

Lectura: 4 minutos

Llegó a la casa, dio unos pasos y sintió algo raro detrás suyo, se dio la vuelta para mirar y vio dos gotitas negras, dio dos pasos más y se volvió a dar vuelta y volvió a ver dos gotitas negras. Iba dejando un reguero de gotitas negras, se asustó. O estaba herido y no se había dado cuenta, e iba dejando gotitas de sangre negra, pensó. O peor, perdía aceite, como los coches, lo que era peor porque él no era un coche. ¿Qué parte de su mecanismo desconocía de sí mismo que llevara aceite, si era una persona?, a las personas no se les pone aceite. Volvió a caminar y a dejar atrás dos gotitas negras, y dos pasos más y dos gotitas negras más. Entonces se congeló en el lugar, se dio cuenta lo que podía pasar, lo que había pasado tantas veces en las películas. Lo estaba siguiendo cabeza abajo, a la altura de él, desde el techo, un monstruo que podía caminar al revés y despedía ese líquido negro, pero cuando miró no vio a nadie.

relato de los dias
Imagen: Joey Guidone.

No, no era eso. Caminó hasta la cocina ya con las gotitas negras haciendo un reguero atrás de él, y él acostumbrado. Fue hasta la heladera, cuando giró la cabeza para abrir la heladera, algo le hizo ruido en el cuello. Un crac-crac, pero como más mecánico. Se sorprendió de nuevo, tan contracturado estaba que le hacía un crac mecánico el cuello. Sí, estaba contracturado, pero no podía ser tanto. Fue hasta el baño, de nuevo giró mal la cabeza y de nuevo le hizo crac-crac el cuello, de modo metálico. ¿Qué sería? ¿Qué andaba mal? De inmediato se puso frente al espejo del baño, se agarró la oreja y se la empezó a girar toda para atrás. En un momento el pabellón auditivo se puso colorado, pareció que se iba a salir, que se iba a arrancar la oreja de un tirón, y fue en ese momento, desde la oreja, que le vino un crac y un mecanismo se destrabó.

Ahora sí, se dijo, y luego de un crac-crac-crac-crac empezó a girar la oreja que se movía con una rueda, y de la parte del medio de la cabeza se empezó a asomar una hoja. Más crac-crac-crac y la hoja de escribir que le salía de su cabeza escrita y legible empezó a subir, cuando estuvo hasta la mitad de sí misma, fue que miró, la escritura estaba manchada de tinta. Ahí se dio cuenta lo que pasaba, el relato que se estaba escribiendo en esa hoja, el relato que llevaba a la calle, el relato que formaba su realidad, el relato con el que se movía como si fuera la verdad, ese relato tenía problemas de tóner. Se tocó atrás, la espalda, donde generalmente nos agarra tensión, metió los dedos en la piel justo arriba de la cintura, al costado derecho, como si se fuese a arrancar la piel, y cuando tiró salió junto con ese pedazo de piel, una palanquita para atrás, la tiró para atrás hacia abajo, y desde la espalda baja, entre la espalda baja y los espinales, se abrió para afuera un compartimento largo que la cubría toda su espalda; quedó colgado, metió la mano hacia atrás, y sacó el tóner del tamaño de todo el ancho de la espalda.

en la cabeza de un escritor
Imagen: Joey Guidone.

Lo puso frente a sus ojos, lo miro, se había agotado, manchaba tinta. ¿Cuánto había hablado que se le acabó el tóner? Un tóner por día. ¿Tanto hablaba? Claro, hablar no era gratis, costaba un tóner. Dejó ese tóner en el mueblecito del baño, sacó uno nuevo, se lo colocó, trabó, tiró para adentro, y después se pasó la mano por la parte baja de la espalda, tersa, la piel perfecta, el tóner había calzado bien. Volvió a mirar de frente al espejo, volvió a mover la oreja, crac-crac-crac, y sacó la hoja por completo. La arrugó con las dos manos y la tiró a la basura. Eso hacía con su relato siempre al final del día, se lo sacaba de la cabeza, lo hacía un bollo y lo tiraba. Digamos que ese movimiento era como un movimiento de mucha autocrítica.

Después, del mismo mueblecito sacó una hoja totalmente en blanco, la calzó en la cabeza, y desde la oreja que giraba la empezó a calzar, crac-crac-crac-crac, hasta meterla completa y hacerla desparecer.

Ahí estaba, la hoja en blanco, el nuevo día, el relato que iba a construir para salir al otro día a contarle el relato de sí mismo al mundo. “Los días son hojas blancas”, eso  pensó, y luego se fue a dormir.


También te puede interesar: La mujer que tenía muchas palabras adentro y otros relatos.

Una “vacuna” contra los suelos degradados

Lectura: 3 minutos

El suelo degradado en la Ciudad de México sigue enviando señales sobre la necesidad de buscar nuevas fórmulas de transformación urbana. Es decir, promover un plan estratégico a largo plazo para reciclar la ciudad y renovar la funcionalidad de su estructura territorial para generar bienestar en las comunidades.

Recientemente sostuve una plática con uno de los ingenieros más notables de México, David Serur Edid –creador de los segundos pisos y quien por años ha impulsado la visión de hacer ‘ciudad en la ciudad’–, y me decía: “Una ciudad es similar a un cuerpo humano, necesita medicarse continuamente para mantener y mejorar un nivel de aceptación en función del tiempo y el espacio. Y, además, es muy importante tomar en cuenta a los habitantes y valorar su territorio. Quien no pierda este enfoque urbano tendrá una ciudad con altos estándares de calidad de vida, funcional, regenerada y moderna”.

Es una tendencia generalizada que hoy sólo tenemos identidad a un barrio por haber nacido ahí o por haber vivido tiempos importantes, pero no porque se haya renovado o sea más funcional.

Actualmente, la pandemia por el COVID-19 obliga a diseñar conceptos más integrales sobre la gestión sostenible del suelo urbano, a conjuntar estrategias sobre los recursos naturales y la funcionalidad de los territorios. Ya no basta sólo con crear más vivienda o renovar banquetas, sino cómo establecer un modelo de desarrollo humano, saludable con su entorno ecológico y sólido económicamente. Y en esta misión deben participar los tres órdenes de gobiernos (federal, estatal y local), iniciativa privada, universidades, ONG, comunidades y gremios vinculados al crecimiento urbano.

degradacion urbana
Imagen: Barry Bruner.

En este sentido vale citar el caso de Bilbao, que pasó de ser, en menos de 20 años, una urbe decadente, insegura, con industrias tradicionales altamente contaminantes, y dio un gran paso para reciclarse y convertirse en una ciudad ejemplo a nivel mundial, resaltando su arquitectura, la cultura, la convivencia y el desarrollo económico.

Similares fórmulas de reciclaje urbano se han desarrollado con éxito en Barcelona, París, Curitiba, Bogotá, Quito, Lima, Shanghái, Singapur, Nueva York y Buenos Aires, entre otras.

En 2001, un proyecto de regeneración del corredor Reforma-Juárez-Zócalo, revitalizó a la Ciudad de México, se modernizó y se promovió la inversión pública y privada a gran escala. Hoy es un punto de identidad del México moderno. Otros ejemplos son la transformación del corredor Masaryk, en la zona de Polanco, así como el desarrollo del llamado “nuevo Polanco”, entre otros.

A inicios de este año, el gobierno de Claudia Sheinbaum, lanzó un ambicioso plan de reactivación económica de la CDMX y lo centró en un esquema de regeneración urbana: remodelación de la zona industrial de Vallejo con el proyecto “Vallejo I: Industria e Innovación (una versión mexicana de Silicon Valley). En esta zona que por más de 20 años enfrentó la obsolescencia urbana, hoy ese territorio será sede del Centro de Desarrollo e Innovación Tecnológica. De hecho, en la misma zona se creó una planta de fabricación y distribución de medicamentos de Grupo Neolpharma.

Dicho plan, que abarca hasta el 2021, proyecta obras de infraestructura educativa y social; infraestructura para la salud (con dos hospitales y un centros de salud); creación de seis parque lineales y la rehabilitación del Parque Ecológico de Xochimilco; obras viales; modernización de las línea 1, 2 y 3 del Metro; reconstrucción y edificación de viviendas; infraestructura hidráulica; revitalización integral del Centro Histórico; renovación de la Feria de Chapultepec, y un proyecto para el aprovechamiento de los residuos urbanos y de la construcción.

residuos urbanos
Imagen: @beachomatic.

Sin duda, son avances importantes de una estrategia de actuación para la transformación socioambiental del suelo degradado, y se hace en un esquema de unión público y privado.

Este tipo de acciones le permitirá a la comunidad buscar puntos de reunión e identidad a través de nuevas obras, con proyectos integrales de paisajismo o parques comunitarios, en la restauración de edificios antiguos, con ferias, estaciones del Metro remodeladas y con oferta cultural, pequeños predios con obras artísticas, espacios religiosos recuperados, deportivos, recreación, redes de ciclopistas, mercados de noche y la limpieza urbana –que no está peleada con la pobreza–, ya que las diferencias sociales marginan a las persona.

Aún queda pendiente un trabajo mayor de regeneración urbana en las zonas oriente y suroriente de la ciudad. En esas regiones falta fortalecer la cohesión y la estabilidad social, pues se trata de comunidades marginadas.

Las ciudades que se transforman o se reciclan ayudan a reafirmar la permanencia de sus habitantes en sus territorios.


También te puede interesar: Tabasco: planes truncados, descoordinación e incompetencia.

El problema es la confianza en la autoridad

Lectura: 3 minutos

En “21 lecciones para el siglo XXI”, el célebre autor Yuval Noah Harari plantea el escenario en el que los algoritmos podrían volverse muy eficaces en el análisis de nuestra salud, de nuestras emociones y hasta en la predicción de algunas de nuestras reacciones a partir del análisis de la información que generamos a diario, entre otras cosas, como elegir profesión y hasta a la mejor pareja sentimental.

Hace unos días, por medio de un código “QR”, las autoridades de la Ciudad de México iniciaron una campaña para identificar cadenas de contagio a partir de que los ciudadanos ingresemos al código y compartamos datos básicos para recibir notificaciones en caso de que se dé un caso positivo de coronavirus SARS-CoV-2 en el sitio en el que estuvimos o estamos.

Por lo innovador de la solución y la aplicación directa de tecnología móvil para obtener información de primera mano sobre la movilidad de las personas, esta herramienta podría ayudarnos mucho en esta auténtica emergencia. De hecho, Google, el principal buscador del planeta, estableció estrategias similares de monitoreo vía teléfonos celulares para estimar el movimiento de cientos de miles de personas y, al mismo tiempo, ubicar también la forma en que se expanden los contagios.

Como son terrenos nunca antes explorados, existe una desconfianza natural en la mayoría de las personas a ofrecer sus ubicaciones de manera voluntaria, tan sólo por el hecho de sentirse vigilados por una autoridad en la que no confían, ni han confiado en el pasado.

problema de confianza
Imagen: Getty Images.

Aunque todos podemos reconocer que nuestra intimidad se ha reducido a mínimos en esta época y estamos dispuestos a ceder mucha de ella para comunicarnos, aparentemente una cosa es compartir la imagen de nuestro plato de comida en nuestro restaurante favorito y otra distinta ingresar un código a nuestro celular para avisarle a las autoridades sanitarias que estoy en ese sitio.

Entonces, el problema no es tanto preservar nuestra intimidad, como de gran desconfianza en quienes toman las decisiones públicas por mandato de nuestro voto mayoritario. Es decir, lo que existe es una falta de certeza en que la autoridad hará lo correcto con nuestra información o que está bien que use nuestros movimientos, aun cuando se trate de salvarnos la vida.

Pero la crisis de confianza no es novedosa, es una enfermedad endémica de nuestra sociedad que se extiende por todo el país y en esta pandemia parece que no se redujo en ningún grado y está presente más que nunca. Lo que pudo ser una oportunidad para que el tejido social se fortaleciera y nos uniéramos a las medidas gubernamentales para enfrentar esta situación inédita, pronto se ha convertido en una carrera por ver cómo nos vacunamos lo más pronto posible y seguimos igual o peor que antes.

Este comportamiento social que nos regresa a los mismos vicios y comportamientos nocivos de antes de esta histórica crisis sanitaria no debería ser la norma, aunque ha ocurrido con anterioridad. Ya veremos si en unos años, cuando hagamos la evaluación de lo que atravesamos, podamos llegar a conclusiones más optimistas que la sensación actual de que hemos decidido convivir con una enfermedad desconocida, que se complica hasta provocar la muerte de cualquier persona, y sin un tratamiento eficaz para combatirla.

confianza
Imagen: Ramona Ring.

Y mientras los decesos se apilan en un año que ha sido para el olvido –aunque no podemos darnos el lujo de perder la memoria sobre lo que ha pasado, como lo hicimos con la influenza H1N1 de la que no aprendimos mucho para esta ocasión–, vamos derecho hacia un choque social el próximo año cuando se nos junte un complejo proceso de vacunación, con las presiones económicas en un año de elecciones cruciales.

De tal manera que la tormenta perfecta no será en las siguientes semanas y, puede ser, que ni siquiera en los próximos meses, sino a lo largo de un 2021 que nos hallará más cansados, menos unidos y en peores condiciones de subsistencia.

Espero equivocarme, francamente, pero nuestra indolencia en estas últimas semanas es escandalosa, además de la brecha infranqueable de desconfianza que nos impide colaborar con unas autoridades que todos los días nos piden por favor muchas cosas que ya deberíamos hacer de forma automática, convencidos de su efectividad. Necesitamos recomponernos rápido y establecer otras aproximaciones hacia la pandemia, porque no habrá algoritmo, ni tecnología que, como dice Yuval Noah Harari, nos salve de nuestra propia estupidez como especie.


También te puede interesar: Rostros que salvan vidas.